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UNA HERRAMIENTA METODOLÓGICA PARA LA TRANSFORMACIÓN DE
CONFLICTOS RELACIONADOS CON EL AGUA
RESUMEN
A lo largo de 2013 Gustavo Wilches-Chaux elaboró con la Dirección de Gestión Integral
del Recurso Hídrico DGIRH del Ministerio de Ambiente y Desarrollo MADS y con el apoyo
del Banco Interamericano de Desarrollo BID, una metodología para la transformación de
conflictos relacionados con el agua, la cual responde a la Estrategia 6.3 (Manejo de
Conflictos) del Objetivo 6 (Gobernabilidad) de la Política Nacional para la Gestión Integral
del Recurso Hídrico.
La metodología se basa en el concepto de la SEGURIDAD TERRITORIAL, en el cual
Wilches-Chaux viene trabajando desde 2003. Ese concepto ha demostrado su utilidad en
varios escenarios, como herramienta práctica para la gestión ambiental participativa1. A
través de esta metodología se desarrolla el potencial del concepto para contribuir a que
los distintos actores y sectores que confluyen en un territorio concreto (como por ejemplo
una cuenca), muchas veces con percepciones e intereses contradictorios, identifiquen
algunos puntos comunes a partir de los cuales pueden concertarse algunos acuerdos
mínimos basados en las interdependencias entre unos y otros, así como algunas
prioridades en las cuales eventualmente todos los actores y sectores coincidan.
Una característica tanto del concepto como de la metodología, es que el TERRITORIO no
se considera solamente un escenario pasivo sobre el cual se llevan a cabo las actividades
humanas, sino un ser vivo que también debe participar de manera activa en los procesos
a través de los cuales se toman las decisiones que lo afectan. Ese mismo criterio se
aplica a componentes esenciales del territorio, como es el agua.
La propuesta metodológica se basa en la convicción de que la gestión territorial (que
incluye la gestión ambiental y social, la gestión del riesgo de desastres y por supuesto la
gestión del agua) debe tener como prioridad la actuación oportuna sobre los problemas,
con el objeto de evitar en lo posible todos aquellos conflictos que sean evitables. Esta es
una aplicación de lo que la ley 1523 de 2012 denomina “Intervención prospectiva”:
Proceso cuyo objetivo es garantizar que no surjan nuevas situaciones de riesgo a
través de acciones de prevención, impidiendo que los elementos expuestos sean
vulnerables o que lleguen a estar expuestos ante posibles eventos peligrosos. Su
1
El concepto aparece en varias publicaciones de Wilches-Chaux y desde que lo propuso por
primera vez en 2003 se ha venido enriqueciendo y fortaleciendo a medida que se somete a prueba
en distintos escenarios y situaciones concretas. La SEGURIDAD TERRITORIAL fue incorporada en la
Ley 1523 de 2012 “por la cual se adopta la política nacional de gestión del riesgo de desastres y
se establece el Sistema Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres y se dictan otras
disposiciones”.
1
objetivo último es evitar nuevo riesgo y la necesidad de intervenciones correctivas
en el futuro. La intervención prospectiva se realiza primordialmente a través de la
planificación ambiental sostenible, el ordenamiento territorial, la planificación
sectorial, la regulación y las especificaciones técnicas, los estudios de prefactibilidad
y diseño adecuados, el control y seguimiento y en general todos aquellos
mecanismos que contribuyan de manera anticipada a la localización, construcción y
funcionamiento seguro de la infraestructura, los bienes y la población.
Para el caso que nos ocupa, incluimos los riesgos derivados de los conflictos que no se
tramitan pacíficamente. Y además agregamos a las herramientas indispensables para la
intervención prospectiva, todos aquellos mecanismos, incluida la participación comunitaria
y la concertación entre distintos actores, que contribuyan a la conservación y si es del
caso a la recuperación de la integridad y la diversidad de los ecosistemas y a su
resiliencia frente a distintas amenazas.
Ejemplo hipotético de identificación de intereses, contradicciones e interacciones en un
territorio donde se planea desarrollar un proyecto hidroeléctrico
2
Un manejo adecuado, dentro de claros principios y prioridades, de los
instrumentos de gestión territorial que se encuentran disponibles en el país
(POT/EOT, POMCAS, PORH2, Consultas Previas y otros espacios de
concertación, etc.) puede lograr al menos parcialmente ese objetivo. Los Planes
Departamentales de Agua PDA también se pueden unir a esa lista.
En un escenario de cambio climático (o de variabilidad climática exacerbada)
como el que vive hoy y seguirá viviendo el país en las próximas décadas, el
fortalecimiento de la capacidad de resiliencia de los distintos territorios se
convierte en un requisito sine qua non del desarrollo en sus dimensiones
económica (productividad, competitividad), social (calidad integral de vida,
efectividad de los derechos fundamentales), política (gobernabilidad, construcción
de “paz sostenible”) y por supuesto ecológica (diversidad, integridad, resistencia y
resiliencia de ecosistemas y de su capacidad para ofrecer recursos y prestar
servicios ambientales). La columna vertebral de la sostenibilidad/resiliencia de los
territorios es el agua. Garantizada su disponibilidad (en cantidad y calidad) en el
territorio colombiano, el 70 u 80 por ciento del reto de la adaptación al cambio
climático estará asegurado.
Es importante tener en cuenta que el principal objetivo de la metodología es
fortalecer la capacidad de los actores y sectores institucionales,
comunitarios y del sector privado que confluyen en el territorio, para que
asuman el protagonismo de los procesos que conduzcan a la prevención y
transformación de conflictos, como parte del papel que les corresponde en
la gestión ambiental participativa.
En los talleres queremos entregarles la herramienta para que la apliquen de
conformidad con el conocimiento que les otorga su condición de
componentes humanos del territorio y para que deriven de ella la mayor
utilidad que resulte posible.
2
Planes de Ordenamiento del Recurso Hídrico.
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