RECURSO DE NULIDAD ABSOLUTA, EVIDENTE Y MANIFIESTA

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RECURSO DE NULIDAD ABSOLUTA, EVIDENTE Y MANIFIESTA.
PRESENTA: ASOCIACION JUSTICIA PARA LA NATURALEZA
Señores
Comisión Plenaria
Secretaría Técnica Nacional Ambiental
Presente
La que suscribe, RUTH SOLANO VAZQUEZ, mayor, casada una vez, Abogada, vecina
de San José, cédula de identidad número 1-446-869, en mi carácter de Apoderada Especial
de la ASOCIACION JUSTICIA PARA LA NATURALEZA, cédula jurídica número 3002-110034-32, me apersono ante Uds. con el debido respeto, a presentar recurso de
nulidad absoluta, evidente y manifiesta, contra la resolución No. 866-2000-SETENA, de las
11:20 horas del 3 de octubre del 2000, mediante la cual la Comisión Plenaria de SETENA
resolvió, erróneamente, a favor de la empresa MALLON OIL COMPANY, la aprobación
de un supuesto Estudio de Impacto Ambiental, cuando en realidad lo presentado por esa
empresa no constituía tal estudio, sino más bien una información básica PREVIA a la
elaboración de un verdadero Estudio de Impacto Ambiental, al tenor de lo dispuesto por el
Manual de Instrumentos Técnicos del Proceso de Evaluación Ambiental, publicado en La
Gaceta No. 215 del 7 de noviembre de 1997, que define qué es un Estudio de Impacto
Ambiental.
Que consideramos de suma urgencia que esa Comisión declare la nulidad absoluta,
evidente y manifiesta de dicha resolución, y lo comunique así a la empresa MALLON OIL
CO., indicándole expresamente que lo presentado por ellos no es un Estudio de Impacto
Ambiental, el cual a esta fecha no ha sido aún presentado por dicha empresa, sino que lo
presentado se refiere simple y llanamente a un documento denominado “PROYECTO DE
RECOPILACION Y ANALISIS DE INFORMACIÓN PARA LA FASE I DE
PROSPECCION PETROLERA EN LA REGION HUETAR NORTE Y HUETAR
ATLANTICO DE COSTA RICA”.
Que todo lo anterior lo fundamento en los artículos 173 y 175 de la Ley General de la
Administración Pública, que a la letra dicen:
“ Artículo 173.- Cuando la nulidad absoluta de un acto declaratorio de derechos fuere
evidente y manifiesta, podrá declararse por la Administración en la vía administrativa, sin
necesidad de recurrir al contencioso de lesividad…”
“Artículo 175.- Caducará en cuatro años la potestad del administrado para impugnar el
acto absolutamente nulo en la vía administrativa y jurisdiccional, sin que se apliquen al
respecto los plazos normales de caducidad.”
Nótese de la propia resolución recurrida que la misma se fundamenta en un Resumen
Ejecutivo del “Proyecto de recopilación y análisis de información”, pero nunca de un
Estudio de Impacto Ambiental. En razón de ello, y de acuerdo al artículo 4 del Decreto
Ejecutivo No. 26750-MINAE, no existe la debida aprobación del Estudio de Impacto
Ambiental, porque no existe el EIA, y por ende la empresa MALLON OIL COMPANY,
Sucursal Costa Rica no ha cumplido con el citado artículo 4 del Decreto supra indicado, ya
que lo presentado por la susodicha empresa no constituye un estudio de impacto ambiental,
y de conformidad con el artículo 4 mencionado la empresa no ha cumplido con ese
requisito indispensable y suficiente para tener en firme el acto de adjudicación de la
concesión petrolera. Que en lo que interesa dice el referido artículo 4:
“Artículo 4.- La aprobación de la Fase 1 del estudio de impacto ambiental será el requisito
indispensable y suficiente para que el acto adjudicatario de una concesión petrolera sea
declarado en firme…”
Que lo anterior se ve ratificado por lo establecido en el artículo 43 del Decreto
Ejecutivo 25785-MINAE, que es claro y contundente al establecer:
“Artículo 43.- Adjudicación en firme.
La adjudicación será válida pero no eficaz, hasta tanto no se dé una aprobación del
Estudio de Impacto Ambiental, por parte del Ministerio del Ambiente y Energía.”
Y es obvio, que lo aprobado por esta Comisión nunca fue un verdadero Estudio de
Impacto Ambiental, sino una simple Recopilación y Análisis de Información”, que forma
parte del EIA, pero que por sí sola no es ni será nunca un Estudio de Impacto Ambiental,
sino un proyecto de recopilación y análisis de información, que en forma errónea ha sido
interpretado por la SETENA como un Estudio de Impacto Ambiental, y hábilmente es
ahora utilizado por la empresa MALLON para tratar de obligar al Estado costarricense a la
firma de un contrato, sin haberse cumplido este requisito sine qua non de la adjudicación.
Que es precisamente el hecho de que dicha “recopilación” no es ni será nunca un
Estudio de Impacto Ambiental, lo que hacen que el acto de aprobación emanado de esa
Comisión mediante la resolución 866-2000-SETENA, sea absolutamente nulo.
Pero
además de ello reviste, al tenor del artículo 173 de la Ley General de la Administración
Pública, la particularidad de ser una nulidad evidente y manifiesta, porque el supuesto EIA
que se aprueba mediante dicha resolución, no cumple con la normativa existente sobre EIA,
la cual en gran parte ha sido elaborada vía reglamentos que emanan precisamente del
Ministerio del Ambiente y Energía, al cual se encuentra adscrita esta Secretaría, y violenta
flagrantemente los artículos 15, 16 y 17 de la Ley General de la Administración Pública, al
ir en contra de las reglas de la ciencia, la técnica y la lógica, a las cuales, por su propia
naturaleza, debe sujetarse un estudio de impacto ambiental.
Además de lo anterior, considero que con su actuación esta Comisión Plenaria ha
incurrido en violación a lo que la
Sala Constitucional en
reiteradas ocasiones ha
denominado como “EL BLOQUE DE CONSTITUCIONALIDAD”, integrado por las
normas de la Constitución Política, la Ley de la Jurisdicción Constitucional, los Convenios
y Tratados Internacionales en los cuales nuestro país ha asumido el compromiso de su
estricta observancia, y el Reglamento de la Asamblea Legislativa. Derivado de este bloque
de constitucionalidad nos encontramos con que la Ley de la Jurisdicción Constitucional
establece la obligatoriedad de la jurisprudencia emanada de la Sala Constitucional. En este
sentido considero que en lo que respecta al presente asunto se está produciendo no sólo
violación a este artículo, y por ende a los artículos 10 y 11 de la Constiución Política, en
cuanto al principio de legalidad se refiere, sino también una violación abierta y flagrante al
artículo 50 de la Constitución Política, en cuanto establece el derecho que tenemos todos
los ciudadanos a disfrutar de un ambiente sano y ecológicamente equilibrado.
También el apego a este bloque implica el respeto a los Tratados y Convenios
Internacionales ratificados por nuestro país, y que de conformidad con el artículo 7 de la
Constitución, tienen un status igual al de la propia Constitución y superior a las leyes. Es
así como dentro de estos Tratados, y referido a los estudios de impacto ambiental como
medida preventiva y precautoria para evitar daños de imposible y difícil reparación a los
recursos naturales y al medio ambiente, nos encontramos con el Convenio de Río sobre
Medio Ambiente y Desarrollo, debidamente ratificado por nuestro país, el cual desarrolla la
importancia y trascendencia de los estudios de impacto ambiental, como la forma más
precisa y científica para evitar daños irreparables al ambiente.
De lo anterior podemos derivar que nuestro país está obligado, por haber ratificado
dicho Convenio, a velar porque los estudios de impacto ambiental cumplan con todas las
normas técnicas necesarias para llevar adelante proyectos que por su naturaleza podrían
afectar el ambiente. Que corresponde a SETENA, como órgano técnico del Ministerio del
Ambiente y Energía, y por ende del Estado, verificar que estos estudios cumplan con todos
y cada uno de los requisitos que ya han sido previamente establecidos. Que cuando dichos
requisitos no son cumplidos en su totalidad, no procede la aprobación del estudio de
impacto ambiental, y por consiguiente cualquier pronunciamiento en este sentido, faltando
un requisito, hace ineficaz la adjudicación.
Dentro de estas mismas violaciones al bloque de constitucionalidad, encontramos que en
el presente asunto la SETENA no está acatando las disposiciones jurisprudenciales de la
Sala Constitucional (lo cual según ya citamos, es obligación de Ley, al tenor de lo dispuesto
por la Ley de la Jurisdicción Constitucional). Y en este sentido vale citar el voto de la Sala
de las 12:05 horas del 21 de diciembre del 2001, emanado dentro del expediente No. 007141-007-CO, de RUTH SOLANO VAZQUEZ contra el Ministerio del Ambiente y
Energía, y que se refiere a la concesión otorgada a favor de la empresa MALLON OIL
COMPANY, y que en lo que es objeto del presente recurso establece:
“En el caso específico de la explotación de hidrocarburos el celo ambiental debe ser más
riguroso por dos razones: la actividad es en sí misma riesgosa ambientalmente y la
explotación por parte de una persona privada debe interpretarse restrictivamente, pues la
regla general es que solo por vía de excepción y por un tiempo definido puede salir del
Estado. Existen suficientes motivos que conducen a esta Sala a poner en duda que el Estado
haya actuado de esa manera. El informe de la Ministra no deja dudas de que al tramitar la
licitación, únicamente se tuvo en mente la Ley de Hidrocarburos, sin ni siquiera
cuestionarse si los términos de la adjudicación se ajustaban o no a todas las disposiciones
jurídicas de mayor rango que la misma ley, como son los convenios internacionales
aprobados por el país. Así como no se indicó si hay o no comunidades indígenas en las
áreas adjudicadas, tampoco se desprende del informe, por ejemplo, que se haya tenido en
cuenta si hay parques nacionales o áreas protegidas en esos bloques, ni mucho menos la
incidencia que en el futuro pueda tener la eventual explotación comercial de hidrocarburos.
Si bien en este momento solamente se explorará si hay o no hidrocarburos y los efectos
ambientales de tal actividad bien pueden ser mínimos, es obvio que el fin último es la
explotación comercial, cuyos efectos ambientales la Administración no ha sopesado. La
preocupación ambiental del Ministerio de Ambiente y Energía se reduce prácticamente a
los estudios de impacto ambiental, cuya aprobación está en manos de SETENA. Es decir,
en SETENA recae todo el deber del Estado de garantizar un ambiente sano y
ecológicamente equilibrado, como indica el artículo 50 constitucional…”
Considera la suscrita que en el presente caso SETENA no ha cumplido con ese deber
constitucional, y por ello acudo ante esta Comisión para que proceda a hacerse eco de las
palabras de los Magistrados, y cumpla con su deber de garantizar un ambiente sano y
ecológicamente equilibrado a los ciudadanos; y como parte de ese deber u obligación,
proceda en forma inmediata, sabedora que no existe ningún Estudio de Impacto Ambiental
que reúna todos los requisitos legales establecidos para este tipo de estudios, y que a esta
fecha haya sido presentado por parte de la empresa MALLON OIL COMPANY, a
declarar la nulidad absoluta, evidente y manifiesta de la resolución No. 866-2000SETENA, que impugno a través del presente recurso.
Es de suma importancia para el país que esa Comisión revoque la resolución No. 8662000, la cual en virtud de la redacción que se le dio, está creando derechos a favor de la
empresa MALLON OIL CO.; derechos que obviamente no ha adquirido porque no ha
presentado en debida forma y dentro de los términos establecidos, el Estudio de Impacto
Ambiental a que está obligada según la Ley de Hidrocarburos y el Cartel de Licitación.
Pero hay un argumento más que debemos rescatar con base en lo resuelto por la Sala,
que es de acatamiento obligatorio para la SETENA. La Sala, basada en los informes de la
Defensoría de los Habitantes, así como de la Contraloría General de la República, los acoge
para emitir su voto, y claramente establece que SETENA no cuenta con los recursos
profesionales, administrativos y financieros para dar un seguimiento técnico a los estudios
de impacto ambiental. Y es tan evidente esta afirmación en este caso, pues nótese cómo
SETENA incurre en un craso error al aprobar como un Estudio de Impacto Ambiental a
favor de MALLON OIL COMPANY, lo que es simplemente un “PROYECTO DE
RECOPILACION Y ANALISIS DE INFORMACIÓN PARA LA FASE I DE
PROSPECCION PETROLERA EN LA REGION HUETAR NORTE Y HUETAR
ATLANTICO DE COSTA RICA”, y de esta forma coloca al Estado costarricense en una
difícil situación al crear falsas expectativas de derecho a favor de dicha empresa, la cual
aprovechándose de este error pretende ahora firmar el contrato respectivo con el Estado
costarricense, amenazando, de no firmarse el contrato, con llevar el asunto a instancias
internacionales, que afectarían la imagen y el prestigio de nuestro país.
Sabia es la resolución de la Sala cuando dice que el Estado debe subsanar los problemas
técnicos que tiene, refiriéndose a la incapacidad ya manifestada de la SETENA, si desea
continuar con el proyecto.
Pero lejos de esa solución, SETENA sigue manifestándose
como un órgano ineficiente, incapaz de satisfacer las necesidades técnicas para las que fue
creada, e incurre con la resolución 866-2000, en un error de apreciación que puede traer
consecuencias muy serias al Estado costarricense.
De ahí la necesidad de que esta Comisión subsane lo anterior y que proceda a llamar las
cosas por su nombre, y le haga ver a la empresa MALLON OIL CO., que lo aprobado
mediante resolución 866-2000 NO se trata del Estudio de Impacto Ambiental que exige la
Ley y el Cartel de Licitación.
Finalmente, deseo manifestarle a los señores miembros de esta Comisión, que permitir
la ejecución de un acto que es absolutamente nulo, y sobre todo como en el presente caso,
que dicha nulidad es evidente y manifiesta, al tenor de los artículos 169 y 170 de la Ley
General de la Administración Pública, produce responsabilidad civil, administrativa y
eventual penal para los servidores que permitan su ejecución, o si la ejecución llega a tener
lugar.
En otras palabras, si los señores miembros de la Comisión permiten que la
resolución No. 866-2000, llegue a ejecutarse, incurrirán en responsabilidad civil,
administrativa y eventualmente penal.
Asimismo, de conformidad con el artículo 148 de la Ley General de la Administración
Pública, solicito que mientras se resuelve el presente recurso,
proceda esa Comisión a
ordenar la suspensión de la ejecución de la resolución No. 866-2000-SETENA, en virtud
que la misma puede ocasionar perjuicios graves o de imposible o difícil reparación.
Por lo expuesto, solicito a la Comisión Plenaria proceder a declarar la nulidad absoluta,
evidente y manifiesta de la resolución No. 866-2000-SETENA, de las 11:20 horas del 3 de
octubre del 2000, (de conformidad con el artículo 173 de la Ley General de reiterada cita),
en cuanto tiene por aprobado como Estudio de Impacto Ambiental a favor de la empresa
MALLON OIL COMPANY, Sucursal Costa Rica, lo que en realidad se trata simplemente
de un Proyecto de Recopilación y Análisis de Información para la Fase I de Prospección
Petrolera en la Región Huetar Norte y Huetar Atlántico de Costa Rica, de julio del 2000,
que no cumple con los requisitos de un Estudio de Impacto Ambiental, de acuerdo a la
normativa vigente en nuestro país, y que proceda la Comisión a comunicarle a la empresa
Mallon que revoca dicha resolución, con fundamento en el artículo 175 de la Ley General
de la Administración Pública, y que por lo tanto, se tiene como no presentado en tiempo y
forma el Estudio de Impacto Ambiental, que exige la Ley y el Cartel de Licitación.
Oiré notificaciones en el fax 280 90 22.
San José, 16 de setiembre del 2002
F. Lic. Ruth Solano Vázquez
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