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Formas de presentación en estudios de imagen del linfoma
extranodal en el abdomen
Poster no.:
S-0082
Congreso:
SERAM 2014
Tipo del póster: Presentación Electrónica Educativa
Autores:
R. Pellón Dabén, E. Torres Diez, S. M. Llano, A. Lamagrande
Obregón, M. M. Acebo, F. Gonzalez Sanchez; Santander/ES
Palabras clave:
Abdomen, TC, Ultrasonidos, RM, Linfoma
DOI:
10.1594/seram2014/S-0082
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Objetivo docente
Describir las manifestaciones radiológicas del linfoma extranodal en el abdomen,
centrandonos en los órganos que están afectados con más frecuencia.
Revisión del tema
INTRODUCCIÓN
La afectación extranodal en el abdomen ocurre en un 40 % de los pacientes y ha sido
descrita virtualmente el cualquier órgano o tejido del abdomen.
Se considera extranodal cuando afecta a un órgano diferente de los ganglios linfáticos, el
bazo, el timo, las amígdalas y el anillo del Waldeyer. Es igual para Hodking y no Hodking
salvo el bazo que se considera extranodal para el Hodking.
Es mucho más frecuente la afectación secundaria extranodal en el contexto de
un linfoma generalizado que el primario extranodal (en el cual hay un componente
extranodal predominante sin o con escasa afectación nodal adyacente al órgano afecto).
En los secundarios la afectación extranodal es de mal pronóstico. Es más frecuente
el subtipo no Hodking, en pacientes inmunocomprometidos y en recurrencias tras
tratamientos.
El orden decreciente por frecuencia de afectación sería bazo, hígado, tracto
gastrointestinal, páncreas, pared abdominal, tracto urinario, glándula suprarrenal,
cavidad peritoneal y vía biliar.
El linfoma extranodal en el abdomen habitualmente se presenta en los estudios de
imagen como otras patologías tumorales o inflamatorias. Cuando no se visualizan
adenopatías aumentadas de tamaño no es infrecuente su confusión. El diagnóstico solo
puede ser realizado por estudio de biopsia.
El TAC por su amplia disponibilidad es el método de imagen más utilizado.
Actualmente el PET/TC parece ser superior al TAC para detectar afectación extranodal,
especialmente en el bazo y el hígado.
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La presentación del linfoma extranodal muestra unos puntos en común en los órganos
sólidos, mientras que es diferente a la del tracto gastrointestinal. Para un enfoque
práctico las describiremos de forma independiente.
ÓRGANOS SÓLIDOS
La afectación linfomatosa extranodal en todas las vísceras sólidas del abdomen puede
ser:
•
•
•
Difusa: Con o sin aumento de tamaño de la víscera. Este patrón suele ser
muy difícil de detectar con las pruebas de imagen anatómicas.
Focal o multifocal: Nódulos homogéneos, bien definidos, redondos, y
con escaso y similar realce en todas las lesiones. La necrosis central es
infrecuente. La calcificación es muy rara en ausencia de tratamiento.
Invasión desde órganos vecinos: Suele presentar morfología amorfa y sin
o escaso efecto masa.
BAZO
Se ha descrito en el 20-40% de los linfomas abdominales. Sin embargo, el linfoma
primario es raro.
En este órgano la afectación difusa es la más frecuente. El bazo puede ser de tamaño
normal o visualizarse una esplenomegalia. La esplenomegalia como hallazgo aislado es
muy inespecífica. Solo puede sospecharse un linfoma extranodal en casos con grades
esplenomegalias con un hígado sin rasgos de hepatopatía. Si la afectación es focal y
sobre todo multifocal la posibilidad de poder diagnosticar un linfoma extranodal esplénico
aumenta de forma muy significativa (Fig. 1) (Fig. 2).
HÍGADO
Se ha descrito en el15% de los linfomas no Hodking a la presentación y en el 10 % de los
Hodking. En el Hodking se asocia casi siempre a esplenomegalia. El no Hodking puede
estar afectado solo el hígado.
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La infiltración difusa del linfoma extranodal hepático sin o con organomegalia es
virtualmente imposible de diagnosticar en el las pruebas de imagen anatómicas.
La presentación focal o multifocal si se puede detectar en las pruebas de imagen. Los
nódulos pueden ser pequeños simulando un patrón miliar similar al de una enfermedad
fúngica diseminada. En otras ocasiones los nódulos son grandes y pueden confundirse
con afectación metastásica. Esta última presentación suele corresponder a linfoma
primario.
Este órgano es muy accesible a la biopsia percutánea que permite un diagnóstico de
certeza que nunca van a poder dar las pruebas de imagen (Fig. 3) (Fig. 4 ) (Fig. 5).
PÁNCREAS
Su afectación se produce comúnmente por una invasión directa desde una afectación
nodal.
También como en otros órganos puede presentarse como una masa focal simulando un
cáncer de páncreas. Más infrecuente es la afectación difusa con un aumento difuso de
tamaño de la glándula simulando una pancreatitis aguda o una pancreatitis autoinmune.
Debe tenerse en cuenta que aunque la amilasa puede estar elevada los pacientes no
tienen clínica de pancreatitis.
En los linfomas pancreáticos la dilatación de Wirsung severa o moderada, la invasión
vascular, la atrofia del parénquima distal, la calcificación o la necrosis son raras, al
menos en el diagnóstico inicial. Otro dato adicional que puede ayudar a sospechar un
linfoma a pesar de ser mucho menos frecuente que el adenocarcinoma de páncreas es
la presencia de adenopatías por debajo de las arterias renales (Fig. 6)(Fig. 7) (Fig. 8)
(Fig. 9) (Fig. 10).
RIÑÓN
Es la afectación más frecuente del linfoma extranodal en el tracto urinario.
En este órgano los posibles patrones de presentación en los estudios de imagen en
orden decreciente de frecuencia son múltiples masas circunscritas (60%), infiltración
directa desde retroperitoneo (25%), masa solitaria (10-20%), masa perirrenal, afectación
difusa (20%).
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La presentación como una masa solitaria puede confundirse con un hipernefroma.
Los linfomas suelen mostrarse hiperecogénicos en la eco e hiperdensas en el TAC sin
contraste. Además presentan una escasa captación mientras que los hipernefromas
suelen ser hipervasculares (Fig. 11).
La presentación como múltiples masas puede también visualizarse en la enfermedad
metastásica avanzada. En este caso suele existir un tumor primario ya establecido.
La afectación difusa suele ser bilateral con un aumento de tamaño y menor captación.
Los problemas surgen en casos de infiltración unilateral que puede ser confundido con
una Pielonefritis severa (Fig 12).
La infiltración del riñón desde el retroperitoneo es frecuente. Habitualmente se
observan grandes masas de partes blandas que rodea los vasos sin ocluirlos. También
puede englobar al uréter sin condicionar habitualmente hidronefrosis.
Las masas retroperitoneales linfomatosas suelen ser fáciles de distinguir de los tumores
sólidos. Otro diagnóstico diferencial a tener en cuenta es la fibrosis retroperitoneal.
Esta última se dispone rodeando a los grandes vasos Típicamente no desplaza los vasos
anteriormente como si puede hacer el linfoma y se extiende al riñón por el pedículo algo
infrecuente en el linfoma (Fig. 13) (Fig 14).
TESTÍCULO
El linfoma testicular solo representa el 5 % de todos los tumores testiculares. Sin
embargo, es muy importante recordar que es el tumor testicular más frecuente en
varones mayores de 60 años.
En un 40% de los casos es bilateral. Su presentación típica es una masa focal hipoecoica
en un testículo aumentado de tamaño. También se ha descrito la infiltración difusa con
descenso de la ecogenicidad. El epidídimo y el cordón espermático suelen estar afectos.
TRACTO GASTROINTESTINAL
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Se objetiva afectación del tracto gastrointestinal en un 10-30% de los casos. El estomago
es el segmento de intestino afectado con más frecuencia seguido del intestino delgado,
colon y esófago.
Es un tumor que se suele extender por la submucosa. La afectación linfomatosa intestinal
puede ocurrir en diferentes formas nodular, polipoidea, infiltrativa o ulcerativa.
•
•
•
La forma nodular produce un engrosamiento nodular pudiendo presentar los
nódulos diferentes tamaños.
La forma polipoidea puede ser en forma de uno o múltiples defectos de
repleción y asociando o no engrosamientos.
La ulcerativa en el estomago produce un bulto y se pude confundir con
úlceras. En el ID las ulceras también son típicas y pueden condicionar fistulas
y perforaciones. En caso de afectación ulcerativa la afectación es asimétrica
y habitualmente exofítica.
El engrosamiento difuso puede alterar la peristalsis pero rara vez obstruye. En ocasiones
la infiltración puede destruir la muscularis propia y el plexo autonómico produciendo una
dilatación aneurismática. Habitualmente tiene márgenes irregulares que en ocasiones
presenta nódulos.
En las pruebas de imagen los hallazgos característicos son un engrosamiento
homogéneo de la pared con hipoatenuación o isoatenuación en relación a la pared
intestinal. Los tumores grandes pueden asociar hemorragia o isquemia. Pueden ser
solitarias o múltiples
Estomago
El estomago, como ya se ha comentado, es la porción del tracto gastrointestinal
afectada con más frecuencia. Corresponde aproximadamente a la mitad de los casos.
Sin embargo debe tenerse en cuenta que solo supone el 3-5 % de todos los tumores
gástricos.
La afectación gástrica es más frecuentemente secundaria que primario. Hay que
destacar por su relevancia el linfoma primario del estomago con una biología diferente
llamado Linfoma MALT. Surge de un tejido linfoide asociado a la mucosa que está
presente en el intestino y el tejido bronquial. En el estomago puede aparecer con la
inflamación crónica. Se clasifican en bajo y alto grado. Los de bajo grado son 50%70%
del total. Estos últimos pueden desaparecer con la erradicación del Helicobacter Pylori.
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En el estomago se presenta típicamente con los siguientes patrones:
•
•
•
Masa polipoidea
Infiltrativo con engrosamiento de pared (pérdida del patrón de las capas) y
pliegues :
Masa submucosa con ulceración central en ojo del buey. Suele ser exofítica
y confundir con GIST.
En las pruebas de imagen puede similar una linitis plástica. En los linfomas la
distensibilidad y los planos grasos adyacentes están respetados mientras que en la linitis
suelen estar comprometidos. Las adenopatías perigástricas son frecuentes en ambos
casos (Fig. 15) (Fig. 16) (Fig. 17) (Fig. 18).
Intestino delgado
La afectación del intestino delgado es más infrecuente pero su frecuencia relativa dentro
de todos los tumores del ID es más mucho más elevada en el estomago.
En las pruebas de imagen es característico el engrosamiento homogéneo de un
segmento largo de intestino o de varios segmentos de forma sincrónica. Esta
presentación es diferente de la que se observa en otros tumores de delgado. En
ocasiones se identifica una dilatación aneurismática del segmento engrosado. También
es frecuente la invasión directa desde otros órganos (Fig. 19).
Colon
En el colon las localizaciones más frecuentes son el ciego y el recto. Es característica
la presentación como una gran masa polipoidea, un tumor infiltrante o una dilatación
aneurismática. La perforación o la obstrucción son raras.
OTROS ÓRGANOS CON AFECTACIÓN INFRECUENTE
El linfoma extranodal se ha descrito en otros órganos del abdomen pero su incidencia
es muy baja y su presentación suele ser inespecífica. Por tanto, si no asocian afectación
en otros órganos, son virtualmente imposibles de sospechar en las pruebas de imagen.
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PERITONEO
Suelen tratarse de linfomas de alto grado
En este órgano el linfoma es muy difícil de sospechar al ser por imagen indistinguible de
una mucho más frecuente carcinomatosis peritoneal por un tumor sólido.
GLÁNDULA SUPRARENAL
Las glándulas suprarrenales están afectadas en el 4% de los linfomas no Hodking. En el
50% de los casos es bilateral. En ocasiones puede condicionar insuficiencia suprarrenal.
Puede presentarse como nódulos homogéneos y bien definidos o un agrandamiento
difuso del órgano manteniendo su morfología.
VEJIGA
Su presentación es inespecífica. Se han descrito tanto como un nódulo solitario, como
múltiples masas o una infiltración difusa.
PRÓSTATA
Característicamente se observa un aumento difuso de tamaño.
VESÍCULA Y VÍA BIILIAR
Vesícula.
Formas de presentación: Pólipo, gran masa sustituyendo la vesícula, engrosamiento
mural difuso
Vía biliar
Estenosis simulando colangiocarcinoma o masa focal.
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Images for this section:
Fig. 1: Paciente con bazo aumentado de volumen en el que se objetiva además una
imagen nodular hipodensa y con captación de contraste. Mientras la esplenomegalia es
muy inespecífica la presencia de la lesión es muy sugestiva de proceso linfoproliferativo.
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Fig. 2: Paciente con gran esplenomegalia estando ocupado en gran parte de su volumen
por una masa necrótica y con abundante gas. El gas proviene del estomago como se
puede ser por el contacto entre la masa y la curvatura mayor gástrica.
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Fig. 3: Se observan varias lesiones ocupantes de espacio muy voluminosas. Son muy
hipodensas aunque de forma heterogénea. El diagnóstico definitivo fue realizado por
biopsia percutánea.
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Fig. 4: Aumento de tamaño del lóbulo caudado asociado a una discreta disminución
de la densidad que dificulta su identificación. Las pequeñas adenopatías adyacentes
ayudaron a sospechar la patología. Finalmente se decidió realizar biopsia que confirmo
la sospecha.
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Fig. 5: Aumento de tamaño del lóbulo caudado asociado a una discreta disminución
de la densidad que dificulta su identificación. Las pequeñas adenopatías adyacentes
ayudaron a sospechar la patología. Finalmente se decidió realizar biopsia que confirmo
la sospecha de linfoma.
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Fig. 6: Hallazgos en los estudios de imagen que pueden ayudar a distinguir entre el
adenocarcinoma de páncreas y el linfoma que se presenta coma una lesión focal (la
más frecuente)
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Fig. 7: Se observa una gran masa epigástrica que invade por extensión directa el
parénquima pancreático. Es la forma de afectación más frecuente del linfoma en el
páncreas
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Fig. 8: Paciente con dolor epigástrico. El páncreas presenta un aumento de volumen
difuso con contornos desflecados y borramiento de la grasa adyacente. El cuerpo y la
cola presentan una disminución de la captación y una ectasia del Wirsung. Destaca la
presencia de adenopatías múltiples intra y retroperitoneales (algunas por debajo de las
renales) que orientaron el diagnóstico de linfoma.
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Fig. 9: Paciente con dolor epigástrico. El páncreas presenta un aumento de volumen
difuso con contornos desflecados y borramiento de la grasa adyacente. El cuerpo y la
cola presentan una disminución de la captación y una ectasia del Wirsung. Destaca la
presencia de adenopatías múltiples intra y retroperitoneales (algunas por debajo de las
renales) que orientaron el diagnóstico de linfoma.
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Fig. 10: Paciente con dolor epigástrico. El páncreas presenta un aumento de volumen
difuso con contornos desflecados y borramiento de la grasa adyacente. El cuerpo y la
cola presentan una disminución de la captación y una ectasia del Wirsung. Destaca la
presencia de adenopatías múltiples intra y retroperitoneales (algunas por debajo de las
renales) que orientaron el diagnóstico de linfoma.
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Fig. 11: Esquema que ilustra las diferencias en los estudios de imagen entre el lifoma
y el adenocarcinoma renal.
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Fig. 12: Paciente trasplantado renal de varios años de evolución. En un TAC se observa
un aumento de volumen y pérdida de la diferenciación corticomedular. No presentaba
clínica o analítica infecciosa que sugiriera pielonefritis. Finalmente se realizo una biopsia
renal que diagnostico un linfoma primario del injerto. No es infrecuente los hallazgos
inespecíficos en las pruebas de imagen
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Fig. 13: Imagen coronal. Gran masa retroperitoneal que rodea completamente el riñon
izquierdo.
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Fig. 14: Exploración realizada por masa en hipocondrio izquierdo. Se observa una
esplenomegalia por una afectación difusa del bazo y una masa de partes blandas
perirrenal derecha que infiltra el riñón.
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Fig. 15: Hallazgos en los estudios de imagen que pueden ayudar a distinguir entre el
adenocarcinoma gástrico y el linfoma.
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Fig. 16: El estomago presenta un engrosamiento severo y marcado de sus pliegues que
afecta a su practica totalidad. Una linitis plástica podría tener una apariencia muy similar.
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Fig. 17: El estomago presenta un engrosamiento severo y marcado de sus pliegues que
afecta a su practica totalidad. Una linitis plástica podría tener una apariencia muy similar.
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Fig. 18: Se identifica una tumoración submucosa dependiente de la cara anterior del
antro gástrico. En la endoscopia producía una imagen de compresión extrinseca y
asociaba una ulcera. Por imagen puede ser confundido con un tumor del estroma
gastrointestinal (GIST).
Fig. 19: Paciente con antecedente de tumor testicular con afectación ganglionar
retroperitoneal tratado con QT y RT. Se observa un engrosamiento mural homogeneo del
yeyuno de varios centímetros. Existe afectación de la grasa circundante. Condiciona una
dilatación del asa previo. Este hallazgo no es típico estando condicionado posiblemente
por el marcado engrosamiento mural.
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Conclusiones
La afectación extranodal en el abdomen ha sido descrita virtualmente en cualquier
órgano.
En los estudios de imagen pueden ser muy difícil de identificar, como cuando afectan
de forma difusa a los órganos sólidos. En otras ocasiones se presentan de forma muy
similar a los tumores sólidos o algunas patologías inflamatorias.
Aunque el diagnóstico definitivo del linfoma siempre debe ser histológico, es importante
que los radiólogos tengamos en cuenta y sospechemos posibles linfomas extranodales
cuando informamos estudios de abdomen. Es muy importante para tratar de evitar
tratamientos inadecuados y poder procesar las biopsias que habitualmente realizamos
también los radiólogos de forma adecuada.
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