trabajo productivo y reproductivo

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La Paz, septiembre de 2003
TRABAJO PRODUCTIVO Y REPRODUCTIVO
I.
Aspectos metodológicos
Lo productivo y lo reproductivo, elementos conceptuales
Las Conferencias Internacionales de Estadísticas del Trabajo CIET, de la
Organización Internacional del Trabajo OIT, recomiendan conceptuar la
actividad económica, como “aquella actividad dirigida a la producción de bienes
y servicios, al comercio y otras actividades conexas destinadas al mercado, al
trueque o al autoconsumo”, este concepto contiene como elemento
fundamental, el intercambio de la fuerza de trabajo por dinero o mercancías
(especie en bienes o servicios), adicionalmente……. “de las actividades del
autoconsumo quedan explícitamente excluidas las tareas domésticas
propiamente dichas, tales como: cocción de alimentos, lavado de ropa, limpieza
de la casa etc.”
Por otro lado, se define a la Población Económicamente Activa como “aquella
que abarca a todas las personas de uno u otro sexo que aportan con su trabajo
para producir bienes y servicios, incluye toda la producción y tratamiento de
productos primarios, se destinen al mercado, al trueque o al autoconsumo”.
Desde este marco conceptual, -utilizado por los Institutos de Estadísticas de
América Latina- las tareas que se realizan para la reproducción del hogar,
(cuidado de los niños y ancianos, lavado y planchado de ropa, elaboración de
las comidas etc.), no han sido consideradas en el plano de la medición e
inclusión en la Población Económicamente Activa PEA a las personas que las
realizan, consecuentemente, no están en la valoración del trabajo como parte
de las cuentas nacionales, invisibilizando su contribución en la producción
nacional PIB.
Por el lado en cambio de la caracterización de la Población Económicamente
Inactiva PEI, definida como aquellas personas que no inciden o no presionan
sobre el mercado laboral, por que no trabaja o no esta desocupada, entre las
cuales existe la categoría de inactividad “amas de casa”, el marco conceptual
del empleo limita una vez más la conmensurabilidad de las tareas domésticas.
Así, una de las dimensiones de la lucha de las mujeres, ha sido la visibilización,
medición, valoración y contabilidad de este trabajo reproductivo (no
remunerado), ya que en su mayoría esta realizado por mujeres, y es por tanto,
una dimensión poco tomada en cuenta en los análisis del Mercado laboral (un
mercado de intercambio y mercancías) y en su relación con el trabajo
productivo.
Para iniciar el camino a la visibilización mencionada, se requiere de la
definición e investigación empírica de variables que den cuenta de tales
situaciones:
1. Para el enfoque de género, la medición del uso del tiempo es una
propuesta que se ha avanzado en nuestros países, pero requiere de una
investigación especializada -aunque necesaria cada cierto período-, que
demanda esfuerzos adicionales a los que realizan los Institutos u
oficinas de estadísticas de los países latinoamericanos, pobres de por si
en recursos destinados a la investigación.
2. Como elemento de diferenciación, es importante la investigación sobre
el destino de los ingresos obtenidos por las mujeres y hombres,
explicitado en encuestas de gasto y de consumo.
3. El tercer elemento es la fuente u origen del ingreso de la población y la
contribución diferenciada al mantenimiento del hogar según sexo y
posición dentro del mismo.
Los elementos anotados, medidos en investigaciones periódicas, se vuelven de
difícil aplicación dado el estado financiero de los Institutos de investigación y
las dificultades técnicas que adiciona un considerable trabajo, lo que implica
una redefinición de Planes Estadísticos a nivel de Institutos oficiales y/o de los
Sistemas Estadísticos Nacionales en su conjunto.
Lo pertinente entonces sería realizar estas investigaciones, cuyos resultados se
constituyan en líneas de base útiles para la evaluación de impacto de
intervenciones en los distintos ámbitos que estas investigaciones permitan, con
una periodicidad quinquenal, ya que los cambios en estas variables difícilmente
se podrán manifestar en tiempos menores.
Por otro lado, es importante buscar medidas periódicas de costo adicional
marginal y que se puedan superponer sin mayores dificultades a las
estructuras y planes estadísticos nacionales, para que estos sean viables,
periódicos y faciliten un seguimiento mediante sistemas de monitoreo, de los
aspectos mas importantes que tienen que ver con la mayor fuente de ingresos
de la población, como el trabajo diferenciado y el tratamiento laboral
discriminatorio de mujeres y hombres en nuestros países.
Con estas condiciones, en el Ecuador y en el resto de países de América
Latina existen investigaciones que dan cuenta de algunos de estos aspectos
así:
•
Las Encuestas de Empleo o de Mercado Laboral, tienen información
sobre los ingresos de las personas y de los hogares y su fuente (del
trabajo o no del trabajo), sobre la calidad del empleo –subempleo e
informalidad-, feminización de actividades económicas etc.
•
En estas mismas investigaciones, pueden insertarse variables de
investigación que den cuenta de un aspecto fundamental, el tiempo que
dedica la población a las tareas domésticas propiamente dichas según la
definición de OIT, lo que permitirá aproximarse sin mayor dificultad a la
definición de los tiempos dedicados a los “roles” y la distribución de
trabajo reproductivo en el hogar.
•
Siendo el acceso a la satisfacción de las necesidades básicas la
principal dimensión de la pobreza, el análisis de las fuentes de ingreso,
de sus montos y de las condiciones laborales en las que se obtienen los
mismos, se tiene un elemento de monitoreo constante de las
dimensiones principales de la pobreza. Un elemento diferenciador
fundamental en la propuesta será entonces el tiempo de trabajo
productivo y reproductivo de las mujeres y los hombres.
La medición de la pobreza
Los estudios de pobreza tienen como su referente las Líneas de Pobreza, estas
representan estados de insatisfacción de necesidades medidas frente a
parámetros distintos aún no consensuados a nivel de Latinoamérica por lo
menos.
Las LP se determinan en base a ingresos del hogar, o al gasto del hogar, o al
consumo del hogar, resultando diferentes índices o porcentajes de pobreza
según el parámetro de medición de las mismas.
Frente a esta realidad es necesario plantearse una alternativa que sin alejarse
en lo mínimo de los requerimientos científicos convencionales de la
investigación estadística, se la pueda obtener fácilmente, y con periodicidades
que permitan un monitoreo constante de las tendencias de la pobreza. La única
posibilidad es la medición de la pobreza según una línea de pobreza
determinada por el costo de las Canastas Básicas CBs nacionales, lo que
implica disponer de dos elementos fundamentales:
•
•
Una encuesta periódica que investigue satisfactoriamente los ingresos
individuales y de los hogares, tanto del trabajo como los del no trabajo
que permita obtener un ingreso del hogar percápita.
Un segundo elemento constituye la información del costo de la canasta
básica familiar y de las Canastas Básicas Vitales o Alimentarias,
parámetros que pueden permitir calcular la pobreza vía LP.
Esta propuesta no tiene costo adicional a los sistemas de estadística
nacionales, en América Latina, todos los países cuentan con encuestas
periódicas de empleo e ingresos, adicionalmente todos actualizan
mensualmente los costos de las canastas básicas por medio de los índices de
precios al consumidor entre los que se encuentran los productos componentes
de la CBs.
Las dimensiones propuestas presentan algunas ventajas a mas de la
economías de escala de sus investigaciones:
•
Levantar información sobre ingresos, si bien se le atribuye un sesgo de
subdeclaración, este es uniforme para las investigaciones de todos los
países y dentro de los propios países, por tanto sus magnitudes relativas
o estructurales siempre reflejaran las condiciones de los hogares y la
población de referencia.
•
El costo y dificultad de esta información es relativamente mínimo frente a
los costos y dificultades de una investigación de consumo o de gasto de
los hogares, sin que por ello signifique que estas últimas dimensiones no
tengan una ventaja de mayor calidad y exactitud absoluta y relativa en
sus resultados.
•
En nuestros países, la construcción de las canastas básicas –con
variaciones mínimas- siguen una metodología común para su
conformación bajo las recomendaciones de Naciones Unidas, por lo que
su composición es uniforme; en el rubro de alimentos por ejemplo, tiene
como base las tablas normales de consumo kilocalóricas y proteicas
mínimas comunes.
Con este antecedente, las CBs dan cuenta de necesidades mínimas en cada
uno de los países, relacionándolas además -y aquí su mayor ventaja- con el
poder adquisitivo de las monedas nacionales, lo que refleja de mejor manera la
satisfacción de las necesidades que cubren la Canasta Básica por la vía del
ingreso que cubra sus costos, en cada uno de los países.
Esto nos evita los sesgos que implican las líneas de pobreza de uno o dos
dólares diarios per cápita por ejemplo, cantidades o parámetros que tienen
distinto significado en la satisfacción de las necesidades básicas en cada país
vía consumo o de otros parámetros igualmente no discriminatorios.
Una medida que siendo común metodológicamente, permita la discriminación
por países es fundamental en el seguimiento de las condiciones de los niveles
de vida y pobreza de la población y los hogares, únicamente con esta base se
podrán encontrar las diferencias de las condiciones en estas dimensiones con
un enfoque de género, principalmente por medio de la variable jefatura de
hogar.
•
Un indicador básico producto de este sistema será el porcentaje de
pobres e indigentes hombres y mujeres medidos en ingresos familiares
versus el costo de las canastas.
•
También puede llevarse a la construcción de líneas de pobreza para
hogares con distinto número de miembros mediante costo por individuo
de las canastas y los ingresos per capita de los hogares.
•
Adicionalmente se puede llegar a un indicador sintético como la
distancia entre los ingresos y el costo de las canastas.
•
Desde una visión de género será importante aproximarse al ingreso
disponible para el gasto del hogar medidos en el aporte de los miembros
del hogar al mantenimiento del mismo versus el costo de las canastas
básicas. Esto disminuiría el peso del ingreso total y propone el uso del
ingreso familiar disponible.
El enfoque de género en las investigaciones del INEC en Ecuador
Por lo expuesto, el INEC de Ecuador, estimulado por un convenio de
cooperación interinstitucional firmado con el Consejo Nacional de las Mujeres
CONAMU, CEPAL y UNIFEM regional, decidió incluir en los formularios de sus
investigaciones, variables que permitan un análisis inicial sobre la diferencia de
oportunidades entre hombres y mujeres así:
•
•
•
Se incluyó en la encuesta de condiciones de vida de 1999 la propiedad
y/o administración de los establecimientos familiares, lo que permite la
diferenciación sobre la propiedad de los mismos y la propiedad o
titulación de la vivienda.
Se incluyó también en la Encuesta de Empleo, Desempleo y Subempleo
desde el 2001, la variable sobre el número de horas semanales que
dedican los miembros del hogar trabajadores o no, a las tareas
domésticas, esto a partir de los cinco años de edad, que es el corte que
se utiliza para la investigación de empleo, .
En las encuestas industriales básicamente en empleo y remuneraciones
se incluyó la variable sexo para la mano de obra ocupada por los
establecimientos y por tanto para sus niveles de remuneración.
En base a esta información estadística, se pueden realizar varios análisis y
construir indicadores sistemáticos en el SIMUJER, (sistema de información de
la mujer).
En la segunda parte del presente documento, solo se pretende dar cuenta de lo
que en las variables sobre trabajo productivo y reproductivo se investigó en la
encuesta de empleo de noviembre del 2002 y que puede servir para un
monitoreo de las mismas, ya que están incluidas en la investigación de
septiembre del 2003 y se mantendrán en las investigaciones del módulo
respectivo del Sistema Integrado de Encuestas de Hogares SIEH del INEC.
El SIEH en la Investigación con enfoque de género
El recientemente implantado Sistema Integrado de Estadísticas de Hogares
SIEH, tiene particulares características, las mismas que facilitan la inclusión de
temas y variables útiles para los análisis de género.
•
•
•
Su diseño modular permite realizar las investigaciones con una
economía de escala que abarata costos.
Tiene periodicidad trimestral en sus módulos permanentes, y variable
según la demanda para los módulos adicionales.
Sus investigaciones trimestrales tienen un diseño muestral que parte de
una Muestra Maestra de propósitos múltiples, construida en un Marco
Muestral estratificado elaborado a partir de la información del Censo
Nacional de Población y Vivienda de noviembre del 2001.
•
La investigación bajo una muestra maestra, garantiza la comparabilidad
y complementariedad de sus resultados de los distintos módulos
investigados trimestralmente, aún mas cuando se tiene el diseño
muestral rotativo con un panel del 50% de viviendas por semestre.
Las posibilidades de investigación y obtención de información útil para el
análisis de género en el INEC, se amplían y ofrecen un buen grado de
sostenibilidad en base a un SIEH que considera investigaciones con módulos
permanentes (Empleo y seguimiento del gasto del hogar) y módulos rotativos
de las Encuestas de Condiciones de Vida, ECV y adicionales entre los cuales
pueden insertarse módulos, temas o simplemente variables de género como
las enunciadas en la primera parte del presente documento.
II. Los resultados
II.1
Trabajo productivo y reproductivo en la Encuesta de Empleo del
año 2002
Como una precisión conceptual, se llamará trabajo reproductivo, a aquel que se
encarga de las tareas domésticas en el hogar propio y que se excluyen
expresamente de la “actividad económica“, diferenciándolo del trabajo no
remunerado que se realiza en las unidades productivas o en el hogar, pero
cuyas actividades están consideradas dentro del concepto de actividad
económica”. Por ello no se puede definir como trabajo no remunerado a las
tareas domésticas por que se corre el riesgo de sumarse al trabajo no
remunerado de las categorías de ocupación de la OIT.
II.2
La calidad del trabajo, mujeres e informalidad
Para la medición de la informalidad se recogieron los criterios y
recomendaciones de la CIET de la OIT de 1993, ensayando algunas variables
en el 2001, se determinaron las mas susceptibles de investigarse para el 2002,
adicionalmente se acordó en las reuniones técnicas de la Comunidad Andina
de Naciones CAN, la homogenización de variables para la medición de la
informalidad en el mercado laboral. Con estos acuerdos y pruebas, en la
Encuesta de noviembre del año 2002, se incorporaron únicamente las
preguntas sobre:
•
•
•
Tipo de contabilidad que lleva el establecimiento
El registro único de contribuyentes RUC y
Se conservaron las preguntas sobre el tamaño de establecimiento
medido en cantidad de ocupados.
Para el año 2002, las preguntas mencionadas se realizaron a los trabajadores
por cuenta propia y familiares no remunerados, a los patronos y a los
asalariados de empresa privada de todos los establecimientos sin excepción,
independientemente del número de trabajadores con que opera.
Los primeros resultados mostraron que los establecimientos de más de 50
trabajadores no tenían condiciones de informalidad, en el Ecuador la
instauración del nuevo Servicio de Rentas Internas y los controles que ejerce
obligan a la formalización de estos establecimientos.
Los resultados según el nuevo enfoque
Con los antecedentes anotados se procedió al procesamiento de la información
sobre la base de la población ocupada en establecimientos de hasta 50
trabajadores, constatándose que del total de ocupados en establecimientos
informales, solo 4.2% laboran en establecimientos de 11 a 50 trabajadores, que
además son los que se investiga en el INEC a través de las encuestas
económicas. El grueso del trabajo informal esta en establecimientos de 1 a 5
(88%), y de 6 a 10 en donde está el 7,7 restante.
TAM AÑO DEL ESTABLECIM IENTO
CONDICION DE INFORM ALIDAD
TOTAL
TOTAL NACIONAL
100%
1a5
88,10%
6 a 10
11 a 20
7,67%
21 a 50
2,71%
1,52%
Fuente: ENEMDU-2002, INEC
Elaboración: el autor
Con esta distribución, el análisis de la información se centrará en las
características generales de la población y no tanto en la distribución por
tamaño de establecimiento, pudiendo en el futuro recomendarse el análisis a
partir únicamente de los establecimientos de 1 a 10 trabajadores que cubrirían
el 95.8% del total de la mano de obra informal.
Para efectos de la participación de la mano de obra masculina y femenina, las
cifras son evidentes; clasificada por sexo, el 59% de los ocupados del SIU son
hombres y 41% mujeres, estas cifras guardan proporciones cercanas a la
distribución del total de ocupados en el país que es de 62% y 38%
respectivamente, lo que a primera vista insinuaría que el mercado no es
altamente discriminatorio de su mano de obra por el sexo, aunque se comienza
a visibilizar una tendencia a la mayor participación relativa de la mano de obra
de mujeres.
TOTAL
OCUPADOS
TOTAL
INFORMALES
A
B
ESTRUCTURA
ESTRUCTURA
TASAS
DE
DE
LOS DE
LOS INFORMALIDAD
OCUPADOS
INFORMALES
POR SEXO
A1
B1
(B/A)x 100
TOTAL
3376123
1848420
100%
100%
55%
HOMBRES
2078220
1095250
62
59
53%
MUJERES
1297903
753170
38
41
58%
Fuente: ENEMDU- 2002, INEC
Elaboración: autor
Sin embargo, cuando se calculan las tasas de informalidad, esta alcanza el
53% en hombres y 58% en mujeres comparada con las tasas de participación
global de 62% en hombres y 38% en mujeres, las mujeres se encuentran
obviamente en situaciones desfavorables en el mercado de trabajo.
La tasa nacional urbana de informalidad del 55%, comparada con la que
tradicionalmente se obtenía a través del cálculo sobre el total de
establecimientos de menos de 6 trabajadores que para el año 2002 que fue de
44%, es relativamente alta debido a la inserción de establecimientos de hasta
50 trabajadores.
Las principales actividades económicas en el sector informal
La distribución de la PEA ocupada en el sector informal muestra una clara
tendencia a ubicarse en el sector del comercio 33.8%, la manufactura ocupa
sólo el 14% de la mano de obra informal luego, le sigue en importancia
porcentual la mano de obra dedicada al servicio doméstico, el mismo que por
ser a hogares está para efectos de este documento es enteramente en el
sector informal.
Agricultura,
ganadería y caza
Industria
Manufacturera
Construcción
Comercio, reparac.
vehíc. y efect.
personales
Hoteles y
restaurantes
Transporte,
almacenam. y
comunicaciones
9,7%
11,0%
7,2%
5,6%
8,6%
9,7%
14,4%
33,8%
DISTRIBUCIÓN DE LA PEA OCUPADA SEGÚN RAMA DE ACTIVIDAD ECONÓMICA DEL ESTABLECIMIENTO
Hogares privados
con servicio
doméstico
Otras Ramas de
actividad
Fuente: ENEMDU- 2002, INEC.
Elaboración: autor
La distribución la mano de obra según el sexo de las personas, muestra la
masculinización de ciertas actividades económicas, en construcción por
ejemplo, el 96% son hombres, de igual manera en el transporte 95%, así como
en la agricultura y la manufactura.
DISTRIBUCIÓN DE LA PEA OCUPADA INFORMAL SEGÚN SEXO POR
RAMAS DE ACTIVIDAD ECONOMICA
SEXO Y RAM A DE ACTIVIDAD
TOTAL
NACIONAL
HOMBRES
M UJERES
TOTAL NACIONAL
100%
59,3%
40,7%
Agricultura, ganadería y caza
Industria Manufacturera
Construcción
Com ercio, reparac. vehíc. y efect. personales
Hoteles y restaurantes
Transporte, almacenam. y comunicaciones
Hogares privados con servicio doméstico
Otras Ram as de actividad
100%
100%
100%
100%
100%
100%
100%
100%
76,4%
62,1%
96,0%
53,9%
40,2%
95,1%
6,8%
65,1%
23,6%
37,9%
4,0%
46,1%
59,8%
4,9%
93,2%
34,9%
Fuente: ENEMDU- 2002, INEC.
Elaboración: autor
Cabe una aclaración en cuanto a la participación de la mujer en la
construcción, en el Ecuador generalmente, las mujeres y los niños y jóvenes
trabajan como peones (o ayudantes) de sus esposos o padres etc., pero este
trabajo se invisibiliza ya que generalmente no es declarado como trabajo por
ellas ni por sus cónyuges o padres.
La relación de dependencia de los ocupados informales
Otras de las cifras importantes para la caracterización del sector informal es la
constitución de las relaciones del trabajo, relaciones entre agentes de la
producción y de estos con los medios de producción, en estas relaciones se
evidencia la calidad del trabajo de las personas y las soluciones que la
sociedad y el propio mercado ha encontrado a la desocupación a y a la
generación de ingresos discriminándolas por sexo.
Los trabajadores sin relación de dependencia, es decir, los cuenta propia y sus
familiares no remunerados constituyen la mayoría de la mano de obra 57.3%
del total; el otro rubro importante de mano de obra es el de asalariado privado,
el resto de grupos se encuentran en los parámetros de la distribución de la
mano de obra a nivel nacional formal e informal.
Las cifras demuestran que el sector informal del mercado de trabajo se
dinamiza por medio de la autegenaración de empleo como factor fundamental
de ampliación del mercado laboral, el sector formal en el país no está en
capacidad de absorber el ingreso de mano de obra nueva y menos aún de
mano de obra secundaria forzada a ingresar al mercado laboral por la crisis
económica.
Los asalariados por su parte constituyen un 27,5% y los patronos (en pequeñas
empresas familiares o microempresas en su mayoría) constituyen solo el 7%.
OCUPADOS EN ESTABLECIMIENTOS INFORMALES SEGÚN CATEGORÍA DE
OCUPACIÓN
49,1%
27,5%
8,2%
7,3%
Asalariado
Privado
Patrono o
socio
Fuente: ENEMDU- 2002, INEC.
Elaboración: autor
Cuenta
Propia
Trabajador,
Fam ilia no
rem unerado
7,9%
Em pleada
Dom estica
Por sexo, el 50% de las mujeres son cuenta propia, un 12% adicional son
familiares no remuneradas, el 18% empleadas domésticas y solo el 14% de
ellas asalariadas, esto significa que el trabajo al que acceden es
autogeneración de empleo o como ayudantes familiares en su mayoría.
Entre los propietarios de su propio negocio o establecimiento, -los patronos-,
las mujeres son la mitad que los hombres y es un indicador del menor acceso a
medios de producción por parte de ellas.
O CUPADOS EN EST ABLECIM IENT OS INFORM ALES SEG ÚN CAT EGO RÍA DE
O CUPACIÓ N
50,3%
MUJE R E S
A salariado P rivado
P atrono o socio
Cuenta P ropia
Trabajador, Fam ilia
no rem unerado
18,0%
0,9%
12,8%
5,0%
4,6%
9,2%
14,3%
36,5%
48,3%
HO MB R E S
E m pleada
Dom estica
Fuente: ENEMDU- 2002, INEC
Elaboración: el autor
Las jornadas de trabajo de la informalidad
El sector informal urbano del mercado laboral tiene algunas particularidades en
cuanto a las jornadas de trabajo, por un lado existe una gran cantidad de mano
de obra ocupada que labora pocas horas, jornadas pequeñas que combina con
otras actividades, (estudios, quehaceres del hogar etc.), y por el otro, ocupados
con jornadas extenuantes requeridas para lograr ingresos suficientes para el
hogar.
El 46% de la mano de obra trabaja sobre las 40 horas legalmente establecidas
en los cuerpos legales laborales; el 33% labora menos de dicha norma y sólo el
21% trabaja las cuarenta horas legalmente establecidas.
HORAS DE TRABAJO SEMANALES DE LOS OCUPADOS DEL SECTOR
INFORMAL URB ANO
34%
21%
16%
12%
10%
4%
2%
1 a5
6 a 10
11 a 20
21 a 39
40 horas
41 a 60
61 y mas
Fuente: ENEMDU- 2002, INEC.
Elaboración: autor
Si observamos la duración de la jornada por sexo, las mujeres a pesar de ser
un número menor en el total, constituyen la mayoría en el trabajo por jornadas
menores de 40 horas, es decir jornadas combinadas con quehaceres del hogar,
así, en los rangos de jornadas más largas en donde son los hombres los que
trabajan mas horas para completar sus ingresos, esta distribución tiene que ver
con factores culturales de dobles roles (reproductivos y de mercado) asignados
a las mujeres.
H OR AS D E TR AB AJO EN EL SIU SEGÚN SEXO
38%
28%
22%
19%
18%
15%
5%
2%
1 a5
3%
15%
13%
12%
7%
3%
6 a 10
11 a 20
21 a 39
HOMBRES
Fuente: ENEMDU- 2002, INEC.
Elaboración: autor
40 horas
MUJERES
41 a 60
61 y mas
II.3 El Trabajo productivo y reproductivo
La conformación social de los conceptos y las actitudes ha derivado en la
asignación de roles que se reflejan la diversidad de tareas que mujeres y
hombres realizan para garantizar su sobrevivencia.
El trabajo productivo tiene su contraparte en las tareas del hogar como
Quehaceres Domésticos (QQDD) que se excluyen de la actividad
productiva dedicada al mercado. Es necesario encontrar la relación entre
estos dos campos de la actividad de los seres humanos.
PERSONAS QUE REALIZAN ACTIVIDADES DE QQDD
DIS T R IB UCION DE L T R AB AJO DE QQDD E N L OS H OGAR E S
UR B ANOS , S E GÚN H OR AS DE DICADAS P OR S E XO
100,0
90,0
80,0
70,0
60,0
50,0
40,0
30,0
20,0
10,0
0,0
HOM B R E S
T OT AL
has ta 10
11a 20
21a 30
31a 40
41y mas
M U JE R E S
Fuente: ENEMDU- 2002, INEC.
Elaboración: autor
Entre la población total de cinco y mas años de edad, los resultados
graficados muestran como la dedicación a las tareas del hogar es parte del
rol de las mujeres en lo fundamental. La desigualdad es elocuente cuando
se observa la diferencia a medida que son más las personas según las
horas que dedican hombres y mujeres a esta actividad.
La información presentada por ser independiente de la actividad económica
que la población realice o no, muestra la “obligatoriedad” del cumplimiento
de las tareas del hogar por parte de las mujeres.
La magnitud de la contribución y sus diferencias se evidencian mejor
cuando se aproxima la cálculo del volumen de trabajo en QQDD, medido en
horas semanales.
VOLUMEN SEMANAL DE TRABAJO EN QQDD MEDIDO EN
HORAS, POR SEXO
90000000
80000000
70000000
60000000
50000000
T OT AL
40000000
30000000
HOMB R E S
20000000
MUJER E S
10000000
0
TOTAL
5 horas
15 horas
25 horas
35 horas
45 horas
Fuente: ENEMDU- 2002, INEC.
Elaboración: autor
Como se observa en el grafico anterior, cuando se aproxima a un volumen
de trabajo en horas dedicadas a los QQDD, sobre un total de 83.073.220
horas semanales, las mujeres asumen las 64.646.870, es decir el 75% de
total de las horas dedicadas en los hogares a esa actividad.
Esta asignación del rol del trabajo reproductivo obliga como se demostró en
el análisis de las horas de trabajo de las mujeres en el sector informal de la
producción, a insertarse en trabajos de baja productividad por medio
generalmente de la autogeneración del empleo.
Adicionalmente, asume entonces un rol de proveedora
del cual
generalmente no es conciente, se toma como ayuda al hogar o al esposo y
tiende a volverse invisible en la investigación del empleo por considerar
que no es trabajo productivo.
Po r c e n ta je d e p e r s o n a s o c u p a d a s q u e p a r tic ip a n e n lo s
Q Q DD p o r s e x o
1 0 0 ,0
9 0 ,0
8 0 ,0
7 0 ,0
6 0 ,0
5 0 ,0
4 0 ,0
3 0 ,0
2 0 ,0
1 0 ,0
0 ,0
TO TA L
Fuente: ENEMDU- 2002, INEC.
Elaboración: autor
HO MB RES
MUJERES
Entre la población ocupada, tomada como número de personas, la
participación en los quehaceres del hogar es mas equilibrada, el gráfico
antecedente insinúa una distribución mas equitativa del trabajo doméstico.
Si embargo, al igual que en el caso de la población total, la población
ocupada de mujeres es la que asume la mayor parte de este trabajo, como
se muestra cuando se calcula el volumen de trabajo medido en horas
dedicadas a los QQDD, por parte de la población ocupada.
VOLUMEN DE TRABAJO EN QQDD DE LA POBLACION OCUPADA, SEGUN
SEXO
40000000
35000000
30000000
25000000
20000000
15000000
10000000
5000000
T OT AL
0
HOMB R ES
T OT AL
5 horas
15 horas
25 horas
35 horas
45 horas
MUJER ES
Fuente: ENEMDU- 2002, INEC.
Elaboración: autor
En el gráfico anterior se observa que cuando se aproxima a un volumen de
trabajo en horas dedicadas a los QQDD, sobre un total de 34.408.240 horas
semanales, las mujeres asumen las 22.544.140, es decir el 65.5% de total
de las horas dedicadas en los hogares a esa actividad. La distribución es
menos inequitativa pero configura la discriminación sexual de la asignación
de roles y responsabilidades, sin que la participación de la mujer en el
trabajo productivo cambie la tendencia.
En conclusión, el gráfico de la distribución de las tareas domésticas,
presenta las misma tendencia que el correspondiente de la población total,
la condición de proveedora de la mujer, no le excluye en lo mas mínimo de
las “obligaciones del hogar.”
A partir del supuesto de que el Mercado Moderno (formal) de la producción
y por tanto presentaría una mayor homogeneidad en las condiciones
laborales en duración de la jornada de trabajo productivo, de ingresos etc.,
es importante analizar lo que sucede con el trabajo reproductivo entre esta
población ocupada.
P oblac ión oc upada en el s ec tor M oderno que realiz a Q Q D D,
por s ex o
90,0
80,0
70,0
60,0
50,0
40,0
30,0
HOMB R ES
20,0
10,0
MU JER ES
0,0
T OT AL
has ta10
11a20
21a30
31a40
41y mas
Fuente: ENEMDU- 2002, INEC.
Elaboración: autor
Cabe resaltar que el gráfico anterior se refiere solo a la mano de obra que
labora en el sector moderno de la producción, es decir que tiene un
supuesto de ocupación en jornadas legales semanales de 40 horas y de
mejor productividad que en el SIU, al que se adiciona el trabajo del cuidado
del hogar.
Esta aproximación, mas las horas totales entregadas por las mujeres a las
tareas del hogar, respecto de las de los hombres, muestra la dimensión de
la diferencia de la mano de obra ocupada en el trabajo productivo en
relación al reproductivo, aún en condiciones de trabajo reproductivo
similares entre hombres y mujeres.
Sin embargo, la evidencia de la disminución de la inequidad entre las
personas ocupadas indican que la inserción de la mujer en el trabajo
productivo a través de políticas de generación de empleo dirigido a mujeres,
puede ser una de las medidas positivas que ayude a la disminución de la
inequidad y por tanto, el estudio pormenorizado de las condiciones del
empleo por sexo, será un elemento importante para el objetivo.
T R A B A J O P R OD U C T I V O Y R E P R OD U C T I V O D E L A P OB L A C I ÓN
OC U P A D A P OR S E X O
120
100
80
54
34
48
66
52
60
40
20
46
0
HOM B R E S
T . P R ODUCT IVO
T . R E P R ODUCT IVO
Fuente: ENEMDU- 2002, INEC.
Elaboración: autor
T OT AL P +R
M U JE R E S
Si se abstrae de los conceptos convencionales y se asume al trabajo como
toda aquella actividad de ser humano que contribuya a su sobrevivencia, es
decir si se incluye en el concepto de trabajo a las actividades propias del
hogar (reproductivas), la contribución de la mujer tiene enorme importancia,
el 52% de total del trabajo lo realizan las mujeres.
T R AB AJO P R ODUCT IVO Y R E P R ODUCT IVO T OT AL , P OR S E XO
120
100
24,6
39,5
80
54,1
60
40
75,4
60,5
20
45,9
0
H OM B R E S
T . P R ODUCT IVO
T . R E P R OD. T OT AL
T OT AL
M UJ E R E S
Fuente: ENEMDU- 2002, INEC.
Elaboración: autor
Cuando se realiza este mismo ejercicio con toda la población de cinco años
y mas, introduciendo un concepto de volumen global del trabajo el aporte de
las mujeres se vuelve mas visible y por tanto mas importante, 60.5% del
volumen del total de horas de trabajo global semanal.
Nuevamente la comparación de la contribución al volumen global de trabajo
muestra una tendencia a la reducción de la inequidad de género en la
asignación de roles reproductivos entre la población ocupada.
Nota metodológica.- Todos los cuadros y gráficos de tiempo de trabajo que sirvieron para el total de horas
semanales de trabajo, (todos los que tiene en sus rengos 5,15, 25, 35 y 45 horas, se construyeron asumiendo el
promedio de los rangos ya que no se contó oportunamente con información desglosada para el efecto, esto
introduce un sesgo pero que al ser imparcial para los dos sexos, no invalida la información en términos
proporcionales. Hay que afinar las formas de cálculo pero la tendencia en proporciones, difícilmente tendrá
variaciones que desfiguren la elocuencia de la información presentada.
ALGUNAS CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
PARTE UNO
•
•
•
•
•
•
Las mediciones, indicadores e índices estadísticos deben trabajarse
privilegiando la utilidad de los mismos para el diseño, aplicación y
evaluación de las políticas públicas en dirección de la igualdad de
oportunidades entre los sexos.
Se recomienda realizar investigaciones que permitan obtener una
línea de base en temas de uso del tiempo, destino de los ingresos, la
composición del ingreso familiar según sus aportantes y las fuentes
del ingreso familiar.
Para lograr la mejor visibilización de las diferencias de género se
pueden fortalecer las investigaciones existentes en la Oficinas de
Estadística o Institutos Nacionales, con el fin de insertar pequeños,
módulos o variables sin alterar mayormente los planes estadísticos
nacionales, aprovechando la economía de escala que ofrece la
inserción
de
variables
en
investigaciones
periódicas,
institucionalizadas y actualmente financiadas.
Las variables de jornadas de trabajo productivo y de quehaceres del
hogar permiten un acercamiento al análisis de los roles de hombres y
mujeres en cada país, fundamentalmente a plantear la valorización
del mismo, impulsando su uso en las Cuentas Nacionales.
La utilización de variables de ingreso y Canastas Básicas son
medidas universales y a la vez discriminatorias que permiten una
mejor aproximación a la medición de las carencias o de la
insatisfacción de necesidades.
El análisis con enfoque de género de las encuestas de mercado
laboral de los países, permiten caracterizar la fuente del ingresos del
hogar y la forma discriminatoria del mercado frente a las mujeres
especialmente.
PARTE II
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•
•
•
Los ocupados del sector informal se dedican básicamente al
comercio y los servicios personales en relación de independencia
laboral preferentemente.
Las jornadas de trabajo son extremas, por un lado muy cortas, que
son complemento de otras actividades cotidianas y por otro,
excesivamente largas por su baja productividad, jornadas necesarias
para complementar sus ingresos.
En el sector informal labora gran cantidad de mujeres, producto de su
doble rol (productivo y reproductivo) demostrando un acceso
discriminatorio al mercado de trabajo de la mano de obra femenina.
Gran cantidad de mujeres están dentro de jornadas pequeñas de
trabajo productivo, lo que sugiere la necesidad de políticas
diferenciadas de generación de empleo para este sector.
•
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•
Las jornadas de trabajo en los QQDD, se asignan fundamentalmente
a las mujeres en la población ecuatoriana.
La participación en el trabajo productivo no les exime a las mujeres
de sus “responsabilidades en el cuidado del hogar”.
En los hogares en que las mujeres asumen también el rol de
proveedoras, se observa un pequeña mejoría en la distribución del
trabajo de QQDD entre hombres y mujeres.
La generación de empleo productivo para la mujer incide en la
disminución de la inequidad en la distribución del trabajo reproductivo
asignado socialmente a las mujeres.
La propuesta demuestra un acercamiento a al contabilidad del
trabajo de tareas del hogar, condición básica para su posterior
valoración.
Quito, 20 de septiembre de 2003
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