Universidadb Nacional del Nordeste

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Universidad Nacional del Nordeste
FACULTAD DE ARQUITECTURA Y URBANISMO
Instituto de Planeamiento Urbano y Regional
Cátedra: DESARROLLO URBANO II
Unidad Nº5: ESTRUCTURA URBANA
Punto 5.2.: Introducción a la economía urbana. La ciudad, una nueva categoría de análisis. La ciudad en tanto agente
económico.
1. INTRODUCCIÓN A LA ECONOMÍA URBANA.
1.1. Concepto.
Entendemos por ECONOMÍA URBANA “... el estudio del sistema de producción, distribución y consumo de los bienes y
servicios destinados a satisfacer las necesidades de un centro urbano, abarcando la totalidad de su actividad productiva y la
de su área de influencia, a la que abastece con bienes y servicios de distinta índole”.
1.2. Objetivos.
Los objetivos de la economía urbana serían de dos órdenes: los objetivos de crecimiento y los objetivos de gestión y
organización.
Particularmente en nuestra época, cuando la preocupación de los países llamados en vías de desarrollo, es conseguir un
crecimiento acelerado, que supone una “asignación óptima de recursos en las inversiones directamente productivas, en el
alojamiento, la educación, etc. y una adecuada distribución espacial de la población y de las unidades de producción”.
Si ello se encuadra dentro de un proceso de urbanización de características anárquicas, con sus secuelas de deseconomías,
vemos que el rol del economista estará encaminado a precisar:
- las interrelaciones que definen ese contexto de urbanización acelerada y el crecimiento económico general;
- las interrelaciones entre el fenómeno urbano y las grandes funciones económicas.1/
De todo ello surgirán elementos de una economía de la urbanización o una economía de las ciudades. Es decir, una rama de
la economía urbana que estudia las relaciones que mantienen las ciudades entre ellas y con el conjunto de la economía en
general, donde la atención está centrada en el concepto de interdependencia entre los distintos puntos del espacio y el
conjunto económico de la región.
Por otro lado, la economía urbana está dedicada también al estudio y la planificación de la distribución de las actividades,
de la renovación del suelo, de la circulación, de los servicios públicos, problemas internos de la ciudad y que se dan a nivel
individual, vale decir, que adquieren carácter específico para cada centro urbano.
Esta rama de la economía urbana, que estudia a los centros como entidades individuales a través de su análisis interno, sería
la economía de la ciudad, el estudio del sistema económico interno de la misma.
2. LA CIUDAD: UNA NUEVA CATEGORÍA DE ANÁLISIS.
Interesa aquí el segundo enfoque, y para tratarlo debemos hacer ciertas consideraciones.
La importancia de la ciudad es reconocida desde hace mucho tiempo, pero las primeras reflexiones concernientes a su
naturaleza, su funcionamiento y rol, “fueron más bien obra de moralistas que de científicos” y se han revelado más
sentimentales que rigurosas.
Desde el siglo XVIII la ciudad comienza a ser objeto de críticas. Una corriente de las mismas encabezada por FOURIER
(socialismo utópico), de corte ruralista, pregona el retorno al pasado y a los valores de la sociedad agraria.
Otra corriente socialista (socialismo marxista), reprochará a la ciudad, tal cual existe, que degrada al hombre, pero
aclarando que no sería ése más que un momento histórico, preparando el advenimiento de una sociedad nueva que sabrá
asegurar la síntesis de los valores urbanos y rurales.
Estas corrientes son importantes puesto que inspiraron movimientos reformistas y francamente revolucionarios, y en la
medida que precedieron el análisis científico del hecho urbano, marcaron su influencia en las soluciones prácticas
aportadas a los problemas planteados por el crecimiento urbano.
La pregunta es, por lo tanto: ¿puede la ciudad, tomada como una “entidad económica”, constituir una nueva categoría
fundamental al análisis, igual que la familia, la empresa, la Nación?
3. LA CIUDAD EN TANTO AGENTE ECONÓMICO.
Las ideas a partir de las cuales numerosos autores han pretendido considerar a la ciudad como una nueva categoría en el
análisis económico, giran alrededor de que la misma puede ser tomada como un “agente económico”.
Ahora bien, un agente económico se define por las siguientes características:
- el patrimonio que posee
- las funciones que ejerce
- el centro de decisiones autónomo que constituye.
Entonces, hay que examinar a la ciudad, si en tanto agente económico, presenta las características mencionadas.
a) un patrimonio: realmente la ciudad lo posee? Podríamos distinguir dos clases de patrimonio. En primer lugar, las
familias, las empresas, la administración, las personas físicas o morales que allí se encuentran y de cuya existencia es
posible realizar un balance contable, económico y financiero de todo lo localizado en la planta urbana. Es decir, se
opera bajo la óptica puramente contable de la evaluación del patrimonio de la ciudad.
En segundo lugar, la ciudad posee también un patrimonio indivisible y no reproducible que tiene, a veces, un valor
económico elevado, pero fluctuante y arbitrario. Ejemplos: capital turístico, artístico, cultural.
Las contabilidades urbanas se dedicaron a evaluar todo el capital material reproducible, descuidando los otros
componentes del patrimonio urbano, cuya evaluación difícilmente pueda ser realizada.
b) las funciones: en la óptica de la economía urbana, se privilegiarán aquellas de producción y de relación, entre todas las
que ejerce la ciudad. Funciones de producción de servicios urbanos específicos (recolección residuos, servicios contra
incendios, limpieza de vías públicas, ordenamiento del tránsito, alumbrado público, seguridad urbana, etc.). La función
de producción de los servicios urbanos abre el camino para el estudio de costo-beneficio de los servicios municipales,
de gran interés para el cálculo económico público.
Las funciones de relación que ejerce la ciudad son aquellas de difusión de conocimiento, los intercambios culturales y
económicos, las redes de comunicaciones, la propagación sobre diferentes circuitos. La imagen gráfica de la ciudad es
la de una red complejamente entrelazada.
c) un centro de decisiones autónomo: la ciudad posee y ejerce un poder propio de decisión y distinto de aquellos ejercidos
por los otros agentes económicos. Posee objetivos, instrumentos y una racionalidad específica.
Si el promotor privado responde a la rentabilidad financiera, así como el empresario subordina la producción a sus
objetivos y los usuarios de los servicios urbanos tienen una racionalidad propia acerca de las utilidades y desutilidades
de la vida urbana, el planificador urbano debe sobreimponer su propia racionalidad, su propia visión de un desarrollo
armonioso de la ciudad. Situación que no se da sin conflictos y, precisamente allí, es donde se plantea la cuestión de
“cómo hacer prevalecer la racionalidad de las elecciones colectivas en contra de los proyectos particulares”. De qué
manera:
En principio, delimitando las esferas de influencia de las iniciativas individuales y aquellas del poder público.
Admitiendo en, segundo lugar, que la ciudad, en tanto que tal, es una unidad de gestión de un patrimonio colectivo, con
responsabilidad de prestación de servicios públicos, y para lo cual debe ser investida del poder suficiente para actuar
sobre las personas y los bienes.
Finalmente, “reconociendo en el planificador urbano, la capacidad de prever y planificar el desarrollo armónico de la
ciudad”, en acuerdo con todos los grupos sociales concernidos y según el proceder de consulta y concertación que le
corresponde definir.-
NOTAS.
1/ Las grandes funciones urbanas se pueden presentar a través de la siguiente ecuación: Y = C + I , donde Y: INGRESO, C:
CONSUMO, I: INVERSIÓN.
BIBLIOGRAFÍA.
REBECHI, Osvaldo, “Base Económica Urbana”, Departamento de Planeamiento, FAU, UNNE.
DERICKE, Pierre-Enri, “La Economía Urbana”, Instituto de Estudios de Administración Local, Colección Nuevo
Urbanismo, Madrid, 1971.
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