estos infelices naturalistas! En el mismo año de 1785, habían

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estos infelices naturalistas! En el mismo año de 1785, habían
acumulado una riqueza de inestimable Valor, compuesta de
treinta y s£is macetas de plantas vivas y cincuenta y cuatro
cajones, con ochocientos dibujos, plantas disecadas, semillas, resinas, bálsamos, minerales, rocas, conchas, aves,
peces y animales y muchas curiosidades de los indios salvajes.
Todo lo embarcaron en el «San Pedro de Alcántara» que
hizo, sin novedad, la travesía hasta las costas de Portugal!
pero he aquí que al llegar a éstas, una tempestad sorprendió
a la nave, que impotente ante la impetuosidad de los elementos, fué a estrellarse contra la roca de Papona en las inmediaciones de Peniche y cerca del Fuerte de Ntra. Señora de
la Luz, en la ¡noche aciaga! del 2 al 3 de Febrero de 1786 (1).
No es fácil calcular la inmensa pena que se apoderó de los
corazones de Ruiz y de Pavón al enterarse de tan irreparable
pérdida. Sólo a costa de sobrehumanos esfuerzos, consiguieron sobreponerse al profundo desaliento que invadió sus
almas y emprender de nuevo la campaña, para compensar
con otras adquisiciones, la desaparición de las que habían
sido arrebatadas por las olas del mar.
Por último, el año 1787 falleció, casi repentinamente, en
Pasco, el dibujante D . José Brúñete, dejando en la expedición un gran sentimiento y un hueco imposible de llenar. A
fin de prestar ayuda a los restantes exploradores, entraron a
formar parte de aquélla D . Juan Tafalla y D . Francisco Pulgar, quienes trabajaron con verdadero celo y laudable actividad. El año 1788 regresaron a su patria D . Hipólito Ruiz
y D . José Pavón, quienes trajeron consigo 29 cajones con
herbarios, dibujos y 124 plantas vivas, destinadas al Jardín
Botánico de Madrid.
Cuatro años después publicó D . Hipólito Ruiz su «Quinologia, y en 1794 éste y Pavón el «Prodromus Flora2 Peruvianas et Chilensis», en que describieron 149 géneros de plantas
reconocidos aún hoy como legítimos, en su mayoría.
(1) D . Hipólito Ruiz pinta con vivos colores, estos contratiempos
en el prólogo de su Quinologia impresa en Madrid en 1792 y en la
Introducción del Prodromus Flora; Peruvianae et Chilensis 1758.
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