“No desear nada, para tenerlo todo”.

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Reflexiones Espirituales.
“No desear nada, para tenerlo todo”.
“No desear nada, para tenerlo todo”. Es frase de Santa Teresa de Jesús y que bueno
es tenerla en estos días en que todos hablan de la crisis y que nos va a ir de mal en peor. Lo
triste es que nuestra obsesión por tener, nos empuja cada día a desarrollar toda clase de
deseos inalcanzables, y tratamos de crear todo tipo de necesidades compulsivas que nos
quitan la paz espiritual y nos llevan al sufrimiento en tener, y tener más, y más.
Shantideva afirmaba que los seres humanos, aunque decidimos buscar la felicidad,
corremos, sin embargo, tras todo aquello que nos hace sufrir. Sin darnos cuenta nos
volvemos prisioneros de nuestras posesiones, y al final de la vida nos daremos cuenta que
nada nos vamos a llevar.
Ninguna persona, pertenencia o sensación exterior nos pueden dar una satisfacción
verdadera, y los deseos nos encadenan a los pequeños placeres, y estos nos impiden llegar
a tener la felicidad completa. Porque al aferrarnos a las personas y a las cosas, solo nos
causan serios problemas de infelicidad.
Meister Eckhart, gran medico del siglo XIII dijo: “En mi escrutinio de todo lo escrito,
hasta donde mi razón me lo permite, no encuentro ninguna mejor virtud que el desapego
puro de las cosas.”
Bien dice la Dra. Rosa Rivas Lacayo: “Es bueno aprender a renunciar a los deseos
imposibles de logar todas las cosas, y a nuestro afán de convertir a la gente en nuestra
posesión. Solo así seremos libres y podremos desarrollar nuestro potencial, nuestra dignidad
y nuestra fortaleza interior”.
Cuando nos aferramos a las cosas dejamos de ser libres. ¡Que ironía! Buscamos
bienestar, dinero, relaciones afectivas, y por nuestro deseo incontrolable de tener todo esto,
lo convertimos en nuestra prisión.
Hay que aprender a desprendemos de las cosas y de las personas, y a guardar un
sano equilibrio para vivir en paz. No somos dueños de lo que tenemos, sino de lo que
disfrutamos.
Si nuestras emociones se intensifican y se prolongan, al no alcanzar lo que deseamos,
estamos en peligro, porque nuestro deseo se ha transformado en un intenso apego. Hay que
preguntarnos cuanto más dolor estamos dispuestos a sufrir antes de desprendernos y
renunciar. Nuestros deseos insatisfechos, nos hablan de esa búsqueda desenfrenada, en
tratar de encontrar en el exterior lo que solo podemos encontrar dentro de nosotros mismos.
Hoy es un buen día para liberarnos de las cosas y vaciarnos de deseos insatisfechos,
para dejar de sufrir. Bien dijo Lao Tze: “Solo el rio que se vacía en el océano puede seguir
llenándose”. El desprendimiento nos dará felicidad, y una completa libertad para seguir
llenándonos de eso que se llama... ¡vida!
Dr. Roberto Díaz y Díaz.
drdiaz54hotmail.com
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