colmena las obreras transportan sus cadáveres al exterior, arrojándolos en cualquiera parte. Vulgarmente se aplica el nombre de avispas á diferentes especies de himenópteros pertenecientes á diversas familias naturales. Las avispas se distinguen á primera vista de las abejas, porque cuando se hallan en reposo tienen sus alas superiores plegadas en dos, de modo que parecen muy estrechas. No las extienden más que para volar, mientras que las abejas conservan las alas superiores abiertas aun cuando se encuentren en reposo. Hay avispas sociales y solitarias. Entre las primeras figuran las especies filipinas hasta hoy dia conocidas de los géneros ICARIA, POLISTES y VESPA, las cuales viven en sociedades que no duran más que un año, y están compuestas de machos, hembras y obreras. En ellas, la avispa madre no pasa toda su vida ociosa como la reina de las abejas, pues, á lo menos al principio, se ocupa en la fabricación del nido y en el cuidado de las crias. Los machos tienen también su ocupación; velan por la limpieza de la habitación y la desembarazan de cadáveres. Otro carácter distintivo de las avispas es el tener el abdomen oblongo y elegantemente suspendido del coselete como por un hilo. Su aguijón es más grande que el de las abejas, y toma el veneno de una bolsa situada en su base. Los machos carecen de él. Las avispas no segregan cera. Con sus mandíbulas cortan los vegetales, cuyos fragmentos saben aglutinar de modo que forman una especie de cartón muy resistente. Antes de comenzar la c o n s trucción del nido, las avispas amontonan los materiales cerca del sitio que han escogido para establecer su domicilio. En cuanto á su alimentación, gustan de todo lo dulce y de la miel como las abejas, si bien por apoderarse de esta última causan á veces grandes estragos en las colmenas, matando á las mismas abejas. La puesta de las avispas se verifica en la estación más calorosa. Comienza por los huevos de obreras, y no depositan más que uno en cada celdilla. A los ocho dias sale de cada huevo una larva sin pies, más grande que su envoltorio, y en cuya cabeza se descubren dos mandíbulas. Estas larvas reciben el alimento en forma de bolas que las hembras ó las obreras amasan con sus mandíbulas y con sus patas antes de presentarlas á las crias. A las tres semanas las larvas dejan de tomar alimento y empiezan á encerrarse en sus alvéolos, cuyo interior tapizan con una cubierta sedosa. En esta muda cambian de forma