palabras pronunciadas por el licenciado manuel r. palacios

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PALABRAS PRONUNCIADAS POR EL LICENCIADO
MANUEL R. PALACIOS EN EL HOMENAJE POR SUS SESENTA
Y TRES AROS DE MAESTRO EN LA FACULTAD DE DERECHO
DE LA UNAM
Quiero que el señor Rector y todos ustedes sepan que cuando en 1921
tuve la felicidad de trasladarme de mi provincia amada a esta capital,
tenía yo un padrino. don Manuel Rueda Magro, que era funcionario
con don Venustiano Carranza quien bondadosamente ofreció ayudarme. Era yo de los múltiples muchachos carentes de recursos econ6micos, carentes en absoluto, no digo sólo pobres, y entonces el licenciado
Rueda Magro me dio una recomendación para quien e n entonces Director de la Escuela Nacional Preparatoria, don Ezequiel A. Chivez.
Asistí en medio de los tumultos preparatorianos a llevar mi recomendación al señor doctor don Ezequiel A. Chávez -yo no había leido lo
que decía la recomendación del doctor Rueda Magro- pero en cuanto
don Ezequiel la leyó, de inmediato me dio un abrazo y me dijo: "Cómo
no, mucliacho", y en ese momento escribió en u n papel la orden para
que me inscribieran, pero puso al calce: "dispensado de pago por pobre
solemnidad". Y fue así como la señorita Rizo quien era la persona que
registraba a los nuevos alumnos, me inscribió con ese "nombre" que
llevé en la realidad por mucho tiempo de mi vida.
Pasaron los años preparatotianos, y entonces como ahora, las crisis
eran múltiples. Yo recuerdo que en 1921 se preparaba el centenario de
la Independencia, hubo entonces una huelga. ya no sé porque, pero
durú la huelga, jóvenes estudiantes, y queridos maestros, seis meses.
Fue ésta mi primera experiencia provinciana de descanso obligatorio.
Después, vinieron una serie de conflictos en los que nuestra generación, una generación que siempre fue muy política, intervino en todos
Se llev6 a cabo en el .4ula Magna "Jacinto Pallares" en la Facultad de Derecho
<le la I;NAM el 27 <le noviembre de 19%.
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MANUEL R. PALACIOS
los actos públicos que le era posible y cuando no era posible, inventaba la manera de participar. La preparatoria era entonces un centro de
inquietud y los estudiantes procurábamos estar en cuantas huelgas era
posible. Era ésta una forma permanente de vivir. Tuvimos extraordinarios maestros. Nunca olvidaré la señera figura, casi un Quijote, de
don Erasmo Castellanos Quinto, profesor de Literatura Universal. Era
un brillantísimo maestro, sabia de memoria -1imagínense ustedes!El Quijote, nos recitaba La Zllado, La Odisea, La Divzna Comedia, en
un lenguaje tan límpido, tan universit;irio, tan literario, que eran sus
clases casi mítines que terminaban en grandes aplausos. Ese fue el gran
cervantista Castellanos Quinto, quien dada su sapiencia llegó a imparti^ conferencias sobre Cervantes y El Quijote en la Universidad de
Madrid. Ese era el maestro de Literatura Universal de la Escuela N+
cional
Preparatoria. Lo menciono, porque nosotros debemos recorJür
,
siempre qué clase de dirigentes intelectuales hemos tenido, debemos
a r ciar a los que se distinguen en el amor al estudio, n o desperdiciar
p
su tiempo sino por el contrario aprovechar y amar sus enseñanzas, amar
anuestra Universidad. respetar y ayudar en el trabajo a nuestras autoiidades.
.. .
e
.
,
También tuvimos penas en nuestras luchas políticas. Fuimos entonces adictos a hacer de nuestro país el mejor país del mundo. Nunca
olvidare las ensefianzas de Manuel Gómez Morin, ese gran maestro y
gran Director de nuestra Facultad quien en su cátedra de Derecho PÚblico, siempre terminaba diciéndonos: "Hagamos del mundo un lugar
decente donde vivir." En otra vertiente ideológica, pero también fiel' a.
sus.ideas, recuerdo a don Narciso ~ a s s o l squien
,
abrazó las' luchas m¿is
radicales con gran talento intelectual y con gran pureza espiritual.
Narciso Bassols fue y &rii u n ejemplo de talento, virilidad, oondid
lealtad a las ideas. Amó a nuestra Universidad, amó a nuestra Facultad.
y
Esta pléyade de maesíros que tuvimos, llevaron a nuestras aulas toaa,
la legislación que para entonces era revolucionaria: Ellos siempre 'hicieron de nuestra Facultad, una Facultad critica, nunca conformiiti:
Que sea hoy nuestra Facultad, una Facultad critica, y que sea así C&O
siempre, que nunca sea conformista, que busque el derrotero de la brillantez con servicio y con prestigio a las, instituciones.
Fue este espíritu el que nos convirtió entusiastas políticos que rechazábamos el sistema político del momento. Lucliamos en contra de la
reelección, fuimos adictos al maestro Vasconcelos que encabezaba esa,
PALABRAS DEL LIC. MANUEL PALACIOS
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liiclia. Uno de nosotros, u n orador fogoso, Germán de Campo nos condujo una noche al jardín d e San Fernando donde pronunció, como 61
fatalmente nos dijo, su último discurso en contra de la reelección. Tal
pareciera que él mismo hubiera dictado su sentencia porque cuando
salimos los manifestantes del jardín, en una esquina se desató una
balacera provocada por esos que se llaman "guaruras" -personajes seguramente poco coiiocidos de ustedes y sobre todo de los estudiantesy de esos "guaruras" partió la bala que segó la vida de Germán de
Campo. Cayo Germán frente a nosotros. Iba yo acompañado de Andrés Heiiestrosa y cuando él me dijo: "Ya mataron a Germán", yo le
respon<li precavido: "No te iniievas." Recogimos el cadáver de GermAn
de Campo y todos los estudiantes, no sólo los universitarios, lo envolvimos en la Enseria Patria, lo pusimos en su ataúd; y muchachos, la
j u ~ e n t u dmexicana nunca ha tenido miedo, y repito, pusimos el cadáver en el ataúd y fuimos a pie cargándolo hasta el Panteón de Dolores.
Kos habían amenazado, pero como de amenazas viviamos y así nos forjaiiios entonces, sin miedo marchamos al Panteón de Dolores donde
depositamos el cadáver de Germán de Campo pero nunca sus ideales.
Era e1 nuestro estandarte y hoy hay u n día que se llama "día del estudiante' 'que es el dia en que fue asesinado Germán de Campo.
Esa es nuestra juventud, esa es nuestra Facultad de Derecho, critica.
inconfonne pero sana, llena de virtudes. llena de esperanzas, gozosa
como debe ser. Yo celebro que tengamos al señor Rector que tenemos
ahora. Ciertamente no hay discursos elocuentes, hay hechos, hay realidades que es lo que nosotros debemos procurar.
No tengo manera de expresar todos mis agradecimientos a cada una
de las personas queridas que me han hecho el gran honor de acompañarme este día, pero en primer lugar agradezco profundamente al señor
Rector el honor de su presencia. Mis votos más firmes y cariñosos por
su bienestar y por el triunfo y valía de su obra rectoral.
También agradezco la compañia de un amigo mío, compañeros de
lucha en horas muy dificiles para la universidad y que fue Director
de nuestra Facultad, el licenciado Ernesto Flores Zavala, quien hoy me
hizo el grandísimo honor de acompañarme.
Finalmente, verán ustedes la vanidad que tengo de portar en este
día esta presea que me fue entregada por el Presidente de la República
en nombre del Estado de Oaxaca por justamente los sesenta y tres años
d e profesor en nuestra Facultad. Expreso mis votos porque tengan mu.
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MANUEL R. PALACIOS
cho dxito los muchachos que en ella hoy abrevan el Derecho, que nuestros maestros no se rindan, no se confonnen con la realidad viviente,
que luchen por superarla, que arriesguen un poco la situacibn personal
para bien del país, y a todos y cada uno de mis compañeros, larga vida
-no quiero decir como la mía- para que trabajen con entusiasmo y
£e en los destinos de nuestra Patria.
Muchas gracias.
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