LA TEOLOGÍA FEMINISTA: ESCUCHAR, COMPRENDER Y RESPONDER ANTE UN MUNDO SECULAR Y PLURAL Congreso de la ESWTR-Asociación Europea de Mujeres para la Investigación Teológica en Salamanca (24-28 de agosto del 2011) A finales de agosto del 2011, se ha celebrado en Salamanca el XIV Congreso Internacional de la ESWTR, la Asociación Europea de Mujeres para la Investigación Teológica, que se fundó en el año 1986 en Suiza, cuenta con 600 socias, y tiene el objetivo de dar a conocer la teología feminista y de crear redes de diálogo entre mujeres investigadoras en teología y ciencias religiosas de diferentes confesiones y religiones. Diferentes grupos e instituciones como la ATE (Asociación de Teólogas Españolas), Mujeres y Teología de Madrid, el Col·lectiu de Dones en l’Església de Catalunya, y EFETA (Escuela de Teología Feminista de Andalucía), han sido las anfitrionas de la edición del Congreso del 2011 que ha congregado alrededor de 200 personas. La acogida y el trato de las Hermanas de la Caridad en la Casa de Espiritualidad de Santa Marta de Tormes, contribuyó al buen ambiente y al intercambio fructífero que se dió entre organizadoras, la Junta europea de la Asociación, artistas invitados y los participantes. Alrededor del lema “escuchar, comprender y responder en un mundo plural y secular”, se plantearon preguntas cómo: ¿hasta qué punto escucha la teología feminista la voz de las mujeres atenazadas por la exclusión, la marginalidad y la violencia de género? ¿Qué concepción de Dios y qué lenguaje sobre Dios usamos las mujeres de las diferentes comunidades religiosas de Europa? ¿Qué pueden aportar las mujeres creyentes y las teólogas a las sociedades europeas multiculturales y complejas dónde viven? En el encuentro, se dió especial importancia al arte como medio para expresar una concepción relacional y amorosa de Dios, más allá de los discursos religiosos institucionales. En el claustro de la casa, se expusieron obras (pinturas y esculturas) de diferentes artistas como Megan Clay, Caroline Mackenzie, Stefanie Knauss, Annette Esser o Silvia Martínez Cano, que nos mostraron como las imágenes y los símbolos pueden contribuir en la búsqueda de nuevos lenguajes para las experiencias espirituales de las mujeres. También las actuaciones musicales del grupo SCIVIAS -con cantos medievales de Hildegarda de Bingen-, y el dúo de canto y guitarra de Lídia Pujol y Pau Fuigueras -que interpretaron diferentes canciones populares del mediterráneo sobre la vida y las relaciones de las mujeres-, nos obsequiaron con el placer de la música en vivo y de la voluntad de actualizar tradiciones culturales que aporten conciencia y experiencia vital de las mujeres que nos han precedido. En esta línea, Heike Walz, pastora protestante y profesora en Wuppertal, Alemania, reclamaba que la teología feminista tenía que analizar cómo se relaciona la crítica profética y la expresión estética. Decía, al analizar la dimensión espiritual del tango argentino, que no debemos olvidar que la danza es una dimensión corporal y sensual en la liturgia y la teología. También Stefanie Knauss, investigadora de la Fundación Bruno Kessler de Trento, Italia, invitaba a aproximarse a la realidad y sus diversas formas a través de los sentidos para desarrollar un nuevo lenguaje que se escape de los análisis más intelectuales de las obras estéticas. Entre las ponentes, destacaron también María José Torres, teóloga y religiosa activista de Madrid, comprometida en los movimientos sociales de reivindicación de derechos para el reconocimiento de la ciudadanía y de los derechos laborales, como “Territorio Doméstico”, quién nos propuso traspasar las “fronteras” étnicas, culturales, sexuales y sociales que el patriarcado neoliberal mantiene, como método para romper la concepción del “nosotras/otras”. Teresa Toldy, teóloga portuguesa, criticó las formas de exclusión y los discursos xenófobos que a menudo usan las religiones y planteó la necesidad de crear una “sororidad en diferentes voces”, como horizonte de diálogo y convivencia de propuestas ecuménicas e interreligiosas donde se respete la pluralidad. El reto del conocimiento mútuo y del diálogo interreligioso vino de la mano de dos mujeres musulmanas: Ndeye Andújar, coeditora de Web Islam y coorganizadora de los Congresos de Feminismo Islámico, y de Xantal Genovart, de la Asociación de Mujeres Musulmanas de Catalunya. Una de las ponencias más sugerentes fue la de la teóloga postcolonial Ulrike Auga, de la Universidad Humboldt de Berlín, que criticó la violencia epistémica que la Modernidad ha creado atribuyendo al pensamiento secular los atributos de libre, racional y universal; y contraponiéndolos al pensamiento religioso como subjetivo, falto de libertad, irracional y particular. Ante un mundo secularizado y con discursos políticos fundamentalistas, comentó que la religión puede aportar propuestas éticas y alternativas, y que tiene que estar presente en los debates de la esfera pública. Hay que buscar modelos, propuso, que puedan desarticular la hegemonía esencialista y subvertir la violencia del biopoder a partir de acciones concretas y el trabajo conjunto de personas, grupos, experiencias religiosas y espirituales diversas, para crear comunidades habitables y realmente democráticas. En el mismo sentido, pero desde una perspectiva bíblica, Carmen Bernabé (presidenta de ATE y profesora de Deusto) deconstruyó el concepto de la masculinidad en nuestras sociedades occidentales, a partir de la naturalización, la universalización y la descontextualización histórica de la frase de Jesús en que invita a sus discípulos a ser como “eunucos” para construir el “Reino de los cielos”. Lo que en palabras de Jesús quiere ser una llamada a encarnar un contravalor en su contexto, pasa a ser usado para justificar el poder y la centralidad del barón célibe en la iglesia patriarcalizada. También otras de las ponentes criticaron desde diferentes perspectivas los discursos hegemónicos de la heteronormatividad. Así, Lisa Isherwood partió del discurso queer y Jenny Daggers estableció un diálogo entre la ortodoxia radical y la teología feminista; María José Arana habló sobre la necesidad de dar "ánima” al mundo, ya que lo femenino ha sido enormemente infravalorado y oprimido tanto en los hombres como en las mujeres; y Meehyun Chung, coreana y pastora protestante en Suiza, ofreció una interesante visión desde la perspectiva feminista asiática, analizando críticamente la lengua escrita y la lengua oral desde la perspectiva de género. Subrayó que las formas tradicionales de uso del lenguaje han pretendido reducir a la mujer a la naturaleza, el cuerpo y las emociones y, en consecuencia, discriminarla social y culturalmente. No puedo dejar de añadir que la riqueza del Congreso, más allá de las charlas de especialistas e investigadoras, estuvo presente también en las discusiones de grupos; en las comunicaciones y talleres propuestos por las mismas participantes sobre experiencias pastorales y de compromiso social; en las celebraciones litúrgicas y meditaciones de la mañana; en los símbolos compartidos y en los espacios de fiesta y humor. Como decía el escritor Amos Oz, el humor y la narración de experiencias de vida bien diferentes, son excelentes antídotos para agudizar el sentido crítico y desenmascarar los discursos fundamentalistas que pretenden ahogar la creatividad y la capacidad para transformar la realidad. Nuestra “palabra” tiene que ser experiencia vital para la construcción real de espacios de libertad y de relaciones amorosas fructíferas y respetuosas. Seguramente, este convencimiento puede ser la lucha política más valiente y transformadora en estos tiempos de debilidad del interés común, de la crisis de la polis democrática y de la aún persistente discriminación y violencia de género. Neus Forcano i Aparicio Filóloga. Máster de Historia de las Mujeres (UB). Diplomada en Ciencias Religiosas. Miembro del Col·lectiu de Dones en l’Església (Catalunya) y miembro del Comité organizador del XIV Congreso Internacional de la ESWTR-Salamanca 2011