La Descomposición del Sistema de la Restauración. Crisis de 1917

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TEMA 11
LA DESCOMPOSICIÓN DEL SISTEMA DE LA RESTAURACIÓN. LA CRISIS DE 1917.
IDEA: España se está modernizando, pero el Estado el poder no se ponen al día.
• INTRODUCCIÓN:
Restauración: restablecimiento en un país del régimen político que existía y que había sido sustituido por
otro.
Modernización fallida de España.
En los primeros años del reinado de Alfonso XIII hay un proceso de descomposición política y social, que
culmina en 1923 con el golpe de estado de Primo de Rivera, que puso fin al sistema de la Restauración.
Paralelamente a la crisis política, se produce una evolución en la economía y en la estructura social.
El ámbito internacional coincide con el periodo llamado carrera de armamentos, que desembocó con la I
Guerra Mundial.
La crisis (1917−23) está conectada con la depresión económica de postguerra.
• ESPAÑA A COMIENZOS DEL S. XX:
El periodo que transcurre entre 1902 y 1923 es el de una permanente crisis política que afecta a los
fundamentos del sistema. Las causas de esa inestabilidad y de la incapacidad de los gobiernos eran profundas
y múltiples. Caven destacar:
• Personalidad del propio rey. Alfonso XIII jugó desde el principio un papel activo: se implicó en los
cambios de gobierno, participó en la acción política, y se rodeó del sector más conservador. A pesar
de su buena voluntad y de la fe que tenía en el respaldo de su pueblo (España real frente a las
opiniones de los políticos), su actuación demuestra que no supo entender hacia dónde evolucionaba el
país.
• División de los partidos del turno y las luchas entre los nuevos jefes conservadores y liberales por el
control de sus grupos. Los conflictos internos impidieron que surgieran liderazgos fuertes, capaces de
producir en e seno de ambos partidos un proceso de puesta al día.
La progresiva pérdida de influencia del caciquismo restó eficacia a la maquinaria electoral de los partidos.
Al mismo proceso de fraccionamiento parlamentario contribuyó la aparición y el crecimiento de partidos
políticos ajenos al sistema de la Restauración. Desde 1917, ningún partido era capaz de formar gobierno por sí
solo.
El aumento de las luchas sociales es otro hecho remarcable. Las posiciones cada vez más enfrentadas entre
patronos y trabajadores hicieron más agudos los conflictos, y trajeron como consecuencia una polarización.
Otro dato fue el resurgir de dos viejos problemas: el clerical y el militar. Además, el espectacular crecimiento
de los movimientos nacionalistas introdujo un factor nuevo, que alteró por completo la relación de fuerzas
políticas. Este factor generó tensiones entre el gobierno central y los grupos nacionalistas.
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• 1902 − 1909. COMIENZO DEL REINADO. PROBLEMAS DE LA OLIGARQUÍA:
Los primeros años del reinado se caracterizan por la continuas crisis. Cuatro fueron las grandes cuestiones que
cristalizaron en el periodo:
• Conflictividad social: a partir de 1902 se sucedió una oleada de huelgas. Al mismo tiempo creció la
afiliación de la UGT, y el PSOE logró un importante éxito en las municipales de 1905. La acción del
gobierno fue escasa: creación del Instituto de Reformas Sociales (proponía reformas para mejorar las
condiciones de vida), y del Instituto Nacional de Previsión (antecedente de seguridad social y medidas para
regular el descanso dominical y la jornada de mujeres y niños).
• Reaparición de la cuestión religiosa sobre el dominio que la Iglesia ejercía sobre la enseñanza. Socialistas,
republicanos, y un sector significativo del Partido Liberal reclamaron que se recortara su poder.
• Resurgimiento del problema militar generado por las consecuencias morales del Desastre y la propia
degradación del Ejército. A un estamento militar herido, se enfrentaban sectores antimilitaristas y una
prensa liberal hostil, donde se acusaba al ejército de la derrota. Los militares identificaban nacionalismo
con separatismo.
• Cristalización del movimiento nacionalista.
De 1903 a 1905 se sucedieron varios gobiernos conservadores, cuya efectividad fue limitada a causa de la
lucha interna por el poder que enfrentaba a los dirigentes del partido y que provocó continuas crisis, resueltas
por un rey inexperto que otorgó la jefatura a Villaverde, Silvela y Maura. En éste periodo sólo cabe mencionar
la reforma financiera de Villaverde.
La crisis de gobiernos de 1905 forzó al rey a optar por un gobierno liberal, marcado por una crisis política y
militar en Barcelona. Las relaciones entre la prensa y el ejército eran conflictivas. Ante la pasividad de las
autoridades en el asunto, oficiales de Barcelona asaltaron e incendiaron imprentas. En 1906 los diputados
acabaron inclinándose a las presiones, y aprobaron la Ley de Jurisdicciones, que identificaba delitos contra el
Ejército y la Patria.
La Ley de Jurisdicciones desprestigió a los liberales y fue clave de los partidos nacionalistas, republicanos y
de los movimientos obreros. Consiguió unificar fuerzas nacionalistas catalanas, para formar Solidaridad
Catalana, plataforma electoral de la burguesía del Principado que venció electoralmente.
En 1907 el rey nombró jefe de gobierno a Maura. Líder de su partido, emprendió en los dos años siguientes un
ambicioso programa de gobierno de carácter regeneracionista, desde la óptica conservadora. Su talante
autoritario le acarreó antipatía.
El gobierno de Maura confirmó la corriente proteccionista y abordó una serie de medidas de impulso
económico desde el Estado: la ley de Protección de Industria Nacional, el plan de reconstrucción naval, La ley
de Fomento de Industrias y medidas encaminadas a mejorar sectores concretos. En el terreno social destaca la
creación del Instituto Nacional de Previsión. Otra reforma fue la de la policía y el voto obligatorio.
La más ambiciosa reforma de Maura debía venir de la ley de Administración Local. La autonomía municipal
era la base imprescindible para terminar con el sistema caciquil y hacer participar a la masa neutra del país. La
creación de las Mancomunidades (asociaciones regionales de las Diputaciones), debían suponer un paso para
crear un autogobierno regional. La resistencia de los representantes de la oligarquía hicieron que la Ley no
llegara a aprobarse.
Los sucesos de la Semana Trágica de Barcelona tuvieron su origen en la situación de tensión y agitación que
vivía la ciudad. Al éxito del nacionalismo hay que sumar el crecimiento de la movilización obrera y del
republicanismo entre sectores de clase media y populares. Entre los obreros predomina la ideología
anarquista.
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En 1907 se creó Solidaridad Obrera, una alternativa a Solidaridad Catalana, con el objetivo de aunar las
diferentes organizaciones de todas las tendencias (no consiguió reunir al conjunto de la clase obrera
barcelonesa).
Una parte de la culpa la tenía la aparición de una fuerza nueva, el Partido Republicano Radical de Lerroux, al
que apoyaban buena parte de las clases medias y los trabajadores catalanes. El radicalismo restó fuerza al
movimiento obrero barcelonés.
En cuanto al resto del movimiento republicano, se encontraba dividido, por lo que apenas contaba en
Cataluña.
Como factores coadyuvantes a la tensión política, habían crecido los sentimientos anticlericales y
antimilitaristas. El aumento del número de clérigos y de congregaciones, su presencia en la enseñanza, su
talante antiliberal, etc., hicieron aumentar los ataques a la Iglesia. El antimilitarismo se había incrementado
desde la aprobación de la Ley de Jurisdicciones.
A esa situación explosiva se unió la posición autoritaria de Maura.
Desde los últimos años del s. XIX la presencia española en el reino de Marruecos había ido aumentando. Era
uno de los últimos territorios libres de África, tras el reparto colonial, y sobre él se concitaban las ambiciones
y tensiones de las grandes potencias. Tras el Desastre la posibilidad de un imperio colonial africano vino a
sustituir las frustradas expectativas de los colonialistas españoles. En 1906 la Conferencia de Algeciras
entregó a España a administración de Marruecos. En los años siguientes, compañías españolas comenzaron a
instalarse allí, con el objetivo de explotar las riquezas mineras. El gobierno de Maura decidió trasladar
soldados para proteger los intereses españoles contra ataques; pero en lugar de enviar soldados andaluces los
envió de otras regiones. Durante los embarques en el puerto de Barcelona hubo incidentes graves cuando
algunas damas intentaban colocar medallas a los soldados. En Madrid las mujeres y madres de los soldados
invadieron las vías.
La tensión fue en aumento en los días posteriores y Solidaridad Obrera convocó huelga general den Barcelona
el 26 de Julio. Fue a partir de la noche, y sobre todo al día siguiente cuando el comité de huelga perdió el
control, lo que derivó en el asalto y quema de conventos. Comités obreros se hicieron con el control de
algunas localidades.
El balance fue de 116 muertos, 300 heridos y unos sesenta edificios destruidos. La represión posterior fue
mayor: 1500 detenidos, 1700 procesos y 17 condenados a muerte. Consecuencia de todo ello fue la caída de
Maura: ante el desprestigio del líder conservador, Alfonso XII le quitó su confianza.
• 1909 − 1917. DE LA SEMANA TRÁGICA A LA HUELGA GENERAL:
Alfonso XIII encargó formar gobierno en 1910 a José Canalejas, líder del partido liberal. Canalejas había ido
fraguando un programa regenerador con el fin de provocar la revolución desde arriba. Su breve gobierno
transcurre entre permanentes conflictos sociales dirigidos por el movimiento anarquista y republicano.
Una consecuencia de los sucesos de la Semana Trágica fue la creación del sindicato anarquista, la
Confederación Nacional del Trabajo (CNT).
Canalejas tuvo que enfrentarse a problemas sociales, el tema religioso, la crisis marroquí y la presión
regionalista. Primero consiguió ganar la disciplina en su partido y luego supo ganarse el respeto del Rey y de
la oposición. Algunas de las medidas propuestas en su gobierno fueron las reformas del impuesto de consumo
y las quintas. Las primeras fueron sustituidas por un impuesto sobre las rentas urbanas; y respecto a las
quintas, la reforma quedó frustrada porque el Ejército necesitaba los fondos que aportaban. Se estableció el
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servicio militar obligatorio en tiempos de guerra y se redujo en tiempos de paz. Otra medida fue la regulación
de la jornada nocturna de las mujeres.
El anticlericalismo de Canalejas se suavizó al llegar al gobierno, desde el que intentó un pacto con la Santa
Sede. Permitió signos de otras religiones, lo que casi le llevó a una ruptura con el vaticano. Al final las Cortes
aprobaron la Ley del Candado, que prohibía la instalación en España de nuevas órdenes durante dos años.
La cuestión marroquí continuó agravándose. El gobierno español emprendió la ocupación militar de su zona
(zonas del norte y sudoeste del Protectorado).
Canalejas continuó la línea abierta por Maura para otorgar al catalanismo sus reivindicaciones. Canalejas
finalmente fue asesinado, y con esto termina el último intento de renovar al país desde la óptica
regeneracionista.
El conde de Romanones sustituyó a Canalejas. El rey no creyó necesario convocar nuevas elecciones ni
cambiar el partido gobernante, lo que provocó la crítica de Maura. Romanones no tenía el respaldo popular e
intentó continuar con el programa de Canalejas aprobando la Ley de Mancomunidades, pero tropezó con la
oposición de su partido.
Alfonso XIII encargó entonces formar gobierno al conservador Eduardo Dato. Los primeros meses de su
partido estuvieron marcados por enfrentamientos entre sus partidarios y los mauristas. Eso no le impidió ganar
las elecciones.
El estallido de la I Guerra Mundial en agosto de 1914 supuso un punto de no retorno en la crisis del sistema
político. Una vez generalizado el conflicto en Europa, apareció un decreto en el cual se afirmaba que el
gobierno se creía en el deber de ordenar la más estricta neutralidad a sus súbditos españoles. Las razones de
esa decisión eran la política aislacionalista (mantuvo al país al margen de la lucha por los mercados coloniales
y de la carrera de armamentos) y el convencimiento de la debilidad diplomática, económica y militar (España
se declaraba neutral a causa de su propia debilidad).
Desde el inicio de la guerra se multiplicaron los análisis de prensa y las tertulias. Esto provocó una
polarización entre los aliadófilos (Imperios Centrales) y los germanófilos (partidarios de la Entente).
Se identifica a los aliados con el sistema liberal, parlamentario y a los germanófilos con el clero, la
aristocracia y los sectores próximos al carlismo.
Consecuencias económicas de la guerra: la posición de no beligerancia proporcionó el desarrollo de la
economía española. Desde 1915 se dispararon las exportaciones, la industria creció y los beneficios adquiridos
permitieron dos años de euforia. A partir de 1917 se manifiestan los primeros signos de desigual reparto.
La guerra provocó la repatriación de inmigrante, que aumentó el paro y los salarios crecieron por debajo de
los precios. Los intentos de mejora del gobierno chocaron con los intereses industriales.
Resultado a esta situación fue el auge de las organizaciones obreras (UGT y CNT).
Una oleada de protestas fue generándose a lo largo de la guerra, que culminó con la crisis de 1917.
Entre 1914 y 1917 los gobiernos desarrollaron una política alejada de proyectos regeneracionistas. Los
conservadores y los liberales siguieron una línea moderada y condicionada por la división de las clientelas
políticas, la protesta social y el descontento militar. Sólo hubo un intento de aprovechar la coyuntura para
modernizar el país (el programa de Santiago Alba para modernizar las comunicaciones, los riegos y la
instrucción).
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A comienzos de 1917 el descontento era general. El hambre, la falte de abastecimientos y el escándalo de las
fortunas habían enrarecido el ambiente.
Para evitar una interpelación parlamentaria sobre Marruecos, Romanones decretó la suspensión de las Cortes.
La UGT desencadenó una serie de huelgas junto con la CNT y se declararon partidarios de organizar una
huelga general contra el gobierno. Finalmente Romanones dimitió.
En Junio se inició la crisis. Tres grandes movimientos van a confluir en el objetivo de derribar al gobierno: el
de los militares, el de los parlamentarios y el de la huelga general obrera.
El Ejército llevaba años experimentando el malestar debido a su propia incapacidad técnica, la escasez de
presupuesto y la falta de expectativas. Los intentos de reforma se vieron frustrados por el rechazo de muchos
oficiales de la vieja escuela. Los oficiales de unieron en Juntas de Defensa (ilegales). Al final se desembocó
en el Manifiesto de las Juntas, en el que se daba un ultimátum al gobierno para que aceptara sus
reivindicaciones profesionales y económicas. El gobierno al final dimitió y el Rey optó por entregar el
gobierno a Dato. El gobierno conservador reconoció las Juntas como órganos representativos del Ejército y
aprobó sus estatutos. Las Juntas exigieron una regeneración de la vida política.
El segundo acto de la crisis tiene como protagonistas a los parlamentarios. Los partidos de la oposición
venían reclamando la reapertura de las Cortes y se intentó que se unieran todos los partidos, pero algunos
desistieron. Se exigía un cambio de gobierno y la convocatoria a Cortes Constituyentes, así como trabajar
mediante la comisión de la defensa, la enseñanza y la justicia y la índole social y económica.
El principal factor de la crisis fue la huelga general de agosto. Los partidos de la izquierda empezaron a
organizar una huelga general indefinida, para forzar un cambio. La huelga iba a tener un doble carácter:
económico y político. La huelga la iniciaron los ferroviarios en Valencia, y a éstos se sumaron la minería, la
metalurgia, las fábricas y los campesinos. La respuesta del gobierno fue violenta y al final los sindicatos
fueron restableciendo la normalidad. El balance fue de unos 100 muertos y 2000 detenidos. La huelga provocó
un giro espectacular en el movimiento Juntista: las Juntas consiguieron la dimisión de Dato.
• 1917 − 1923. DE LA HUELGA GENERAL A LA DICTADURA MILITAR:
El periodo de 1918−1923 supone el último acto del sistema constitucional de 1876. En esos años la crisis se
profundizó, culminando con el golpe de Estado de septiembre de 1923, que terminó con el régimen
parlamentario.
En 1918 aparecieron los primeros síntomas de crisis económica: contracción de pedidos, disminución de la
producción, presión a la baja de los salarios por parte de las empresas, cierre de fábricas, minas y navieras, y
aumento del paro. Otro factor que contribuyó a crispar la situación fue la repercusión de la gripe.
Desde 1918 se iniciaron los gobiernos de concentración que caracterizan el periodo final del régimen. Se
formó el Gobierno nacional ante la tentativa del Rey de abdicar. El gobierno demostró ser un fracaso, porque
los ministros se dividieron ante le programa de reformas. Desde entonces se sucederán hasta un total de once
gobiernos.
La tensión social iba en aumento. Todo el año 1919 estuvo marcado por conflictos, sobre todo en el campo.
En febrero estalló la huelga contra La Canadiense, la compañía que abastecía la luz en Barcelona. Los
anarquistas declararon huelga general. Tras mes y medio de parada, los gobiernos concedieron una subida
salarial y una readmisión de los obreros despedidos anteriormente. Al final el gobierno tuvo que dimitir por no
satisfacer las necesidades impuestas.
El nuevo gobierno conservador de Maura dio vía libre a los militares y a los industriales. Se creó en Barcelona
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el Sindicato Libre, una organización de pistolero, que junto con la policía, asesinó a los principales líderes del
movimiento obrero barcelonés. Los elementos más radicales del anarquismo respondieron contra los libres y
dirigentes de la burguesía catalana y esto se extendió a las principales ciudades del país en una ola de
violencia. La respuesta anarquista fue el asesinato de Eduardo Dato.
El recrudecimiento de la guerra de Marruecos terminó por agotar el régimen. En 1919, tras terminar la I
Guerra Mundial, España emprendió a la par que Francia una política de expansión (con un ejército diezmado).
A mediados de 1921, una acción mal planificada permitió al líder de la guerrilla marroquí atacar la posición
de Annual. El Desastre del Annual supuso la pérdida de 13000 vidas.
El PSOE se benefició de sus críticas a la política expansionista y obtuvo un ascenso electoral al apoyar el
abandono de Marruecos.
Causas del Golpe de Estado: a mediados de 1923 los rumores de un golpe de Estado eran comunes. Las
circunstancias que llevaron a la Dictadura eran: las consecuencias del Annual (13000 muertos y humillación
militar). La derrota provocó dos movimientos opuestos: en el Ejército, de exigencia de un cambio; y en la
opinión pública, de indignación y oposición a la continuidad de la guerra. Ante la negativa del Gobierno a
aumentar los gastos para financiar un desembarco, varios jefes militares se sumaron al golpe.
Otros factores fueron la opinión pública, desengañada del régimen, el alza de precios, la cuestión marroquí y
la influencia de la prensa.
La posibilidad de un hombre de hierro que pusiera orden y practicara una política quirúrgica para acabar con
las enfermedades de la Restauración (hundía sus raíces en el regeneracionismo) empezó a ganar afiliados.
También hay que señalar otros dos factores. En primer lugar, el apoyo del Rey, que valoró la posibilidad de
un gobierno militar. En segundo lugar el contexto internacional: la crisis económica, el trauma de la guerra,
el triunfo de la revolución y el establecimiento del comunismo en Rusia en 1917 alentaban movimientos
radicales y militaristas.
• BALANCE:
La Restauración no fue sólo una prolongación.
Modernización fallida de España.
Reinado de Alfonso XIII (1902−1923).
Crisis política, social, económica e internacional.
Semana Trágica.
I Guerra Mundial.
Huelgas continuas.
Crisis de gabinetes.
Crisis de 1917.
Movimiento obrero en Barcelona.
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Comunismo ruso en 1917.
Crisis del sistema de la Restauración en 1923.
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