1 San Carlos de Bariloche, General Roca, 18 de octubre de 2010. VISTO: El recurso de apelación deducido a fs.102 por la demandada contra la resolución de fs.91/92vta.que admitió la cautelar solicitada con el escrito inicial y ordenó a esa parte a que en forma urgente procediera a brindar cobertura inmediata, permanente e ininterrumpida de la totalidad del tratamiento oncológico requerido por el actor y el profesional que lo asiste, bajo apercibimiento de imponerle astreintes para el caso de incumplimiento; Y CONSIDERANDO: Que de acuerdo con lo establecido en el art.26 del decreto ley 1.285/58, es facultad de las cámaras de apelaciones dictar sus resoluciones por voto de los magistrados que las integran, por lo que en esta ocasión cada uno de los miembros de este tribunal emitirá su opinión en la forma que sigue. El doctor Ricardo Guido Barreiro dijo: 1. El afiliado actor demandó a la obra social para que se la condenase a dar cobertura integral del fármaco Filgrastim y del compuesto oncológico CHOP-R(Ciclofosfamida, Doxorubicina, Meprednisona, Ondacetron, Vincristina, Pantoprazol y Rituximab), prescrito por el hematólogo que trata el padecimiento Linfoma No Hodgkin tipo B, malt. Estadio T1, N2 MX, en razón de que aquélla se negó a suministrar el último medicamento arguyendo que la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médico (Anmat) no lo había aprobado (fs.1/6 de este legajo incidental). El a-quo despachó la medida atendiendo a que la Anmat informó que la especialidad medicinal cuyo suministro solicitó el amparista se encontraba autorizada, así como 2 que se hallaban comprometidos los derechos de la salud y de la vida. A fs.102 la emplazada impugnó la medida, recurso que el juez concedió a fs.103. 2.El memorial fue presentado a fs.108/121 y el responde obra a fs.124/126vta. El agravio principal consiste en que la medicación no se encuentra aprobada por la Anmat, ni consta en los protocolos de la Sociedad Argentina de Oncología Clínica para el tratamiento de la patología del reclamante, razón en la que sostuvo la recurrente el derecho a no entregar el fármaco. De allí, sostuvo, que la obra social no podía poner en riesgo la salud del actor entregando la medicación. Afirmó que su parte no objetaba la cobertura solicitada, excepto en cuanto a la provisión de una droga que ni siquiera estaba aprobada por la autoridad nacional en la materia. El segundo agravio reposa en que, dice, mediante la orden cautelar se está concediendo la petición de fondo reclamada en autos, pero los argumentos para abonar este aspecto del asunto no hacen sino reiterar lo ya alegado sobre la ausencia de aprobación de la Anmat. Luego atacó la verosimilitud del derecho, aunque salvo la insustancial mención a que "la misma [se refiere a la precautoria] no tiene asidero por contravenir los imperativos legales" volvió a retomar el agravio inicial vinculado a la ausencia de registro de la droga en la Anmat. Más adelante reprodujo lo antes expuesto sobre la no obligatoriedad de suministrar la droga y a renglón seguido expuso que ésta no podía ser provista cubriendo el 100% de su costo por no estar incluida en el PMO. En este aspecto invocó la puesta en crisis del sistema que 3 derivaba de no mantener un criterio de igualdad y equidad entre todos los afiliados que padecen una determinada patología, máxime cuando existían tratamientos alternativos -que no mencionó- que no vulneraban el derecho a la saludo del paciente. Invocó también la merma en la recaudación del Sistema Nacional de Obras Sociales, causada por "la profunda parálisis productiva con su consecuente desorden fiscal y su correlato de crisis política". Una vez mas, en extensa retahíla, reiteró que no estaba obligada a suministrar un medicamento no aprobado por la autoridad de aplicación y mucho menos en la totalidad de su costo. Expuso por último que deslindaba toda responsabilidad por la falta de efectividad del medicamento solicitado, así como también de los efectos adversos que pudiera producir su administración en el amparista. 3. Llegados los autos a esta alzada se ordenó como medida para mejor proveer, a fs.130 el libramiento de un oficio a la Anmat para que ésta se expidiera sobre si el medicamento oncológico Rituximab se encontraba aprobado para su administración a seres humanos, luciendo la respuesta afirmativa a fs.138, en donde dicha autoridad consignó que el Rituximab, nombre comercial Mabthera Roche, contaba con certificado n° 46821. 3. Entiendo que el recurso debería ser desestimado por cuanto la autoridad administrativa requerida informó que la especialidad estaba inscripta en ese departamento, argumento que, en el estricto ámbito cautelar que se discute, vienen a dar por tierra el argumento central de la oposición a suministrarlo. No hay, pese a lo extenso del memorial, ninguna otra razón para neutralizar la cautela, ya que las cuestiones referidas al costo del fármaco y su incidencia en la ecuación económica de la obra social no ha pasado de su mera enunciación, sin contar con que reposa este 4 argumento, en parte, en una serie de consideraciones de tipo político de absoluta impertinencia en esta sede. Lo expuesto es suficiente para repeler el recurso. Las costas de alzada deberían cargarse a la demandada vencida, habida cuenta la réplica de fs.124/126 (art.68, párrafo segundo del CPCC). El doctor Carlos A. Müller dijo: Me pronuncio del mismo modo que el señor juez que lidera la votación. Por lo expuesto, EL TRIBUNAL RESUELVE: I. Rechazar el recurso de fs.102; II. Imponer las costas de alzada a la apelante vencida; III. Registrar, notificar y devolver. Fdo. Barreiro y Müller. La restante vocalía se encuentra vacante. Reg. N°223 F°363/64 Año 2010 PSI.