Edipo femenino Consecuencias y límites

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POR PERLA GRACIANO
DOCTOR EN CASA
C
uenta el mito que el
Oráculo de Delfos
auguró a Layo, rey de
Tebas y padre de Edipo, que cuando éste creciera, lo
mataría y se casaría con su madre
Yocasta. Layo ordenó a un súbdito
que matara a Edipo, pero apiadándose de su vida, lo abandonó en el
Monte Citerón. Un pastor lo encontró, entregándolo al Rey Pólipo de
Corinto. Al llegar a la adolescencia
y sospechando que no era hijo
de sus padres, Edipo consulta al
Oráculo de Delfos, quien le da el
mismo augurio que a su progenitor.
Edipo decide entonces huir de su
destino, emprendiendo un viaje en
el que se cruza con Layo, su verdadero padre y la da muerte en una
encrucijada. Después se dirige a
Tebas, donde es nombrado salvador de la ciudad, por haber eliminado a una esfinge que atormentaba
el sitio. Ahí es nombrado rey y se
casa con Yocasta, su madre, ignorando que lo es. Tiempo después
se da cuenta que sus verdaderos
padres son Layo y Yocasta. Al enterarse, Yocasta se suicida y Edipo
se quita los ojos, abandonando el
trono de Tebas.
Este es el mito del que toma el
nombre el creador del psicoanálisis,
Sigmund Freud para designar a un
Complejo en donde, durante la etapa
fálica del ser humano (comprendida
entre los 3 y 5 años), el niño comienza a sentir una fuerte atracción
sexual hacia el progenitor del sexo
opuesto.
La licenciada María Concepción
Silva Martínez, Especialista en psicoterapia infantil explica: “El complejo
de Edipo es una etapa en la vida de
los niños en donde se enamoran de la
mamá o del papá, entendiendo como
enamorarse que hay un componente
apasionado, de tinte sexual”.
Aclara que muchas personas
cuando conocen que está involucrado
el deseo sexual en esta atracción se
asustan, pues no pueden aceptar que
su hijo se sienta atraído hacia ellos
con una connotación de este tipo.
“Pero es real, y es un proceso normal,
parte del desarrollo de todos los niños
y todos pasamos por él, en un menor
o mayor grado de intensidad”.
Son síntomas característicos del
proceso que el niño quiera acaparar la
atención de su madre, que esté constantemente alabando sus virtudes.
Los celos se hacen presentes cuando
el padre o alguna otra persona del
sexo masculino se acercan, y trata
de interferir constantemente en la
relación de sus padres. “En este momento el niño se enamora de mamá y
se pone celoso de papá, quien viene
a ser el triángulo amoroso que el niño
quisiera romper”.
Edipo femenino
Cuando la niña es quien se enamora
del papá, se le llama Complejo de
Electra, término propuesto por el
psicólogo Carl Gustav Jung para
designar a los casos de Edipo femenino, en donde la niña siente una
atracción muy fuerte hacia su padre.
“Ocurre lo mismo que en el Complejo de Edipo, pero ahora la relación
es entre padre e hija. La niña busca
toda la atención del papá, que la
madre no participe cuando conviven juntos, tratando siempre de inmiscuirse en la relación de pareja”.
Se le llama Complejo de Electra
basándose nuevamente en un mito
griego, en donde Electra, hija de
Agamenón vengó a su padre, asesinado por el amante de su madre
DOCTOR EN CASA |
Clitemnestra, convenciendo a su
hermano de dar muerte a su madre
y a su amante.
“Las niñas sienten que su padre es
lo máximo, que es su príncipe, su héroe, generando una relación triangular
en donde ella quiere ser la pareja de
papá”.
Consecuencias y límites
Tanto en el Complejo de Edipo, como
en el Complejo de Electra, los padres
deben establecer límites en el comportamiento de los niños. “Muchas veces se sienten tan fascinados porque
los niños están muy apegados a ellos,
que no establecen una limitante, permiten que esta conducta siga y sólo le
están causando un futuro daño a sus
hijos”, asegura la licenciada Silva.
Al no establecer los roles correspondientes, los padres comienzan
a tener como consecuencia a corto
plazo, que su pareja tenga una marcada rivalidad con los hijos, y al seguir
fomentando este enamoramiento, se
establece una fijación en esta etapa,
que en un futuro generará diferentes
desviaciones.
“Si la niña tuvo una fijación en el
padre y él alentó esta conducta, gratificó tanto esta necesidad de afecto de
40 | agosto 2009
la niña, que vive vinculada toda la vida
a la figura paterna y al crecer busca
en la relación de pareja a su padre, en
lugar de una relación en donde ambos
se encuentren emocionalmente en el
mismo nivel”.
En el niño pasa igual si la madre
gratifica esta conducta. Al crecer,
serán hombres que comparen constantemente a la pareja con su mamá.
Frases como: “Mi mamá cocina mejor”, “No planchas como mi mamá”
y actitudes de querer estar todo el
tiempo con ellas son características
de una persona con una fijación en
la etapa fálica. “Se hace una relación
muy fuerte entre la madre y el hijo,
que después es muy difícil para otra
persona, hasta cierto punto ajena,
venir a romper”.
Entonces, aún cuando los padres se sientan fascinados con la
actitud amorosa de sus hijos, deben ser cuidadosos en el manejo
de esta situación. “Deben hablar
con el niño y dejar en claro que lo
aman, pero no pueden ser su pareja
porque ellos ya tienen una. Tienen
que especificar que el amor que
sienten por ellos va a seguir intacto,
permanente, pero esa connotación
sexual de relación de pareja que el
niño desea, no puede ser”.
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