Editorial - UAM-I

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Editorial
>Cu¶
al puede, cu¶al debe ser la funci¶on de una revista de educaci¶
on en ciencias? Los que formamos la
revista, editores, autores y, sobre todo, lectores continuamente oscilamos entre estas (y otras m¶
as) preguntas
y las posibles, diversas, circunstanciales y, en ocasiones, contrarias respuestas.
Y es que de las respuestas, obvio, dependen el contenido, el formato, la extensi¶
on de los art¶³culos, su
tratamiento, las ilustraciones, y tantas otras cosas que, al hacer la revista se transforman en respuestas con
una fecha tope. Una respuesta es la que usted, lector, tiene en sus manos. Otra, la no siempre lograda, la
intentaremos esbozar en esta p¶agina.
Seg¶
un los datos de la UNESCO de 1990, exist¶³an en el mundo 5.2 millones de cient¶³¯cos e ingenieros
dedicados a la investigaci¶on y el desarrollo; en 1980 hab¶³a 3.9 millones. Los pa¶³ses industrializados, con
el 24% de la poblaci¶on mundial, controlaban el 85.4 por ciento de los recursos humanos dedicados a la
investigaci¶
on cient¶³¯ca. El 76% de los habitantes del planeta, en 1990, dispon¶³a del 14.6%. Los recursos
materiales, presupuestarios, dedicados a la ciencia y el desarrollo representaron, en los pa¶³ses ricos, el 2.92%
de su producto nacional bruto (PNB), y solamente el 0.64 por ciento en los pa¶³ses subdesarrollados.
Los dos socios de M¶exico en el Tratado de Libre Comercio disponen de 930,722 cient¶³¯cos e ingenieros
dedicados, exclusivamente, a la investigaci¶
on con presupuestos que conforman el 3.16% del PNB frente al
0.40% en Am¶erica Latina y el Caribe donde los recursos destinados a ese sector fundamental disminuyeron
del 0.44% en 1980 al 0.40 del PNB en 1991; en Estados Unidos y Canad¶
a crecieron del 2.23% al 3.16%
mencionado. La investigadora Isabelle Bourdial, en la revista \Science & Vie", public¶
o que Estados Unidos y
Europa Occidental cubren la bibliograf¶³a cient¶³¯ca con 35.8 y 34.2% respectivamente. La ex{Uni¶
on Sovi¶etica
contribuye hoy con el 2.7% (menos que Canad¶
a, 4.5%) donde solamente el 17% de los investigadores tienen
ingresos superiores al \m¶³nimo vital" (seg¶
un los cient¶³¯cos Vladimir Zajarov y Vladimir Fortov). Am¶erica
Latina y el Caribe, con m¶as de 460 millones de habitantes, publicaron apenas el 1.4% de la literatura cient¶³¯ca
mundial.
Esa misma asimetr¶³a ocurre respecto a la publicaci¶
on de libros y peri¶
odicos en t¶erminos mundiales. De
los 863 mil nuevos libros publicados en 1991, 635 mil se publicaron en los pa¶³ses industrializados. En otras
palabras, el 26% de las publicaciones se dio en pa¶³ses con el 76% de la poblaci¶
on mundial.
En 1991, por ejemplo, hubo 356 nuevos libros por cada mill¶
on de habitantes en Canad¶
a y Estados Unidos;
s¶
olo 93 en Am¶erica Latina y el Caribe. En t¶erminos mundiales el desequilibrio fue m¶
as marcado: 428 nuevos
libros por mill¶on de habitantes en los pa¶³ses industrializados y solamente 39 en los pa¶³ses sudesarrollados.
La realidad cultural e intelectual per¯lada por los datos anteriores es sobre la cual construimos un futuro
del que no es ajeno la UAM pues, independientemente del membrete \educaci¶
on" o \divulgaci¶
on" de ciencias,
nuestra tarea va m¶as all¶a de la comunicaci¶on accesible, amena y variada de conocimientos cient¶³¯cos. Va m¶as
¶
all¶
a incluso de la concepci¶on usual de divulgaci¶
on cient¶³¯ca. Esta,
en nuestra opini¶
on, no puede reducirse a
contenidos de las ciencias con un tratamiento espectacular y una tipograf¶³a colorida.
Quienes estamos del otro lado de esta revista convenimos en que nuestra tarea tiene que ver con la cultura
puesto que la ciencia es un componente fundamental de la obra humana; no es dominio de unos cuantos.
La visi¶
on cient¶³¯ca de la Naturaleza, donde se combinan escepticismo y asombro, poes¶³a y matem¶aticas,
laboratorio y teor¶³a, experiencia y debate, certezas y tolerancia, tiene todas las caracter¶³sticas de una cultura
imprescindible para la misma vida democr¶
atica.
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