Reportaje El mito del ingeniero de Rolls-Royce Historia en el Hostal la Gavina F undada en Manchester en 1906 en un acuerdo entre Charles Rolls y Henry Royce, Rolls-Royce fue trasladada a partir de la posguerra a Crewe, donde Jaime Sánchez Castejón realizó sus primeros cursos de formación impartidos a lo largo de los años 80. En aquella época, Rolls era la primacía en los automóviles de lujo, con una clientela de reyes, príncipes y magnates; la marca era y sigue siéndolo hoy en día, todo un signo de distinción en mundo entero. Henry Royce solía decir, con acertado criterio, que “La calidad permanece a lo largo tiempo mientras que el precio es olvidado”. Frases como ésta, repetida a sus ingenieros en los diferentes cursos de formación, nunca se olvidan. Cuentan también la leyenda que los ingenieros de Rolls se desplazan en helicóptero a cualquier punto de planeta, en un tiempo récord a requerimiento de cualquier cliente para ‘ayudarles’. Por supuesto no por avería, los Rolls nunca, nunca, se averían. Confirmación de la historia Así pues, con nuestra singular historia se confirma la existencia del mito que dice que “los Rolls-Royce nunca se averían” y que, si esto sucede, tan sólo hay que llamar al fabricante y éste enviará un ingeniero de forma *NBHFOEFMQSPDFTP EFGBCSJDBDJØOEF 3PMMT3PZDF +BJNF4ÈODIF[ $BTUFKØOFOTV EFTQBDIP"MB EFSFDIBEFUBMMFEF TVUBSKFUBEFWJTJUB inmediata al lugar donde se encuentre el Rolls averiado para solucionar el problema in situ acompañado de un coche de sustitución. En el año 1986, un Corniche II Convertible, uno de los automóviles más caros del momento, con una producción total de 3.217 unidades, con carrocería artesanal, acabados inmaculados, madera de raíz, etcé- tera, adquirido o quizás regalado a una pareja de jóvenes recién casados requirió de fábrica asistencia técnica en el Hotel Hostal de la Gavina de S’Agaró, situado a poco más de 100 km de Barcelona. Los jóvenes clientes estaban alojados en el prestigioso Hotel situado en el corazón de la Costa Brava, en la provincia de Girona. No se dejen engañar los lectores (Q5ROOV5R\FHFRQVLGHUDQTXH ORVSUREOHPDVTXHDIHFWDQDVXV FOLHQWHVVRQVXVSUREOHPDV ppor el adjetivo de “Hostal”, ya que en rrealidad se trata de un prestigioso y lu lujoso hotel de 5* GL, auténtica obra m maestra de línea mediterránea catala lana de principios de 1932 y que, hoy een día, continúan siendo un importtante referente turístico a la vez que u un lujoso alojamiento. Para Rolls-Royce, los problemas de sus s cliente son sus problemas, así que una u vez recibido el aviso de avería del R Rolls, el concesionario oficial más próximo p al lugar donde se encontraba t el coche averiado fue alertado. Dicho D y hecho, desde el concesio- En todos los grandes mitos muchas veces es difícil distinguir la leyenda de la realidad y, cómo no, también ocurre con los que han surgido en torno a la prestigiosa marca de Rolls-Royce. JAIME SÁNCHEZ JOVER RUBÉN SÁNCHEZ Y ARCHIVO 70 nario de Barcelona se desplazó a D. Jaime Sánchez Castejón, jefe de servicios, equipado con todo lo necesario para intentar solucionar el problema allí mismo. Cabe señalar que, dada la gran cantidad de componentes electrónicos instalados en los Rolls-Royce, sumado al numeroso utillaje específico necesario para poder reparar un vehículo de estas características en carretera, Jaime Sánchez Castejón sabía que a pesar de sus amplios conocimientos y su personal empeño en solucionar la avería había muchas posibilidades de que tuviera que echar mano del ‘Plan B’: en el interior del bolsillo de la americana llevaba el teléfono de la grúa. El Sr. Sánchez era plenamente consciente de que existía la posibilidad de que el Rolls tuviera 71 que ser trasladado al taller de Barcelona en grúa, para poder así repararlo conveniente con todos los medios disponibles en el taller del concesionario oficial; en este caso dejaría a los clientes el vehículo de sustitución de similares características, que utilizaría para su desplazamiento. 7FNPTMPT DFSUJGJDBEPTEF GPSNBJØOFOGÈCSJDB EF+BJNF4ÈODIF[ FOZ Advenimiento Un vez iniciado todo el proceso de aviso y posterior acuse de recibo de la avería, a la joven pareja de recién casados, en compañía de los empleados y parte de la clientela del hotel, no les quedaba más que esperar con gran expectación la llegada del famoso ‘helicóptero’ con el ingeniero de turno de Rolls-Royce dentro, como si del Mesías se tratase. *NBHFOEFVO HSVQPEFBSUFTBOPT FOMBGÈCSJDBEF 3PMMT3PZDFFOMB EFDBEBEFMPT Tatem zzril in hent ipit, cor sequisi blaorercin vendion sequamet veniamet adigna feugait et. Efectivamente, aunque finalmente no fue el helicóptero, transcurrida poco más de una hora, tal y como estaba previsto, llegó procedente de Barcelona el ingeniero de Rolls Jaime Sánchez Castejón al Hotel Hostal de la Gavina de S’Agaro, equipado con todo tipo de herramientas, comprobadores y esquemas de instalación necesarios para intentar reparar el Corniche II in situ. No olvidemos que en el bolsillo de la americana -VKPZNÈTMVKPFSB MPRVFFTQFSBCBOZ FTQFSBO FODPOUSBS MPTDMJFOUFTEF 3PMMT3PZDF *NBHFOEFMNPUPS EFBSSBORVFMB QJF[BQSPUBHPOJTUB EFMBBWFSJB +BJNF4ÈODIF[$BTUFKØOKVOUPBQBSUFEFTVGPOEPEPDVNFOUBM. 72 llevaba también, por si acaso, el teléfono de la grúa. La expectación fue en aumento, Sánchez Castejón intentó arrancar el Rolls sin éxito, acto seguido despliega el impresionante esquema eléctrico sobre una de las mesas del hall, ante la intimidatoria mirada de cada vez más y más curiosos. El ingeniero repasa mentalmente todos y cada uno de los componentes implicados en la puesta en marcha de vehículo con el ánimo de intentar aislar la avería antes de empezar a realizar las comprobaciones físicamente en el Rolls. De repente... le viene la inspiración... no puede ser tan fácil... ¿Y si 73 le brindaron de nuevo el agradable, acompasado y sutil sonido, acompañado de los aplausos de todos los asistentes y espectadores de “la visita del ingeniero de Rolls”. Una escobilla agarrotada había generado el problema. Ante la enorme expectación y la simple solución aplicada, continúa haciendo alguna comprobación rutinaria simplemente por una cuestión protocolaria, tiene la convicción de que ya no tendrá que echar mano del plan B. Epílogo Tan sólo añadir que realmente la mecánica no deja de ser caprichosa, 1RPHGHVSODFpHQKHOLFySWHUR\VHJ~Q ODVQRUPDVHVWDEOHFLGDVFRPXQLTXpDORV FOLHQWHVTXHVXSUREOHPDHUDHOPLR tan sólo se han agarrotado las escobillas del motor de arranque?, ¿por qué no? Se pregunta. Una vez tuvo localizada la posible causa del problema, esperó con paciencia el momento de quedarse absolutamente sólo para poder aplicar, sin ser observado por nadie, unos golpecitos de ‘martillo’ en el lugar y punto adecuado “en el porta escobillas del motor de arranque”. Segundos después del ligero pero acertado golpe de gracia en el motor de arranque, giró la llave de contacto y los 8 cilindros en V del Corniche II 74 y que en ocasiones hasta los grande mitos automovilísticos nos juegan alguna mala pasada. Afortunadamente, en este caso, detrás de esta historia hay un gran fabricante de vehículos con un reconocido prestigio, tanto histórico como internacional. Por supuesto, la unidad de motor de arranque fue sustituida por completo, Rolls-Royce nunca facturó nada por este servicio básicamente por una única cuestión ya mencionada al principio de estas líneas, para ellos “los Rolls-Royce nunca se averían”. 5SBTMBSFQBSBDJØO JOTJUVNÈTUBSEF TFQSPDFEJØB SFFNQMB[BSFM NPUPSEFBSSBORVF EN PRIMERA PERSONA Realmente no me desplacé en helicóptero y, siguiendo las normas establecidas, comuniqué a los clientes que su posible problema era ahora mi problema. Informado con detalle del motivo de la llamada a fábrica, me dirigí hacia el vehículo, teniendo la desagradable sorpresa de ver que era seguido por la joven pareja y numerosos curiosos. Sacando esquemas, datos y haciendo numerosas comprobaciones innecesarias, esperé pacientemente hasta que los espectadores cansados de mirar fueron desapareciendo, para entonces, con calma, poder abordar el problema real, el cual afortunadamente pudo resolverse, eso sí con la tranquilidad que me daba de llevar el teléfono de la grúa en el bolsillo de la americana. Jaime Sánchez Castejón, Jefe de Servicios de Rolls-Royce