“lo siguieron dos ciegos, que gritaban:¡Hijo de David, compadécete

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“lo siguieron dos ciegos, que gritaban:¡Hijo de David, compadécete de nosotros!
……Entonces les tocó los ojos, diciendo: “Que se haga en ustedes conforme a su fe”.
Mt. 9, 27-31
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
Dos ciegos, guiados por el rumor popular que sigue a Cristo, van tras El gritando que
se compadezca de ellos. Luego, cuando Jesús se queda algún tanto aliviado de la
muchedumbre que le seguía, entra en casa de Jairo (Mc 5:37). Los ciegos también
entraron y se le acercaron dentro de casa.
Lo que no deja de extrañar es que estos ciegos vayan por el camino detrás de Cristo
gritando que se compadezca de ellos y proclamándole “Hijo de David.” Ciertamente,
el título de “Hijo de David” es título mesiánico. Con ello lo están proclamando Mesías.
¿Cómo conocen estos ciegos la mesianidad de Cristo?, ellos sin ver como los que
tienen la vista sana, ven la Luz del Mundo.
A pesar de que los ciegos van, gritando detrás de Cristo, señal de su confianza en el
poder de El, Jesús se les acerca y les pregunta si creen que puede curarlos. Cristo
quiere constatarles bien el milagro en su confianza. Que no se vayan sólo por un
provecho material (Jn 6:26.27), o sólo se lo pidan a título de ensayo a ver lo que pasa.
Los ciegos le responden su confianza diciendo: “Sí, Señor”. Detengamos un instante,
¿Cómo estaría nuestro corazón si estuviéramos al alcance de las manos del Señor,
esperando que El nos toque y nos acaricie?. Siguiendo con el relato; Entonces Cristo
tocó sus ojos. Y, al tiempo que ponía sus manos en aquellos ojos sin luz, les dijo:
“Que se haga en ustedes conforme a su fe”. Y en ese momento recobraron la vista.
Ahora imaginemos como se habrán sentido estos dos que ya no son ciegos y ven la
Luz de Cristo.
Hecha la curación, Cristo les prohíbe, como en otras ocasiones, su divulgación. Es el
secreto mesiánico. Jesús buscaba evitar explosiones prematuras de entusiasmo
mesiánico, y sus posibles repercusiones nacionalistas y políticas.
¿Que aprendemos de este relato? el que sigue a Jesús, ha de ver la verdad, como
estos dos ciegos que se acercan a Jesús y solo le piden Señor ten piedad, Cristo ten
piedad. Jesucristo, igual que siempre, actúa mostrando su gran corazón
misericordioso, El sabe muy bien lo que es un sentimiento de amor al prójimo y de
compasión ante las desgracias ajenas.
Entonces en este fragmento del Evangelio observamos como los que carecen de
vista, reciben la fe por el oído, sin embargo mucho veían con sus propios ojos los
milagros de Jesús y se declaraban contrarios a la fe.
Jesús les preguntó: ¿Creen que yo puedo hacer lo que me piden?. En otras palabras,
¿tienen ustedes fe?, Jesús, sabiendo que les puede dar la vista, les hace esta
pregunta a fin de que ellos mismo sientan que su fe es recompensada.
También lo hace para que se sientan dignos de ser curados. Es decir, cuando se pide
la misericordia del Señor, se pide con fe. Así entonces, Jesús les impone las manos,
les toca los ojos y le dice que suceda como ustedes han creído, en otras palabras,
según su fe y no como una adulación a las palabras del Señor, con esta actitud,
Jesús le confirma aún más en su fe.
Luego de abrir los ojos, Jesús los conminó: ¡Cuidado! Que nadie lo sepa, les manda
guardar silencio por amor a la humildad, para apagar la vanidad, sin embargo ellos
agradecidos, no pudieron guardar silencio ante tan hermoso beneficio.
En consecuencia, la enseñanza de este Evangelio, es que para conseguir una gracia
de Dios, se requiere como condición previa tener fe y confianza. Entonces debemos
perseverar en la oración para recibir lo que pedimos, y no debemos perder la
confianza en el Señor, si la gracia pedida no llega de inmediato.
Jesús nos enseña que si nos acercamos a El, podemos ver la verdad. Todos de
alguna manera, necesitamos abrir nuestros ojos para ver mejor las cosas del Señor.
Si tenemos cerrados nuestros ojos como consecuencia de las dificultades, optemos
por acercarnos más a Jesucristo, pero hagámoslo con el corazón limpio, con fe, con
conciencia recta, para que Jesús nos descubra los secretos del Reino de los Cielos.
El Señor les Bendiga
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
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