R. Flacelière, La vida cotidiana en el siglo de Pericles. TRABAJOS Y

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R. Flacelière, La vida cotidiana en el siglo de Pericles.
TRABAJOS Y OFICIOS
Consideración social del trabajo
El ideal de hombre libre para los griegos del siglo de Pericles era el que podía
mantenerse por sí mismo, el hombre autárquico que disponía de una tierra
cultivable y que tenía medios para fabricar lo necesario para la subsistencia. Este
ideal está expresado por primera vez en Hesíodo. En el siglo de Pericles las
circunstancias económicas son diferentes, ha habido un desarrollo importante del
comercio y de la industria pero el rechazo al trabajo retribuido sigue siendo el
mismo. Platón y Jenofonte rechazan el trabajo porque quita tiempo para el "ocio y
la elevación". Sócrates en cambio considera que el trabajo no solamente sirve para
mantener a la familia sino también al Estado. Había una ley que obligaba a
mantener al padre y al hijo. En general, no estaba mal visto el trabajo. No así en
Esparta, donde los esclavos eran los que se dedicaban a las actividades
económicas, dedicándose los ciudadanos a la guerra exclusivamente.
Banausos: obreros del fuego (metalúrgicos y alfareros)
Demiurgo: "trabajador público" obreros y trabajadores intelectuales por ejemplo
médicos.
En Atenas los oficios manuales eran ejercidos fundamentalmente por esclavos y
metecos, los hombres libres los ejercían solamente en caso de necesidad.
Las monedas
El intercambio en tiempos de Homero se realizaba mediante el trueque. No había
monedas acuñadas. Se evaluaba el valor de las cosas tomando como base las
cabezas de ganado. A veces había lingotes de metales no acuñados.
La moneda se empezó a utilizar en el siglo VII a.c. en un principio fue muy
incómoda, en forma de broches (óbolo = broche). En Esparta se conservó.
Hasta las Guerras Médicas las monedas de oro y de plata eran escasas, no había
metales preciosos. En el 483 se descubrió el filón de plata en Laurino, que
contribuyó a la creación de la flota ateniense y a la acuñación posterior de
monedas.
La dracma ática pesaba 4,36 gramos de plata, había también didracmas,
decadracmas, pero las más extendidas eran los tetradracmas.
Mina: cien dracmas
Talento: sesenta minas.
Óbolo: una sexta parte de dracma
Trióbolo
Dióbolo
Trtitemorion: tres cuartos de óbolo
Tetartemrion: cuarto de óbolo
Hemitetartemorion: octavo de óbolo.
Todas las monedas tenían en el anverso la figura de Atenea y en el reverso la
lechuza.
En un principio, cada ciudad tenía el derecho de acuñar sus propias monedas pero
solamente algunas difundieron sus tipos monetarios: las monedas de Egina
(tortugas), las de Cícico. La dificultad estaba en cambias las monedas de un
sistema a las de otro. Para evitar estos problemas, Atenas impuso a las ciudades
aliadas su propio sistema de monedas durante la Guerra del Peloponeso.
Las ciudades tenían que pagar un impuesto a la confederación de 460 talentos /
año. Durante la primera parte de la guerra los impuestos subieron hasta triplicarse,
aunque después de la expedición a Sicilia Atenas se quedó sin dinero. Entonces
fundieron las estatuas de oro y bronce para acuñar más monedas.
Las monedas de oro se llamaban daricos (por Darío el rey persa), que se
difundieron en Grecia a partir del apoyo persa a los espartanos durante la segunda
parte de la Guerra del Peloponeso.
Solamente conocemos una moneda acuñada por una especie de Organismo
internacional: la Anfictionía Délfica acuñó en 338 una moneda con las efigies de
Deméter y Apolo, en un intento de unificar la moneda.
En época de Pericles comenzaron los préstamos con interés. A finales del siglo V
aparecen los banqueros, que son fundamentalmente metecos o libertos. Los
préstamos son a corto plazo y se debían pagar cada luna nueva. El interés más
normal era una dracma por mina y mes (12%). El estado no limitaba el tipo de
interés.
La propiedad de la tierra
El ideal en tiempos de Jenofonte era el campesino que podía vivir de lo que
producían sus tierras. La vida del campesino se consideraba la mejor pues obligaba
a una disciplina y a un orden vital.
La propiedad de la tierra varía de una zona a otra de Grecia. En Lacedemonia cada
espartano posee un lote de tierra (cleros) que cultivan los ilotas. Reciben los
productos de sus cleros para vivir. Este sistema no se aplicó bien y hubo un
enriquecimiento de algunas familias en detrimento de otras, de modo que la
propiedad se concentró en unas pocas . En otras regiones el régimen del latifundio
era el más extendido. En el Ática los ciudadanos vivían de sus tierras. Había tres
tipos de ciudadanos:
- los que cultivaban ellos mismos sus tierras con ayuda de esclavos.
- los que vigilaban simplemente las labores de los campos en sus tierras.
- los que vivían en la ciudad y dejaban encargados en sus tierras que les hacían
llegar los productos cultivados. No salían de la ciudad y vendían los productos para
tener dinero con el que mantenerse en la ciudad.
Antes de la Guerra del Peloponeso los campesinos vivían bastante felices. El plan de
Pericles de abandonar el campo para convertir a Atenas y el Pireo en una fortaleza
en donde resistir se demostró como funesta para la agricultura, especialmente para
los viñedos y los olivos.
Técnica y productos
La técnica agrícola era bastante rudimentaria: se cultivaban trigo y cebada en
cantidades insuficientes, de modo que tenían que importarlos. Había tres cosechas:
primavera, verano y otoño. El arado era tirado por mulos y hacía surcos poco
profundos. Se terminaban las labores con el azadón. La trilla se hacía en un lugar
con viento y con mulos que tiraban de una estaca que pisaba las mieses.
La cosecha de aceitunas se hacía a mano o con cañas flexibles. Se prensaban las
aceitunas y el orujo que salía se destinaba para secar la madera o el cuero. Había
también verdaderos molinos de aceite.
La vendimia se hacía con música, que estimulaba el celo de los obreros. Aplastaban
la uva con los pies.
La higuera era uno de los árboles frutales más comunes.
El azúcar que conocían era el que proporcionaban las abejas.
Las legumbres eran consideradas un lujo y llegaban a Atenas de Beocia o Mégara.
En Atenas se producían coles, lentejas, guisantes, cebollas y ajos. Llegaron a
aclimatar la cucurbitáceas de Egipto.
Se cultivaban también flores para las guirnaldas y coronas de fiestas privadas y
públicas.
No era buena la cría de bueyes y caballos, porque no había buenos pastos en el
Ática, se criaban más bien en Tesalia y Beocia. Había asnos y mulos, que utilizaban
como medio de transporte. Esta difundida las cría de cerdos. En los confines del
país se criaban ovejas y cabras, que daban leche, carne y lana. Las cabras podían
acabar con las cosechas de los campos, por lo que algunas ciudades prohibieron su
cría.
La industria
En el siglo de Pericles la importancia de la industria no deja de crecer, la mayoría
de la población urbana vive de desempeñar un oficio, aunque sigue habiendo tareas
que se realizan en casa. La mayoría de los atenienses teje e hila en casa, hace el
pan; pero hay muchos que compran el pan al panadero y también hay quienes una
vez satisfechas sus necesidades, trabajan la lana para una clientela.
El trabajo está en manos de metecos y esclavos, los ciudadanos se ausentan a
menudo para poder participar en la Asamblea, donde cobran.
No había fábricas en el Ática. El taller más importante que conocemos tenía 120
esclavos: la armería de Céfalos, el padre de Lisias. Las empresas importantes
podían tener 50 obreros. Las minas de Laurión necesitaban muchedumbres de
esclavos, repartidos entre varios concesionarios. Para los trabajos públicos (la
construcción de naves, por ejemplo) el estado proporcionaba los materiales y
dividía las adjudicaciones entre pequeños contratistas.
El estado no reglamentaba el trabajo, solamente lo necesario para asegurar el
orden. Los que no tenían trabajo acudían a Colono para ofrecerse por días o por un
tiempo más largo, según el contratista. Los contratos anuales se renovaban el 16
del mes de Antesterion (febrero).
El estado reclutaba a veces trabajadores para grandes obras públicas,
disminuyendo así la tasa de desempleo. Esta fue la causa según Plutarco de los
trabajos de embellecimiento de la Acrópolis.
Los trabajos artesanos a menudo pasaban de padres a hijos. También se ponía a
los niños de aprendices en casa de un patrón.
Trabajos y salarios
Había 60 días de fiesta en Atenas al año, repartidos de manera desigual en los
meses. El trabajo empezaba pronto por la mañana y duraba hasta la puesta de sol.
El salario de un obrero en el siglo V era un dracma / día . Algunos técnicos eran
pagados por obra. Era insuficiente para mantener a una familia, a pesar de la
frugalidad de los griegos.
La diferencia entre artesano y artista era mínima, ya que algunas tareas precisaban
un gusto y cierto sentido estético (alfareros p.e.). Muchos cantaban en el trabajo.
Los perezosos eran azotados sin compasión y eran vigilados para que no robasen.
Las herramientas eran muy simples y poco productivas.
Los mineros trabajaban con una lámpara de aceite que ponían en un nicho
excavado en la pared. Las galerías de las minas eran muy pequeñas y a menudo
tenían que trabajar de rodillas o acostados. Los derrumbes eran frecuentes. Los
pozos de ventilación eran raros. Detrás del minero los ayudantes recogían el
material que sacaban a la superficie en cestos. Allí molían el mineral, lo lavaban y
lo fundían en el horno. Así sacaban el plomo. La plata la refinaban y la llevaban al
argyrocopeion donde servía para la acuñación de monedas.
Los alfareros eran numerosos y se concentraban en el barrio del Cerámico. Se
utilizaba la arcilla para muchos objetos: toneles, copas, platos, ollas... Había una
gran variedad de vasos dependiendo de sus usos. En Atenas se extraía la arcilla del
cabo Colias, a unos 10 Km., de la ciudad. Para hacerla más roja se le añadía ocre
rojo o bermellón. El torno de alfarero era muy rudimentario, un plato dispuesto en
un eje vertical que el alfarero hacía girar a mano. El vaso se dejaba secar al sol y
luego se pulía y se decoraba. En un principio se pintaban los personajes en negro
sobre el fondo rojo del barro, pero después, a partir del siglo V y IV se dejaban las
figuras del color de la arcilla y el fondo se pintaba en negro. Los pintores disponían
también del color blanco, y más raramente del rosa, azul, castaño. El negro se
obtenía del óxido de hierro. Después de pintados, los vasos se cocían al horno.
Cuando se trataba de obras artísticas, el alfarero firmaba (Fulano lo hizo) lo mismo
que el pintor (mengano lo pintó). La cerámica es el único resto de pintura que nos
queda de época clásica.
En la cerámica encontramos representados algunos trabajos, por ejemplo el del
herrero: un horno de altura superior a la de un hombre cuya combustión se activa
mediante una especie de odre, un yunque sobre el que el obrero sostiene, mediante
unas grandes tenazas, la pieza de metal que otro hombre golpea con un martillo.
En las paredes cuelgan vasos que debían servir para contener la bebida que
refrescaría a los obreros.
En época clásica los montes debían estar prácticamente desforestados, por lo que
la madera se traía de macedonia, de Tracia, Asia menor y la Magna Grecia.
Encontramos representados en la estela de un constructor de camas las
herramientas utilizadas para trabajar la madera: escuadras, compás y objetos
curvos destinados a trabajar las molduras.
Los griegos eran espléndidos trabajadores de la piedra. Había muy buenas canteras
de mármol en Atenas, en el monte Pentélico, y también en la isla de Paros o Naxos.
Para desprender los bloques de piedra de la cantera se utilizaban cuñas de madera.
Dejaban en los bloques de piedra o en los tambores de las columnas espigas de
enganche para poder levantarlas, y después loas cortaban al ras. Las piedras se
unían mediante grapas de plomo, que podían tener distintas formas según la época.
Los griegos pintaban encima de la piedra, de modo que debían tener un aspecto
bastante distinto al blanco con que las admiramos ahora. Se utilizaban sobre todo
el rojo, el ocre y el azul.
El trabajo del cuero estaba a cargo del talabartero o curtidor, antes de que el
zapatero diese forma a los zapatos. Algunos curtidores como Cleón fueron
importantes industriales y entraron en la política.
Las tareas de hilar y tejer se solían realizar en cada casa, aunque también había
talleres donde se trataba la lana: lavado, cardado, hilado y tejido.
El tintorero se encargaba de teñir las telas de lana y lino, y el batanero era una
especie de tintorería, donde se lavaban las prendas a base de agua con potasa.
El comercio
Los agricultores y artesanos solían vender directamente sus productos, sin
intermediarios, pero también había revendedores, que compraban al productor para
vender ellos mismos al público, eran los capeloi, término despectivo frente a
emporoi, utilizado para los comerciantes al mayor, dedicados sobre todo al tráfico
marítimo.
Capeloi: los taberneros, mercaderes de legumbres y papillas, de ajos y pan,
hosteleros.
Había en los mercados la figura del metronomos, especie de inspector de pesos y
medidas.
Había también muchos vendedores ambulantes que recorrían largos caminos para
ofrecer los productos de una región en otra. El comercio importante, en manos de
los emporoi, se realizaba por mar.
La navegación
La piratería fue desapareciendo del mar Mediterráneo a partir de la fundación de la
liga Ático Délica. Las trirremes atenienses servían como policía de los mares. Los
barcos dedicados al comercio eran distintos de las trirremes, se llamaban
"redondos" o "huecos", eran mucho más lentos y se impulsaban sobre todo
mediante las velas. Carecían de ancla y gobernalle, lo que contribuyó a limitar la
carga que podían llevar. No había cartas de navegación ni brújulas, así que la
navegación que se practicaba era diurna y evitando perder de vista la tierra. Para
evitar dar la vuelta del Peloponeso se pasaba desde el golfo Sarónico al golfo de
Corinto a lo largo del d¡olcos.
El centro de la actividad comercial de Atenas era sobre todo el puerto del Pireo,
donde el comercio marítimo supera la actividad del comercio terrestre. Los
negociantes son ayudados por los banqueros, que les prestan dinero a elevado
interés. El estado cobra impuestos de aduanas sobre todos los productos que pasan
por el Pireo.
La supremacía política de Atenas le permite tener asimismo la supremacía
comercial, ya que trae de las ciudades aliadas los productos con los que comercia.
Lo más importante era e aprovisionamiento de cereales, cebada y trigo
fundamentalmente. En la primera sesión de cada pritanía se hacía en la Asamblea
un informe sobre el estado de los aprovisionamientos del trigo. Había leyes
estrictas que prohibían el acaparamiento de existencias que podía tener como
consecuencia el alza de los precios: los sitofylakes controlaban el comercio del trigo
y la venta de harina y del pan. Los países exportadores eran Egipto, Sicilia y el
Ponto Euxino. La cuestión del aprovisionamiento del trigo dominó la política
ateniense del siglo V.
Otros oficios
Se ha hablado del maestro de escuela y del profesor. Después se hablará de los
logógrafos, y en el capítulo de la vida religiosa, de los adivinos, sacerdotes y
artistas.
La medicina
Platón no consideraba la medicina un arte liberal, parece que muchos charlatanes
podían pasarse por médicos, ya que no había ningún título que te acreditara como
tal.
Los médicos eran hombres libres por lo general, aunque podía ser que un rico
obligara a un esclavo a aprender medicina para que después le cuidase. Ya en
Homero encontramos médicos que curan a los heridos.
Había escuelas de medicina en Cnido, en Crotona, aunque parece que la medicina
como tal nació en Cos, donde la familia de los Asclepíadas se transmitían los
conocimientos de padres a hijos.
Hipócrates de Cos nació hacia el 460 a.c. y es el padre del método hipocrático,
basado en la observación y el raciocinio, así como del humanismo médico
representado en el famoso Juramento.
Los pedotribas ejercían de médicos en los gimnasios, debían ser especie de
higienistas y dietistas, masajistas y curanderos. A veces pasaban a ser ellos
mismos médicos. Había también médicos militares.
Se aprendía al lado del maestro el diagnóstico y el pronóstico. Se aprendía también
a hacer sangrías y algunas operaciones superficiales. El conocimiento de la
anatomía era muy limitado ya que estaba prohibido diseccionar cadáveres por la
mentalidad religiosa.
Había libros de medicina a disposición del publico, que también podía comprar las
drogas en casa del farmacópolo., aunque a menudo eran los propios médicos los
que preparaban las drogas a suministrar a sus enfermos. Había también médicos
ambulantes.
Había médicos públicos, a veces elegidos por la asamblea de ciudadanos. La ciudad
les pagaba, les ponía a su disposición un local para consultas , operaciones y
hospitalizaciones de los enfermos, que eran costeadas por el estado mediante un
impuesto, el iatricon, con el que se atendía a los que no podían pagar un médico
privado.
En Grecia no había casi especialistas. Se sabe que había oculistas, dentistas y algún
médico del recto. Las mujeres solían ser enfermeras, cuidadoras y parteras.
Sócrates era hijo de una partera.
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