En Autoridad, Bajo Autoridad La Casa del Alfarero

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 En Autoridad, Bajo Autoridad La Casa del Alfarero Por Javier Iván González P. – 1/05/2016 Introducción: ¿A quien lo le gustaría caminar en la vida con autoridad? Con autoridad sobre la enfermedad, sobre los demonios, sobre las adversidades. “Entonces llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad sobre los espíritus inmundos, para que los echasen fuera, y para sanar toda enfermedad y toda dolencia.” (Mateo 10:1) Definición de autoridad en griego (exousia): privilegio, fuerza, capacidad, competencia, libertad, maestría, sobrehumano, potentado, símbolo de control, influencia delegada, derecho, dueño, jurisdicción, poder, potencia, potestad. El Reino de los cielos funciona en autoridad. • El diablo tiene poder porque en la caída en el Edén, el hombre le cedió esa autoridad que Dios había confiado sobre el hombre a Satanás. 1 Juan 5:19 dice que el mundo entero está bajo el maligno. • Cristo vino y recuperó ese poder que el hombre había cedido: “19 También pido en oración que entiendan la increíble grandeza del poder de Dios para nosotros, los que creemos en él. Es el mismo gran poder 20 que levantó a Cristo de los muertos y lo sentó en el lugar de honor, a la derecha de Dios, en los lugares celestiales. 21 Ahora Cristo está muy por encima de todo, sean gobernantes o autoridades o poderes o dominios o cualquier otra cosa, no solo en este mundo sino también en el mundo que vendrá. 22 Dios ha puesto todo bajo la autoridad de Cristo, a quien hizo cabeza de todas las cosas para beneficio de la iglesia. 23 Y la iglesia es el cuerpo de Cristo; él la completa y la llena, y también es quien da plenitud a todas las cosas en todas partes con su presencia.” (Efesios 1:19-­‐23 NTV) ¿Cómo caminar en autoridad? 1. Conocer lo que poseemos en Cristo. No podemos tomar ventaja de lo que tenemos si no sabemos que lo poseemos. 2. Entender el principio de autoridad espiritual: Para caminar en autoridad debo de caminar bajo autoridad. • Ejemplo de un Policía: Un policía es una autoridad, ha sido embestido de potestad para ejercer derecho, sin embargo él está sujeto a quienes le delegaron esa autoridad. No puede ejercer el poder conforme a su parecer, debe de seguir lineamientos establecidos por los superiores. El cadete está sujeto al general, el general al subprocurador, el subprocurador al gobernador. • ¿Cómo esperamos ejercer autoridad en rebeldía a nuestra autoridad máxima que es Dios y su Palabra? La clave de la autoridad espiritual: la sumisión. • Importante entender: la sumisión no es inferioridad. Vivir bajo autoridad me brinda protección y me garantiza seguridad. La sumisión es para mi bendición. • El abuso de autoridad es condenada por Dios y Dios la detesta. Una cosa sumisión y otra cosa es manipulación. ¿Cómo notar la diferencia? La manipulación te lleva a hacer cosas que te dañan y son contrarias a la Palabra, mientras que la autoridad bien ejercida te lleva a hacer cosas para tu bendición y crecimiento. • Jesús: ejemplo supremo de sumisión: Juan 5:19-­‐24. • Necesitamos abrazar autoridad para tener autoridad. 1.
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Nuestra carne va a oponerse a la sumisión por dos razones. La naturaleza de nuestra carne es anárquica (Romanos 8:7-­‐8). A nuestra carne no le gusta que le digan que hacer. Patrones que hemos aprendido durante toda nuestra vida. Ejemplo: Nunca me han puesto frenos en mi casa, ¡Porque habría de someterme ahora a una persona que ni es mi familiar, ni me paga, ni nada! Consejo: ¡Padres! Tu hijo no necesita en ti un amigo(a), necesita en tu un padre/madre que los ame. Tu hijo no necesita un papá chido o una mamá chida, necesitan padres que ejerzan el rol de autoridad para que puedan crecer con una identidad correcta. Quien camina en rebeldía no ha entendido el evangelio porque el evangelio habla de negarte a ti mismo y tomar la cruz, habla de ser libres del pecado para convertirnos en esclavos de Cristo, habla de humildad y obediencia. “elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas.” (1 Pedro 1:2 RV60) La sumisión es parte fundamental del desarrollo de la iglesia, siempre. Una mentira: Mi autoridad es Dios, no el hombre. Yo me someto a Dios, no tengo porque someterme al hombre. Bajo este principio: “Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto?” (1 Juan 4:20 RV60) El que no se somete al hombre que ha visto, ¿cómo puede someterse a Dios quien no ha visto? El que se opone a la autoridad establecida por Dios, a Dios mismo resiste: “1Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. 2De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos.” (Romanos 13:1-­‐2 RV60) Someternos a nuestros pastores:“7Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios; considerad cuál haya sido el resultado de su conducta, e imitad su fe… 17Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso.” (Hebreos 13:7, 17) Estar bajo autoridad no es someterme a regañadientes. La sumisión pura se cuida desde los comentarios que hacemos de las autoridades, nuestra forma de hablarles, etc. Obedecer a nuestros padres: “Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, porque esto agrada al Señor.” (Colosenses 3:20) Obedecer a nuestros jefes: “Siervos, obedeced en todo a vuestros amos terrenales, no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino con corazón sincero, temiendo a Dios.” (Colosenses 3:22) Conclusión: Preguntas para reflexionar. ¿Cómo veo yo a mi pastor? ¿Cómo el encargado de la iglesia o como una autoridad de Dios sobre mi vida? Si yo no soy una persona abierta a ser exhortada, confrontada y disciplinada entonces necesito repasar de nuevo las bases de nuestra fe. Si al ser confrontado o exhortado mi primer reacción es el enojo, la crítica y decir: “me voy a ir a otra iglesia, están mal aquí, aquí no saben” entonces necesito pedirle al Espíritu Santo que me ayude a hacer morir mi carne y mi orgullo. Confrontar es difícil e incómodo. Facilitémosle el trabajo a nuestros pastores encontrando en nosotros un espíritu manso, enseñable y sumiso. • Debemos entender la diferencia entre un miembro de la iglesia y un simpatizante de la iglesia: o El simpatizante simplemente viene, se sienta, escucha, pero no tiene ningún compromiso con la casa ni rendición de cuentas. o El miembro entiende que Dios lo ha plantado aquí, tiene compromiso y responsabilidad en la casa y rinde cuentas a las autoridades puestas por Dios en sumisión. •
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