05-tu.qxd 25/09/05 11:07 p.m. Página 1 La Plata, lunes 26 de septiembre de 2005 Suplemento de Justicia, Seguridad y Policiales del diario Hoy en la Noticia Trama URBANA 5 ENTREVISTA ENTREVISTA ENTREVISTA ENTREVISTA ENTREVISTA En una polémica postura, el fiscal de Juicio Rubén Sarlo se expresó contrario a desincriminar al tenedor de drogas para uso personal. Asegura que es un enfoque insuficiente, porque no sólo la salud pública está en riesgo, sino también la seguridad A pocos días de que se concrete la competencia en materia de drogas en la Justicia penal bonaerense, el fiscal de Juicio Nº 1 de La Plata, Rubén Sarlo, asegura que fue en el Fuero Federal donde “aprendió mucho” sobre los delitos de la Ley de Estupefacientes. Esa particular experiencia lo distingue del resto de sus colegas. Y tal vez por eso se anima a arriesgar que le haría urgentes reformas a la actual Ley 23.737, especialmente al tema del tratamiento desintoxicante a los tenedores de droga para consumo personal. -La gente y los medios hablan de un “fracaso” del sistema y quieren despenalizar ese delito. ¿Qué piensa? -Los abolicionistas están siempre agazapados, urdiendo renovados argumentos para lograr la despenalización. Eso comenzó en el país en el año 1986, cuando en España se puso de moda el “destape” y aquí entró la idea mediante una versión para Latinoamérica de la revista Cambio 16. Allí, los precursores del “vale todo”, que luego Sarlo se mostró contrario a la desfederalización, ya que “no se avizoran esfuerzos para combatir el narcotráfico en conjunto“ dieron la posta a Antonio Escotado, dijeron que penalizar al adicto consumidor es castigar doblemente la adicción, y no querer ver el verdadero problema, que es el narcotráfico, al que no se persigue como se debería. -Pero en estos tiempos eso también lo dicen el gobernador Felipe Solá y el ministro Eduardo Di Rocco. - Que haya algunas verdades no significa tener la razón. Aquí no se ven esfuerzos convincentes para combatir al narcotráfico, es cierto y evidente. La Justicia Federal, que aún tiene competencia exclusiva sobre la materia, no ha satisfecho las expectativas mínimas. Pero eso no puede servir como excusa para despenalizar. Lo que debe hacerse es tomar las riendas para que, por un lado, el narcotráfico se comience a combatir con resultados positivos; y, por el otro, se termine la impunidad que hay en las calles de nuestras ciudades con la venta de drogas al menudeo, el “chiquitaje” que pronto seguramente va a ser competencia judicial de las provincias. Pero no nos dejemos confundir, no pueden dividirse tajantemente narcotráfico y tráfico hormiga callejero, porque el tema debe verse como un negocio que tiene las dos puntas visibles: si no hay demanda de compradores, no hay oferta de los que producen la droga. “El adicto tiene que ser tratado y penalizado” -En Capital Federal, días atrás, un Tribunal Oral falló para defender la tesis de desincriminar al tenedor en el caso del uso personal. ¿Eso es un avance para la abolición? - No tengo dudas. Leí declaraciones del juez Martín Vázquez Acuña, uno de los miembros de ese Tribunal, que defiende la posición diciendo que la penalización clandestiniza al usuario de drogas, haciéndolo inaccesible para los tratamientos asistenciales o rehabilitadores, ya que una porción importante no se acerca a los centros de atención voluntariamente, por miedo a quedar procesado o detenido. -¿Y no es eso cierto? - Parcialmente cierto. El sistema del tratamiento debe revisarse, porque sabemos que no puede tratarse a nadie de una adicción si no quiere que lo ayuden. Por otro lado, el enfoque del magistrado es insuficiente. Lo hace desde el ángulo de la salud pública, pero no le dice a la gente que este delito tiene otro bien jurídico protegido, que es la seguridad, es de peligro abstracto y se relaciona directamente con la mayoría de los delitos que se cometen en la actualidad. Hay tres tipos básicos de delitos que se relacionan con las drogas. El delito de “drogas”, que está específicamente contemplado en la Ley 23.737; el delito “con drogas”, que se produce cuando un sujeto delinque bajo el efecto de estupefacientes; y el delito “por drogas”, que es aquél que se comete con el fin de apropiarse de las drogas; por ejemplo, falsificación de recetas médicas o saqueos a las farmacias. Como puede ver, no sólo la salud pública está en riesgo. -Hasta ahora las leyes de represión y prevención no dieron resultado; el flagelo aumentó. ¿Y el escenario que viene? - Es una cuestión de responsabilidades. Existen métodos para evaluar y co- Enfrentar el problema. Para Sarlo, la droga “es veneno, y mata“ rregir a aquellos funcionarios que no cumplen bien con su trabajo. Aquí se parte de un problema cierto, que es la falta de resultados en el campo de la represión y prevención del tráfico y consumo de drogas. Entonces, la ecuación se hace muy simplista: “Si no funcionó, hay que despenalizar, la penalización no sirve”. Con esto, el tejido social comienza a ceder y el Estado resigna sus roles básicos e indelegables de proteger la salud pública y brindar seguridad al ciudadano. Pero debemos preguntarnos por qué los mentores de esta idea abolicionista no exigen al Estado, a través de sus resortes legales, que se cumplan las leyes y que cada quien sea responsable de sus acciones u omisiones. -¿Existe en el país una entidad visible que lleve adelante esta idea de despenalizar la tenencia de drogas para consumo personal? - Sí, es una entidad capitalina que se llama ARDA, Asociación de Reducción de Daños de la Argentina, que preconiza hace algunos años esta tendencia bajo las consignas de despenalizar esa tenencia; que cesen los arrestos por consumo de marihuana, y en defensa de la investigación científica de los usos terapéuticos del cannabis (planta de la marihuana). Esto es tan grave que, con el mismo argumento que da esta gente y que expresa casi textualmente el fallo capitalino que avaló la postura abolicionista, con la excusa de que los sistemas de seguridad no funcionan, corremos el riesgo de que se pretendan suprimir los cuerpos policiales -¿Y qué propone para mejorar la actual situación? ) El perfil El Dr. Rubén Mario Sarlo nació en La Plata en 1951 e ingresó al Fuero Penal de La Plata el 4 de noviembre de 1965 (“Me hicieron poner los pantalones largos”). Tenía 14 años y cosía expedientes casi todo el día. Cumple 40 años de servicio ininterrumpido, es abogado desde 1983, casado, padre de tres hijos (22, 20 y 12 años), fanático de Gimnasia, y fue designado Secretario Federal en 1985 hasta 1996, cuando se lo designó Fiscal de Instrucción repatriándolo a la Provincia; allí fue luego Fiscal General Adjunto. Es Fiscal de Juicios desde 2003. -En principio, lo que dije, que se tome el toro por los cuernos y se den señales de seriedad en el combate al narcotráfico y toda la cadena de distribución callejera. En cuanto al adicto que resulta tenedor de droga ilegal, debemos buscar alternativas para recuperarlo, pero debe ser penalizado, porque es utilizado para la distribución “hormiga”, es el contacto que hace que la droga llegue a todos los lugares y estamentos sociales. Y debiera premiárselo legalmente con el sobreseimiento si indica quién es el que le proveyó la droga y esta circunstancia es verificada como cierta, sin perjuicio del tratamiento, que no debería eludir, porque está enfermo. Por lo demás, no hay que abolir, hay que ajustar mecanismos o cambiarlos para que podamos defendernos como sociedad y no retroceder ante el delito organizado. Con respecto a los delitos contra la propiedad, retrocedimos cuando pusimos rejas y alarmas en nuestras casas y pasacasetes desmontables. Pero ojo, porque la droga es otra cosa, es veneno y mata. El factor de la seguridad ciudadana “Me gustaría que la gente pudiera decir en las urnas qué es lo que quiere, porque todos somos parte del problema“ está en juego y no es sólo el interés en la salud pública lo que hay que privilegiar. Salud sin seguridad no sirve. A la inversa, podemos dar seguridad y brindar atención de salud si corregimos la ley. -¿Cree que la desfederalización de este delito mejorará el control sobre el tráfico en poca cantidad? -No, como están hoy las cosas en la Policía bonaerense y en nuestra Justicia, la falta de recursos económicos, materiales e inclusive humanos por capacitación especializada, creo que generarán severos trastornos que van a terminar de colapsar los juzgados penales que hoy por hoy están saturados de causas en trámite. Lo propio nos sucede a los Fiscales y a los Defensores oficiales. Lo ha dicho hace unos días la Sra. Procuradora María del Carmen Falbo. En última instancia, creo que habría que realizar una consulta pública para que el ciudadano provincial diga qué quiere, si apoya la despenalización o apoya su combate como una parte de la cadena del narcotráfico. Los sistemas legales pueden funcionar bien o mal, pero es el ciudadano quien debe expresar su pensamiento e interés, porque todos somos parte del problema.