¿cuanta gente asiste a los partidos de primera division?

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LATERCERA Domingo 5 de octubre de 2014
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“Está claro que un estadio
no es rentable sólo por el
fútbol. Sólo se rentabiliza
con otros eventos”.
Lorenzo Antillo
Presidente de Audax Italiano
“Todo club que se considere
grande e importante sueña
con el estadio propio”.
Cristian Aubert
Gerente general de Azul Azul
de los Dragones, apenas 2.800 personas (ver infografía)..
El cuadro chileno que lleva menos público como local es Cobresal. Sólo 616 espectadores promedio. El conjunto de El Salvador tienen un acuerdo de comodato con
Codelco, que le permite ocupar el
estadio El Cobre, con capacidad
para 20 mil personas. El contrato
es ideal para la escuadra minera,
que se hace cargo de toda la mantención del complejo: $ 5 millones
al mes, a los que se suma dos a cinco millones por partido.
Propietarios
Para Colo Colo también es un activo importante. Por ser el recinto particular más grande del fútbol chileno (47 mil personas), el
Monumental es más caro de mantener. Sólo por un recital, sin embargo, ByN puede cobrar hasta 60
millones de pesos, dependiendo
los días en que su estadio estará reservado. Además, el promedio de
público del Cacique es alto para el
medio local.
Subsidio
Es un hecho que la renovación de
los estadios en el fútbol chileno
no hubiese llegado sin el aporte de
dineros fiscales. En 2008, en el anterior período de Michelle Bachelet, se lanzó el plan Red de Estadios
del Bicentenario y en 2011, ya con
Sebastián Piñera en La Moneda,
el proyecto Chilestadios. En total,
17 recintos del balompié profesional se remodelaron, la mayoría
con estándares FIFA, apropiados
para recibir eventos internacionales, como el Mundial Sub 17 y la
Copa América, que se disputarán
el próximo año. La inversión, sumando ambos planes, es de 300
millones de dólares.
Audax Italiano fue uno de los beneficiados con este programa. Se
quedó con el Bicentenario de La
Florida, tras firmar un comodato
con la municipalidad. Su presidente, Lorenzo Antillo, destaca
que “sí se ha logrado una identificación de nuestros hinchas con el
estadio, pero está claro que un estadio no es rentable sólo por el
fútbol. Sólo se puede rentabilizar
con otros eventos”.
Visto así, lo más cómodo para la
mayoría de los clubes sin casa propia es seguir en su condición actual. La excepción es la “U”, que ya
oficializó una inversión millonaria
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Los casos de Colo Colo y Unión
Española son aparte. Entre arriendo a otros clubes o para otro tipo
de eventos, los rojos perciben al
año $ 317 millones. Y el costo de su
mantención por temporada, incluidos gastos operacionales y de
personal, alcanza los $ 218 millones. “Pocos en Chile tienen el privilegio nuestro. Desde el punto de
vista económico, el Santa Laura
es rentable”, asegura Johnny Ashwell, ex futbolista y hoy gerente
general del elenco hispano.
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¿CUANTA GENTE ASISTE A
LOS PARTIDOS DE PRIMERA DIVISION?
Para sacar cálculos sobre si es o no conveniente tener un
estadio en el fútbol chileno, un dato clave es la cantidad
de público que recibe en promedio un equipo como local.
Los números de 2014 torneo no son auspiciosos.
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FRASES
de legado”. Aubert describe este
fenómeno como “el gran sueño de
los hinchas. Un ícono que se mantendrá eternamente. Todo club que
se considere grande e importante
en el concierto internacional sueña con el estadio propio. Todo hincha desea tener su propio palco o su
propio asiento, de por vida”.
Como sea, para la “U” tampoco es
un buen negocio no tener estadio.
En cifras redondas, al año gasta
500 millones de pesos por ser local
en el estadio Santa Laura o el Nacional. Cada partido como anfitrión le
cuesta desde $ 20 millones hacia
arriba. Un clásico ante Colo Colo o
la UC y un choque estelar (internacional o por un título) son las únicas jornadas en que al club le queda dinero en el bolsillo. Todo esto,
según datos que registra Azul Azul.
La “U”, en todo caso, no es el mejor parámetro para definir si conviene o no tener un estadio en Chile. De hecho, desde la mayoría de
los clubes aseguran que es imposible pensar en este plan como una
idea rentable. Es ahí cuando aparecen las alternativas de los coliseos públicos. Deportes Iquique,
por ejemplo, tiene un contrato de
arriendo anual con la municipalidad nortina. Cada duelo en casa le
cuesta entre cinco y seis millones
de pesos. El acuerdo incluye los
gastos de mantención de la cancha
(el césped) por parte de Iquique,
mientras que la alcaldía se ocupa
de las refacciones de la estructura (baños, asientos, ingresos, etc.)
“Es imposible pensar en un estadio propio. No sólo por el elevado
costo de su construcción, sino también por lo que significa mantener
un recinto”, explica el presidente
de Iquique, Cesare Rossi. Si no es
un buen negocio, básicamente es
porque el promedio de público
como local es muy bajo. En el caso
A. Italiano
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úmeros contra
emociones. Un
estadio es el sueño de todo hincha. Las hojas de
cálculo, sin embargo, no necesariamente calzan con ese deseo.
Igualmente el fútbol tiene sus propias reglas, no siempre apegadas a
lo que dicta un manual de administración. De otra forma, Azul Azul no
se habría embarcado en el proyecto de tener una casa propia para
Universidad de Chile antes de 2020.
De los 18 clubes de Primera División en el balompié local, sólo hay
tres que tienen su estadio. Colo
Colo (Monumental), Unión Española (Santa Laura) y Huachipato
(CAP) son los únicos que juegan
como locales sin pago de arriendo.
El resto de los equipos debe negociar. Un acuerdo por temporada,
semanal o un comodato por una
cierta cantidad de años. En el caso
de la UC, la concesionaria Cruzados
debe pagar 1.000 UF mensuales a la
fundación CDUC (incluye complejo de entrenamiento).
En este contexto, la “U” sueña
con su propia casa y está dispuesta a invertir cerca de 40 millones de
dólares para conseguirlo. Una suma
que, con una proyección optimista, recién se podría recuperar en
2040. ¿Dónde está el negocio, entonces? “El tener un estadio propio
no sólo considera un tema de pertenencia importante y tremendamente esperado. Además, debiese
generar un aumento consistente
en la asistencia de público, en la
cantidad de abonados, en el compromiso de los hinchas con su
club”, explica Cristian Aubert, gerente general de Azul Azul.
Hay un argumento mucho más
fuerte, eso sí. Va más allá de la calculadora. Se trata de la “sensación
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Cobresal
ANHELOS Y FRUSTRACIONES
DE LA “U”
1937:
El primer intento de la “U” por tener su
estadio. Se levantaba en Quinta Normal y tenía una capacidad de mil espectadores. Su nombre: Stadium e incluía una pista de atletismo.
1942:
Proyecto encabezado por el doctor Julio Kilian, que incluía un centro deportivo de grandes magnitudes. Propuso
que su construcción se realizara con
aportes privados; sin embargo, jamás
tuvo siquiera un lugar donde erigirse.
1946:
La población Juan Antonio Ríos fue designada como la sede del nuevo sueño
azul. Incluso, la casa de estudios anunció la construcción del recinto, que se
llamaría Estadio Monumental Universidad de Chile. Jamás se concretó.
1948:
El Fundo La Castrina, en la comuna de
La Granja, albergó un nuevo proyecto.
Pese a que en un comienzo todo iba
bien encaminado, el poco interés de la
gente por comprar acciones que permitieran adquirir definitivamente los
terrenos hicieron fracasar la construcción del estadio.
1973:
El Parque Araucano fue el sitio
elegido para erigir el recinto. En
septiembre de ese año, antes del
Golpe Militar, incluso se realizó
una ceremonia simbólica para dar
inicio a las obras, que una vez finalizadas albergarían a 15 mil espectadores. Días después, la idea
quedaría bajo tierra.
1981:
Los terrenos del Sauzal, en la intersección de Américo Vespucio y
Avenida Las Torres, recibirían a La
Caldera Azul, como se le conoció al
proyecto de la directiva de esos
años. Hasta se compraron las tribunas en Brasil. Pero el mecano se
terminaría oxidando en Iquique,
desde donde nunca pudieron ser
sacadas por falta de dinero. Ni “La
Gangana”, como se conoció el sistema de recolección de fondos para
levantar el recinto, sirvió.
1992:
La Corfuch anuncia que en el Noviciado se levantará una ciudad deportiva, un lugar de concentración y
el futuro estadio. El presidente
René Orozco lanzó la campaña
“Tiempo de Hacerse Azul”, para
ayudar a financiar la construcción.
Al final, no hubo estadio y muchos
hinchas fueron estafados por los
creadores de la campaña.
Hilda Oliva • LA TERCERA
FUENTE: Estadísticas de Luis Navarrete
Cobreloa
A. Italiano
U. La Calera
D. Antofagasta
La Madriguera y
Municipal de
Antofagasta
Condición:
Arriendo.
Costo Municipal de Calama: 18 millones al mes.
Costo Municipal Antofagasta: $ 6
millones.
Estadio: Municipal
de La Florida
Condición: comodato.
Mantención: $ 800
millones al año.
Ingreso por recaudación: $ 3 millones (partidos clase B) y $ 6 millones
(partidos clase A).
Estadio: Nicolás
Chahuán y Lucio
Fariña (Quillota)
Condición: arriendo.
Arriendo N. Chahuán: $ 2 a $ 2,5 millones por partido. $ 800 mil por uso
para entrenamiento.
Arriendo L. Fariña: $ 3 millones, más
15% de recaudación.
Calvo y Bascuñán
Condición: arriendo
a municipalidad.
Costo de arriendo:
$ 4,3 millones (partido diurno televisado) y $ 6,4 millones (partido nocturno televisado).
Ingreso por recaudación: $ 6 millones (clase B) y $ 15 millones (clase A).
2004:
René Orozco anuncia la construcción de
un estadio techado en los terrenos de El
Noviciado, en Lampa, con aportes asiáticos. Se realizaría en conjunto con otro
equipo nacional. Nunca llegaron a Chile
los emisarios del famoso banco chino.
2014:
Carlos Heller anuncia la construcción
del estadio en el sector de Laguna Carén. En compañía del rector de la casa
de Bello, dice poner fin a muchos años
de espera. Por ahora, ese anuncio sigue quedando en los papeles.
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