Relieve de América - Editorial Voluntad

Ampliación
Tema 5
Relieve de América
La geomorfología y el modelado terrestre
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Sistemas cordilleranos (centrales y periféricos)
de América
La superficie terrestre presenta irregularidades (formas diversas) que se han desarrollado por el efecto de acciones
internas conocidas como movimientos epirogénicos, causados por fuerzas verticales que producen levantamientos
o hundimientos de la superficie terrestre, y orogénicos,
fuerzas internas horizontales que surgen de manera violenta y crean o destruyen pequeñas formas de la superficie
terrestre como montañas, islas, llanuras, entre otras.
América cuenta con grandes sistemas montañosos, originados, según los estudios geológicos y geomorfológicos, durante millones de años; al occidente se forman
dos cordilleras paralelas al océano Pacífico vinculadas
al Cinturón de Fuego del Pacífico, una cadena volcánica
que se concentra en el borde de las placas tectónicas
sobre este océano. Aquí hacen contacto las placas Norteamericana y Sudamericana, con las placas de Nazca
y Pacífica.
Esos movimientos ocurren de forma permanente. Ligados
a erupciones volcánicas, terremotos y temblores, generan
constantes plegamientos, es decir, elevaciones o hundimientos del relieve (montañas, mesetas, depresiones, volcanes, llanuras, islas, entre otros).
Sistemas montañosos jóvenes o centrales en América
Las Montañas Rocosas
Todas las anteriores formas y los procesos que las modifican son estudiados por la Geomorfología, ciencia que analiza las formas y los cambios de la corteza terrestre.
Se extienden desde Alaska hasta México. De allí hacia
el sur disminuye su altura y recibe el nombre de Sierra
Madre. Su origen está relacionado con procesos volcánicos y sedimentarios iniciados en el período Paleozoico,
junto a una serie de movimientos verticales que han
generado plegamientos y diversos tipos de erosión.
También suceden transformaciones generadas por fuerzas
exógenas, es decir, los vientos, las lluvias, los huracanes,
las temperaturas extremas y la intervención del ser humano, que provocan la erosión de los suelos y, por ende, la
modificación del relieve. Estas modificaciones exógenas
reciben el nombre de modelado terrestre.
Estas montañas no forman una cadena única, sino que
se dividen en tres ramales que forman una zona alta
de extensas mesetas y cuencas internas, en la que se
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Tema 5
destaca a cuenca del río Colorado, el cual da origen al
desfiladero más profundo del planeta: cañón del Colorado. La máxima anchura la alcanza en la meseta del
Colorado con 1500 km de amplitud.
En el mar Caribe, los Andes se sumergen y forman una
cordillera submarina que en sus mayores alturas constituyen las islas de gran parte de las Antillas.
Sistemas montañosos periféricos y macizos antiguos
Cordillera de los Andes
Al oriente del continente existen sistemas montañosos
más antiguos, de gran extensión y estables, sin ningún
plegamiento, que reciben el nombre de macizos o escudos.
Este, el sistema montañoso más largo del planeta
(aproximadamente 8900 km de longitud en la parte
continental), va desde las costas de Venezuela en el
mar Caribe hasta la Tierra de Fuego, en la Patagonia.
Allí se sumerge en el océano y surge de nuevo para originar las islas Malvinas y la península Antártica; aquí se
conoce con el nombre de Sistema Precordillerano.
En Norteamérica se destacan el Escudo Canadiense y
los montes Apalaches; en Suramérica, el macizo Brasileño y el macizo de las Guayanas, ninguno de los cuales
supera los 3000 m de altitud.
Los Andes se formaron en el Cretácico, a finales de la
era Secundaria. Sus movimientos epirogénicos dieron
origen a grandes erupciones volcánicas, cuyos conos
son las partes más altas de esta cadena montañosa.
Tomado de Geografía aplicada al continente americano.
PLV Estudios Sociales, Editorial Voluntad.
La cordillera consta de dos cadenas montañosas paralelas, separadas por valles interandinos o altiplanos. A
la altura del nudo de los Pastos, en Colombia, se divide
en tres ramales hacia el norte, y está en proceso de
formación una cuarta cordillera que se conoce como la
serranía del Baudó, en la región del Chocó, una zona de
alta sismicidad.
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