alimentación de los 9 a los 12 meses

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ALIMENTACIÓN DE LOS 9 A LOS 12 MESES
Hojas de Información Sanitaria (HIS)
A partir de los 9 meses podemos introducir el pescado blanco y la yema de huevo (si tiene algún familiar directo
alérgico al pescado o al huevo, consulte con su pediatra antes de introducir estos alimentos). Los ofreceremos
mezclados con la papilla de verduras: de un día a otro alternaremos la carne (ternera, pollo, 30-60 gr.), el pescado
(30-70 gr.) o la yema de huevo (media para empezar y hasta 1 por semana). Es necesario hervir el huevo (huevo
“duro”) y separar la yema para chafarla o triturarla junto con las verduras. La clara no conviene darla hasta el año
de edad porque es más alergénica. El pescado congelado tiene los mismos nutrientes que el fresco y puede evitar
el riesgo de reacción alérgica por Anisakis (parásito frecuente del pescado).
Un día a la semana también podremos añadir pequeñas cantidades de algunas legumbres cocidas a la verdura
(lentejas, garbanzos —si causan diarrea o dolor de estómago se administraran bien triturados—). Las verduras
pueden chafarse con el tenedor, sin forzar al niño.
El consumo de leches o derivados (queso fresco, requesón, yogur) recomendado es de 400-500 ml. diarios, solos
o combinados con el resto de alimentos. No es conveniente introducir leche de vaca sin adaptar como mínimo
hasta los 12 meses —y preferentemente hasta los 18—, pues algunos de sus nutrientes son de difícil asimilación
para el lactante.
Para favorecer la masticación hay que ofrecer al niño, con prudencia, algunos alimentos troceados que deberán
ser tiernos y de fácil ingesta (siempre que el niño —que todavía tiene pocos dientes— pueda convertirlos en una
pasta dentro de la boca): pescado hervido, queso, pulpa de algunas frutas, jamón dulce cortado muy fino, pan,
pasta hervida, etc.
Es conveniente, al final del primer año (a los 10 ó 12 meses), diversificar la cena algunos días de la semana para
evitar un exceso de alimentos azucarados. Por ejemplo, la cena puede componerse de cremas de verduras con
algún producto láctico, sopa de caldo con pasta (sémola o fideos finos), bechamel con yema de huevo o pescado,
alimentos troceados combinados o no con papilla de leche con cereales, todo según la aceptación o el cansancio
del niño.
Es prudente esperar 1-2 semanas después de haber introducido cada alimento nuevo para poder detectar si el
niño presenta alguna intolerancia. Si el niño rechaza un alimento no es conveniente forzarlo a que se lo coma. Es
mejor que volvamos a intentarlo al cabo de unos días. A algunos niños les cuesta acostumbrarse a la cuchara,
pero con constancia y un ambiente tranquilo todos se adaptan.
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