“REFORMA LA-MORAL” Empiezo por situar este artículo dentro de mi actividad profesional que es el coaching ejecutivo. Mi trabajo consiste, principalmente, en hacer preguntas poderosas y detectar creencias en las personas para conseguir respuestas que puedan cambiar su modo de observar el mundo. De ahí que este artículo será principalmente interrogativo. Como coach ontológico le doy mucha importancia a cada uno de sus tres dominios -lenguaje, emociones y corporalidad-, aunque aquí me centraré en el uso del lenguaje y la interpretación que cada persona hace de sus términos. Últimamente observamos que está de moda la palabra REFORMA. Vivimos tiempos de reformas. El Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española define reforma como: “Acción y efecto de reformar o reformarse.” “Aquello que se propone, proyecta o ejecuta como innovación o mejora en algo.” Reformas financiera, educativa, laboral… literalmente, ¿lo son? Nuestros políticos, vamos a pensar de forma generosa, están buscando el bien común y dirán que con ellas están innovando y/o mejorando, pero ¿son reformas o contra reformas? Dejar nuestro presente y futuro sólo en sus manos, ¿es lógico? ¿Son ellos los responsables de todo los que nos pasa y nos tiene que pasar? Dar mucha importancia a lo que ellos hacen o deberían hacer ¿no puede alejarnos del otro pilar de la definición que es el poder de reformarnos a nosotros mismos? ¿Podemos reformarnos? Henry Ford, ya nos decía: “Tanto si crees que puedes como no, estás en lo cierto”. La clave está en creer y disponernos y prepararnos para ello. ¿Queremos reformarnos? Después de haber compartido e impartido muchas jornadas formativas con directivos, mandos intermedios y demás profesionales de este país, y haber vivido intensas sesiones de coaching con diferentes perfiles de personas, creo que sigue pendiente la gran reforma: La de la moral individual y colectiva como personas, como ciudadanos y como país desde cada uno de nosotros. Entre sus muchas acepciones me gustaría destacar la que define MORAL como: “Estado de ánimo, individual o colectivo.” Ernesto Sesé Jordán Coach Ejecutivo [email protected] www.pidetemas.es 1 ¿Cómo está la moral individual y colectiva en España? La verdad es que si nos asomamos a la ventanilla del INEM, a la de los medios de comunicación, a los mentideros políticos y al mercadito de la plaza, parece estar en la UVI. La situación económica, laboral y social de nuestro país no son, precisamente, impulsoras positivas de la misma. Así las cosas, no me extraña que la pregunta que más oigo cada día sea: - Vale, y, ¿cómo salimos de esta? ¿Qué más hay que reformar y contra reformar para subir nuestra moral? Parece que la innovación reformadora tiene que ser tecnócrata y venir de fuera de nosotros. Parece que somos víctimas de las circunstancias y no protagonistas de nuestro futuro. Permítame el lector formularle unas preguntas: ¿Qué es mejor, esperar a que la situación económica cambie para subir la moral, o subir la moral, su propia moral, diariamente y con esfuerzo para que esto cambie? ¿Prefiere cambiar de forma positiva e influir en los demás, esperar a que cambien los demás o dejarse llevar por la inútil auto justificación de esto no hay quien lo cambie? ¿A qué está atado que le impide subir su propio estado de ánimo? Le propongo, revisar su propio sistema de creencias porque, puede ser que tanto si creé que puede como que no estará en lo cierto. Cuando el elefante es pequeño, sus cuidadores le atan con una buena cadena porque siempre trata de escaparse. Día tras día, va tirando tratando de romperla. Si ésta resulta lo suficientemente gruesa, no lo podrá hacer. Así es que llega un buen día en que el elefante aprende lo que significa estar atado, deja de intentar escaparse y se queda quieto al lado del poste. A partir de ese día, pasan a atarlo con una cuerda ya que, para él, que sea con cadena o con cuerda, estar atado significa que se tiene que quedar al lado del poste. Ya no se pregunta si puede marcharse o no. En realidad sólo se trata de un juego psicológico en el que cae el elefante adiestrado. Es un sencillo ejemplo para explicar lo que es una creencia: “Completo crédito que se presta a un hecho o noticia como seguros o ciertos”. Si por analogía llamáramos a esa cadena crisis, ¿qué frenos mentales colectivos e individuales nos está produciendo que nos impide romper su cadena? ¿Qué consecuencias tendrá en el futuro el estar adiestrados por esa cadena? Ernesto Sesé Jordán Coach Ejecutivo [email protected] www.pidetemas.es 2 Para romper la cadena, cada uno, en primer lugar, puede hacer algo por y para sí mismo: ¡Ponerse en valor! y dejar de hacerse trampas al solitario como es seguir atado por una zona de confort muy idealizada en nuestra sociedad del Bien Estar. El reto: salir de dicha zona y, con la consiguiente humildad, ser consciente de nuestras propias debilidades, para corregirlas, y de nuestras fortalezas, para potenciarlas. No sé si así cambiaremos el mundo, para qué, pero sí podemos influir y cambiar el mundo inmediato que nos rodea. El lenguaje no es inocente y sin ser conscientes nos ata y libera cada día. Si oigo crisis todos los días y no la cuestiono la cadena me ata. Si desde el realismo del momento tomo el timón de mi vida cada día y analizo y cambio mi lenguaje y observo el de los demás, por ejemplo, cambiaré mi actitud ante la misma. Una palabra de impulso dicha en primer persona frente al espejo al empezar el día, un “voy a disfrutar del día”, un “quiero ir a trabajar” frente al “tengo que ir a trabajar”, un “quiero vivir”, un “no tengo problemas sino retos” un “qué bien lo has hecho” frente a “nunca haces nada bien” un “qué puedo hacer para desarrollar su potencial“ frente a la exigencia de “es lo que tienes que hacer”… puede empezar a hacer que dejemos de ser víctimas de los demás para pasar a ser protagonistas de nuestra vida y, por lo tanto de la dirección de nuestra propia moral. Le reto a que practique un lenguaje positivo y de acción frente a un lenguaje resignado y conformista. El cambio empieza en nosotros, empieza en usted. Sin duda, los políticos y poderes fácticos de cualquier país tienen mucho que decir. Su lenguaje tampoco es inocente. ¿Qué nos están vendiendo? Para poder vender el producto primero hay que creer en él y estar unidos para venderlo. ¿Creemos en nuestro producto? Hemos hecho cosas que, sin duda, son mejorables pero también muchas bien. Después de creer en nuestra fuerza interior e individual, ¿creemos en nuestra fuerza colectiva que puede hacer que este barco vaya en la dirección que queremos? Espero no resultar utópico si digo que ya está bien de avergonzarnos de ser españoles. Ya está bien de viejas creencias limitadoras. Ya está bien de que nuestros hijos se vayan de aquí porque no hay futuro. Sintamos la marca España, creamos en España, hablemos bien de España, sintamos nuestra fuerza y seamos españoles. La reforma moral empieza frente al espejo y sigue en nuestras casas, en nuestros colegios, en nuestros trabajos y qué bueno sería también en el Parlamento. Con lo que somos y podemos llegar a ser ¿hay alguna razón para no reformar ya nuestra propia moral? ¿Hay alguna razón que impida que las empresas también tomen el protagonismo y desarrollen directivos y colaboradores con moral innovadora? Le propongo una sesión de coaching para iniciar su propia reforma moral. ¿Acepta el reto? Ernesto Sesé Jordán Coach Ejecutivo [email protected] www.pidetemas.es 3