El equivalente monetario de los valores personales

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El equivalente monetario de los valores personales
La Iglesia y el trabajo humano / Economía y Sociedad
Por: Andreas Boehmler | Fuente: www.arbil.org
El proceso de inadecuaci entre dinero y persona, entre precio y valor
En lo que sigue Simmel pone de manifiesto la radical incomensurabilidad entre persona y dinero. Para ello se analiza co el cambio de la
esencia del dinero -esto es, desde su concepci sustancial-cualitativa hacia una funcional cuantitativa- hace resaltar la creciente
inadecuaci entre dinero y valores personales. Dicho de otro modo, es la misma reducci contractualista de valor a precio la que hace
resaltar la existencia de valores personales irreductibles.
Hay, pues, dos elementos posibles en el origen de este proceso de inadecuaci: lo que se entiende por dinero y lo que se entiende por
persona. Sistemicamente considerado, Simmel llega a las siguentes conclusiones:
En ocas "naturales" se hab tenido un concepto bastante utilitarista del hombre, o sea, de la persona humana. La persona no era m que
su funci social, lo que ten de utilidad para el conjunto social. La persona no era del todo ajena a "cosa" o "mercanc"150. En la oca
moderna, por el contrario, bajo el impulso de la concepci antropolica cristiana, como afirma tambi Simmel151, la persona se est
cristalizando como valor absoluto, m allde toda utilidad social. Frente a sus posibles valores esenciales (cualidades) se resalta su valor
existencial152, frente a su carter cuantitativo su valor cualitativo, frente a su carter de medio su carter de fin.
Ahora bien, el concepto de "dinero" ha seguido paralelamente un movimiento inverso, y, segn Simmel, es este mismo movimiento el que
esten el origen de la toma de conciencia de lo que es "persona". El dinero, por falta de diferenciaci social, ten en la oca pre-capitalista
bastante poca "utilidad". Ten carter sustancial cualitativo, no funcional-cuantitativo. No era, ni mucho menos, el medio absoluto; hab poca
cosa para intercambiar en tiempos no "diferenciados".
Hay un profundo "desentendimiento de causas" cuando el hombre moderno se escandaliza ante el hecho de que en el pasado el dinero
tuvo capacidad de ser equivalente de valores personales. Al contrario, la posibilidad de establecer una equivalencia objetiva (el dinero)
ya marcel trsito de una valoraci meramente sujetivo-econica del hombre hacia una valoraci objetiva. Bajo este gulo han de entenderse
tres fenenos histicos principales de equivalencia entre dinero y persona: rescate de sangre, esclavitud y compra de la mujer por dinero:
"La opresi de la individualidad constituye un punto inevitable153 de transici para su libre expansi posterior". Son la indiferenciaci del
dinero y la diferenciaci del hombre crecientes las que sirven de condici de (im-) posibilidad de esta equivalencia entre dinero y persona.
Despu de estos planteamientos m generales nos dedicamos a su matizaci, retomando en lo que sigue algunos fenenos que el mismo
autor eligipara ilustrar su tesis acerca de la (in-)comensurabilidad entre persona y dinero. Consta que existe una creciente
incomensurabilidad entre dinero y persona, s pero como la misma noci de persona se ve sometida a diferenciaciones cada vez m
radicales, llegando hasta concepciones que distinguen radicalmente entre lo que el hombre es (esencia, naturaleza, tener) y lo que es
(esse, libertad, alma)154, entonces se nos hace comprensible co Simmel pudo concluir que, de una parte, el dinero haya llegado a ser
equivalente de innumerables realidades humanas (las del lo que); de otra parte, sin embargo, a ser incompatible radicalmente con lo m
propio de la persona: "aquel centro sin contenidos, completamente informal, que experimentamos como nuestro Yo", y que el autor
identifica con la libertad. Pongamos algunos ejemplos de este proceso, tomados del mismo argumento simmeliano.
Multa: La misma "indiferencia" del dinero tiene como consecuencia la ineficiencia o inadecuaci de la sanci monetaria. Por lo dem la
concepci del sentido del castigo ha sufrido, acierta nuestro autor, un cambio notable. Si tradicionalmente el castigo era la expresi del
aborrecimiento del mal acometido, no de la persona, la autoridad moderna busca la punici de esta ltima, no la penitencia por el mal, ni la
purificaci interior. Este elemento personal, sin embargo, de la sanci monetaria se estvolviendo ineficaz. Se muestra "co en la cultura
econica muy desarrollada su proporci subjetiva es mucho menor".
Prohibici de los intereses: Tambi aques el cambio de visi acerca de lo que el dinero es el que esten el fundamento de la legitimidad del
inter. Mientras el dinero no es considerado una mercanc cualquiera, "no es fructero y productivo y, por lo tanto, es pecaminoso hacer
pagar una cantidad por su empleo, como si fuera una mercanc".
Derecho: La praxis jurica moderna considera tan so la parte monetaria (patrimonial) de los das y refleja, por ende, la cosmovisi
racionalista-materialista de los tiempos modernos. "La prtica penal ha conseguido aquella simplicidad y claridad que es propia de toda
reducci a dinero, pero a costa de dejar muy insatisfecho el sentimiento de la justicia. Como quiera que el fin de la ley ha de ser castigar
toda destrucci fraudulenta de valores personales, aqula nicamente puede partir del supuesto de que todos los valores poseen un
equivalente en dinero". En el fondo de esta cosmovisi late una "extra indiferencia prtica frente a valores que no se pueden expresar en
dinero y que, sin embargo, teicamente, son los m elevados".
Compra de la mujer por dinero y dote: Ambos fenenos demuestran la toma de conciencia respecto a la dignidad de la mujer, esto es, su
valoraci social. El tener que pagar un precio tiene un manifiesto significado social y contiene "un medio primero, aunque
extraordinariamente primitivo, para hacer destacar el valor individual de la mujer y tambi el valor de las mujeres en general". La mujer,
aqu es "utilidad", pero utilidad valorada socialmente (por el trabajo que realiza). En el curso del trsito de la sociedad agrola a la sociedad
mercantil e industrial, la creciente diferenciaci entre los papeles sociales asignados al hombre y a la mujer respectivamente constituye
tanto un avance como regreso respecto de la valoraci de la mujer. Avance, porque ya no se toma a la mujer por un accidente del
hombre, esto es, su trabajo o utilidad econica155, por tanto ya no se paga por te sino al rev, nace la "dote" para recompensar lo que la
mujer significa de carga econica al no producir sino bienes "domticos", esto es, no traducibles en tminos monetarios. La mujer se valora,
por consiguiente, m propiamente por lo que tiene de valores personales y no tiles. La "dote" significa un regreso, sin embargo, en cuanto
que expresa una posici de dependencia econica156 respecto del hombre. Vuelve a ser casi una esclava del var, el m apto para encarnar
la ideolog de la modernidad: la productividad infinita del hombre como "homo faber".
Prostituci: mientras que toda forma de matrimonio, por mucho que difieran respecto a la dignidad de la mujer, estimpregnada de
cualidades: fines y responsabilidades, -hasta la "compra de la mujer por dinero tiene finalidades cualitativas-, en la prostituci, la mujer
queda absolutamente rebajada a medio: "Aquexperimentamos la desproporci m completa y penosa entre la prestaci y la contraprestaci".
El dinero llega aqua ser equivalente monetario (cuantitativo) de lo m timo (cualitativo). Viceversa, "en la esencia del dinero se
experimenta algo de la esencia de la prostituci". Dinero y prostituci comparten las mismas notas fundamentales: reducci de valor a
precio, de cualidad a cantidad, de fin a medio. La transacci monetaria igual que la prostituci es momentea sin ofrecer derechos ni
responsabilidades ulteriores.
Diferenciaci entre lo pblico y lo privado157: segn los anisis simmelianos resulta inevitable la clausuraci de lo religioso y lo moral al bito
privado (la "privacy" protestante) ya que lo pblico se ha visto absorbido por la racionalidad tnico-jurico-econica: "Dentro de las relaciones
del dinero, y por medio de ellas, se manifiesta una diferenciaci cultural universal: lo pblico es cada vez m pblico y lo privado, m privado".
Tambi en este feneno es patente la creciente inadecuaci entre (el bito del) dinero y (el de los) valores personales.
En resumen, todos estos fenenos significan vender valores personales, intercambiar ser por tener. Como el "ser" es, en ltimo tmino,
reductible a forma, a "centro puramente formal", todo valor, por ser por definici concreto, no formal, es susceptible de entrar en este
proceso de "venta". Si son vendibles entonces no son suficientemente personales, y, por lo tanto, dejan de serlo convirtiendose en
"objetos", o sea: en posesiones. El sujeto formal tenente se alza frente a todos sus objetos poseos. Del mismo modo que el teorema
simmeliano acerca de la "retroalimentaci sujetivo-objetiva interminable" nos quiere mostrar el que sea siempre posible descubrir detr de
cualquier fin su caracter de medio, nos quiere convencer de que, en ltimo tmino, todos los valores personales son disolvibles en objetos
mercantilizables. De nuevo, confrontado con esa tragedia cultural, "disolvente", Simmel busca subterfugio en la esperanza del rescate de
lo absolutamente personal: el sujeto formal.
El ideal aristocrico: en primer lugar es fundamental dejar bien claro, que este ideal no queda revistida de ninguna connotaci icaestica
concretable sino que ha de entenderse en su comprensi nietzscheana. Es decir, consiste en una mera reserva de lo propio de uno y un
"bastarse a smismo", la voluntad de poder, en sentido verbal, no sustantivo. Simmel se hace abogado del "individualismo cualitativo",
asemejdose a actitudes estcas. Su "individualismo cualitativo" es fruto del esfuerzo de hacerse cargo de la desesperaci resultante del
proceso cultural nivelador. El "aristrata" es aquel que no estdispuesto a entregar su ser por el tener: "La nivelaci aparece como la causa
y el efecto de la trocabilidad de las cosas (expresada en el dinero). La degradaci del inter en la individualidad de las cosas conduce a
una disminuci de esa misma individualidad. El dinero destruye de modo maximalmente eficaz aquella peculiaridad que caracteriza a la
persona elegante y que resulta sustituida por ciertos objetos y sus valoraciones". La prostituci, el matrimonio por inter y la corrupci
demuestran de forma aguda la bajeza del dinero. Donde llega la eficiencia del dinero, allllega tambi la bajeza: La eficacia del dinero
convierte a las cosas en comunes, en todos los sentidos del tmino.
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