LAVADO DE ACTIVOS, CONOCIMIENTO DEL CLIENTE, VINCULACIÓN DE ORDENANTE Y BENEFICIARIO, CONCEPTO DE CLIENTE, PERSONA FACULTADA O AUTORIZADA Concepto 2008072629-001 del 15 de diciembre de 2008. Síntesis: La entidad que frecuentemente está canalizando recursos de un mismo ordenante o hacia un mismo beneficiario debe tener un conocimiento profundo de quien provee o hacia quien se dirigen los recursos, conocimiento que le permite aplicar su SARLAFT y mitigando el riesgo implícito. El concepto de “cliente” no incluye a personas naturales o jurídicas con las cuales la entidad vigilada establece relación de origen legal o contractual para el funcionamiento de la entidad, pero ajenas, a su actividad u objeto social. Si quien ha sido autorizado para disponer de los recursos se niega a suministrar la información establecida ésta deberá comunicarse con el potencial cliente para que tome las medidas conducentes para que quien haya sido designado para disponer de los recursos dé cumplimiento a los requisitos exigidos para el efecto. «(…) solicita se aclaren algunos aspectos relacionados con la Circular Externa 026 de 2008, me permito responder sus interrogantes en el mismo orden en que fueron planteados, (…). P/1 Respecto a las reglas especiales para transferencias, numeral 5, en el último párrafo del capítulo se menciona: “Quien realice como ordenante, o reciba como beneficiario, tres (3) o más operaciones de transferencia en el trimestre, o cinco (5) o más en el semestre, o seis (6) o más en un año, se considerará como cliente.” Solicitamos aclaración sobre cuál es el alcance de la frase “se considerará como cliente”, esto es, si una vez cumplidos los límites de frecuencia transaccionales que dispone la norma, es obligatorio para las personas consideradas usuarios vincularse como cliente de la entidad suscribiendo para ello un contrato de servicios ya sea para este producto o contar con algún contrato para otros productos. R/ Siempre que se den las condiciones establecidas en el último párrafo del numeral 5 citado por Usted, y no aplique la excepción consagrada en el tercer párrafo del mismo numeral 5, las entidades vigiladas autorizadas para la prestación del producto “transferencias”, es decir, aquellas que tengan la calidad de intermediarios del mercado cambiario, deben considerar al ordenante o beneficiario como cliente según sea el caso y vincularlo a la entidad. Para mayor claridad se trascribe el tercer párrafo del numeral 5 que consagra la excepción a que se hizo referencia: “5. Reglas Especiales para Transferencias (…) “Las transferencias que se realicen a través de entidades vigiladas por la SFC y en las cuales el ordenante y el beneficiario sean clientes de las mismas se encuentran exceptuadas del presente numeral.” (Negrilla fuera del texto). En cuanto a su inquietud relacionada con la vinculación de tales clientes mediante la suscripción de un contrato, es menester recordar que la vinculación se efectúa mediante el diligenciamiento del formulario de solicitud de vinculación por parte del cliente y la aceptación de tal solicitud por parte de la entidad vigilada, previo el cumplimiento por parte de las partes de los requisitos legales y de los establecidos por la propia entidad para ello. Por último, definir como cliente a quienes están en el evento señalado en el numeral 5 citado, tiene como propósito principal que la entidad que frecuentemente está canalizando recursos de un mismo ordenante o hacia un mismo beneficiario, tenga un conocimiento mas profundo de quien provee o hacia quien se dirigen dichos recursos, conocimiento que le permite aplicar su SARLAFT, mitigando el riesgo implícito en la realización de este tipo de operaciones. P/2 En lo que respecta a la definición de cliente que se establece en el numeral 1.3 de la disposición aludida, en estos términos: “Es toda persona natural o jurídica con la cual la entidad establece y mantiene una relación contractual o legal para el suministro de cualquier producto propio de su actividad.”, cual debería ser la interpretación que debe darse al aparte “relación contractual o legal”. En particular agradeceríamos que se nos indicara si ello quiere decir –como lo sugeriría su significado común - que para ser considerado como cliente la persona debe tener suscrito un contrato de servicios financieros (entendiendo por suscripción cualquier medio de contratación que genere alguna evidencia) o si solo (sic) bastaría para ser considerado cliente, ser usuario de la entidad y haber diligenciado un formulario de vinculación. Según este contexto, agradeceríamos el que nos indique algunos ejemplos de relaciones legales a través de las cuales se verifique la calidad de cliente en los términos que especifica la norma en mención. R/ Para efectos de una mejor comprensión del tema objeto de su pregunta debe señalarse que para que se predique de una persona el concepto de “cliente ”, es claro que la definición dada al mismo en el numeral 1.3 del Capitulo Décimo Primero del Titulo I de la Circular Externa 007 de 1996 involucra los siguientes elementos: 1. Que se trate de una persona natural o jurídica 2. Que con esa persona la entidad vigilada no solo establezca, sino que mantenga, una relación 3. Que tal relación tenga origen legal o contractual 4. Que la citada relación tenga por objeto el suministro de un producto 5. Que la prestación de ese producto tenga relación con la actividad de la entidad vigilada, es decir con el desarrollo de su objeto social. Para comprender los términos “actividad” y “objeto social” se transcribe el artículo 99 del Código de Comercio “Capacidad de la Sociedad” y la doctrina que sobre el mismo artículo profirió la Superintendencia de Sociedades en el oficio AN-08891 del 23 de abril de 1987; la doctrina señalada fue acogida por esta Superintendencia en el capítulo Primero, Título II de la Circular Externa 007 de 1996. “ART. 99.- La capacidad de la sociedad se circunscribirá al desarrollo de la empresa o actividad prevista en su objeto. Se entenderán incluidos en el objeto social los actos directamente relacionados con el mismo y los que tengan como finalidad ejercer los derechos o cumplir las obligaciones, legal o convencionalmente derivados de la existencia y actividad de la sociedad. DOCTRINA.- Actos que puede realizar la sociedad. “El artículo 99 del Código de Comercio señala los límites de la capacidad de las sociedades mercantiles al admitir dentro de ella la realización de tres clases de actos: Los que se encuentran determinados en las actividades principales previstas en el objeto social; Los que se relacionan directamente con las actividades principales, y Los que tienen como finalidad ejercer los derechos y cumplir las obligaciones legal o convencionalmente derivados de la existencia y actividad de la sociedad. Los actos enunciados en los literales a) y b) se relacionan con la finalidad que persigue la empresa o actividad de la sociedad, y por ello deben guardar una relación directa con la misma. Los descritos en el literal c) son actos ajenos al objeto social, pero que la sociedad está en capacidad de ejecutar, pues son necesarios para ejercer sus derechos (actos de carácter civil, administrativo, etc.), o cumplir las obligaciones derivadas de la existencia y actividad de la sociedad, v. gr.: contratos de trabajo, asesoría, convenciones laborales, adquisición de activos inmovilizados, etc.” Del articulo 99 citado, y de la doctrina trascrita, se desprende que los “productos o servicios propios de su actividad”, son aquellos que se relacionan con “la finalidad que persigue la empresa o actividad de la sociedad,” es decir los servicios y productos relacionados directa e indirectamente con la actividad de la entidad (literales a y b). De lo anterior se colige que para efectos del SARLAFT, el concepto de “cliente” no incluye a las personas naturales o jurídicas con las cuales la entidad vigilada establece y mantiene una relación de origen legal o contractual derivada de actividades que son necesarias para el adecuado funcionamiento de la entidad, pero que son ajenas, en estricto sentido, a su actividad, a su objeto social, como son v. gr.:contratos de asesoría, convenciones laborales, seguridad, papelería, arrendamiento o adquisición de bienes para operar, etc. (literal c) citado). Debe señalarse que el hecho de que tales personas no queden comprendidas dentro del concepto de “cliente” para efectos del SARLAFT, no significa que la entidad no deba obrar con la prudencia y diligencia necesarias para conocer a todas las personas con quienes pretenda relacionarse contractualmente. En cuanto a su inquietud sobre la interpretación de la expresión” relación contractual o legal”, las normas sobre interpretación de la ley consagradas en el artículo 28 del Código Civil, señalan lo siguiente: “Las palabras de la ley se entenderán en su sentido natural y obvio, según el uso general de las mismas palabras, pero cuando el legislador las haya definido expresamente para ciertas materias, se les dará en éstas su significado legal.” Dando aplicación a lo anterior, por relación legal se entiende una relación que nace por ministerio de cualquier norma expedida por la autoridad competente y que tiene la facultad de obligar al destinatario de la misma. Algunos ejemplos son la vinculación a los fondos de pensiones obligatorias o a los fondos de cesantías o la apertura de cuentas de los despachos judiciales; relación contractual es la que surge del concurso real de las voluntades de dos o más personas, como es el caso de las cuentas corrientes, CDT´s, etc. De otra parte se reitera lo señalado en la respuesta anterior, en el sentido de que para que una persona sea considerada como cliente, su vinculación se efectúa mediante el diligenciamiento del formulario de solicitud de vinculación por parte del cliente y la aceptación de tal solicitud por parte de la entidad vigilada, previo el cumplimiento por parte de las partes de los requisitos legales y de los establecidos por la propia entidad para ello, y no mediante la suscripción de tal o cual contrato. Finalmente, frente a su pregunta de si “…solo bastaría para ser considerado cliente, ser usuario de la entidad y haber diligenciado un formulario de vinculación”, la respuesta es afirmativa si el formulario de vinculación es un formulario diseñado con esa finalidad específica, es decir que la entidad tenga definido y documentado que dicho formulario será diligenciado únicamente por quienes de acuerdo con sus políticas y la normatividad aplicable son considerados como clientes, o, si el denominado formulario de vinculación contiene un espacio en el que se señale claramente que la entidad vigilada aprobó la vinculación de quien lo diligenció. Si se trata del formulario denominado en la norma SARLAFT como “formulario de solicitud de vinculación”, - cuyo diligenciamiento es apenas la expresión de la voluntad del potencial cliente de ser admitido como tal por la entidad, la respuesta es negativa salvo que en el cuerpo del documento citado quede claro que la entidad - luego de cumplir con los requisitos normativos y los que ella haya establecido para el efecto – ha aprobado su vinculación a la misma. P/3. En referencia a lo citado en el numeral 4.2.2.1.1. Conocimiento del Cliente, donde menciona “Dicho formulario debe también ser diligenciado por toda persona que se encuentre facultada o autorizada para disponer de los recursos o bienes objeto del contrato, caso en el cual deberá la entidad verificar el documento que acredita dicha facultad o autorización”, solicitamos: • En primera instancia, aclarar qué es para la Superintendencia Financiera, una persona autorizada o facultada para disponer de los recursos. • Por otro lado, requerimos revisar el alcance de los dispuesto en la norma en cuanto a: si las personas autorizadas o facultadas para disponer de los recursos de las personas jurídicas (incluyendo el Representante Legal), deberán diligenciar el formulario de vinculación, teniendo en cuenta que estos no son clientes de la entidad y, por lo tanto, se niegan a entregar información personal básica (Dirección residencia, información financiera (total activos, total pasivos, ingresos entre otras)). ¿Podrían tanto los representantes legales, como las personas autorizadas por estos para manejar los recursos, dejar de diligenciar el formato de vinculación?, dado que la relación Banco – Cliente esta dada con la empresa (PJ) y no con los representantes legales, apoderados, firmantes (PN) y solamente realizar un proceso de identificación. R/.Respecto a su solicitud de aclarar qué es para la Superintendencia “una persona autorizada o facultada para disponer de los recursos”, este Ente de Control, de la manera más respetuosa y cordial, agradecería que esa Asociación explicara cuál es la dificultad para comprender el significado de la expresión citada. Debe recordarse que cuando surjan inquietudes sobre la interpretación de la ley, es menester consultar el Código Civil, cuyo capitulo IV denominado “Interpretación de la Ley”, está, como su nombre lo indica, dedicado exclusivamente al tema. Veamos lo que el citado Capítulo IV señala sobre la interpretación gramatical y el significado de las palabras: “Articulo 27. Interpretación gramatical. Cuando el sentido de la ley sea claro, no se desatenderá su tenor literal a pretexto de consultar su espíritu…) Articulo 28. Significado de las palabras. Las palabras de la ley se entenderán en su sentido natural y obvio, según el uso general de las mismas palabras;…) De la lectura de los citados artículos, es absolutamente claro, que el significado de la expresión consultada es el señalado en la norma: es la persona que ha sido autorizada por el propietario de los recursos (cliente) para que disponga de ellos. En cuanto a la segunda de sus inquietudes relacionada con el alcance del párrafo del numeral 4.2.2.1.1. trascrito en su pregunta, debe señalarse que el mismo establece dos obligaciones de imperativo cumplimiento: una dirigida a quienes están facultados por el cliente para disponer de los recursos, sea la persona designada el secretario general, el tesorero, el analista, o quien fuere (salvo el representante legal), y es la de diligenciar la totalidad del formulario con la información que tenga como persona; la otra obligación está dirigida a la entidad, y es la de verificar el documento que acredita dicha facultad o autorización. El exigir o no exigir cualquier otra información, documento, procedimiento etc. será una decisión de competencia exclusiva de la entidad de acuerdo con su SARLAFT, el cual deberá atender a su naturaleza, objeto social y demás características particulares. No debe olvidarse que los recursos son del cliente, y que por tanto la obligación de designar la persona que pueda disponer de ellos es exclusivamente suya, obligación que lleva implícita la de que en la designación de la persona, ésta, para cumplir con la facultad de disposición encomendada, dé estricto cumplimiento a los requisitos establecidos para el ejercicio de la misma. De lo anterior es claro que por tratarse de obligaciones imperativas, si quien ha sido autorizado para disponer de los recursos se niega a suministrar la información establecida en la norma y por la entidad, ésta deberá comunicarse con el potencial cliente para que tome las medidas conducentes para que quien haya sido designado para disponer de los recursos dé cumplimiento a los requisitos exigidos para el efecto. Si se trata de clientes actuales, corresponderá a la entidad proceder como se señaló en precedencia y en caso de que el cliente no actúe de conformidad, deberá entonces la entidad tomar sobre el citado cliente las medidas pertinentes que le garanticen que en su calidad de entidad vigilada, los requisitos normativos y los propios tendrán estricto cumplimiento. Finalmente, debe recordarse que cuando quien dispone de los recursos es el representante legal, éste no debe diligenciar ningún documento con este propósito, por cuanto en ese evento quien está disponiendo de los recursos es el mismo cliente, quien por ser persona jurídica actúa por conducto del citado representante. (…).»