LA CONTINUACIÓN DEL PROCESO DE INDUSTRIALIZACIÓN EN

Anuncio
LA CONTINUACIÓN DEL PROCESO DE
INDUSTRIALIZACIÓN EN ARGENTINA
Abordaje sucinto de tres etapas recientes y
elementos para la definición de una estrategia
-PRIMERA PARTE-
///Versión para discusión///
1
“More often individuals acting separately to promote their own ends are
too ignorant or too weak to attain even these. Experience does not show
that individuals, when they make up a social unit, are always less clearsighted than when they act separately”
John Maynard Keynes [1926], Page 287-8.
2
INTRODUCCIÓN
El presente trabajo, en esta primera parte, aborda en forma sucinta la cuestión de las
limitaciones del modelo ISI en Argentina, la discusión a que ello diera lugar a fines de
los ‘60 con la finalidad de identificar y escoger la estrategia de industrialización que
permitiría superarlas. Además, se observan los efectos generados sobre el proceso
de industrialización durante los años 1976-83 y los ’90, las políticas
macroeconómicas de carácter ortodoxo implantadas y que implicaron, de facto, la
adopción de una estrategia de industrialización conducida, en varios aspectos, por el
mercado. O, al menos, que estuvieron de acuerdo a una concepción afín a las
postulaciones de corte liberal en cuanto al tratamiento de las relaciones comerciales y
financieras con el exterior, del mercado de trabajo y del sector público. Por último, se
examina el período 2003-2010, también a grandes rasgos y seleccionando algunos
aspectos de la industrialización y el crecimiento. A ello se agrega una selección de
enfoques teóricos vigentes acerca de la industrialización como elemento significativo
de las políticas de desarrollo a aplicar en los PED.
Debe remarcarse que el tratamiento de estas cuestiones enfocó sólo algunas de las
variables consideradas por los estudios dedicados a la industrialización, en general y
a la Argentina, en particular. Y que el trabajo complementa lo tratado en los
Seminarios PIUBAD II y III en los meses de Junio y Julio de 2011.
En la segunda y tercera partes de este trabajo, se incluirán otras variables
importantes en el proceso de industrialización, no tratadas aquí o examinadas en
forma muy acotada, y se discutirán las estrategias, someramente expuestas en la
parte IV.2) de esta primera parte. Finalmente, se pretende tratar el tema de las ramas
de actividad a considerar como factores importantes para continuar la
industrialización argentina bajo condiciones de competitividad y las modalidades
posibles para encarar la cuestión del fomento manufacturero.
GLOSARIO
ALC: América Latina y el Caribe
ASS: África Subsahariana
IBIF: Inversión Bruta Interna Fija
IBI: Inversión Bruta Interna
IED (FDI): Inversión Extranjera Directa (Foreign Direct Investment)
ISI: Industrialización por Sustitución de Importaciones
IPRs: Intellectual property Rights (Derechos de propiedad intelectual)
MERCOSUR: Mercado Común del Sur
MNC: Macroeconomía Nuevo Clásica
NIEs: New Industrialized Economies (Economías de industrialización reciente)
OECD: Organización para la cooperación y el desarrollo económico
OMC (WTO): Organización Mundial del Comercio
GATT: General Agreement on Taxes and Tariffs
PBIpm: Producto Bruto Interno a precios de mercado
3
PED: Países en desarrollo
RNMF : Regla de la Nación más Favorecida
I&D (R&D): Investigación y Desarrollo
TRIMS: Trade-Related Investment Measures Agreement
TRIPS: Trade-Related Aspects of Intellectual Property Rights Agreement
VABM: Valor Agregado Bruto Manufacturero
UNCTAD: United Nations Commission on Trade and Development
4
INDICE
I. Premisas centrales
II. La industrialización y el Desarrollo Económico
III. Rememoración sucinta de tres etapas recientes en materia de industrialización en
Argentina
A) Las limitaciones del modelo ISI y las estrategias de industrialización en
Argentina
B)La industrialización en los períodos 1976-83 y 1989-2001: Su base
teórica y sus resultados
C) La recuperación industrial desde 2003 y sus características más
notorias.
IV. Elementos para la selección de una estrategia de industrialización y deducciones
preliminares.
1) La Industrialización en el Proceso de Desarrollo Económico
2) Algunos enfoques actuales acerca del crecimiento, el desarrollo y la
industrialización
2.1 La visión teórica de raíz estructuralista
2.2 El enfoque de la capacidad tecnológica
2.3 La preeminencia de la IED
2.4 La postura de las restricciones limitantes y la Reforma
macroeconómica
2.5 Algunos enfoques heterodoxos sobre el crecimiento y su significación
para la estrategia de industrialización
2.6 La experiencia de los Tigres Asiáticos
3) Consideraciones acerca de la industrialización argentina a comienzos del siglo
XXI
4) Deducciones preliminares
4.1 El Rol del gobierno
4.2 La capacidad tecnológica, la competitividad productiva y la focalización
5
I) PREMISAS CENTRALES
1) La industrialización está enmarcada en el proceso de desarrollo económico.
2) El avance de la industrialización se concibe como resultante del accionar del sector privado
de la economía con una participación estatal que tiene como objetivo general el desarrollo
económico. La industrialización desempeña, en el caso argentino, un rol importante en el
desarrollo económico nacional.
3) El crecimiento económico es un elemento central del proceso de desarrollo económico.
Lógicamente, es difícil aceptar que el desarrollo sea independiente del crecimiento y dado que,
de acuerdo a la experiencia, la industrialización requiere de éste para concretarse, existe una
correspondencia entre ésta última y el desarrollo. Pero, también, el crecimiento económico se
beneficia de la industrialización para constituirse en robusto y sostenido.
4) El crecimiento debe ser inclusivo, es decir, que no crea, solamente, nuevas oportunidades
económicas sino que también ellas deben ponerse al alcance por igual de todos los segmentos
de la sociedad. Y la inclusión supone la búsqueda y el logro del pleno empleo.
5) En el caso de las economías en desarrollo, el intercambio con el exterior, considerado
independientemente de la composición del mismo, no garantiza la consecución de un grado de
bienestar mayor al vigente ni el alcanzado por las economías desarrolladas. Por ello, sólo el
progreso hacia la producción con una cierta diversificación de bienes y servicios, alta
intensidad tecnológica y con elevados niveles de eficiencia, permitirá extraer de las relaciones
con el exterior ventajas mutuas capaces de realimentar el crecimiento económico y los
beneficios propios del intercambio.
II) LA INDUSTRIALIZACIÓN EN EL MARCO DEL DESARROLLO
ECONÓMICO
i) El pensamiento económico (integrado por la teoría y la política económicas) ha encarado la
cuestión del desarrollo económico y de la industrialización, específicamente, para el caso de las
economías menos desarrolladas. La teoría del desarrollo económico contiene elementos
importantes, dentro de los cuales se ubican los aspectos ligados a la industrialización. La
temática del desarrollo fue analizada con enjundia en la Segunda Posguerra y entonces, avanzó
en la estructuración de un pensamiento que contiene conceptos todavía vigentes. Pero, además,
dado que existen hoy elementos novedosos importantes en la realidad económica nacional e
internacional, acaecidos en buena medida en el último tercio del S. XX, se han introducido
modificaciones en varios aspectos de ese cuerpo de pensamiento1. Por ello, cabe incorporar los
elementos válidos que la teoría y la política económicas han elaborado en ese tiempo así como
las adaptaciones que aparezcan como necesarias ante las particularidades específicas de la
realidad (v.g. el caso argentino actual).
ii) La teoría del desarrollo ha sido modificada sobre la base de su propia dinámica interna y/o
en respuesta directa a las manifestaciones de la realidad, lo cual ha permitido tener hoy una
visión quizás más amplia y aproximada del proceso de desarrollo. Sin embargo, debe señalarse
que, también, se adoptaron algunas concepciones sesgadas y simplistas como las que plantean
que las experiencias de desarrollo han demostrado ―la irracionalidad del intervencionismo
estatal en contraste con las virtudes incuestionables de la economía pura de mercado‖·, y de
que el requisito indispensable para el desarrollo es el paso de ―la planificación (económica) al
1
Desde que surgiera por vez primera, en los ‘30, la cuestión del ―desarrollo‖ y su prosecución ampliada al
término de la segunda guerra mundial, han tenido lugar muchos cambios tanto en el ámbito de la experiencia
como en el de la teoría del desarrollo. Algunos sucesos recientes han justificado el replanteamiento, evaluación o
revisión de nuestras primeras observaciones acerca de la naturaleza del desarrollo económico y social (Amartya
Sen, ―Teorías del desarrollo a principios del S. XXI‖)
6
mercado‖. Si bien el aumento del intercambio con el resto del mundo y un mayor grado de
liberalidad en ciertas áreas de la economía, han significado progresos para el crecimiento de
varias economías subdesarrolladas, ello no implica que sea inobjetable que el mercado es el
factor de éxito generalizado e independizado de toda política gubernamental. (A. Sen, 1999;
Malinvaud et al. 1996). La experiencia de varios países en desarrollo (PED) del este de Asia
desmiente que la vía hacia un crecimiento sostenido, con cambio estructural, no puede lograrse
mediante políticas en las que el Estado adopta un rol prominente.
iii) La consideración, en el plano de la teoría y la política económicas, de la continuación del
proceso de industrialización en Argentina debe tomar en cuenta los enfoques de tres momentos
referenciales:
A) el debate encarado a fines de los ‘60 y en la primera mitad de los ‘70 en Argentina2,
respecto a las limitaciones del modelo ISI y las propuestas de estrategias para la continuación
de la industrialización;
B) la referencia teórica que sustentó la experiencia de los períodos 1976-83 y 1989-2001 y
sus resultados;
C) la recuperación industrial desde 2003 y sus características más notorias
III) REMEMORACIÓN SUCINTA DE TRES ETAPAS RECIENTES DE
LA INDUSTRIALIZACIÓN EN ARGENTINA
A. LIMITACIONES DEL MODELO ISI Y LAS ESTRATEGIAS DE
INDUSTRIALIZACIÓN EN ARGENTINA
1) La discusión analítica ya realizada (en el caso de la Argentina en los ‘60-‘70) contiene
elementos importantes respecto a las estrategias de industrialización y la selección de ramas
de actividad manufacturera necesarias para conseguir la industrialización (expandirla y
profundizarla). Asimismo, se habían obtenido conclusiones particulares referidas a los
requisitos a cumplir para avanzar en el proceso de industrialización (el que se había iniciado
bajo los condicionamientos surgidos del desequilibrio del balance de pagos, una vez
modificado el contexto externo desde 1929 y la inserción de la economía argentina en el
mundo, y proseguido bajo la tendencia sistemática al déficit de la cuenta corriente 3):
aumentos de la productividad del trabajo a través de una mayor integración del sector
manufacturero, una adecuada selección tecnológica, la consecución de economías de escala
ampliando el tamaño de mercado (por la integración y la progresividad en la distribución de
la renta)
desarrollo de las actividades complementarias a la industrialización como las
infraestructuras económicas y sociales
el acceso a los mercados externos sobre la base de ciertas y determinadas ramas de
industria, acentuando y racionalizando la participación estatal en el proceso de
industrialización.
La revisión de tales elementos –analíticos y conclusivos- a la luz de la realidad presente es una
tarea útil (para actualizar, validar o rechazar las conclusiones).
Una de esas estrategias fue la de avanzar en la integración productiva sectorial,
incorporando la producción interna de bienes de capital e intermedios, lo cual significaba que
había que encarar proyectos de inversión en rubros o actividades inexistentes, o que alcanzaban
2
El debate no se circunscribió a Argentina sino que alcanzó estatura internacional ya que tuvo lugar en Brasil,
México y otros países latinoamericanos así como en organismos internacionales como ILPES-UN Y CEPAL.
3
Entre varios está J. Sakamoto, ―El sector externo y el proceso de industrialización argentina. Una estimación de
la brecha comercial‖, ILPES-UN, 1968.
7
una escasa magnitud productiva y/o con insuficientes niveles de productividad. Este criterio de
selección recurría al concepto teórico de los encadenamientos hacia atrás y adelante y a la
concepción del ―desarrollo basado en los desequilibrios‖ económicos 4 (Hirshman, 1967).
Asimismo, se había planteado la cuestión del tipo de tecnología a adoptar, las implicancias
derivadas del aumento de la relación capital-trabajo aneja a la importación de bienes de capital
(con una determinada tecnología incorporada) y del tipo de actividades productivas encaradas
y a encarar (intensivas en mano de obra o en capital)5. Para la elucidación de esta temática, se
recurría a los elementos teóricos basados en las hipótesis ortodoxas o no (K. Arrow, H. B.
Chenery, B. S. Minhas y R. Solow, 19616; N. Kaldor, etc.), generándose además aportes
locales importantes (comprendidos en las contribuciones de los estructuralistas
latinoamericanos) respecto al caso argentino y demás economías de la región. Se sostenía, al
respecto, lo siguiente:
―Una encuesta de la CEPAL7 relativa al desarrollo industrial de América Latina ha revelado
que los niveles tecnológicos se asocian a la competencia del mercado, la edad de la industria,
las fuentes de financiamiento, las conexiones con empresas extranjeras, el carácter de la
empresa y la actitud empresarial de la administración. Suele prestarse escasa atención a la
selección de técnicas más compatibles con las características y recursos de la región. En
ausencia de programas o políticas nacionales para la aplicación de la tecnología al desarrollo,
la selección de procesos de manufactura y tamaños de planta depende enteramente de los
productores individuales. Las tecnologías seleccionadas son a menudo inadecuadas, de
manera que se utiliza un capital excesivo, mientras que las capacidades son empleadas muy
deficientemente. El proceso puede agravarse por defectos institucionales: la naturaleza de las
empresas, la capacidad administrativa, las deficiencias del mercado, que a menudo tienen un
impacto mayor que la dependencia tecnológica‖ (Graham Jones, 19738).
4
Cabe señalar que el criterio de los grandes bloques de inversión implícito en el enfoque del desarrollo
equilibrado de Rosenstein-Rodan(1943) y R. Nurkse (1954) –una visión diversa respecto a la forma de salir del
atraso y estancamiento de las economías en desarrollo- presentaba el grave inconveniente de exigir montos de
capital y financiamiento que no están al alcance de tales países. Una versión más reciente de este criterio de
desarrollo es la expuesta por K. M. Murphy et al, ―Industrialization and the big push‖, NBER Working paper No.
2708, 1988. Estos autores sostienen que la coordinación de la inversión entre sectores –que puede ser
promocionada por el Gobierno- es esencial para la industrialización.
5
A fines de los ‘60 se sostenía lo siguiente: ―Muchas industrias ligeras tienen limitado contenido técnico, e
implican interrelaciones tecnológicas relativamente restringidas pero algunas de ellas, como la electrónica o la de
cámaras fotográficas, pueden depender de una tecnología muy avanzada. Así pues, aparte de esenciales industrias
pesadas básicas, tales como la generación de energía, parece realista concentrarse en las primeras etapas en las
industrias ligeras y tradicionales, pero prestando la debida atención a las normas de calidad, los costos y los
métodos de producción mejorados, al mismo tiempo que se generan facilidades de adiestramiento, capacidades
tecnológicas, eficiencia en el trabajo, arreglos financieros de apoyo, etc. A medida que se desarrollan localmente
las habilidades, las técnicas pueden volverse más complejas y la escala de producción tiende a aumentar.
De acuerdo con un informe de la Comunidad Económica Europea (CEE), estudios econométricos demuestran que,
en promedio, en una etapa de desarrollo correspondiente a un ingreso per cápita de 100 dólares, el 68 por ciento
de la producción industrial será de bienes de consumo y sólo el 12 por ciento de bienes de capital. Por otra parte,
cuando el desarrollo ha llegado a una etapa en que el ingreso per cápita es de 600 dólares, la participación de los
bienes de capital en la producción industrial habrá aumentado al 35 por ciento mientras que los bienes de consumo
sólo representarán el 43 por ciento. La participación de los bienes intermedios varía dentro de límites muy
estrechos‖; CEE, ―Industrialization Schemes for the African States Associated with the Community‖. Comisión
de las Comunidades Europeas, junio de 1967, p. 12.
6
―Capital-Labor Substitution and Economic Efficiency‖, Review of Economics and Statistics.1961
7
CEPAL: El segundo Decenio del Desarrollo de las Naciones Unidas. Desarrollo Industrial en América Latina.
Comisión Económica para América Latina. E/C N. 12/830, 13 marzo de 1969.
8
Ciencia y Tecnología en los Países en Desarrollo, FCE, México.
8
Si bien todo eso debe tener, hoy, un tratamiento acorde a la evolución tecnológica registrada en
el último tercio del S. XX y su impacto sobre la producción industrial, la organización de las
actividades productivas, las redes, las habilidades (skills), etc., es importante reflexionar sobre
lo ya abordado y proseguir los análisis sobre unas bases debidamente re-evaluadas.
En cuanto a los proyectos que surgirían del o los criterios de selección de ramas de actividad
debía concebírselos tomando en cuenta no sólo el mercado interno sino el contexto de los
intercambios con el exterior con la finalidad de superar las deseconomías derivadas de la
pequeña escala9 y la cuestión del desequilibrio de la cuenta comercial (acentuado
¿paradójicamente? con el avance hacia la sustitución de bienes cuya producción es más
compleja y que demandaban crecientes magnitudes de divisas).
Una segunda estrategia consistía en la industrialización con base exportadora. La
discusión de los ‘60-‘70 ya había aportado el enfoque de la necesidad de exportar (ciertos)
productos manufacturados. Esta estrategia consideraba que el avance en la industrialización
requería abordar los mercados externos, distinguiéndose dos versiones que consideraban:
 la viabilidad de enfrentar el comercio libre en el resto del mundo avanzado;
 la conveniencia de constituir mercados comunes compactos o regionales (ALALC)
(D. Félix, 197010).
Hoy, se enfatiza más en el MERCOSUR y su ampliación posible; antes, se enfatizaba también
en las áreas importadoras potenciales en el mundo con mayor demanda efectiva y rápido
crecimiento del PBI11.
Es interesante acotar, hoy, cuarenta años más tarde que el mercado regional ha cobrado una
importancia que no se había imaginado por este tipo de análisis en los ‘70. Aun cuando es,
también, fundamental indicar que el concepto de integración económica regional está todavía
por lograrse12.
Pero, además, estaba el importante punto del tipo de bienes industriales a exportar (que
correspondían a distintos subsectores o ramas de industria), distinguiéndose:
a) aquellos bienes en los cuales la Argentina tenía capacidades competitivas, en varios
casos derivadas de las ventajas provenientes de la producción local de materias primas e
intensivos en el uso de mano de obra 13.
b) también algunas otras ramas en las que un aprovisionamiento de bienes intermedios y/o
de capital, a precios adecuados, les permitiría acomodar sus costos y acceder a mercados
9
En ciertos rubros industriales el volumen de producción rentable es cada vez menor en función de determinadas
innovaciones tecnológicas (como el caso de los hornos eléctricos para la producción del hierro y del acero que
funcionan sobre la base de chatarra). Sin embargo, todavía, hay numerosos bienes en los que la escala mínima
para viabilizar una producción rentable constituye una limitación para los mercados de reducido tamaño.
10
―Más allá de la sustitución de importaciones. Un dilema latinoamericano‖ Pág. 188. Ver Nota 2) punto C) en
Apéndice A.
11
Sin embargo, se reconocía que ―mientras no se alcance un nivel suficiente de competencia técnica, las
perspectivas de los mercados mundiales muy competitivos pueden ser limitadas, y el aumento del comercio
regional puede ofrecer el mejor camino del desarrollo industrial. Sir Arthur Lewis ha observado que "si los países
en desarrollo quieren crecer más de prisa que el mundo desarrollado, tendrán que comerciar relativamente menos
con el mundo desarrollado y relativamente más entre los mismos países en desarrollo". W. A. LEWIS, ―The
Development Process‖. Trabajo de Información para Ejecutivos, Núm. 2, Centro de las Naciones Unidas para la
Información Económica y Social, 1970‖.
12
No es secundario respecto al avance del proceso de integración bajo la óptica de una industrialización
necesitada de ampliar mercados para otorgarle escala a ciertas ramas de industria, el hecho de la regresión en
materia de política económica que implicó la NMC y el llamado Consenso de Washington difundido después de la
grave crisis de la deuda externa desatada en Latinoamérica en 1982.
13
Y en los casos en que se hubieran desarrollado tecnologías productos y procesos específicos en el país.
9
abastecidos por empresas en competencia de terceros países (sin excluir, ciertamente, a los
avanzados).
Se llegó a plantear además que la orientación exportadora de las ramas industriales aptas
existentes - y a perfeccionar- no excluía la continuación de la sustitución de importaciones,
dejando de lado el carácter de estrategias alternativas para pasar a considerarlas como
complementarias. ―En otras palabras, la Argentina no puede pasar de una producción industrial
orientada exclusivamente al mercado interno, a otra orientada al mercado externo con
prescindencia de la posibilidad de incorporar nuevos bienes sustitutivos de importaciones, sino
que el énfasis debe radicar en encontrar un justo balance entre aquellas actividades industriales
que sustituyen importaciones y aquellas que requieren expandirse a mercados externos‖ (M.
Brodersohn, pág. 15, 197014).
Existió una tercera estrategia15 que insistía en la necesidad de:
 abordar una adaptación de tecnologías respetando las exigencias y conveniencias de
la economía local y resolver la cuestión de la dependencia tecnológica (regulando las
transferencias de tecnología, etc.);
 otorgar una mayor coherencia a la acción estatal acentuando su rol de orientador de la
inversión y de regulación de los mercados;
 ampliar la participación de los capitales nacionales para avanzar en el proceso de
sustitución de bienes importados y el desarrollo de tecnologías específicas.
Además, estaba la conclusión arribada a partir del razonamiento con inclinación ―monetarista‖
que consideraba que las dificultades experimentadas en los ‘60 y ‘70 eran consecuencia de la
inflación, los déficit fiscales y las tasas de cambio sobrevaluadas. Entonces, la superación de
tales problemas provocaría automáticamente la vuelta al crecimiento económico sostenido (D.
Félix, Pág. 130, 1970).
Esa superación se lograría merced a la adopción de estrategias macroeconómicas delineadas
sobre la base de reconocer la importancia de establecer un sistema de precios libres, la
búsqueda del beneficio privado, la asignación de recursos de acuerdo al automatismo de los
mercados eficientes y la consecución del equilibrio presupuestario.
2) El contexto macroeconómico
Es preciso tener muy presente que las estrategias de industrialización discutidas entonces, se
enmarcaban en un contexto macroeconómico del que cabe destacar algunos aspectos clave.
Uno, es la característica del régimen de acumulación de capital vigente en el que el Estado
desempeñaba un rol destacado; otro, la distribución de la renta y el nivel de consumo de
amplios sectores sociales16 y un tercero, el nivel de protección otorgado a la producción
local17.
La relación entre la condición de la economía doméstica visualizada en términos globales y el
proceso de industrialización había recibido una especial atención en la discusión sobre la
continuación de este proceso.
14
Estrategias de industrialización para la Argentina, Ed. Del Instituto T. Di Tella, 1970.
Esta estrategia no aparece presentada de un modo único por algún autor en particular sino que debe ser
reconstruida a partir de las críticas, observaciones y propuestas diseminadas en diversos trabajos analíticos y de
política económica en los años 60 y 70.
16
Es decir, la habilitación del consumo masivo, al menos, tomando en cuenta la escala de una población como la
de Argentina (a fines de los ‘60 el número de habitantes era del orden de los 23 millones) y el nivel de la renta
bruta media interna per cápita de 6922 usd (1965-69) y de 7998 usd (1970-74). Esta renta media alcanzaba a la
mitad de la correspondiente a los EE.UU. en esos años y la población a poco más de un 11%. (Ver Nota 1 en
Apéndice A)
17
Esta caracterización corresponde a Argentina aunque es extensible a los casos de Brasil y México,
principalmente.
15
10
Los economistas del desarrollo (C. Furtado, A. Pinto S., C. O. Sunkel, M. C. Tavares, y
varios otros) planteaban la razón del límite del crecimiento basado en el mercado interno, en el
cual el proceso de sustitución de importaciones desempeñaba el papel de motor del crecimiento
de la renta nacional. La búsqueda de la explicación los había llevado a ahondar en la
vinculación existente entre las variables macroeconómicas clave y el avance en la
industrialización (el tema era porqué y cómo la etapa de sustitución de los bienes de capital e
intermedios y la introducción de tecnologías adecuadas estaban íntimamente relacionadas con
la distribución de la renta doméstica, la capacidad del estado latinoamericano de captar más
ingresos y modificar la estructura económico-social y la naturaleza de la relación económica
con el exterior).
Más allá de la aceptación o no de la teoría del estancamiento, en cuanto a sus aspectos
específicos (C. Furtado, 1966; M. C. Tavares, 1973), elaborada para explicar las limitaciones
de la ISI (Pierre Salama, 200618), debe rescatarse la importancia de reconocer la existencia de
vinculaciones importantes entre dichos aspectos de la economía latinoamericana y el proceso
de industrialización y crecimiento económico. Cabe, entonces, revalorizar su importancia
respecto de la continuación de la industrialización manufacturera.
La macroeconomía, su orientación, (según el modelo teórico escogido y las políticas
respectivas) es el marco dentro del cual se concretará todo programa de industrialización.
Por ello, la industrialización no continuará, al menos por cierta senda, si no se toman en cuenta
las condiciones macroeconómicas y se escogen las que son necesarias para concebir un
programa de industrialización y crecimiento, el cual contendrá la selección de subsectores y
ramas de actividad que será preciso desarrollar.
Entonces, el conocimiento (o la teoría del desarrollo) dejado como herencia, particularmente,
en lo referido a porqué y cómo vincular ciertas variables con otras o a establecer la relación
existente entre el crecimiento económico y la industrialización, es más importante que lo
deducido de algunos modelos particulares planteados en su momento19. Hacer tabla rasa de
todo ello, tal como lo pretende el enfoque neoliberal, es volver a un camino incierto y que,
hasta hoy, se ha mostrado muy poco fructífero o decididamente, infructífero.
3) La cuestión del agotamiento de la ISI
Ello remitía a la interpretación del comportamiento del modelo ISI. En el caso argentino,
aparte de las visiones de tipo ―monetarista‖, se otorgaba mayor o menor importancia a ciertos
aspectos del proceso de industrialización (aspectos significativos, por diversos motivos). Uno
de ellos es el comportamiento del coeficiente de importaciones (M/PBI) 20 (Cuadro 1 y Gráfico
1)
Cuando se aceptaba que la disponibilidad de divisas constituía una restricción al crecimiento de
la producción manufacturera y al de la renta nacional, el hecho que el avance en el proceso de
industrialización trajera consigo una demanda sucesivamente mayor de ese ―bien‖ escaso,
significaba que era un camino indeseable puesto que, en algún punto, se tornaba inviable 21.
18
―¿Por qué esa incapacidad para alcanzar un crecimiento regular y elevado en América Latina‖; Foro
Internacional 186, XLVI, 2006 (4), 630-662
19
Ver Nota 1 Bis en el Apéndice A.
20
Debe señalarse que la información estadística oficial no proporciona series elaboradas del destino sectorial,
subsectorial, por ramas y actividades de las importaciones. Diversos órganos técnicos no oficiales y trabajos de
investigadores realizan estimaciones aproximadas de ello; sin embargo, no alcanzan a elaborar series completas de
conocimiento público, al modo de las oficiales.
21
Ver Nota 2 en el Apéndice A.
11
Cuadro 1:
Evolución de la relación entre Importaciones y PBI (M/OBI)
Quinquenio
1925-29
1950-54
1955-59
1960-64
1965-69
1970-74
1975-79
1980-84
1985-89
1990-94
1995-99
2000-04
2005-09
2010
M/PBI
25,0
10,2
10,5
11,2
9,2
9,1
8,5
7,6
6,4
9,9
11,8
9,6
12,4
14,0
Fuente: Quinquenio 1925-29: Díaz A. (Etapas de la Industrialización Argentina, Marzo 1970,
pág.320) y elaboración propia sobre la base de BCRA (1976), Ferreres, op cit.
Gráfico 1
COEFICIENTE DE IMPORTACIONES (M/PBI) PERÍODO 1950-2010
16,0
14,0
Porcentajes
12,0
10,0
8,0
6,0
4,0
19
50
19
54
19
58
19
62
19
66
19
70
19
74
19
78
19
82
19
86
19
90
19
94
19
98
20
02
20
06
20
10
2,0
Año
M/PBI
Fuente: Elaboración propia sobre la base de BCRA Sistema de Cuentas del Producto e Ingreso
de la Argentina (1975); INDEC, Cuentas Nacionales.
El razonamiento anterior se completaba tomando en cuenta que a medida que se avanzaba
desde la sustitución de unos productos industriales (los bienes de consumo sencillos) a otros
(los bienes que exigen mayores niveles de capital, utilizan las tecnologías propias de
economías industrializadas avanzadas correspondientes a las etapas de más alta renta per cápita
y por ende, de escalas de producción más elevadas, etc.), resultaba que el período de
crecimiento de la producción local de estos bienes se tornaba más corto. Es decir, las industrias
de sustitución fácil o ―vegetativas‖, en general, presentaban la posibilidad de un crecimiento de
mayor duración y con precios que se iban aproximando a los niveles internacionalmente
competitivos, en tanto que las de carácter más avanzado (bienes de capital e intermedios)
tenían un comportamiento, en general, opuesto.
12
A su vez, la demanda de divisas de unos y otros era distinta: la sustitución de los bienes de
capital y los intermedios terminaba demandando más divisas que los otros. Eso se reflejaría,
entonces, en que la relación M/Y no desciende o bien, aumenta. Así, la industrialización, ante
la limitación de divisas, provocaría las fases de auge-recesión con tendencia a agudizarse 22.
Este elemento sería uno de los importantes que mostraría el fracaso de la ISI.
Otro aspecto vinculado al escaso dinamismo de la producción manufacturera es el del patrón
de demanda y la elasticidad ingreso de la demanda de los bienes manufacturados. Se observaba
que, a fines de los ‘60, la elasticidad ingreso de un grupo grande (aproximadamente la mitad)
de bienes manufacturados era menor a la unidad, en tanto que los que tenían una elasticidad
mayor a la unidad comprendían al resto. De este modo, el dinamismo de la demanda quedaba
estrechado, alcanzando a un grupo parcial de los bienes producidos en el país23.
La conclusión que se extraía de ello era que debía abandonarse la sustitución de las industrias
dinámicas y dedicarse a las vegetativas24, lo cual significaba la elección de un modelo
alternativo en el cual el sector externo sería clave pues se superaría la limitación de divisas: las
exportaciones debían dedicarse a los países desarrollados, adaptando el producto de esas
industrias a las exigencias pertinentes y logrando, así, mediante las manufacturas, la
participación en mercados dinámicos.
Otra interpretación de los hechos (la caída del coeficiente M/Y y el límite existente para la
continuación del proceso de industrialización) conducía a reconocer las posibilidades de la
persistencia del modelo ISI y se basaba en las hipótesis formuladas respecto al comportamiento
de las exportaciones (en tanto proveedoras del bien escaso, la divisa). Si las exportaciones
tradicionales lograban crecer a ciertas tasas, el proceso industrializador proseguiría a pesar del
mantenimiento del coeficiente de importaciones. Entonces, era el carácter pesimista de la
hipótesis exportadora de los bienes tradicionales de Argentina el que determinaba que se
estuviese ante la posibilidad del agotamiento, si no se lograba suplementar tales ventas al
exterior con productos del propio grupo de bienes manufacturados (L. Sjaastad, 1970). Esto,
también, implicaba abordar una nueva estrategia de industrialización, dando por sentado el
agotamiento de la ISI.
4) Es importante tomar en cuenta que la reducción del coeficiente de importaciones no
dependía, solamente, de la evolución de la producción de bienes manufacturados, de su
composición y de la inversión bruta interna (IBIF) sino también de la renta doméstica y del
tipo de cambio.
Las políticas de ajuste macroeconómico que conducían al debilitamiento del crecimiento del
PBI o a su caída (en las ocasiones de crisis y recesión más o menos pronunciadas), disminuían
la magnitud de las importaciones afectando, entonces, el nivel del coeficiente. Una devaluación
contrae importaciones, al afectar si no a todas, al menos, a una parte de ellas. Las
devaluaciones del cambio incidían, así, sobre las importaciones, comprimiéndolas durante un
cierto tiempo.
La caída del coeficiente M/Y podía reflejar, en algunos años, tanto una razón ligada a la
sustitución de importaciones como el impacto de políticas macroeconómicas de ajuste.
22
Además, algunos consideraban que la inelasticidad de la demanda- precio de bienes importados por parte de un
grupo de industrias ―dinámicas‖, incidía sobre los costos manufactureros en ocasión de las devaluaciones y ello
se traducía en alzas bastante generalizadas de precios de los bienes domésticos.
23
Vale la pena recordar el razonamiento vinculado a esta cuestión. Ver lo transcrito en Nota 2,B) en el Apéndice
A.
24
De acuerdo, generalmente, a los enfoques de diversos economistas, principalmente, de orientación no
estructuralista o en los que esta visión no tenía repercusiones favorables.
13
El descenso del coeficiente en los ‘80 se explica en buena medida por el estancamiento del
PBI, los bajos niveles de la inversión y los trastornos en el mercado de cambios. El aumento en
los ‘90 se asocia, por un lado, a la recuperación del ritmo de crecimiento y el sosiego en el
mercado cambiario, lo cual descomprime las importaciones y por otro, a la modificación
experimentada en el valor agregado manufacturero absoluto y en su composición. Así, la caída,
respecto a los ‘70, del VABM per cápita va de la mano con el aumento de las importaciones
correlacionado con la des-industrialización. Este hecho trajo consigo no sólo el aumento de las
importaciones de bienes antes producidos en el país sino también el incremento del
aprovisionamiento en el exterior de bienes de capital (una parte de los cuales había sido de
producción nacional). Esto se refleja en el aumento del M/Y a 9,9 en 1990-94 y 11,8 en 199599 (Ver Cuadro 1)
En los ‘90 la importación de bienes de capital, fuertemente acrecentada, se destinó en una
proporción importante a la producción de bienes no transables. Por ello, la industria fue
destinataria, junto con los otros rubros de transables, de una porción menor de esas
importaciones25 aunque, en términos absolutos, aumentaron notoriamente26.
GRÁFICO 2
Evolución de la IBIF y las importaciones de bienes de capital
En Números índice Año 1950 =100
900,00
800,00
700,00
ïndices
600,00
500,00
400,00
300,00
200,00
100,00
19
50
19
54
19
58
19
62
19
66
19
70
19
74
19
78
19
82
19
86
19
90
19
94
19
98
20
02
20
06
20
10
0,00
Años
IBIF
M de K
Fuente: Elaboración propia sobre la base de BCRA Producto e ingreso de Argentina; INDEC
Cuentas Nacionales.
La relación entre la IBIF y las importaciones de bienes de capital se muestra en el Gráfico 2.
Los coeficientes de correlación entre ambas series aumentan cuando cesa la compresión de las
importaciones por el ―enfriamiento‖ de la economía (reducidas tasas de crecimiento del PBI,
baja magnitud de la inversión).
25
―…del total de las importaciones de bienes de capital realizadas entre 1985 y 1990, se destinaron en promedio
al sector fabril 47.9%. Esa proporción en los años noventa se redujo al 38.7%. Sin embargo, aunque se observa
una reversión de la tendencia declinante en 1995, en 1996 vuelve a producirse una suave reducción de la
participación del destino industrial‖ (B. Kosakoff, edit, 2000).
26
Es interesante señalar que según una estimación realizada más recientemente, diferenciando las importaciones
de bienes de capital de acuerdo al destino sectorial, en el período 1994-2005, se determinó que estas compras
destinadas a la producción de bienes aumentaron apreciablemente durante los ‘90, habiendo alcanzado una cifra
alta en relación a las restantes, en 1998. Ver M. Polonsky, ―Nueva Clasificación de la importaciones de bienes de
capital‖; Revista del CEI, Gráfico 2, Pág. 110.
14
Los coeficientes de correlación hallados entre la IBIF y la Importación de bienes de capital,
son los siguientes:
Coeficientes de Correlación entre la IBIF y las importaciones de bienes de capital
Período 1950-2010
Coeficientes
de
correlación
1950-64
0,8468
1965-75
0,5285
1976-83
0,5226
1984-91
0,3356
1992-2001
0,9182
2002-10
0,9818
Fuente: Elaboración propia sobre datos de INDEC Cuentas Nacionales y Comercio Exterior.
Período
Colofón:
Los problemas de la ISI y de la economía argentina hasta mediados de los ‘70 se pueden
resumir en:
Dotación de capital insuficiente, lo cual revelaba un ritmo lento de acumulación, debido
a una inversión cuyo nivel y composición no se correspondía con las necesidades planteadas
por un desarrollo económico con industrialización como el encarado durante el modelo ISI.
Una morosa tasa de introducción del progreso técnico
La productividad media del factor trabajo de la economía en su conjunto y de la
industria, en particular, resultaba menor que en las economías avanzadas. Había diferencias
marcadas entre actividades productivas respecto al rendimiento del trabajo, existiendo franjas
significativas de empleo de mano de obra con productividad reducida (una parte del cual era el
denominado empleo aparente o desempleo disfrazado).
Integración industrial incompleta
Deseconomías por pequeña escala, especialmente, en varios subsectores de la industria
(particularmente, las ―dinámicas‖) debido al tamaño reducido de mercado
Dependencia de las importaciones de bienes de capital e inadecuación tecnológica, lo
cual entrañaba que la formación de capital doméstico estaba condicionada por la escasa
disponibilidad de divisas. Esta se originaba en un tipo de relación con el exterior (comercial y
financiera) de carácter desigual, la que provocaba frecuentes saldos negativos en la cuenta
corriente del balance de pagos.
Ciclos de auge-recesión asociables a la dinámica de la producción industrial y la
restricción del balance de pagos
Incapacidad creciente del Estado para captar recursos requeridos para la sustentación
del gasto público y mantener el ritmo de aumento del capital de las empresas que le
pertenecían
Políticas macroeconómicas fluctuantes y que reiteraban ajustes que comprimían la
demanda agregada y debilitaban la tasa de inversión. Existencia de un conflicto distributivo
basado en un bajo nivel del desempleo abierto, la existencia de instituciones políticas y
sociales que reforzaban y canalizaban la disputa por la renta en el contexto de una economía en
desarrollo.
Puede concluirse, entonces, que la economía argentina como varias otras en desarrollo, padecía
de falta de capacidad productiva, combinada con una demanda efectiva insuficiente para
sustentar la producción con rendimientos y competitividad adecuados de diversos bienes
manufacturados. La estrechez de demanda efectiva se vincula con un nivel de renta media más
15
baja que las de las economías industrializadas desarrolladas y la incapacidad de competir en los
mercados externos con la producción local.
B) LA INDUSTRIALIZACIÓN EN LOS PERIODOS 1976-83 Y 1989-2001: SU BASE
TEÓRICA Y SUS RESULTADOS
1) Los criterios sustentados hoy para avanzar en el proceso de industrialización en los países en
desarrollo (PED) pueden enmarcarse en dos visiones teóricas alternativas: i) la visión
neoliberal; ii) la visión de raíz estructuralista (Sanjaya Lall, UN, 200427). 28
2) Una diferencia particularmente significativa respecto a la iniciación o continuación del
proceso de industrialización en los países en desarrollo, es el rol asignado al Gobierno y la
concreción o no de un sector industrial de importancia en esas economías. Según una de las
visiones teóricas, es innecesario y seguramente contraproducente pensar en términos de una
preselección de ramas de industria, labor que supone la asignación del análisis y luego la
promoción, a órganos técnicos cuya ubicación institucional lógica es el aparato estatal. En la
otra, el enfoque es opuesto y por ende, se desarrolla o se propone desarrollar, un aparato
teórico y una conjunción de especialidades científicas a los efectos de lograr la
industrialización.
Durante los ‘90 (siendo el período 1976/83 una suerte de prolegómeno o avanzada de éste) se
aplicaron las políticas macroeconómicas derivadas de la macroeconomía nuevo-clásica
(MNC)29. Su implicancia para la industrialización fue que se abandonara la concepción de
una estrategia que sostuviera la defensa de la industria infante, en la cual el Estado
desempeñara un rol significativo en la acumulación de capital, la producción de ciertos bienes
e interviniera en la provisión de financiamiento promocional. Así, se aplicó la apertura
comercial, la liberalización financiera, la privatización y la desregulación.
Al considerar que los mercados son eficientes entienden ―que los mercados de bienes
proporcionan las señales correctas para la inversión y los de factores responden a estas señales.
Al nivel de la empresa no existen economías de escala o externalidades. Las empresas tienen
información perfecta y la previsión y el conocimiento completo de todas las tecnologías
disponibles. Eligen la tecnología adecuada si se enfrentan a los precios libres de mercado.
Después de seleccionar la tecnología adecuada, la utilizan de forma instantánea bajo las
mejores prácticas. No hay procesos de aprendizaje significativos, no hay riesgos,
externalidades ni deficiencias en las habilidades y las finanzas, la información y la
infraestructura se encuentran a su disposición‖.
Por ello, la eliminación de las trabas derivadas de la intervención estatal y de disposiciones
regulatorias distorsionantes conduce a que las fuerzas productivas operen, permitiendo que la
economía se desarrolle sobre la base de la producción de bienes en los que se tienen ventajas
comparativas. Entonces, el desplazamiento de las actividades que no pueden sobrevivir a la
competencia por las que están en condiciones de hacerlo, proporcionará empleo productivo e
ingreso crecientes, de tal modo que el intercambio con el resto del mundo traerá consigo el
aprovisionamiento requerido por la producción y el consumo y abrirá mercados adicionales al
doméstico.
27
―Reinventing Industrial Strategy: The role of Government Policy in Building Industrial Competitiveness‖; G-24
Discussion Paper Series. (Ver Nota 3 en el Apéndice A)
28
La evaluación de ambas visiones conduce a la adopción de una u otra (la segunda por nuestra parte).
29
Ver Villadeamigo J. D. ―El cuestionamiento a los enfoques ortodoxos de la economía y las visiones
alternativas. El caso de las economías en desarrollo‖
16
La liberalización financiera, a su vez, daría fin a la represión crediticia y permitiría la creación
de un mercado de capitales doméstico suficientemente amplio como para atender los
requerimientos de una producción en crecimiento.
Esta concepción de la política económica e industrial, en particular, fue aplicada también,
aunque con diferencia de matices, en toda América Latina.
Ahora bien, es revelador recurrir a aquellos países en desarrollo que aplicaron estrategias de
industrialización diferentes a la señalada y comparar los resultados obtenidos por aquéllas con
los de América Latina.
GRÁFICO 3
Producción industrial de las regiones en desarrollo respecto del total
m undial
Porcentajes - Años 1980, 1990 y 2000
14
1980
12
1990
10
2000
8
Porcentajes
6
4
2
0
Asia oriental
Asia del Sur
ALC
Africa
Subsahariana
Fuente: UNCTAD
GRÁFICO 4
Participación de la producción industrial (VAM) de Asia oriental y América Latina en el
VAM de los países en desarrollo
Asia Oriental y ALC, Participación en el VAM de los países en desarrollo
1980-
40
1990
35
Po r cent ajes
2000
30
25
20
15
10
5
0
Asia oriental exc China
China
ALC exc M éxico
M éxico
Fuente: UNCTAD
17
El grupo de países denominado los tigres y dragones del Asia Oriental alcanzaron una
condición económica estructural radicalmente diversa de la que mostraban antes de aplicar las
estrategias de industrialización a partir de los años ‘60 del siglo pasado30.
Las estrategias de esos países difirieron drásticamente de la política industrial encarada en
América Latina según el enfoque neoliberal31. No sólo por el rol jugado por el Estado para
recorrer el camino de la industrialización sino también por las modificaciones promovidas en
otras áreas de la producción y el financiamiento.
Si bien hubo diferencias en metas y objetivos entre los países asiáticos aquí considerados 32,
tuvieron en común una macroeconomía adecuada, una (promocionada) oferta de habilidades y
la fuerte promoción de la orientación exportadora. Detrás de estos tres elementos estaba la
acción estatal cuyo objetivo principal fue el desarrollo económico basado, en los casos más
importantes, en la industrialización.
CUADRO 2.1
Crecimiento del VAM y de las exportaciones de bienes manufacturados según tipo de
tecnología
Período 1980-2000
Actividad
Valor Agregado Manufacturero
VAM Total
VAM Basado en recursos
VAM de baja tecnología
VAM de media y alta tecnología
Exportaciones de bienes manufacturados
Total de exportaciones manufactureras
Exportaciones Basadas en los Recursos
Exportaciones de Baja tecnología
Exportaciones de media y alta tecnología
Exportaciones de Alta tecnología
Fuente: S. Lall (Op. Cit. 2004)
2,6
2,3
1,7
3,1
Países
industrializa
dos
Variación en %
2,3
1,8
1,4
2,6
7,6
5,6
7,4
8,4
11,5
Variación en %
6,6
5,2
8,4
7,3
9,9
Mundo
Países en
desarrollo
5,4
4,5
3,5
6,8
12,0
6,7
11,4
16,5
20,2
30
―The successful Asian economies (i.e., Hong Kong-China, Korea, Singapore, Taipei, Malaysia, Thailand, or the
People‘s Republic of China and Viet Nam more recently) present two main differences between three decades ago
and today. First, they are significantly bigger. Second, they are significantly different. Indeeed, what sets the
performance of the successful Asian economies apart from that of many other countries is not only their high
growth rates but also their fast and intense structural transformation: their output and employment structures
changed dramatically; resources were transferred to higher-value-added sectors (i.e., from agriculture to industry
and services); production diversified; firms learned how to produce and export a more sophisticated and
technologically advanced range of products; and their levels of labor productivity increased significantly‖ (J.
Felipe, ―Inclusive growth, full employment and structural change‖, Page 37, 2010)
31
La interpretación del proceso de industrialización asiático por parte del enfoque neoliberal omite varios de los
aspectos centrales de esa estrategia y destaca, principalmente, el carácter exportador del crecimiento
manufacturero.
32
There was no general ‗East Asian model‘. Each country had a different model within a common context of
export orientation, sound macro management and a good base of skills. Each model reflected different objectives
and used different interventions (though some, like support for exporters, were similar). As a result, each had a
different pattern of industrial and export growth, reliance on FDI, technological capability and enterprise
structure. However, for none was .getting prices right. a sufficient explanation of industrial success. The different
objectives of the NIEs are shown in table 2.
18
Según S. Lall, los datos anteriores (consignados en los gráficos 3 y 4 y en el Cuadro 2.1)
muestran:
 El comportamiento del VAM está ampliamente correlacionado con el de la
exportación de bienes industriales aunque el ajuste no es perfecto. El grupo del Este
del Asia 2 y México se desempeñaron mejor en las exportaciones que en el VAM
durante los ‘90, mientras que lo opuesto es verdad para el Sud de Asia y el MENA.
 Ni el crecimiento del VAM ni el de la exportación están fuertemente relacionados con
la liberalización en el sentido del Consenso de Washington. China, en particular,
difícilmente es un paradigma neoliberal.
 El éxito industrial se mantiene concentrado. La liberalización no está conduciendo
hacia la convergencia, contradiciendo la premisa neoliberal de que la liberalización
per se promovería el crecimiento industrial y la competitividad.
En el caso de Argentina puede apreciarse el comportamiento de la producción industrial en los
Gráficos 5.1 y 5.2. La participación del producto bruto manufacturero en el producto total se
redujo desde mediados de los ‘70, tornando a crecer a partir de 2003 aunque sin alcanzar las
magnitudes de la ISI (en los años 1960 a 1975). El producto manufacturero por habitante, cuya
caída fuera un elemento característico del período 1976-83, se recuperó en los ‘90, pero no
alcanzó la magnitud que la visión ortodoxa de la economía aseguraba se lograría con el NME,
merced a las reformas estructurales que propugnara y aplicara33. Así, si bien se acrecentó desde
los bajísimos niveles provocados por los episodios de hiper inflación y retracción productiva de
1989-90 (en moneda del año 1993, $1.083 y $1.029, respectivamente), no repuso ni superó al
nivel que tenía el valor agregado bruto manufacturero por habitante de los años 1974-1976
($1.596), ya que en 1998 era sólo de $1.376.
Este descenso del producto industrial por habitante tuvo lugar al tiempo que, ambos, la
apertura comercial y la inversión extranjera directa (IED), propiciaron una modificación en el
patrón productivo nacional. Este consistió en una reducción de la intensidad laboral media (los
períodos 1975-82 y 1991-2001 redujeron el empleo industrial aparte de los años 1989-90 y
2002 de intensa crisis, Gráfico 5.3), ciertos cambios en el tipo de producto generado, en la
organización de las empresas y en una incorporación más abundante de tecnología importada.
Tales transformaciones quedaron circunscritas a varios subsectores de la industria
manufacturera, extendiéndose a los servicios, aunque de ningún modo a todos, ciertamente.
La fuerte extranjerización empresaria experimentada significó que hubiera una importación de
técnicas y bienes componentes de los productos finales, lo cual pudo ofrecer a los
consumidores una gama más amplia y actualizada de bienes, pero que implicó una
suplantación de lo que podía obtenerse localmente y también una limitación a las posibilidades
de desarrollar capacidades locales en I&D. Como se observa en el Gráfico 2, en los ‘90 hubo
un incremento notorio de las importaciones de bienes de capital.
33
La apertura comercial, la liberalización financiera, la privatización y la desregulación
19
GRÁFICO 5.1
Participación del Producto Bruto Industrial En % del
Producto Bruto Interno
31
28
Porcentajes
25
22
2
R = 0,8717
19
2
R = 0,5779
16
13
20
10
20
08
20
06
20
00
19
98
19
96
19
90
19
88
19
86
19
80
19
70
19
60
10
Año
En % del VABT industrial
Polinómica (En % del VABT industrial)
Lineal (En % del VABT industrial)
Fuente: Elaboración propia sobre la base de BCRA Producto e Ingreso de la Argentina;
INDEC Cuentas Nacionales.
GRÁFICO 5.2
VAB INDUSTRIAL POR HABITANTE AÑO Período 1950-2001
Valores constantes de 1993
1.800
1.700
1.600
Pesos de 1993
1.500
1.400
1.300
1.200
1.100
1.000
900
800
700
1998
1994
1990
1986
1982
1978
1974
1970
1966
1962
1958
1954
1950
600
Años
VAB POR HABITANTE
5 per. media móvil (VAB POR HABITANTE)
Fuente: Elaboración propia sobre la base de BCRA Producto e Ingreso de la Argentina;
INDEC Cuentas Nacionales y Población
20
GRÁFICO 5.3
10
Evolución del Empleo industrial según períodos
En %
Porcentajes de variación
5
0
-5
-10
-15
1975-82
1983-88
1989-90
1991-2001
2002
2003-2008
Periodo
Empleo industrial %
Fuente: CEP.
Otra forma de corroborar el efecto de la política macroeconómica sobre la industrialización es
recurrir al concepto de las fuentes del crecimiento del sector 34. De ese modo se ha establecido
que en el período 1980-1997 la demanda interna (consumo más inversión) fue el factor
decisivo en el crecimiento de la producción industrial argentina, mientras que las exportaciones
incidieron positivamente aunque en una proporción mucho menor. En cambio, la sustitución de
importaciones mostró un efecto negativo ya que operó detrayendo producción local por
importada; es decir, hubo una des-sustitución de importaciones. Este último impacto fue más
intenso en los años ‘90 (entre 1991 y 1997), de tal modo que la fuente del crecimiento
industrial estuvo dado casi en su totalidad por la demanda interna 35.
Es interesante señalar que durante dicha década se concretó un incremento de inversiones en la
industria. Y que las actividades manufactureras que fueron capaces de sostenerse y crecer en el
contexto de apertura comercial y demás condiciones macroeconómicas imperantes, mejoraron
varias pautas significativas referidas a la eficiencia productiva sectorial. Hubo un aumento de
la productividad del trabajo (aunque tal hecho tuvo que ver también con el descenso de
personal ocupado, según aparece en el Gráfico 5.336) y unos menores costos de producción
(atribuidos por algunas investigaciones a una incidencia parcial de las rebajas en los salarios
medios abonados por la industria) que se relacionan con el incremento de la capitalización del
sector. Efectivamente, se ha estimado que alrededor de unos usd 3800 millones anuales (entre
1991 y 1999) se destinaron a la inversión en la industria. Dicha cifra es, sin embargo, menor
que la registrada en el período 1960-74.
34
H. Chenery introdujo un modelo simple que relaciona el producto de un sector económico (la industria, por
ejemplo) con la demanda doméstica de bienes finales (consumo + inversión), con la demanda interna de bienes
intermedios y con el comercio exterior (exportaciones - importaciones); ―Industrialization and Growth. The
Experience of Large Countries‖, Sectoral Balance, Pages 6-8; World Bank SWP 539; 1982.
35
El desplazamiento de la producción local por la importada alcanzó al 168% del incremento del producto
industrial entre 1980 y 1997 (C. Bonvecchi, ―Una evaluación del desempeño de la industria argentina en los ‘90‖;
2000).
36
Por lo pronto, no cabe ninguna duda que en materia de empleo, a diferencia del comportamiento evidenciado en
el pasado, la industria fue la actividad que expulsó, en términos netos, el mayor número de trabajadores. Ello,
junto con los cambios registrados en la oferta laboral, contribuyó de manera decisiva a elevar los niveles de
desempleo.
21
El destino según grandes ramas de actividad estuvo, principalmente, en las actividades
orientadas hacia los recursos naturales, y a los productos del rubro automotor 37. Hubo,
asimismo, como se aludió más arriba, una apreciable participación extranjera en la inversión
industrial durante la década.
Cuadro 2.2
Crecimiento medio anual del VAM y de las exportaciones manufactureras Argentina y
Resto del Mundo (en %)
Período 1980-2000
Rubro
Mundo Países en desarrollo Países desarrollados Argentina
VAM
Exportaciones*
2,6
7,6
2,3
6,6
5,4
12,0
0,307
6,26
Fuente: S. Lall (Op. Cit. 2004) Argentina: Elaboración propia sobre la base de INDEC,
Cuentas Nacionales y Comercio Exterior. * Las exportaciones de Argentina corresponden al
total de MOA+MOI.
GRÁFICO 6.1
Participación de las exportaciones argentinas en el
total m undial 1992-2009 En %
0,5
Porcentajes
0,45
0,4
0,35
0,3
20
08
20
06
20
04
20
02
20
00
19
98
19
96
19
94
19
92
0,25
Año
Xarg/Xmundo
Fuente: Elaboración propia sobre la base de INDEC, Comercio Exterior
En el período 1980-2000 el comportamiento de Argentina en cuanto a la producción y las
exportaciones manufactureras comparado con el Mundo, los países desarrollados y en
desarrollo aparece en el Cuadro 2.2. Respecto del VABM, se observa un ritmo de crecimiento
muy inferior al del Mundo como también al de los dos otros agrupamientos. En cuanto a las
exportaciones (la suma de MOA y MOI), se asemeja al comportamiento presentado por los
países en desarrollo, el cual es significativamente menor al del mundo desarrollado. Por ello, la
participación de las exportaciones argentinas en el total de las exportaciones mundiales sólo
aumentó desde los reducidos niveles de fines de los ‘80 para caer nuevamente a partir de 1999.
37
Atendiendo a los productos elaborados, los mayores cambios registrados fueron el mayor peso de los bienes
tradicionales y del automotor, el mantenimiento de los commodities alimenticios y el menor peso de los
commodities no alimenticios (G. Yoguel). Ver Nota 5 D) en Apéndice A.
22
La recuperación en los últimos años no logra aumentar el coeficiente de participación y
colocarlo en el nivel del año 1998. Ver Gráfico 6.1
El incremento de las exportaciones recibió una influencia significativa del aumento del
intercambio con el MERCOSUR y de los acuerdos comerciales celebrados con Brasil, lo cual
explica, a su vez, buena parte de las ventas de MOI al exterior. Sin embargo, la pauta del
intercambio con Brasil residía, en buena medida, en las exportaciones de bienes primarios y
manufacturas más estrechamente vinculadas a los recursos y de baja tecnología, por parte de
Argentina.
El balance de comercio del sector manufacturero en los ‘90 fue desfavorable. Si bien hubo
algunas ramas que mostraron un saldo comercial externo positivo ello no alcanzó para
neutralizar el déficit de las restantes (en particular, los rubros de bienes de capital, bienes de
consumo durables e intermedios)38.
GRÁFICO 6.2
Participación de MOI y Resto en las
exportaciones 1992-2001
90,0
80,0
Porcentajes
70,0
60,0
50,0
40,0
30,0
20,0
10,0
0,0
1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001
Año
PP,CyE, MOA
MOI
Fuente: Elaboración propia sobre la base de INDEC Comercio Exterior. El subtotal
comprende Materias Primas, Energía y Combustible y MOA.
3) Las reglas del juego derivadas de la visión de la Macroeconomía Nuevo Clásica y asociadas a la
globalización de fines del S. XX
La concepción de la necesidad de apartar al Estado de las actividades productivas (como
productor de bienes y servicios, como orientador de la inversión y como regulador) que se
discutió desde la crisis de los ‘70 en el Centro y se impuso, generalizadamente, desde la
segunda mitad de los‘80, alcanzó al mundo en desarrollo y también, aunque con un impulso
quizás algo distinto, al de las economías avanzadas. Los países en desarrollo aceptaron la
liberación del comercio y del flujo de capitales y la privatización, en parte, como secuela de las
dificultades experimentadas en el crecimiento económico (con las cuales tuvo bastante que ver,
38
Así, se ha afirmado lo siguiente: ―En síntesis, uno de los rasgos que define el desempeño industrial en los años
noventa es el abultado y creciente déficit de divisas que presenta el sector. El mismo se origina en el reducido
dinamismo de las exportaciones en contraste con el fuerte crecimiento de las importaciones; en especial, si se
tiene en cuenta que se partió de una situación de superávit de divisas en los comienzos de los noventa. A su vez,
ello ha introducido una fuerte presión sobre los otros sectores que comercian con el exterior: se requieren
superávits cada vez mayores para compensar siquiera en parte los crecientes déficits industriales‖ (B. Kosakoff,
edit, ―El desempeño industrial argentino Más allá de la sustitución de importaciones‖; 2000; Cap. 1, Pág. 33)
23
en no pocos casos, el fracaso en avanzar con la industrialización) y además como consecuencia
de las presiones que provenían del mundo desarrollado y las instituciones de Bretton Woods
(las que, después de la llamada crisis de la deuda39, se hicieron con un poder acrecentado sobre
las decisiones de las economías en desarrollo).
La globalización al par que los cambios tecnológicos, estuvieron acompañados de la adopción
de un conjunto de acuerdos internacionales que establecieron reglas de comportamiento de los
países en desarrollo respecto al comercio y las finanzas internacionales. Tales acuerdos
tuvieron expresión bilateral, regional e internacional.
En términos sucintos sus características principales son las siguientes:
a) Liberalización comercial como norma general, admitiéndose excepciones para el caso
de ciertas economías en desarrollo aunque fijándole a éstas plazos predeterminados –no
necesariamente adecuados a los tiempos necesarios para despejar o aminorar su
condición de inferioridad competitiva – Inclusión de ciertos servicios dentro de la
liberalización (GATS)40
b) Establecimiento de sanciones para el caso de transgresión de las normas acordadas
c) Aceptación de avanzar en la liberalización como regla de largo plazo.
d) Eliminación de las normas que controlaran las inversiones extranjeras y la transferencia
de tecnología, (TRIMs) aspecto éste que tuvo (y tiene) una incidencia marcada sobre la
cuestión industrial.
Tanto el GATS como el TRIMs tienen incidencia sobre las políticas que favorecen el proceso
de industrialización en los países en desarrollo. Así, las disposiciones contenidas en la política
industrial sobre el contenido local de la producción de ciertos bienes y el equilibrio comercial,
la incorporación de mano de obra doméstica, la transferencia de tecnología, las prácticas de
investigación y desarrollo, resultan acotadas por los acuerdos pactados en las rondas de
negociaciones del GAT (hoy la OMC).
Cabe tomar en cuenta que las políticas industriales exitosas de varios países del Asia Oriental
contenían medidas referidas a los aspectos mencionados, las que pudieron ser aplicadas cuando
no existían tales acuerdos, a los que pueden considerarse como restricciones a diversos
aspectos de dichas políticas41 (J. Dargin, 2010).
Colofón:
Las políticas macroeconómicas de los ‘90 (de las cuales las del período 1976-83 fueron
un prolegómeno, con varios elementos comunes) no lograron que el sector industrial argentino
adquiriera una integración que es considerada necesaria para otorgarle una capacidad
competitiva adecuada en un contexto de apertura y globalización
Al nivel de Latinoamérica los resultados en materia de industrialización fueron
negativos si se toma en consideración el crecimiento de la producción industrial y las
repercusiones sobre el resto de la economía.
39
Crisis que estallara, en 1982, con el anuncio de default por México.
El objetivo es asegurar la ―transparencia‖ y el ―principio de la nación más favorecida‖, es decir, la no
discriminación entre las empresas de diferentes orígenes. La negociación admite la confección de una ―lista
positiva‖ lo que significa que los países huéspedes están facultados a excluir las actividades no contenidas en la
lista.
41
Servicios: El Acuerdo General sobre Comercio de servicios (GATS) incluye la oferta por parte de las empresas
extranjeras presentes en los mercados alcanzados por las disposiciones de la OMC. Sus principios generales son la
transparencia y el de la nación más favorecida (es decir la no discriminación entre las empresas de diferentes
orígenes). El GATS prevé la confección de una ―lista positiva‖ de inversiones permitidas, lo que faculta a los
países huéspedes a tomar la decisión de excluir las actividades no contenidas en la lista. Ver Nota 4 en el
Apéndice A.
40
24
El intercambio comercial con el resto del mundo de la industria argentina en la década
mostró un agravamiento de su característica ―tradicional‖: el carácter deficitario de sus
relaciones con el exterior.
Las mejoras en la inversión manufacturera fueron tales si se las compara con los años
de la década anterior, muy afectados por los hechos derivados de la crisis de la deuda de 1982.
En cambio, no resultaron mejores de lo experimentado en el período 1960-74. El destino de la
inversión se concentró en los rubros de producción manufacturera orientados hacia los recursos
naturales y los que recibieron un trato preferencial (protección relativa).
El desempleo constituyó un factor que denota una falencia seria de la economía
argentina en los ‘90. La industria fue un sector que alimentó la elevada tasa de desempleo
medio en el período.
La estrategia de industrialización de raíz neo-liberal muestra más componentes propios
de un fracaso que de una tendencia hacia el progreso de una economía industrializada eficiente
en términos de su desempeño competitivo.
Los acuerdos internacionales traen consigo condiciones inconvenientes para la
adopción de estrategias alternativas a las planteadas por la MNC.
C) LA RECUPERACIÓN INDUSTRIAL DESDE 2003. ALGUNAS CARACTERÍSTICAS
NOTORIAS
1) Después del derrumbe del Patrón Dólar, la modificación del contexto macroeconómico se
fue concretando en pasos sucesivos.
El primer hecho de trascendencia fue el abandono del tipo de cambio fijo convertible y el
default junto a la reestructuración de la abultada deuda externa. Ello implicó la instauración de
una nueva política monetaria (activa, en sustitución de la política de dinero pasivo sostenida
durante una década) y la liberación de recursos del sector público que quedaron disponibles
para funciones alternativas.
Seguidamente, tuvo lugar la implementación de programas sociales gubernamentales que
produjeron un aumento del nivel de empleo (independizados de consideraciones relativas a su
productividad) y con ello alguna repercusión sobre la demanda de bienes y servicios (aparte de
su plena legitimidad como medio de subsidiar la indigencia y la pobreza). Así, el estado asumía
el rol de ―empleador de última instancia‖.
Se encaró, luego, el regreso a la fijación del salario nominal por medio de la discusión de
convenios colectivos, lo que traía consigo el abandono de la concepción que se impuso en los
‘90 de la necesidad y conveniencia de la liberación del mercado de trabajo (conocida como
―flexibilización laboral o del mercado de trabajo‖). Se actualizó, también, el salario mínimo.
Más tarde, se aplicó un incremento del gasto público (actualizando el salario de los empleados
públicos –aunque en modo más bien moroso si se compara con el cronograma de los aumentos
recibidos en el sector privado- y acrecentando la inversión).
Estas medidas tuvieron un impacto notorio y trajeron consigo:
a) Un aumento del valor de las exportaciones en moneda doméstica, el que luego se
combinó con el ascenso del precio en divisa de los bienes exportados y de las cantidades.
b) Una modificación de los precios relativos domésticos, encareciendo las importaciones y
abaratando el precio en divisa del factor trabajo.
c) Una creación de oportunidades para la producción de bienes antes importados debido a
la acentuada modificación de la relación costo-precio al nivel de las unidades de producción42.
42
Lo cual quedó expresado en el incremento de los precios mayoristas frente a una variación menor y más tardía
de los salarios.
25
d) La conveniencia de utilizar la capacidad instalada ociosa, disponible debido a la
prolongada recesión iniciada en setiembre de 1998.
e) Una recuperación ulterior de la demanda agregada, la que alentó la prosecución de la
producción de bienes, en particular, los de origen industrial. Hubo así una reindustrialización
de la economía argentina.
El proceso de reindustrialización se instauraba, así, bajo las siguientes condiciones:
Una reactivación de la demanda agregada
Una modificación de los precios relativos a favor de la producción doméstica debido a
la acentuada devaluación cambiaria (es decir, una situación con similitud a la creada merced a
la protección del mercado interno durante la ISI)
La disponibilidad de fuerza de trabajo abundante con salarios reales muy bajos
La disponibilidad de capital físico debido a la notoria subutilización de la capacidad
instalada en varias ramas de la industria.
Una disponibilidad de divisas como consecuencia de la rectificación de la política de la
deuda pública, el aumento del excedente de la cuenta corriente y el mantenimiento por muchos
trimestres de esta condición excedentaria positiva.
La superación de la aguda iliquidez vigente en los tiempos finales del Patrón Dólar con
convertibilidad merced a la nueva política monetaria y el tratamiento otorgado a la actividad
financiera por el Banco Central.
2) La magnitud del crecimiento de la producción industrial desde 2003 queda reflejada en el
cuadro siguiente:
CUADRO 3.1
Valor agregado bruto manufacturero total (VABM) y per cápita y variación % por
quinquenios - Período 1985-2009
VABM
PBI
Población VABM/pob PBI/pob %Variación %Variación
Mill $ 93
Mill $ 93
Miles
$ 1993
$ de 1993 VABM/pob
PBI/pob
1985-89
36.930
198.959,6
30.988
1.192
6.421
1990-94
40.292
220.549,2
33.250
1.212
6.633
1,7
3,3
1995-99
45.668
268.745
35.396
1.290
7.593
6,5
14,5
2000-04
43.345
262.114,2
37.331
1.161
7.021
-10,0
-7,5
2004-09
59.159
352.939,8
39.292
1.506
8.982
29,7
27,9
Nota: Los valores corresponden a las medias de cada período y la variación está referida a cada período inmediato
anterior.
Quinquenio
CUADRO 3.2
VAB manufacturero total y variación anual. Período 2002-2010 En millones de pesos de
1993 y porcentajes
AÑO
VAB Mill $
93
36.176
41.952
46.977
50.480
54.975
59.153
61.482
61.503
67.547
Variación
Anual %
…
15,97
11,98
7,46
8,90
7,60
3,94
0,03
9,83
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2003-10
8,21
Fuente: Elaboración propia sobre la base de INDEC Cuentas Nacionales y Población
26
Puede observarse el aumento en la producción manufacturera por habitante del 29,7% en el
último quinquenio (destacándose nítidamente respecto de los guarismos de los ‘90) y que
resulta superior al crecimiento del PBI pc.
La evolución del VABM aparece en el cuadro 3.3, donde se presentan los promedios decenales
del producto industrial, comparándolos entre sí. Los ‘60 y ‘70 presentan variaciones del orden
del 57% y 58%, respectivamente, respecto a los decenios inmediatamente anteriores. El
decenio de los ‘80 tuvo una caída media de casi el 6%, en tanto que los ‘90 sólo muestran una
reacción positiva del orden del 14%. El último decenio, que contiene la fuerte caída del bienio
2001-02, aumenta un 16% el registro del decenio anterior.
Las cifras de las fases ascendentes del producto industrial, entre 1950 y 2010, aparecen en el
Cuadro 3.5. Los períodos más dinámicos y prolongados están comprendidos en los ‘50 a los
‘70 y en la última década (con tasas anuales del 8,67% y 7,13%, totalizando tres lustros; y del
8,21% con ocho años). En los ‘90, se registran tasas de crecimiento anual del 7,7% y 5,8% con
una duración de siete años.
CUADRO 3.3:
Variación del VABM según promedios decenales. Período 1950-2009
En Millones de Pesos de 1993 y Porcentajes
Decenio
1950-59
1960-69
1970-79
1980-89
1990-99
2000-09
Promedio
Decenal del VABM
Variación %
Respecto al
Decenio anterior
16.153,5
25.391,9
40.144,9
37.781,2
43.005,5
49.718,0
57,19
58,10
-5,89
13,83
15,61
Fuente: Elaboración propia sobre la base de BCRA Sistema de Cuentas del Producto e
Ingreso de la Argentina (1975) y Oferta y Demanda Globales (1970 y 1986), INDEC, Cuentas
Nacionales.
GRÁFICO 6.2
Porcentajes
Variación del VABM entre promedios decenales En %
65,00
60,00
55,00
50,00
45,00
40,00
35,00
30,00
25,00
20,00
15,00
10,00
5,00
0,00
-5,00
-10,00
1960-69
1970-79
1980-89
1990-99
2000-09
Decenio
Variación %
27
Fuente: Elaboración propia sobre la base de la información mencionada en cuadros
anteriores.
CUADRO 3.4:
Variación del VABM según promedios por período
Período
1970-75
1991-98
2003-10
Variación %
Respecto al
VABM
periodo anterior
39.303,3
54,79
43.867,5
11,61
55.508,6
26,54
Fuente: Elaboración propia.
Nota: La variación de 1970-75 resulta de la comparación con el decenio 1960-69
Cabe señalar que el crecimiento industrial de los ‘90 presenta una característica distintiva: un
descenso del empleo de trabajo, un ascenso de la productividad media de la mano de obra y
una disminución del salario real medio por obrero ocupado (respecto a los valores de 196575)43 .
Algunos han enfatizado que tal ascenso de la productividad reflejaba un proceso de aumento
del capital por ocupado en un claro sentido de modernización industrial y avance tecnológico.
Si bien este hecho existió, quedó circunscrito a un número apreciablemente menor del total de
unidades de producción, en rubros manufactureros específicos y no alcanzó a ser un fenómeno
generalizado de la industria argentina. En cambio, sí tuvo un nivel de generalidad mayor la
incorporación de bienes de capital importado, en la medida que se acentuaron las facilidades
para la compra de equipos en el exterior44. Más precisamente, el avance estuvo ligado más a la
tecnología de productos y reformas de organización empresaria, con énfasis en las cadenas de
comercialización en varios casos que a la tecnología de procesos, adaptación de tecnologías
avanzadas a la realidad argentina, innovación tecnológica con sello propio, en términos
generalizados45. Sí hubo entonces y en diversos momentos del proceso de industrialización
argentino, núcleos de producción donde tal cosa fue concretada.
Además, debe tomarse en cuenta el efecto de la política macroeconómica imperante sobre la
mediana y pequeña empresa, la que impulsó el proceso de de-sustitución de importaciones y
con ello, la disminución del número de este tipo de unidades productoras. Debe tenerse en
cuenta que esas empresas ocupaban (y ocupan) un número considerable de personal y que
presentaban una productividad media del trabajo mucho menor al de las grandes y también a la
media de todo el sector manufacturero.
43
El salario real medio por obrero ocupado y por hora trabajada había caído fuertemente en ocasión de los
episodios de alta inflación de fines de los ‘80 y principios de los ‘90. En 1991, el salario real industrial era un 7%
y un 11,8% más bajo para el obrero ocupado y la hora trabajada, respectivamente. Luego, el salario real asciende a
medida que se reducen las alzas de precios y se acomodan los salarios nominales; pero, desde fines de 1993, se
estancan y descienden a partir de 1995.
44
En especial, el estrato de firmas de menor tamaño relativo ha sido el que menos aprovechó el proceso de
apertura para aumentar el aprovisionamiento externo de bienes y subensambles. (G. Yoguel y R. Rabetino, op cit.
Pág. 216)
45
Los agentes estarían centrando las ganancias de eficiencia en las cadenas de comercialización y distribución
mas que en el proceso de fabricación y en los equipos de ingeniería de planta y de investigación y desarrollo
formal (G. Yoguel y R. Rabetino, op cit. Pág. 216)
.
28
CUADRO 3.5: Fases Ascendentes del Producto Bruto Manufacturero Argentino
1950-2010
Período
1954-58
1964-74
1983-84
1986-88
1991-94
1996-98
2003-10
Variación
media de
cada período
%
Número de
años
8,67
7,13
5,01
4,30
7,74
5,82
8,21
5
11
2
3
4
3
8
Fuente: Elaboración propia sobre la base de BCRA, 1975; INDEC, Cuentas Nacionales;
Ferreres, op.cit.
Por último, se presenta, como referencia, cuál fue el comportamiento de la producción
manufacturera de cuatro agrupamientos a escala planetaria (PED de Asia, OECD, LAC, ASS)
respecto a la producción mundial y la estructura de la producción industrial de los PED de Asia
en las últimas cuatro décadas.
Es notorio el retraso de América Latina respecto de los PED de Asia; en todas las divisiones
(economías de escala baja, media y alta combinadas con las tecnologías baja, media y alta
respectivas) aparece un ritmo de variación de la producción industrial menor que el de esos
países por lo que su participación relativa en el total mundial en los ‘90 y entre 2000 y 2003,
resulta proporcionalmente más distanciada que en la década inicial de la comparación y
presentando guarismos menores en los cuatro casos citados.
La evolución de la producción por rama de actividad industrial de los PED de Asia revela una
modificación en el sentido de una complejización de la producción manufacturera; así, las
ramas de la industria química, maquinaria eléctrica y no eléctrica, equipo de transporte y
metales básicos acrecentaron su importancia dentro del total, sucediendo lo contrario con las de
Alimentos y Bebidas, Textiles, Vestimenta, etc.
CUADRO 4.1:
Participación en la producción mundial por tipo de tecnología y década (%)
GRUPO
No.
1970s
No.
1980s
1.Bajas economías de escala/ Tecnología Baja
Mundo
PED Asia
14
4,86
19
10,4
OECD
22
81,91
23
75,73
ALC
20
4,35
22
5,11
ASS
31
1,8
31
1,82
Resto del
Mundo
20
7,08
30
6,94
TOTAL
107
100
125
100
No.
1990s
No.
2000-2003
17
23
21
23
12,26
73,40
7,41
1,08
11
17
8
5
12,75
78,40
3,08
0,12
33
117
5,85
100
25
66
5,66
100
29
GRUPO
No.
1970s
No. 1980s No. 1990s No.
2. Bajas economías de escala/Tecnología
media
Mundo
2,51
6,08
8,23
PED Asia
14
19
17
11
91,58
OECD
22
23 88,27
23 84,97
17
1,88
2,13
3,81
ALC
20
22
21
8
0,97
0,93
0,51
ASS
30
31
23
5
Resto del
3,07
2,59
2,49
Mundo
20
30
33
25
TOTAL
100
100
100
106
125
117
66
3.Economías de escala Medias /Tecnología Media
Mundo
PED Asia
14
2,14
19
7,77
17 10,82
11
OECD
22
88,7
23 81,84
23 77,79
17
ALC
19
2,3
22
3,35
21
5,23
8
ASS
29
1,37
30
1,34
23
0,76
4
Resto del
Mundo
20
5,49
29
5,7
33
5,4
25
TOTAL
104
100
123
100
117
100
65
4. Economías de escala Medias o fuertes / Tecnología media o alta
Mundo
PED Asia
14
2,19
18
6,07
17
9,41
11
OECD
22
90,9
23 86,76
23 81,96
17
ALC
20
1,56
22
2,36
21
4,62
8
ASS
30
0,71
31
0,77
23
0,36
4
Resto del
Mundo
20
4,64
30
4,04
33
3,64
25
TOTAL
106
100
124
100
117
100
65
Fuente: J. Felipe y Estrada, 2008.
20002003
8,42
86,56
1,65
0,07
3,3
100
11,34
80,96
2,01
0,03
5,66
100
11,33
82,68
1,39
0,01
4,58
100
CUADRO 4.2: Estructura de la producción industrial de los PED de Asia por década (%)
Rama
Alimentos y Bebidas
Textiles
Vestimenta, cueros y calzados
Madera y productos de la madera
Papel y productos de papel
Imprentas y publicaciones
Industria química
Petróleo y carbón
Caucho y productos plásticos
Productos de minerales no
metálicos
Metales básicos
Productos de metal
Maquinaria no eléctrica
Maquinaria eléctrica
Equipo de transporte
Otros
Total
Fuente: J. Felipe y Estrada, 2008
1970s
19,4
14,77
5,27
3,01
2,20
2,11
9,41
4,90
4,55
1980s
14,14
11,02
4,89
2,10
2,10
1,95
10,19
4,73
4,84
1990s
12,45
7,11
4,74
2,01
2,09
2,58
10,21
4,07
4,38
2000-03
12,55
5,84
4,20
1,82
2,28
1,89
11,45
3,57
3,85
4,46
5,86
3,43
3,88
8,07
5,74
2,94
100
5,42
7,75
4,24
8,32
9,43
5,49
3,39
100
5,34
7,60
4,23
8,58
13,69
8,28
2,62
100
4,60
7,71
3,42
8,66
16,57
9,26
2,33
100
30
CUADRO 4.3: Argentina - PARTICIPACIÓN SUBSECTORIAL EN EL VAB
INDUSTRIAL, A PRECIOS DE 1993 (%)
Rubro manufacturero
Alimentos, bebidas y tabaco
Textiles, prendas de vestir e industrias del cuero
Madera y sus productos, muebles y otras industrias
n.c.p.
Papel y sus productos; imprentas y editoriales
Sustancias y productos químicos, derivados del
petróleo y del carbón, de caucho y plásticos
Productos minerales no metálicos, excepto derivados
del petróleo y el carbón
Industrias metálicas básicas
Productos metálicos, maquinaria y equipo
Fuente: Bugna-Porta.
1980
19
11
3
1991
25
14
3
1998
26
10
8
2002
32
7
6
2005
28
8
6
4
24
5
25
7
25
7
29
8
25
6
4
3
2
3
3
29
4
20
4
24
4
15
4
21
La comparación entre la participación de los subsectores manufactureros en el total del
VABM de Argentina y los PED Asiáticos revela la menor importancia, en el primero, de las
actividades industriales más complejas y que exigen un mayor grado de evolución productiva.
En el comercio exterior, el ascenso de las exportaciones fue superior al de las importaciones;
sin embargo, éstas últimas retomaron una dinámica que se fue acelerando en los últimos años.
Con todo, el balance de comercio positivo se fue reiterando trimestre a trimestre
coexistiendo con un fuerte ascenso de la renta agregada doméstica y del VABM.
75000
70000
65000
60000
55000
50000
45000
40000
35000
30000
25000
20000
15000
10000
5000
0
-5000
-10000
EXPO-IMPO y Bce. Comercial 1980-2010
En Millones de usd corrientes
19
80
19
82
19
84
19
86
19
88
19
90
19
92
19
94
19
96
19
98
20
00
20
02
20
04
20
06
20
08
20
10
Millones de usd
GRÁFICO 7
Año
Total X
Total M
Bce Comercio
Fuente: Elaboración propia sobre la base de INDEC, ―Comercio Exterior‖
31
Es preciso tomar en cuenta que la crisis internacional 2007/08 se hizo sentir sobre el nivel de
actividad económica, reduciéndolo notoriamente y sobre las importaciones, retardándolas en
200946.
GRÁFICO 8
Porcentajes
Participación de MOI y Resto en las exportaciones
2002-2010
80,0
75,0
70,0
65,0
60,0
55,0
50,0
45,0
40,0
35,0
30,0
25,0
20,0
15,0
10,0
5,0
0,0
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
Año
PP,CyE, MOA
MOI
Fuente: Elaboración propia sobre la base de INDEC, “Comercio Exterior”
La composición de las exportaciones, entre 2002-2010, no tuvo una modificación sustancial ya
que el conjunto de las PP, CyE y MOA siguió representando más de tres quintos del total
exportado aunque sí se registró un ascenso más acelerado de las MOI47, lo cual llevó a que
superaran el tercio del valor de lo vendido al exterior. Además, este subconjunto de las
exportaciones experimentó una modificación positiva en algunos productos, al acrecentarse la
proporción que contienen de bienes terminados (lo cual implicó una cierta reducción de los
intermedios La aparición de ventas de papel y cartón en lugar de la pasta celulósica; productos
manufacturados surgidos de la siderurgia; vestuario y confecciones dentro de los textiles; la
reaparición de zapatos y zapatillas, entre otros bienes.)48
46
Así, el aumento del balance comercial del año2009 tuvo que ver con la caída en la tasa de crecimiento y con el
efecto directo de la crisis sobre las expo-impo. Además, debe tenerse en cuenta que la reducción de las expo en
2009 se relaciona con la caída de la producción primaria 2008-9.
47
En rigor, debe señalarse que las MOI contienen una parte de bienes que están más cerca del carácter de primarios que de
manufacturas industriales. Así, el rubro ―Piedras y metales preciosos‖ integra las MOI: ―La única excepción está dada por
las ventas externas de piedras y metales preciosos, incluida en las MOI por razones técnicas, pero vinculada fuertemente
con la promoción de la actividad minera y por lo tanto sin mérito para este análisis por su dependencia de los recursos
naturales‖ (INTI) http://www.inti.gov.ar/sabercomo/sc64/inti8.php
48
Al respecto, analizando esta cuestión hasta 2006, se ha afirmado que ―Dicho cambio radical en la estructura de saldos no
se ve acompañado de un cambio en el patrón de especialización que, si bien muestra tasas de crecimiento mayores que el
promedio para sectores como las MOI, sigue estando dominado por productos primarios de escaso valor agregado. La
situación de convivencia del superávit externo con un alto nivel de crecimiento del producto y, por lo tanto, del mercado
interno es especialmente atípica para la economía Argentina. Las condiciones de estabilidad del superávit, tanto internas
como externas, plantean interrogantes para el mediano plazo. Para evitar el dilema que Argentina ha enfrentado en
situaciones similares (ajuste recesivo o desequilibrio externo), las ganancias de competitividad deberían provenir de mejoras
32
En cuanto al contenido tecnológico de lo exportado debe reconocerse el limitado alcance de las
exportaciones con alta tecnología y la mayor proporción de los bienes con tecnología baja y
media baja49.
Es también importante revisar, al respecto, el comportamiento de la composición de las
importaciones y su relación con el PBI y la IBIF. Tal como se presenta en los Gráficos 1 y 2, el
último período (2003-2010) muestra que el ascenso de la producción manufacturera y de la
IBIF trae consigo una correlación positiva con las importaciones.
CUADRO 4.5
Inversión en Equipo Durable, discriminado en Maquinaria y equipo y Material de transporte,
Nacional e importado, en proporción del PBIpm.
Período 1993-2010
Maq. y Equip Maq. y Equip Mat. Transp
AÑO
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000(*)
2001(*)
2002(*)
2003(*)
2004(*)
2005(*)
2006(*)
2007(*)
2008(*)
2009(*)
2010(*)
Nacional (1)
Importado
Nacional
Mat. Transp
Importado
EN PORCENTAJES RESPECTO DEL PBI p.m.
3,1
2,0
1,6
0,6
2,9
2,6
1,8
1,0
2,8
2,1
1,3
0,8
2,9
2,4
1,2
1,0
2,7
3,1
1,4
1,4
2,7
3,2
1,4
1,6
2,3
2,8
1,4
1,3
2,2
2,9
1,2
0,9
2,0
2,2
0,7
0,7
2,0
0,6
0,5
0,3
2,2
1,3
0,6
0,5
2,4
2,2
0,8
1,2
2,5
2,6
1,0
1,5
2,5
3,1
1,0
1,6
2,6
3,7
1,1
1,9
2,5
4,1
1,1
2,4
2,5
3,1
0,9
1,6
2,6
4,2
1,1
2,6
Equipo
Durable
Índice
1993=100
100
119,8
98,5
111,4
137,2
147,6
125,4
114,2
85,6
47,7
69,3
105,6
133,5
157,1
192,6
223,9
181,9
256,8
Fuente: Elaborado a partir de INDEC, Cuentas Nacionales. Las cifras correspondientes a las
importaciones de 2010 son una estimación propia aproximada.
en los aspectos no-precio de las exportaciones. (Bianco, Porta, Vismara, ―Evolución Reciente de la Balanza Comercial
Argentina. El desplazamiento de la restricción externa‖)
49
Las exportaciones industriales argentinas se concentran en las gamas de menor contenido tecnológico,
clasificadas según las convenciones usuales en la materia (Hatzichronoglou, 1997). Para el año 2005, las
manufacturas consideradas de Baja tecnología –compuestas en su gran mayoría por productos del sector de
Alimentos, bebidas y tabaco- alcanzaron al 59% de las exportaciones manufactureras totales argentinas. Las de
Media Baja tecnología representaron en ese año el 19% del total y estuvieron compuestas mayormente por bienes
de las ramas de Metales ferrosos y Productos de caucho y plástico; integran también este lote productos de la
Refinación del petróleo, Productos minerales no metálicos y Productos de metal. Las manufacturas de Medio Alto
contenido tecnológico explicaron una proporción similar del total de ventas externas de productos industriales
(20%), destacándose los productos Químicos (50%) y los Vehículos a motor (42%). La incidencia de las
manufacturas de Alta tecnología en este conjunto de exportaciones sigue siendo marginal (2%), compuestas
predominantemente por productos Farmacéuticos (68%) y, en menor proporción, por Equipo de radio, TV y
comunicaciones.
33
En el Cuadro 4.5 y el Gráfico 9 se presenta el comportamiento de la producción nacional e
importada en el rubro Equipo Durable de la inversión bruta fija. Para ello, se relaciona dicho
rubro y sus componentes Maquinaria y equipo y Material de transporte, con el PBIpm.
Puede apreciarse el significativo crecimiento de la inversión en equipo durable (tomando 1993
=100, pasó a 256,8 en 2010, es decir, un incremento del 157% en diecisiete años, lo cual
equivale a un 2,68 % a.a.) y además que el aumento de las importaciones constituye una fuente
creciente del abastecimiento de este tipo de bienes.
Si se toma en cuenta el dato de 2008, el año en que confluyeron la crisis internacional y la
aparición del conflicto con el empresariado del sector agropecuario seguido de la sequía que
afectó la producción de este sector, la importación de ‗Maquinaria y equipo‘ alcanzó al 4,1%
del PBIpm y la de ‗Material de transporte‘ al 2,4%, las cifras más altas de los últimos tres
lustros. Observando el Gráfico puede apreciarse que el ascenso de la importación de estos
bienes de inversión, registrado entre 1993 y 1998, es igualado en 2006 para ser superado a
partir de 2007.
Vale la pena destacar que este crecimiento de la importación de bienes de inversión tiene lugar
en un contexto sectorial distinto al de los ‘90: mientras que hoy se registra una suerte de reindustrialización que tiende a recomponer el tejido manufacturero (aunque con las limitaciones
derivadas de un mecanismo relativamente espontáneo al amparo de unas condiciones
macroeconómicas favorables, en un marco de crecimiento robusto), en la última década del S.
XX se concretaba una reestructuración industrial que tendió a achicar al sector.
GRÁFICO 9
Maquinaria y equipo y Material de transporte. Nacional e
importado. En % del PBI
4,5
4,0
Porcentajes
3,5
3,0
2,5
2,0
1,5
1,0
0,5
19
93
19
94
19
95
19
96
19
97
19
98
19
9
20 9
00
20 (*)
01
20 (*)
02
20 (*)
03
20 (*)
04
20 (*)
05
20 (*)
06
20 (*)
07
20 (*)
08
20 (*)
09
20 (*)
10
(*)
0,0
AÑOS
Maq y equipo nacional
Mat. Transporte nacional
Maq. Y equipo importado
Mat. Transporte importado
Fuente: Elaboración propia
Durante los ‘90 la inversión en la industria manufacturera se concentró en seis actividades en
las cuales es importante la dotación de recursos naturales (Derivados del petróleo y gas,
Alimentos y bebidas, Celulosa y papel, Petroquímica). Si además se toma en cuenta la
inversión en la producción de Hierro y Acero resulta que todas ellas reunían casi el 70% del
total de la inversión del sector manufacturero. Y sumando la inversión de la Industria
Automotriz (un caso especial por las características del régimen que enmarca la producción de
34
este rubro) se tiene que un 88% de la inversión sectorial en dicha década correspondió a sólo
siete agrupamientos manufactureros.
Cabe señalar que entre 2005 y 2010 la producción de la industria manufacturera estuvo ligada,
principalmente, al crecimiento de la capacidad instalada, lo cual implica que la inversión
sectorial aumentó en todos esos años (salvo en 2009) 50 aunque con un grado de concentración
aparentemente menor al de los ‘90.
En el Gráfico 10 se compara el comportamiento de la inversión bruta fija con relación al
PBIpm del período ISI (1950-1973) con el de los años 1993 a 2010. Es interesante destacar el
ascenso empinado de la inversión en equipo durable hasta 1964, el mantenimiento del
coeficiente equipo durable/PBI en torno del 9%-9,4% hasta 1973 y luego, en los 90, su
tendencia descendente que finaliza en la fuerte caída que tuvo lugar en 2002. La recuperación,
desde entonces, de dicho coeficiente lo ha colocado en el 10,5% del PBIpm, en 2010, por
encima del correspondiente a 1973 y por debajo del registrado en el año 1964.
En el período 1950-73 tuvo lugar el proceso más intenso de sustitución de bienes de capital e
intermedios antes importados, lo cual queda reflejado en el ascenso de coeficiente equipo
durable-PBIpm y en la incidencia sobre la importación, cuyo aumento era provocado, en buena
medida, por ese tipo de industrialización sustitutiva, según se señalara más arriba.
Párrafo aparte merece la experiencia del período 1960-64, cuando el fuerte impulso del
coeficiente que se comenta, tuvo su explicación en un incremento notorio del Material de
transporte (cuya magnitud relativa sigue siendo una de las más altas sino la mayor desde
mediados del siglo pasado y la incorporación de Maquinaria y equipo). Así, en la medida que
en la actualidad se incursione en un proceso sustitutivo, aunque fuera con algún grado de
semejanza al ya experimentado, es dable prever que el coeficiente de importación de bienes de
capital tenga un aumento.
GRÁFICO 10
Composición de la inversión en equipo durable: Material de
transporte y Maquinaria y Equipo. En % del PBI.
Períodos 1950-73 y 1993-2010
15,0
13,5
Porcentajes
12,0
10,5
9,0
7,5
6,0
4,5
3,0
1,5
20
08
20
05
20
02
19
99
19
96
19
93
19
71
19
68
19
65
19
62
19
59
19
56
19
53
19
50
0,0
Años
Equipo durable
Material de Transporte
Maquinaria y Equipo
Fuente: Elaboración propia
50
En 2009 el impacto de la crisis internacional hizo reducir el nivel de inversión bruta interna.
35
Hoy, el proceso de sustitución tiene un mayor grado de libertad, en la medida que la restricción
externa ha mostrado un nítido debilitamiento. Pero, para conseguir un sendero eficiente de
crecimiento, se requiere una tasa de inversión compatibilizada con un cierto ritmo de aumento
del rendimiento del trabajo.
El modo de conseguir ese incremento conjunto es de importancia crucial. Y su determinación –
variable según el contexto macroeconómico doméstico y externo- demanda la existencia de
una autoridad idónea51 cuya intervención no puede ser sustituida por la mera acción del
mercado.
Cabe mostrar ahora que la vinculación entre la IBIF y la importación vuelve a reiterar que los
bienes importados complejos constituyen un componente significativo de tal evolución
positiva.
Se ha tomado al conjunto de productos electrónicos para visualizar dicha vinculación. En el
Cuadro 4.1 se muestra el balance de comercio de esos productos, su incidencia en el balance
comercial del resto de los bienes intercambiados con el exterior y en los gráficos 8 y 9 la
relación entre la importación de estos bienes, la IBIF y el VABM.
CUADRO 4.1
Balance comercial de productos electrónicos y total.
Incidencia sobre el Bce. Comercial del Resto de las expo-impo. 1992-2010
En u$s corrientes
Año
X
M
BCPE BC Total BC Resto BCPE/BCR %
1992 138,39 2.210,00 -2.071,6 -2.473
-401,4
516,1
1993 129,56 2.529,34 -2.399,8 -3.514
-1.113,7
215,5
1994 155,62 3.316,95 -3.161,3 -5.566
-2.404,9
131,5
1995 205,68 2.586,58 -2.380,9
1.040
3.421,2
-69,6
1996 153,43 2.913,97 -2.760,5
281
3.041,7
-90,8
1997 188,57 4.203,96 -4.015,4 -4.018
-2,8
143.909,9
1998 171,87 4.254,87 -4.083,0 -4.944
-861,4
474,0
1999 148,07 3.734,38 -3.586,3 -2.200
1.386,2
-258,7
2000 197,48 4.314,28 -4.116,8
1.062
5.178,3
-79,5
2001 217,86 2.880,35 -2.662,5
6.223
8.885,9
-30,0
2002 198,74 573,77 -375,0
16.721
17.096,5
-2,2
2003 155,57 1.323,68 -1.168,1 15.715
16.883,3
-6,9
2004 201,71 2.910,03 -2.708,3 12.104
14.812,0
-18,3
2005 232,31 4.075,59 -3.843,3 11.328
15.171,4
-25,3
2006 273,11 4.572,06 -4.298,9 12.393
16.691,9
-25,8
2007 355,13 5.671,27 -5.316,1 11.273
16.589,1
-32,0
2008 400,02 5.934,02 -5.534,0 12.556
18.090,0
-30,6
2009 301,43 4.850,35 -4.548,9 16.886
21.434,9
-21,2
2010 278,89 6.605,25 -6.326,4 11.633
17.959,4
-35,2
Fuente: L. Cianci, Tesis de grado, Ing. Industrial, FIUBA, www.uba.secyt/PIUBAD 2011.
Nota: Se deduce que al acrecentarse las importaciones, el peso de las compras al exterior de
bienes complejos, aumenta. Y el aumento de las importaciones (M) está asociado al
crecimiento de la inversión bruta fija (IBIF), del VABM y del PBI pm. Entonces, se reitera que
el avance de la producción industrial genera un aumento de las importaciones de bienes
complejos.
51
El accionar de esa autoridad es concebida de diversas maneras: la coordinación y la información; la elaboración
de programas y el fomento a la inversión en ciertos subsectores; la intervención directa en la producción de ciertos
bienes y servicios; la creación de entidades ad hoc para orientar recursos crediticios, etc.
36
Además, se han incluido las series del PBI, la IBIF el VABM y la MPE (Cuadros 4.2 y 4.3). La
correlación existente entre estas series es elevada (Cuadro 4.4).
Debe considerarse, entonces, que el crecimiento sostenido de dichas variables implica la
necesidad de importar bienes complejos (bienes de capital, partes a ensamblar, tecnología de
productos y de procesos). Pero, además, que lo planteado como deseable y conveniente en los
‘70, respecto a la producción doméstica de varios de esos bienes, sigue estando en pie.
CUADRO 4.2
Evolución del PBI pm, la IBIF y la importación de productos electrónicos (MPE)
Período 1992-2010 - En millones de $ de 1993
Año
PBI
IBIF
1992 223.743,0 43121,5
1993 236.505,0 45069,4
1994 250.308,0 51248,8
1995 243.166,0 44539,6
1996 256.626,0 48500,3
1997 277.441,0 57067,0
1998 288.123,0 60830,6
1999 278.369,0 53231,8
2000 276.173,0 49502,0
2001 263.997,0 41.750,0
2002 235.236,0 26.533,0
2003 256.023,5 36.659,0
2004 279.141,3 48.836,7
2005 304.815,3 60.458,4
2006 330.565,5 71.438,2
2007 359.170,0 81.187,0
2008 383.444,0 88.552,8
2009 386.704,0 79.527,0
2010 422.130,0 96.409,0
Fuente: INDEC, Cuentas nacionales y Comercio Exterior
MPE
4.733,83
3.321,82
4.101,51
3.088,21
3.458,85
4.929,99
4.989,96
5.053,86
5.881,85
4.204,24
945,39
1.947,29
3.701,70
4.879,14
5.297,74
6.049,04
5.618,43
5.509,26
6.900,08
CUADRO 4.3
Evolución del VABM y la importación de productos electrónicos (MPE)
Período 1992-2010 - En millones de $ de 1993
Año
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
VABM
41223
43.138
45.079
41.850
44.550
48.627
49.526
45.599
43.855
40.627
36.176
MPE
4733,83
3321,82
4101,51
3088,21
3458,85
4929,99
4989,96
5053,86
5881,85
4204,24
945,39
37
CUADRO 4.3 Continuación
Año
VABM
2003
41.952
2004
46.977
2005
50.480
2006
54.975
2007
59.153
2008
61.482
2009
61.503
2010
67.547
Fuente: INDEC, Cuentas nacionales y Comercio Exterior
MPE
1947,29
3701,70
4879,14
5297,74
6049,04
5618,43
5509,26
6900,08
CUADRO 4.4
Coeficientes de Correlación: IBIF, VABM e Importación de productos electrónicos (MPE)
Series 1992-2010
Variables
IBIF y MPE
VABM y MPE
Coeficientes de
Correlación
0,8279
0,7693
GRÁFICO 11
IBIF y MPE 1992-2010
Millones de $ 93
120000,0
8.000,00
7.000,00
100000,0
6.000,00
5.000,00
60000,0
4.000,00
mpe
IBIF
80000,0
3.000,00
40000,0
2.000,00
20000,0
1.000,00
20
10
20
08
20
06
20
04
20
02
20
00
19
98
19
96
-
19
94
19
92
0,0
AÑOS
IBIF
MPE
Fuente: Elaboración propia sobre la base de INDEC, Comercio exterior.
38
GRÁFICO 12
VABM y MPE 1992-2010
Millones de $ 93
8000,00
70000
7000,00
60000
6000,00
50000
5000,00
40000
4000,00
30000
3000,00
20000
2000,00
10000
1000,00
2010
2009
2008
2007
2006
2005
2004
2003
2002
2001
2000
1999
1998
1997
1996
1995
1994
1993
0,00
1992
0
mpe
vabm
80000
Año
VABM
MPE
Fuente: Elaboración propia sobre la base de INDEC, Cuentas Nacionales y Comercio
exterior.
Es interesante realizar una comparación entre el coeficiente de importación de Argentina con el
de Brasil para el período 2000-2010
GRÁFICO 13
Argentina y Brasil: Participación de las importaciones en el PBI
2000-2009
16
14
Porcentajes
12
10
8
6
4
2
0
2000
Brasil
2001
2002
Argentina
2003
2004
2005
2006
2007
Año
2 per. media móvil (Argentina)
2008
2009
2010
2 per. media móvil (Brasil)
Fuente: Elaboración propia sobre la base de “Panorama del Comercio Exterior
Brasileño”, 2010, Página web e INDEC Cuentas nacionales.
39
GRÁFICO 14
Argentina y Brasil: Exportaciones en números índice
Año 2000 = 100 Período 2000-2010
400,0
350,0
ïndices
300,0
250,0
200,0
150,0
100,0
50,0
0,0
2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010
Año
Xs Argentinas
Xs Brasileñas
Fuente: Elaboración propia sobre la base de “Panorama del Comercio Exterior Brasileño”,
2010, Página web e INDEC, Comercio exterior. Los números índice corresponden a las Expo
en usd corrientes.
GRÁFICO 15
Argentina y Brasil: Participación de las exportaciones en el PBIpm
2000-2010
16
14
Porcentajes
12
10
8
6
4
2
0
2000
X/PBI Brasil
2001
2002
X/PBI Argent
2003
2004
2005
Año
2006
2 per. media móvil (X/PBI Brasil)
2007
2008
2009
2010
2 per. media móvil (X/PBI Argent)
Fuente: Elaboración propia sobre la base de ―Panorama del Comercio Exterior Brasileño‖,
2010, Página web e INDEC Cuentas nacionales. Nota: La relación entre exportaciones y
PBIpm de Argentina corresponde al cómputo de la Oferta y Demanda Globales a precios de
1993.
40
CUADRO 5:
Argentina y Brasil: Tasa de Variación del PBI pm
Año
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
Promedio
anual
PBI pm %
Brasil
0,8
4,2
1,9
1,0
-0,2
5,1
2,3
3,7
5,4
5,1
-0,2
7,5
3,05
PBI pm %
Arg.
-3,39
-0,79
-4,41
-10,89
8,84
9,03
9,20
8,45
8,65
6,76
0,85
9,16
3,45
GRÁFICO 16
Argentina y Brasil:TASA DE CRECIMIENTO ANUAL DEL PBIpm
1999-2010
15
10
porcentajes
5
0
1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010
-5
-10
-15
año
Brasil
Argentina
Es notorio que el aumento de las importaciones en relación al crecimiento de la renta y el
producto doméstico en Brasil resulta ser menos intenso que en Argentina. Este comportamiento
puede deberse a diversos motivos; sin embargo, las razones más destacables están vinculadas a
las tasas de crecimiento de una y otra economía, la significación del tipo de cambio en un caso
y otro y la importancia relativa de los distintos bienes importados (la composición de las
importaciones de uno y otro país).
La tasa media de crecimiento del PBI de Brasil en el período es algo menor que la de
Argentina (Ver Cuadro 5) en tanto que los tipos de cambio tuvieron un comportamiento
41
opuesto (la protección efectiva ha sido mayor en Argentina que en Brasil). Queda, entonces, la
cuestión de la composición de las importaciones como uno de los factores que pesan en cuanto
a la incidencia sobre el PBI. Aparentemente, la economía de Brasil resulta menos intensiva en
la adquisición de bienes extranjeros que la de Argentina, lo cual estaría revelando una
estructura de la producción doméstica proporcionalmente más ―completa‖ o integrada.
Es procedente enfatizar que el aumento de las exportaciones argentinas (que resultó menor que
el de Brasil, por ejemplo) no parece haber reflejado una mejora global de su competitividad
sino más bien la consecuencia de los factores vinculados a la mejora de precios y cantidades52.
IV. ELEMENTOS PARA LA SELECCIÓN DE UNA ESTRATEGIA DE
INDUSTRIALIZACIÓN Y DEDUCCIONES PRELIMINARES
1) El crecimiento, el desarrollo y la industrialización
1.1 Un sector de la literatura económica está planteando que, en la presente etapa de la
evolución de las economías capitalistas y de los intercambios internacionales, se pone de
manifiesto la posibilidad de un crecimiento y desarrollo económico sin que sea
imprescindible acceder a un proceso de industrialización como condición ―sine qua non‖ 53.
Sin embargo, otros autores afirman lo contrario, basándose en consideraciones coincidentes
–en algunos puntos esenciales – con el tratamiento del desarrollo y la necesidad de
promoverlo activamente, por ciertos enfoques teóricos formulados en al pasado. Se acepta,
entonces, que la superación del estado de menor desarrollo relativo en que se encuentra una
parte importante de países y regiones, cuya población representa una porción mayoritaria
del total mundial, exige:
lograr una diversificación de la producción de bienes y servicios,
conseguir una inserción más ventajosa en los intercambios con el resto del mundo, lo
cual supone competir en los mercados domésticos, regionales e internacionales con
un conjunto amplio de bienes y con servicios reales, transables, y
en condiciones de proporcionar empleo productivo a una elevada porción de su
población.
Tal diversificación de la producción –alcanzable merced al cambio estructural de las
economías en desarrollo – no tiene porqué excluir la producción manufacturera ya que ésta
permite la generación de excedente económico, en esencia semejante al generado por la
agricultura, lo cual posibilita y facilita la multiplicación de los servicios. Más aún, una
literatura económica significativa ha aportado, recientemente, elementos de juicio que
permiten identificar una serie de regularidades en los patrones de crecimiento y desarrollo,
entre las que la industrialización es la clave de la transformación estructural y el aumento
sostenido de la producción54 (D. Rodrik; J. Felipe, Wang)
52
―La aplicación del CMSA a la evolución de las exportaciones argentinas en este último período sugiere que
gran parte de su crecimiento resultaría explicado más por el gran dinamismo de la producción y el comercio
mundiales que por eventuales ganancias netas de competitividad de la producción nacional. En ese mismo sentido,
llama la atención la escasa magnitud absoluta del efecto participación de mercado, lo que estaría reflejando la
aparente falta de una respuesta de las exportaciones acorde con la devaluación registrada; esta observación lleva a
la necesidad de enfocar las preocupaciones sobre la competitividad de la producción argentina en torno a la
evolución de la productividad y a los atributos ―no precio‖ (variedad, calidad, diferenciación de productos)‖ (C.
Bianco, F. Porta, F. Vismara, Evolución reciente de la balanza comercial argentina)
53
Sin embargo, en dichos países, ese proceso ha estado estrechamente ligado a la maduración y la sofisticación
del entramado industrial, así como la generación de diversos efectos propulsores por parte del sector
manufacturero.
54
Ver Nota 5.C)
42
1.2 La continuación del proceso de industrialización debe enfrentar, hoy, nuevas
condiciones que resultan ser determinantes para alcanzar una competitividad que permita
establecer y luego sobrevivir, con eficiencia, a las ramas sectoriales inexistentes o
necesitadas de consolidar su permanencia en el tejido productivo local. Ellas son:
Liberalización comercial asociada a la globalización55 en curso
Cambio tecnológico acelerado
Reducción de las distancias económicas
Adaptación a las exigencias derivadas del cambio (nuevas formas de organización
industrial, adecuada incorporación de técnicas productivas, utilización de personal
idóneo, demanda de habilidades especiales)
Utilización modernizada de las economías de aglomeración y el estrechamiento de los
eslabonamientos entre las empresas de ramas productivas ligadas por la
complementariedad en el orden nacional.
La competencia asume características particulares pues se basa en una combinación
novedosa de tecnologías avanzadas, oferta y modalidades de distribución en redes 56.
Todo ello obliga a que las empresas de las economías en desarrollo que deben encarar el
avance en la industrialización utilicen nuevas tecnologías con las mejores prácticas
(tecnologías duras y blandas).
Dado que la accesibilidad a los mercados mundiales se corresponde frecuentemente con
empresas que desarrollan sistemas complejos, que aprovechan diferencias en costos, se
distinguen por el desarrollo de habilidades y encaran la optimización de tales sistemas, ello
se convierte, casi, en una suerte de requisito para la producción competitiva de los bienes
manufacturados.
Y tal requisito no se circunscribe a los bienes más complejos, usuarios de instrumentos y
equipos altamente valiosos y resultantes de procesos complejos; también, los bienes de
consumo e intermedios son generados con tales avances tecnológicos y modalidades
organizativas complejas.
Puede afirmarse, entonces, que la industria manufacturera se está convirtiendo en una
actividad que realiza un uso intensivo de la información y de las comunicaciones externas e
internas y que debe encarar una diversidad de tareas caracterizadas por su ―levedad‖, el
diseño, la investigación, la conformación de redes (S. Lall, 2004).
Las empresas líderes del mundo desarrollado constituyen un núcleo que son un exponente
típico de las entidades que se desempeñan con la competitividad que resulta ser un fruto del
55
The International Monetary Fund defines globalization as broader and deeper integration, ―...the growing
economic interdependence of countries worldwide through the increasing volume and variety of cross-border
transactions in goods and services and of international capital flows, and also through the more rapid and
widespread diffusion of technology‖ (IMF 1997:45). While there have been dramatic increases in international
economic integration during last 30 years, change has been particularly intense over the last decade. During this
period (roughly the mid 80s to the mid 90s) trade grew twice as fast as world output, foreign direct investment
three times as fast, and cross-border trade in shares ten times as fast (Economist 1997: 79).
56
―El capitalismo de hoy día conlleva la desagregación detallada de las etapas de la producción y el consumo a
través de las fronteras nacionales, con empresas con una estructura organizativa densamente ‗redificada‘
(networked)‖ (Gereffi, Korzeniewicz and Korzeniewicz, 1994:1, citado por J. S. Kobrin, 1999)
43
uso de tecnologías avanzadas y de punta y de organizaciones adaptadas a las exigencias
planteadas por ellas y por la globalización, es decir, capaces de disputar mercados mundiales.
También, debe tomarse en cuenta el poder adquirido por tales organizaciones (expresado en
su participación en el mercado) y su capacidad para defender sus cuotas de dominio
económico por diversos medios. Así, la preservación de sus derechos de propiedad
intelectual (marcas y patentes de tecnologías de productos y procesos) tiene lugar en virtud
de reclamos y exigencias a los niveles nacional e internacional, recurriendo para ello a su
influencia sobre el poder político para sostener su poder y capacidad para realizar
beneficios.
Sin embargo, puede afirmarse que existen posibilidades –derivadas del avance tecnológico
y el desarrollo de la competencia- para que empresas de menor rango y poder de mercado
puedan entrelazarse con las trasnacionales.
1.3 Si bien en un esquema de economía abierta, con intercambios libres, de acuerdo a la
especialización basada en las ventajas comparativas y el intercambio comercial del modelo
ricardiano, sería lógicamente posible lograr un grado de abastecimiento y de ventajas en el
bienestar iguales o mayores al que se pretende merced al cambio estructural, con una
diversificación de la producción. Sin embargo, la experiencia y el comportamiento de la
realidad demuestran que ese no ha sido el camino seguido para su desarrollo por las
economías actualmente avanzadas (Francia, Alemania, USA, Japón) y tampoco resulta ser,
hoy, el tipo de intercambio y división del trabajo vigentes en los países como los del Este
de Asia.
En cambio, es aceptable considerar que a comienzos del S. XXI, la industrialización, en
la presente etapa de desarrollo del sistema capitalista –en tanto sistema de alcance mundialadquiere características distintivas relevantes respecto a lo que acontecía a mediados del
S. XX. Pero, hay un elemento central común a ambos momentos: la necesidad de que unas
economías (las menos desarrolladas) transiten desde un estadio de desarrollo a otro
superior, para lo cual la industrialización es un proceso que posibilita y/o facilita
francamente dicho tránsito.
2) Algunos enfoques actuales acerca del crecimiento, el desarrollo y la industrialización
2.1 La visión teórica de raíz estructuralista: Para concretar lo anterior, de acuerdo a la
visión teórica de raíz estructuralista, mencionada antes y dada la experiencia recogida
mediante la aplicación de la visión neoliberal, se considera necesaria la concepción de una
política industrial y su aplicación a través de las instituciones sociales, con una
participación activa del Estado.
Se estima entonces que ―el argumento en pro de una política industrial selecta es sólido y
se debe mantener en los países en desarrollo que tratan de aumentar su nivel de vida‖.
Para que la política industrial sea efectiva, las autoridades deben identificar los fallos
potenciales del mercado (y de los gobiernos), ―los cuales proporcionan el espacio para
implementar la intervención en la capacitación y el bienestar‖ En el caso de países (como el
argentino) en los que ya se ha iniciado un proceso de industrialización, se ha alcanzado un
cierto grado de desarrollo y que poseen un mercado de cierta magnitud, la estrategia de
industrialización debe ser múltiple. ―Debe concebirse un desarrollo según etapas, de tal
modo que, en las iniciales, la sustitución de importaciones debe basarse en las ramas
intensivas en el uso de mano de obra. Luego, correspondería el abordaje de la producción
de bienes de capital, con la finalidad de independizar a la producción local de la
dependencia exterior. Sólo después de haberse creado una base industrial sólida para los
productos intermedios y pequeños, deberían hacerse esfuerzos para expandirse al mercado
44
internacional. En ningún momento, durante la fase de la producción nacional, deben dejarse
de lado las mejores prácticas (best practices), de tal modo que este período debe ser un
aprendizaje, a través de la práctica, para poder ganar competitividad con vistas a la
competencia internacional‖ (J. Dargin, 2010)
2.2 La estrategia basada en el enfoque de la capacidad tecnológica
Como la industria de los países en desarrollo, en sus diferentes ramas, no suele estar en la
frontera tecnológica, el desafío principal para avanzar en el desarrollo industrial en dichos
países consiste en incorporar y adaptar tecnologías existentes57.
El proceso de adaptación y creación tecnológica y la difusión de la capacidad de
asimilación tecnológica y la adecuación de los procesos productivos y organizativos, en
sentido amplio, en las empresas del mundo en desarrollo requiere la promoción estatal. Sin
embargo, esa promoción debe ser selectiva y expuesta a la neutralización, en algún
momento, por la competencia externa.
El éxito en el desarrollo industrial de los países en desarrollo se asocia principalmente a la
capacidad con que sus sociedades, a través de sus gobiernos, logran fomentar y orientar con
efectividad (por ejemplo teniendo en cuenta las externalidades y aspectos tácitos asociados
a las diferentes tecnologías vigentes) los procesos de incorporación y adaptación de
tecnologías58.
De ese modo, en forma gradual, dichas naciones se encontrarán en condiciones de tener un
rol activo en la generación de conocimiento e innovaciones a nivel global.
2.3 La estrategia con una participación importante de la IED
Ahora bien, debe hacerse otra consideración relevante respecto de la inversión extranjera
directa. La promoción de este tipo de inversión se basa en las ventajas que implica su
recepción: el suplemento de la inversión doméstica con el consiguiente aumento del
coeficiente de inversión, la posibilidad de acceder a técnicas productivas más avanzadas, el
impacto favorable sobre el conocimiento del personal incorporado a las empresas y sobre el
balance de pagos si es cuantiosa…Pero, si bien la inversión extranjera directa puede generar
el desarrollo de ‗capacidades iniciales‘ de producción de productos complejos (basadas
muchas veces en actividades ‗low-end‘, de escaso valor agregado), puede ser una trampa
hacia el futuro en lo que respecta a la profundización del proceso de desarrollo, ya que, por
diversos motivos, las firmas extranjeras suelen ser reacias a pasar de los nuevos procesos
productivos instaurados en el país anfitrión a la actividad innovadora dentro de este tipo de
economías puesto que implica la adopción de una decisión estratégica, por las habilidades y
vínculos técnicos asociados a tal tipo de transferencia (S. Lall, op. Cit).
A estos alertas se agregaría uno adicional: si se gestiona la admisión de inversión
extranjera directa orientada a la generación de nueva capacidad productiva, de manera de
restringirla en los casos que se considere oportuno, y se realizan esfuerzos por ejemplo para
57
Algunos plantean que en los grados de industrialización intermedia (cuando las economías han cumplimentado
una etapa inicial de este proceso) pueden hallarse casos de introducción de experiencias de tecnologías avanzadas
y hasta procesos productivos con el uso de tecnologías en la frontera del conocimiento aplicado. Sin embargo,
estimamos que tal hecho no deber ser sobrevalorado, particularmente en la etapa actual de la industrialización
argentina..
58
It argues that industrial success in developing countries depends essentially on how enterprises manage the
process of mastering, adapting and improving upon existing technologies. The process is difficult and prone to
widespread and diffuse market failures, which have important implications for policy. And it often requires inputs
from factor markets: physical inputs, new skills, technical information and testing or trouble-shooting services,
finance and new infrastructure. Capability development can face market failures in building initial capacity and
in subsequent deepening. Both need support, functional and selective (S. Lall, op. Cit. Page 11)
45
el desarrollo de las capacidades tecnológicas de las empresas locales, pero no se restringen o
desalientan de alguna manera las inversiones orientadas a la adquisición de empresas locales
de buen desempeño por parte de empresas de mayor envergadura, principalmente del
exterior, podrían verificarse problemas similares para la profundización del proceso de
desarrollo, por los mismos motivos que los vinculados a la admisión indiscriminada de
inversión extranjera directa (FDI).
Por ello, quienes plantean tales inconvenientes se inclinan a recomendar las formas
externalizadas de implantación de tecnologías (licencias, contratos de imitación, equipos,
etc.) en lugar de las internalizadas (las que ingresan bajo la forma de la propiedad
totalmente extranjera de la inversión directa).
2.4 La estrategia de la Reforma y las Restricciones limitantes más importantes59
Ante las dificultades derivadas de la aplicación en los PED de las reformas del Consenso de
Washington, se presentó una nueva aproximación al tema, denominado identificación de
las restricciones limitantes del crecimiento, buscando luego determinar cuáles de ellas son
las más importantes. Para hacerlo, se parte de un árbol de decisiones, ―básico pero
poderoso‖ para desembocar en la identificación de aquellas limitantes cuya remoción
rendirá los efectos mas importantes. Así, las reformas no perseguirán la eliminación de
todas las restricciones al crecimiento (lo cual es prácticamente imposible) sino las que más
significación tienen sobre el bienestar social.
El análisis de diagnóstico conduce a que ―en un país de bajo ingreso, la actividad
económica debe estar constreñida por lo menos, por uno de los siguientes dos factores: o
bien el costo financiero es demasiado alto, o bien, el retorno privado de la inversión es
demasiado bajo. Si el problema está en los retornos demasiado bajos, ello debe originarse
ya sea en retornos económicos (sociales) reducidos o en una gran brecha entre los retornos
privados y sociales (a lo que llamamos una baja apropiación de los rendimientos). El
primer escalón en el análisis de diagnóstico es establecer cuál de estas condiciones
caracteriza más ajustadamente a la economía en cuestión‖ (D. Hausman, D. Rodrik; A.
Velasco; ―Getting the diagnosis right‖, F&D, IMF, 2006).
La búsqueda de la ratificación empírica de la hipótesis condujo a estudiar los casos de
Brasil, El Salvador y República Dominicana. Resultando que Brasil constituye el ejemplo
de una restricción financiera (existencia de proyectos empresariales de inversión cuya
concreción quedaba trabada por los altos costos del financiamiento) y El Salvador, el de
una escasez de proyectos dada la baja retribución esperada de la inversión (siendo que no
existía racionamiento crediticio como problema característico).
Ante ello, dada la superación de los problemas que traban el crecimiento (por el
levantamiento de las restricciones limitantes), es dable esperar que éste se sostenga, al
menos, por un tiempo. La existencia (o aparición) de otros problemas requerirá la adopción
de nuevas reformas.
Cabe señalar que esta visión (¿reemplazante de la derivada del Consenso de Washington?)
plantea la posibilidad de la existencia de fallas de mercado, además de las asignables a la
inconveniente intervención gubernamental, la corrupción y la carencia de instituciones
59
El enfoque del desarrollo económico en que se basa esta estrategia ha sido denominado como ―El Diagnóstico
del Marco de Crecimiento‖ (The Growth Diagnostics Framework). Ver M. P. Todaro y S. C. Smith, 2009, Cap. 4;
Pearson, Addison-Wesley)
46
adecuadas. Tales fallas tienen que ver con la existencia de las externalidades más
importantes y que son de dos tipos: a) las de información; b) las de coordinación.
De acuerdo a tal diagnóstico cabe, entonces, una acción encaminada a superar esos
problemas, consistente en levantar las restricciones identificadas. Pero, el accionar previsto
consiste en la creación de las condiciones para que esto se concrete: es decir, la
introducción de las reformas pertinentes.
Esta visión de la problemática del desarrollo60, aún reconociendo que las fallas del
mercado tienen la entidad suficiente para impedir el crecimiento, sigue rechazando la
postura que avala las políticas de industrialización entendidas como cualquier tipo de
intervención selectiva dirigida hacia ciertos sectores de la producción con la finalidad de
alterar la estructura productiva, dado que se considera que las perspectivas de crecimiento
serían mayores que sin la intervención (J. Felipe, Page 75, 2010). La crítica dirigida a tal
tipo de políticas de industrialización y desarrollo por los partidarios de la visión que
considera al mercado como garante ineluctable de la optimización y el crecimiento,
sostiene que estas han desembocado en una desvirtuación del mecanismo de asignación
eficiente de recursos al sesgarse hacia el ―picking the winners‖, con lo cual los burócratas
estatales establecían qué actividades se debían promocionar, gastando en ello recursos
públicos. Esta crítica es compartida también por varios de quienes admiten las fallas del
mercado y son promotores de una conducta proactiva del gobierno. La diferencia radica en
la modalidad de la acción estatal para la promoción del crecimiento y la industrialización.
Desde mediados de la primera década de este siglo, se fue difundiendo en el seno del
pensamiento económico ortodoxo la propuesta de aceptar la elaboración de un nuevo tipo
de políticas industriales con un matiz gubernamental proactivo, en virtud de la importancia
atribuida a las externalidades asociadas a la información y la coordinación 61. Por ello, se
plantea que la política debe consistir en una vinculación estratégica entre los sectores
público y privado, procurando obtener de este último las informaciones sobre las
externalidades significativas y las restricciones limitativas del cambio estructural y las
oportunidades disponibles.
Como las restricciones limitativas pueden deberse a diversos factores (por ej. insuficiente
desarrollo del ―capital humano‖ o inestabilidad fiscal, monetaria y financiera o
insuficiencias de infraestructura) la política industrial puede ser tan abarcadora que
contemple a actividades distintas de la manufacturera.
Asimismo, se da por sentado que es posible que la ―intelligentzia‖ estatal no sepa qué es lo
que los empresarios no saben. Y que, por ende, las autoridades no tengan el conocimiento
necesario para ―escoger a los ganadores ―.
La superación de la incertidumbre que rodea a las decisiones empresariales en los PED –la
cual, según lo entienden, puede entorpecer las decisiones de inversión y detener el
crecimiento económico- y la superación de los escollos mencionados antes, requiere la
conformación de instituciones apropiadas para viabilizar la política industrial.
60
Prohijada por el FMI y el BM al cabo de la instauración de la macroeconomía neoclásica y el monetarismo
como posiciones dominantes. Recién en los últimos tiempos y sobre todo desde la crisis desatada en 2007/2008,
se acepta que deben revisarse las posturas asumidas respecto de la macroeconomía (Ver J. D. Villadeamigo, 8-62011)
61
D. Rodrik (2004, 2006) y varios otros autores.
47
GRÁFICO 17
Esta visión de la política industrial se ubica en el contexto de la globalización, lo cual
implica que no aparecen como viables ni convenientes (y por ende como innecesarias) la
protección propia del concepto de industria infante así como no se identifica a la
dependencia tecnológica como factor obstaculizador del crecimiento ni aparecen, como
factor primordial, las externalidades tecnológicas. El rol del gobierno queda, entonces,
acotado a ciertas acciones, las que deben ser compatibles con la liberalización comercial y
financiera, la exclusión de la producción directa de bienes y servicios por el Estado y de las
decisiones conformadas a partir de las conclusiones extraídas por la burocracia estatal per
se (aunque esta fuera técnica y científicamente ilustrada). La planificación del desarrollo no
aparece explícitamente aceptada ya que se considera anacrónica la experiencia de los años
anteriores a los ‘80.
2.5 Algunos enfoques heterodoxos del pensamiento económico y su importancia para
el crecimiento económico
El punto de partida de estas estrategias es la adopción de un enfoque económico que no
acepta la teoría del equilibrio walrasiano o neo-walrasiano y que critica los modelos de
crecimiento de raíz neoclásica. Asimismo, adhieren al replanteamiento de la teoría del
comercio internacional introduciendo elementos tales que los alejan de las deducciones de
políticas de carácter clásico y neoclásico.
Los modelos de crecimiento de Harrod, (1936; 1939) y luego el de Domar, de raíz
keynesiana, fueron pioneros. Plantearon la naturaleza inestable de la expansión de la
producción en el capitalismo (el sendero tipo filo de navaja del crecimiento), estableciendo
la vinculación de la relación capital-producto con la propensión al ahorro, dada la tasa de
48
aumento de la población, lo cual requería un cierto comportamiento de la tasa de inversión
para arrojar el ritmo correspondiente de expansión de la renta agregada.
Luego, aparecieron los enfoques del crecimiento de J. Robinson, Kahn, M. Kalecki y N.
Kaldor, los que analizan la evolución en el largo plazo de la economía de libre empresa.
En los análisis de J. Robinson, se aborda la conducta de la empresa en el capitalismo 62, sin
regulaciones, la cual, según su disponibilidad de financiamiento, determina la tasa de
acumulación del capital y las implicancias de la selección de técnicas realizadas. Por otro
lado, las familias gastan al ritmo que guían sus preferencias y quedan limitadas por su
capacidad adquisitiva63. Este modelo no carece de realismo y a partir de él se muestran
aspectos centrales del crecimiento económico conformando un resultado respecto al
sendero de expansión de una economía de ese tipo y estableciendo las condiciones del
estado estacionario.
El análisis de J. Robinson del crecimiento económico es el resultado de su preocupación
por elucidar las cuestiones de la economía capitalista en el largo plazo: el comportamiento
de los salarios reales y de la tasa de beneficios, el progreso de la acumulación de capital, el
auge y decadencia del monopolio y las reacciones a gran escala de las transformaciones de
la técnica sobre la estructura de clases de la sociedad64.
Una de las conclusiones de J. Robinson es que en la medida que se genera el progreso
técnico la cantidad de empleo asociada con un stock de capital dado va cayendo
continuamente, lo que produce un incremento progresivo del desempleo. Este tipo de
desempleo no es el señalado por Keynes (vinculado a la deficiencia de la demanda
efectiva) sino el planteado por Marx (J. E. King, 2009, Pág. 66). Entonces, si para producir
una unidad de producto adicional se requiere más capital y si la población crece a una tasa
más alta que la dotación de capital, habrá desempleo que se amplía. Es un desempleo
marxista.
Luego, este concepto aparecería más o menos modificado en el desempleo estructural
señalado por los estructuralistas latinoamericanos.
Se extrae así la importante conclusión que una dotación de capacidad productiva
inadecuada se traduce en desempleo, siendo esta una característica común de los PED con
alta población.
La otra contribución significativa es su crítica a la concepción harrodiana del crecimiento,
que destaca: i) la desconsideración de la importancia de la distribución de la renta y la
riqueza sobre la propensión a ahorrar; ii) la supresión de elementos esenciales para la
producción como el desempleo marxista, la incorporación del progreso técnico a los bienes
de capital, los hechos de la realidad como guerra o sequías; iii) ignorar las imperfecciones
del mercado de capitales; y iv) la ausencia de un tratamiento explícito del progreso técnico
y el avance científico en relación a la producción de bienes y servicios (J. Robinson, Essays
on Marxian Economics; Accumulation of Capital)65.
M. Kalecki representa un puente estratégico entre la visión keynesiana y la marxista. Sus
trabajos tienen una gran coherencia global y no solo se focalizó sobre los ciclos y las
fluctuaciones económicos. Estudió y escribió sobre temas relacionados con países
capitalistas subdesarrollados (que denominaba economías mixtas), países socialistas,
62
Corresponde a lo planteado por M. Kalecki: Las empresas acumulan en función de sus beneficios y obtienen
beneficios porque acumulan.
63
Ver Nota 8) en el Apéndice A.
64
Robinson, ―Essays on Marxian Economics‖, 1942, Pág. 95 (citado por J. E. King, 2009, pág. 66)
65
Los puntos señalados en su crítica fueron desarrollados por la autora en ―Accumulation of Capital‖.
49
planificación macroeconómica (Bénard et al., 1965) y la historia del pensamiento
económico.
Su análisis del ciclo económico y el examen de las decisiones de inversión en el capitalismo,
contienen elementos importantes para una comprensión del crecimiento y el rol ejercido por
la relación entre beneficio y decisión de inversión (son las decisiones de inversión las que
determinan los beneficios y no al revés 66). También, consideró la cuestión de las
innovaciones tecnológicas, señalando que su dinamismo puede neutralizar, en parte, el efecto
del ahorro de los capitalistas no reinyectado en el circuito productivo. Agregó que el Estado
puede, en última instancia, contrabalancear la fragilidad del dinamismo de las innovaciones.
Este elemento teórico es integrado, en un trabajo de 1954 y en otros posteriores, tratando el
progreso tecnológico con el concepto del grado de monopolio y el comercio exterior. (A.
Saludjian, 200867).
Su rechazo del principio de la determinación del salario por la productividad marginal lo
conduce a su reemplazo por el concepto del grado de monopolio, el que se convierte en un
factor importante de la macroeconomía kaleckiana. Dada la capacidad de la empresa
capitalista para incidir en la fijación del precio de mercado –el que deriva del grado de
monopolio- existe una porción variable de éste que es el ‗mark up’. Este consiste en un
margen fijado sobre el costo variable de producción (compuesto principalmente por el salario
nominal unitario) y que se relaciona de modo inverso con la elasticidad precio de la demanda
dirigida al bien producido. Entonces, la empresa fija sus precios sobre la base de sus costos
directos, aplicando un ‗mark up‘ y tomando en cuenta los precios de las otras entidades con
quienes comparte el mercado. El precio microeconómico o de la empresa conduce al
correspondiente al nivel macroeconómico, determinado sobre la base de un promedio de los
costos unitarios de las empresas, el mark up y el precio promedio de los concurrentes
(tomado en cuenta por cada empresa al fijar su propio precio).
Los modelos kaleckianos introdujeron también otro concepto importante, el de que el
capitalista gana lo que gasta y el asalariado gasta la totalidad de su ingreso. Estos conceptos
serían, luego, de uso generalizado entre los autores de la escuela inglesa que no compartían la
visión de la microeconomía neoclásica.
El sistema analítico de Kalecki proporcionaba conclusiones muy significativas respecto a la
conducta de la economía ante las situaciones de auge y recesión, lo cual fue traspasado a los
modelos de J. Robinson y a diversos trabajos que integraron la vertiente de Cambridge y hoy
se inscriben en el pensamiento Post Keynesiano.
N. Kaldor concibió dos modelos de crecimiento, Mark I y Mark II. Con el primero, trata
de explicar el comportamiento de las economías observado empíricamente. Y con el
segundo, reformulaba la función de progreso técnico como una relación entre la tasa de
crecimiento de la productividad del trabajo y la tasa de crecimiento de la inversión per capita,
definiendo el equilibrio como un estado en el que estas dos tasas son iguales. De ello extrajo
la conclusión que los gobiernos debían estimular el dinamismo tecnológico gastando más en
educación e investigación científica y fomentando una gestión empresarial más receptiva al
progreso tecnológico (Thirwall, 1987, pp. 228-257).
Finalmente, plantea ―las leyes de crecimiento endógeno y el principio de causación circular
acumulativa que niegan los procesos naturales de convergencia entre países ricos y pobres, es
decir predicen la formación de centros y periferias que se auto reproducen. Las leyes son tres:
66
Podría establecerse la hipótesis que si los capitalistas quieren ganar más, pero dejan de invertir, en rigor,
terminan viendo caer sus rendimientos y en consecuencia, pueden enviar parte de los beneficios al exterior.
67
―De los ciclos económicos a la volatilidad macroeconómica: el aporte de M. Kalecki‖; Ensaios FEE, Porto
Alegre, v. 29, n. 1, p. 133-156, jun. 2008
50
la primera es la alta correlación entre el crecimiento del producto industrial y el crecimiento
del PBI. La segunda es la estrecha relación entre el crecimiento de la productividad y el
crecimiento del producto manufacturero. La tercera es la relación positiva entre el
crecimiento de la productividad de toda la economía y el crecimiento de la actividad
industrial y la negativa con el aumento del empleo en las actividades no manufactureras de la
economía‖. Agregó también que la demanda, especialmente la de exportaciones, podía ser
una notoria fuerza impulsora del crecimiento.
La elaboración de la teoría del crecimiento económico prosiguió desde estas bases
constituyendo dos o tres vertientes principales. Así, se plantearon los modelos de Pasinetti,
Garegnani y varios otros economistas contemporáneos (conocidos también como neoricardianos), los que desembocaron en la concepción tipo caos como R. Goodwin y los que le
otorgan una particular importancia al rol de la demanda (modelos de crecimiento liderados
por la demanda).
Puede afirmarse sucintamente que estos autores destacan la importancia de la inversión y el
progreso técnico como elementos determinantes del crecimiento económico, así como el
efecto de la demanda sobre la inversión, destacando la inestabilidad de dicho crecimiento al
depender la inversión, en buena medida, de las expectativas empresariales (el animal spirits
de Keynes). De este modo, el carácter volátil de la inversión que debe asociarse a las
expectativas afectadas por la incertidumbre radical, provocan que el crecimiento económico a
largo plazo no tiene porqué ser sostenido. Además, siguiendo a Kalecki, los postkeynesianos
indican la existencia de ciclos económicos (business cycles), de manera que consideran que
debe realizarse un análisis diferenciado de los determinantes del crecimiento a corto y largo
plazo.
Las aportaciones de estos enfoques son muy útiles al mejor entendimiento de la problemática
de los PED desalojando la idea de un presunto comportamiento automático de la economía
en dirección al crecimiento económico.
Es por ello interesante comparar las conclusiones principales de los modelos de crecimiento
postkeynesianos con los aportados por las corrientes que partiendo de los enfoques
neoclásicos han arribado a los modelos denominados de crecimiento endógeno. Varios de
ellos concluyeron que la contribución importante al crecimiento de largo plazo está dada por
aquellos componentes que inciden significativamente en la PTF mientras que la inversión
incide sobre los niveles del ingreso de largo plazo. Entonces, los componentes importantes
son la ―acumulación de capital humano y el aprendizaje tecnológico que permitan converger
a la frontera tecnológica internacional‖ y no la inversión.
―Gutierrez y Solimano (2007) plantean que el proceso de crecimiento para los países en
desarrollo está en realidad caracterizado por marcadas fluctuaciones en cada década, que
llevan a una sucesión de booms, estancamientos y colapsos. Los booms de crecimiento son
usualmente generados por términos del intercambio favorables, el descubrimiento de
recursos naturales o la adopción de políticas económicas pro-crecimiento. En este contexto,
la inversión es clave para sostener y consolidar el crecimiento más allá de una fase de boom,
a través de la creación de capacidades productivas y la probable generación de externalidades
tecnológicas e incorporación de nuevas tecnologías. En esta misma línea, Hausmann,
Pritchett y Rodrik (2004) encuentran que los episodios de aceleración en el crecimiento están
acompañados por aumentos en la inversión y el comercio, y por depreciaciones reales, y que
estas aceleraciones no parecen estar lideradas por aceleraciones en la PTF‖ (G. Sanchez, I.
Butler, BID, 2007).
Las importantes contribuciones a la teoría del crecimiento económico derivadas de los
enfoque postkeynesianos tienen una particular trascendencia en el momento de escoger entre
51
las visiones teóricas más aptas para estructurar políticas de crecimiento y desarrollo para los
PED.
2.6 La experiencia de los Tigres Asiáticos: una estrategia de industrialización eficaz
Tal como se señalara más arriba, el éxito de las economías del Asia (Hong Kong-China, la
República de Corea, Singapur, Taipéi-China, Malasia, Tailandia; y más recientemente, la
República Popular China y Viet Nam) estriba en que han experimentado un cambio
estructural, diferenciándose nítidamente de su condición anterior a las estrategias de
desarrollo que adoptaron. El rápido crecimiento económico que sustentaron está íntimamente
ligado a dicho cambio estructural. Existe una opinión no poco difundida respecto a que esta
modificación tiene como factor clave el desarrollo de un sector industrial moderno ya que
constituyó el medio utilizado para propagar la transformación económica de esos países.
La labor gubernamental en relación a la industrialización tuvo diferencias entre los países
citados; sin embargo, salvo uno o dos casos, no hubo un ―laissez faire‖ luego de crear
algunas condiciones macroeconómicas adecuadas al crecimiento económico. La promoción
de actividades, la programación económica y el seguimiento activo de la marcha del proceso
de industrialización fueron elementos más o menos marcados en cada caso, pero existentes,
al fin68.
Esta experiencia, específicamente, en su etapa exitosa, contrasta con la propuesta neoliberal:
―la mejor política industrial es la inexistencia de política industrial‖
Sin embargo, cabe tener en cuenta las diferencias existentes no sólo con dicho enfoque
neoliberal sino también con la que surge, hoy día, de la revisión de las posiciones de los
propios organismos internacionales, sobre todo a partir de la crisis de 2007-2008.
3) Consideraciones acerca de la industrialización argentina a comienzos del siglo XXI
Tomando en cuenta:
a) las dificultades del modelo ISI hacia mediados de los ‘70, los análisis realizados y las
propuestas en discusión acerca de la superación de los problemas y la ulterior
prosecución del proceso de industrialización,
b) las políticas adoptadas desde la segunda mitad de los ‘70, sus fundamentos teóricos y
los resultados obtenidos en términos de industrialización y desarrollo;
c) la realidad presente, los enfoques existentes respecto al desarrollo económico, las
experiencias exitosas de varias economías en desarrollo en el abordaje del cambio
estructural y el avance en la industrialización,
Se pueden señalar los siguientes puntos importantes relativos a la estrategia de
industrialización en Argentina:
1. El grado de desarrollo de la industria doméstica indica la existencia de algunos
subsectores y ramas de actividad que ostentan una competividad apta para conservar el
mercado interno y acceder a los del exterior, pero otras no pueden prolongar su
reactivación y sostener su crecimiento cuando la protección efectiva desciende o aún
con el presente grado de protección. Es preciso indicar, además, que están ausentes
68
Varios economistas no inscritos en la corriente principal han argumentado que la
liberalización económica, la cual significó el abandono de la guía estatal de la inversión
privada en países como Korea, ha conducido a la sobre inversión y la errada asignación de los
recursos en estas economías (K. Erkurt, ).
52
2.
3.
4.
5.
6.
ramas de producción necesarias para alcanzar un mínimo de integración sectorial que
viabilice al aumento del VABM per capita, el incremento de la productividad media del
trabajo en el sector y el de las exportaciones manufactureras.
La continuación del proceso de industrialización en Argentina requiere conseguir la
producción doméstica de una gama de bienes manufactureros complejos, bajo
condiciones de eficiencia, que permita alcanzar una capacidad productiva y niveles
medios de productividad del trabajo del sector industrial para competir en el contexto
de la globalización. La importación de bienes de capital e intermedios, imprescindibles
para sostener la producción no sólo del sector manufacturero sino también de otras
diversas actividades de la economía, impone una dependencia de la oferta y del
aprovisionamiento tecnológico externo, con eventuales efectos inconvenientes sobre el
ritmo de crecimiento económico derivados de relaciones poco favorables con el
exterior, costos de producción desaventajados respecto a los de competidores, etc. Este
tipo de dependencia implica (o puede implicar) una capacidad competitiva menor que
la requerida para la producción de una diversidad de productos industriales – aún
distintos a dicha gama de bienes complejos- y para avanzar eficientemente en el
abastecimiento del mercado doméstico y lograr el ingreso en los internacionales.
La producción de bienes de capital y varios intermedios de carácter complejo debe
continuar a fin de alcanzar un grado de integración intrasectorial que contenga ―más
fuertes complementariedades e interdependencias de la producción de las empresas (en
el sentido de que el producto de una es el insumo de otra)― Esto es un requisito para
colocar a la industria doméstica en condiciones de competitividad aptas para sostener la
producción en un contexto globalizado.
La consecución de ese tejido industrial adecuado –determinable de acuerdo al
análisis técnico-económico de la economía argentina y en función de ciertos objetivos
nacionales de carácter macroeconómico – para acrecentar el VABM per capita y aún
para concretar una orientación exportadora viable, no debería basarse,
excluyentemente, en aquellos bienes en los que la economía argentina muestra ventajas
atribuibles a la posesión de recursos naturales y mano de obra en condiciones
ventajosas.
El objetivo señalado antes, plantea la necesidad de concretar una acumulación de
capital que exige un ritmo y una composición de la inversión distintos a los actuales. Si
bien en los últimos años se ha experimentado una reactivación continuada de la
inversión bruta interna, es preciso acrecentarla, especialmente, en los componentes más
estrechamente asociados al crecimiento de la capacidad productiva de la industria y de
otros rubros estratégicos (en particular algunas infraestructuras económicas). Esta
condición debe completarse con la consideración de la cuestión del empleo del trabajo
y la superación de las diferencias existentes en materia de rendimiento y retribución a la
mano de obra.
Si bien la actual condición excedentaria de la balanza comercial, basada en la
modificación de los precios internacionales de los bienes primarios, con un mayor o
menor grado de elaboración, significa un más amplio grado de libertad para proseguir
el crecimiento económico, no implica „per se‟ la posibilidad de una transformación
estructural de carácter espontáneo de la economía argentina. Las tendencias mostradas
por la relación expo-impo cuando se relacionan con el crecimiento del PBI, del VABM
y la IBIF señalan que si la diferencial positiva de comercio se viera afectada hacia la
baja, entonces, se podrían reproducir las dificultades con el abastecimiento regular de
bienes importados. Además, es preciso considerar el comportamiento negativo del
saldo del rubro Rentas de la cuenta corriente del balance de pagos cuya permanencia
está asociada al tipo de vinculaciones existentes entre la economía doméstica y el resto
53
del mundo, asociada a una conformación estructural de la producción y la propiedad del
capital (por ej. la propiedad extranjera de importantes y relativamente numerosas
unidades de producción residentes)
7. El aumento de la exportación de bienes MOI está asociado, en buena medida, al
desarrollo del mercado regional mientras que el de las MOA aún coincidiendo con
ello en varios artículos, tiene un alcance internacional más expandido. Se plantea,
entonces, la necesidad de profundizar la industrialización argentina mediante una
estructuración comercial con el MERCOSUR que contemple una coordinación
macroeconómica entre las economías de la Región.
8. La estrategia de industrialización deberá basarse en la cuestión de la sustitución de
bienes complejos seleccionados, la internalización de la capacidad tecnológica, el
fomento de la competitividad mediante la intervención de instituciones públicas
idóneas, la inclusión de la promoción industrial focalizada dentro de un programa
flexible de industrialización.
9. La adopción de políticas macroeconómicas compatibles con la industrialización. Esto
supone la consideración de las cuestiones de la demanda agregada, para lo cual es
preciso considerar el tema de la distribución de la renta y el nivel de las compras de
activos externos que operan a modo de filtraciones significativas de la renta
doméstica. Asimismo, es preciso incorporar en forma explícita programas de
desarrollo sectorial para que tenga lugar una orientación ad-hoc de las acciones con
incidencia central en el proceso de crecimiento. Esto ha sido reconocido por algunos
autores como una estrategia de crecimiento conducida por el estado (―government led
strategy‖)
10. En principio, los criterios para escoger las ramas industriales integrantes de la
estrategia industrializadota deben contemplar: i)las que actualmente ingresan a
mercados externos y son exitosas en mantenerse en competencia con la producción de
otras áreas del mundo; ii) las que muestran potencialidades de expansión mediante la
introducción de tecnologías aptas, reorganización ad-hoc y requieren mecanismos de
promoción bien identificados; iii) las productoras de bienes de capital; iv) las
actividades productivas inexistentes, pero necesarias y viables69.
4. Deducciones preliminares (a considerar en la 2ª. Parte)
4.1 El rol del gobierno ante las nuevas condiciones que rigen la industrialización
La conjunción de la globalización y la necesidad de incorporar las nuevas tecnologías
inducen al cambio en las estructuras institucionales y en las políticas necesarias para el
logro de la competitividad en la producción manufacturera. Se requieren nuevas
especializaciones por parte de conjuntos de individuos conocedores de diversos temas y
prácticas. Las instituciones de promoción y regulación demandan nuevas acciones –
adaptadas al contexto de la globalización y el cambio tecnológico y de las
organizaciones para la producción- que deben enmarcarse en cursos de acción que se
basen en el conocimiento del modo de acrecentar la productividad en las economías en
desarrollo.
El rol del gobierno, entonces, debe concretarse a partir de una visión abarcadora de la
industrialización, concibiendo programas de acción flexibles, recurriendo a
69
El Gobierno ha publicado la siguiente lista de sectores productivos elegidos por el Plan Industrial: Alimentos;
Calzado, Textiles y Confecciones; Madera, Papel y Muebles; Material de Construcción; Bienes de Capital;
Maquinaria Agrícola; Autos y Autopartes; Medicamentos; Software, y Productos Químicos y Petroquímicos.
54
instituciones idóneas promotoras de la competitividad y entrelazando ese accionar con
el sector privado70.
4.2 La capacidad tecnológica, la competitividad productiva y la focalización de la política
de promoción industrial
4.2.1 La producción de bienes de capital y varios intermedios de carácter complejo debe
continuar a fin de alcanzar un grado de integración intrasectorial que contenga ―más fuertes
complementariedades e interdependencias de la producción de las empresas (el producto de
una es el insumo de otra)― Esto es un requisito para colocar a la industria doméstica en
condiciones de competitividad aptas para sostener la producción en un contexto
globalizado.
4.2.2 Tal avance debe estar sujeto a una selección de ramas de actividad que tomen en
cuenta cuidadosamente las escalas de producción adecuadas, la introducción de las
tecnologías apropiadas –lo cual entraña una labor de selección y adaptación a las
conveniencias y exigencias del contexto argentino – la complementariedad con otras ramas
y la fijación de horizontes determinados respecto al tiempo de concreción de la
competitividad en la producción.
4.2.3 La acentuación de la orientación exportadora de las ramas industriales existentes
debe suponer la adecuación de sus procesos productivos, la organización empresaria, y la
preparación para el cambio de modo de lograr una transferencia de tecnología moderna que
se concrete en forma más homogénea.
4.2.4 El proceso de integración productiva, la transferencia de tecnología moderna, el
avance hacia una mayor homogeneidad en la producción, requiere acumulación de capital.
Por ello, la tasa de inversión debe aumentar y también modificarse su composición. El
aumento de la capacidad de producción argentina es una condición central para lograr un
crecimiento sostenido y avanzar hacia el desarrollo. Debe remarcarse que dicho incremento
corresponde a las infraestructuras económicas y sociales y también a la dotación de capital
al nivel de las empresas.
4.2.5 La adopción de políticas comerciales cuyo objetivo sea fortalecer el intercambio con
el mercado regional, especialmente, en el caso de las ramas manufactureras en desarrollo.
Acentuación de la importancia de la complementariedad productiva regional.
4.2.6 Mejoramiento de la educación y la salud.
4.2.7 La superación de ‗estrangulamientos‘ de oferta en diversos rubros de infraestructura
económica
70
La experiencia Coreana y la actual de la China Popular son un ejemplo a tomar en cuenta.
55
APÉNDICE
Nota 1)
CUADRO A-1.1: Producto interno bruto por habitante en dólares constantes de 1990
(Geary-Khamis)
Período
1965
1966
1967
1968
1969
1965-69*
1970
1971
1972
1973
1974
1970-74*
2003
2004
2003-04*
Argentina
PBI pc
u$s '90 G-K
6744
6689
6770
6962
7447
6922
7730
7891
7920
8077
8371
7998
7959,5
8583,1
8271,3
USA
PBI pc
u$s '90 G-K
13419
14134
14330
14683
15179
14349
15030
15304
15994
16689
16491
15901,6
29687
30701
30194
Francia
PBI pc
u$s '90 G-K
9361,7
9755,7
10128
10497
11135
10175,48
11668
12118
12547
13123
13420
12575,2
21295
21703
21499
Reino
Unido
PBI pc
u$s '90 G-K
9751,5
9885,3
10049
10410
10552
10129,56
10767
10941
11294
12025
11859
11377,2
20793
21339
21066
Brasil
PBI pc
u$s '90 G-K
2530,3
2613,3
2642,1
2796,9
2955,6
2707,64
3153,1
3389
3663,4
4023
4235,3
3692,76
5559,1
5780,3
5669,7
Fuente: O. J. Ferreres, Dos Siglos de Economía Argentina, Cuadros 1.3.1, 1.3.2
y 1.3.3. *Corresponde al promedio del período.
CUADRO A-1.2: PBI por habitante en números índice Base: PBI pc USA = 100
Período
Argentina
PBI pc
1965-69
1970-74
2003-04
48,24
50,30
27,39
Reino
USA
Francia
Unido
PBI pc
PBI pc
PBI pc
ÍNDICES PBI pc de USA =100
100
70,91
70,59
100
79,08
71,55
100
71,20
69,77
Brasil
PBI pc
18,87
23,22
18,78
Fuente: Elaborado sobre la base del cuadro A-1.1
CUADRO A-1.3: Población. En miles de habitantes y números índice
Argentina
Período
1968
1972
2004
1968
1972
2004
23261
24770
37431
11,6
11,8
13,0
Reino
Francia
Unido
Brasil
En milles
200706
49915
55214
87569
209896
51701
56079
97419
288006
60508
60899
184204
EN NÚMEROS ÍNDICE BASE: USA = 100
100,0
24,9
27,5
43,6
100,0
24,6
26,7
46,4
100,0
21,0
21,1
64,0
USA
Fuente: O. J. Ferreres, Op. Cit.; Pág. 43-44; 46-47 y 50-51
La distribución del ingreso, a su vez, se modificó en el sentido de una concentración acentuada.
Esto puede visualizarse en el cuadro siguiente:
56
Cuadro A-1.4: Región Metropolitana de Buenos Aires
Distribución del ingreso
QUINTIL
1
2
3
4
5
TOTAL
1970
% del Ingreso
INDEC- EPH
5,9
13,8
15,7
22,4
42,2
100
1997
1997
% del Ingreso % del Ingreso
EPH ajustada
FIEL
3,2
3,1
7,2
6,5
11,8
10,4
19,6
16,6
58,2
63,4
100,0
100
Si bien la distribución de los ‘70 era más equitativa que la existente en ALC, su modificación fue
regresiva, con lo cual la incidencia en el tamaño de mercado fue negativa. Efectivamente, entre
1974 y 1997 el 60% de la población de la RMBA vio disminuir su ingreso en 12 puntos
porcentuales respecto al ingreso per capita promedio, en tanto que, como contrapartida, el 40%
restante experimento un incremento (de 29 puntos porcentuales para el cuarto quintil y 178
puntos, el quinto)
Cuadro A-1.5: Región Metropolitana de Buenos Aires
Distribución del ingreso
Quintil
1,2 y3
4
5
Promedio
1974
1997
Ingreso Familiar per capita
58,3
45,9
81,0
110,4
112,6
290,9
100
100,0
Luego, la grave crisis del 2001-2002 y la recesión desde 1998, agravaron sustancialmente el
cuadro de la distribución del ingreso en Argentina. Con lo cual, el tema del tamaño de mercado
mantiene una significación todavía importante.
Nota 1 Bis)
La discusión teórica acerca de la naturaleza de las dificultades de crecimiento e intercambio de
las economías latinoamericanas, las más grandes en particular, tuvo (y tiene) varias
aproximaciones. Una es la estructuralista (hoy devenida neo-estructuralista ¿o reemplazada por
esta orientación teórica?); otra, es la de raíz ortodoxa de diverso cuño (la monetarista, la
keynesiana de la SNC, la basada en los enfoques clásicos y neoclásicos del comercio
internacional. En la actualidad la MNC y la MNK); y por fin las que pueden incluirse en los
enfoques de base marxista o las que rechazando la teoría neoclásica, elaboraron una visión
diversa, tanto en la interpretación de los hechos como en la deducción de políticas económicas.
Algunas de estas fueron incorporadas con adaptaciones al enfoque estructuralista.
Una interpretación de la realidad de la economía brasileña que se puede incluir en este último
grupo es la efectuada por J. Cartier-Bresson y J. Kopp (1989)71 . De acuerdo a éstos, la
naturaleza de las limitaciones del crecimiento económico brasileño -y por ende de la
industrialización- como la tendencia al estancamiento del PBI per cápita, la inestabilidad
71
―Croissance, exclusion sociale et instabilité de la politique économique au Brésil‖. In: Tiers-Monde. 1989, tome
30 n° 117. pp. 147-159.
57
macroeconómica, la incapacidad de superar la pobreza e indigencia de porciones significativas
de su población, radica en el carácter excluyente del modelo económico-social. Así definen el
carácter excluyente del siguiente modo:
―La croissance est dite « excluant » car elle s‘appuie sur une partition — en deux — , selon le
revenu, de la population. En tant que main-d‘œuvre, la population travaillant dans les secteurs
formel ou informel de l‘économie participe à la dynamique d‘ensemble. En tant que
consommateurs la majorité n‘a qu‘un accès limité aux biens de consommation traditionnels et
quasi nul aux biens d‘équipement des ménages. Ce modèle « excluant » recouvre, selon nous,
plusieurs phases : la substitution des importations (1955-1962), l‘austérité (1962-1967), la «
troisième demande » (1968-1973), le Deuxième Plan national de Développement (1973-1979), la
récession (1981-1983)‖.
Entonces, deducen que: ―le maintien des formes de l‘intervention de l‘Etat organisant la
croissance autour du modèle excluant est incompatible avec l‘extension des systèmes de
légitimation fondés sur la démocratie. Cette contradiction, renforcée par le poids de la contrainte
externe, explique l‘instabilité des politiques économiques. Nous proposons donc d‘examiner
l‘idée selon laquelle la stabilisation d‘un régime politique démocratique exigerait une
modification profonde des formes d‘intervention de l‘Etat, en particulier dans deux domaines:
La reproduction de la force de travail. Les dépenses publiques, au Brésil, en matière de
logement sociaux, crèches, transports urbains, loisirs, aide sociale sont très limités. Une plus
grande prise en charge de ces dépenses par l‘Etat (socialisation de la reproduction de la force de
travail) diminuerait le caractère excluant du modèle de croissance. La segmentation importante
de la consommation exclut des couches entières de la population de l‘accès à certains biens2.
Cette inégalité très marquée des types de consommation constitue un réel obstacle à l‘extension
d‘une légitimité fondée sur la démocratie parlementaire.
L’arbitrage entre les différentes fractions du capital. Les fractions du capital, jusqu‘alors
marginalisées, aspirent à profiter de la nouvelle structure de pouvoir pour redéfinir l‘orientation
des aides publiques. Le parlement permet précisément aux différents groupes économiques de
renégocier leurs rapports avec l‘Etat. Les discussions parlementaires en cours manifestent
clairement cette volonté de voir « les cartes battues et redistribuées ».
Nota 2)
A) ―Para sintetizar: el crecimiento industrial argentino, ha seguido el esquema indicado por
nuestro análisis general de ISI; períodos comparativamente cortos de rápido desarrollo para
cada industria ―domesticada‖, con la fase de rápido crecimiento de las industrias vegetativas.
Comenzando usualmente con un incremento considerable en el precio sobre sus equivalentes
de importación, las industrias dinámicas más intensivas en capital no han podido, debido a la
brevedad de su fase de rápido crecimiento, reducir sustancialmente este margen de precios.
Las industrias vegetativas más intensivas en trabajo, por otra parte, comienzan usualmente
con un margen menor de precios sobre las importaciones y tienen además una fase más larga
de desarrollo dentro de la cual reducir este margen. Han tendido por lo tanto a alcanzar una
posición de costo-precio más favorable para entrar en la exportación industrial que las
industrias dinámicas. Esta ventaja de costos comparativos de las industrias vegetativas,
además, ha sido relativamente invariable respecto a las sucesivas devaluaciones del peso
argentino de los años recientes, presumiblemente porque el mayor impacto de la devaluación
sobre los costos de las industrias dinámicas, más intensivas en importación, equilibra el efecto
favorable de su progreso técnico relativamente mayor. Como el tamaño del mercado industrial
argentino se halla segundo y cercano a Brasil entre los países latinoamericanos, es razonable
58
suponer que su estructura de crecimiento industrial y estructura de costos comparativos es al
menos aproximadamente representativa de otros países latinoamericanos de ISI” (D. Félix, op
cit, pág. 181/2)
B) Se puede obtener cierta idea tosca de la evolución relativa de las distintas ramas de la
industria comparando sus tasas anuales de crecimiento con la de la economía en conjunto, y
con la elasticidad ingreso aparente de la demanda de diferentes tipos de productos
manufacturados (aparente en el sentido de que la estimación es burda, ya que no toma en
cuenta los precios relativos y la distribución del ingreso) … La comparación de la aparente
elasticidad ingreso de la demanda interna (incluyendo tanto demanda intermedia como final)
para los productos de cada una de las ramas de la industria, con sus elasticidades de
―crecimiento de producción‖, proporciona un índice de cuán exitosamente avanzó la
sustitución de importaciones en cada sector en los diferentes períodos.
C) La exportación industrial a mercados regionales tuvo un ―defecto básico‖ en su concepción
que en el caso de la ALALC ―ha sido que una precondición necesaria para integrar a los
países con espectros similares de industrias en un mercado regional es un balance de pagos
razonablemente fuerte para todos o la mayoría de sus miembros. Es probable que los
esquemas de integración entre los miembros con estructuras industriales competitivas y
severas dificultades en el balance de pagos, no resulten ni en una integración exitosa ni en un
alivio significativo de los problemas del balance de pagos. Si se desea la integración por
razones más sustantivas, por ejemplo su contribución a la eficiencia económica o para otorgar
a América latina una mayor distancia de su potente vecino del norte, el camino hacia ella
tendrá probablemente que emprender un rodeo en el cual los países miembros refuercen
primero en forma bastante independiente su balance de pagos. Si la exportación industrial
debe contribuir significativamente a este esfuerzo, son los mercados mundiales más que los
regionales los que deben contemplar principalmente los países de ISI y es a la racionalización
y resurgimiento de algunas de las industria vegetativas confortablemente descuidadas a las
que deben volverse principalmente‖. El autor, en el párrafo siguiente declara que: ―Esta
conclusión se ha alcanzado principalmente, sin embargo de una perspectiva de costos
comparativos‖.
Nota 3)
Según ―las premisas teóricas del enfoque neoliberal los mercados son ―eficientes‖; las
instituciones requeridas para que el mercado funcione, existen y son efectivas; y si hay
desviaciones del óptimo, ello no puede ser remediado eficientemente por los gobiernos. Dichas
premisas son una mezcla de supuestos teóricos, empíricos y políticos. Su núcleo teórico se
apoya, entre otros aspectos, en una visión restrictiva de las bases tecnológicas de la
competitividad. El núcleo empírico se apoya en una interpretación particular de la experiencia de
la mayor parte de las economías industriales exitosas, los Tigres del Asia oriental. El elemento
político –los gobiernos son necesaria y universalmente menos eficientes que los mercados- tiene
menos que ver con la economía que con la ideología‖.
―El enfoque estructuralista pone menos fe en los mercados libres como conductores de la
competitividad dinámica y más en la habilidad de los gobiernos para concretar efectivamente la
intervención. Cuestiona los fundamentos teóricos y empíricos del argumento que sostiene que las
fuerzas del mercado sin trabas explica bien el éxito industrial de los Tigres del Asia oriental (o
de la industrialización temprana de los países actualmente ricos) Aceptando los errores de la
estrategia de industrialización del pasado, y la necesidad de una mayor apertura, argumentan que
la mayor confianza en los mercados no niega a priori un papel pro-activo del gobierno. Los
mercados son fuerzas poderosas, pero no son perfectos; las instituciones requeridas para hacerlos
funcionar eficientemente son, con frecuencia, débiles o están ausentes. Las intervenciones del
gobierno son requeridas para mejorar los resultados del mercado.
59
Por otro lado, los estructuralistas consideran que existe un rol vital para la política en el éxito
industrial. Los fracasos del pasado no constituyen una razón para que los gobiernos no sean proactivos sino para mejorar sus capacidades. Destacan que, en muchas regiones pobres, las
políticas neoliberales implementadas recientemente no dieron lugar al crecimiento industrial ni al
éxito exportador que caracteriza a las economías más intervencionistas. Para ellos, la proyección
de las actuales tendencias sugiere que persistiendo en la liberalización pasiva en el contexto de la
globalización, exacerbarán antes que revertirán las divergencias‖.
Nota 4)
―In analyzing industrial policy, it is essential to differentiate between policies that initiate
industrialization and those that continue the process after the country has reached a higher level
of growth. The former is applicable to the least developed countries, especially those in subSaharan Africa, and the latter is of interest to semi-industrialized countries with a basic level of
industrialization, but relatively stagnant growth. While the experiences of the East Asian Tigers
are touted as models for other developing states to follow, the increased power of the WTO has
effectively constricted much of the policy space for other developing countries to follow their
lead‖.
“The East Asian strategy may well be irreproducible for other developing nations, because critical
state interventionist policies may not be WTO compliant and Western nations have become
increasingly adamant about protection of their domestic industry during the global recession. The
US and other Western trading partners overlooked many of the state interventionist policies of the
East Asian countries during the anti-communist struggle. However, the end of the Cold War
significantly lessened the US’ acceptance of policies that disrupt its free trade ideology.
Nonetheless, the case for selective industrial policy is strong, and must be pursued if developing
countries seek to increase their standard of living. For industrial policy to be effective,
policymakers must identify potential market (and governmental) failures that would provide the
space to implement capacity and welfare interventions. Once these are identified, policymakers
must devise appropriate intervention strategies, and apply corrective strategies as conditions
evolve. While it is beyond the scope of this study to comprehensively map out strategies that
specific regions or countries should undertake to stimulate industrialization, there are general,
overarching policies that would be beneficial to nearly any developing country with a mid-size
population, few natural resources, and low-cost labor‖.
Nota 5)
Según S. Lall: “industrial success in developing countries depends essentially on how
enterprises manage the process of mastering, adapting and improving upon existing
technologies”.
También afirma que: ―Industrial success in the developing world ((and indeed in the presently
developed world in its early phases of industrialization)) is thus traceable to how effectively
governments have overcome these market and institutional failures‖. Refiriendo como ‗fallas
institucionales y de los mercados‘ a aquellas que impiden la correcta o favorable incorporación
de tecnologías.
Por último, destaca que: ―Many interventions have to be selective because technologies differ
inherently in their tacit features and externalities‖
Nota 6)
Respecto a la inversión extranjera directa, se dice lo siguiente:
―Internalized technology transfer takes the form of wholly foreign-owned direct investment. This
is an effective and rapid way to access new technology, but it may result in little capability
60
acquisition in the host country apart from production skills. The move from production to
innovative activity involves a strategic decision that foreign investors, because of the skills and
technical linkages involved, tend to be unwilling to take in developing countries‖
―To ensure socially optimal allocation, it may be necessary to (selectively) restrict technology
imports in internalized forms (via FDI) and promote those in externalized forms (licensing,
equipment, imitation or OEM contracts). Over history most countries that have built strong local
innovative capabilities have done it in local firms, often by restricting FDI selectively‖.
―…complete openness to internalized technology imports may not be a good thing if it truncates
the process of technological deepening and internalized transfers may need to be subjected to
interventions to extract greater technological benefits‖
―…globalization of production… means that countries that get into the low end of sophisticated
activities can reap enormous export benefits. This makes the cost of restricting FDI much
higher.‖
Nota 7)
La orientación industrial y la promoción en la Rep. de Corea fue pragmática y flexible y
desarrollada en conjunto con la industria privada. Por otra parte, sólo un número relativamente
pequeño de actividades contó con el apoyo estatal en un momento dado, y los efectos de la
protección se vieron compensados por la fuerte orientación hacia las exportaciones. Estas
características se diferencian fuertemente de las intervenciones típicas de los gobiernos en los
países que sustituían importaciones, donde la protección a la industria naciente era de tipo radical
(absoluta?) y abierta (―sweeping and open-ended‖), no selectiva, inflexible y diseñada sin
consultar a la industria
Desde el despegue de la economía en los comienzos de los 60, el sello del enfoque
gubernamental sobre el desarrollo del sector empresarial ha sido la flexibilidad pragmática en
responder en forma apropiada a las circunstancias cambiantes. Varios casos lo demuestran bien:
los medios utilizados desde el comienzo para abolir la generalizada mentalidad rentista que había
sido engendrada por una década de dependencia de la asistencia externa estadounidense; y el
modo en que el rampante pesimismo acerca de las perspectivas de crecimiento fue superado a
través de una planificación sensata entre el gobierno y las empresas, cuyo e´xito creó
<rápidamente las condiciones que estimularon cambios radicales en el modo de realizar la
planificación económica.
BIBLIOGRAFÍA
P-R Agenor y P. J. Montiel, La macroeconomía del desarrollo, FCE, (2000)
D. Aspiazu- B. Kosakoff, Exportaciones e industrialización en la Argentina 1973-1986; Rev.
CEPAL No. 36 (1988)
Banco Central de la R. A. Sistema de Cuentas del Producto e Ingreso de la Argentina, Bs. As.
(1975)
A. Barros de Castro, Estratégias industriais pós-abertura, mimeo, XV Foro Nacional de Brasil
E. Basualdo (Coord), La recuperación industrial durante la Post- Convertibilidad, CIFRA (Julio
de 2010)
Bianco, Porta, Vismara, ―Evolución Reciente de la Balanza Comercial Argentina. El
desplazamiento de la restricción externa‖ (2007)
61
L. C. Bresser Pereira, Brazil‘s Quasi Stagnation and the Growth cum Foreign Strategy,
International Journal of Political Economy, vol. 32, No. 4 (2002)
G. Calvo, A. Izquierdo y E. Talvi, ―Sudden Stops, the Real Exchange Rate and Fiscal
Sustainability: Argentina‘s Lessons‖, BID, Working paper. (2002)
J. Cartier-Bresson y J. Kopp―Croissance, exclusion sociale et instabilité de la politique
économique au Brésil‖. In: Tiers- Monde. 1989, tome 30 n° 117. pp. 147-159. (1989)
CEP, Breve repaso de las actuales características del actual proceso inversor; Ministerio de
Industria (Agosto 2011)
CEP, La industria argentina: Balance 2003-2007 Los nuevos sectores dinámicos; (2008)
CEPAL, Cambios Estructurales en la Industria Argentina. Análisis comparativo de los
resultados de los censos industriales de 1974 y 1985. (1989)
CEPAL- BID, Componentes macroeconómicos, sectoriales y microeconómicos para una
estrategia nacional de desarrollo. Lineamientos para fortalecer las fuentes de crecimiento
económico, Buenos Aires. (2003)
H. Chenery, ―Industrialization and Growth. The Experience of Large Countries‖, World Bank
SWP 539; (1982)
J. Dargin, Promoting Industrialization. Trade and Industrial Strategies for the Global South;
Harvard Kennedy School, (2010)
Di Tella, Guido, ―La estrategia del desarrollo indirecto‖, Desarrollo Económico, No. 32, eneromarzo (1969)
A. K. Dutt, Stagnation, Income Distribution and Monopoly Power, Cambridge Journal of
Economics, (1984)
J. Felipe, ―Inclusive growth, full employment and structural change‖, Anthem Press – ADB
(2010)
J. Felipe- G.Estrada, Benchmariking Developing Asia‘s Manufacturing Sector; International
Journal of Economic Studies; Vol.45, No.1 (2008)
D. Félix, Más allá de la sustitución de importaciones: un dilema latinoamericano (1966); en
Estrategias de industrialización para Argentina, Pág. 129-200. Ed. Del Instituto (1970)
O. J. Ferreres, Dos Siglos de Economía Argentina (19810-2004), Bs. As., F. Norte y Sur,
(2005)
C. Furtado, Desarrollo y Subdesarrollo, (1966)
J. Gaggero y F. Grasso, La cuestión tributaria en la Argentina: la historia, los desafíos del presente
y una propuesta de reforma, CEFID-AR, DT N° 5, Buenos Aires, julio. (2005)
R. Harrod, An Essay on Dynamic Theory, The Economic Journal, (1939)
T. Hatzichronoglou, Revision of the high-technology sector and product classification, OCDE STI Working Papers 1997/2, Paris. (1997)
D. Hausman, D. Rodrik; A. Velasco; ―Getting the diagnosis right‖, F&D, IMF, (2006).
A. Hirshman, La estrategia del desarrollo económico (1967);
idem
Essays in trespassing, Cambridge University Press (1981)
N. Kaldor, Strategic factors in economic development, Ithaca, Cornell University, (1967)
62
M. Kalecki, Three Ways to Full Employment; En Tomas Balogh Ed The Economics of Full
Emplyment. Oxford: Basil Blackwell, (1944)
― ―
The Difference of Crucial Economic Problems of Developed and Underdeveloped
Non-Socialist Economies; En J. Osiatynski Collected Works of Michal Kalecki. Oxford:
Clarendeon Press.
J. E. King, Historia del Pensamiento Post Keynesiano desde 1936; Ed. Akal (2009)
J. S. Kobrin, Development after industrialization: poor countries in an electronically integrated
global economy; Chapter 6 in ‗The Globalization of Multinational Enterprise Activity and
Economic Development‘. Neil Hood and Stephen Young, eds. London: MacMillian, 1999.
B. Kosakoff (edit), El desarrollo industrial argentino más allá de la sustitución de importaciones,
(2000)
S. Lall, Reinventing industrial strategy: The role of Government Policy in Building Industrial
Competitiveness; G24 Discussion Papers Series, UN. (2004)
B. Lautier, J. Marques Pereira y P. Salama, ―Régimes de croissance, vulnérabilité financière
et protection sociale en Amérique latine, les conditions ‗macro‘ de l‘efficacité de la lutte contre
la pauvreté‖, CEPAL, serie Financiamiento del Desarrollo, núm. 140, documento internet:
www.eclac.org, Santiago (2004)
N. Levy-Orlik, Protectionism and industrialization. A critical assessment of the Latin American
industrialization period; Brazilian Journal of Political Economy, vol. 29, nº 4 (116), pp. 436-453,
October-December (2009)
W. A. Lewis, ―The Development Process‖. Trabajo de Información para Ejecutivos, Núm. 2,
Centro de las Naciones Unidas para la Información Económica y Social, 1970‖.
E. Malinvaud et alia; Development strategy and the Management of the market economy;
(1996); Clarendon Press (1999)
E. Moncayo Jiménez, Cambio estructural: trayectoria y vigencia de un concepto. Revista CIFE,
No. 13. (2008)
K. M. Murphy- A. Schleifer – R. Vishny, Industrialization and the big push, NBER, Working
Paper 2708, (1988)
R. Nurkse, Problems of capital formation in underdeveloped countries, Oxford, Blackwell
(1954)
M. Mamalakis, El sector exportador, etapas de desarrollo económico y el proceso ahorroinversión en América Latina; en Estrategias de industrialización para Argentina, Pág. 257-2. Ed.
Del Instituto (1970)
R. Ortiz y M. Schorr, Evolución reciente de la industria argentina de bienes de capital; Revista
industria; Año 3, No. 4, (I Semestre de 2009)
G. Palma, Flying –Geese and Lame– Duck: Regional Powers and the Different Capabilities of
Latin America and East Asia to ‗Demand Adapt‘ and ‗Supply –Upgrade‘ Their Export
Productive Capacity‖, University of Cambridge, mimeo. (2003)
L. Pasinetti, Rate of profit and income distribution in relation to the rate of economic growth;
The Review of Economic Studies 29-4; Pages 267-279 (1962)
“
Structural Change and Economic Growth, Cambridge University Press, (1981)
63
R. Pollin, The ―Reserve army of unemployed‖ and the ―Natural rate of unemployment‖: Can
Marx, Kalecki, Friedman, and Wall Street All be Wrong? Review of Radical Political
Economics No. 30; (1998)
M. Redrado y H. Lacunza, Una nueva inserción comercial para América Latina, INTAL-ITD,
Documento de Divulgación -IECI- 02, Buenos Aires, febrero (2004)
Rosenstein Rodan “Problems of Industrialization of Eastern and South- Eastern Europe‖;
Economic Journal Vol. 53, No. 210/211, p 202-11. (1943)
M. Rougier, Intelectuales, empresarios y Estado en las políticas del desarrollo. Notas sobre la
situación actual argentina a la luz de algunas claves históricas.
A. Pinto S. C, Estilos de desenvolvimento e realidade latino-americana, Revista de Economía
Política, No. 5; Janeiro-Marzo, (1982)
M. Polonsky, ―Nueva Clasificación de las importaciones de bienes de capital‖; Revista del CEI.
F. Porta- C. Bianco, Especialización productiva e inserción internacional. Evidencias y
reflexiones sobre el caso argentino; (2006)
J. Robinson, Essays on Marxian Economics (1942);
―
―
Accumulation of Capital (1954)
―
―
Ensayos sobre la teoría del crecimiento económico, FCE, México (1965)
O. Rodriguez, El estructuralismo latinoamericano, FCE, México, (2005)
P. Salama ¿Porqué esa incapacidad para alcanzar un crecimiento elevado y regular en América
Latina?, Foro internacional 186, XLVI; 630-662 (2006).
A. Saludjian, ―De los ciclos económicos a la volatilidad macroeconómica: el aporte de M.
Kalecki‖; Ensaios FEE, Porto Alegre, v. 29, n. 1, p. 133-156, jun. (2008)
G. Sanchez- I. Buteler, Inversión en Argentina: Evolución Reciente y Perspectivas, BID, (2007)
L. A. Sjaastad, Comercio internacional de la Argentina: perspectivas para las industrias
exportadoras tradicionales; en Estrategias de industrialización para Argentina, Pág. 395-421. Ed.
Del Instituto (1970)
A. Sen, Las teorías del desarrollo a principios del S. XXI (2001)
O. Sunkel, El desarrollo desde dentro: un enfoque neoestructuralista para América Latina,
México, FCE (2001)
M. C. Tavares, Relação entre distribuição da renda, acumulação e modelo de desenvolvimento,
mimeo (1973)
A. Tavosnanska- G. Herrera, La industria argentina a comienzos del siglo XXI. Aportes para
una revisión de la experiencia reciente; Revista CEPAL 104 (2011)
64
Descargar