Tema 3 El arte de la Grecia antigua Contexto histórico de la civilización griega La civilización griega se desarrolló entre los siglos VIII y II a. C. en la península Balcánica (Grecia continental), en las islas del mar Egeo (Grecia insular) y en la costa de Asia Menor y la Magna Grecia en el sur de Italia (Grecia colonial). Dos civilizaciones, la cretense y la micénica, surgidas en estos territorios entre el 3000 y el 1200 a. C., se consideran precedentes de la griega. Indudables son las aportaciones de una y otra al arte griego antiguo: las columnas de los palacios cretenses y su la arquitectura adintelada, así como el megarón micénico y las tumbas circulares. La cretense se basaba en la talasocracia o poder comercial, y de la micénica sobresalen las imponentes fortalezas que muestran su poder y dominio del territorio. Tras la decadencia de la civilización micénica y tras una “época oscura” (1200-800 a. C.) de la que apenas se sabe nada, surge la civilización griega a partir del siglo VIII a. C. Su evolución nos permite distinguir cuatro etapas históricas que se corresponden con la trayectoria que experimentan las obras artísticas. Época arcaica (s. VIII-VI a.C.) Época clásica (s. V a.C.) Época posclásica (s. IV a.C.) Época helenística (338-s.II a.C.) Los griegos crearon una civilización organizada políticamente en polis, ciudades estado independientes, pero pertenecientes todas ellas a una misma cultura, como lo muestra el hecho de poseer una religión y una lengua comunes. Pequeños territorios centrados en torno a un núcleo urbano que se construía alrededor de una colina fortificada, la acrópolis. Sus ciudadanos eran hombres libres que se autogobernaban. A lo largo de su historia veremos surgir diversos sistemas políticos cuyos modelos básicos son el oligárquico y miliar propio de Esparta, y el democrático de Atenas. La economía de las polis se basaba en la agricultura, la ganadería y el comercio. Actividades que proporcionaron riquezas y prosperidad e hicieron crecer los grupos sociales enriquecidos. Sin embargo, nunca formaron una sociedad igualitaria. En Atenas, los ciudadanos se reducían a una pequeña minoría y las dos terceras partes de la sociedad formadas por las mujeres, los extranjeros y los esclavos quedaban sin derechos políticos. En Esparta, a su vez, se regía por un sistema oligárquico en el que una minoría tenía al resto sometido a la esclavitud. Culturalmente, los griegos iniciaron un camino sin retorno hacia el racionalismo que posibilitó el surgimiento de la filosofía y el estudio de infinidad de disciplinas como la física, la historia, las matemáticas. También crearon el teatro y nos legaron obras literarias de ineludible estudio, así como mitología que es tema destacado de grandes pinturas y esculturas del Renacimiento, Barroco o Neoclasicismo. Por último, la lengua griega está presente en la etimología de innumerables palabras de las lenguas actuales. Por todo ello, la civilización griega es una de las bases más importantes de nuestra civilización occidental. Así mismo, esta civilización no permaneció inalterable a lo largo del tiempo. Distinguimos cuatro etapas: - Época arcaica (s. VIII-VI a.C.). En la que el gobierno de las polis estuvo en manos de clanes aristocráticos, formando gobiernos oligárquicos. Es en esta etapa en la que se produce la creación de colonias en Asia Menor, la Magna Gracia (sur de Italia) llegando hasta la península Ibérica. - Época clásica (s. V a.C.). Durante este siglo se alcanzó el momento de mayor esplendor. En Atenas surgió la primera democracia del mundo y esta polis, con Pericles Tema 3 El arte de la Grecia antigua como gobernador, ejerció su hegemonía sobre las demás, tras salir reforzada de la guerra contra los persas. Es en esta época cuando se construyeron los edificios más emblemáticos de la arquitectura griega, los de la Acrópolis de Atenas. - Época posclásica (s. IV a.C.). En esta etapa las distintas polis se enzarzan en sucesivas guerras, llamadas del Peloponeso, que las debilitan a todas. Comenzó la decadencia de las polis. - Época helenística (338-s.II a.C.). En el año 338 a.C., aprovechando la debilidad de las polis griegas, el reino de Macedonia, gobernado por Filipo II, las conquistó. Su hijo y sucesor, Alejandro continuó la expansión alcanzando el imperio persa, e incluso, la India, y logrando así el acercamiento de las culturas occidental y oriental. Tras su muerte, el imperio se dividió en reinos gobernados por sus generales, siendo los más importantes el de Ptolomeo en Egipto; el de Seleuco en Siria, Asia Menor y Tracia; y el de Antígono, en los territorios greco-macedonios. Estos reinos y otros muchos constituyeron el llamado mundo helenístico. Posteriormente los reinos helenísticos fueron conquistados por los romanos, quienes asumieron buena parte de la gran riqueza cultural griega y la transmitieron a todos los territorios del imperio, creando una de las más importantes bases de la cultura occidental.