Vol. 1 Nº1 Marzo 2013 FENOMENOLOGÍA Y EXISTENCIALISMO COMO BASE DE LA PSICOTERAPIA HUMANISTA TRANSPERSONAL Por DIEGO CIFUENTES RUBIO, Universidad del Pacífico, [email protected]. RESUMEN En el presente trabajo se dan a conocer las principales filosofías que forman parte del sustento teórico y práctico de la psicología transpersonal, como lo son la fenomenología de Husserl, y el existencialismo. En este último se destacan autores como Sören Kierkegaard, Friedrich Nietzsche, Martín Buber y Jean Paul Sartre, y como es que la psicología humanista toma sus conceptos de libertad, responsabilidad, el aquí y ahora, la búsqueda del sentido y la Capacidad de Elegir, como fundamentos para la base de su quehacer psicoterapéutico. Para fin de un mayor entendimiento, dichas filosofías se han separado en distintos títulos, a saber, en primer lugar la fenomenología, luego el Existencialismo y para finalizar el humanismo, dentro del cual se abordan las temáticas anteriormente planteadas para unificarlas y a su vez vincularlas con el sentido que aporta lo espiritual, fundamento principal del humanismo transpersonal. PALABRAS CLAVES: Fenomenología, Existencialismo, Humanismo, Subjetividad, Esencia. 1 ABSTRACT In the following essay, the main philosophies which are part of the practical and theoretical sustenance of the transpersonal phsychology will be dealt, such as the Husserl’s phenomenology and the existentialism. In this latter Soeren Kierkegaard, Friedrich Nietzsche, Martín Buber and Jean Paul Sartre are emphasized and also how the humanistic psychology takes its concepts as Freedom, Responsibility, the Here and Now, the Search of Sense and the Capacity of Choosing as the fundamentals for the base of the psychotherapeutic work. For a better understanding, these philosophies have been classified into different headlines: first The Phenomenology, then The Existentialism and finally the Humanism in which the previous subject matters are tackled in order to join them and at the same time linking them with the spiritual sense as the main basis of Transpersonal Humanism. KEYWORDS: Phenomenology; Existentialism; Humanism; Subjectivity; Essence. RECIBIDO: 16 de Julio de 2012. ACEPTADO: 15 de Noviembre de 2012. CÓMO CITAR ESTE ARTÍCULO: Cifuentes, D. (2013). Fenomenología y existencialismo como base de la psicoterapia humanista transpersonal. Visión Posible. Recuperado el [día] de [mes] de [año] desde http://www.visionposible.cl. 2 Introducción Para dar inicio a este trabajo, me parece pertinente comenzar con la pregunta. ¿Es factible hablar de las bases fenoménicas y existencialistas para un humanismo Transpersonal? Para poder dar respuesta a esta pregunta, a continuación veremos cómo aporta cada filosofía, desde sus principales autores y como sus postulados han sembrado las primeras bases que más tarde darán nacimiento a una psicología humanista, de la cual a su vez se desprenderá una corriente mayormente contemporánea que aboga por el rescate y (bien podríamos decir) re-validación de lo espiritual en el campo de la psicología y psicoterapia Transpersonal. En el transcurso de los años, se ha observado un gran cambio en la forma en que el hombre se mueve y refiere al mundo, aún mas, el ser humano ha comenzado a comprender y a ampliar sus posibilidades, permitiéndose cuestionar cosas que en un cierto momento no eran puestas en duda por su carácter “objetivo”. Sin embargo con el surgimiento de epistemologías como la fenomenología esto comienza a dar un giro, donde importantísimos teóricos en su mayoría filósofos dan a conocer una nueva posibilidad de concebir la realidad. Fenomenología Uno de los manifiestos que algunos autores como Husserl formularon para poder conectarse con la naturaleza misma de las cosas y así dar cuenta de nuestro papel a la hora de interpretar la realidad fue la Fenomenología, una epistemología aparecida por el siglo XX que comienza como una forma de estudio de los fenómenos. Le interesa principalmente conocer el mundo a través de la experiencia tal y como se presenta en la conciencia, considerando que el mundo se debe suponer en función de la realidad subjetiva que cada sujeto posee, realidad que se ha ido construyendo en su historia de relación con el mundo. A partir de entonces, comienza el hombre a acercarse a la multiplicidad de experiencias dejando de lado la búsqueda de los –Por qué- característica de la ciencia positivista, dando paso al –Cómo- de la ciencia Fenomenológica. (Porre, 2009) Husserl (1911) considerará entonces que un fenómeno será la apariencia, una forma particular y específica de cómo un objeto se presenta a sí mismo de modo inmediato a la conciencia de quien observa, desde esta perspectiva, un fenómeno no tendría ninguna “propiedad real”. 3 Sin embargo, a pesar del aspecto subjetivo que el autor destacara acerca de la particularidad de la experiencia, reitera que ésta no nos puede decir -que es o son- los fenómenos psíquicos tal como se hace con la valides de lo físico, pero a pesar de ello lo psíquico es experimentado de igual forma como vivencia. Desde aquí se obtiene una nueva concepción acerca de la forma en que el ser humano estaba acostumbrado a referirse a los objetos externos, ya que desde esta filosofía fenoménica la experiencia inmediata es lo único que podemos llegar a conocer con seguridad y estas no pueden ser separadas del objeto mismo que es observado. Por lo tanto la forma de abarcar la realidad de manera fenoménica, es de considerar que aquello que surge en la conciencia no puede ser predefinido, de manera que lo que es percibido del mundo se debe considerar en función del marco referencial de quien observa. “Todo esto lleva por título “conciencia de” y tiene una significación, “apunta” a algo “objetivo”, y el mismo puede ser descripto, desde cualquier punto de vista - ya sea como “ficción” o “realidad” - como algo, “objetivo inmanente”, y “considerado como tal” y considerado desde tal o cual modo del considerar.” (Husserl, 1911, p. 16) Esto nos lleva a reflexionar si realmente se pueden describir las experiencias de la manera más pura posible, omitiendo juicios de valor e interpretaciones del fenómeno. Solo describiendo lo observado y abriendo el espacio a la posibilidad del error, punto de vista fundamental para considerar en una ciencia que busca estudiar el conocimiento. Por tanto desde esta perspectiva, si el mundo es interpretable desde cada conciencia en particular, lo que nos invita la filosofía fenomenológica sería considerar la experiencia humana desde el propio sentido que otorgan las múltiples experiencias, como resultado del contacto con el mundo. Y además cabe reflexionar acerca de una multiplicidad de realidades, en otras palabras, en cada persona se encontraría un mundo diferente, a partir de la experiencia que ésta toma al momento de ponerse en contacto con su conciencia particular (Porre, 2009). Por esto mismo la persona que intente describir toda realidad exterior debe, al mismo tiempo, considerar las posibilidades de interpretación de otros que se encuentran en la misma relación fenómeno - experiencia. Otro punto de vista que vale la pena destacar es que la fenomenología permite transitar desde la objetividad hacia la intersubjetividad. Que si bien, desde este punto de vista la objetividad surge como una ilusión de quien experimenta, la unión de visiones abre la posibilidad de ponernos de acuerdo acerca de la ocurrencia de un fenómeno, en vista de que las –experiencias- son contrastables y compartidas por una comunidad. En tanto, Porre (2009) destaca que el surgimiento de las teorías, más que intentar explicar a priori un fenómeno, estas se pondrían al servicio de ampliar las posibilidades de experiencias las cuales serían tan inacabadas como posibles de perfeccionar. Por ello es 4 preferible desde este marco, la utilización del método descriptivo, mas que el explicativo de las ciencias empiristas. Existencialismo El humanismo surge en gran parte desde el existencialismo, por lo tanto muchos conceptos básicos que hallamos en el humanismo encuentran su fundamento en la filosofía existencialista.(Banderas, 2011, Porre, 2009) Dentro de los personajes más influyentes dentro de la línea existencialista estarán Soeren Kierkeegard, Friedrich Nietzsche, Martín buber y Jean Paul Sarte, entre otros. A partir de ciertos momentos históricos como lo fueron las guerras mundiales, Gissi (2005) destaca, que fueron estos momentos de crisis en que los grandes pensadores, comenzaron a cuestionar el papel del positivismo y su verdadera contribución a la humanidad. “Recordemos que entonces se suponía que Europa era el continente mas racional, más ilustrado, más lúcido, autocrítico y progresista del mundo. Cuando empieza la primera guerra mundial, Freud y muchos otros comienzan a cuestionarse la idea de un desarrolloprogreso garantizado por la ciencia y la racionalidad propiciada por ella” (Gissi, 2005, p. 29). Así es como alrededor de la década de 1940 y 50’ surgen como reacción a las postguerras fuertes críticas desde distintas fuentes filosóficas a la filosofía clásica de aquel entonces, que como ya se ha mencionado anteriormente se caracterizaba por el materialismo y un empirismo racional. Esta nueva filosofía comienza a destacar temas existenciales como la libertad, la nada, la autorresponsabilidad, el absurdo, entre otras vivencias propias de la condición humana como son la búsqueda de sentido, el absurdo de la vida, el ateísmo, la vida y la muerte (Gaarder, 1991ª,1991b). Sin embargo a pesar de que el existencialismo surge más fuertemente en esta época, se atribuyen sus comienzos en un período mucho más anterior. Algunos adjudican su nacimiento al cristiano Sören Kierkegaard y su principal crítica a la religión por estar constantemente intentando revelar el misterio, y sobre esto fueron sus mayores preocupaciones al plantear que una actitud verdaderamente religiosa se da cuando el ser humano se enfrenta con lo desconocido, propio de la existencia (Gaarder,1991a). Además Banderas (2009) da cuenta que Kierkegaard hace alusión a esta misma angustia en el hombre producida por su incertidumbre frente a una realidad incomprensible, produciéndole miedo y desamparo, pero esta misma angustia es lo que lleva al hombre a actuar y a tomar decisiones dentro 5 de su limitación, devolviéndose a sí mismo la libertad, la capacidad de elección y decisión, a lo cual él está condenado. Otro de los autores relevantes que surgen con el existencialismo es Friedrich Nietzsche, del cual podemos recordar su más significativa frase “Dios ha muerto”. A este respecto lo que Nietzsche intenta con esta afirmación es dejar de justificar nuestras acciones por una excusa metafísica, por una esencia trascendental (Banderas, 2009, Gaarder, 1991b). Nietzsche deja de justificarse en la esencia, y la reemplaza por nuestras elecciones, las cuales determinan lo que hacemos y lo que somos, de esta manera la elección trae consigo la responsabilidad y la libertad y si recordamos bien, estas cualidades son pilares fundamentales en el humanismo. Más tarde, surgirá otro filosofo importante para las futuras corrientes psicológicas humanistas, Martín Buber y su filosofía del diálogo, plantea junto a la influencia reciproca con Moreno (Espina, 1991) la filosofía del encuentro, del Yo-Tú, Yo-Ello. Donde el Yo-Ello es la relación entre un sujeto y los objetos, con un posible fin utilitario y con posibilidad del distanciamiento afectivo. Y por otra parte el Yo-Tú donde se da la intersubjetividad, la autenticidad y una apertura a la relación y a un otro como totalidad (Porre, 2009). Heidegger por su parte fue fuertemente influido por Kierkegaard y Nietzche (Gaarder, 1991b) y al ser un filósofo existencial, también enfatizó la experiencia del ser humano en el mundo rompiendo con el paradigma científico y separatista del sujeto – objeto. Su Dasein o Ser-en-el-mundo, puso al ser humano no solo frente a la vida, sino a su condición y única certeza que es la muerte y que por lo tanto mientras más conciente se es que uno es Ser-para-la-muerte, más cercano uno está a la experiencia y a la vida. (Banderas, 2009). Otro personaje que me parece fundamental destacar por su influencia como filosofo existencialista, sobre todo por sus aportes para el futuro humanismo, es Jean Paul Sartre, del cual se destaca su tan célebre frase “La existencia precede a la esencia”. Sartre postula que los seres humanos somos seres abiertos, es decir no una totalidad acabada ni completa, sino mas bien un algo no acabado, más bien en constante movimiento, en constante proceso de autodescubrimiento. (Banderas, 2011, 2009, Gaarder, 1991b) “El hombre, tal como lo concibe el existencialista, si no es definible, es porque empieza por no ser nada. Sólo será después, y será tal como se haya hecho. Así, pues, no hay naturaleza humana, porque no hay Dios para concebirla. El hombre es el único que no sólo es tal como él se concibe, sino tal como él se quiere, y como se concibe después de la existencia, como se quiere después de este impulso hacia la existencia; el hombre no es otra cosa que lo que él se hace. …este es el primer principio del existencialismo. Es también lo que se llama la subjetividad, que se nos echa en cara bajo ese nombre.” (Sartre, 1946, p. 4) 6 Es esta cualidad dirá Gaarder (1991b) y Sartre (1946) la que nos hace específicamente humanos, pero a pesar de que la mayoría de las personas olvidan este precepto y parten de una premisa contraria, es decir, la esencia precede a la existencia, Banderas (2009) al respecto menciona que actuar desde esta premisa errada es lo que Sartre llamó actuar de mala fe, en otras palabras justificar las acciones por la esencia, actuar bajo la ilusión de ser una completitud que no puede moverse, que está determinada ya sea por la personalidad, los roles, la sociedad. Al actuar de mala fe se pierde la capacidad de elección. Actuar de mala fe sería identificarse con un rol y actuar solamente desde ahí, o justificarse y decir “yo soy así”, “no puedo cambiar”. Por consiguiente, el aceptar esta incompletitud significa para el hombre lanzarse a un mundo en constante cambio, lleno del misterio y vacío que llena de angustia, un ser humano lanzado al mundo a elegir y hacerse cargo de si mismo, sin Dios que determine sus pasos y un ser humano inacabado que se va construyendo a si mismo a partir de sus elecciones y que por consiguiente tiene que crear su propia naturaleza y esencia, mientras va siendo. (Gaarder, 1991b). Desde esta visión existencialista del mundo, pareciera que el hombre realmente fuera el ser más frágil en la existencia terrena, con miedo de estar solo, de no encontrarle sentido a lo que le sucede y a lo que decide. El existencialismo se preocupa justamente de esa paradoja, pues si hay algo sobre lo que se preocupa es acerca de la libertad y la posibilidad de elegir (Gaarder, 1991b, Quitman, 1989). Sin embargo es justamente con el surgimiento del humanismo que se intenta llevar este profundo sentido a la praxis. Humanismo Los 2 pilares fundamentales del humanismo, es la importancia a lo individual y a lo subjetivo, a aquellas propiedades únicas de cada individuo y a sus potencialidades que le permiten recobrar un sentido frente a las condiciones adversas. Si se desea alcanzar un estado de conciencia que nos permita enfrentar de la mejor forma nuestra vida cotidiana, entonces es necesario recalcar el papel que juega el humanismo al enfrentar al individuo consigo mismo, con sus temores, sus vicios y descubrir sus virtudes, todo dentro de su subjetividad. A partir de lo que Gaarder (1991b) aporta al respecto de que “somos nosotros los que tenemos que darle ese sentido a nuestra propia vida. Existir es crear tu propia existencia.” y además, con ello podemos destacar la unión tan cercana entre el existencialismo junto al humanismo y la fenomenología, al respecto; “Sartre intenta demostrar que la conciencia no es nada en sí misma antes de percibir algo. Porque 7 la conciencia siempre es conciencia de algo. Y ese «algo» es tanto nuestra propia aportación como la del entorno. También nosotros participamos en decidir lo que percibimos, ya que seleccionamos lo que tiene importancia para nosotros.” (p. 471) Y si quisiéramos destacar aún mas como aparece implícitamente la fenomenología en el existencialismo, me permito citar nuevamente a Gaarder (1991b) “Dos personas pueden estar presentes en el mismo lugar y sin embargo captarlo todo de forma completamente diferente. Es porque cuando percibimos el entorno, contribuimos con nuestra propia opinión, o nuestros propios intereses. […] Nuestra propia existencia contribuye a decidir cómo percibimos las cosas en el espacio. Si algo es inesencial para mi, no lo veo. (p. 471) El existencialismo entrega un contenido tal que le permite al hombre conocer hacia donde van sus decisiones y que hará con ellas, esto en la vida cotidiana acercaría al hombre a su salud en todas las áreas que le comprometen tanto corporal, emocional, psíquica y espiritual, le ayudará a ser conciente de sus pensamientos y con una mirada más amplia darse cuenta en donde está y en qué condiciones, y por supuesto, decidir qué hacer por él y los otros, desde ahí, desde la epistemología fenomenológica poder observarse sin prejuicios, simplemente viendo lo que sucede en su interior y como esto se refleja en su pensar en su decir y en su hacer. Al respecto Gaarder (1991b) habla sobre Sartre: “«El hombre está condenado a ser libre», dijo. «Condenado porque no se ha creado a sí mismo y sin embargo es libre. Porque una vez que ha sido arrojado al mundo es responsable de todo lo que hace. »” (p. 470) Y además al respecto sobre Kierkegaard: “La verdad es «subjetiva». Pero no quería decir con ello que da lo mismo lo que creamos u opinemos. Quería decir que las verdades realmente importantes son personales. Solamente esas verdades son «una verdad para mí».” (p. 396) A partir de estas consideraciones me permito dar un salto hacia aquello que los anteriores enfoques científicos y racionalistas habían dejado de lado y que los filósofos existencialistas de algún modo lograron retomar y volver a poner en discusión, el papel de lo espiritual desde sus distintos matices. Ya sea desde el existencialismo cristiano de Kierkegaard, el existencialismo ateo de Sartre o desde el agnosticismo de Camus y Heidegger (Gaarder, 1991b). Porque aquel plano de lo transcendente o espiritual no va más allá de la existencia misma del ser humano. A este respecto Banderas (2011) menciona que mientras más uno está en el dasein (ser-en-el-mundo), mientras más uno profundiza en la experiencia, uno se da cuenta que lo transpersonal está en el presente. Es un error buscar lo transpersonal “afuera”, buscar “experiencias transpersonales” cuando lo transpersonal está aquí y ahora. Llegar al núcleo de la experiencia constituiría desde este punto de vista en sí misma una experiencia transpersonal de totalidad y unidad. 8 Por lo anterior, otro aporte que personalmente me parece importante incluir es que el Humanismo Transpersonal debe poder promover la inclusión de la existencia con lo inconsciente, ya que el ser humano debe poder reconocer la influencia de su pasado en su presente, pero no quedar fijado en él sino ponerlo al servicio del aquí y ahora. Tomar una actitud inadecuada al respecto sería en palabras de Sartre, actuar “de mala fe”, es decir, justificar las acciones del presente por los hechos de su pasado, y por el contrario actuar de “buena fe” sería revisar la actitud del yo en el presente respecto a su pasado, para así según afirma Banderas (2009) la persona pueda llevar a terapia su propia vida, lo que contribuiría a ir conociendo su propia esencia. Sartre dice además que “el hombre se siente extranjero en un mundo sin sentido” (Gaarder, 1991b) y que por ello “cuando el hombre se da cuenta de que existe y de que va a morir, y de que no tiene nada a lo que agarrarse, entonces esto crea angustia” (p.469) para esto Kierkegaard responderá que la importancia de lo espiritual, surge como un salto de fé (Banderas, 2011, Gaarder, 1991ª) en que el ser humano, sea capaz de permanecer y mas aún de obrar en el absurdo de la existencia, sin entender ni buscar un porque, ya que solo mediante la fé se puede tener la experiencia de Dios, porque al no poder comprenderse de forma objetiva, solo queda creer y permitirse estar en esa profunda incertidumbre, este es el verdadero hombre religioso. Y “aunque puede ser «terrible caer en las manos del Dios Vivo»., como expresa Kierkegaard, es cuando por fin el ser humano encuentra la conciliación” (Gaarder, 1991ª, p. 399). En ello también podemos encontrar la paradoja también existencial a la que se vio sometido el mismo Buda por ejemplo, al momento de negar la existencia de Brahma, permitiéndose estar en el vacío del nirvana. A este respecto Espina (1991) rescata que “desde esta misma vacuidad es de donde puede partir la creación. Para llegar a este proceso de creación no basta el acto de voluntad sino la impresión de la nada, de donde surge el deseo creador” (p. 78). Reflexiones finales El existencialismo es una posibilidad que el humanismo Transpersonal a tomado por sus aportes y su preocupación por aquello que el hombre hace en el aquí y ahora, en su búsqueda por si hay algo permanente o no en él y que lo libre de todas sus angustias, temores y vicios que denigran su auto imagen y amor propio. Pero en este punto es necesario enfrentarse con la interrogante ¿es posible librarse de esta angustia, ansiedad y soledad que los existencialistas reclaman como particular de la existencia humana? Al parecer la invitación que hace el existencialismo, es más que la evitación de la condición humana, es la búsqueda de sentido, de lo cual tanto hablo Victor Frank. Si podemos 9 incorporar en nuestras vidas el hecho de que solo está en nuestras decisiones y elecciones la capacidad de encontrar la libertad, y a lo cual es lo que apuntaría la frase de Sartre “... el hombre está condenado a ser libre...” es lo que justamente el humanismo transpersonal nos invita; a que logremos trascender cualquier estado de conciencia que nos tenga estancados en nuestro desarrollo al permitirnos tener tales experiencias que nos permitan trascender el estado actual y a veces ordinario en el que nos encontramos, y así expandir y acrecentar nuestras posibilidades y elecciones. Podremos como el héroe dejar una etapa atrás y saber que todo lo que nos pasa y que todas las crisis que nos llegan, no son más que cambios de conciencia, oportunidades que como pieles antiguas nos invitan a elegir como deseamos conformar nuestra esencia. Ahora bien, tomando la fenomenología existencial y volviendo a retomar la importancia de reflexionar sobre el valor de lo inconsciente para la psicología Transpersonal esta debe dejar espacio para observar sus contenidos, sus imágenes psíquicas, sin negarlas, de otra manera estaría simplemente negando su propia existencia y la fuerza que ejercen en la personalidad; así sería campo de la psicoterapia buscar formas de como incorporarlos a la conciencia. Ya que como vimos con anterioridad, un humanismo transpersonal fiel a sus bases filosóficas debería tal vez mas que buscar la experiencia de imágenes y éxtasis de lo luminoso y trascendente en lo exterior, hacer un esfuerzo por escarbar en las profundidades de la propia psique personal, ahí donde los existencialistas avisan el encuentro con lo abismal y temeroso de la propia existencia. Tal vez sea el mismo sentido que encontremos en esas profundidades, lo que nos permita mayores acercamientos a la experiencia humana, y si encontramos que aquello que nos ocurre topa con la experiencia de muchos otros, la amplificación de estos temas colectivos tal vez nos lleven a una sincera conciencia más amplia, lo cual implique darnos cuenta de cómo afectamos a nuestro alrededor y desde ahí tomar responsabilidad y un hacerse cargo de nuestras elecciones. Recordemos en una reconocida frase de Jung, cuando este dice algo así como «aquello de lo cual no se es conciente, acontece como destino» me parece que bien se podría tomar como referencia para recalcar aquello que tanto se preocupan los existencialistas, y es que si simplemente somos espectadores de lo que nos ocurre sin tomar una actitud activa frente a lo que acontece frente a nuestros ojos, mas solo queda abandonarnos a lo que las circunstancias externas o conflictos internos inconscientes depararán para nosotros. He ahí la importancia de cómo cada cual decidirá que quiere para sí mismo. 10 Referencias -Banderas, F. (2009) Cátedra: Psicología de la comunicación. El existencialismo. Universidad del Pacifico: Santiago de Chile. -Banderas, F. (2011) Cátedra. Psicoterapia Humanista Existencial. Universidad del Pacifico: Santiago de Chile. -Espina, J. (1991) Psicodrama nacimiento y desarrollo, pp. 75-79. España, Salamanda: Ed. Amarú. -Gaarder, J. (1991a) Kierkegaard. En Gaarder, El Mundo de Sofía, pp. 393 – 400 [e-book] Extraído el 19 de septiembre del 2011. Desde http://www.dad.uncu.edu.ar/upload/ElMundodeSofia.pdf -Gaarder, J. (1991b) Nuestra Época. En Gaarder, El Mundo de Sofía, pp. 460 – 482 [e-book] Extraído el 19 de septiembre del 2011. Desde http://www.dad.uncu.edu.ar/upload/ElMundodeSofia.pdf -Gissi, J. (2005) Las Psicologías y las psicoterapias desde el siglo XIX hasta comienzos del siglo XXI. pp. 27- 44. En. Una visión Posible. Santiago de Chile: Universidad del Pacifico. -Husserl, E. (1911). La Filosofía como Ciencia Estricta [e-book]. Extracto pp. 49-85, Buenos Aires: Ed Nova. Traducción: Elsa Tabernig. -Porre, M. (2009) Cátedra: Seminario Síntesis I. Bases filosóficas del humanismo Transpersonal. Universidad del Pacifico: Santiago de Chile. -Quitman, H. (1989). Psicología Humanística (pp. 45-73). Barcelona: Herder. -Sartre, J. (1946) El existencialismo es un humanismo. Conferencia, descargada desde http://www.uruguaypiensa.org.uy/imgnoticias/766.pdf, el 25 de junio del 2012. 11