Aprender a comer en la escuela infantil

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Organisation Mondiale pour l'Education Préscolaire
World Organization for Early Childhood Education
Organización Mundial para la Educación Preescolar
EXPERIENCIAS EDUCATIVAS
Aprender a comer en la Escuela Infantil
Paloma Conde Guasch
(Las Palmas de Gran Canaria)
1. JUSTIFICACIÓN
Junto a las estrictamente docentes, el
centro de Educación Infantil puede
desarrollar
un
conjunto
de
actividades y servicios que pueden
considerarse como un complemento
de dicha acción docente o como medio para el desarrollo de la misma. A éstas se las denomina
actividades y servicios complementarios.
Hay ciertas circunstancias que hacen aconsejable los comedores escolares. En ocasiones, los
centros de Educación Infantil se encuentran muy alejados del lugar de residencia de los niños. Por
este motivo, los padres se ven obligados a dejar a sus hijos en los comedores escolares. Unas
veces no es únicamente la distancia, sino el horario laboral de los padres lo que hace que no
puedan atender a sus hijos en las horas de las comidas. Entre otras, el comedor escolar puede
ayudar a la corrección del sistema habitual de alimentación, por bajo nivel económico o dieta
errónea de estos.
Una de las rutinas fundamentales en la etapa infantil la constituyen las horas de comer por la
importancia que tienen en el proceso de autonomía y desarrollo personal y social de los más
pequeños. Para ello es fundamental que los educadores concedan a estos momentos todo el
valor y atención que merecen potenciando su valor educativo.
Hemos de subrayar las posibilidades educativas que las horas de comer ofrecen en las
escuelas al ocupar momentos de actividad en las rutinas diarias. Alimentarse es algo más que
satisfacer una necesidad fisiológica para facilitar un desarrollo físico, es el momento donde las
relaciones interactivas son inevitables y donde la adquisición y el desarrollo de hábitos sociales,
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culturales, etc. pueden ser incorporados por los más pequeños. Por eso, las horas de la comida en
la escuela infantil deben ser cuidadosamente planificadas y contempladas pedagógicamente por
los educadores, sin olvidar que, en los más pequeños, los momentos de la comida son fuentes de
placer, de contactos íntimos y estimulantes, de intercambios sociales y afectuosos. Es en las horas
de la comida cuando se sientan, en los primeros años de vida, las bases relacionales de los futuros
contactos adulto/niño. Los educadores deben vivir estos momentos en el marco de procesos
educativos más globales que se desarrollan en el centro escolar.
La consideración educativa de las horas de comer es una fuente importante de trabajo que
facilita la experimentación y el progreso de los niños en cuanto que puede propiciar el desarrollo
de una gran cantidad de hábitos, destrezas, actitudes, conceptos, etc. Entre otros, señalamos:
ƒ
Sensoriales (discriminación de sabores, olores, temperaturas, percepción de colores,
educación del gusto…), Motrices (dominio corporal, control postural, coordinación óculomanual, destrezas y habilidades manuales, disociación hombro-brazo-mano, prensión,
precisión, masticación…), Lingüísticos (ampliación del vocabulario básico (conocimiento y
verbalización de utensilios, tipos de alimentos, variedad de líquidos…), Sociales (desarrollo
socioafectivo y emocional (relación con los iguales, con los adultos…), adquisición de
hábitos (servir agua, poner la mesa), lograr una adaptación progresiva a los alimentos,
Nocionales (adquisición de conceptos (lleno/vacío, frío/caliente, poco/mucho…).
Alejarse de planteamientos tradicionales de satisfacción de necesidades fisiológicas y
posicionarse en planteamientos de atención educativa de esas necesidades, reportará
importantes “beneficios pedagógicos” para el desarrollo integral de las capacidades infantiles. De
igual manera se debería proceder con otras rutinas significativas de la vida cotidiana de nuestros
pequeños (vestido, aseo…) concediéndoles el valor que merecen como medios de aprendizaje y
socialización. Tanto la cantidad como la calidad de las relaciones que necesariamente establece
estos procesos de socialización deben ser aprovechadas.
De acuerdo con Jiménez y Molina (1989), el personal de la escuela infantil debe formarse y
estar al día no solo en conocimientos dietéticos, sino modificando y revisando sus actitudes frente
a la alimentación, porque lo mismo que para los adultos, para los niños comer no significa
solamente nutrirse sino experimentar sensaciones de bienestar anímico en relación con los
sentidos y con el entorno.
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2. FORMULACIÓN DE OBJETIVOS PARA LOS NIÑOS
2.1.
OBJETIVO GENERAL DE LA ETAPA
Desarrollar una autonomía progresiva en la realización de las actividades habituales,
por medio del conocimiento y dominio reciente del propio cuerpo, de la capacidad de asumir
iniciativas de la adquisición de hábitos básicos de cuidado de la salud y el bienestar.
2.2.
OBJETIVOS GENERALES DEL ÁREA O ÁMBITO
2.2.1.
Identidad y autonomía personal.
Con respecto al ámbito de identidad y autonomía personales, la intervención educativa
durante esta etapa irá encaminada a desarrollar procesos de enseñanza-aprendizaje que
capaciten al niño y la niña para:
7. Identificar los propios sentimientos, emociones y necesidades y comunicarlos a los
demás así como identificar y respetar las de los otros.
10. Progresar en la adquisición de hábitos y actitudes relacionados con el bienestar y la
seguridad personal, la higiene y el fortalecimiento de la salud.
2.3.
OBJETIVOS DIDÁCTICOS
a. Conocer y utilizar adecuadamente el vocabulario propio de la alimentación.
b. Conocer las características más significativas de los alimentos y su relación con una
nutrición sana.
c.
Discriminar cualidades perceptibles a través de los sentidos.
d. Adquirir hábitos y actitudes relacionadas con la conservación de la salud.
e. Conocer y respetar las normas y los comportamientos sociales en la mesa.
f.
Habituarse a utilizar los cubiertos para la comida cuando están sentados en la mesa.
g. Desarrollar sus posibilidades motrices para la realización autónoma de actividades de
alimentación e higiene.
h. Ser concientes de la necesidad de lavarse las manos antes y después de las comidas.
2. 4. CONTENIDOS
2. 4.1. Conceptos
a. Vocabulario relacionado con la comida
b. Tipos de alimentos y alguna de sus cualidades: carne, pescado verdura, fruta y pasta
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c.
La percepción de sabores: dulce, salado y ácido
d. La percepción de las texturas y de los estados de los alimentos: duro, blando, líquidos
y sólidos.
e. La necesidad de alimentarse
f.
Canciones
g. Cuentos
h. Los hábitos y comportamientos alimenticios saludables
i.
Control postural y coordinación de movimientos en la comida
j.
La higiene en manos y cara.
k. Instrumentos y útiles para comer
2. 4.2. Procedimientos
a. Identificación de algunos alimentos y sus características.
b. Discriminación de los alimentos y sus sabores: dulce, salado.
c.
Consumo adecuado de golosinas.
d. Reconocimiento de las necesidades de alimentación.
e. Comprensión del cuento.
f.
Memorización e interpretación de canciones y poesías siguiendo el ritmo y la
melodía.
g. Mantenimiento de la postura adecuada durante la comida.
h. Utilización correcta de los correctos: tenedor y cuchara.
i.
Realización autónoma de hábitos de higiene personal: lavado de manos y cara.
j.
Manifestación de los gustos personales en los alimentos.
2. 4.3. Actitudes
a. Adopción de hábitos adecuados de alimentación e higiene.
b. Actitud positiva ante las comidas.
c.
Control del consumo de golosinas y dulces.
d. Autonomía en el aseo y en la alimentación.
e. Actitudes de respeto en la mesa: fórmulas de agradecimiento, peticiones.
f.
Aceptación de las normas de comportamiento establecidas durante las comidas
g. Participación positiva en las tareas cotidianas
h. Expresión de los gustos propios.
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2.5. FORMULACIÓN DE OBJETIVOS PARA LOS MAESTROS
a) Reflexionar sobre los diferentes momentos hábitos de higiene antes y después del
almuerzo.
b) Reflexionar sobre los diferentes hábitos durante el almuerzo.
c) Elaborar un plan para organización durante el periodo del comedor.
d) Implicar a los padres y a otros miembros de la comunidad educativa en la
participación de esta actividad.
e) Evaluar el proyecto de manera continua e introducir cambios precisos que aseguren
su buena marcha.
f)
Dar información precisa y puntual sobre las conquistas más significativas que se
hacen en el transcurso del curso.
g) Coordinar actividades con los padres y la comunidad educativa.
h) Mantener vivo el interés del niño.
Los profesores tendrán en cuenta que hoy en día muchos de los niños que comen en las
Escuelas Infantiles toman la mayor parte de su alimentación en ella. Para ello se deberá cuidar la
calidad y cantidad de los alimentos que el niño debe tomar. En cuanto a la cantidad se debe ser
firme, pero no rígido. Los hábitos alimenticios se fundamentan en los primeros años de vida, pero
hay que saber que están muy condicionados por el ambiente familiar. También decir que muchas
veces el apetito de un niño está determinado por el ambiente y la alegría con la que el niño se
adapte a él. Habrá veces en las que el niño después de haber vivido una jornada feliz y alegre
comerá sin darse cuenta de su falta de apetito.
3. JUSTIFICACIÓN TEÓRICA A TRAVÉS DE LA BIBLIOGRAFÍ CONSULTADA
La alimentación de los niños es un hecho de gran importancia, tanto por las necesidades de
crecimiento como por el papel preventivo de la misma para proteger y promover la salud,
evitando trastornos que se pueden presentar en la edad adulta y que tienen su origen en la
infancia.
Los primeros años de la vida son cruciales en el aprendizaje de buenos hábitos. Conocer los
alimentos, apreciar sus diferencias, valorar las necesidades en cada uno de ellos y aprender comer
de todo debería ser nuestro principal objetivo durante la educación nutricional en la infancia.
Una alimentación saludable debe reunir tres características: variedad, equilibrio y suficiencia y
se debe elaborar en base a los requisitos de cada persona.
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¿QUÉ ASPECTOS TENEMOS QUE TENER EN CUENTA?
-
El ambiente que rodea a la comida: Tan importante como lo que se come es la forma y lugar
donde se come. Para que la digestión y utilización de los alimentos, sea óptima, es necesario
cuidar el ambiente físico y psicosocial que rodea a la comida.
Los ruidos, gritos, mala ventilación, humos, prisas y discusiones, no favorecen el consumo de
alimentos. Los niños son más sensibles que los adultos a situaciones desagradables y su
rechazo se expresa dejando de comer, queriendo levantarse cuanto antes de la mesa.
-
La presentación de los alimentos: Los niños, como las personas adultas, conceden una
importancia especial a la presentación de los alimentos. Es importante aplicar un poco de
imaginación a la hora de servir la comida. Los pequeños lo agradecerán y, además, habrá
mayores garantías de que se la terminen sin rechistar. Si el rechazo del niño es realmente
firme es mejor no empeñarse en que se lo coma, probablemente, al ofrecérselo unos días
más tarde, lo tomará como si nada hubiera sucedido.
-
Debemos marcar algunos límites: La adquisición de los buenos hábitos en la comida es lenta
y conviene intentar enfocarla de una manera agradable aunque es importante trazar ciertos
límites desde el principio. Debemos dejarle que haga sus pinitos en el dominio de la cuchara
aunque eso implique ver cómo se ensucia más que cuando nosotros le damos la comida.
Tampoco existe ningún inconveniente en dejarle tomar con los dedos algunos alimentos
como, por ejemplo, las croquetas. Sin embargo, es necesario enseñarle que los alimentos no
son juguetes, que no se trata de “chapotear” en el plato con la sopa ni de jugar con la
verdura.
PROBLEMAS DE ALIMENTACIÓN EN EL NIÑO
Las alteraciones de comida, contempladas desde la psicología, pueden tener lugar por
exceso y por defecto. Curiosamente el exceso de la conducta de comer se da fundamentalmente
en los adultos y su defecto en los niños o jóvenes (que son los que están creciendo y
verdaderamente necesitan estar bien alimentados).
Los adultos tienden a preocuparse demasiado porque los niños coman, temiendo quizá
que puedan carecer de un bien preciado, todos quieren tener un bebé gordito. Estos adultos que
tanto sufren por no poder comer lo que quieren, ponen a los niños en la situación de tener que
comer lo que no quieren.
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La comida es una necesidad primaria que está ligada al placer; el proceso normal de la
ingesta es: sensación de hambre-ingestión-placer-saciación-detención de la ingesta. Los
problemas de inapetencia y rechazo de comida de los niños sólo pueden entenderse desde un
proceso de saciación-desagrado-evitación, ésta es la secuencia anómala que, desgraciadamente,
colaboran en su aparición los padres del niño que la padece. Cuando un adulto fuerza al niño a
comer, está introduciendo artificialmente el desagrado ligado a la
comida que producirá
reacciones de evitación ante la misma.
Los niños a los seis y nueve meses generan unos mecanismos finos de selección de la
alimentación y están capacitados para regular perfectamente su ingesta tanto cualitativa como
cuantitativamente.
Un niño sano duerme bien, come bien y juega bien. Pero en cualquier niño se puede
romper esta rutina por distintos frentes. Factores tales como enfermedad física, sobreexcitación,
fatiga y sueños pueden producir un descenso del apetito en el niño. Es esencial que los adultos
que le cuidan esperen al restablecimiento de la normalidad sin presionar al niño a que coma en
estas ocasiones.
Si un niño está enfermo puede perder el apetito, pero volverá a normalizarse en cuanto
desaparezca la causa. Los problemas se producen cuando se le obliga a comer, entonces habrá
aprendido que comer puede llegar a ser muy desagradable y rechazará el alimento en otras
muchas ocasiones.
El cansancio, el sueño, la excitación, los cambios en la rutina de la vida diaria también
pueden producir variaciones en el apetito de los niños. Los responsables de su educación deben
estar atentos a estos cambios y variaciones que deben ser respetadas.
Otro elemento fundamental que debe ser tenido en cuenta a la hora de entender los
problemas de comida en los niños es la lucha por el poder en la relación adulto-niño. Desde
edades muy tempranas el niño quiere imponer su voluntad al adulto y la comida suele ser un
medio para conseguirlo.
Los niños no tienen una gran capacidad de análisis, pero suplen esta carencia con una
fina sensibilidad para captar emociones. Cualquier niño medianamente inteligente conoce con
precisión qué cosas le gustan a los adultos que le rodean, cuáles les ponen nerviosos y cuáles le
inducen a ceder.
Cuando un niño no come es importante buscar las causas, que como ya hemos visto,
pueden ser causas físicas o psíquicas.
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Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que los hábitos alimenticios requieren
para su aprendizaje, paciencia, instrucciones claras y sistemáticas, y uso por parte del adulto del
hábito que enseña (ser un ejemplo a seguir). No podemos pretender solucionar este problema de
un día para otro y sin conocer las verdaderas causan que hayan provocado este trastorno.
También debemos observar la conducta del adulto. En muchas ocasiones, los problemas
infantiles surgen como consecuencia de la actuación de los adultos. Cuando no es así, ocurre
también que su colaboración involuntaria sirve para mantener la situación problemática.
Existen tres factores que influyen de manera decisiva en que se aprendan determinados
comportamientos alimenticios.
a) La atención: La preocupación de los mayores ante la problemática de la comida que
presenta el niño lleva a menudo a prestarle más atención justo en el momento en el que
se produce la conducta desadaptativa, de manera que el niño la repite una y otra vez
porque consigue que se le haga más caso.
Es normal que, si por ejemplo el niño se niega a comer, se pretenda entretenerlo
mediante juegos, cuentos y otros medios con el fin de que coma algo. La atención
prestada en estas ocasiones es mucho mayor que en el resto del día. Así el niño relaciona
rápidamente la conducta de negación con la atención, la distracción y el divertirse. Si
quiere que le hagan caso esa es la mejor manera de actuar. Para establecer esta relación
no hace falta ser ni muy mayor ni muy inteligente. Los bebés son perfectamente capaces
de establecer esta relación.
En definitiva, la atención del adulto contribuye a mantener la conducta desadaptativa del
niño. Y esta relación es captada con rapidez por el niño. De esta forma, sin pretenderlo, el
adulto está reforzando su mantenimiento.
b) El modelo: Gran parte del aprendizaje de los niños es mediante imitación. El
comportamiento de la conducta de comer también se imita. De ahí que sea tan
importante el cómo se come delante del niño. Por ejemplo cuando el adulto rechaza un
alimento concreto, sin darle mayor importancia lo cambia por otro alimento que le gusta
más. Pero el niño no discrimina hasta ese punto y lo que aprende instintivamente es que
rechazar comida es sinónimo de elegir algo que le gusta más.
c) El ambiente: Dependiendo de la edad, la televisión, los juguetes, los cubiertos de la
comida y cualquier objeto al alcance de la vista del niño puede ser fuente de distracción.
Distracción que puede servir en unos casos para que el niño coma lo que pretendemos o,
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por el contrario, para favorecer conductas inadecuadas. Por ejemplo, la negativa a comer
sin no ve los dibujos animados en la televisión, comer sólo si el adulto le da la comida
mientras él juega con algún juguete, negarse a comer si no manipula mientras tanto la
cuchara, etc.
4. DESCRIPICIÓN DE LAS ACTIVIDADES REALIZADAS
Funciones del profesorado:
Los profesores tendrán como misión el desempeño de las tareas de vigilancia durante las
comidas y el tiempo libre anterior y posterior a las mismas, prestando especial atención al
cumplimiento de la labor educativa del comedor y al fomento de los hábitos higiénico-sanitarios y
de convivencia de los niños que estén a su cargo.
Condiciones higiénicas de los comedores y normas de seguridad:
Nuestro colegio lleva poco tiempo funcionando y debido a los problemas de espacio que
actualmente tenemos, no contamos con cocina propia y por ello nos decidiremos por un servicio
de comedor externo, que nos suministrará las comidas ya elaboradas.
A su favor podemos decir que esto nos permitirá tener cierta tranquilidad con el gran número
de niños alérgicos que tenemos en nuestro centro y la gran variedad de menús que debemos
ofrecer debido a la edad de nuestros niños y a sus características.
Nuestros menús estarán realizados por un especialista en nutrición y las instalaciones y el
personal que se encargará de la elaboración de nuestras comidas, se supone, debe estar
perfectamente vigilado por sanidad y debe cumplir con requisitos muy severos. Pero además, el
centro se encargará de evaluar diariamente la calidad de los alimentos y la aceptación que ha
tenido tanto por parte de los niños como por el profesorado, así como la toma de decisiones de
las modificaciones necesarias trimestralmente que considere necesario.
Con el fin de ofrecer una mayor calidad en la alimentación, desde un principio optaremos por
un servicio diferente al que hasta ahora se suele utilizar en las grandes ciudades. El catering que
nos servirá, elaborará el mismo día nuestras comidas, y con ello conseguiremos que los alimentos
no vengan embasados al vacío y que se le añadan diferentes aditivos para conservar la comida.
Además ciertos alimentos se elaborarán diariamente en el centro, como la compota de fruta, con
el fin de que no pierda su valor nutricional.
En su contra, nos encontraremos con un mayor gasto ya que siempre se debe pedir el mismo
número de comensales y una gran variedad de dietas especiales, ya que la comida se realiza
temprano por las mañanas y no puede sufrir constantes modificaciones.
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Para distribuir la comida contaremos con un cuarto específico, perfectamente cerrado y
ordenado, donde se servirá diariamente el menú en los carros. La comida se servirá en recipientes
específicos, cada uno con su tapa correspondiente y que estarán preparados para mantener el
calor durante un tiempo determinado.
Contaremos también con un termómetro especial para medir la temperatura de la comida
antes de servirla. Diariamente se elaborará una evaluación, se apuntará la temperatura de cada
uno de los platos y se guardará una muestra en nuestros congeladores. Esta evaluación también
la realizará diariamente el catering para ofrecer un mayor control en nuestros alimentos.
En nuestras instalaciones contaremos también con un espacio de almacenamiento de
productos cerrados y con una zona fría con un congelador y dos neveras.
En una zona apartada tendremos un lugar para los materiales de desecho, bien separados
según las normas de reciclaje.
Asimismo contaremos con un cuarto de lavado, un Office, perfectamente separado de la zona
de comida y donde se realizará la limpieza de todos los carros, vajillas y cuberterías…
Todas estas zonas contarán con una correcta ventilación, serán de fácil acceso y estarán
terminadas con un material muy resistente, fácil de limpiar, seguro y no atacables por ácidos o
sustancias empleadas en la limpieza.
Con respecto a la maquinaria y otros útiles de trabajo podemos decir que tendremos un
exhaustivo plan de limpieza. De forma que diariamente se hará una limpieza íntegra de todos los
utensilios que se utilizan y semanalmente se limpiará a fondo cada uno de los cuartos. Todos los
productos que se utilicen estarán perfectamente seleccionados para cumplir con una correcta
limpieza y desinfección y contarán con una ficha técnica que los avale.
Además, trimestralmente se realizará una revisión y desinfección de los diferentes espacios,
las máquinas y los utensilios necesarios.
Como ya comentamos anteriormente los menús estarán elaborados por un especialista en
nutrición con el fin de que sea un menú apropiado, equilibrado y lo suficientemente abundante.
Además éste irá sufriendo las modificaciones que el centro considere oportuno según la
aceptación y la calidad de los alimentos. Los menús se elaborarán trimestralmente y se mandarán
a casa para que los padres estén bien informados y puedan completar dicha aportación.
Los niños en estas edades están en un periodo de crecimiento pro lo que la alimentación
debe responder a sus necesidades:
-
Desarrollo armónico de su cuerpo
-
Facilitar energía suficiente para compensar la actividad en el juego.
-
Proporcionar variedad de alimentos que fomenten buenos hábitos dietéticos.
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La variedad y la cantidad justa de alimentos son la base de una nutrición equilibrada, es decir,
aquella que les proporciona todas las sustancias nutritivas que su organismo necesita. Hay que
tener en cuenta que una dieta equilibrada resulta vital para el buen desarrollo del niño.
Con respecto al personal, se tendrá especial cuidado en la higiene personal de las dos
personas encargadas de servir la comida y de las profesoras y auxiliares que ayuden en los
comedores. Utilizarán ropa de uso exclusivo de trabajo, prenda de cabeza, calzado adecuado a su
función en perfecto estado de limpieza.
Todas las personas que estén en contacto con los alimentos poseerán además, el
correspondiente carné de manipulador, expedido por la Dirección Provincial de Sanidad.
Personal encargado de los comedores:
Contaremos con dos responsables, encargados de organizar los carros. Estas dos personas
no sólo tendrán la formación necesaria sino que contarán con una organización muy detallada del
tipo de alimentos que deben distribuir para los diferentes grupos.
En un tablón informativo se detallarán los diferentes menús para el trimestre, las dietas
especiales, todos los niños alérgicos del centro y los cuidados necesarios, las adaptaciones
necesarias según edades, etc.
En primer lugar se organizarán los carros con los útiles necesarios para cada clase, se
medirá la temperatura de la comida, se recogerá una muestra de cada uno de los platos y
finalmente se distribuirá la comida por los diferentes grupos.
El buen entendimiento y la colaboración entre el personal de cocina, el personal de
servicios y las educadoras de las aulas son fundamentales. Y será más fácil que existan si las
educadoras se muestran solícitas y consideradas con sus compañeros de trabajo y explican
siempre las razones educativas en las que basan cualquier decisión que suponga a éstos un
mayor trabajo. El personal de cocina debe comprender cuál es el objetivo que se proponen las
educadoras con su forma de organizar las comidas. Quienquiera que sea el responsable de
disponer los carros de comida deberá saber sencillamente por qué es importante que haya
siempre disponibles cubiertos suficientes (con algunos de más, por si es necesario en la mesa),
jarras de agua, vasos y todo lo demás. Debería ser una persona del servicio quien trajera el carro,
para que ninguna educadora tenga que abandonar a su pequeño grupo.
Durante la hora de la comida:
Nuestras aulas son amplias y luminosas y cada una de ellas tiene un lugar para colocar las
hamacas y un baño adaptado a cada grupo de edad. Consideramos que cambiar a los niños de
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espacio o de personal durante unos momentos tan especiales como puede ser el aseo, el comedor
o la siesta…, provoca situaciones estresantes y conflictivas para nuestros niños.
En el aula serán, la propia profesora y la auxiliar, las que se encarguen de servir la comida
para su grupo. De esta forma conseguiremos que los niños se encuentren en un ambiente
cercano, conocido y tranquilo, ya que consideramos que un comedor para niños tan pequeños no
facilita la labor educativa del profesorado.
Las mesas y las sillas tendrán una altura adecuada para que los niños apoyen los pies en
el suelo y tengan los codos a la altura de la mesa. Si algún niño se acerca demasiado al plato,
porque la silla no tiene la altura apropiada, tendrá más dificultades para manejar la cuchara.
Deberá levantar el hombro para llevar la cuchara a la boca, ya que los niños pequeños no doblan
la muñeca como hacemos los mayores cuando utilizamos la cuchara o el tenedor.
Las tutoras no sólo conocen perfectamente a los niños, sino que además les resultará más
fácil distinguir entre un niño que no quiere comer por falta de apetito o un niño que intenta
llamar la atención. Consideramos fundamental que la persona que cuida el comedor conozca
perfectamente a los niños, conozca la situación personal de cada uno, el día que han tenido y
tenga una comunicación diaria y fluida con los padres.
Antes de la hora del almuerzo la auxiliar preparará cada día las mesas. Primero se
limpiarán durante el último recreo, se pondrán manteles alegres y llamativos, se organizarán las
servilletas, babys y baberos de los niños y cuando todos se hayan aseado y estén preparados y
tranquilos para empezar a comer, empezaremos con la rutina.
Todos los días, antes de empezar a comer la profesora hará una pequeña presentación de
los alimentos que vamos a consumir ese día. Hablamos de los diferentes platos, de si vamos a
comer pescado o carne, qué cubiertos vamos a utilizar, recordaremos las normas en la mesa…
El tiempo que medio entre el juego y el uso compartido del cuarto de baño y hasta la
comida es un periodo difícil, pero se puede conseguir que resulte más llevadero con una
planificación cuidadosa.
Una de las razones por las que se aconseja que el tiempo de aseo previo a la comida se
pase en grupo pequeño es la de relajar el ambiente. Esto reduce mucho el ruido y la tensión, y
posibilita evitar la situación desastrosa en que se obliga a los niños a sentarse a las mesas a
esperar mientras llega el carro de la comida.
A la hora de servir la comida, la cantidad, los gustos…, y antes de decidir el tiempo que
van a tener los niños para comer, de las normas que vamos a seguir cuando un niño no quiera
comer, etc. Tendremos presente todos los puntos anteriormente mencionados y llevaremos a la
práctica las diferentes técnicas y sugerencias consultadas.
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5. EXPOSICIÓN DE LOS RESULTADOS OBTENIDOS DE SU PUESTA EN PRÁCTICA
Con la puesta en práctica de todos los puntos expuestos anteriormente conseguimos
mantener una buena higiene, una sana y correcta alimentación y una actitud positiva de nuestros
alumnos con respecto a la comida.
En un Escuela Infantil muchas veces nos centramos únicamente en que el niño coma, y
nos olvidamos de la importancia de “aprender a comer”.
Como podemos observar en este trabajo, no sólo el personal de cocina o las auxiliares de
comedores tienen una función fundamental en la hora de la comida, sino que toda la comunidad
educativa participa de forma activa para conseguir unos correctos hábitos alimenticios.
El contenido de las comidas y la forma de organizarlas influye en gran medida en el
bienestar de las educadoras y en su satisfacción profesional. Es un área a la que debe prestar más
atención de la que ha recibido en el pasado. La clave de que las comidas sean una experiencia
agradable y educativa para los niños está en cuidar minuciosamente el detalle. La introducción de
unos alimentos más interesantes y variados que reflejen la diversidad cultural constituye una
oportunidad valiosa para que los padres y las educadoras colaboren.
6. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
ANDERSON, L. y Otros (1977): Nutrición Humana. Principios y Aplicaciones. Ediciones
Bella Terra. Barcelona.
ENCICLOPEDIA DE LA EDUCACIÓN PREESCOLAR (1986): Diagonal/Santillana. Madrid.
GALLEGO ORTEGA, JOSÉ LUIS (1998): Educación Infantil. Ediciones Aljibe. Málaga.
GOLDSCHMIED ELINOR Y JACKSON SONIA (2002): La educación infantil de 0 a 3 años.
Morata. Madrid.
JIMÉNEZ, N. y MOLINA, L. (1989): La Escuela Infantil. Lugar de acción y de
coparticipación. Laia. Barcelona.
JUNTA DE ANDALUCÍA (1990): Propuestas de Educación para la Salud en los Centros
Docentes. CEJA. Sevilla.
MARTÍNEZ, V. y MATAMALA, R. (1992): El comedor de la Escuela Infantil. Consejería de
Educación de la Generalidad
Valenciana. Masteriales Curriculares de Educación
Infantil. Valencia.
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