La abolición del hombre C.S. Lewis VALORACIÓN Ha sido un libro que me ha gustado por saber interpretar cada detalle de la educación cotidiana como importante y analizarlos en conjunto como medio para la abolición del hombre (por abolición del hombre, entendemos la abolición de la naturaleza humana). La concepción de que usamos el lenguaje para expresar nuestros sentimientos no−objetivamente, hace que la perspectiva global del libro sea novedosa. Realiza un tratamiento de la educación occidental tradicional bastante crítico. La doctrina del valor objetivo me parece una idea muy buena y muy aplicable a todas las culturas como creencia de las actitudes que son realmente correctas o incorrectas, ya que es importante objetivizar los contenidos a enseñar si se pretende lograr una auténtica educación. También me gustaría destacar como el autor sabe encontrar el camino a la abolición del hombre que dice, en los instintos. Los humanos al no considerar los instintos como parte de la razón, y al no dar importancia a las emociones y al espíritu, se saltan una parte fundamental para evitar esa abolición. Dentro del contexto de los instintos el autor se contradice un poco, ya que da importancia a la razón, pero no considera los valores dentro de lo instintivo. Si precisamente lo que busca es una doctrina de valor objetivo, basada en la razón y considera los instintos parte de ella, debemos preguntarnos si estos instintos se pueden considerar valores. Por último el concepto de la conquista de la naturaleza por el hombre es enfocado, acertadamente , como que el hombre al conquistar a ésta, también se conquista a sí mismo. Después de tratar los puntos más importantes del libro, he de decir que este autor ha descrito aspectos muy importantes para una buena educación y ha dado buenos consejos para encontrar el verdadero camino de la razón, que, valga la redundancia, es lo que busca una buena educación. REFLEXIÓN Este libro me ha hecho pensar que debemos reflexionar sobre el uso habitual que hacemos del lenguaje. Lo mismo que nosotros, los educadores muchas veces parecen decir algo importante, y en realidad sólo expresan sus sentimientos. Así que todos debemos tener cuidado y ser objetivos, porque éste fenómeno provoca, poca enseñanza, poca educación. (Aquí hemos de recordar que, en cierto modo, todos somos educadores, porque todos tenemos algo que enseñar a alguien ). El deber del educador moderno debe ser alimentar la sensibilidad humana, no expresar su mera opinión. Así nuestros valores deberían proceder de una doctrina objetiva, inculcada en nosotros desde siempre con convencimiento, que además entrene a las emociones junto al intelecto. Parece un poco difícil, pero es lo que el autor defiende. La conclusión a la que llegamos es que si no entrenamos las emociones sólo conseguiremos intelectuales fríos, sin virtud ni arrojo (cito textualmente).Además para esa correcta educación de la que habla el autor, es necesario ampliar nuestro concepto de razón: no limitarse a valores tradicionales subjetivos, considerar la importancia del instinto... 1 Aquí debo reflexionar sobre el instinto, ya que el autor lo considera herramienta indiscutible del hombre. El dilema es su existencia, la existencia de una ley natural proveniente de nuestros antepasados. El autor rechaza la concepción de valor y dice que el instinto nos influye en el comportamiento. Creo que se debe a que lo considera un sustituto de los valores tradicionales citados respecto a los principios de nuestras acciones. Aquí llegamos a la reflexión final del libro y a la mía propia: el control progresivo de los procesos naturales, el poder de una generación sobre la otra, no significa otra cosa que el poder por el hombre también lo es sobre el hombre. Creo que el autor pretende decir que la naturaleza humana será la última parte de la naturaleza que se rinda al hombre; pero que esto no significa que así ganemos nada, sólo abolirnos como personas, abolirnos como especie humana, sólo la abolición del hombre. INFLUENCIA QUE HA EJERCIDO ESTE LIBRO EN MI COMO TRABAJADORA SOCIAL Este libro me ha influenciado positivamente. Me ha enseñada que debo medir mis palabras y usarlas objetivamente, que debo pensar en la educación de los demás como un libro en blanco donde todos dejarán algo escrito y que mi influencia será importante para todo aquel al que me toque educar o reeducar. Yo también siempre he creído que las emociones son parte de la inteligencia, así que el autor sólo me recuerda que les de la importancia que se merecen. También los instintos entran en mi esquema de razón, aunque con un valor menos prominente que el que cita el autor. Me ha enseñado a considerarlos un medio del hombre, a tener en cuenta y a utilizar. Como educadora, también intentaré inculcar valores no−tradicionales, aunque en este caso me parece difícil ser objetiva. Quiero decir que si yo no estoy de acuerdo con esos valores, realmente estaré expresando mi opinión aunque sólo intente hacer lo correcto. Así que simplemente mediré mis palabras para cambiar un poco la escala de valores que han de ayudarme a cambiar el resto de los educadores, usando tanto la razón como los sentimientos. He de añadir que me ha gustado el libro. 2