DERECHO MERCANTIL I 4º curso - Grupo 42 Guía práctica nº 1 Curso 2009-2010 Prof. Dr. García-Cruces I.- Lo primero que ha de hacerse es seleccionar los hechos relevantes para la resolución de la práctica. De acuerdo con el supuesto de hecho, conviene destacar los siguientes extremos: • El Sr. Lainez es una persona física, mayor de edad, que aparece frente a terceros como titular de un establecimiento abierto al público y en el que desarrolla la actividad propia de disco bar. • Por otro lado, en una fecha posterior al inicio de esa actividad económica, contrae matrimonio, sin que se especifique si los contrayentes han otorgado capitulaciones matrimoniales. • Como consecuencia del matrimonio, pero antes de su celebración, su suegro lleva a cabo distintas actuaciones que redundan en beneficio de aquel señor. Así, adquiere parte del pasivo exigible al Sr. Lainez (96000 euros), al comprar distintos créditos líquidos, vencidos y exigibles. Por otro lado, dona a la mujer del Sr. Lainez un piso de 200 m2. • Celebrado el matrimonio, la Srª. Altolaguirre manifiesta su consentimiento para que su cónyuge, el Sr. Laínez, pueda “disponer de su patrimonio personal a fin de mejorar la propia solvencia empresarial”. De acuerdo con los datos del supuesto de hecho, la situación patrimonial en la que se encuentra el Sr. Lainez tras todos estos hechos puede resumirse del siguiente modo: • Activo.- se reduce al valor económico del derecho arrendaticio sobre el local en el que se asienta el establecimiento de su titularidad. • Pasivo.- asciende a una deuda de 12000 euros frente a La Licorera del Norte S.A. Esta deuda se atiende mediante un acto de disposición que lleva a cabo el Sr. Laínez con cargo a una cuenta corriente que es de titularidad de su cónyuge y cuyo saldo tiene su origen en los honorarios que ésta percibiera en el desempeño de su actividad profesional como arquitecta. 1 • Ante la situación descrita, el Sr. Laínez intenta resolver su deficitario estado con la negociación para obtener la concesión de un crédito, confiando en el respaldo a su solvencia que suponen los bienes privativos de su cónyuge (el piso donado por su padre a la Srª. Altolaguirre) II.- Una vez seleccionados, es necesario actuar la calificación jurídica de los hechos anteriores. En primer lugar, el Sr. Laínez ha de ser calificado como comerciante individual o empresario persona física. Esta calificación se justifica en las siguientes circunstancias: • Es mayor de edad y tiene la libre disposición de sus bienes, pues no consta incapacidad alguna. De este modo, satisface la exigencia de capacidad requerida para el ejercicio del comercio (art. 4 C.com.) • Desarrolla una actividad económica que puede calificarse como “comercio”, pues es un intermediario (actividad de disco bar). Además publicita esa actividad, resultando de aplicación la presunción del art. 3 C.com. • Esa actividad la desarrolla por sí y para sí, sin actuar su ejercicio a favor de un tercero mediante el mecanismo de la representación. De este modo, asume las resultas de esa actividad económica, tanto sus posible beneficios como las pérdidas. Por otro lado, ha de valorarse la incidencia que puede llegar a tener el hecho de que este comerciante contrajera matrimonio cuando ya venía dedicándose al ejercicio del comercio. Esta circunstancia podrá determinar que bienes pueden quedar afectados a las resultas de su actividad empresarial. De este modo, puede señalarse que: • Son personas sujetas a Derecho Común (en razón de su vecindad civil) y no han otorgado capitulaciones matrimoniales. La consecuencia a que conducen ambos hechos no es otra que la de afirmar la vigencia del régimen económico matrimonial de gananciales (art. 1361 C.c.) • Dado el régimen de gananciales y, por tanto, la presencia de bienes comunes, debemos estar a cuanto disponen los arts. 6 y ss. C.com. III.- Resueltos las cuestiones anteriores, ahora pueden enfrentarse los problemas que suscita el supuesto práctico. El problema principal que se ha de atender es el relativo a los bienes sobre los que los terceros – acreedores del cónyuge comerciante – pueden realizar sus créditos. Dadas las circunstancias del supuesto de hecho, y de acuerdo con las previsiones de los arts. 1347.1º C.c. y 6 C.com., hay que observar que: 2 • Siempre van a quedar afectos a las resultas del ejercicio del comercio que viene desempeñando el Sr. Laínez sus bienes privativos así como las resultas (beneficio) obtenido en el desarrollo de su actividad empresarial (pese a que tales resultas se califiquen como gananciales). • Para que queden afectos todos los bienes gananciales a favor de la actividad comercial del Sr. Laínez resulta necesario que su cónyuge, la Srª. Altolaguirre, preste el oportuno consentimiento. De acuerdo con las disposiciones del C.com., este consentimiento puede ser expreso pero también presunto. Dadas las circunstancias del supuesto de hecho, no hay duda de que se ha prestado ese consentimiento de modo presunto, pues el cónyuge no comerciante conocía el ejercicio del comercio con anterioridad a contraer matrimonio y éste se continuó sin su oposición con posterioridad (art. 8 C.com.). En definitiva, la conclusión no puede ser otra que la de afirmar que todos los bienes comunes de la sociedad conyugal formada por el Sr. Laínez y la Srª. Altolaguirre quedan afectos a las resultas del ejercicio del comercio que viene desempeñando aquél. Esta circunstancia hace que el pago de una deuda (la contraída con La Licorera del Norte S.A.) realizado con cargo a la c/c sea un pago bien hecho, dado el carácter ganancial de esas sumas. • Cabe cuestionarse si la vinculación a las resultas del comercio alcanza también a los bienes privativos de la Srª. Altolaguirre (en particular, al piso que le fuera donado por su padre). Para conseguir tal efecto, el C.com. no sólo requiere un consentimiento expreso por parte del cónyuge no comerciante sino que, también, ese consentimiento ha de ser formal (escritura pública) y público (inscripción registral). En el supuesto de hecho, el consentimiento prestado es expreso y público (se ha formalizado en escritura pública) pero no cumple con la exigencia de publicidad registral. La conclusión sería, entonces, que los bienes privativos del cónyuge no comerciante no quedarían afectados a las resultas del ejercicio del comercio por parte del Sr. Laínez. Cuestión distinta, y que cabría plantearse, sería la que se suscitaría si se hubiera dado – no parece que se haya hecho así – una publicidad de hecho a ese consentimiento y que, en su virtud, los terceros hubieran confiado en sus efectos. En tal caso, que no parece ser el que se corresponde con el supuesto de hecho, debería aplicarse el principio de buena como límite del principio de oponibilidad o de publicidad material negativa (art. 21 C.com.). Una última cuestión pendiente es la relativa a que debería hacer la Srª. Altolaguirre, y que le debería aconsejar su padre, a fin de evitar la afección del patrimonio familiar como consecuencia del ruinoso ejercicio del comercio por parte del Sr. Laínez. La solución vendría dada por la posibilidad que permite el C.com de revocar los consentimientos que, a estos efectos, hubieran sido prestados (art. 10 C.com.). Ahora bien, la revocación de esos consentimientos 3 – tanto para vincular bienes comunes como privativos – debe respetar dos exigencias que limitan su eficacia. Así: • Esa revocación no afecta a las situaciones anteriores sino que, tan sólo, opera “ex nunc” (art. 11 C.com.). • En segundo lugar, ha de ser objeto de la oportuna publicidad registral (sin perjuicio de los efectos que, en su caso, podrían predicarse de la publicidad de hecho que hubiera podido darse a tal revocación). El problema que se plantea en el supuesto de hecho es que el comerciante Sr. Laínez no está inscrito en el Registro Mercantil y, por tanto, no cabe la inscripción de la revocación del consentimiento, dada la vigencia del principio de previa inscripción o de tracto sucesivo (art. 22.1 C.com. y art. 11 RRM). Ahora bien, el art. 88.3 RRM, a los efectos de lograr la inmatriculación de un comerciante individual, advierte que “el cónyuge del empresario individual podrá solicitar la inscripción de éste en los casos y a los efectos de los artículos 6 al 10 del Código de Comercio”. Referencia de jurisprudencia.• • • Respecto de los requisitos exigidos para la calificación de una persona física como comerciante, vid. STS de 27 de abril de 1989 (RJ 1989, 3266). En relación con el ejercicio de comercio por persona casada en régimen de gananciales vid., respecto de distintas cuestiones, STS de 28 de septiembre de 2001 (RJ 2001, 7154) y STS de 7 de marzo de 2001. Sobre las presunciones de consentimiento para vincular la totalidad de los bienes gananciales, vid., también,- SSTS 22 de octubre de 1990, Ar. 8031; 6 de junio de 1994, Ar. 4585 y de 10 de noviembre de 1995, Ar. 8116, 4