Templanza. Por: Priscila Alejandra Díaz Carmona. Hola niños espero que hayan aprendido lo que Dios, nos pide a cada uno de nosotros; para ser un buen árbol que da frutos buenos, hoy veremos el último que es Templanza que es igual a: DOMINIO PROPIO: "Poder que uno tiene sobre lo suyo; auto-control frente a la tentación". Este elemento del fruto nos habla del equilibrio en todas las acciones de nuestra vida. Uno puede perder el dominio de sí mismo frente al televisor, excederse en los juegos y no cumplir con las obligaciones de la escuela o la casa, comer más de lo que necesitamos, perder el control en un partido, enojarse por cosas insignificantes, etcétera. ¿Sabías que nadie te puede hacer enojar? Tú tomas la decisión de enojarte ya que Dios nos dio dominio propio para controlarnos, ahora piensa dos veces antes de decir que alguien te hizo enojar y mejor decide tu no enojarte. “Absteneos de toda clase de mal” (1 Tesalonicenses 5:22). Este es el fruto del Espíritu que nos ayuda a decir ¡no! a las cosas que no agradan a Dios. En otras palabras, es el dominio propio. Como cristianos, nosotros podemos contar con la ayuda de Jesús mientras le obedezcamos y vivamos según sus caminos. La Biblia dice que el Espíritu de Dios en nuestras vidas nos da gozo, paz, paciencia, amor, fe y otras cosas más. La Biblia le llama a estas cosas "el Fruto del Espíritu". Sigue las siguientes instrucciones para colorear la canasta de frutas. 1. Colorea de amarillo la fruta que dice que eres paciente. 2. De naranja la fruta que significa que tienes control de ti mismo. 3. De color rojo la fruta que dice lo que sientes cuando estás feliz. 4. De color rosado la fruta que dice que tienes cuidado de otra persona más que de ti mismo. 5. De color café el espacio que dice que el fruto del Espíritu es dado a nosotros cuando le obedecemos a Él. 6. De color verde la fruta que significa que eres amable y bondadoso con otros. 7. De color verde claro la fruta que significa que no estás preocupado. 8. De color violeta la fruta que significa que haces las cosas con moderación. Presidente Lyndon Johnson. Durante su período como Presidente de los Estados Unidos, Lyndon Johnson andaba de sobre peso. Un día su esposa le retó con esta franca aserción: "No podrás gobernar al país si no puedes gobernarte a ti mismo." Mes 5. Año 4to, 2015. Semana del 24 al 30. Número: 21 ... la verdad os hará libres. Juan 8:32. Ninguna cosa procuró sino… Por: Pedro Castañeda. “Cuando le llegó a Ester, hija de Abihail tío de Mardoqueo, quien la había tomado por hija, el tiempo de venir al rey, ninguna cosa procuró sino lo que dijo Hegal eunuco del rey, guarda de las mujeres; y ganaba Ester el favor de todos los que la veían.” Ester 2.15 Hace un par de semanas atrás vi una película sobre el libro de Ester. A pesar de las limitaciones en producción y demás detalles que no la hacían una gran película para el mundo, había en ella la oportunidad para compartir la verdad de Dios, y mi vida fue tocada con un aspecto importante: aún en los tiempos de deportación del pueblo de Israel, Dios tuvo cuidado de su pueblo, dándoles gracia delante de los reyes. Mientras veía esa película pude comprender como en esos tiempos de angustia para el pueblo de Dios, alejados de su amada Jerusalén y de Israel, donde había cosas y personas que se levantaban en contra ellos, la mano de Dios jamás se apartó de ellos. Dios obrando a través de cada decisión en los reyes para cumplir Su Palabra. Aun a pesar de que la deportación y el exilio fueron consecuencia del pecado del pueblo de Israel, Dios había hecho una promesa, y la cumpliría completamente: Él sería su Dios, y ellos serían Su pueblo. Cuando leemos el libro de Ester pareciera un cuento de princesas: una mujer que es preparada para ganar el favor del rey y convertirse en su esposa y reina. Sin embargo, hay mucho más que eso. En el libro de Ester vemos como una mujer dedicó años de preparación para ganar el corazón del rey. No era un asunto de popularidad o egolatría, sino un asunto para conquistar el corazón del rey que se había agradado de ella. Ester procuró con diligencia aquellas cosas que le eran instruidas con tal de ganar el corazón del rey. Durante ese tiempo, y lo podemos confirmar en otros libros como el de Daniel, Dios da una gracia especial a Sus hijos para que sea reconocido que Dios es su Dios, una gracia tan especial que hacen que la gente voltee y digan: hay algo diferente en ellos. La parte más emocionante e inspiradora de leer estos libros es saber y creer que el Dios de Ester, el Dios de Daniel, el Dios de la Biblia, es nuestro Dios. Así como a ellos se mantuvo fiel mientras atravesaban tiempos de terrible oscuridad, también nosotros, Sus hijos, podemos confiar que Dios será fiel hasta el final. Si tan sólo procuráramos agradar el corazón de Dios, nuestra vida cobraría un significado más real, más sublime. Vivir para enamorar más y más a nuestro Gran Rey. Que nuestra pasión por Dios jamás se extinga. Biblia en gráficos. Hechos 4:12. MUJER. Mujer fuerte contra Mujer de Fortaleza. Una mujer fuerte hace ejercicio todos los días para mantener su cuerpo en forma... pero La Mujer de Fortaleza se pone de rodillas en oración para mantener su alma en forma. La mujer fuerte no le teme a nada... pero La mujer de fortaleza muestra valor en medio de su temor. La mujer fuerte no permite que nadie obtenga lo mejor de ella...pero La mujer de fortaleza da lo mejor de ella a todos los demás. La mujer fuerte camina con mucha seguridad...pero La mujer de fortaleza sabe que Dios la levantará cuando ella caiga. La mujer fuerte viste su rostro de confianza...pero La mujer de fortaleza se viste de gracia. La mujer fuerte tiene fe y sabe que es suficientemente fuerte para la jornada...pero La mujer de fortaleza tiene fe de que es durante la jornada donde ella se hace fuerte. Catadores de sermones. Boletín 20, 2015). Por: Pst. David Wilkerson. (Continuación, viene del Y a medida que la gente se paraba y oía la Palabra de Dios, su emoción crecía. En momentos, Esdras estaba tan abrumado por lo que leía, que se detenía y “Bendijo entonces Esdras a Jehová, Dios grande” (Nehemías 8:6). La gloria del Señor descendía poderosamente y todo el pueblo levantaba sus manos para alabar a Dios: “Y todo el pueblo respondió: ¡Amén! ¡Amén! alzando sus manos” (8:6). A medida que la Palabra era leída: “se humillaron y adoraron a Jehová inclinados a tierra” (8:6). El pueblo se humilló delante de Dios, en quebrantamiento y arrepentimiento. Entonces, después de un tiempo, se pusieron de pie para experimentar más. Por favor nota que esta reunión no incluyó ningún relato emocionante para tocar las emociones de las personas. No había manipulación alguna desde el púlpito, tampoco testimonios dramáticos. Ni siquiera había música aún. Este pueblo solamente tenía un oído para oír todo lo que Dios quería decirles. Yo creo que hoy, el Señor desea moverse entre Su pueblo de la misma forma. Veo que Su Espíritu se está moviendo en las iglesias, dondequiera que haya un hambre por Su Palabra. La vida en sí es esperar. Por: Edgar Castañeda. “Aguarda a Jehová; Esfuérzate, y aliéntese tu corazón; Sí, espera a Jehová.” Salmo 27:14 Los milisegundos en su conjunto, aunque este milisegundo es una nada de tiempo, constituyen un segundo, estos a su vez por igual, podemos decir que el segundo también es un intervalo de tiempo poco significativo, sin embargo estos segundos constituyen minutos, y estos minutos ya comienzan a representar un tiempo considerable a diferencia de los milisegundos y segundos; estos minutos acumulados constituyen las horas, las cuales ahora si ya nos llaman más la atención, estas horas constituyen días, los días semanas, las semanas meses, los meses años, los años siglos, etc. etc. etc. Desde que se efectúa una concepción en el vientre de una madre comienza un cuenta de tiempo de ese nuevo ser humano en camino hacia la vida terrena, podemos observar en esto que el ser humano si o si está sujeto en toda su vida a un tiempo. El tiempo sabemos tiene movimiento, es un transcurrir de eventualidades simultaneas o sucesivas en todo el universo, es tal el trascurrir de los eventos que aunque uno decida no hacer nada el organismo por si solo tiene movimiento sujeto a tiempo, el corazón late ciertos latidos en un intervalo de tiempo X, ese trascurrir de tiempo del cuerpo lo desgasta, dado el movimiento que genera una fricción la cual genera el deterioro. El Señor no está sujeto a eso, y eso para nosotros resulta en beneficio porque al no desgastarse o cansarse o fatigarse sabemos que ÉL Siempre es el mismo, no se cansa no desfallece ni se fatiga, con toda seguridad podemos confiar en ÉL a ojos cerrados. “Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.” Eclesiastés 3:1 ¿Qué es esperar? Esperar (Del lat. sperare). 1. tr. Tener esperanza de conseguir lo que se desea. 2. tr. Creer que ha de suceder algo, especialmente si es favorable. 3. tr. Permanecer en sitio adonde se cree que ha de ir alguien o en donde se presume que ha de ocurrir algo. 4. intr. No comenzar a actuar hasta que suceda algo. 5. intr. Dicho de una cosa: Ser inminente o inmediata. 6. intr. Poner en alguien la confianza de que hará algún bien. Esperanza: 1. f. Estado del ánimo en el cual se nos presenta como posible lo que deseamos. 2. f. Mat. Valor medio de una variable aleatoria o de una distribución de probabilidad. 3. f. Rel. En la doctrina cristiana, virtud teologal por la que se espera que Dios dé los bienes que ha prometido. Vivir, pues, implica esperar. Bajo esta tesitura o entendimiento, la pregunta correcta seria ¿esperar qué o a quién? Si toda la vida en sí es esperar, forzosamente esperar que. Si hay un espera es que hay un propósito, un algo prometido o un punto de llegada como el termino de esa espera, de lo contrario no sería posible esperar porque no hay nada más delante y si no hay nada más delante no hay movimiento, al no haber movimiento pudiéramos decir que hay muerte. El creyente aprende a esperar en Dios todas las cosas, es ÉL nuestra esperanza, entendemos que la vida misma en esta tierra es una larga espera hasta ver cumplida la promesa de la venida de nuestro Señor Jesucristo, evento tal que nos refiere el fin de la espera, por ello es que Cristo es nuestra esperanza, nuestra vida.