FRANCISO HERRERA “EL VIEJO” (Sevilla, hacia 1588 – Madrid, 1654) “San Francisco” Óleo sobre lienzo. 136 x 96.5 cm Pintado hacia 1635 Francisco Herrera al igual que otros artistas importantes como Velázquez y Cano, pasa por el taller de Francisco Pacheco para completar su formación artística. Herrera, una generación anterior a sus compañeros se forma en una ambiente manierista. No es hasta finales de la década de los 20, coincidiendo con la realización del conjunto de lienzos de la iglesia de San Buenaventura de Sevilla, cuando se fragua su personalísimo estilo de factura potente y suelta, de contornos sinuosos, y paleta de ocres cada vez más calidad. Este conjunto de san Buenaventura es un claro exponente del naturalismo en Sevilla en la línea de las pinturas realistas velazqueñas contemporáneas, e influirán marcadamente en Zurbaran que será el encargado de completar este ciclo con las escenas de la vida de San Buenaventura en 1629. En la década de 1630, Herrera esta en un momento pletórico y domina en solitario el mercado de la pintura sevillana. Hacia el 1635-40 esta realizado este inédito San Francisco, momento que Herrera abandona completamente la arcaica tendencia romanista flamenca y se adentra dentro de un intenso naturalismo desarrollado de manera muy personal. Utiliza un contundente dibujo, formas nerviosas y pincelada enérgica. Los peculiares ojos vidriosos que se ven en el San Francisco, como en la serie San Buenaventura y el San Basilio dictando su doctrina del Museo del Louvre (fig. 1. ) son además comunes de este momento. En los años 40 el pintor se aleja de su característico estilo vigoroso para suavizar mas las formas y expresiones. De este momento es otro San Francisco de colección privada y de composición similar. Éste de modelado más matizado carece de la singular técnica vigorosa y expresiva concentración de materia pictórica de su época de esplendor (fig. 2). La escena recoge el momento de la penitencia de San Francisco en el monte Alverna instantes antes de la estigmatización. El rostro de San Francisco contemplativo y de mira alta no fue la primera idea de Herrera. La radiografía muestra un considerable arrepentimiento, en un primer momento el pintor decide representar al santo de perfil meditando y observando fijamente la cruz (fig. 3). El fondo natural de la vegetación, cielo y formas pedregosas son también elementos muy característicos del artista. Fig. 1 Fig. 2 Fig. 3