LA MOVILIDAD DEL CAPITAL Y LA EFICACIA DE LA POLÍTICA CON UNA CORRIDA DEL CRÉDITO La economía mexicana en los ochenta Jaime Ros'^ INTRODUCCIóN La crisis de la deuda internacional de los años ochenta ha sido extensamente analizada en los pasados años. Los aspectos conceptuales y teóricos de la cesación de los préstamos internacionales han sido objeto de muchas contribuciones importantes, y se han revisado a fondo las cuestiones relacionadas: la solvencia, la liquidez y el cumplimiento de pagos en el contexto de la deuda soberana.' De igual manera, se han examinado ampliamente las consecuencias de la crisis de la deuda en términos de la transferencia de recursos por parte de los países en desarrollo afectados, una reforzada condicionalidad impuesta a la política interna por las instituciones financieras internacionales, y el desempeño económico y social nacional. Otros investigadores han examinado el efecto de los problemas de solvencia en la política fiscal desde el punto de vista de la acumulación óptima de deuda. Por ejemplo, Sachs (1984) modelad pago de la deuda como una restricción al presupuesto gubernamental, para sostener que si apremiara la restricción de la recaudación en el periodo de pago el gobierno debería endeudarse menos que lo indicado por meras consideraciones del mercado. Sin embargo, como han señalado Eaton y otros (1986), este argumento opera en ambos sentidos: si el gobierno estuviera constreñido en el periodo inicial más bien que en el periodo de pago, las condiciones de optimación sugerirían un endeudamiento mayor que el que iguale la tasa de interés mundial al producto marginal interno del capital. * Profesor de economía e investigador del Kellogg Inslitutc for Inlcmational Sludies en la Universidad de Notre Dame. El autor agradece los comenlarios y sugerencias de Tariq Banuri, Kobert Zevin y de un dictaminador anónimo. [Traducción del inglés de Eduardo L. Suárez.] ' Los ensayos del número especial de junio de 1986 de la European Economic Revietv se ocupan de algunos de los principales problemas teóricos y empíricos de la actualidad. Véase en particular el ensayo de reseña de Eaton, Gersovitz y Stiglitz (1986), así como los comentarios de Guesnerie y de Ilcllwig. 561 ,%2 KL THIMKSTH K RCONÓMICO Este trabajo interviene en el debate para sugerir que las consecuencias indeseables del endeudamiento excesivo no se aplican sólo a las dificultades de pago sino también a la eficacia misma de las políticas macroeconómicas. Estos son problemas relacionados pero diferentes y en gran medida inexplorados, que se refieren a las consecuencias de la crisis de la deuda para el manejo de la política interna por medio de una gran reducción de la capacidad de los gobiernos para atraer capital extranjero y retener el ahorro interno dentro del país. Se sostiene aquí que la cesación de los préstamos — de fuentes internas y externas —, que altera drásticamente el patrón de entradas y salidas de capital, ha provocado un empeoramiento considerable de los conflictos entre los diferentes objetivos macroeconómicos, con una pérdida correspondiente de la eficacia de las políticas macroeconómicas del gobierno. A lo largo del trabajo se examinará la experiencia mexicana que será usada para ejemplificar los puntos principales. En nuestra opinión, esta experiencia ilustra en una forma particularmente radical los abruptos cambios provocados por la crisis de la deuda, y las interacciones entre la corrida del crédito externo, las dificultades de la política gubernamental y la fuga de capital privado.^ El trabajo se organiza como sigue. La sección l examina brevemente las condiciones internacionales y nacionales determinantes de la gran expansión de la deuda pública externa en México y muchos otros países en desarrollo durante los años setenta, así como el papel de la deuda externa en la operación y la eficacia de las políticas macroeconómicas a lo largo de ese periodo. Las secciones restantes se centran en las condiciones prevalecientes después de la crisis de la deuda. La sección II introduce la noción de una corrida del crédito en un modelo macroeconómico tradicional, por medio del supuesto del racionamiento del crédito en el mercado de la deuda pública, y la sección III analiza la pérdida de eficacia de las políticas macroeconómicas resultante de un empeoramiento de los conflictos entre el equilibrio interno y el externo en un régimen de tipo de cambio fijo, y entre el equilibrio externo y el "distributivo" en un régimen de tipos de cambio flexible. Un apéndice aporta un análisis formal de las principales conclusiones. ■^ Hará un análisis y antecedente más amplios de la economía mexicana en los años setenta y ochenta, víase, entre otros, Córdoba (1986), Dombusch Í1988), Ize (1989), Lustigv Ros (1987), Reyes Hcroles(1990)yRos(1987). LA MOVILIDAD DKL CAPITAL Y LA EFICACIA DE LA POLÍTICA 563 I. Los MERCADOS DE LOS ACTIVOS Y LA MOVILIDAD DEL CAPITAL ANTES Y DESPUÉS DE LA CRISIS DE LA DEUDA La gran expansión de los préstamos de bancos internacionales a los países latinoamericanos y otros países en desarrollo es un aspecto muy documentado de la evolución de la economía mundial durante los años setenta (Banuri, 1990; Sachs, 1984). En la experiencia mexicana sus dimensiones asumieron una forma extrema. La deuda extema, del orden de 8 mil millones de dólares (cerca de 20% del PIB) a principios de los años setenta, había aumentado a más de 20 mil millones de dólares a mediados de los setenta (véase cuadro 1). Luego de una efímera crisis financiera y recesión económica en 1976-1977, la bonanza petrolera de 1978 a 1981 convirtió a México en un cliente favorito de los bancos internacionales, y los préstamos externos se le concedían en cantidades y condiciones notablemente más favorables que las otoi-gadas al resto de los países en desarrollo. Por lo tanto, mientras que los préstamos de los bancos internacionales al conjunto de los países en desarrollo aumentó 76% entre 1978 y 1981, en el caso de México —que ya era un deudor muy grande en 1978— se elevaron 146% (Frieden, 1984). Aunque la mayor parte de estos préstamos se canalizó hacia el sector público — que absorbió cerca de 80% del total de los préstamos extemos —, el sector privado nacional también se benefició de la mayor disponibilidad de crédito.3 A fines de 1981 la deuda pública extema había aumentado a 64 800 millones de dólares y la deuda privada a 14 900 millones (y alcanzó un nivel máximo de 20 600 millones de dólares en 1983). El gran aumento de los préstamos externos se debió a una combinación de circunstancias internacionales y nacionales. En lo extemo el reciclaje de los fondos de la OPEP dentro del sistema bancario internacional, aunado a la recesión económica en los países industriales, creó un exceso de liquidez que despertó el interés de los bancos internacionales por prestar a las economías en desarrollo de rápido crecimiento. En lo interno muchos de estos países afrontaron, en grados variables y por razones muy diferentes, desequilibrios estructurales en el comercio ' I^s auges de la demanda ¡nlema y la inlervenei6n privada provocaron un rápido creciniirnlo del endcudamicnlo privado global. En las grandes empresas privadas la razón dcuda-eapilal aumenl6 de 90% en 1978 a 120'5{^ en 1981, mientra? que la parlicipaeión de los pasivos denominados en dólares en el total de la deuda aumentó de 30 a 63% durante el mismo periodo (véase l/ipcr.. 198.')). 564 EL TFilMESTRE ECONÓMICO exterior y débiles finanzas públicas.* Su corrección mediante reformas internas no implicaba opciones fáciles, mientras que su importancia podía minimizarse en vista del gran margen de maniobra disfrutado por las políticas macroeconómicas con la disponibilidad de crédito virtualmente irrestricta que prevalecía en los mercados financieros externos. Así pues, en las condiciones internacionales de los años setenta la deuda extema desempeñó un papel decisivo en la creación de un ámbito macroeconómico internacional y nacional en el que pudieran alcanzarse los objetivos principales de la política macroeconómica en términos generales y al mismo tiempo. La ausencia de restricciones al crédito extemo implicaba, al igual que en el modelo estándar de movilidad perfecta del capital, que hubiera siempre una combinación de políticas monetarias y fiscales capaz de conciliar un alto nivel de la actividad económica interna con equilibrio en la balanza de pagos global. Además, el amplio acceso a los préstamos externos daba a las políticas fiscales y cambiarías el margen de maniobra necesario para mantener al mismo tiempo los conflictos sociales internos y el nivel de precios dentro de límites manejables. Los resultados fueron un prolongado período de rápido crecimiento económico, la elevación de los salarios y los ingresos reales, equilibrio externo global y una tasa de inflación que permanecía relativamente baja y estable desde el punto de vista de las normas actuales (véase cuadro 1). La operación de las políticas macroeconómicas durante ese periodo puede ilustrarse mediante un análisis de la afluencia de fondos entre el sector público, el privado y el externo. Se muestran estas afluencias en el cuadro 2, que corrige los superávit (o déficit) financieros públicos y privados por lo que respecta a los efectos de la inflación en las afluencias nominales.^ Antes de 1981 la corriente de fondos mostraba típicamente el siguiente patrón: el déficit del sector público (del orden '' En el México exportador de petróleo, por ejemplo, un declinante superávit comercial agrícola y un persistente déficit comercial en las manufacturas fueron las fuentes principales del desequilibrio extemo. En cambio, la importación de |wlrólco fue uno de los factores principales de la expansión de la lleuda extema en el lirasil. 5 En principio, entonces, el superávit {dcficit) financiero n;al de cada sector se refiere al cambio en los activos financieros reales del sector (o en sus pasivos). Funesta definición, el ajuste por la inflación implica unacorrec^ción del componente inflacionario de las afluencias de intereses nominales, así como cualesquiera pérdidas (ganancias) de capital real en los activos (pasivos) monetarios. Sin embargo, los datos del cuadro 2 no se han ajustado por los efectos de la inflación cxlcmaencl valor real de los activos denominados en moneda extranjera. LA MOVILIDAD DEL CAPITAL Y LA KFICACIA DK LA POLÍTICA 565 ClJADHO 1. La economía mexicana: Indicadores biísicos, 1970-1987 1970-1975 1976-1977 1978-1981 1982-1987 PIB 6.5 Promedio de los salarios reales 4.6 3.8 8.4 -0.2 3.1 3.5 -7.8 12.2 23.3 21.1 80.8 Pública 15.4 25.9 64.8 94.1 Privada 5.0 5.4 14.9 13.5 20.4 31.3 79.7 107.6 Tasa de crecimiento anual (%) Inflación (precios al consumidor) Deuda externa {fin del periodo, miles de millones de dólares) Total FUENTES: Banco de México, 1987: SPP, 1970-1978, 1979-1981, 1981-19a3, 1984; Economía Aplicada se, 1989. de 4-6% del PIB) tenía como contrapartida un déficit de cuenta corriente en la balanza de pagos igual a cerca de dos tercios del déficit del sector público, y un superávit financiero del sector privado correspondiente al resto del déficit del sector público. El superávit del sector privado comprendía a su vez un déficit financiero con el sector extemo (debido principalmente a los préstamos de bancos extranjeros a empresas privadas) y un superávit financiero con el sector público que compensaba con creces al primero y que financiaba de la mitad a dos tercios del déficit financiero del sector público. La porción restante se obtenía luego mediante los préstamos obtenidos por el gobierno en el exterior en cantidades suficientes para financiar al mismo tiempo el déficit de cuenta corriente de la balanza de pagos y el incremento deseado en las reservas internacionales. En ese periodo la política monetaria era capaz de alterar la composición del superávit financiero del sector privado entre activos internos y externos, además de cambiar el monto de la deuda pública vendida al sector externo. Como resultado la política fiscal disfrutaba de una libertad suficientemente amplia para lograr el equilibrio interno y extemo al mismo tiempo, sin poner en peligro la estabilidad del tipo de cambio. En suma, el proceso de elaboración de políticas operaba efectivamente con tres objetivos —equilibrio interno, externo y distri- 566 EL TRIMESTRE KCONÓMICO butivo— y tres instrumentos principales: política fiscal, política monetaria y cambiaría, y manejo de la deuda externa. Sin embargo, el proceso provocó una creciente fragilidad financiera y se tornó insostenible cuando las condiciones externas favorables empezaron a cambiaren 1981-1982. Las tasas de interés real externas, que habían venido creciendo desde 1980, alcanzaron en 1981-1982 un nivel máximo cercano a 9%, mientras que los precios del petróleo empezaron a bajar en un momento en que los ingresos por las exportaciones petroleras representaban aproximadamente 70% del total de las exportaciones de mercancías. En 1981 la expansión del déficit financiero del sector público se acompañó de un aumento del déficit de cuenta corriente y una elevación significativa del superávit financiero del sector privado. Pero las expectativas de un rápido deterioro del tipo de cambio se estimulaban ahora en una masiva fuga de capitales, del orden de los 20 mil millones de dólares desde principios de 1981 hasta mediados de 1982, y la adquisición neta de activos externos por parte del sector privado dejó de ser negativa para alcanzar una gran cifra positiva (véase cuadro 2). Temporalmente el gobierno compensó los efectos de la fuga de capitales en la balanza de pagos por medio de un gran incremento de los préstamos extemos, pero muy pronto empezaría a racionarse cada vez más el crédito externo. Después de dos crisis cambiarías y de dramáticas devaluaciones del peso mexicano en febrero y en agosto de 1982, el gobierno mexicano suspendió los pagos de su deuda externa, lo que señaló el inicio de la crisis de la deuda internacional.^ Después de la crisis de la deuda de 1982 los préstamos externos al sector público mexicano se redujeron hasta proporciones insignificantes (lo que se explica sobre todo por los préstamos bancarios involuntarios con los programas de estabilización y ajuste del FMl). Al mismo tiempo, en contraste con lo ocumdo durante el periodo anteriora 1981, la proporción del superávit financiero del sector privado invertida en el exterior ha permanecido alta y ha aumentado efectivamente durante *> La crisis (Je la deuda empeoró y se hizo más abnipla por las ereeneias iniciales, de parle de los preslamislas internacionales y del gobierno mexicano, de que la elevación de las tasas de interés extemas era un fenómeno temporal, mientras que un precio elevado del petróleo en términos reales seguiría siendo un rasgo permanente de la economía mundial. Esta etapa inicial, que explica la expansión masiva y continua de la deuda durante 1981 y parte de 1982, se vio remplazada por una perspectiva menos optimista y por la comprensión plena de sus implicaciones. LA MOVILIDAD DEL CAPITAL Y LA EFICACIA DE LA POLÍTICA CUADRO 567 2. La identidad de la afluencia de fondos, 1978-1987 (Porcentaje del PíB) 1978 1979 1980 1981 1982 1983 1984 1983 1986 1987 9.8 6.0 1.8 0.1 1.2 3.5 -1.9 6.4 2.1 -3.6 -2.2 -0.9 0.8 -2.7 4.8 1.2 0.0 0.3 1. Déficit financiero del sector público 4.3 5.2 6.1 2. Déficit en cuenta corriente 2.9 3.6 3.9 3. Superávit financiero del sector privado 1.9 1.9 -0.2 3.6 4.4 3.1 (Ad(]uisición neta de; deuda pública)' 3.2 (Adquisición neta de activos externos) 2.5 -0.6 3.3 -1.4 2.1 -2.3 2.2 1.4 0.6 -0.9 3.8 -3.9 + -0.9 -3.0 0.2 -6.3 5.7 2.1 3.0 0.1 2.4 4. Endeudamiento externo del sector público'' 2.3 2.2 1.6 7.8 5.9 2.1 -0.2 2.1 0.9 -0.3 -0.2 -0.5 0.6 1.1 2.1 2.4 4.7 5. Discrepancia estadística*^ -0.5 -0.3 2.4 Banco de México, 1987. « Residuo: (3) - (3.2). '' Cambio nclo en las reservas internacionales. ''Residuo: (l)-(2)-(3). FL'ENTE: la recesión posterior a 1983, a pesar de las grandes devaluaciones reales que redujeron considerablemente el valor en dólares de las salidas financieras. En efecto, el cambio en el valor real de las tenencias de deuda pública mexicana en manos del sector privado ha sido negativo desde 1983, de modo que todo el ahorro real neto del sector privado se ha invertido en el exterior. Este rechazo de la deuda pública por parte del sector privado nacional y extranjero, ha eliminado el margen de maniobra previo para la política fiscal y ha provocado un cambio drástico en la postura fiscal del gobierno. El superávit actual en el balance financiero del sector público es en gran parte la contrapartida de las restricciones fiscales y externas impuestas por la crisis de la deuda, así como por una alteración profunda de la composición de activos del ahorro financiero neto del sector privado. 568 EL TRIMESTRE ECONÓMICO II. LA MOVILIDAD DEL CAPITAL CON UNA CORRIDA DEL CRéDITO Los cambios después de la crisis de la deuda de 1982 pueden interpretarse y analizarse en términos de una modificación profunda de la naturaleza y la extensión de la movilidad internacional del capital. Consideramos una economía "Mundell y Fleming", es decir, una economía con movilidad perfecta del capital internacional, con una adición: que la sustituibilidad entre los activos financieros internos y extemos depende del nivel de endeudamiento del país.^ Los supuestos fundamentales pueden expresarse de manera concisa en formas diagramáticas, como se hace en la gráfica 1, que expresa la relación entre el monto de la deuda pública (interna y externa) y la tasa de interés de los bonos públicos, dado el nivel de las tasas de interés extemas, la riqueza privada y el PNB. La tasa de interés, i,, es la tasa de interés mínima a la que el sector privado conservará los bonos gubernamentales. Como en los análisis tradicionales, esta es la tasa de interés de los bonos gubernamentales a la que los activos extemos y la deuda pública se toman sustitutos perfectos. Así pues, en ausencia de controles de capital, ¿1 debe ser igual a la tasa de interés externa (corregida por la devaluación esperada en el tipo de cambio) más una prima por el riesgo "normal". La modificación del modelo se aplica a niveles de la deuda por encima de Z)i, que es el monto máximo de la deuda pública que se puede vender a la tasa de interés mínima. Por debajo de Di, se aplica el supuesto de Mundell y Fleming de una movilidad del capital perfecta y perfectamente simétrica: los activos financieros extemos e internos son sustitutos perfectos y el gobierno afronta una demanda perfectamente elástica de su deuda. Más allá de D^ se enmienda el modelo para considerar el riesgo específico del país. Modelamos esto de manera muy sencilla, suponiendo que las ventas adicionales de deuda pública sólo pueden realizarse a costa de una prima por el riesgo creciente.** Esto equivale al supuesto de que la demanda de bonos gubernamentales se torna cada vez más ^ Véase en Ealon, Ccrsovilz y Sliglilz (1986) un análisis del riesgo por países y de su influencia en los préstamos inlemacionales. * En otras palabras, suponemos que los prestamistas pueden observar la carga de la deuda de un país. Véase en Klelzer (1984) un modelo con un nivel de deuda inobstirvable, en (|ue un incremento en la cantidad prestada eleva la probabilidad de mora, así como la tasa de interés. LA MOVILIDAD DEL CAPITAL Y LA EFICACIA DE LA POLÍTICA GRáFICA 569 1. Demanda de deuda pública con riesgo de mora e información imperfecta i k / '2 'i 1 Di Dp ► inelástica al aumentar los niveles de la deuda. La prima o diferencia por el riesgo (s) se determina luego mediante la condición: (l-p(D,0)(l+¿+5) = (l+¿);0<p<l donde i es la tasa básica segura, mientras que p es la probabilidad de mora o de pérdida total del valor presente (Eaton y otros, 1986). Siguiendo la bibliografía de las corridas bancarias y del racionamiento del crédito, puede verse la probabilidad de la mora percibida por cualquier banco particular, p, como una función del volumen de préstamos de otros bancos, debido a la presencia de externalidades en la información, y del nivel de la tasa de interés misma (¿), que afecta la capacidad de pago del acreedor o su disposición para pagar.' Dado que p aumenta con i, habrá generalmente un nivel de i en el que p —* 1 y s {= p/(l — p) • (1 + i)} -♦ °° , y en el que no se dispone de crédito por grande que sea el margen.'" ^ La cuestión de si la confianza de los preslamislas se refiere a la solvencia (capacidad de pago) del gobierno o a su voluntad de pagar es importante y debatible, pero sólo secundaria para nuestro interés principal en este trabajo, es decir, sus consecuencias para la gestión macroeconómica. Véase un análisis de esta cuestión en Eaton y otros (1986), así como el comentario de llellwig. '" Un supuesto crítico es que p puede aproximarse arbitrariamente a la unidad, inlnitlucicndo así 570 KI, TRIMESTRE hXONÓMICO Hay entonces un límite máximo para el proceso de incremento de la prima de riesgo y de la venta de bonos. Cuando el acervo de la deuda pública alcance un nivel en el que en la percepción de los prestamistas se ponga en peligro la capacidad o la disposición del gobierno para pagar, la elevación de las tasas de interés sólo agravaría el deterioro de las expectativas de los prestamistas. Esta "trampa fiscal" se representa en la gráfica 1 por el nivel máximo de la deuda pública, D2, y la tasa de interés, ¿2, a la que se torna perfectamente inelástica la demanda de bonos públicos." Este es el supuesto de Mundell y Fleming al revés: no hay ninguna tasa de interés a la que el gobierno pueda vender cantidades adicionales de su deuda, y las entradas de capital son perfectamente inelásticas a los incrementos de las tasas de interés nacionales. El margen entre ¿2 y la tasa de interés mínima, í,, es así la prima máxima por el riesgo (por encima de lo normal) que los prestamistas están dispuestos a aceptar por conservar deuda pública en lugar de activos externos, y se determina por el estado de confianza de los prestamistas, afectado a su vez por el nivel de las tasas de interés externas. Si se mina la confianza debido, por ejemplo, a una elevación de la tasa de interés externa, se reduce la prima máxima del riesgo y desaparece en el límite. La relación entre el acervo de deuda pública y las tasas de interés nacionales asume así la forma de una curva quebrada, como en la gráfica 2, correspondiendo el quiebre a la tasa de interés mínima y al acervo de los bonos públicos demandados a esa tasa. Una curva de demanda quebrada para la deuda pública lleva consigo la implicación de una movilidad asimétrica del capital en el mercado de los activos financieros externos. Para tasas de interés internas mayores que i* las entradas de capital son enteramente inelásticas porque el acervo de la deuda, D*, es el monto máximo de la deuda pública que los sectores privados extranjeros y nacionales están dispuestos a conservar a cualquier tasa de interés: Sin embargo, D* no es un mínimo: a tasas de interés iguales o menores que t* sigue un camliio endógeno de un régimen de prcslamo voliinlario a uno de raeionamienlo del crédito. Como veremos más adelante, el cambio puede provenir también de sucesos cxógenos tales como cambios en las expectativas sobre los movimientos futuros de los precios o los ingresos. " Ksto va más allá de los problemas tradicionales de transferencias o do recaudaciones, en que los costos de los préstamos se manifiestan por medio de modificaciones de los leoninos di; intercambio, o de dificultades en la recaudación de impuestos. Véase el comentario de llcllwig a Eaton y otros (1986). LA MOVILIDAD DEL CAPITAL Y U EFICACIA DE LA POLÍTICA GRáFICA 571 2. Demanda de deuda páldica con movilidad asimétrica del capital D" ocurriendo el fenómeno de la "trampa de la liquidez" y las salidas de capital se tornan enteramente elásticas porque el rendimiento percibido de los activos extranjeros es mayor que el rendimiento de la deuda pública. El análisis de la experiencia mexicana que aparece en la primera sección del trabajo podrá reformularse ahora en este marco. A principios de los años setenta, partiendo de niveles de deuda externa relativamente bajos, la economía mexicana operaba muy por debajo de su "potencial de endeudamiento" {D2 en la gráfica 1, e incluso por debajo de Di). A mediados de los años setenta el descubrimiento de abundantes reservas petroleras y la subsecuente entrada masiva de ingresos por las exportaciones petroleras incrementó más aún el acceso del sector público mexicano al crédito internacional. Los mercados financieros para la deuda pública y los activos externos operaron durante ese periodo en condiciones cercanas al supuesto de la movilidad internacional perfecta. La acumulación de deuda extema se hizo insostenible a resultas de dos cambios abruptos. Primero, el incremento de las tasas de interés externas imponía una carga adicional al servicio de la deuda, a la balanza de pagos y a las finanzas públicas ya debilitadas, y reducía 572 EL TRIMESTRE ECONÓMICO la "prima máxima por el riesgo" que los prestamistas estaban dispuestos a aceptar para conservar la deuda pública.'^ Segundo, el estado de confianza fue también rudamente sacudido por la profunda reversión de la tendencia esperada en el largo plazo de los precios reales del petróleo a partir de 1981. El resultado de estos dos cambios fue la crisis de la deuda de 1982 y la reversión completa de las condiciones que habían prevalecido en los mercados internacionales de capital. En ese periodo, dependiendo del estado de las cuentas del sector público y de las expectativas de devaluación, el estrecho margen entre las dos "trampas" ha incluso desaparecido en ocasiones, provocando así crisis cambiarías seguidas de un periodo de normalización de las expectativas del tipo de cambio. Además, de 1982-1983 a mediados de 1985 y fines de 1987 ocurrieron episodios que revelan este fenómeno, cuando el sector privado nacional aumentó su acervo de activos externos mediante una reducción de sus tenencias de deuda pública (véase cuadro 2). III. LA MOVILIDAD DEL CAPITAL Y LA EFICACIA DE LA.POLÍTICA ECONóMICA En un mundo de movilidad perfecta del capital y de tipos de cambio fijos se aplican las conclusiones de política del modelo de Mundell y Fleming. La política fiscal logra plenamente el equilibrio interno, mientras que la política monetaria es un poderoso instrumento para influir en la balanza de pagos. La eficacia relativa de los dos instrumentos se invierte en un régimen de tipos de cambio flexibles, pero en ambos casos hay siempre una combinación de políticas fiscales y monetarias que puede lograr simultáneamente el equilibrio interno y externo.'^ La movilidad asimétrica del capital tiene varias consecuencias en la operación de las políticas macroeconómicas. Primero, incrementa las restricciones impuestas a la política fiscal. Una expansión fiscal financiada con un incremento de los bonos públicos vendidos al sector '2 Como señalamos antes, esto no necesariamente se infiere a una elevación de la tasa de interés misma, sino sólo a las expectativas sobre la permanencia o la transilorícdad del nivel mayor observado en las lasas de interés. '■^ Adviértase que este problema no está conectado con el de la restricción presupuestaria del gobierno. No hay aquí ningún supuesto acerca de la capacidad de un gobierno para elevar impuestos, sino sólo acerca de su capacidad para vender su deuda. LA MOVILIDAD DEL CAPITAL Y LA EFICACIA DE LA POLÍTICA 573 privado nacional o al extranjero no es una opción disponible de la política, dada la presencia del racionamiento del crédito en el mercado de la deuda pública. Aun si el gobierno relaja estas restricciones mediante la regulación de los bancos nacionales, la eficacia de una expansión fiscal financiada por el aumento de las ventas de bonos públicos al sector bancario nacional contrasta claramente con la operación de la política fiscal en condiciones de movilidad perfecta del capital. En el último caso, en un régimen de tipo de cambio fijo la expansión fiscal deja constante la tasa de interés interna, al mismo tiempo que mejora el nivel de la actividad económica y la balanza de pagos global (mediante el aumento de las entradas de capital). En condiciones de racionamiento del crédito, como se demuestra formalmente en el apéndice, la inelasticidad de las entradas de capital externo implica que no hay movimientos de capital que frenen la presión ascendente sobre las tasas de interés internas ejercida por el incremento del acervo de la deuda pública. En consecuencia, los efectos positivos anteriores de la expansión fiscal en las reservas internacionales quedan en duda, al mismo tiempo que sus efectos en el producto agregado son contrarrestados ahora por las crecientes tasas de interés y por sus consecuencias negativas en los gastos privados. La política fiscal se torna así ineficaz en gran medida. La política monetaria con un tipo de cambio fijo es también en gran medida ineficaz en términos de sus efectos en la actividad económica. Al igual que en el modelo de movilidad perfecta del capital, las salidas de capital y el deterioro de la balanza de reservas internacionales son las consecuencias principales de una expansión monetaria. La alta elasticidad de las salidas de capital abate los efectos de la expansión monetaria en las tasas de interés internas y, por tanto, en los gastos privados y la actividad económica. La diferencia principal respecto al modelo estándar de movilidad perfecta del capital es que en este caso aparece una asimetría en la operación de la propia política monetaria. Se pierde en gran medida la eficacia de una política monetaria restrictiva para el mejoramiento de la balanza de pagos global. En efecto, la inelasticidad de las entradas de capital ante aumentos de las tasas de interés internas implica que un mejoramiento de la balanza de las reservas extemas puede lograrse a lo sumo sólo a costa de elevaciones 574 ELTRIMF.STRK ECONÓMICO de las tasas de interés internas y reducciones del nivel de la actividad económica. En suma, el racionamiento del crédito en el mercado de la deuda pública y la movilidad asimétrica del capital agravan las restricciones fiscales y de balanza de pagos a resultas de la mayor inelasticidad de las entradas de capital y de la demanda de deuda pública ante aumentos de las tasas de interés. La pérdida de eficacia de la política monetaria para el logro del equilibrio externo y de la política fiscal para el logro del equilibrio interno, implica que difícilmente habrá alguna combinación de políticas monetaria y fiscal capaz de alcanzar ambos objetivos simultáneamente con un régimen de tipo de cambio fijo. Una combinación de políticas capaz de elevar el nivel de la demanda y el producto agregado, tal como una expansión monetaria y fiscal conjunta, sólo logr¿irá tal propósito a costa de sacrificar el equilibrio extemo y viceversa. Antes de pasar al análisis de los tipos de cambio flexibles, es importante señalar que en virtud de las consideraciones antes expuestas la movilidad asimétrica del capital hace insostenible el uso de los tipos de cambio fijos. Los cambios más leves en las condiciones económicas o en la postura de política gubernamental provocan fugas de capital y graves crisis de pagos. Tal como ocurrió en México, el resultado inevitable es un cambio hacia ciertas clases de tipos flotantes. Pero esto crea un conjunto diferente de problemas. \. Los tipos de cambio flexibles y el equilibrio externo y dislrihativo La pérdida de eficacia de la política, que en el contexto de un régimen de tipo de cambio fijo adquiere la forma de un empeoramiento del conflicto entre los objetivos de equilibrio interno y extemo, asume una expresión diferente en un régimen de tipo de cambio flexible. Se restablece la capacidad de la política monetaria para conciliar el equilibrio externo con el interno, como en el modelo estándar, pero por el mero hecho de que la flexibilidad del tipo de cambio afecta ambos equilibrios en la misma dirección surge un problema nuevo. Esto concierne a las consecuencias distributivas de los movimientos del tipo de cambio, en particular alterando los salarios reales en relación con la productividad de la mano de obra, lo que provocará a su vez LA MOVILIDAD DEL CAPITAL Y LA EFICACIA DE LA POLÍTICA 575 alteraciones en la tasa de inflación interna según supuestos realistas sobre la formación de precios y salarios. Así pues, mientras que la política monetaria puede afectar el desempeño interno y extemo de la economía por medio de una devaluación, lo hará a costa de agravar los "desequilibrios distributivos" internos, cuya expresión más clara es una agravación de la inflación.''' Esta relación se oscurece, o está ausente, en el análisis de la política macroeconómica de Mundell y Fleming, porque este modelo tiene dos objetivos de políticas en lugar de tres, de modo que la ausencia de restricciones distributivas supone implícitamente que los movimientos del tipo de cambio no tienen ningún costo. Sin embargo, aún es cierto que, con un régiiuen de movilidad perfecta del capital y tipos de cambio flexibles, hay siempre una combinación de políticas fiscal y monetaria capaz de alcanzar el equilibrio interno y externo con cualquier tipo de cambio, y por tanto capaz de superar las restricciones distributivas. Pero este grado de libertad no existe cuando las entradas de capital son inelásticas ante aumentos de las tasas de interés internas, porque entonces no pueden evitarse las consecuencias de una expansión del producto nacional para la balanza de pagos con un tipo de cambio fijo, o para el tipo de cambio con un régimen de tipo de cambio flexible. La contrapartida de la ineficacia de la política económica que examínanos en el caso de un tipo de cambio fijo es así un empeoramiento del conflicto entre los objetivos de equilibrio interno y externo por una parte y de "equilibrio distributivo" por la otra. En la experiencia reciente de la economía mexicana este conflicto se expresa en la gráfica 3 como una relación inversa entre el déficit en la balanza comercial no petrolera y la tasa de inflación, y la gráfica 4 como una relación inversa entre el tipo de cambio real y los salarios reales. Desde 1982 la balanza de pagos de México ha tenido choques sucesivos, siendo los principales la elevación de la tasa de interés externa y la cesación de nuevos préstamos internacionales en 1982, así como el colapso de los precios del petróleo a principios de 1986, cuando bajaron de más de 20 dólares por barril a cerca de 11 dólares por barril, y la drástica reducción de los ingresos de divisas y las recaudaciones fiscales obtenidas por la compañía petrolera gubernamental. La pérdi'* Sachs (1980) demuestra que las conclusiones tradicionales de Mundell y Fleming se invierten cuando los salarios reales son rígidos. c (O -o q s o o co § o 05 ^ 8 00 co e 4 O) s "ti s 05 -§ cg 'o o Q> a E o 8 O) a. 0 o ■^ •a c 1 iS < y EZ ■< ce O ñ 9 X! "> S o o iS ^ <U P "O ° 1 CO ■* o 7 LA MOVILIDAD DEL CAPITAL Y LA EFICACIA DE LA POLÍTICA 577 da de ingresos petroleros durante 1986 fue del orden de los 7 mil millones de dólares, o sea de 6 a 7% del PIB. En ausencia de entradas de capital compensatorias, el restablecimiento del equilibrio externo implicaba en ambos casos un gran ajuste en la balanza comercial no petrolera, el que se realizó mediante drásticas devaluaciones y contracciones fiscales. Más precisamente, la respuesta de la política de corto plazo a la crisis de la deuda de 1982 y al colapso de los precios del petróleo en 1986 incluyó tres medidas principales: i) grandes ajustes fiscales, que se lograron mediante marcadas reducciones de la inversión pública y de los sueldos y salarios reales de los empleados del sector público, así como de un ajuste hacia arriba de los precios relativos del sector público y de los impuestos indirectos (descontados los subsidios); ií) devaluaciones masivas del peso frente al dólar, del orden de 70% en 1982-1983 y de 30% en 1986-1987 en términos reales (con una apreciación real moderada en los años intermedios), y iii) una "postura de política salarial" muy restrictiva, que sobre todo durante 1983 implicó una marcada alteración de las reglas de indización salarial, al establecer ajustes del salario mínimo muy por debajo de la tasa de inflación pasada. La contracción fiscal y la devaluación pudieron reducir drásticamente el déficit comercial no petrolero y restablecer el equilibrio externo, pero a costa de efectos giavemente perturbadores en la distribución interna del ingreso y la inflación. El promedio de los salarios reales bajó casi 30% en el periodo de 1982-1984 y otro 6% en 1986-1987. Para 1987 se encontraba más de 30% por debajo de su nivel en 1981-1982, mientras que la inflación se había acelerado marcadamente, de una tasa anual de 28% en 1980-1981 a casi 160% en 1987. Los mismos escollos de la política económica se han afrontado en 1988, cuando se aplicó un enfoque diferente a la política antinílacionaria. Desde fines de 1987 se celebró un acuerdo entre el gobierno, los sindicatos y las confederaciones empresariales, en un ataque a fondo contra la inflación, mediante un programa de desindización que tenía como elemento central un congelamiento del tipo de cambio, los salarios y los precios, junto con una restrictiva política fiscal y monetaria y una aceleración de la liberalización de las importaciones. El programa ha logrado bajar la inflación a cerca de 50% en 1988 a 20% Salarios medios a tí o -o S tí T3 / Q. / O .5. ' 4) tí 00 <3l tí tí / s / / // / "tí « 00 cb g ■ ' a> \( -tí U "- • \ ^ co a> Í5 '^ ^.§ o c < u (Z -<; .^ s ce O '^ i (/i UJ ^S og .ü -^ c S o o un o o o o co o o co 11 5 o' 2 o o ^ 2 -li U Z o " 11 E= o z: o u: c LA MOVILIDAD DEL CAPITAL Y LA EFICACIA DE LA POLÍTICA CUADRO 579 3. Movimiento de las variables reales, 1981-1989 Déficit comercial no , I , -I j petrolero (miles de ■II 1 jxi I millones de dólares) , n A I r I ^ I Inlaciñn al inal del ■' . , -^ . , ano (porcentaje) '^ ■' ' 1981 17.7 28.7 89.4 106.0 1982 9.3 98.9 129.4 107.5 1983 1.4 30.8 150.4 88.7 1984 2.3 59.2 132.4 77.1 1985 4.9 63.7 130.9 77.9 1986 1.0 105.7 170.3 73.5 1987 -Ü.6 159.2 174.3 73.3 1988 4.1 51.7 138.4 73.7 1989 7.7P 19.7 130.9 78.5P T- J I.- I Iipo de cambio real inon — i/vi 1980= 100 Promedio de los , , salarios reales ,^r.^ mn ¡980 = 100 Economía aplicada SC, 1980, 1990; Banco de México (anual), y SPP, varios números. P Preliminares. FUENTES: en 1989 — pero a costa de un deterioro muy rápido de la balanza comercial —, de modo que la balanza comercial no petrolera tuvo en 1989 un déficit del orden de 7 mil a 8 mil millones de dólares. La apreciación del tipo de cambio real, que contribuyó a la reducción de la tasa de inflación, aunada a la masiva liberalización de las importaciones, se encuentra en la base del auge de las importaciones que provocó un profundo deterioro de la balanza de pagos. CONCLUSIONES Desde la perspectiva adoptada en este trabajo, los problemas actuales del manejo de la política interna parecen determinados tanto por la cesación abrupta de los préstamos voluntarios de los bancos internacionales como por el incremento de la propensión del sector privado nacional a ahorrar en el exterior; más precisamente, por lo que reflejan 580 EL TRIMESTRE ECONÓMICO estos dos fenómenos: una corrida del crédito o una fuga contra la deuda pública. Tanto los orígenes como las consecuencias de la crisis de la deuda deben examinarse desde esta perspectiva. Por ejemplo, nuestro análisis sugirió que los problemas actuales se originaron no sólo en el excesivo endeudamiento hasta 1981-1982, sino también en el efecto de la elevación de las tasas de interés internacionales, en el estado de confianza (o la máxima prima por el riesgo que los prestamistas estaban dispuestos a aceptar por conservar la deuda pública). Esta influencia es adicional a las consecuencias de las elevadas tasas de interés sobre la carga del servicio de la deuda y las restricciones de la balanza de pagos. Ello sugiere que el alivio de la deuda, mediante una reducción de las tasas de interés o del principal, contribuiría a la resolución de la crisis no sólo reduciendo el servicio de la deuda — que aun siendo importante no restablecería por sí mismo la eficacia de las políticas macroeconómicas — sino también relajando las condiciones del racionamiento del crédito prevalecientes ahora en el mercado de la deuda pública. Otro aspecto de la situación actual es que mientras continúen prevaleciendo las condiciones que caracterizan ahora los mercados financieros, es poco probable que pueda superarse la crisis por medio de políticas macroeconómicas. Tal como lo sugiere nuestro análisis, el problema es la existencia de un número demasiado reducido de instrumentos de política, y es posible que su solución dependa de la eficacia de otras políticas económicas menos tradicionales (industrial, comercial o financiera). Sin embargo, las reformas de política que pueden moderar los dilemas entre los diferentes objetivos macroeconómicos y ampliar el margen de maniobra de las políticas gubernamentales no son necesariamente percibidas como tales por los prestamistas internacionales y los nacionales, en cuyo caso pueden conducir simultáneamente a un nuevo deterioro del estado de confianza y viceversa. Como se señaló en otra parte (Ros, 1987), aunque ciertos aspectos de la condicionalidad actual de la política por las instituciones financieras internacionales (es decir, las condiciones establecidas por los acreedores a los deudores para restablecer la confianza) pueden mejorar el acceso a los mercados internacionales de capital temporalmente, estas políticas pueden provocar un empeoramiento de los conflictos entre diversos objetivos macroeconómicos. Es esta paradoja lo que hace LA MOVILIDAD DEL CAPITAL Y LA EFICACIA DE LA POLÍTICA 581 particularmente intratables los problemas actuales de la política económica y lo que puede explicar por qué la solución de la crisis de la deuda se ha convertido en un proceso tan prolongado y doloroso. APéNDICE La eficacia de las políticas fiscales y monetarias según diversos supuestos acerca de la movilidad del capital En este apéndice introducimos el supuesto de la movilidad asimétrica de capital en un modelo macroeconómico estándar, examinamos sus implicaciones para la eficacia de las políticas fiscales y monetarias, y las comparamos con las conclusiones tradicionales en el caso de movilidad perfecta del capital. Consideramos una economía pequeña y abierta para la que pueden lomarse como exógenamenle dados los niveles externos de ingreso, los precios y las tasas de interés, y distinguiremos cinco sectores institucionales: el sector privado, el gobierno, el banco central, los bancos comerciales y el sector externo. No se consideran cambios de los precios, de modo que no hay necesidad de distinguir entre las magnitudes nominales y las reales. Rara simplificar, también omitimos los pagos de intereses de todos los pasivos financieros. Limitaremos nuestro análisis al caso de un régimen de tipo de cambio fijo, y por tanto al confiicto entre el equilibrio interno y el extemo. En una forma sencilla, el modelo contiene las siguientes ecuaciones estructurales y restricciones presupuestarias: Y-^PE + G + NX (1) PE = a^ + a^{Y-T)-a^-i (2) T = tY (3) NX^m^ + m^-Y + m^-e (4) D-d^ + d,{Y-T) (5) I¡ = hD (6) FA=f,^f-i^-f,-i (7) 582 EL TRIMESTRE ECONÓMICO Restricciones presupuestarias Sector privado: y-r = P£+D+F/l -¿ (8) Gobierno: G-T = B^ + B^-^ B^ (9) Bancos comerciales: D = 11 + B^^-^ L (10) Banco central: U = R + B^ (11) Sector externo: R = I\X + B^- FA (12) Donde: Y PE G 7' NX i = — = — = = if e D FA L // Be Bb Bf R = — — = — = — = — = ingreso nacional gastos privados gastos públicos (exógenos) recaudaciones fiscales balanza comercial tasa de interés interna (sobre los bonos gubernamentales y los préstamos bancarios) tasa de interés externa (exógena) tipo de cambio (exógeno) cambio en los depósitos bancarios cambio en los activos financieros externos cambio en los préstamos bancarios nacionales cambio en la base monetaria (reservas en efectivo de los bancos) cambio en el crédito del banco central al gobierno (exógeno) ventas de bonos públicos a los bancos comerciales nacionales ventas de bonos públicos al sector externo cambio en las reservas internacionales Hasta aquí el modelo comprende 12 incógnitas {Y, PE, NX, T, D, FA, L, II, i, B¡,, Bj- y /?) y 11 ecuaciones independientes, ya que sólo cuatro de las cinco restricciones presupuestarias son independientes de la identidad del ingreso nacional (ecuación 1). Dependiendo de los supuestos referentes a la movilidad del capital, el modelo puede cerrarse en dos formas diferentes. Con movilidad perfecta del capital el modelo se completa por la condición adicional: f.¿--'°°,\o que implica i - ir (13a) La perfecta elasticidad de las entradas y salidas de capital implica la igualdad entre las tasas de interés interna y la externa, ya que entonces se considerarán los pasivos internos y externos como sustitutos perfectos. LA MOVILIDAD DEL CAPITAL Y LA EFICACIA DE LA POLÍTICA 583 Con movilidad asimétrica del capital el modelo se completa como sigue: iyir, con/2 ~* °° cuando i < i* (l^b) y /2 —* O cuando i "> i*,y ¡l=B^, (14) donde Z?^ < B/' es el nivel deseado del endeudamiento externo. Esto significa que la política macroeconómica no puede determinar el volumen de las entradas de recursos externos. La condición (I3b) expresa la movilidad usimctrica del capital con la forma examinada en la sección III del presente trabajo, y difiere del análisis de la sección II. A(]uí la perf(;cta inclastieidad de las entradas del capital en las elevaciones de la tasa de interés interna no implica una perfecta inclastieidad de la clcmanda de bonos públicos. El gobierno puede expandir sus ventas de deuda pública al sector bancario interno, aunque; ello no tendría ninguna consecuencia para la cuenta de capital de la balanza de pagos. 1. La política fiscal El análisis de la política fiscal con movilidad perfecta del capital reproduce las propiedades del modelo Mundell y F leming. La política fiscal es plenamente eficaz (véase cuadro 4). Considérense, por ejemplo, los efectos de un incremento de los gastos públicos con niveles dados del crédito del banco central y de las ventas de bonos públicos al sector externo. La expansión fiscal tiene un efecto positivo en el nivel de la actividad económica dado por el multiplicador de la economía abierta. Las tasas de interés, determinadas por las tasas tic interés externas, permanecen constantes y, por esa razón, lejos de verse desplazados por los gastos públicos, los gastos privados son estimulados por la expansión del ingreso. La balanza comercial se deteriora a resultas de la expansión económica global, pero la balanza de pagos global mejora debido a las entradas de capital, que compensan con creces el deterioro de la balanza comercial. El proceso completo puede describirse como sigue. El aumento en los gastos públicos se financia sólo parcialmente con el incremento de las recaudaciones fiscales proveniente del mayor nivel del ingreso; dados los supuestos referentes al crédito del banco central y a la deuda pública externa, el resto del incremento del déficit público se financia con ventas de bonos al sector bancario nacional, i^ oferta de préstamos bancarios al sector privado se reduce de ese modo, lo que aunatlo al aumento de los gastos de inversión presiona la tasa de interés al alza. Sin embargo, esa presión se frena mediante una sustitución de los préstamos internos por 584 ELTRIMKSTRE ECONÓMICO 4. Efectos multiplicadores de la expansión fiscal (d/dG) con la movilidad perfecta y asimétrica del capital" CUADRO Variable Y PE Movilidad perfecta del capital Movilidad asimétrica del capital \IA^ aJA^ O -1 m,//I, O FA {m^-s-h)/A^ O R s-h/A^ O l/a„ i NX \-i,-l-a,-(l-0-'n,;s = (l-a,)-(l-í) prestamos externos (o mediante una reducción de las tenencias privadas de activos externos), lo que dado el supuesto de una oferta de préstamos externos perfectamente elástica permite atender la demanda incrementada de préstamos a una tasa de interés constante. F^l proceso podría considerarse también desde la perspectiva del balance del banco central: en el nuevo equilibrio el mayor nivel del ingreso determina un aumento de la demanda de efectivo, que en niveles constantes de las tasas de interés internas y del crédito del banco central rcquic-re una mejora de la balanza de reservas internacionales.'^ Considérese ahora una expansión de los gastos públicos acompañada de un aumento de las ventas de bonos públicos al sector bancario nacional en el caso de movilidad asimétrica del capital (véase cuadro 4). Dada la inelasticidad de las entradas de capital a la tasa de interés, no hay ahora movimientos de capital que frenen la presión ascendente ejercida sobre las tasas de interés internas por la expansión del acervo de bonos públicos internos. I^s grandes elevaciones de las tasas de interés internas no pueden atraer ahora entradas de capital, lo que implica que no están garantizados los anteriores efectos positivos de la expansión fiscal en la balanza de reservas internacionales. Al mismo tiempo, los efectos en el producto agregado son ahora minados por la elevación de las lasas de interés y sus consecuencias negativas en el nivel de las inversiones privadas. 1^ política fiscal se toma así ineficaz en gran medida. '^ Los efectos globales sen'an similares si la expansión fiscal .se hubiera acompañado de un aumento de las ventas de bonos en el exterior con niveles constantes del crédito del banco central y de las ventas de bonos al sector bancario nacional. En este caso la balanza de reservas internacionales mejora gracias a ios préstamos extemos recibidos por el gobierno y no por el sector privado. La diferencia principal respecto al caso anterior es que, dependiendo de los parámetros del modelo, el proceso de la expansión económica puede acompañarse de entradas o salidas de capital privado. Por ejemplo, si los depósitos bancarios se expandieran con rapidez en relación con la demanda de préstamos bancarios, la política fiscal expansiva provocaría una salida de capital privado. LA MOVILIDAD DEL CAPITAL Y LA EFICACIA DE LA POLÍTICA 585 2. La política monetaria En condiciones de movilidad perfecta y de movilidad asimétrica del capital, la expansión monetaria resulta enteramente ineficaz en sus consecuencias sobre los gastos privados y la actividad económica (véase cuadro 5, donde suponemos, en el caso de movilidad asimétrica del capital, que la economía opera inicialmente en el quiebre de la curva de demanda de activos externos). Considérese una expansión del crédito del banco central en la forma de una adquisición de bonos públicos. El resultado inmediato es un aumento de las reservas en efectivo en el sistema bancario comercial que expande la oferta de préstamos bancarios y ejerce una presión a la baja sobre la tasa de interés de los préstamos. Sin embargo, tal presión se frena por una ad(]uisición mayor de activos externos y una expansión de la demanda de préstamos internos. El resultado final es un deterioro de la cuenta de capital en la balanza de pagos y de la balanza de reservas internacionales que contrarresta la expansión original de la base monetaria y compensa los (."fcctos en las tasas de interés internas de la adquisición original de bonos públicos por parle dí;l banco central. Dado que este último no puede afectar las tasas de interés (y por tanto el nivel de la inversión y el ingreso), el proceso continúa hasta que se restablezca el acervo de dinero a su nivel original, lo que implica que el deterioro de la balanza de reservas internacionales es exactamente igual al incremento original del crédito del banco central (véase cuadro 5). Así pues, la expansión monetaria no tiene ningún efecto en el producto, la inversión o la balanza de comercio exterior. Sus consecuencias se limitan a un deterioro de la balanza de pagos global por conducto de una salida de capital (o una reducción de las entradas de capital). En última instancia, sólo hay una sustitución de divisas por bonos públicos en la cartera del banco central. Sin embargo, en el caso de movilidad perfecta del capital, la ineficacia de la política monetaria sólo se refiere al nivel de la actividad económica interna, o al objetivo del equilibrio interno. La política monetaria aún es fundamental en este modelo para el logro del equilibrio extemo o de un nivel apropiado de reservas internacionales. Su eficacia en este sentido se aprecia mejor cuando consideramos una política monetaria restrictiva: luego, siguiendo un razonamiento análogo al que presentamos antes, la contracción monetaria provoca una mejora de la balanza de pagos global sin costo alguno en términos de inversión y de producto interno. Dadas las propiedades de la política fiscal, estos rasgos implican que en un régimen de tipos de cambio fijos y movilidad perfecta del capital habrá siempre una combinación de políticas fiscal y monetaria capaz de lograr el equilibrio interno y externo. Aun si el modelo es poco realista en varios sentidos (por ejemplo, por cuanto omite la inflación y se centra en la balanza de pagos global, más bien que en su composición), pvone en relieve el hecho de que una movilidad perfecta y enteramente simétrica del capital relaja considerablemente las restricciones sobre las políticas macroeconómicas. En cambio, la movilidad asimétrica del capital introduce una asimetría en la operación de la propia política monetaria. I^ eficacia de una política monetaria 586 EL TRIMESTRE ECONÓMICO 5. Efectos multiplicadores de una expansión monetaria (d/dBJ y una contracción monetaria (d/d—B<,) con movilidad del capital perfecta y asimétrica" CUADRO Contracción monetaria Expansióni monetaria Movilidad perfecta Movilidad asimétrica -l/C4,-/l,) Y 0 0 PE 0 0 -C4j + a,)/(/l,-/ip i 0 0 /iy«,-(/i,wg NX 0 0 -m,/(/1j-/ip FA R 1 -1 -1 1 -m,/(/l,-/l,) VI, = l-a, •d- O-m, ■,A^-= 0 (1--h)-s+i•-«1 ** Movilidad del capital perfccla y asimélrica. restrictiva para lograr la mejora de la balanza de pagos global se ha perdido ahora en gran medida en virtud de que, a resullas de la inelasticidad de las entradas de capital a las elevaciones de las tasas de interés internas, la contracción monetaria no tiene ninguna consecuencia en la cuenta de capital. Solamente podrá lograrse alguna mejora en la balanza de reservas internacionales mediante cambios en la balanza comercial y por tanto a costa de reducciones en el nivel de la actividad económica determinadas por la elevación de las tasas de interés internas. En suma, en un régimen de tipo de cambio fijo la movilidad asimétrica del capital mina la eficacia de la política monetaria en el logro de los objetivos de balanza externa y la de política fiscal en lo referente a la balanza interna, lo que implica que difícilmente habrá alguna combinación de políticas monetarias y fiscales capaz de alcanzar ambos objetivos simultáneamente. REFERENCIAS BIBLIOGRáFICAS Banco de México (anual). Indicadores Económicos. (1987), Informe Anual, 1987. Banuri, Tariq J. (comp.) (1990), Economic Liberalizalion: No Panacea: The Experience of Asían and Latín American Coiinlries, Oxford, Clarondon Press. Córdoba, J. 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