Los canales de distribución como clientes L Gordon A. Wyner Los canales pueden añadir valor directo a los productos. Una estrategia efectiva de canales debe centrarse en resultados empresariales específicos y debe estar estrechamente alineada con la estrategia orientada a los clientes. n canal de distribución no es simplemente un vehículo para hacer llegar los productos y servicios a los consumidores finales. Los canales tienen diferentes necesidades y prioridades, responden a diferentes aspectos de lo que los proveedores y fabricantes les ofrecen, y modifican su comportamiento y su lealtad con el paso del tiempo. En muchas situaciones es lógico tratarlos como otra capa de clientes. Lograr que los canales de distribución sean más efectivos en su papel puede ayudar a una empresa a atraer clientes finales y a establecer relaciones rentables. U Tratar a los canales como clientes no funciona en todas las situaciones, ni la analogía es perfecta. Sin embargo, en muchos casos, aplicar los clásicos elementos de la estrategia orientada al cliente (por ejemplo, segmentación, proposición de valor y gestión de las relaciones) puede tener unos beneficios económicos obvios. Por el contrario, cuando las empresas ignoran estos elementos, pueden acabar asignando recursos de forma errónea, creando conflictos canal-cliente y perdiendo oportunidades para ampliar su negocio. Segmentación Los diferentes tipos de canales (por ejemplo, distribuidores, revendedores de valor añadido, personal de ventas, etc.) y miembros de canales específicos (por ejemplo, distribuidores particulares) tienen 1 Los canales de distribución como clientes Lograr que los canales de distribución sean más efectivos en su papel puede ayudar a una empresa a atraer clientes finales y a establecer relaciones rentables también necesidades diferentes, llevan a cabo tareas diferentes y realizan contribuciones económicas diferentes al proveedor. Para seleccionar los canales que son más eficientes para el fabricante, parece razonable segmentarlos de acuerdo con sus necesidades, comportamientos y valor. Cuando se dispone de recursos limitados para desarrollar estrategias y canales orientados al mercado, éstos deberían seleccionarse cuidadosamente. Por ejemplo, muchos bancos se apresuraron a aprovechar la oportunidad que representaban las tecnologías de la información y abandonaron métodos más costosos y personales de proporcionar servicios a los clientes a través de las oficinas. Un importante banco cerró oficinas con el fin de optimizar su red de distribución, utilizando inicialmente los indicadores financieros tradicionales de la productividad de las oficinas con el fin de ayudar en la toma de decisiones. Se dio cuenta de que no todas las oficinas contribuían del mismo modo a la rentabilidad general del banco, pero fue bastante más allá de esta única métrica. Para evaluar adecuadamente la contribución de una oficina, era necesario que el banco comprendiera de qué forma cada una de ellas prestaba servicios a sus clientes en su comunidad local, lo que condujo a una segmentación de las oficinas. Esto se llevó a cabo superponiendo las segmentaciones de los clientes finales con las oficinas para averiguar los tipos específicos de clientes a los que se atendía, los requisitos para satisfacer a esos clientes, el impacto del cierre de las oficinas y la consolidación en los clientes finales. Por ejemplo, era menos probable que se cerrara una oficina que atendía a un gran número de clientes de gran valor que apreciaban la calidad de sus interacciones con dicha oficina. También se tuvo en cuenta la información sobre los clientes tanto de los minoristas como de las pequeñas empresas, de forma que sus necesidades se pudieran satisfacer a través de la red de oficinas reformada. Tratar a las oficinas como “clientes” era un enfoque racional para realinear la red de oficinas, el cual tuvo en cuenta muchas métricas relevantes (por ejemplo, financiera y del comportamiento) y consideraciones cualitativas (por ejemplo, problemas legales y éticos). De este modo, se abordó la rentabilidad del banco tanto a corto como a largo plazo. Proposición de valor Los intermediarios que venden equipos de oficina a los consumidores y las pequeñas empresas son “clientes” de los fabricantes que ofrecen productos, asistencia técnica, información, distribución, condiciones del 2 Los canales de distribución como clientes acuerdo, fondos de cooperación de márketing, contenido de publicidad y distribución. La habilidad de los fabricantes para motivar a los intermediarios para que vendan sus productos depende de lo atractiva que sea la proposición de valor con respecto a la de los demás fabricantes. Para aquellos fabricantes que no cuentan con marcas de productos líderes, el problema es especialmente agudo, ya que deben compensar este déficit con alguna oferta mejor. Un elemento obvio al que se puede recurrir es el precio, por lo general, en forma de descuentos por volumen de ventas, lo que determina en última instancia la rentabilidad del intermediario. Cada uno de los demás elementos tiene el potencial de influir positivamente en los intermediarios, pero ¿en qué medida? Es posible responder a esta pregunta investigando la proposición de valor del fabricante con respecto al intermediario y utilizando el mismo método de investigación que se aplica a los consumidores finales. En lugar de optimizar un producto, se puede utilizar un estudio de ventajas para optimizar la disponibilidad de una línea de producto. Otras dimensiones de la oferta se pueden probar como atributos específicos, dentro de un conjunto competitivo de fabricantes alternativos. Es importante definir claramente el papel de los canales a la hora de acceder a los clientes adecuados con las ofertas apropiadas El objetivo es lograr una cuota específica de las ventas del intermediario en lugar de desplazar a todos los demás competidores. En este caso, la ventaja de un análisis riguroso es descubrir qué descuento tiene que ofrecer el fabricante, qué cantidad de publicidad tiene que facilitar y cuánto apoyo debe proporcionar con el fin de superar la ventaja de marca de un líder del mercado. Gestión de las relaciones Los fabricantes deben desarrollar relaciones con los canales de distribución con el fin de garantizar el acceso a los clientes finales, especialmente en aquellos mercados en los que carecen de acceso directo y deben confiar en los medios de comunicación en lugar de hacerlo en las interacciones personales. Deberían utilizar la información sobre el comportamiento, la permanencia y la contribución económica de los canales para gestionar su valor durante su vida útil y apoyar las decisiones para cambiar su implementación de los canales. Muchas empresas de servicios financieros utilizan agentes de bolsa para vender sus productos a los inversores individuales. No los controlan como si fueran agentes de captación o empleados, pero sí ejercen una gran influencia. Tienen gran interés en identificar a los mejores agentes potenciales, en apoyar a los que tienen un rendimiento excepcional, en identificar a aquéllos con un menor rendimiento y proporcionarles los medios para mejorar, y, en última instancia, en descartar a aquéllos que no 3 Los canales de distribución como clientes La perspectiva del cliente exige datos y análisis con el fin de clasificar los canales de una forma nueva obtienen resultados con la rapidez deseada. Esto exige tratar a los agentes de bolsa como clientes y gestionarlos de forma continuada con el fin de mejorar la productividad a largo plazo. Una compañía de fondos de inversión con más de 30.000 agentes de bolsa puso en marcha un programa de gestión de las relaciones para lograr precisamente esto. Segmentó la base de agentes basándose en la información disponible sobre la transacción del comportamiento y en indicadores de las necesidades basados en investigaciones. Realizó un seguimiento del rendimiento de forma continuada durante meses. Los directivos comprendieron las necesidades de los diferentes tipos de agentes y obtuvieron información con respecto a por qué lograban tales niveles de rendimiento. A continuación, la empresa intervino ante cada tipo de agente con un programa diseñado para abordar los problemas de los agentes de bolsa y las necesidades comerciales de la compañía. Por ejemplo, a aquéllos que tenían un elevado rendimiento se les animó a través de incentivos financieros y de información, mientras que a quienes presentaban un pobre rendimiento se les ofrecieron oportunidades de formación. El seguimiento continuado del rendimiento permitió a la compañía evaluar hasta qué punto estaba funcionando su programa y a continuación reasignar los agentes a la categoría adecuada según fuera necesario. Por ejemplo, era posible actualizar la interpretación inicial con respecto a los que presentaban un bajo rendimiento con el fin de mostrar cualquier mejora. Una vez que transcurrieran los meses suficientes durante los cuales dicha mejora fuera constante, se podría incluir al agente de bolsa dentro del grupo de alto rendimiento. El resultado de este programa fue una mayor productividad de los agentes de acuerdo con los indicadores tradicionales de ventas, pero también métricas de relación que reflejaban el posible potencial a largo plazo de cada agente. A medida que el programa avanzaba, se obtuvo más información sobre los agentes de bolsa, lo que proporcionó un conocimiento de sus necesidades mayor que el que se podía obtener a partir de la relativamente escasa información de la que se disponía al inicio. Lograr que funcione En primer lugar, es importante definir claramente el papel de los canales a la hora de acceder a los clientes adecuados con las ofertas apropiadas. Por ejemplo, en el proceso de desarrollar un nuevo programa de fidelidad, un proveedor de servicios se dio cuenta de que el atractivo del programa estaba confusamente unido a la selección de los “socios” del 4 Los canales de distribución como clientes programa. ¿En qué líneas aéreas, hoteles, empresas de comunicación, etc. querrían los consumidores ganar puntos y usar dichos puntos? Parecía razonable resolver estos problemas de forma simultánea, tratando a los socios como otra capa de clientes a los que era necesario atraer, desarrollar y retener, permitiendo de este modo a la empresa desarrollar una proposición de valor personalizada para los consumidores. En segundo lugar, la perspectiva del cliente exige datos y análisis con el fin de clasificar los canales de una forma nueva. Los indicadores orientados al cliente tienen en cuenta las necesidades, prioridades, ventajas relativas, participación en cartera, duración y valor, además de las métricas de rendimiento tradicionales de los canales. La estrategia orientada a los canales debería estar estrechamente alineada con la estrategia orientada a los clientes Por último, una estrategia efectiva de los canales debe centrarse en resultados empresariales específicos, como las ventas a determinados tipos de clientes finales, el mix de ventas de tipos particulares de productos y la duración de las relaciones con los clientes. Si el modelo “canal como cliente” no cambia el modo en el que los fabricantes actúan y no se observa que vaya a modificar el comportamiento de los canales, entonces no merece la pena llevarlo a cabo. Los indicadores de rentabilidad de los canales permiten a una empresa ajustar la combinación de canales para mejorar el rendimiento empresarial. En todos los casos, la estrategia orientada a los canales debería estar estrechamente alineada con la estrategia orientada a los clientes, asegurándose de que los canales se seleccionan para atender a los clientes finales del modo en el que éstos quieren ser atendidos con los productos y servicios apropiados. Son enfoques complementarios, no opuestos. Los canales pueden añadir valor directo a los productos, como ocurre en los sectores de la alta tecnología, donde pueden añadir características personalizadas. Su abundancia crea más oportunidades para enfoques multicanal y las complejas decisiones sobre ellos exigen métodos sistemáticos que apoyen la realización de los movimientos adecuados. La forma de pensar de los consumidores encierra grandes promesas para lograr soluciones mejores y más sencillas para algunos de los problemas más complicados de la estrategia orientada a los canales. I Gordon A. Wyner Vicepresidente ejecutivo de estrategia de Millward Brown y presidente del comité ejecutivo del Marketing Science Institute. © AMA y PMP. 5