R¡chard Leakey, el lago Rodolfo y el origen del género Hamo E. Aguirre Un reciente descubrimiento de Richard, el hijo del fallecido Dr. Louis Leakey, al NF del lago Rodolfo, se presenta coíno decisivo para la cuestión del origen del género humano. 1 ANTES DE OLDUvAI 1959. 1. Sabemos que hasta 1959 sólo se cenocian A ustralopithccus al sur del río Zambeze, con tíos formas distintas: a) una grácil, Ausu-alopitlwcus africamis DART, de Taung, Becísuana, a la que se asimilan los numerosos restos de Sterkfontein, Transvaal, y, al parecer, con representantes en las brechas soperiores de Makapansgat. b) Otra robusta, Peu-antlu’opus rabastus BnooA¶, de Swartlcrans y Kromdraai, que también se halla en la brecha gris (inferior), de Malcapansgat, como creo haber demostrado (AGUIRRE, 1970). La atribución de estos fósiles a la familia Hominidos, no ofrece duda por la dentadura, y sobre todo por la posición del foramen magííum y la postura erguida —diagnosticada por Dart en 1925, y confsrmada posteriormente por el hallazgo de huesos pelvianos. 2. La c¡-oííoestratigrafia de estos fóstles permanecio y permanece muy dudosa por la falta de ciatos racliométricos y cíe criterios bioestratigr~iicos y climáticos concluyentes, a pesar de los estudios dc BRAiN sobre los sedimentos y morfología. Recientemeííte CooKE y MAGLIo sugieren una gran antiguedad para Sterkiontein y Makapansgat —hasta 3 ó 4 millones de anos, por correlación con las faunas dataclas del 1. Rodolfo, segun las foimas de Súiclos y Proboscfdeos, respectivamente. 3, Subsiste una gran dualidad de interpretación taxonómica: para unos, sígiendo a RenuNseN, se trata de dos génetos válidos, mientras otros, con TenfAs (AGuIRRE, 1966), estiman que la diferencia entre las formas es de nivel inferior al genérico: A. africanus y A. (Pazanibropus) ,-obusl~ 4. Otio prt,blema muy discutido era y es el etológico : la fcírrna robusta estarfa adaptada al régimen vegetariano, muy masticadora. La forma grácil, más mes- pecializada, se tiene por omnívora y de psiquismo más desarrollado. No obstante, se lía rechazado, casi uííánimemente, la atribución a esta forma de una actividad instrumeí,tal, sobre materiales óseos (“cultura osteodontoquerática” de DART). Ultimamente hay opiniones más favorables a desde la demostración de esta una atribución, técnica instrumental sobre huesos y materias afines en el Pleistoceno medio de Torralba (Bínnasow y AGUiRRE, 1965; AGUIRRE, 1971), aun cuando no se aceptan como utensilios todos los objetos presentados por DARr, II. EL PLANEAMIENTO DE 1967, 5. Así las cosas, descubie M. LUAKEY un cráneo en 1959, el hominido de Olduvai núm. 5, de un Australopiteco muy robusto, al que L. LEAICEY (1961), llama Zinjaníhí-opus boisel, qste en correcta nomenclatura puede llamarse A. (Pat-anthropus) boisei. Ese mismo año se establece el método radiométrico del potasio-argón, y se atribuye al hallazgo una antigdedad entre 1.400.000 y 1.700000 años. 6. De 1960 a 1963 se suceden los descubrimientos de Hominidos en los niveíes 1 y II de Olduvai. a) Australopitecos del grupo robusto: 01-1 (Hominido de Olduvai) núm. 3, dientes de leche cíe la parte superior del nivel II; OH 20, un fragmemíto de fémur recogido en superOcie del nivel II, 1963. b) Austrapolitecos del grupo grácil: OH 15 y 16, del nivel II. A éstos se añade un nuevo grupo: c) OH 7: mandíbula, parietales, mano y pie de un adolescente. OH 8 : clavícula y huesos del pie de adulto, como el anterior del nivel Y, de L800.000 años de antigdedad. OH 6: tibio y peroné del mismo si— tio que OH 5. Todos estos fósiles se incluyen en tina nueva especie: fionia habilis 1. LEAKEV, Toisfhs y NÁPIER 1964. Se les añade: 01-1 4: cíes molares, de la base de Olduval 1 de casi 2 millones de años; 01-1 14 y 13: cráneo y mandíbula de una hembra subadulta y fragmentos COL-PA, 5 de cráneo infantil del nivel 11, en 1963, de edad imprecisa de alrededor de un millón de años; d) otra calota, 01-1 9, en lo alto del nivel II, de medio millón de años, cloe se atribuye a un Pitecántropo 7. Es discutida la atribución del grupo ‘hebiUs’’ al gétíero Horno - Se hace fuerte la opinión qtíe lo atribuye al AustralopiUuecues ; esta corriente no admite di stinción genérica entie OH 7 y el A, africaizas. En consecucuicia, llegauí a admitir algunOs autores que se llame a éste Honzo al picanas. Ello í,o hace sino complicar la cuestión. Implica necesariamente admitir la distinción genérica entre los dos grupos de homínidos de Sudáfrica y llegar la validez del género A astralopithecvs, como sinónimo de Horno, cuando clásicamente se había negado a aquel durante muchos años la naturaleza de homínido y la capacidad cíe fabricar utensilios. Es esencial en esta interpretación el mantener la línea de descendencia euítre el australopiteco grácil y el hombre propiamente dicho, y el negar que en Olcluvai 1 se dis— tinguen los dos géneros A artralopilbecus y Ronzo. Me líarece suficientemente probada esta distinción (AGuiaiu&, 1966, 1972) por las características de la caja parietal de OH 7. Es verdad que la especie PL ¡uabilis era insuficientemente conocida, al faltar fósiles de individuos masculinos adultos. Recientemente se lía publicado (M. LISAKEY, 1969), un cráneo de la base del uÉvel 1, el OH 24, que puede ser un adulto de PL babilis con molares dclicados, aunque en varios rasgos aparezca inorfológicamente intermedio entre el grácii y formas humanas más modernas. 8. La documentación homínida se enricluece con: a) lina mandíbula de australopiteco robusto, posible A, (E.) boisei, del lago Natrón, al N de Tanzania y cerca de Olduvai, descubierto en 1964, de antiguedad incierta, probablemente no mayor de 1200000 aulos. b) En los alrededores del lago Baringo, en Chesowanja, se halla en 1970 parte de un cráneo del tipo robusto, con rasgos más delicados o humanos que cal vez indicaran sexo fe— meríiiio, o edad juvenil; su antigdedad es de 1.100000 (CARNEV, 1971). e) En la región del suroeste del lago Rodolfo se halla un fragmento de COL-PA. 6 húmero (11W PArriiuisc>N y HOWEI,L, 1967, atribuyen a un Australopiteco; su antigliedací es iniprecisa y puede estar ejítre 4 y 5 sísillones de años <1) Tambiéuí, cuí la ini sulla región, PAT— TERSON y otros (1970) císetíen tran en 1967 un fósil posibicíncuite cíe Austi-alopi 1 ecu’, Cli It la it> rin ac i á a de más de 3.700000 años en I.tutlíagauí. 9. En 1967 ARAMISI)IIilG, Cíhi’u’uiNs, noWELI. y R. Li~AKEY líaliun capas cíe fósiles en el valle del ¡fo Orno, clesd e más cíe 4 millosíes cíe añcís hasta poco más cíe lun ini llón. La misión francesa encuco tra u siR níandihu la muy iol,ust¿s, sin las coronas de los clicuites, nominada ¡‘os australopí— tluec,,s actIutol>u<25¿5, clise tal vez delia nc,mbrarse A. (P.) ae’ihiopicuss (A¡ísNíisuuno, CoI>PENS> Si admitimos la existeulcia del géneso Ronzo cuí Oldíívai, hace casi tice; millones de años, cabria jireguuuítarse (Acuíuíuuíi, .1972) si en el lago Rs,cls,lfo, clou,cle a pai-tir cíe 1968 se multiplican los litullazgos de foimais robustas y gráciles, podría <listiuíguirse entre éstos tina puhíación cIaramente atribuible a Hopan, en estratos anterioues a los dos millones de años. nr EL íAco Ronoí.Fc> ENriui 1968 y 1972. A la última pregiso tu daií clifereuí te íes— puesta los tres ecíuipos que investigan en el U, Rodolfo: a) El de I-Iowcí.L lía recogido cii el valle del Omno más de un ceolcuiar de fósiles de Huuuniuíiclos, incluyendo varias níandibulas y un cráneo incompleto: este autor íefiere las formas robustas a AzísLole,¡uilIíe~cus sp. y todas las gráciles tu Anstralopiíhecns sp. cíe. africanas (lIcWELL, 1969). b) El ecluipo cli rigido por CcírviiNs desde el fallecimiento de AuuANuiscbuíw, en 1969, cuenta asimismo con abondantes fósiles en la misma área, con fragmentos de cráneos, varías mandibulas, cuantiosos dientes y otras partes <leí escjucleto ; los ‘ints :íntiguos procecleíí de un nivel de poco niás de 3 miLlones cíe años. Cuí’UENS, 1970-71, admite la pt,silíiliclad de que el género IIon:o esté representado. En 1.969 se recogió un utensilio cíe cuarzís amaíi lío, en estrato datado cml 2200.000 cíe años de antiguedad. c) It LIIAKEY. desde 1968, busca en territorio de Kenya, entre Ileict y la pequeña peiiiiísula cíe ~ en la costa NE del L. Rodolfo, y en 4 años, hasta 1971, había hallado restos de 50 homnim,idos. Entre los fósiles se incluyen cráneos y mandíbulas, c~ue R. LEAKEY (1972) atribumye al género Pionía. d) Al final del verano de 1972, R. LEARuy encuentra un cráneo fragmentado, díue reconstruye y sigla con el nuimer’., 1470, Calcuula su capaciclad crauleana en 800 ce-, y le atribuye una edad de 2500000 años, pom- considerar cítie el estrato del que procede es inferior a lumia toba vol— cáuíica datada por 1</A en 2.600000, Aunriume en algunos rasgos se asemeja a los Atístralopitecos, como en tener los pómulos adelantados, los humesos nasales destacan en el pci-fil cíe la cara, y el frontal, y en general la caja craneana, souí elevacíos y justifican su atí-ibución al género Horno. La amítigliedací indicada por su descubridor ha sido discutida, y parece ser inferior a dos millomies de años, con l.o cual se aproxima mucho a la de los Horno Isabftis cíe Olduvai. e) Este autor no sólo piensa que el hombre fue contemporáneo de los Atustralopitecos ya desde hace tres millones de años, sino que no existe más que una especie de éstos, comlcuetauflente la forma robusta, y que los llamados “australopitecos gráciles” sin representan sino hembras de dicha forma robusta, o bien fósiles del género humano, Nc se pumede considerar del todo dilucidada la cuestión, pues en el otro extremc,, autores como 11. ERAIN (comuulicación verbal) mantienen comí J. T. RoníNsoN que hay dos géocros cíe australopitecos, buen carneterizados par lineas evolutivas separadas durante un buen lapso de tiempo, con dos o ti-es especies, al menos bus mobustas. El criterio es válido, y el firmante mismo caracterizó (1968-69) cuatro géneros de elefantes precisamente por líneas buido por DAIuT a la familia buinana. Pero su especie tipo, Auslralopithecas africazzus DART 1925, puede invalidarse por corresponder a un individuo infamítil, sin los rasgos específicos desarrollados, por lo tanto sin seguridad de si lía de atnbuurse a la forma grácil o a la robusta. En estudios reciemites sobre la edad de los yaciniieuitos de Australopitecos, se atribuye a Taung la menor antiguedad de todos los de Sudáfrica, una época en la que en todo ci continente sólo se registra la forma roktista. Esta forma o grupo de formas cuenta con representacuones lo bastante numerosas para una caracterización iuícluso biométri— ca comí estimación estadística de de la variabilidad, pot lo menos cuí la población de Swartkrans, y probablemente también en las del Lago Rodolfo Por otra parte, no se puede considerar aún como bien caracterizada la forma gracíl, que siempre se supone correspondía al niño de Taung; tiene una discreta representación en Sterkfontein, cuya muestra fue denoíninada ‘‘1’Iesiantlmropar traos— vaalensis”, nombre que ha caído en desuso como simiónimo de A. africanas. Las poblaciones o fósiles aislados de Makapansgat y Africa Oriental son unsufícuentes para una segura caracterización y para una estimación de la variabilidad. Nada puede decirse por ahora de las posibilidades de intercambio génico entre dichas formas, ni entre las formas gráciles alu— dudas en el párrafo anterior y las que puidieran atribuuirse por varíos rasgos al género Horno en las formaciones del lago Rodolfo. No obstante, los fósiles dc 01- evolutivas separadas can varias es- duval pecies selaciouíadas en cada tina de ellos, criterio que aprobaron como válido en taxonomía especialistas como 13. MÁvul y G. O. SIní’soN. Pero en el caso de los bominidos continuamos con las siguientes pal-adojas o incertidumbres: El género Ausst,-atopithecas es válido y fve correctaníemíte atri- y algunos del Lago Rodolfo pueden incluirse en el género bu— mano, como especie ¡-1. baNUs. con una antiguedad al parecer, garantizada de casi dos millones de añou, alrededor del limite misulio Neógeno ¡ Cuaternario (poco más de 1.200000 años aproximadamente), de modo que mencionados más nrriba COL-PM 7