El ex candidato presidencial y actual senador por Santiago

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R14 b
A
ndrés Allamand había
guardado silencio. Lo
hizo cuando su par Manuel José Ossandón renunció a RN, también
cuando Joaquín Lavín
decidió no postular a la
alcaldía de Santiago y sí, posteriormente,
a la de Las Condes. Pero la última irrupción de Ricardo Lagos Escobar, particularmente su duro diagnóstico sobre la crisis política que enfrenta el país, ha abierto un debate que Allamand no quiere
perderse.
Aunque esta semana estuvo viajando por
distintas regiones del país (Coyhaique y
Talca) para apoyar a candidatos a alcaldes
y concejales y hacer propuestas sobre materias locales, el senador RN buscó el
tiempo para salir a enfrentar la tesis de
que el ex mandatario, lo mismo que Sebastián Piñera, son los únicos capaces de
enfrentar el complejo escenario de cara a
un próximo gobierno.
“Ni Lagos ni Piñera son salvavidas del
país. Tienen méritos, pero por su cuenta
no nos van a sacar del atolladero”, dice el
senador en relación a los dichos que ambos ex mandatarios han expresado en los
últimos días sobre la situación del país.
Allamand afirma que Lagos “es parte de
la crisis política” y “Piñera es hoy, objetivamente, la principal carta de la centroderecha, pero aún no asume su candidatura. Pasa lo mismo con Lagos. ¿Cómo se
proclama a una persona que todavía no
dice que será candidato?”.
¿No comparte la tesis de Lagos de que
esta es una de las peores crisis política e
institucional que ha tenido Chile?
Sí. Hay una progresiva crisis institucional.
Pero la crisis política tiene su origen en la
Nueva Mayoría y su fracasado programa
refundacional. Y Lagos es parte de esa crisis política. El votó por Bachelet, apoya al
gobierno, nunca ha tomado distancia de
su programa y aspira a ser candidato presidencial de la Nueva Mayoría.
¿Usted cree que el ex Presidente Lagos
asume una responsabilidad directa en lo
que plantea?
Más allá de los méritos personales que
tiene Lagos, y de su carácter de estadista,
él tiene que clarificar rápidamente cuál va
a ser su futura plataforma. El no puede
aparecer como una persona ajena a las
políticas del actual gobierno. Por ejemplo, no le conozco ninguna declaración
contraria a la gratuidad universitaria,
tampoco algo contrario a la reforma laboral, y no le he visto propuestas sobre la
estatización de la educación pública. Por
lo tanto, en relación a las políticas que ha
impulsado la Nueva Mayoría, Lagos aparece como cómplice de las mismas.
Si existe una crisis de esa magnitud, es
toda la clase política la llamada a asumir
culpas. ¿Cuál es la autocrítica que les
toca?
La responsabilidad de la clase política es
no haber actuado con rapidez frente a la
crisis institucional y estar empantanada
en el conflicto político de corto plazo.
¿Y la oposición no hace su propio mea
culpa sobre la crisis? ¿Esto es sólo responsabilidad de la Nueva Mayoría?
La oposición ha cumplido su rol en esta
materia. Contribuyó de buena fe a moderar una reforma tributaria que, en sus términos originales, habría sido un desastre
para el país. Y después ha hecho ver responsablemente todos los errores que se
han cometido en la reforma educacional y
laboral. Y más aún, ha sido particularmente responsable en el clima que actualmente vive el país, porque sería muy fácil
para la oposición inflamar aún más las
expectativas y generar conflictos que más
adelante sería muy difícil resolver.
Pero en lo personal, si es que efectivamente existe una crisis, ¿cómo puede usted desligarse de ella?
En tal sentido, la autocrítica debería remontarse a cuatro años atrás, cuando en
LATERCERA Domingo 31 de julio de 2016
“Ni Lagos ni
Piñera son
salvavidas
del país”
El ex candidato presidencial y actual senador por Santiago Poniente, Andrés
Allamand (RN), aborda la crisis política que afecta a Chile y señala que la solución
a ella no debe nacer de un solo nombre, sino que de “una propuesta colectiva. Y
agrega que “el festival de candidaturas (de la oposición) afecta el rol opositor”.
TEXTO: Andrés Muñoz B. FOTOGRAFIA: GrupoCopesa/ Archivo
definitiva, la centroderecha, pese a haber
realizado un buen gobierno, no fue capaz
de proyectarse en un segundo mandato.
Le insisto: la crisis política que vive Chile
tiene que ver con el cambio de Concertación a Nueva Mayoría y el propósito de
poner el país a fojas cero.
¿Y qué ha hecho su sector para mejorar
un escenario así de complejo?
La centroderecha debe generar una plataforma programática conjunta y esa es una
tarea pendiente. Es decir, debe fijar con
claridad cuáles son las correcciones que
pretende impulsar en un futuro gobierno
y señalar con claridad cuáles van a ser sus
propuestas en los temas en que no se ha
manifestado. Pero esta debe ser una tarea
colectiva y no individual.
El ex Presidente Piñera manifestó su
preocupación por un eventual próximo
gobierno. ¿Cree también que sería muy
difícil gobernar para una nueva administración de derecha?
El próximo gobierno la tendrá muy difícil. Habrá mucho que corregir y abordar
temas muy complejos: el sistema previsional es un bomba de tiempo, la economía no levanta cabeza, el conflicto mapu-
che se extiende, el transporte público en
cualquier minuto colapsa y las políticas
antidelincuencia tienen 90% de rechazo.
El gobierno que venga tendrá que trabajar
con la oposición. Aunque a algunos les
moleste, volverá la “democracia de los
acuerdos” o el país seguirá de mal en
peor.
Para algunos de los que hoy manifiestan
su descontento, la democracia de los
acuerdos ha sido más parte del problema
que de la solución. ¿Usted sigue creyendo
en esa receta?
Yo creo en una nueva etapa de grandes
acuerdos, que es justo lo que la Nueva
Mayoría rechaza. ¿Qué ve la gente? Que
hay un gobierno cuya principal promesa
fue gratuidad universal al año 2020 y que
ahora admite que para cumplir necesita
30 o 40 años. Y eso genera una desconfianza feroz, que mancha todo el sistema
político. Chile tiene por delante enormes
desafíos y para abordarlos se necesita
unidad y la gente sólo ve división.
Se ha instalado que un escenario crítico
despeja el camino para figuras como Lagos y Piñera...
Ni Lagos ni Piñera son salvavidas del país.
Tienen méritos, pero por su cuenta no nos
van a sacar del atolladero. El país ya no
está a dos mitades, como fueron la Concertación y la Alianza. El próximo Presidente no sólo va a tener que enfrentar una
montaña de problemas, sino que va a necesitar infinita habilidad política para
construir alianzas nuevas y compromisos
programáticos en un escenario de muchas
fuerzas políticas.
Y si la persona no es ni Piñera ni Lagos,
¿quién es? ¿Usted?
La respuesta debe ser colectiva. Esto significa que tiene que haber un nuevo diseño para enfrentar los desafíos políticos
del futuro. Aquí existe una gran oportunidad. Desde el punto de vista académico y político, todos coinciden que uno de
los grandes problemas institucionales
que tiene el país es precisamente la de
un régimen presidencial absolutamente
exagerado y, por eso, lo que debiera haber es una forma de gobernar con mayores grados de colaboración entre los poderes públicos y las fuerzas políticas. Sin
embargo, por un reflejo condicionado,
algunos piensan que la solución recae en
una sola persona. Eso es una evidente
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