BIBLIOTECA INFORMA – JURISPRUDENCIA LABORAL ON LINE

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BIBLIOTECA INFORMA
JURISPRUDENCIA LABORAL ON LINE –
ERREPAR - 11.10.2011
SUMARIO
SUMARIOS
CONTRATO DE TRABAJO. PRINCIPIO DE LA NORMA MÁS FAVORABLE AL
TRABAJADOR. APLICACIÓN. REQUISITOS
Cabe recordar que la regla “in dubio pro operario” es una directiva para el caso de existir una
duda razonable en la interpretación de una norma, o en la apreciación de la prueba a partir de
la reforma introducida al artículo 9 de la ley de contrato de trabajo por la ley 26428. Pero ese
principio no resulta aplicable cuando, como ocurre en el sub lite, no se plantea un supuesto de
duda como la prevista por la normativa señalada, en tanto la prueba producida resulta
ineficiente a los fines perseguidos (CNAT, Sala II, 22/9/2009, “Ramírez, Ramón c/M. Electricab
SRL
y
otro
s/diferencias
de
salarios”).
PAZ, ANALÍA VALERIA C/BALDOMA, PAULA MARCELA S/DESPIDO - CÁM. NAC. TRAB. - SALA IV 13/07/2011
CONTRATO DE TRABAJO. MODALIDADES. TIEMPO PARCIAL, ARTÍCULO 92 TER
DE LA LEY DE CONTRATO DE TRABAJO. TRABAJO EN EXCESO. RECARGO DEL
50% POR HORAS EXTRAS. SANCIÓN POR INCUMPLIMIENTO
El artículo 92 ter de la ley de contrato de trabajo, habilita un tipo de contratación a tiempo
parcial a modo de excepción, con la expresa prohibición de realización de horas extras, por lo
que queda determinar el modo en que debe ser remunerada aquella tarea cumplida por el
trabajador en exceso de la jornada pactada, en casos como el de autos, cuando existía una
expresa prohibición legal a ese respecto, y la misma no ha sido respetada.
A ese respecto, considero que corresponde desestimar la aplicación del plenario “D´Aloi”, dado
que el mismo el debate se circunscribió al modo en que debía retribuirse las horas cumplidas
en exceso de la jornada convenida y dentro del límite máximo que fija la ley 11544, lo que no
se
corresponde
con
el
particular
caso
de
autos.
En este supuesto, se trata de tareas cumplidas en exceso del tope fijada por la ley, previsto
para esta modalidad contractual -correspondiente a las dos terceras partes de la jornada
completa-, y en contravención expresa de la directiva prevista en el segundo párrafo que
prohíbe la prestación de tareas en exceso de dicho límite, contrariando una norma de orden
público destinada a desalentar el uso fraudulento de la figura del contrato a tiempo parcial.
De conformidad con lo expuesto, la tarea cumplida en exceso del límite previsto en la
disposición legal, debe entenderse de objeto prohibido en los términos del artículo 40 de la ley
de contrato de trabajo, que siempre origina efectos para el empleador, quien en el caso ha
efectuado un uso abusivo de la figura contractual prevista en el artículo 92 ter ley de contrato
de trabajo, por lo que, de conformidad con lo reclamado, entiendo razonable que abone dicha
prestación con el recargo del 50% previsto en el artículo 201 ley de contrato de trabajo, como
sanción
por
el
incumplimiento
referido.
OLIVEIRA, MÓNICA BEATRIZ C/ATENTO ARGENTINA SA S/DESPIDO - CÁM. NAC. TRAB. - SALA VI 15/07/2011
CONTRATO DE TRABAJO. DEBER DE SEGURIDAD. ORGANIZADOR DEL TRABAJO.
RESPONSABILIDAD OBJETIVA. ARTÍCULO 1198 DEL CÓDIGO CIVIL. APLICACIÓN.
PROCEDENCIA
La Corte Suprema de Justicia de la Nación en la causa de referencia establece como factor de
atribución autónomo y objetivo a las normas de los artículos 1198 del Código Civil y 42 de la
Constitución Nacional. El primero de ellos, en la inteligencia de la Corte, constituye un débito
de seguridad genérico respecto de todo sujeto que tenga un poder de organización y control en
los contratos respecto de sus cocontratantes. Tal como lo señala la Corte respecto a la ley
23184, el deber de seguridad que establecía el artículo 75 de la ley de contrato de trabajo “...es
una ley de especificación, que no deroga ni excluye el Código Civil”. En consecuencia, su
derogación no afecta la vigencia de la norma general del artículo 1198 si se considera
inconstitucional la norma de la ley 24557, que así lo propicia. A los fines de determinar el juicio
de igualdad que precede al análisis de la constitucionalidad de la norma, es necesario
establecer cuál sería la situación del trabajador si la norma especial no existiera. En el caso, el
trabajador estaría comprendido en el supuesto genérico del artículo 1198 del Código Civil.
Como señala la Corte respecto de esta norma genérica del artículo 1198 del Código Civil (que
le permite omitir que el hecho ocurrió fuera del estadio como exige la L. 23184):
"En este sentido, el organizador responde objetivamente por hechos vinculados
inmediatamente a su accionar y previsibles al momento del organizar el espectáculo. Tal
estándar evita que la responsabilidad alcance a hechos mediatamente conectados, como son
los daños sufridos por personas que están lejos y que son dañados por otros participantes o
asistentes
al
espectáculo
fuera
del
área
de
control
del
organizador".
En este orden de ideas, el empleador, organizador del trabajo, responde a tenor de lo
dispuesto por el artículo 1198 del Código Civil por hechos vinculados inmediatamente a su
accionar
y
previsibles
al
momento
de
organizar
el
trabajo.
AMADO, MANUEL EUGENIO C/CERVECERÍA Y MALTERÍA QUILMES SA Y OTRO S/ACCIDENTE - ACCIÓN
CIVIL
CÁM.
NAC.
TRAB.
SALA
V
08/07/2011
CONTRATO
DE
CONFIGURACIÓN
TRABAJO. CONDUCTA
MALICIOSA
Y
TEMERARIA.
La temeridad se configura cuando el litigante sabe a ciencia cierta que no tiene razón valedera
y, no obstante abusando de su jurisdicción, impone un proceso del que se ha de generar un
daño a la otra parte. A su vez, la malicia implica un ocultamiento doloso y la articulación de
defensas que manifiestamente tienden a dilatar la tramitación del proceso (confr. esta Sala, in
re "Tabuas, José c Cervecería y Maltería Quilmes SA s/despido" SD 42.681 del 25/4/1996).
Esta Sala tienen dicho que, para que se configure la "conducta maliciosa y temeraria" a que
alude el artículo 275 de la ley de contrato de trabajo (LCT), es necesario que exista una
inconducta procesal que, considerada con el rigor del ámbito penal, haga aplicable la sanción.
No basta que una petición no sea resuelta favorablemente o que una pretensión o defensa no
sean acogidas (confr. autos "Vallejos, Claudio c/Bressuanello, Juan" 20/11/1987). Es
imprescindible proceder con suma prudencia para su determinación y tener presente que la
imposición de sanciones no puede obedecer al solo hecho de que las acciones o defensas han
sido finalmente desestimadas, ni siquiera que las pretensiones carezcan de sustento jurídico,
dado que ello podría coartar la garantía constitucional de defensa en juicio. (cfr. esta Sala,
"Córdoba,
Angélica
c/Memi,
Pedro
s/accidente",
SD
68.661
del
3/6/1996).
El Juez, en definitiva, como ordenador del proceso, deberá graduar la sanción prevista, cuando
se configuren las conductas descritas en el precepto, que son sólo referencias ejemplificativas.
El nuevo régimen legal (art. 9, L. 25013) no altera el margen de discrecionalidad que tiene el
juez para merituar la conducta del empleador, pues la presunción legal que crea no es iuris et
de iure, sino que se requiere que estén presentes todas y cada una de las exigencias fijadas en
la
norma.
En el caso en tratamiento, las accionadas más allá de resistir el reclamo de la actor invocando
una postura adversa a sus derechos, no han interpuesto excepciones, defensas o recursos sin
fundamentos serios, con la única finalidad de dilatar o entorpecer el proceso, por lo que no ha
evidenciado una conducta obstruccionista o dilatoria que configure una inconducta procesal
que, considerada con el rigor del ámbito penal, haga aplicable la sanción. Al respecto, cabe
tener en cuenta que quien contesta defendiéndose, aunque sea conocedor de su
responsabilidad, no puede ser calificado de temerario, ya que es lícita la búsqueda de un
resultado atenuado o -por lo menos- el cuidado de no ser víctima de un abuso de derecho, por
lo
que
no
encuadraría
en
la
aplicación
de
la
sanción
de
marras.
BENÍTEZ, MARÍA CELINA C/ORGANIZACIÓN TAURO SRL Y OTROS S/DESPIDO - CÁM. NAC. TRAB. SALA
I
05/07/2011
SUSPENSIÓN DE LA RELACIÓN LABORAL. ACCIDENTES Y ENFERMEDAD
INCULPABLE. LICENCIA PAGA POR ENFERMEDAD. CÓNYUGE. CARGA DE
FAMILIA. PROCEDENCIA
La empleadora adoptó la postura de desconocer la existencia de cargas de familia invocadas
por la actora, por considerar que la circunstancia de que aquella hubiera contraído matrimonio
“...no coloca a su cónyuge de pleno derecho como carga de familia, salvo que expresamente lo
denuncie de esa forma mediante los procedimientos administrativos establecidos a tal fin...”,
por lo cual limitó la licencia paga por enfermedad inculpable a tres meses, mientras que Castilla
sostuvo
que
debía
extenderse
a
seis
meses.
Es preciso, entonces, dilucidar si la circunstancia de que la actora se hallara casada, aun
cuando no hubiera tenido a su cónyuge “a cargo”, ello encuadra en el concepto de “carga de
familia” al que se refiere el artículo 208 de la ley de contrato de trabajo (LCT). Considero que
debe entenderse por “cargas de familia” a “...aquellos familiares amparados por la legislación
de asignaciones familiares y de obras sociales, con la condición de que -a excepción del
cónyuge e hijos- los parientes hayan sido declarados y acreditados "estar a cargo" del
trabajador antes de la iniciación de la licencia” (ver Altamira Gigena, Raúl, en Tratado de
Derecho del Trabajo, dirigido por A. Vázquez Vialard, To. IV, Ed. Astrea, pág. 896). Como
señala el autor citado, cuya postura comparto, en el caso del cónyuge y los hijos -menores de
21 años, art. 9, inc. a) de la L. 23660- que conforman el “grupo familiar primario”, de acuerdo a
la calificación de la ley mencionada, a cuyos términos estimo cabe remitirse (art. 11, LCT),
constituyen una “carga de familia” prescindiendo de que contaren o no con ingresos propios.
Ello por cuanto la circunstancia de que el cónyuge eventualmente trabajase o tuviese sus
propios ingresos no obsta a que se lo considere a los fines previstos en el artículo 208 de la
LCT, puesto que -además de lo expuesto respecto de la ley de obras sociales- resulta acreedor
a potenciales derechos alimentarios, tal como lo prevé el artículo 98 de la ley de matrimonio
civil (en el mismo sentido, ver CNAT, Sala IV, “Dieguez, Mariano c/Banco Itaú Buen Ayre SA”,
sent.
del
18/10/2007).
De lo expuesto se desprende que asistía derecho a la actora a gozar de una licencia paga por
enfermedad de seis meses, y no tres como le concediera la demandada, por lo cual medió una
injuria no menor al privarla del goce en toda su extensión de la licencia paga con motivo de su
enfermedad inculpable, lo que implicó un grave cercenamiento de su derecho alimentario
durante un lapso durante el cual debía gozar de la protección que le otorga el artículo 208 de la
LCT y la habilitaba a considerarse despedida, con justa causa (arts. 242, 243, 246 y concs.,
LCT).
CASTILLA, DANIELA FERNANDA C/LABORATORIOS TEMIS LOSTALÓ SA S/DESPIDO - CÁM. NAC. TRAB. SALA
I
12/07/2011
EXTINCIÓN DEL CONTRATO DE TRABAJO. DESPIDO
SOLICITUD DE REINCORPORACIÓN. PROCEDENCIA
DISCRIMINATORIO.
Como lo sostuve al emitir mi voto in re “Alvarez, Maximiliano y otros c/Cencosud SA s/acción de
amparo” (SD 95075 del 25/6/2007 del registro de esta Sala) aun cuando el trabajador no pueda
hacer valer una garantía de estabilidad especial (como acontece en el marco de la ley de
asociaciones sindicales, arts. 48 y 52), no puede desestimarse a priori su solicitud de
reincorporación cuando de lo que se trata es de establecer las consecuencias que se derivan
del acto ilícito de despido en condiciones que permiten considerarlo lesivo a la libertad y
dignidad de la persona. El carácter discriminatorio del acto atacado permite considerarlo
ineficaz aun en el marco de un régimen que con carácter general regula un sistema de
estabilidad relativa o impropia; y ello por imposición de la prohibición que con carácter absoluto
rige respecto de toda acción discriminatoria y, como tal, lesiva de la libertad y dignidad de la
persona del trabajador, solución que ha sido prevista en forma específica en el artículo 1 de la
ley
23592.
Recientemente, la Corte Suprema de Justicia de la Nación al confirmar la sentencia dictada por
esta Sala en el precedente citado (CSJN A. 1023, XLIII, sent. del 7/12/2010) sostuvo que “la ley
23592 ha tendido a conjurar un particular modo de menoscabo del pleno ejercicio de los
derechos y garantías fundamentales reconocidos en la Constitución Nacional: el acto
discriminatorio. Y ha previsto, por vía de imponer al autor la obligación de "dejar sin efecto el
acto discriminatorio o cesar en su realización y ... reparar el daño moral y material
ocasionados", una reacción legal proporcionada a tamaña agresión pues, y sobre ello cabe
poner el acento, el acto discriminatorio ofende nada menos que el fundamento definitivo de los
derechos humanos: la dignidad de la persona, al renegar de uno de los caracteres ínsitos de
esta: la igualdad en dignidad de todos y cada uno de los seres humanos de la cual deriva,
precisamente, el principio de igualdad y prohibición de toda discriminación, destinado a
proteger en la existencia dicha igualdad en esencia, intrínseca o inherente a aquellos (v.
Declaración Universal de Derechos Humanos, preámbulo, primer párrafo y art. 1; PIDESC,
preámbulo, primer párrafo; Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, ídem y art. 10.1,
y Convención Americana sobre Derechos Humanos, preámbulo, párrafo segundo y arts. 5.2 y
11.1,
entre
otros
instrumentos
de
jerarquía
constitucional)”.
CASTILLA, DANIELA FERNANDA C/LABORATORIOS TEMIS LOSTALÓ SA S/DESPIDO - CÁM. NAC. TRAB. SALA
I
12/07/2011
EXTINCIÓN DEL CONTRATO DE TRABAJO. DESPIDO INDIRECTO. FALTA DE PAGO
DE SALARIOS. CONFIGURACIÓN DE LA CAUSAL. PROCEDENCIA
El actor tuvo motivo justificado para darse por despedido, pues es criterio pacíficamente
aceptado que la falta de pago de los salarios, previa intimación del trabajador, configura injuria
impeditiva de la continuación de la relación laboral y constituye justa causa para disolver el
contrato de trabajo (esta Sala, 12/9/2007, SD 92.528, “Figueroa, Domingo Ignacio c/Bartamian
SA y otros s/despido”; CNAT, Sala VI, 30/10/2003, “Labriola, Carlos Alberto c/Duque Seguridad
SA”).
La alegada situación desfavorable de la empleadora no justifica su conducta, pues, como lo ha
sostenido desde antiguo la jurisprudencia, el atraso en el pago de salarios configura una grave
injuria a los intereses del trabajador y autoriza a Este a considerarse despedido, sin que pueda
invocarse como eximente de responsabilidad la crítica situación económica de la empresa
(Krotoschin-Ratti, “Código del Trabajo”, 7ª ed., págs. 210, 212 y 213). En efecto, “no hay
ninguna norma que faculte al empleador a demorar el pago de las remuneraciones por razones
económicas. Si la fuerza mayor o la falta de trabajo estaban debidamente acreditadas, lo que
debió hacer es disponer las pertinentes suspensiones por aquellos motivos (arts. 218 y ss.,
LCT), pero no incumplir la obligación que le incumbe respecto del pago del salario (art. 76,
LCT)” (CNAT, Sala III, 29/9/1987, “Messina, Jorge Ricardo y otro c/Zubizarreta Ward, Pablo y
otro
s/despido”.
En ese orden de ideas, esta Sala tiene dicho que, en el derecho laboral, la fuerza mayor, como
eximente de responsabilidad patronal, es de interpretación restrictiva y solo tiene cabida en
aquellos institutos en que la ley expresamente lo dispone (accidentes, despido, suspensiones).
Por ello, la demandada, ante las dificultades económicas, puede recurrir a los mecanismos que
la ley otorga para paliar la crisis (que van desde la suspensión de la relación hasta el despido),
pero nuestro ordenamiento legal no ha receptado la posibilidad de que pueda posponer el pago
de la remuneración, ya que ello afecta el principio de intangibilidad salarial (esta Sala,
19/12/2008, SD 93.827, “Ricci, María Victoria y otro c/Alaned SA y otro s/despido”; CNAT, Sala
III, 30/9/2003, SD 85.260, “Machuca, Marcelo c/Vaira y del Grosso SRL s/despido”).
FERNÁNDEZ, ALBERTO FABIÁN C/SIMÓN CACHAN SA S/DESPIDO - CÁM. NAC. TRAB. - SALA IV 13/07/2011
EXTINCIÓN DEL CONTRATO DE TRABAJO. JUSTA CAUSA. COMUNICACIÓN.
UTILIZACIÓN DE EXPRESIONES CORRECTAS, PRECISAS Y AJUSTADAS A LOS
HECHOS
Al comunicar un despido con justa causa, deben emplearse expresiones correctas, precisas y
ajustadas a los hechos que la motivan y a la verdadera causal que determina la disolución del
contrato laboral puesto que, cuanto más vaga y ambigua resulta, más amplio es el margen de
acción que posee el empleador para modificar unilateralmente las características específicas y
propias
de
los
hechos
injuriosos.
BRAVO, ANÍBAL NORBERTO C/EMPRE SRL S/DESPIDO - CÁM. NAC. TRAB. - SALA VII - 11/07/2011
PROCEDIMIENTO. DEMANDA. FALTA DE INDICACIÓN DE LOS PERÍODOS DE
APORTES NO EFECTUADOS. MULTA ARTÍCULO 132 BIS DE LA LEY DE CONTRATO
DE TRABAJO
La mera situación de rebeldía no es suficiente para tener por acreditado que la parte
demandada retuvo y no ingresó los aportes sociales, máxime cuando en la demanda no se
precisó cuáles habrían sido los meses o períodos durante los cuales la accionada procedió de
este modo, limitándose a introducir en la liquidación de cada actora un monto cuyas pautas de
cálculo
no
explica.
SORRENTINO, SILVANA LAURA Y OTRO C/CLÍNICA DE ENDOCRINOLOGÍA Y METABOLISMO DR. J.
REFORZO MEMBRIVES SA S/DESPIDO - CÁM. NAC. TRAB. - SALA IX - 30/06/2011
PROCEDIMIENTO. RECLAMO
PROCEDENCIA
ANTE
EL
SECLO.
EFECTOS
INTERRUPTIVOS.
Esta Sala, en términos que comparto –a los que corresponde remitirse “brevitatis causae”- ha
tenido oportunidad de pronunciarse sobre este tema, al dictar sentencia en los autos “Sallent,
Adrián c/Banco Itaú Buen Ayre SA s/despido”, del registro de esta Sala 61516 del 26/8/2009,
donde se sostuvo que la presentación del reclamo ante el Servicio de Conciliación, en tanto
reclamación ante la autoridad administrativa, produce la interrupción del curso de la
prescripción (conf. art. 257 de la LCT); y, posteriormente, en los autos “Harasymon, Mauricio
Alejandro c/Inc SA y otro s/accidente-ley especial”, SI 32008 del 19/2/2010, se resolvió en el
sentido de que a partir de los efectos interruptivos del reclamo ante el SECLO, el nuevo plazo
prescriptivo a ser computado comienza a correr a partir del cumplimiento del plazo de seis
meses contemplado en el Acuerdo Plenario 312, en idéntico sentido a lo dispuesto por el
artículo
257
de
la
ley
de
contrato
de
trabajo.
En el caso, por aplicación de la doctrina del Acuerdo Plenario 312 y del artículo 257 de la ley de
contrato de trabajo, esos efectos interruptivos cesan a los seis meses de iniciado el trámite
ante el SECLO, y en consecuencia, concluido dicho lapso comienza a correr el nuevo plazo de
prescripción.
CORREA JUÁREZ, JAVIER ESTEBAN C/VIÑA ONA SRL Y OTROS S/DESPIDO - CÁM. NAC. TRAB. - SALA
VI
14/07/2011
PROCEDIMIENTO. COMPETENCIA TERRITORIAL. LEY DE SEGUROS
Si bien el inciso 4) del artículo 90 del Código Civil establece que las compañías que tengan
múltiples sucursales tienen su domicilio legal en el lugar de dichos establecimientos
únicamente para las obligaciones contraídas por los agentes locales, no resulta aplicable dicha
limitación al caso de autos. Que ello es así toda vez que en la norma de la ley de seguros, no
se efectúa ninguna distinción con relación al domicilio del asegurador, y menos aún la mención
específica a su domicilio legal en los términos del artículo 90 del Código Civil.
Esta distinción adquiere mayor relevancia, si se tiene en cuenta que la presente acción ha sido
interpuesta por el trabajador afectado, quien resulta ser un tercero ajeno respecto del vínculo
contractual existente entre la compañía aseguradora y el empleador. En este sentido, el
trabajador desconoce los términos del contrato de seguro que unía a su empleadora con la
accionada, entre ellos lo referido al lugar de su celebración, por lo que dicha limitación no
resulta de aplicación razonable al caso (en igual sentido CNCiv., Sala D “Expreso Esteban
Echeverría SRL y otro c/Ledesma, Pablo y otro”, CNCiv. Sala C, 11/12/2001 “Olmedo Heberto
Darío y otro c/Giudicate, Silvio Gustavo y otros s/daños y perjuicios”).
Que en ese sentido, las doctoras Elena Highton y Beatriz Areán (CPCCN, Ed. Hammurabi,
págs. 265/266), han sostenido que las compañías de seguros tienen la facultad de decidir la
apertura de las sucursales que estimen necesarias para el cumplimiento de sus objetivos
empresariales, pero ello no puede eximirlos de asumir los inconvenientes que genera la
multiplicación
de
su
personalidad.
Que en consecuencia, efectuado un análisis armónico de las disposiciones tratadas, cabe
concluir que el trabajador afectado se encuentra habilitado a interponer la demanda
indistintamente ante el juez del lugar del hecho o del domicilio de cualquiera de las agencias o
sucursales de la aseguradora, toda vez que exigirle la realización de una pesquisa previa con
el fin de determinar en cuál de las diferentes sucursales se celebró el contrato de seguro con el
empleador, constituiría una irrazonable limitación del derecho de acceso a la jurisdicción, a
todas luces incompatible con el sistema protectorio establecido en el artículo 14 bis de la
Constitución
Nacional.
MACHADO, ROBERTO MARCELO C/ PREVENCIÓN ART SA S/ACCIDENTE LEY ESPECIAL - CÁM. NAC.
TRAB.
SALA
VII
14/07/2011
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