IDEAS GENERALES PARA LA REFLEXION EN

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IDEAS GENERALES PARA LA REFLEXION
CULTURA1 (DOCUMENTO DE TRABAJO)
EN EL CONSEJO VASCO DE LA
INDICE
PRIMERA PARTE: UN CUADRO GENERAL DE PROBLEMATICAS DE LA CULTURA VASCA
1. La cultura como relación social y recurso: problemas
2. Identidades y globalización
3. No solo la dimensión externa
4. Redefinir el concepto de cultura vasca
4.1 Cinco vectores
4.2. Criterios derivados
5. Identidad e identidades
6. Espacio cultural y comunicativo vasco (o vasco-navarro)
7. Algunas conclusiones
SEGUNDA PARTE: LA PRODUCCION CULTURAL INDUSTRIAL
8. La producción cultural industrial: estructura general
9. Diagnóstico sobre los medios de comunicación
9.1. Una estructura comunicativa propia
9. 2. El lugar deficitario del euskera en los medios
TERCERA PARTE: USOS DEL SISTEMA COMUNICATIVO, LA SOCIEDAD DE LA
INFORMACION Y LA RECENTRALIZACION EN MADRID. RETOS PARA EUSKADI
10. Usos de los media
10.1. El uso vasco-navarro de la información
10.2. La controvertida relación entre consumos, usos e ideologías.
11. La Sociedad de la Información
11.1. Tendencias sociales en los usos de los media
11.2. Cambios y preguntas en las funciones de los medias
12. Recentralización cultural e informacional en Madrid
13. Retos para Euskadi.
1 Con la pretensión de suscitar debates y reflexiones se contienen aquí un mix resumido, actualizado y reordenado de algunas
ideas incluidas en R. Zallo Políticas culturales territoriales en España en E. Bustamante (coord.) "Comunicación y cultura en
la era digital: industrias, mercados y diversidad en España". Fundación Alternativas. Madrid a publicar 2002; en otros textos
del autor; en I. Lasagabaster, F. Letamendia, M. Gomez Uranga y R. Zallo (coords)Propuestas para un nuevo escenario.
Democracia, cultura y cohesión social en Euskal Herria. Fundación Robles-Arangiz, 1999; de otro trabajo colectivo R. Zallo
(dir) Industrias y políticas culturales en España y País Vasco. Servicio de Publicaciones de la UPV-EHU, 1995; algunas
pocas páginas de un material de P. Azpillaga, J.C de Miguel y R. Zallo a publicar en euskera por Alberdania en fechas
próximas bajo el título 2002 y que, amablemente, ha autorizado a su inclusión en este documento de trabajo que no es para
publicación ni es reproducible.
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CUARTA PARTE: CUESTIONES DE POLITICA CULTURAL Y COMUNICATIVA
14. Evolución de los modelos dominantes en política cultural.
15. Políticas culturales territoriales en Europa: acentos
16. Algunas tendencias en política cultural territorial
16. Algunas tendencias en política cultural territorial en el Estado Español
NB. Este no es un documento para su aprobación, ni siquiera para su debate como tal, ni representa la
posición de la Consejería. Solo se trata de un material que pretende aportar alguna información y
suscitar un debate totalmente abierto sobre perspectivas y herramientas para la futura formulación da
planes estratégicos de la cultura vasca por parte del Consejo.
PRIMERA PARTE
UN CUADRO GENERAL DE PROBLEMATICAS DE LA CULTURA VASCA
Nuestra comunidad vive una fase delicada de su historia. No hay aún un proyecto común cultural o
político en un momento de encrucijada de caminos. No hemos optado por una dirección, pero aún lo
podemos hacer, aunque no en cualquier dirección, puesto que geoculturamente estamos plenamente
inmersos en los grandes vectores de la cultura-mundo.
El puro preservacionismo, está condenado al fracaso y, además, sería negativo para una cultura que
necesita fortalecerse para poder interiorizar adecuadamente influencias como cultura abierta y
comunicable que pretende ser. Pero no alimentar nuestra especificidad y flotar en los vientos de los
mercados o de las culturas mayoritarias sería suicida. Tenemos un problema, pero también una
oportunidad si la sabemos aprovechar.
Hay una distancia abismal entre, por un lado, las potencialidades creativas y productivas de un país
culto, industrial, con importantes Universidades polivalentes, con una tradición artística moderna y,
por otro, su actual productividad creativa cultural, su experimentación y su producción cultural de
calidad. La tensión entre autonomía política y el conflicto político no se ha saldado con la eclosión de
todas las energías disponibles, aunque se abre una oportunidad con las nuevas generaciones
desprejuiciadas y formadas.
En los últimos años hay cambios sociales significativos y positivos: el restablecimiento del prestigio
social de la cultura vasca como un todo aunque los perfiles del concepto no sean unánimes; la
irrupción de un concepto de cultura vasca como cultura mosaico, acorde a la expresión de distintos
grupos sociales; cierta disponibilidad de medios en una sociedad que ha acabado con el descenso en
picado de las señas de identidad históricas...
Pero también ha habido elementos muy preucupantes. La violencia así como la polarización política de
los distintos agentes sociales, culturales y políticos, han creado un clima social de desaliento y de
desmovilización del mundo de la cultura con efectos desagregadores sobre distintos planos culturales
(creación, producción, diálogo cultural y conocimiento, integración, apertura de mercados, sistema
mediático equilibrado....).
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1. La cultura como relación social y recurso: problemas
Demasiadas veces se tiende a confundir la cultura en si con lo más diferencial de una cultura. Lo que
sirve para marcar sus fronteras exteriores, no sirve para su función interna: la vertebración de una
sociedad libre y comunicada, como condición misma de su identidad.
Por una parte, lo tenemos peor que los Estados nacionales convencionales, que por decantación
histórica han asentado una cultura diferencial y reconocida. Entendida como un dato dado, se asocia
con el Estado nación mismo, contando con importantes mecanismos para preservarla y
retroalimentarla a pesar de las condiciones de competencia y de presión exterior2.
A Euskal Herria le ha tocado dar un salto en su cultura en una época en la que el cuestionamiento de
algunas culturas, identidades y valores produce choques y conflictos son centrales en las agendas del
mundo. Y es que, contrariamente a las tesis del fin de las ideologías y del posnacionalismo, ha
resurgido con fuerza histórica el conflicto propiamente cultural. La indefensión de algunas culturas
ante la cultura transnacional, el desajuste entre naciones culturales y naciones políticas y la búsqueda
de una gestión cercana al ciudadano, han reabierto el conflicto sobre los referentes centrales de la
sociabilidad (individuo-ciudadano-comunidad-clase) y de la relación entre territorio y poder. Es más,
se alimenta de las respuestas en estos planos.
Es una variable activa central en la configuración de las sociedades. Reguladora de los cambios,
emerge hoy como motor de múltiples comportamientos, decisiones y conflictos.
Por una parte, si hasta hace poco la cultura era concebida como un lujo -y el gasto público cultural
como un índice de bienestar, sacrificable en épocas de austeridad- hoy la cultura es una necesidad
central, y más aún en el caso de una cultura minorizada con problemas de cohesión y viabilidad. Es
central porque la cultura es, ante todo, urdimbre de relaciones sociales vivas y un producto de esas
relaciones sociales.
La cultura vasca, entendida como la alquimia de la cultura étnica y la cultura de todos los vascos, es
una cultura minoritaria dentro del Estado-nación y con un problema de viabilidad. Se trata de una
cultura en construcción -desde un patrimonio y desde unas relaciones sociales vivas y actuales- y por
ello mismo con problemas de delimitación e identificación social. En su ámbito se juega la integración
social de Euskal-Herria, se construye la "comunidad" -un sujeto histórico, desde luego, también
recorrido por clases sociales y hegemonías- e impacta en la construcción de la propia economía.
Por otra parte, la cultura se convierte en la era de la Sociedad del Conocimiento y de la Información en
un input productivo, además de un recurso fundamental de adaptación a los cambios acelerados en
curso. El modo de creación y producción predominantemente industrial de la cultura no permite
remitirse sólo a la cultura heredada, al patrimonio acumulado en la historia, y más aún cuando, como
en caso de la cultura vasca, ha sido zarandeado por una historia difícil o represiva de minorización en
relación a la lengua y al sistema educativo, lo que plantea a ese respecto dos actitudes que pareciendo
contradictorias no lo son: recuperar el tiempo perdido y la memoria arrebatada pero saber que hay
vacíos irremediables en ese pasado. En cualquier caso, apuestas de futuro y recuperaciones del pasado,
apelan a la constante defensa y transformación de la propia cultura en un marco abierto a las
influencias.
La cultura en general -y más si hay un plus de preocupación identitaria - tiene, además de un efecto
inmediato en el PIB, un efecto indirecto creativo estimulante y de servicio sobre todo el tejido
2 Esto lo explica muy bien X. Rubert de Ventós en Nacionalismos. El laberinto de la identidad. Espasa Calpe, Madrid 1994,
y en De la identidad a la independencia: la nueva transición. Anagrama, Barcelona 1999.
3
económico y sobre las relaciones humanas y sociales. Aunque las cifras económicas europeas son
significativas –4 a 8 % del gasto de la renta doméstica, 3 al 6% del PIB según los países- aún son más
importantes sus impactos indirectos: insemina de formación y creatividad todo el sistema económico y
social, genera condiciones de adaptación social a los cambios tecnológicos, económicos y sociales,
alimenta a todo el sistema (las telecomunicaciones no serían posibles si no circularan ideas y
programas por su interior) y crea condiciones atractivas para la inversión en tecnologías avanzadas.
Si se estimara en un 8 % el peso relativo de la producción cultural vasco-navarra en el total cultural
del estado español -lo que es ligeramente inferior a su peso en el PIB general del Estado Español- en
1997 el Valor Añadido Bruto cultural general a precios de mercado (salarios, rentas y excedentes
brutos de explotación más impuestos) sería estimable en 448.750 millones de ptas. (2.700 millones de
euros) lo que es un cifra apreciable.
La cultura propia plantea algunas ventajas para la propia economía interna, tanto por las relaciones
productivas que la proximidad y el conocimiento implica como porque la producción y niveles de
consumo cultural -y más si hay un plus de preocupación identitaria- tienen un impacto directo en el
PIB, y en todo el tejido económico y social.
Hemos sido expertos en la economía de lo material, de lo sólido, del hierro. Ahora hay que pasar –y
aún no hemos aprendido lo suficiente– a la economía de lo inmaterial: de los intangibles y saberes; de
los valores añadidos y de los servicios; de los derechos y activos inmateriales -como los derechos
audiovisuales o sobre patentes y tecnologías-; de los conocimientos y marcas; de la formación
contínua; y también, ¡por qué no!, de lo efímero, lo caduco, las modas.
Además de tener que hacerlo por pura adaptación, tiene la doble ventaja como imprescindible sector
productivo de producción para el mercado interno y para el intercambio externo, de favorecer una
nueva economía polivalente y, sobre todo, en ese viaje reconstruir nuestra cultura y comunidad. Eso
significa gestionar el macrosector cultural, de comunicación e información, no como uno más, sino
orientado por necesidades y prioridades culturales.
Se trata de poner la cultura, los proyectos definidos colectivamente en el puesto de mando de este
sector especial por una razón simple. Mientras la cultura de los estados nación es autorreproductiva y
tienen bastante margen para confiarlo casi todo al mercado, a la economía misma, en las comunidades
sin Estado y sin economías de escala la construcción cultural es un hecho de voluntad, de decisión
colectiva, política, que para implementarse debe hacerse, naturalmente, desde la economía, como
condición para generar mecanismos de autodesarrollo en el futuro.
2. Identidades y globalización
La problemática de las identidades culturales es aún más relevante por la forma en que se está
configurando el actual mundo globalizado.
De los procesos culturales y comunicativos actuales salen reforzadas las culturas planetarias centrales,
las culturas de los grandes idiomas, los países con una importante red comunicativa y cultural, las
empresas de las grandes naciones con almacenes de datos, información, programas... para
suministrarlo por la red a no importa qué parte del mundo.
En esta época de mercantilización cultural hay culturas hegemónicas en Europa que tienen muchas
más posibilidades que las minoritarias para expandir sus producciones y valores desde poderosas
empresas transnacionales. Las propias iniciativas comunitarias de regionalización de las políticas
culturales en la UE apenas si pueden paliar, más que de forma muy limitada, la fuerza expansiva de las
grandes industrias culturales tanto americanas y europeas como las que tienen como base operativa el
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Estado Español (grupos Telefónica, Prisa, Retevisión, Planeta o Correo..) y que han visto ampliarse su
capacidad operativa y sus mercados.
Las pequeñas culturas lo tienen difícil. Aunque los pequeños países también almacenan y elaboran
información de uso propio, la memoria histórica y la agenda temática de cada cultura pueden llegar a
ser parcialmente reconstruidas desde grandes empresas que forman Grupos poderosos en información,
conocimiento, tecnología o cultura. El mayor peligro reside en el desplazamiento de intereses
nacionales o locales por otros globales y gestionados por esos Grupos, en la standarización de
temáticas, formatos, rutinas organizativas y decisionales, en la sustitución de puntos de vista,
conceptos y enfoques.
Es así evidente el riesgo de minorización, aún mayor, de las culturas no dominantes que no se
inscriban ventajosamente en los circuitos tecnológicos, reticulares, creativos o productivos
aprovechando sus propios recursos expresivos.
Precisamente como producto y réplica de la globalización y la hipercomunicación, se generan
mecanismos compensatorios desde las sociedades. Ante los riesgos notables de clonación cultural y
aculturación masiva las comunidades buscan el sentido de la historia buceando también en su
identidad histórica, lo que puede hacer de dos maneras distintas, desde un primordialismo o desde la
concepción de la cultura como herramienta de una construcción comunitaria y social modernas.
Los movimientos identitarios comunitarios no tienen todo el tiempo del mundo para disponer de los
instrumentos políticos y económicos que les permitan asegurarse una plaza en el concierto de los
pueblos organizados- y para desarrollar la propia cultura. Asumir ese reto desde la flexibilidad en un
pequeño país apunta a que sean mucho más sensatas, incluso imprescindibles, las lógicas
socioculturales y políticas que integren y sumen que las que, en aras del purismo o las esencias, resten.
Sería como pelearse en medio de una inundación.
La respuesta a la desigualdad cultural entre pueblos o países no puede ser la autorreclusión cultural o
levantar muros de incomunicación. La respuesta es el levante de paredes de construcción de la propia
identidad buscando un cierto reequilibrio de los flujos, con múltiples puertas y ventanas siempre
abiertas que son las que permiten avanzar por impulso propio y ajeno. Se trata de seguir la máxima de
Gandhi de dejar que todas las culturas del mundo se paseen por el interior de "mi casa, a condición de
que no me echen de ella".
El presente y futuro de las culturas minorizadas depende de su capacidad para representar y recrear
con medios tecnológicos, industriales y creativos su propia identidad. Y eso significa, ante todo,
inversión, formación, medios, calidad, sentido, competitividad y producción propia.
Hay serios problemas para la inscripción cultural vasca en los nuevos escenarios mundo. Hay un
notable desequilibrio entre los flujos y producciones culturales y comunicativos que se generan en el
interior y los procedentes del exterior.
Sin embargo, ese es el terreno de juego real. Sin abandonar la tensión por la igualación de las formas
de vinculación entre países, las claves están en un esfuerzo cualitativo de preparación interna para los
retos de la producción propia, de la cooperación y de la competencia. Sobre todo, porque nadie lo hará
por nosotros.
3. No solo la dimensión externa
Euskal Herria misma, nosotros mismos, somos parte del problema. La polarización política de los
distintos agentes sociales, culturales y políticos del País Vasco y la incomunicación que dificulta
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consensuar los ejes para un despegue cultural, conllevan un despilfarro de energías que no permite
liberar fuerzas creativas sino ahuyentarlas.
El conflicto cultural o las culturas de resistencia enriquecen las culturas asentadas. Limitan la
linealidad de la cultura convencional y hacen aflorar las culturas soterradas. Pero en nuestro caso, con
una cultura en construcción y un conflicto cultural como variable inmediatamente vinculada a un
conflicto político con una doble dimensión externa e interna, lo cultural aparece muchas veces como
mero vector legitimante de opciones políticas. El conflicto cultural se convierte en frente instrumental
más de la confrontación política que hace imposible una dialéctica constructiva. Eso es simplemente
destructivo en una comunidad pequeña. Otra cosa distinta es que sea imprescindible una política
cultural, y que lo sea de la forma más consensuadamente posible dadas las condiciones de una cultura
minoritaria.
Como hay riesgos de que las fracturas políticas deriven en fracturas primero identitarias -entre
identidades en incomunicación- y luego en fracturas sociales de comunidades que se impermeabilizan,
hay que hacer un gran esfuerzo para que las identidades culturales internas no sean un problema sino,
al contrario, un factor de autoidentificación colectiva. En ningún caso cabe jugar con fuego en tema
tan sensible como este, siendo imprescindible construir lo identitario colectivo de forma activa pero
abierta, y en perfecta comunión con la libertad personal y de proyectos.
La flexibilidad y la necesidad del diálogo permanente se deriva de que se trata de un tema de alta
sensibilidad en el que se discute de la propia identidad de grupos sociales e individuos. Lo adecuado
en esas condiciones es hacer mínimas las obligatoriedades y que, cuando existan, se articulen, desde
mayorías claras y dialogantes y de modo respetuoso, salvaguardando derechos personales y grupales
pero no talantes corporativos.
El riesgo, por ahora conjurado, en Euskal Herria de que las subcomunidades políticas cristalicen en
comunidades sociales de obediencia cultural confrontada (dos comunidades) invita al cuidado
exquisito de la gestión de la cultura como ámbito no directamente dependiente de la política. Se trata
de evitar que haya una vinculación de la cultura-patrimonio a un sólo modo de entender la vida
pública, lo que redundaría en el desestimiento cultural de sectores sociales enteros.
4. Redefinir el concepto de cultura vasca
La cultura vasca, entendida como la alquimia de la cultura heredada y la cultura de todos los vascos, es
una cultura minoritaria dentro del Estado-nación, con un problema patente de viabilidad. Se trata de
una cultura en construcción y, por ello mismo, con problemas de delimitación e identificación social.
En su espacio se construye, por un lado, la "comunidad", un sujeto histórico, y, por otro, –dado que
la comunidad está recorrida por identidades varias, grupos sociales y hegemonías- también se juega la
integración social de Euskal-Herria.
Con todo, la comunidad, el pueblo, en los países desarrollados no se construyen sino desde la
sociedad, desde la vertebración social en claves de ciudadanía y solidaridad como dice Petrella.
Necesitamos ampliar la matriz explicativa tradicional de la cultura vasca. Estamos acostumbrados a
entender la identidad cultural solo alrededor de los rasgos histórico-tradicionales diferenciadores que
se han tejido alrededor del concepto de cultura-patrimonio heredado.
4.1 Cinco vectores
En efecto, la cultura-herencia-herramienta-lengua es el elemento central en la construcción de las
identidades de los individuos y los grupos sociales y, al mismo tiempo, el recurso básico de los actores
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en la acción colectiva puesto que se trata, ante todo, de un sistema de símbolos que da significado a la
acción y a los objetos mismos y permite la comunicación3. Cada comunidad reinterpreta desde su
cultura vigente, produciendo el sentido de sus acciones, comportamientos y situaciones propias y
ajenas. La cultura no sería tanto el suministro de fines o valores para la acción como, según Ann
Swidler, una caja de herramientas (tool kit) compuesta por símbolos, relatos, ritos y visiones del
mundo -incluyendo valores, pautas, creencias, mentalidades, ideologías, visión de si mismos y de su
historia-, entendidos como componentes para la definición de estrategias de acción. Eso las habilita
para asumir los cambios y no reproducir permanentemente el pasado. Cada lengua, además de su rol
comunicacional, es el bagaje de una herencia de conocimientos acumulada.
Este vector heredado está tejido de elementos objetivos (la lengua, la historia propia, las instituciones,
el legado económico, las formas de trabajo, de relacionarse o de gestionarse, los rituales, los relatos, el
nivel cultural) y subjetivos (la identidad, los valores al uso, los mitos, las creencias, las mentalidades,
la mirada propia introspectiva y la mirada ajena identificatoria…). Ambos tipos de elementos nos
hablan de un ámbito pretérito real, acontecido e inalterable pero subjetivamente interpretable y
significante, donde historia rigurosa, mito y épica se mezclan, haciendo a cada cultura diferente. Desde
ella se habilitan las condiciones para que cada individuo y cada grupo social con intereses
diferenciados puedan plantearse estrategias y proyectos.
Sin embargo, con ser este vector decisivo y diferenciador hay otros cuatro vectores imprescindibles
para situar las identidades.
Dos de ellos son generales y universales, presentes en todas las culturas. El primero de ellos, la
cultura-humanidad, la cultura-especie, es prioritario porque es constitutivo de la naturaleza humana y
de la vida en sociedad y tiene carácter universal. Está presente de la misma forma en todas las culturas
porque nos habla de la humanidad misma, sin diferencia alguna entre culturas y que hace que ninguna
pueda ni deba ser superior a otra. Es la resultante de la dialéctica entre gestión de la naturaleza
mediante herramientas, vida social, lenguaje, pensamiento abstracto e interacción simbólica que todos
los humanos y los pueblos han realizado a lo largo de los siglos. Estas facultades hacen iguales en
dignidad y derechos a todas las culturas, independientemente de su grado de complejidad,
indeopendientemente de puedan rechazarse prçácticas lesivas a la priopia dignidad humna4.
El segundo de ellos es la cultura-intercambio. La constatación de la inevitable exposición al contacto,
de todas las culturas modernas. Nos habla de ámbitos compartidos entre culturas e identidades
distintas, de préstamos culturales, de evolución de las culturas que, consustancialmente, asumen la
condición de abiertas. La cultura universal sería así, en sentido amplio, el conjunto de culturas en
contacto. Ya no se puede hacer la evaluación de lo interno frente a lo externo, porque que lo externo
ya es parte de lo interno como una variable más de la cultura propia. Se comparten planetariamente
estilos, modas, ideas, estéticas, informaciones, valores, conocimientos, acontecimientos, lenguas
francas, debates, preocupaciones, personajes, referentes, artes, mitos nuevos, agentes, líderes, moneda,
mercados…5
3 Ver el interesante compendio de Antonio Ariño Sociología de la cultura. La constitución simbólica de la sociedad. Ariel.
Barcelona 1997; y María Luz Morán Sociedad, cultura y política: continuidad y novedad en el análisis cultural. Zona
Abierta 77/78. 1996/1997
4 Francisco Fernández Buey lo explica en Etica y filosofía politica. Bellaterra. 2000, 117 y ss.
5 Aunque esa cultura viene hoy muy mediada por el sistema educativo, las empresas transnacionales de la información, el
ocio y el consumo, las comunicaciones planetarias y el nivel cultural permiten también vivir otras culturas o la producción
cultural internacional (los ensayos o la literatura contenidos en la edición, las músicas omnipresentes en disco o radio, el
acceso internacional simultáneo a las novedades cinematográficas o al cine clásico, las artes plásticas escénicas o musicales,
los patrimonios culturales por la vía del conocimiento y el turismo…). Todo ello va conformando también los sedimentos de
una cultura universal imprescindible, una trama cultural internacional y los repertorios de habilidades y conocimientos
considerados como necesarios para los contactos entre las elites de cualquier parte del mundo. Con todo, las modas, valores,
7
El intercambio y la universalidad –con sus connotaciones positivas- no conviene confundirlos con
otras nociones que reflejan el lado oscuro de la cultura cuando se teje con los hilos del poder y que
configuran realidades patentes, algo así como el reverso de loa medalla. Por ejemplo, la noción de
civilización/civilizaciones que, tantas veces, se han construido desde la hegemonía de una cultura
sobre la mayoría de culturas; o la cultura global, transnacional, artificial, una cultura kitsch, sin
memoria ni raíces, vinculada al consumo masivo y aireada por los media de manera planetaria que nos
obliga a tomar decisiones contínuas de separación de la mena de la inmensa ganga.
Pero además hay otros vectores internos, expresivos, identitarios. La cultura-relación socialadministración-institución- poder, la cultura de los que somos (pueblo, comunidad) un determinado
país porque estamos en él (sociedad), y que refleja cómo nos organizamos en un cuadro de poder
donde hay hegemonías, estructuras y políticas educativas, mediáticas y culturales. Este ámbito es cada
vez más importante, además que es el más gestionable y en el que este Consejo Vasco de la Cultura
puede tener más inmediatas iniciativas.
La cultura de una colectividad no es homogénea. Se crea desde relaciones vivas múltiples, sumas y
restas, consensos y disensos perceptivos, desniveles culturales, herencias diversas, subgrupos en
contacto y con influencias desiguales, mitos fundadores, historias, prácticas culturales y subjetividades
compartidas o en conflicto, hegemonías…
Las culturas son interiormente heterogéneas. Están vinculadas a los distintos grupos sociales,
permitiendo múltiples expresiones distintas de una misma cultura. La cultura sería menos un cuadro
normativo de repertorios centrales para toda la colectividad como el resultado de la amalgama de todas
esas expresiones, de la que pueden deducirse unos hilos comunes (lengua, valores más enaltecidos,
formas de vida, símbolos reconocibles, mitos, instituciones de referencia..) y, todo ello, bañado por la
subjetividad del sentido de pertenencia. Desde ese tejido nervioso entendido como un resultado, todo
es diversidad en el interior de una comunidad.
Si la cultura es el tejido nervioso de una sociedad, la sociedad modela las formas de la cultura.
Y por último, el quinto vector, también interno, es la cultura-creatividad-individualidad. Puesto que la
historia es también contribuciones individuales, una parte de ellas pasan en forma de hito o mito a la
memoria colectiva. Cada cultura es la amalgama de ese conjunto de vectores, enfoque que permite
redefinirla de forma adaptada a los tiempos y a una óptica integradora y constructiva.
4.2. Criterios derivados
Considerar ese conjunto de vectores permite extraer una variedad de criterios que previenen respecto a
los riesgos más comunes como son el de la abstracción universalista o, al contrario, el del narcisismo.
Los criterios a extraer de esos vectores enunciados tienen por objeto generar actitudes sociales abiertas
y permeables y políticas culturales, comunicativas y educativas más complejas.
a). Del hecho cultural de la especie como un todo, cabe deducir que el universalismo no es el
patrimonio de las culturas dominantes, a pesar de que lo utilicen como argumento frecuente frente a
las culturas minoritarias. Más bien, es al revés. La solidaridad con todas las culturas, especialmente
con las más amenazadas, la consideración de los derechos de toda la especie y la defensa de la
diversidad y de la dignidad de cada una de sus culturas, incluso de las que son utilizadas6 por los
símbolos, ideas, formatos, normas,… porque no pueden crear universos cognoscitivo, ,son asimilados y reinterpretados desde
cada cultura y sus herramientas.
6 Las culturas no son rivales, pueden serlo los colectivos. No son las culturas las que sojuzgan, son los poderes.
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poderes para ningunear a otras culturas, es más patrimonio de las pequeñas culturas que de las culturas
con pretensiones civilizatorias.
b) Desde la necesidad de los intercambios y desde la compatibilidad, traducibilidad y convertibilidad
esencial de unos signos en otros cabe asumir la apuesta por una cultura vasca abierta y por el
mestizaje, como ha ocurrido a lo largo de los siglos. Hay que precaverse y construir las identidades
con carácter abierto, evitando que degeneren en un neotribalismo o en puro refugio frente a los flujos
planetarios pero ante los flujos reales culturales se ha de propugnar un intercambio lo más igual, libre
y de doble dirección posibles, apuntando la necesidad de establecer límites a los abusos de posiciones
dominantes, así como reglas de protección y promoción de la cultura propia.
c) Del patrimonio cultural propio cabe extraer múltiples criterios: el cuidado de lo propio sin renunciar
a conocer mejor y desmitificar el pasado; la importancia de la lengua como factor especialmente
comunicativo, distintivo, rico y como decantación de vivencias, modos de vida y percepciones; la
salvaguarda de la herencia cultural como un legado irrepetible; su transmisión adaptada a los tiempos
para que siga componiendo una caja de herramientas sociales útiles7; el orgullo legítimo por la propia
identidad sin menosprecio de la ajena….
d) De la comprensión de la heterogeneidad y pluralidad cultural social, entendiendo que la cultura
vasca no es un arquetipo previo sino el resultado de las dinámicas reales, gusten o no, cabe extraer
criterios centrales como son: 1) la flexibilidad y el diálogo cultural; 2) disponer de proyectos con
horizonte a largo plazo, una política cultural y una acción ciudadana que los concreten, a pesar de que
aún no se hayan acordado las bases de la identidad vasca moderna; 3) un sistema educativo orientado;
4) y un sistema mediático y de producción cultural propios y en diálogo y contraste con otros.
El esfuerzo de integración sin dejación de derechos, la disposición al mestizaje, la toma en
consideración de las subculturas de los distintos grupos sociales, es una actitud moral que los vascos
hemos echado de menos a lo largo de una historia agresiva para con nuestra cultura. Hay, además, una
razón práctica. Puesto que los perfiles de los grupos sociales comunitarios no son precisos, las
identidades y las lealtades tampoco son puras, sino mayoritariamente compartidas.
El término de cultura en conformación significa huir de la asimilación. Lo cultural tiene un tempo
absolutamente distinto y más largo que el político, e incluso el institucional, pues estamos hablando de
la compleja malla de la interacciones sociales. La generación de solidaridades y sentimientos de
pertenencia en una comunidad requiere un diálogo estable, aunque con una tensión inevitable en tanto
pugnan proyectos culturales e identitarios distintos en busca de la hegemonía social.
e) El desarrollo de las individualidades reclama varias condiciones: un clima propicio y de ayuda a la
libertad creativa individual en todos los ámbitos tanto de la producción en euskera como en
castellano tanto del mundo urbano como rural; el estímulo a la creatividad en ámbitos sociales
abiertos; la ampliación del conocimiento colectivo para el disfrute de la cultura; la formación y
promoción de autores y obras; la puesta en contacto de creadores….
5. Identidad e identidades
La cultura enlaza con la identidad colectiva de la comunidad (el nosotros respecto al otros), aportando
sentido de pertenencia interna y subsumiendo, con mayor o menor éxito, otras identidades y
subidentidades colectivas internas. Nuestro reto como país es hacer viable la cultura vasca en clave
7 La condición de permanencia de la cultura como herramienta es su transmisión especialmente desde el modelo educativo,
como ámbito central de reproducción cultural.
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moderna, con respuestas a los hombres y mujeres vascos actuales, y todo ello partiendo de la
recuperación de la cultura histórica que compone nuestro legado.
La identidad cultural es el componente subjetivo central de una comunidad que, además de territorio,
grupos, individuos, patrimonio e instituciones, tiene un modo de verse a si misma y un modo de
percibir a los otros. No es sólo la suma de símbolos, valores y mitos que los etnógrafos detectan en
una comunidad, sino también la autopercepción, la mirada sobre si misma como comunidad y como
agente.
Cabe afirmar que existe una genérica identidad cultural vasca, una identidad resultado, que no se
puede definir con un arquetipo, sino que es cambiante y multiforme, tensionada por muchas
influencias y en cuyo interior conviven muchas subidentidades culturales. Esa identidad colectiva
sería un resultado del diálogo y de la simbiosis entre las identidades culturales internas.
Todavía en el País Vasco no hemos conformado un universo simbólico común suficiente de creencias
y significaciones, que es algo que la mayoría de las culturas construidas tienen. Nuestra actual
identidad colectiva está en construcción. Posiblemente tengamos la sociedad civil más potente,
articulada, organizada y variada de Europa –pocos vascos no pertenecen a alguna asociación de algún
tipo, somos pioneros en mundos imaginables como el antifranquismo de los 60 y 70, el
antimilitarismo de los 80, el nivel de sindicalización del 25% de los 90 o que de forma suprapartidaria
el 80% esté por el diálogo y la negociación política para salir del marasmo de la violencia- y, sin
embargo nos falta aún vertebrar la comunidad en patrones culturales comunes suficientes.
A ello hay añadir el problema de la territorialidad cultural, que siendo de una evidencia histórica
incontestable, encuentra dificultades de tipo político para expresarse y vertebrarse en el plano
estrictamente cultural tanto porque Euskal Herria se reparte entre dos Estados y tres Administraciones
como por la hostilidad de la derecha navarra en relación al euskera o la cultura vasca -los identifica no
como un patrimonio propio sino como arietes de un supuesto asimilacionismo vasquista- y por el
jacobinismo francés.
Es una identidad abierta a la que contribuyen, en primer lugar, las experiencias históricas de raíz
étnica que es el núcleo fundador, central y referencial de la propia identidad; en segundo lugar, las
experiencias colectivas contemporáneas; en tercer lugar, la aportación de la inmigración que fue muy
importante desde finales del pasado siglo, y en cuarto lugar, la notoria influencia que en nuestras
propias ideas e imágenes ha tenido la cultura dominante del Estado multinacional, así como la
civilización y parcelas de culturas internacionales asimiladas a través del sistema de enseñanza, la
literatura, la ciencia, el cine, la televisión.... El problema vasco, como se ve, no es un problema étnico.
No cabe definir, ni sería deseable, una identidad vasca ideal. La vida y la historia, en la que influyen
decisivamente las decisiones humanas, lo harán. Junto a los cambios y tendencias mundiales que
afectan a todos los pueblos, el lazo entre pasado y futuro se tejerá, desde variables como el sistema
comunicativo, la producción propia, la normalización lingüística, el nivel cultural y la modernización.
En ello es clave la aceptación social general.
Un hipotético intento de construir la cultura vasca en la lógica de la exclusión de una parte del
"nosotros", tentación que siempre está presente, terminaría en fracaso, además de ser incompatible con
la lógica del Estado de Derecho y la construcción de la ciudadanía. Otra cosa distinta es que en la
construcción nacional inevitablemente se imponga un proyecto hegemónico que, de todos modos, debe
legitimarse socialmente para reproducirse.
Y, al contrario, un hipotético intento de concebir la cultura vasca como una cultura secundaria,
subordinada, no integral es inaceptable. No ha hecho fortuna así la ideología de las dos comunidades.
10
El multipartidismo y la renuncia a una inculturación coactiva han ayudado a no estereotipar los
sentidos comunitario y político, aun cuando quede mucho camino por delante en el proceso de
integración social comunitaria. Sin embargo, electoralmente siguen expresándose subculturas políticas
preocupantemente poco permeables.
Aunque haya sectores que viven la identidad cultural, la identidad política, la participación social y la
ideologia como una misma vivencia vital, las relaciones entre identidad, nacionalidad y ciudadanía son
complejas. Como indica Luis Sanzo8, en la sociedad vasca hay un sentimiento compartido de
ciudadanía vasca, compatible para muchos con la ciudadanía española, y hay además distintas
identidades. Si todos los ciudadanos tuvieran derecho a elegir nacionalidad, y hubiera dentro de un
territorio varias nacionalidades reconocidas, y eso se deslindara del acceso a la ciudadanía, que tendría
base territorial por el hecho de la vecindad, lograríamos que las mayorías ciudadanas podrían sin
riesgos de exclusión política, cultural o identitaria de nadie, gestionar los conceptos de pueblo, nación
y sociedad, ensamblándolos con comodidad.
El "ámbito propio de decisión" se sostendría precisamente en la pluralidad y el respeto a las distintas
autopercepciones identitarias culturales y políticas, incluida su proyección pública, y se construiría,
incluso para la inmigración no comunitaria, como una "ciudadanía inclusiva", tal y como lo sostiene
Javier de Lucas. La construcción nacionalitaria se haría desde la heterogeneidad aceptada. Ello
eliminaría las suspicacias sobre la integración cultural forzosa, tanto en una dirección como en la
contraria. Ese sería el País Vasco del siglo XXI, propio y solidario.
Lo tenemos más fácil que en Irlanda donde coexisten a la espera de la convivencia dos comunidades,
dos pueblos, dos nacionalidades, dos naciones. En nuestro caso, se trata de una sola nacionalidad, de
una sola nación vasca, de una sola nación ciudadana, y las discrepancias residen en la jerarquía de
lealtades en esa graduación que pasa por el solo vasco, más vasco que español, tan vasco como
español, mas español que vasco, o el testimonial sólo español, y todo ello con sus derivas culturales y
políticas9.
Hay quienes compatibilizan su lealtad con otra -por ejemplo, hacia la nación Estado– pero, a
diferencia de Irlanda, es común en Euskadi la idea renaniana que funda las naciones en la voluntad de
vivir juntos a pesar de los conflictos o los sentidos de pertenencia exclusivos o compartidos. Si a ello
añadimos que la idea moderna de la multiculturalidad es asumida y se entiende que la cultura común
es una decantación de las subculturas reales internas y de los proyectos culturales comunes asumidos,
por ejemplo la discriminación positiva a favor de la parte identitaria que maltrató la historia, entonces
tenemos vías de convivencia para un proyecto de convivencia politica y cultural, y no solo vías de
coexistencia.
6. Espacio cultural y comunicativo vasco (o vasco-navarro)
Aún no existe un universo simbólico común de valores, creencias, identificaciones y mitos que
pudieran conformar una identidad colectiva, nacional, integrada, pero se está avanzando en la creación
de una identidad colectiva con percepciones compartidas por la casi totalidad de la población, que
permiten hablar de la posibilidad histórica de construir un espacio cultural y comunicativo vasco,
como territorio simbólico y, sobre todo, como ámbito de autoafirmación y de relaciones compartidas,
plurales y estables.
8 L. Sanzo El Pueblo Vacso y la Autodeterminación. Erein 2001.
9 Es en estos planos donde el muy valioso e imaginativo libro de Sanzo tiene algunas extrapolaciones.
11
El concepto de espacio, un concepto más light que el de estructura o sistema, remite al estudio de
realidades más cambiantes, fluidas, flexibles e inestables. Ello supone una aproximación multifactorial
a la cultura vasca y a su espacio de proyección.
Aunque los vectores lingüístico -la existencia de una lengua diferenciada, el euskera- y
sociolingüístico -su uso social- son elementos fundamentales en la configuración -y limitaciones- de
ese espacio cultural vasco no puede tomarse en nuestro caso como referencia articuladora única del
mismo. El limitado uso social del euskera –lo sabe el 37% de la población de la CAPV, lo sabe
parcialmente otro 20% y lo usa asiduamente un porcentaje que ronda el 20%- vuelve más compleja la
descripción de los contornos de ese espacio cultural y comunicativo identificable como Euskal Herria.
Para los catalanes y gallegos el espacio comunicativo catalán o gallego es el espacio língüístico
propio. Nosotros lo tenemos peor que Galizia o los Paisos Catalans -donde la inmensa mayoría conoce
el idioma propio- para definir el espacio cultural vasco por el ámbito territorial de uso del idioma. Para
nosotros el espacio cultural es, no puede ser, sino la voluntad colectiva de recrear la identidad
viviendo juntos, planteándonos la normalización lingüística como una meta a largo plazo, eso sí, con
etapas claras.
Es el espacio de la construcción y reproducción de la identidad, el marco imaginario de las relaciones
sociales en una comunidad vertebrada por una conciencia histórica de comunidad, de compartición de
valores, claves simbólicas y experiencias comunes, generando un sentimiento de pertenencia y de
diferencia, con un patrimonio cultural, una simbología y autovaloración identificatorias -recorridas por
muchos mestizajes-, una institucionalización de referencia, una red de relaciones productivas,
interpersonales e institucionales -que fundamentan el "nosotros" como un "todos"- y que requiere para
su desarrollo una capacidad productiva cultural y un sistema de comunicación de masas propio10...
Ni la cultura es una historia fosilizada ni tiene un destino inevitable. Es una realidad viva atravesada
de múltiples influencias –el contexto internacional, la configuración del Estado, el desarrollo de la
comunidad, la producción creativa, la práctica social cultural- y que puede cristalizar o no en un
espacio cultural propio con suficiente autonomía e inercia como para preservarse para toda una fase
histórica. En estas coordenadas, debemos generar un espacio cultural vasco con suficiente impulso de
autodesarrollo. La política cultural en el País Vasco es así de gran trascendencia por su caracter
estratégico en la formación de la identidad colectiva.
El concepto de “espacio cultural y comunicativo” tiene así varias significaciones.
Se asienta en un territorio de referencia, articulado de distintas formas a lo largo de su historia
institucional y de relaciones. De todos modos, por su dependencia, no tiene perfiles precisos ni
indiscutibles, y es también un ámbito de competencia, autoridad e influencia del Estado nación,
solapándose sobre el espacio propio.
Es un producto de la subjetividad, del sentimiento desigual de pertenencia desde unas comunicaciones
simbólicas más o menos estables, que crean una percepción identificatoria, más o menos común, más
o menos diferenciada. En una comunidad vertebrada por una conciencia histórica de haber vivido
experiencias comunes, es el marco imaginario de las relaciones sociales.
10 Hay que volver a hacer una lectura cruzada de Voltaire, Rousseau y, sobre todo, Herder. En sus puntos de vista opuestos en una época predemocrática- se encuentran algunas claves para la interpretación de este tipo de aspectos de esta época
postdemocrática. Voltaire "Essais sur les moeurs et l'esprit des nations"(1756). Bordas, Classiques Garnier. Paris 1990; J.-J.
Rousseau "El contrato social"(1761), Edicomunicación, Barcelona 1994; Johann G. Herder "Otra filosofía de la Historia" en
Obra Selecta. Alfaguara, Madrid 1982.
12
Se fundamenta en aspectos objetivos, aunque no necesariamente materiales: las instituciones
jurídico/políticas y modos de producción que han configurado históricamente redes de relaciones
productivas, interpersonales e institucionales y que permitieron identificar el "nosotros"; la historia
real, aunque también la imaginada y la interpretable que se plasma en la “verdad narrativa“; el
patrimonio idiomático y cultural heredado; la hibridación con otras culturas; la simbología cultural y
perceptiva que atribuye un sentido a conceptos y comportamientos.
Es el espacio de la identidad, un ámbito autoafirmativo –el nosotros-, proyectivo –de definición de
futuros- y normativo –de definición de reglas de juego y de gestión cultural-, ámbitos en los que no
hay percepciones unívocas. Es un espacio de conflictos internos por la hegemonía cultural. Por eso, al
mismo tiempo, es expresión del hecho e identidad política nacionales y una variable activa que los
recrea.
Para reproducirse ese espacio requiere una capacidad productiva cultural y un sistema de
comunicación de masas propio. Entre otros efectos, ese sistema comunicativo valida un ámbito de
opinión pública propio que interpreta los acontecimientos, tanto internos como externos, desde claves
internas de intereses.
Con los anclajes de la historia, de la voluntad de permanencia, de las luchas y de la memoria, el
espacio cultural y comunicativo vasco no puede ser sino el ámbito territorial, relacional y temático en
el que se ejercita la voluntad colectiva de recrear la identidad viviendo juntos. En estas coordenadas,
considerar el espacio cultural vasco como un hecho y construirlo, no son enfoques contradictorios sino
prismas de una misma realidad que ha de tenerse en cuenta en la dialéctica inseparable de sus dos
términos. Es decir, construir desde un proyecto cultural compartido y ser lo que la acción colectiva
produzca como resultado.
7. Algunas conclusiones
Cabría formular una sucinta conclusión. Los problemas principales de la identidad vasca son: la
limitada autoproducción cultural, el limitado uso del euskera, la integración sociocultural y la
democratización cultural.
En mi opinión, esos cuatro problemas se pueden resumir en tres retos básicos de la cultura vasca. En
primer lugar, la recreación de la cultura vasca como una cultura social e internacionalmente abierta e
hibridada, con una discriminación positiva en beneficio de la parte étnica de la cultura, especialmente
del euskera, puesto que nos fueron hurtadas tanto nuestra memoria histórica como el desarrollo
normalizado de nuestra lengua. En segundo lugar, la modernización cultural que se expresa en una
capacidad de creación y producción cultural en cantidad y calidad suficiente como para renovar
nuestra simbología y darla a conocer e intercambiarla dentro y fuera de la comunidad. En tercer lugar,
la democratización y extensión social de la cultura vasca.
Se ha ido por el buen camino en el primer reto, se ha avanzado algo en el segundo y hace tiempo que
no se aborda el tercer camino. En cualquier caso en los tres niveles hay déficits importantes. Aquí solo
se abordará el segundo reto y, además, de forma limitada porque no se tocan más que tangencialmente
cuestiones relativas a patrimonio y artes escénicas, plásticas o musicales.
SEGUNDA PARTE
LA PRODUCCION CULTURAL INDUSTRIAL
13
La aproximación al espacio cultural y comunicativo vasco exige partir de ejes materiales -la creación,
producción y conservación de activos culturales- de las prácticas sociales culturales y comunicativas y,
en lo posible, de las políticas culturales experimentadas.
8. La producción cultural industrial: estructura general
Al mismo tiempo que se cuenta con creadores e intérpretes de éxito incluso internacional, en los
campos de las artes plásticas, escénicas, musicales tanto clásicas como contemporáneas y folk,
dirección e interpretación cinematográfica…hay, como no podía ser de otra manera, demanda para
cantidades ingentes de creación y producción externa en toda clase de ámbitos que conforman la
cultura universal.
Aunque la vitalidad de una cultura se mide por su capacidad de integrar nuevos valores, especialmente
los exógenos, también hay que señalar que para que eso ocurra la condición es que exista cierto
equilibrio, aunque sea desigual. Y no es el caso. A pesar de los muy positivos cambios en los últimos
veinticinco años, lo preocupante está, al contrario de lo que ocurre en otros sectores11, en los
desequilibrios. Ahí hay una triple dependencia. Las prácticas culturales internas están tensionadas por
la influencia de la cultura transnacional, que impone contenidos y formatos, de las culturas extranjeras
y de la cultura centro del Estado-nación.
A falta de una investigación más pormenorizada y pendiente de realizar, cabe decir -dejando fuera del
análisis a las artes escénicas, plásticas y musicales asi como el Patrimonio, que la estructura de la
industria cultural (edición, disco, cine, creación publicitaria y medios de comunicación propios) es
inarticulada, insuficiente -con una limitada producción propia- y un predominio de las transnacionales
en los contenidos consumidos, lo que hace que los flujos no sean equilibrados. O sea a pesar de los
positivos cambios de los últimos veinte años, los flujos culturales y comunicativos revelan una
dependencia en la fruición y consumo culturales respecto a producciones culturales foráneas.
Si hubiera que seleccionar algunos rasgos definitorios de la estructura vasca de industrias culturales, y
que incluye tanto a la producción cultural primaria (edición, disco, producción audiovisual, creación
publicitaria), la estructura de medios de comunicación (prensa, radio, televisión) y los usos domésticos
culturales de las nuevas redes señalaría los siguientes:
En primer lugar, los mayores déficits se generan en los ámbitos de creación primaria cultural (libro,
disco, audiovisual de ficción, informática creativa y publicidad) que, luego, difundirán los medios de
comunicación. Lo mismo ocurre con el sistema de distribución, que es el mecanismo regulador de
selección y peso de la oferta cultural y comunicativa: es especialmente dependiente en edición, cine y
disco.
Mientras se advierte un importante nivel en artes plásticas, un cierto y descendente prestigio en cine,
un mantenimiento en animación y música, y una importante apuesta por la producción de todas clase
de géneros propiamente televisivos, hay un pronunciado desequilibrio en cantidad y calidad en otras
áreas de corte experimental (literatura, ensayo, producción publicitaria..). Además el importante
capital humano existente contrasta con las oportunidades laborales, lo que está suponiendo una
emigración de profesionales y técnicos cualificados a otras áreas del Estado.
11 La economía de la Comunidad Autónoma del País Vasco (CAPV) se ha hecho mas autosuficiente respecto a las
importaciones en estos últimos 20 años, requiriendo menos proporción de recursos exteriores. Las importaciones desde otros
territorios del Estado Español o desde el extranjero han pasado de representar el 89% de la demanda interior en 1981 al 64%
en 1999. En cambio las exportaciones al resto del Estado y al extranjero –y que significan competitividad e inserción en la
economía mundo- han pasado de suponer un 58% del PIB a un 72,5% en el año 2000. Al mismo tiempo han cambiado los
mercados exteriores. En 1981 el resto del Estado recibía el 75% de las exportaciones de la CAPV, y en la actualidad solo el
54%, 21 puntos menos, mientras que la UE ya es el 31% de las exportaciones.
14
El resultado es que hay una industria cultural en proceso de crecimiento aunque insuficiente para los
niveles de demanda internos y externos salvo en edición en euskera; una industria poco estructurada
con una limitada pero significativa producción propia, con una incipiente producción para el exterior
especialmente en el audiovisual y artes dramáticas y un predominio de las transnacionales en géneros
y formatos consumidos así como en muchos contenidos (literatura, música, ficción...). Aunque algunas
obras vascas, sean literarias, ensayos, piezas musicales, novelas o dibujos animados… van más allá de
las fronteras del Estado español, lo cierto es que esas producciones normalmente han tenido que ser
antes éxito en el mercado español para ser promovidos en el extranjero.
En segundo lugar, la estructura de medios es muy aceptable en lo relativo a prensa diaria.
Frente a la media española estimada por el EGM para el año 2000 en el 36,3% -sobre el universo de la
población mayor de 14 años- el índice de lectura de diarios se situaba según esa misma fuente en el
60,2% en la CFN y en el 58,4% en la CAPV. Según CIES12 los índices son algo inferiores, si bien se
mantienen en niveles altos: 57,4% en la CFN y 53,5% en la CAPV.
En cuanto a la difusión, computando a quienes no están en OJD, daría para la prensa de información
general una cifra sensiblemente superior a la habitualmente manejada, con 441.849 ejemplares diarios
de información general para la CAPV y la CFN, según nuestra estimación. En el caso de la prensa, los
ocho diarios propios de Euskadi Sur absorben el 80% de la difusión de la prensa en la CAV y Navarra,
dejando el 10 % y 9% para la prensa de información general y deportiva centrales -periódicos de
Madrid- respectivamente. El índice de difusión se acerca al 20 % -casi el doble de la media española,
10,7%-.
Si se incluye la prensa especializada13, se alcanzarían casi los 500.000 ejemplares de difusión diaria,
es decir, en torno a 192 ejemplares por mil habitantes, proporción relativamente cercana a la media
europea, que se cifraba en 217 ejemplares en 1998, y superior a las medias de Francia (145,7) o
Bélgica (157) en ese año.
La situación es más desequilibrada en el campo de la radio y TV.
La audiencia de radio está, también, por encima de la media española: 54,1% en la CFN y 59,1% en la
CAPV, según el EGM de 2000, mientras que en España, el porcentaje de población que escucha la
radio se situaba, según ese mismo estudio, en el 53,6%. Las estimaciones de CIES son nuevamente
algo inferiores a las del EGM: 58,4% en el caso de la CAPV y 52% en la CFN.Sin embargo se
sintoniza mayoritariamente -en un 70 % del total- con cadenas privadas y públicas que tienen su centro
en Madrid aunque también practiquen desenganches horarios. Con todo, ese porcentaje es muy inferior
a la media española. La radio autonómica -perteneciente al ente público EITB- captó en el 2001
343.000 oyentes, el 15 % de la audiencia de la CAPV, y las radios locales y provinciales privadas y
municipales, otro 15%, porcentajes que siendo los más altos entre las CCAA del Estado, indican solo
una relativa autonomía.
La audiencia de televisión presenta, según EGM, rasgos algo diferentes en CFN y CAPV. En la CFN,
con 91,2%, estaría por encima de la media española (89,2%) y, en cambio, la CAPV (con 87,5%) por
debajo. Según CIES, en cambio, ambos índices estarían por debajo de la media española: 84,8% en
Navarra y 82,3% en la CAPV.
12 Empresa que desde hace años evalúa las audiencias de medios en Hegoalde para distintos clientes, entre ellos EITB, y que
tiene la particularidad de utilizar una muestra más amplia y desagregada para Navarra y el País Vasco que el EGM.
13 En el informe anterior de B. Diaz Nosty "Informe anual de la comunicación 1999-2000". Grupo Zeta 2000, p. 119 y 124,
se evaluaban en 38.000 ejemplares la prensa deportiva y en 7.700 la prensa económica.
15
La televisión autónoma pública ETB con sus dos canales, en euskera y castellano, alcanza
conjuntamente cerca del 23 % de la audiencia en el 200114. Se advierte que más del 70% de la
audiencia se la reparten las cadenas públicas y privadas centrales, a las que hay que añadir las locales y
de pago (5-6%).
En tercer lugar, el euskera (ver supra) es también una lengua minoritaria en el ámbito comunicativo y
cada vez más minoritaria en el ámbito audiovisual.
En cuarto lugar, el consumo y demanda culturales tienen un nivel relativamente aceptable y propio de
una zona desarrollada comparable en bastantes aspectos a la media europea (caso de prensa, radio y
lectura de libros o audición de discos, asistencia al cine o visitas a museos) son sólo superiores a la
media estatal aunque disten de ser satisfactorios. En cuanto a algunos equipamientos relacionados con
la Sociedad de la Información, según la encuesta del servicio estadístico vasco, EUSTAT para el
2001, las familias con ordenador personal eran 43,5%, con teléfono móvil el 69% y con conexión a
Internet el 24,1%. Los individuos usuarios de Internet eran el 29,2%, aún a distancia de la media
europea (40%) pero en rápido crecimiento, mientras que disponían de vídeo el 78% y de servicios de
televisión de pago el 13%.
En quinto lugar, en telecomunicaciones se cuenta con una infraestructura de red televisiva propia
desde el 84 con el nacimiento de EITB. Una interpretación extensiva del Estatuto -más allá de lo que
decía la Ley de Ordenación de las Telecomunicaciones- permitió cierta iniciativa para la implantación
de redes aunque con una lógica netamente industrial y alejada de las preocupaciones culturales.
Euskaltel está asociada a Retevisión.
La lógica cultural predominó en el lanzamiento a finales de 1996, junto con las televisiones catalana y
gallega, del canal internacional Galeusca TV vía satélite para los sistemas de cable de América Latina.
Actualmente tiene su propia emisión de satélite. Además de la atención a la diáspora hay una presencia
ante la comunidad internacional -America y Europa- y el digital por satelite en España, con el Canal
Vasco y ETB sat.
Por último, se dan políticas públicas activas compensatorias en cultura15, I+D (el doble de inversión
en relación al PIB que en el Estado Español), redes y promoción de nuevas tecnologías -una exitosa
extensión del uso bajo el paraguas del programa subvencionador Konekta Zaitez (conéctate)- aunque
aún insuficientes en el ámbito de los contenidos.
9. Diagnóstico sobre los medios de comunicación
Los medios de comunicación no son solo medios de comunicación. También tienen varias funciones
sociales: son un dispositivo de reproducción del sistema, de integración social, de ajuste político entre
poderes, herramienta de la cultura dominante de nuestro tiempo y un subsector económico cada vez
más relevante16.
14 En el primer trimestre de 2001, según Sofres A.M, TVE -1 y 2- tenía un share sobre las 24 horas de un 29,5%, seguido
por el acumulado de ETB -1 y 2- de un 23,6% (20% en el acumulado del 2000), mientras que Tele 5 alcanzaba el 23,1% y
Antena 3 el 18,9%.
15 Están pendientes, aunque en proyecto, un plan estratégico cultural, un Consejo del audiovisual y un instituto de industrias
culturales similar a los de Quebec (Sodec) y Catalunya.
16 En primer lugar, son parte de la estructuración y autorregulación del sistema. Desde su función específica de difundir
informaciones, proponen un modelo de organización social, legitiman el sistema como parte de un orden social natural, así
como sus subsistemas e instituciones, participan en la regulación y satisfacción de las necesidades sociales, marcando pautas
de consumo e incitando al mismo, mediante información y publicidad. Como no es totalitario permite subsistemas
16
El sistema comunicativo operativo en la CAPV y CFN puede verse como el resultado de distintos
fenómenos.
En primer lugar está la estructura mediática -pública y privada- vigente para todo el Estado-nación.
Es la estructura dominante, especialmente en radio y televisión, y tiene una poderosa influencia en las
identidades colectivas, tanto políticas como culturales, en la integración social y política, en la
conformación del pensamiento social y en la evolución de la opinión pública vasco-navarra, sin hablar
de la agenda. Que haya que relativizarla no debe significar ignorar su influencia.
Sus delegaciones actúan, cuando existen, como terminales regionales específicas para la CAPV y la
CFN, ejerciendo de antenas para sus centros y, en lo que no tiene alcance más general, elaborando
información complementaria sobre temáticas regionales o locales para el entorno vasco. Esto es
común a la prensa madrileña -especialmente El Mundo y El País-, las grandes cadenas españolas de
radio y las cadenas generalistas de televisión.
En segundo lugar, la tradición mediática privada vasca y navarra tiene un gran peso, especialmente en
prensa.
Como empresas con historia continuada, únicamente perduran el grupo Correo y el Diario de Navarra.
Tratándose de una zona de temprana industrialización y, ya desde finales del XIX, de choque entre
opciones de afinidad española y nacionalista vasca, así como entre élites conservadoras y una
izquierda con peso en las clases trabajadoras, esta presencia siempre ha sido relevante17.
En tercer lugar, es creciente la influencia –más en radiotelevisión que en prensa diaria o periódica– de
los medios autóctonos que buscan configurar una opinión pública específica, tanto en el punto de vista
como en las temáticas de la agenda. Esa apuesta ya se inició en los 70 y 80.
comunicativos atípicos e incluso contestatarios en la periferia del sistema comunicativo público y privado, con un cierto nivel
de influencia.
En segundo lugar, tienen efectos sociales importantes. Son parte de los procedimientos de socialización e integración social
en las distintas sociedades, en tanto mecanismo de percepción y representación del mundo, a través de una oferta de signos,
imágenes y sonidos que ofrecen compañía, entretenimiento, información y cultura y, contribuyen sustancialmente a generar
el vínculo social, la identidad (cultural, lingüística y política) y la opinión y espacio público de una comunidad, al tiempo
que la preparan para los retos cambiantes de la modernidad y el intercambio cultural. Junto al sistema educativo -y con la
ventaja de la actualidad, de la fascinación y la respuesta instantánea- son una herramienta esencial de formación y de
construcción social.
En tercer lugar, tienen un importante peso político. Son instituciones para la generación de consensos, dominación y
hegemonía en el sistema democrático, siendo un poder en si mismos, un poder transversal, más que un cuarto poder, en las
sociedades avanzadas. Son vehículo de legitimidad de los otros poderes más centrales (económicos, políticos, sociales) al
mismo tiempo que tiene una cierta función de regulación entre los mismos y la sociedad porque desde su influencia,
contrapesa y vigila disfuncionalidades.
En cuarto lugar, organizan una parte sustancial de la cultura colectiva. Tienen una evidente funcionalidad para la sociedad en
tanto satisfacen demandas culturales y de información, crean una cultura compartible de masas, y dependiendo de la
exposición a las distintas muestras del sistema de medios asigna roles en las relaciones sociales y son símbolo de status
social.
Por ultimo, son una parte creciente de la economía. Son un subsector económico en si mismo, cada vez mas rentable y
potente económicamente, de alto crecimiento y valor añadido, creador de empleo y atractivo para la entrada de capitales.
17 De todas formas, las tradiciones nacionalista y socialista desaparecieron del panorama mediático visible a lo largo de 40
años por razones obvias, revitalizándose a mediados de los 70 con mayor fortuna para el nacionalismo que para el socialismo
en este aspecto.
17
Comandada por los nacionalismos, pero no sólo por ellos, la apuesta respondía, sobre la base de una
diferencialidad histórica y cultural, a dos hechos: al hecho social de una experiencia y opinión
colectivas específicas tejidas durante el franquismo que fue especialmente duro y traumático en el País
Vasco y Navarra; y a la constatación de que no existía expresión mediática, autorreferencial -como
diría M. Keating18- en el sistema de medios.
Se consideran aquí, junto al surgimiento en la segunda mitad de los 70 de los diarios Deia y Egin bajo
iniciativa privada, el nacimiento en 1982 de Euskal Irrati Telebista –EITB- desde el sector público y el
desarrollo a principios de los 90 de Euskaldunon Egunkaria (diario en euskera) y de la parte principal
del sistema de medios locales. Ya a finales de los 90 se creó Euskaltel, aunque su influencia se ciñe,
hoy por hoy, a las telecomunicaciones.
9.1. Una estructura comunicativa propia
El sistema resultante, principal modulador del espacio cultural vasco, presenta una serie de rasgos
propios en varias cuestiones significativas: los volúmenes relativos de difusión, lectura y audiencias;
la singular preferencia y uso de medios comunicativos propios con respecto a los que tienen como
sede central la capital del Estado aunque hay una obvia y mayoritaria incidencia del sistema
radiotelevisivo central; el peso de una prensa territorial y, en el futuro, un significativo peso de las
radiotelevisiones provinciales; la utilización peculiar de los distintos medios escritos y audiovisuales;
y de modo destacado, aunque sea muy deficitario, la presencia de las distintas lenguas, en nuestro caso
el euskara.
Preferencia por los medios de comunicación propios
Destaca el lugar preferente que los medios propiamente vasco-navarros ocupan en los rankings. Es
evidente en el caso de la prensa diaria, en la que existe una oferta claramente hegemónica y en la que
destacan las cabeceras del grupo Correo –El Correo y El Diario Vasco- con 226.700 ejemplares de
difusión en 1999 (OJD) y 805.000 lectores en el 2000 (CIES) y el Diario de Navarra con 63.000
compradores y 204.000 lectores en la CFN.
Los diarios no autóctonos, aunque disponen de cuadernillos específicos, no alcanzan el 10% de los
lectores de información general, y, además, se trata, sobre todo, de segundos periódicos19. En 25
años, han subido 5 puntos escasos cuando suponían en 1976 el 4,5. Las dos explicaciones para ese
escaso éxito pueden estar en "las características políticas y lingüísticas que conforman un sentimiento
de diferencialidad en un gran sector de la población y (...) en la pluralidad ideológica de la oferta
informativa autóctona lo que hace innecesaria la presencia de periódicos centrales para defender una
línea política nacional-estatal"20.
La preferencia por los medios propios se repite, también, en radio y televisión, especialmente en la
CAPV, si bien en un nivel muy inferior al de la prensa. Así al Grupo EITB se le adjudicaba, en el
EGM del 2001, una audiencia de 1.453.000 (1.1441000 ETB y 312.000 las radios) mientras que el
CIES le atribuía 1.181.000.
Cuadro nº 1. Difusión y Lectura en CAPV y CFN
PRENSA VASCA
Difusión 99
Y NAVARRA
(OJD)
%
Lectura
(CIES)
2000 %
18 Michael Keating, "Naciones contra el Estado" Ariel, Barcelona, 1996, (p. 260).
19 Ha habido una caída espectacular de El Mundo del País Vasco en los últimos años. De vender 29.000 ejemplares cuando
hizo la apuesta de una línea editorial propia rondará ahora la mitad.
20 Mikel Arriaga y J.L. Perez Soengas "La prensa diaria en Euskal Herria (1976-1981)". Serv. Edit. UPV-EHU 2000, (p. 65
y 95).
18
Correo
132.435
Diario Vasco**
94.316
Gara*
50.000**
Deia*,
30.000
Egunkaria
13.831**
Periódico de Alava
3.000
Diario de Navarra
63.893
Diario de Noticias
12.780
DV en Navarra
Gara en Navarra
Egunkaria en Navarra
Subtotal
400.255
PRENSA CENTRAL
en la CAPV y CFN
El Mundo
19.168
País
13.515
ABC
2.537
El País en Navarra
3.151 ***
El Mundo en Navarra
2.287***
ABC en Navarra
936**
Subtotal
41.594
TOTAL
441.849
*
Estimación. No están en OJD 1999.
**
En la difusión esta ya incluida Navarra
***
Datos de 1998
90,5
480.000
325.000
101.000
88.000
37.000
15.000
204.000
53.000
11.000
18.000
4.000
1.336.000
90,5
9,5
100
63.000
44.000
7.000 (aprox)
12.000
10.000
2.000
140.000
1.476.000
9,5
100
El alto nivel de audiencia de ETB tiene una doble y contradictoria significación: por un lado expresa
una vinculación social con la televisión propia pero, por otro, esa audiencia aumenta en la medida que
la programación tiende a la comercialidad sobre la base de un modelo de programación convencional,
especialmente en los prime time -excepción hecha de los informativos y de ETB-1-. Podemos
convenir que lo que es un éxito de público lo es, a la vez, a costa de algunos criterios de servicio
público.
Con los datos de CIES (cuadro nº 2) se confirman estas apreciaciones. Se advierte el peso mayoritario
de los medios no autóctonos, pero la situación de liderato del grupo EITB en televisión y en radio
convencional resulta llamativa aunque esté sujeta a vaivenes21.
En el caso de Navarra, en el acumulado del 2000 de CIES, la suma de medios autóctonos –ETB y
Canal 4 de Navarra– alcanzaba, los 148.000 espectadores, un 20% sobre la audiencia potencial total
(estimada en 394.000).
Cuadro nº2 Audiencia acumulada en radio y televisión en la Comunidad Autónoma del País Vasco, según CIES, en miles de oyentes
alcanzados
RADIO
1ª ola 2000
1ª ola 2001
EITB CONVENCIONAL
241
256
Euskadi Irratia
62
62
Radio Euskadi
160
180
Radio Vitoria
24
27
SER CONVENCIONAL
248
219
SER FORMULA
150
157
RNE CONVENC
115
113
Nervión-Gorbea (provincial)
100
112
COPE CONVENC.
116
83
ONDA CERO
59
80
RADIO POPULAR (prov.)
88
78
Cadena 100 (formula)
59
63
EITB FORMULA (E.Gaztea)
55
60
Total
TELEVISION
1.079
1ª ola 2000
1.043
1ª ola 2001
21 Aunque la ola se hizo mes y medio antes de las elecciones del 13 de mayo, lo que en principio favorecía a los media
autóctonos, lo cierto es que ese liderato con ascenso –a excepción de ETB 1– se producía en medio de un descenso del
consumo global de medias en abril (en radio bajaban en 36.000 los oyentes y en televisión 63.000 los televidentes totales) y
coincidiendo además con las altas audiencias de Gran Hermano 2. En setiembre se han repetido los resultados.
19
ETB
ETB 1
ETB 2
TVE 1 y 2
T-5
A-3
Canal +
TV local
TV Digit
Total
Fuente: CIES abril 2001
705
210
495
692
561
409
86
105
40
1.519
713
187
526
654
604
378
68
99
36
1.456
En radio la situación es también favorable al ente público vasco en la CAPV. La cadena de radio
convencional más escuchada, según CIES, era Radio Euskadi -la emisión convencional en castellano
de EITB- con 24,9%, por encima de la SER convencional (23,9%). Por su parte, la audiencia
acumulada de las cuatro emisoras de la cadena pública vasca en la CAPV alcanzó los 325.000
oyentes, de los que la mitad sintonizaron la programación matinal de Radio Euskadi.
En cambio, en el caso navarro, y para una audiencia potencial de 241.000 (CIES) las proporciones se
invierten, siendo anecdótica la presencia de las radios de la CAPV.
Con todo hay una obvia hegemonía del sistema radiotelevisivo central tomado en su conjunto, no sólo
como presencia sino, también, como influencia, a pesar de los lugares preferentes que en el ranking de
audiencia ocupan los medios propios. Así, tres cuartas partes de las audiencias de la CAPV y un
porcentaje aún superior en la CFN atienden a emisiones de cadenas de radio y televisión estatales
cuyo nivel de descentralización es muy bajo, sobre todo en el caso de la televisión, pero también en el
de la radio, especialmente en las horas de máxima audiencia de los magazines de los presentadores
estrella y en las programaciones musicales especializadas.
Sin embargo, esa hegemonía no se da en los informativos de radio y televisión donde las cifras de
audiencia también se escoran significativamente hacia medios internos, como luego se verá.
La territorialidad especialmente en prensa.
Ahora bien, cada territorio vasco-navarro tiene su prensa propia, excepción hecha de Alava, donde la
edición alavesa de El Correo arrasa. Los territorios constituyen la referencia informativa dominante de
la prensa, meramente provincial en muchos aspectos –sociedad, cultura,...-, si bien en la información
política son dominantes las perspectivas de cada comunidad o del conjunto de la Euskal-Herria
peninsular, incluso en El Correo y El Diario Vasco22.
Así, en Bizkaia es muy hegemónico El Correo, seguido de Deia, que prácticamente no vende fuera de
ese territorio. El Diario Vasco lo es en Gipuzkoa, seguido de Gara; y El Diario de Navarra en Navarra,
seguido de Diario de Noticias.
En todos los casos, el porcentaje de la audiencia provincial que absorbe el diario más leído es superior
al 60%, mientras que el segundo, sólo en el caso de Diario de Noticias en Navarra supera el 10%23.
22 J. Amezaga, E. Arana, “Euskal Herriaren irudia prentsan eta telebistan”, en NOR Ikerketa Taldea, “Hedabideak eta
Euskal-Herria”. UEU. Bilbao 2000 (pgs. 103-154).
23 Varios periódicos con centro en la CAPV -Diario Vasco, Gara y Egunkaria-, algunos de ellos con vocación de prensa no
provincial (Gara y Egunkaria), tienen una significativa aunque limitada entrada en Navarra, evaluable en unos 12.000
ejemplares, un 12% de la difusión en aquel territorio. Sin embargo, las cabeceras nacionalistas no han sido capaces de superar
la fragmentación. Así, la difusión de Deia se ha ido circunscribiendo cada vez más a Bizkaia, y Gara, aunque presente en todo
Hegoalde, únicamente es importante en Gipuzkoa. Algo similar le ocurre, también, a Euskaldunon Egunkaria. Tal vez por
ello el nacionalismo moderado parece apostar por la configuración de un nuevo modelo más vinculado a los territorios
provinciales sobre la base de la experiencia del Diario de Noticias y El Periódico de Alava.
20
El fenómeno también tiene su importancia en radios, que aun siendo locales o comarcales en origen
tienen un peso provincial significativo (Radio Nervión, Radio Popular en Gipuzkoa y Bizkaia...) y en
televisiones con vocación territorial (Canal Bizkaia, Tele Bilbao, Tele 7, Tele Donosti, Canal 4 de
Irunea, Canal Gasteiz…).
Una utilización peculiar de los medios escritos y audiovisuales
Tanto la radio como, en menor medida, la televisión son utilizadas por la sociedad vasca, en mayor
grado que la española, más como entretenimiento que como fuente de información, compartiendo ese
papel con la prensa. Así, en la CAPV y Navarra la prensa es tan utilizada como la televisión para
informarse, al menos sobre el conflicto vasco24. En el resto del Estado, en cambio, es la televisión la
fuente de información principal25.
9. 2. El lugar deficitario del euskera en los medios
Aunque muestra déficits significativos, el uso del euskera es territorial, y aparece como un rasgo
distintivo de una serie de medios significativos pero minoritarios de Euskal Herria, y aparece en los
medios del Estado nación.
El euskera es una lengua minoritaria en el ámbito social, pero lo es aún más en lo comunicativo,
donde se dan niveles de presencia y uso más bajos que la media sociolingüística euskaldun
(vascohablante).
Es verdad que la alfabetización y normalización con el euskara "batua" (unificado) dificulta el uso de
los media de la población euskaldun adulta no alfabetizada y de hábitos dialectales, pero la
preponderancia del castellano en los media es tal que no estimula –antes bien, inhibe– la socialización
de los jóvenes alfabetizados en euskera.
Una encuesta reciente referida al 2001, aunque solo para la CAPV, elevaba al 37% los hablantes,
aunque conocimiento y uso real están aún muy distantes.
El único diario que se publica en euskera actualmente -Euskaldunon Egunkaria- sólo supone el 2% del
total de la difusión de prensa, aunque con sus 20.000 a 25.000 lectores alcanza aproximadamente al
4% de los euskaldunes adultos alfabetizados y, aproximadamente, al 10% de los euskaldunes que leen
prensa. A él hay que añadir las páginas y noticias en euskera que tiene Gara, así como la presencia de
algunas paginas en euskera en Deia y Diario Vasco, el Zabalik de El Correo y las más testimoniales de
otros diarios.
En cambio hay muchas revistas en euskera, locales o culturales, en general de difusión mensual y
limitada tirada, si se exceptúan algunas experiencias como las del Grupo Goiena.
24 En el trabajo dirigido por P. Idoyaga y Tx. Ramirez."Conflicto vasco: opinión pública y medios de comunicación"
(Informe a la Comisión de Derechos Humanos de la Consejería de Justicia del Gobierno Vasco, marzo 2001) y que se
publicará en el 2002 como "Conflicto e incomunicación" en Alberdania. en el que se hace por primera vez un estudio
comparativo con el resto del Estado, con más de 3.000 entrevistas telefónicas, se obtiene el siguiente cuadro en relación al
"tipo de medio que se utiliza en primer lugar para informarse sobre el conflicto vasco". Se advierte una importante diferencia:
% horizontales
Prensa
radio
TV
CAPV +CFNavarra
38
22
39
Resto del Estado
25
14
60
25 Coincide con este diagnóstico otro estudio que indica que un 66,1% de la población dice recibir bastante o mucha
información política a través de la prensa, mientras que el 63,5% lo afirma también para televisión y el 55,3% para la radio.
O. Bezunartea y otros "La prensa y los electores. El mito de la influencia". Serv. Edit. UPV-EHU 2001, (p. 112).
21
La audiencia de radio en euskera no alcanza los 200.000 oyentes, 133.000 de Euskadi Irratia y Euskadi
Gaztea, correspondiendo el resto a radios provinciales -como Herri Irratia de Gipuzkoa o Bizkaia
Irratia-, radios comarcales y locales y radios libres, que han conocido en los últimos años un
importante renacimiento. En bastantes casos la sintonía de las emisoras locales y libres tienen
programación bilingüe.
En la televisión, ETB-1, con un acumulado para el año 2000 de 223.000 teleespectadores (194.000
espectadores acumulados en la CAPV y 29.000 en Navarra), a los que sumando las audiencias de las
televisiones locales en euskara, se alcanzarían unos 300.000 televidentes, lo que viene a suponer el
15,7% del acumulado, aunque un 6% de la audiencia regular26. ETB-1 en el último cuatrimestre de
1990 suponía el 12 % de la audiencia, en 1997 -por efecto del asentamiento de las privadas- sólo el 8
%, hasta caer alrededor del 5 % en los últimos años.
En estos bajos datos de uso también influyen la limitada oferta mediática existente –resultado tanto de
la estrechez del mercado euskaldun y de los limitados medios económicos públicos dirigidos a
promover su implantación, salvando el caso de EITB-, como la inexistente regulación del mercado
audiovisual desde criterios lingüísticos.
Efectivamente, la política mediática del Gobierno Vasco al respecto se ha limitado durante años a la
implantación y desarrollo de EITB, en cuya gestión, eso sí, ha ocupado un papel central la función de
normalización lingüística. Sin embargo, ha sido muy limitada la promoción del uso del euskera en
otros medios, lo cual ha quedado al albur de la voluntad y actividad social y de los criterios de
mercado. Incluso el nacimiento y desarrollo del diario Euskaldunon Egunkaria estuvo condicionado
por el contexto de enfrentamiento con el núcleo promotor, «Egunkaria Sortzen»27.
A pesar de todo, el diario logró hacerse un pequeño hueco en el mercado y en 1994 firmó un acuerdo
con el Gobierno Vasco que le ha permitido afrontar nuevos retos. En este sentido, y al margen de la
renovación de aspectos relativos al diseño y la maquetación, ha desarrollado, también, especialmente
durante los últimos años, una política de ampliación de contenidos a través de suplementos
territoriales (uno semanal en Navarra -Nafarkaria- y, desde hace aproximadamente un año, otro diario
en Bizkaia –en dialecto vizcaíno y con secciones comarcales-) y temáticos –diarios-, así como de
implantación en Internet.
Precisamente la progresiva ampliación de las ayudas públicas a los medios en euskera, especialmente
desde el 200028, vino a demostrar que el mercado de la prensa euskaldun puede ser un mercado
viable, como muestran, de forma específica en el ámbito comercial, la entrada del grupo Correo en
este espacio, iniciando en el año 1999 la edición de una nueva revista semanal, Zabalik –compitiendo
26 Una excepción en este ámbito la constituye la programación infantil en ETB1. Esta cadena privilegia la programación
infantil y juvenil en buena parte de su franja horaria y, coherentemente con los procesos de euskaldunización educativa,
obtiene un notable éxito en ese público. Sus programas estrella (Barrebusa y Betizu) son seguidos por el 50% de los niños
comprendidos entre 4 y 12 años.
27 Aglutinaba, junto a varios personas significativas del mundo del euskara a algunas empresas emblemáticas del mundo
editorial vasco como Elkarlanean, principal editorial vasca, o Argia, editora de un semanario del mismo nombre y que aportó
su experiencia y la estructura básica de la redacción- con el Gobierno Vasco, que disponía de un proyecto institucional
alternativo. Éste, finalmente, no cuajó y Euskaldunon Egunkaria salió en 1990 con el apoyo del capital aportado por cientos
de partícipes minoritarios. Pero el enfrentamiento lastró de forma importante las bases económicas del diario, ya que durante
años no dispuso de apoyo financiero institucional significativo.
28 En el año 2000 se distribuyeron 622 millones de ptas. De ellos 275 se destinaron a Egunkaria, casi 40 a Argia y 35 a
Zabalik, sumando así, entre ellos más de la mitad de la cantidad presupuestada. El resto se repartió entre diversas
publicaciones periódicas y locales, radios y televisiones –principalmente locales- y servicios multimedia. El Gobierno Foral
Navarro, por su parte destinó a la promoción del uso del euskera en los medios una cantidad de 49,5 millones de ptas.
22
con el ya clásico semanario Argia, vinculado a Euskaldunon Egunkaria– o de forma más general, el
desarrollo de los medios locales.
Efectivamente, el ámbito local ha mostrado en los últimos años un enorme dinamismo, habitualmente
a partir de iniciativas sociales vinculadas a la promoción del uso del euskara. La información local ha
tenido importancia tradicionalmente en la prensa vasca y ha sido, precisamente, uno de los bastiones
del grupo Correo29.
Un estudio exhaustivo sobre los medios locales30, cifraba para 1996 en 42 las revistas en euskara –7
semanales, 7 quincenales, 21 mensuales y 7 de periodicidad irregular- que publicaban un total de
122.000 ejemplares, con una audiencia conjunta de 427.000 lectores. Estas publicaciones parten
fundamentalmente de asociaciones culturales creadas con el objeto de promover el uso del euskera en
sus respectivas localidades y son, en su mayor parte, gratuitas31.
Ultimamente se han producido, además, algunos desarrollos tanto desde el punto de vista empresarial
como en la oferta comunicativa local32.
La presencia de este tipo de iniciativas sociales en radio y televisión ha sido mucho menor. Fuera de
los concursos para la concesión de emisoras de radio de FM33, no ha existido una regulación de
criterios lingüísticos del sistema audiovisual desde el Gobierno Vasco, y mucho menos desde el
Gobierno Foral Navarro. La falta de una política orientativa al respecto del Gobierno Vasco llevó a
que las grandes cadenas centrales se apropiaran progresivamente de las concesiones de radio, dejando
muy poco lugar a expresiones propias específicas, tanto en euskera como en castellano34. En Navarra,
las últimas concesiones de licencias de FM analógicas de 1998 castigaron, precisamente, al euskera,
en un proceso que se reveló irregular y fue denunciado por el propio Parlamento Foral35.
Al contrario que las radios libres, las radios municipales tampoco han conocido un desarrollo
significativo.
29 En este sentido, este grupo, además de la edicionalización local del diario ha desarrollado otra línea de publicaciones
locales gratuitas –semanales- en diversas zonas de Bizkaia –Getxo, Durango,...- bajo diversas cabeceras (Vecinos,
Nervión,...).
30 A. Aranguren, “Euskarazko komunikabide lokalak Euskal Herrian”, Tesis Doctoral, UPV/EHU, Servicio Editorial, Leioa
2000.
31 Se financian, fundamentalmente, con publicidad y con el apoyo institucional. De forma más marginal, por suscripción.
32 Destaca Goiena Komunikazio Zerbitzuak, un proyecto multimediático comarcal surgido de diversas iniciativas sociales
locales y que por su entidad se analiza aparte. Se ha creado Topagunea, una federación de asociaciones y medios, que oferta a
sus miembros asesoría e, incluso, contratación central de publicidad. Han aparecido nuevos modelos periodísticos como el de
Hernani –se edita una publicación cuatro días a la semana de forma gratuita en los kioskos– o Gaztetxulo –mensual dirigido
al público juvenil y que es un spin-off a partir de la publicación semanal local donostiarra (Irutxulo)–.
33 El Gobierno Navarro reguló en su día las radios municipales y las televisiones locales. Este último decreto, sin embargo,
nunca ha tenido incidencia real debido a la falta de establecimiento de frecuencias de emisión por parte del Gobierno español.
Más recientemente, en el 2000 y a principios de 2001 se han discutido diversos proyectos del PSN y del gobierno de UPN
para regular el sistema audiovisual navarro y crear un Consejo Navarro del Audiovisual. El Gobierno Vasco sólo ha regulado
las radios municipales.
34 Unicamente las emisoras vinculadas a la iglesia vasca tras su ruptura con la COPE (Radio Popular-Herri Irratia, Bizkaia
Irratia, Loiola Irratia), y algunas pequeñas emisoras como Nervión-Gorbea, Segura, Arrate....
35 No se le adjudicó licencia a Euskalerria Irratia, una radio que emite en euskera en la capital navarra desde 1988 lo que
motivó la apertura de un proceso de investigación en el Parlamento navarro y finalizó con la orden a la Diputación Foral de
Navarra de cancelar las concesiones realizadas. Esta orden nunca fue cumplida. No extraña, por tanto, que el director de esta
emisora, denunciara este caso como una flagrante “desobediencia institucional” (“Euskalerria Irratia: 13 urte paperik gabe”,
Euskaldunon Egunkaria, 7 de noviembre de 2000)
23
En televisión, a diferencia de la prensa local, ha tenido un desarrollo tardío y dominado por proyectos
que responden más a modelos comerciales que sociales36. De las más de 20 televisiones locales
activas, menos de la cuarta parte emite en euskera.
Aunque los hábitos sociolingüísticos arraigados explican en parte el estado de los media en relación al
euskera, también se advierte una situación de desequilibrio en el sistema de medios respecto a esos
usos. Los media van por detrás de las realidades sociales e incluso ralentizan los avances
sociolingüísticos y educativos. Si ciertamente es voluntaria la conexión o la compra de un diario,
también es verdad que los medios en castellano tienen mucho más mercado, peso económico,
economías de escala, tradición y condiciones para ofertar contenidos más variados para una población
en la que el bilingüismo solo es un atributo de los euskaldunes37.
TERCERA PARTE
TERCERA PARTE: USOS DEL SISTEMA COMUNICATIVO, LA SOCIEDAD DE LA
INFORMACION Y LA RECENTRALIZACION EN MADRID. RETOS PARA EUSKADI
10. Usos de los media
10.1. El uso vasco-navarro de la información
El aserto de que la opinión pública vasca no se forma desde los mismos mimbres que la española, se
basa en una estructura peculiar y, también, en un modo de acceso diferenciado a la información
política. Los media no vascos sobre todo, han generado, por exceso, el efecto contrario al que
pretendían sobre la opinión pública vasca: animar su autonomía.
Esto relativiza en parte y en determinadas condiciones sociales, el supuesto carácter determinante de
los media sobre la vida política, en comparación con otros factores como los grupos de pertenencia,
las identidades, la educación, las ideologías o los partidos.
Uso de cabeceras y emisoras propias para la información política
Se advierten rasgos específicos en el interés y acceso a la información política, muy determinada tanto
por la problemática de la pacificación (violencia de ETA y derechos humanos) como de la
normalización (contencioso vasco) y el autogobierno.
Cuadro nº 3. Ranking de uso de cabeceras y canales para informarse sobre el conflicto vasco.
Medios
más CAPV + Navarra
% Resto de España
utilizados
Cabecera/ cadena
Cabecera/ cadena
Prensa diaria
El Correo
35 El País
Diario Vasco
21 El Mundo
Diario de Navarra
12 La Vanguardia
Deia
8 ABC
Gara
7 El Periódico de Cat.
Diario de Noticias
3 La Voz de Galicia
%
15
6
5
4
4
4
36 De hecho se están produciendo importantes movimientos empresariales en torno a la Televisión local en las capitales.
37 Su público es toda la población, incluida la población euskaldun peninsular que es la única franja social bilingüe. En
cambio, los medios en euskera por fuerza se dirigen -y además compitiendo con los medios en castellano- sólo a ese sector.
24
Cadenas de radio
Cadenas de TV
R.Euskadi +E.Irratia
SER
Cope
RNE
Onda cero
ETB (1+2)
TVE (1+2)
Tele 5
Antena 3
22
18
7
7
5
44
25
14
9
SER
RNE (1+5)
Onda cero
Cope
Catalunya radio
TVE(1+2)
Tele5
Antena 3
TV 3
Canal Sur /Canal 9
20
13
10
9
3
40
22
19
6
2
Fuente: J.V. Idoyaga (op. cit.)
El cuadro nº 3 denota la gran desconfianza –compartida, aunque en distinto grado, por el electorado
nacionalista y no nacionalista- respecto al modo de informar de los medios públicos y privados no
autóctonos.
La influencia de los medios de comunicación centrales se está deteriorando en buena medida, tanto
desde el lado cuantitativo (descenso relativo) como cualitativo (influencia decreciente de su universo
ideológico). Esa creciente desafección conlleva, ya sea un fracaso del modelo informativo, ya sea un
coste asumido y, en cualquier caso, una crisis de la credibilidad y del lugar social de la institución
mediática en su conjunto38.
En el caso vasco, el sistema mediático central se comporta, entonces, como un sistema comunicativo
de tiempo de crisis. Es menos el reflejo interpretado del acontecer que un agente intencional de
intervención y de adoctrinamiento, sin que los actores vascos más representativos sean llamados a
participar en el proceso de los mensajes. La desmesura y la descalificación en tertulias y columnas, y
el desequilibrio e intencionalidad en las informaciones son, no ya moneda corriente, sino dominante.
Posiblemente el contraste entre la experiencia personal de la ciudadanía en los acontecimientos y la
información sobre los mismos haya apuntalado esa desafección. El resultado es que hay una creciente
distancia en las percepciones entre la opinión publica vasca y española. Las encuestas reflejan
mentalidades y percepciones sociales sobre la vida pública muy diferenciadas, derivadas de
experiencias colectivas cada vez más distantes.
El predominio escrito del Grupo El Correo y el Diario de Navarra
Por razones de tradición, mapa mediático, variedad de contenido, multiplicidad de ediciones y estilo
informativo, más de las tres cuartas partes de la lectura de prensa en la CAPV va a los dos medios del
grupo Correo -El Correo y Diario Vasco- cuyo punto de vista editorial no sólo no es nacionalista sino
que, muchas veces, se sitúa en un ámbito abiertamente conservador y antinacionalista (curiosamente
bastante más El Correo que el Diario Vasco) aunque no siempre lo perciban así sus lectores.
Lo mismo ocurre en la CFN con el Diario de Navarra. Ver Cuadro nº 4.
Cuadro nº 4. Difusión de la prensa por idearios
PRENSA afín a PP y PSOE
Difusión 99 OJD
%
38 El informe "La opinión pública vasca y el proceso de pacificación" -enero de 2001 sobre encuestas de noviembre de
2000- del equipo Euskobarómetro, (que elabora Alfredo Retortillo y dirige Francisco Llera, miembros del Dpto. de Ciencia
Política de la UPV-EHU), indica que 6 de cada 10 encuestados opina que los media, en general, no sólo no contribuyen al
proceso de pacificación sino que lo perjudican, mientras otro 20% entiende que ni perjudican ni ayudan, y sólo un 13%
estima que contribuyen. Estos resultados son casi los mismos que los de seis meses antes. Si entre los nacionalistas son 8 de
cada 10 quienes opinan que perjudican, entre los no nacionalistas son casi la mitad quienes opinan lo mismo, y sólo dos de
cada diez opinan que contribuyen.
25
Correo
Diario Vasco**
Diario de Navarra
132.435
94.316
63.893
Mundo
21.455
País
16.666
ABC
3.473
Subtotal
332.238
PRENSA no afín a PP y PSOE
Gara*
50.000**
Deia*,
30.000
Egunkaria
13.831**
Diario de Noticias
12.780
Periódico de Alava
3.000
Subtotal
109.611
TOTAL
441.849
*
Estimación. No están en OJD 1999.
**
En la difusión esta ya incluida Navarra
***
Datos de 1998
75
25
100
Errores y aciertos del nacionalismo en información
Vistos los perfiles de las audiencias, es bastante obvio que el tipo de prensa por la que, erróneamente,
optó el nacionalismo -excesivamente ideologizada y militante- no produce entusiasmo ni siquiera
entre el electorado nacionalista -salvo en los sectores muy militantes-.
En cambio la gestión de la información en las radios y televisiones públicas que ha realizado -y así es
visto socialmente- se ha basado, de forma más acentuada que otros medios, en criterios de
profesionalidad y de información para todas las sensibilidades. Ello es llamativo por tres razones: a)
porque se aleja del modelo que ha practicado en prensa (de corte doctrinario); b) porque esa
profesionalidad y distancia es, al menos, equiparable a la que atribuye el usuario medio a las cabeceras
del Grupo Correo; y c) porque contrasta con la información excluyente, propagandística y sesgada del
sistema central en lo que se refiere a información sobre el conflicto vasco, lo que resulta cierto incluso
para la prensa de referencia como El País, en este plano poco ejemplar39.
Cuadro nº 5 Valoración de los medios
Euskadi
Prensa
Positiva
Negativa
Neutra
Radio
Positiva
Negativa
Neutra
Televisión
Positiva
Negativa
Neutra
Fuente: J.V. Idoyaga y Tx. Ramírez, (op. cit.)
%
14
38
19
Resto del Estado
Positiva
Negativa
Neutra
%
28
17
24
13
29
15
16
44
20
Positiva
Negativa
Neutra
Positiva
Negativa
Neutra
30
11
21
41
17
29
En los informativos de radio y televisión las cifras de audiencia favorecen a los medios autóctonos,
también en radio y televisión. El informativo de prime -time de ETB-2 (Teleberri 2, a las 21 horas)
tiene un share medio en día laborable en la CAPV del 20 al 24%, al que habría que sumar el más
testimonial Gaur Egun (informativo en euskera) que ronda entre el 2,5 y 5%, lo que significa que entre
39 Tras aplicar en un trabajo de campo la metodología convencional de la caracterización y la adjetivación, P. Idoyaga y Tx.
Ramírez sostienen en sus conclusiones -"Política informativa de El País y ABC ante la nueva situación política del País
Vasco (1998-2000)", Zer, nº 9, 2001, UPV-EHU- que ambos medios "en lugar de ser notarios de la realidad han sido en
muchas ocasiones, propagandistas de la teoría gubernamental de la realidad (...) e identifican las reivindicaciones políticas
nacionalistas con el terrorismo, en ocasiones como caldo de cultivo y en otras como sus impulsoras directas". Asimismo
señalan que el Gobierno y el Ministerio del Interior aparecen como las fuentes informativas principales y sin verificaciones
alternativas, mientras construyen actores e imagen desde un funcional "antiterrorismo mediático".
26
un 22,5 a 29% en días laborables se informa preferentemente en ETB40 en esa franja horaria. Cerca
de la mitad de quienes ven informativos diarios en televisión lo hacen en ETB41.
En radio, a su vez, la franja informativa de prime time y de tertulia -8 a 10 de la mañana- en la CAPV
está liderada por Radio Euskadi, por delante del programa Hoy por Hoy de Iñaki Gabilondo.
Una percepción colectiva crítica sobre la información
La propia percepción sobre el papel de los media y el periodismo con relación al conflicto es distinta.
Preguntados sobre si los medios en general tratan el problema vasco de forma adecuada para
comprender lo que pasa -ver cuadro nº5– aparecen varias cuestiones: el importante número de "no
sabe/no contesta" pero también de opiniones que indican que el usuario se interesa por la política y,
además, le pide rigor a los media; la opinión negativa vasca sobre los media en general, en contraste
con la satisfacción española con sus propios medios sobre una temática que no pueden cotejar con la
experiencia personal más que en contadas ocasiones.
Ello quizás se deba a que los vascos le piden distancia a los media y, en cambio, desde otras
comunidades se acepte un papel instrumental en la política de Estado42. Con todo hay una percepción
de la importancia de los media, bañada con un ligero halo de escepticismo43.
Usuarios pluralmente informados
Los usuarios de la comunicación, especialmente en la CAPV y ya sean nacionalistas o no, se informan
desde múltiples fuentes, con líneas editoriales e informativas distintas y mucho más variadas que las
de los usuarios españoles.
Desde luego, al lector medio le llegan por múltiples canales los mensajes dominantes aunque el
usuario vasco medio los toma como una versión más. El perfil medio de un ciudadano vasco
informado de la CAPV, sea nacionalista o no, es que lee El Correo o el Diario Vasco, oye Radio
Euskadi y la SER y ve los informativos de ETB. El caso de multilector más acentuado es el del lector
habitual de Gara.
10.2. La controvertida relación entre consumos, usos e ideologías.
Se pueden apuntar una serie de tesis e hipótesis.
En primer lugar, los usuarios de la comunicación, especialmente en la CAPV se informan desde
múltiples fuentes, con líneas editoriales e informativas distintas y mucho más variadas que en el resto.
Cabe sugerir como hipótesis general que, al contrario de la credulidad acrítica de la opinión pública
40 La información de ETB no es solo regional. Versa sobre todos los temas de atención internacional, estatal o autonómica.
41 En O. Bezunartea (op. cit, p. 112,) se estima que la mitad de los televidentes vascos ve, en general, informativos.
42 En la citada encuesta de Idoyaga y Ramírez, la exigencia a los media de imparcialidad -un valor reconocido- a la hora de
informar sobre el Gobierno, ETA o los nacionalismos es casi unánime (90%), pero es sintomático que a la pregunta de si los
media "deben colaborar con la política informativa del Gobierno", el 67% de los encuestados españoles muestran su acuerdo,
mientras que en el País Vasco sólo lo hace el 30%. Asimismo, sobre si los media "deben defender la unidad de España frente
a los objetivos del nacionalismo vasco", en el resto del Estado el 62% de los encuestados se muestra de acuerdo, mientras que
en el País Vasco sólo un 20%. Recordemos que el electorado no nacionalista es de un 50%.
43 En el informe de Euskobarómetro anteriormente citado, a la pregunta de si "la implicación de los media y la adopción de
un código ético puede contribuir mucho, bastante o poco a un proceso de pacificación", los que opinan que "mucho" pasaron
desde junio a noviembre del 2000 del 44% a 35%, mientras que el grupo de quienes opinan que "bastante" ha crecido a costa
del anterior del 30 al 45%, y los que piensan que "poco" o "nada" o "no saben, no contestan", ha pasado del 26% a 20%.
27
española en sus media sobre temas de los que solo tienen ocasionalmente vivencias directas y, a veces,
de forma dramática, la actitud del usuario vasco sobre la información es de cotejo y de compensación,
mientras constata la falta de un sistema informativo equilibrado. Es decir, la mayoría de la sociedad
vasca puede contrastar su multiinfomación con sus vivencias, en tanto que la mayoría de la opinión
pública española se fragua desde menos referentes informativos, muy mediados, orientados,
ideologizados y homogéneos en su enfoque.
En segundo lugar, aunque no hay una fuerte correlación entre comportamiento político y lectura, sí
hay una cierta correlación entre ambos, también en el País Vasco, aunque de perfil mucho más bajo
que en España, ya que la mayoría fragua su opinión preferentemente todavía en los círculos sociales y
comunitarios de una sociedad muy vertebrada ideológicamente.
No obstante, el viejo modelo comunitarista en el que el nacionalismo tejió su influencia, va
compartiendo influencia en la socialización y formación de la opinión pública con un modelo más
convencional en la modernidad, y en el que el sistema mediático tiene un papel cada vez más
importante.
Como hipótesis cabe apuntar que la sociedad vasca se había acostumbrado a usar los media en claves
de recepción epidérmica, lo que limitaba su función integradora y mediadora. Pero en la actualidad,
además de la influencia a corto plazo, tanto en la agenda como en claves de confirmación o rechazo
que determinados modelos comunicativos producen según grupos de pertenencia, hay influencia a
largo plazo en el debate público sobre determinadas cuestiones (violencia, valores, reglas de juego,
lenguaje) en un contexto de debilitamiento del poder articulador de los partidos.
En tercer lugar, de la coexistencia entre la estabilidad de la ideología nacionalista y la persistencia de
un modelo comunicativo dominante que se reconoce en la identidad política española, no cabe inferir
una casi nula influencia de éste44. Al contrario, más bien habrá producido un efecto de freno sobre la
influencia del nacionalismo que, posiblemente, hubiera sido mucho mayor con una estructura de
medios similar al del cuadro de resultados electorales.
De todos modos, en la coyuntura y vistos los resultados de las elecciones del 13 de mayo del 2001, los
media generaron, por exceso, el efecto contrario al que pretendían sobre la opinión pública vasca. Esta
se autonomizó de su influencia, en beneficio de otros factores como los grupos de pertenencia, las
identidades, la educación, las ideologías o los partidos.
En el mismo sentido, la acción de influencia que desde los poderes se ha realizado sobre el sistema
mediático, no es explicable desde la tesis de la nula influencia de los media, ni desde la tesis del
desinterés de la ciudadanía por la política, especialmente en un país como el vasco y navarro muy
politizado, movilizado, sindicalizado (25%) e informado. La influencia mediática explica el hecho
mismo de que el PP pudiera plantear la opción misma de la alternancia en la CAPV.
En cuarto lugar, mientras en las elecciones las opciones ideológicas siguen siendo dominantes en el
comportamiento del electorado -y en ello hay una influencia creciente de los media-, es llamativo que
en determinados temas de calado como son los de paz, normalización, diálogo…, hay una mayoría
social amplia, detectada pertinazmente por todas las encuestas, y que es bastante autónoma respecto a
ideologías, partidos y medias.
Cabe apuntar, también como hipótesis, la existencia de tres marcos de opinión. Hay un primer marco,
sobre ciertos temas –diálogo, violencia, negociación para la paz...- en los que se expresa una opinión
muy mayoritaria social específica, suprapartidaria. Un segundo marco, más global, ideológico e
44 Esa es la tesis de O. Bezunartea y otros (2000).
28
identitario y que fraguan los partidos, y se expresa, sobre todo, en las elecciones e ideologías. Un
tercer ámbito, que tejen los media (a veces de forma más estratégica en ciertos temas que los partidos,
más presionados por la coyuntura táctica) sobre valores vinculados a la modernidad o temas de agenda
pegados a la coetaneidad.
Finalmente, cabe sostener que el sistema mediático es crecientemente influyente y que una parte del
mismo se comporta como un sistema comunicativo de tiempo de crisis. Es menos el reflejo
interpretado del acontecer que un agente intencional y autoritario de intervención, sin que el conjunto
de los agentes vascos representativos sean llamados a participar en el proceso de elaboración de sus
mensajes. Curiosamente el espacio comunicativo y de las ideas esté siendo unos de los espacios
principales de la batalla política, por encima del propio espacio político y de los contenidos, ya
conocidos y estabilizados, de los proyectos políticos.
Ello explica que la influencia de los medios de comunicación de los media con sede en Madrid y más
alejados, se esté deteriorando por el lado cuantitativo (descenso relativo) como cualitativo (influencia
decreciente de su universo ideológico). Esa creciente desafección conlleva, una crisis de credibilidad o
un fracaso del modelo informativo y, genera una creciente distancia en las percepciones sobre la
temática vinculada al País Vasco y al sistema político, entre la opinión pública vasca y la española.
Esto que permite crear un universo propio también augura futuros de aún mayor incomprensión.
11. La Sociedad de la Información
Los cambios tecnológicos de la "Sociedad de la Información"(SI) son fundamentalmente:
-la digitalización e informacionalización de todo el sistema de signos, símbolos e imágenes,
permitiendo homogeneizar el tratamiento de señales de cualquier contenido o lenguaje.
-la apertura de una convergencia tecnológica (y también empresarial) en redes, aparatos y
contenidos45. Estos últimos tenderían al multimedia.
La combinación de dispositivos y redes permitiría, la conectividad de los sistemas tecnológicos, la
interactividad, la accesibilidad y ubicuidad, entre otras características de las hasta veinte propiedades
peculiares que Javier Echeverría detecta46.
Aparentemente la SI es solo un modelo tecno-organizativo social por efecto de la aplicación de las
tecnologías de la información y comunicación (TIC) en el sentido de captar, almacenar, procesar y
compartir información, y que tenderían a resolver la lentitud, la escasez y accesos de la información.
Pero es mucho más, en tanto los sistemas tecno-organizativos no están colgados en el aire sino insertos
en sistemas económicos dados. Las funciones de la comunicación no son tecnológicas sino
fundamentalmente de reedefinición de las relaciones (comunicativas, económicas, de poder..) intra e
intersociedades.
No es la tecnología la que crea el sistema o la sociedad, sino que son éstas las que crean tecnologías y
las sitúan como recursos, como inputs que no son solo cachivaches o dispositivos sino también un
conjunto de relaciones sociales predefinidas entre usuarios, empresas e instituciones47.
45 Si en la convergencia tecnológica se hubiera incluido el tratamiento de los contenidos como mero servicio de las redes
con su consiguiente desregulación y eliminación de criterios de calidad, excepción cultural, servicio público o culturales
hubiera quedado arrasado el audiovisual europeo. En julio del 2000, al menos y felizmente, ya se dio la definitiva separación
del tratamiento regulador del audiovisual y de las infraestructuras y servicios asociados (López 2001: 257).
46 J. Echeverria Los Señores del aire: Telépolis y el Tercer Entorno. Destino 1999. Pgs 145 y ss.
29
Tras la erosión del Estado del Bienestar en los países centrales, la SI viene vinculada
fundamentalmente a un modelo liberal, desrreglamentado y competitivo de relaciones internas e
internacionales, y a unos procesos de expansión de los capitales financieros y operadores de
telecomunicaciones, pero también de las empresas de contenidos culturales e informativos globales.
El concepto de SI se ha institucionalizado aunque como tal resulte un concepto limitado y sesgado,
cuando no una ideología, un proyecto social y un alibí del modelo de globalización. La idea de
"Sociedad de la Información, la Comunicación y la Cultura”, hubiera respondido mejor a los retos en
cursom además de representar mejor el hecho de que la Tecnología es parte de la cultura48. En
cualquier caso, aquella expresión pone el acento en los ingentes efectos sociales, económicos,
culturales y políticos derivados del desarrollo de las TIC, aplicados en todos los campos de la vida, la
economía, la sociedad o los servicios.
Por efecto de los cambios tecnológicos y económicos de SI en el contexto de la globalización se está
produciendo una recalificación del propio lugar social y económico de los distintos territorios en el
mundo, redistribuyéndose sus influencias, y sin que ello pase necesariamente por discusiones
explícitas sobre soberanías. Es decir, está cambiando también lo político desde fuera de lo político.
Lejos de producirse una igualación espacial, la implantación tecnológica tiende a la aglomeración en
pocos puntos, en beneficio de unos territorios frente a otros, y jerarquizándolos. Las enormes
potencialidades tecnológicas de las redes para la deslocalización de los agentes49 se evaporan en gran
medida, cuando se advierte que concentración metropolitana y conexión con la red, son parte del
mismo fenómeno de relocalización preferente en pocos centros neurálgicos mundiales. Estos polos
(Nueva York, Los Angeles, Tokyo, Londres o Paris) se constituyen en centros decisionales
estratégicos especialmente en ámbitos básicos de la Sociedad de la Información (finanzas, tecnologías,
relaciones, saberes y contenidos).
Aunque la era Internet ha sido anunciada como el fin de la geografía, no es verdad, lo cierto es que lo
que redefine es la distancia. La geografía se reafirma y revaloriza, además de que se solapa una
geografía propia de nuevas hegemonías tecnológicas y económicas50.
47 Son los cambios que se están dando en el sistema, en su dialéctica de conflicto entre poderes y dominados, el que para
preservarse y desarrollarse ubica el lugar de los distintos dispositivos de la SI. Al final, la SI es parte de los grandes cambios
que se producen en los subsistemas productivos, militares y financieros, desde la extensión del ideario del mercado y el
cosmopolitismo que le acompaña, funcional a las culturas centrales. O sea, la SI también es ideología. Por eso decir como
dice Don Tapscott que estamos en la "Era de la Inteligencia Interconectada", como si esta se repartiera por igual y sin
dominaciones, o sostener como indican las profecías del neomilenarismo tecnologista que las angustias y las desigualdades
humanas desaparecerán por puro efecto de las tecnologías, es simplemente falso.
48 Sin embargo, lo frecuente en el reparto funcional regional del ámbito de SI, es que se adscriba a Consejerías de
Presidencia, Tecnología, Empleo o Ciencia y, en algunos casos, a Educación, un terreno ya más próximo a cultura.
49 No serían las nuevas tecnologías, con su elevada capacidad descentralizadora y de flexibilidad, las que están en la base de
ese fenómeno, sino que son las fuerzas económicas y tecnológicas que están detrás de la globalización y de la integración de
los mercados las que introducen, ahora como hace un siglo, esta fuerte tendencia.
50 Castells J. M.(La galaxia Internet. 2001) diferencia las distintas geografías. En primer lugar la técnica. En las líneas de
telecomunicación hay predominio de los enrutadores y nodos estadounidenses que se basan en una gran red de banda ancha
que conecta a los principales centros metropolitanos del mundo. En segundo lugar, la geografía de usuarios que sigue la
distribución desigual de la infraestructura, la riqueza y la educación en el planeta. En tercer lugar, la geografía de la
producción de internet, en lo relativo a fabricantes de internet y de software, está polarizado en centros tecnológicos
selectivos y muy concentrados, con predominio norteamericano. En lo relativo a los proveedores de contenidos –rastreable
por los dominios– ocurre lo mismo. La hegemonía americana es evaluable en un 50 por ciento del total de dominios, un 83
por ciento de las páginas más visitadas, una media de 25 dominios registrados por cada mil habitantes –mientras que los
países nórdicos cuentan con 15, España con tres y Brasil con 0,5 por mil– lo que indica una asimetría creciente entre
producción y consumo de contenidos de Internet. Además 17 de la 20 principales ciudades en el ranking de dominios están
en USA, con una alta concentración espacial.
30
En el campo de la cultura y las comunicaciones, por SI no hay que entender solo el proceso de
transformaciones de las nuevas TIC, sino también de las tradicionales. Las viejas pero reubicadas
industrias culturales, algunos sobrepasando los 100 años de existencia, como las ondas, o los rollos de
celuloide, o los discos, y ya no digamos la ya veterana imprenta, y que dieron lugar a los medios de
comunicación tales como la prensa, radio o televisión, o por extensión, el cine, la fonografía o el
sector editorial, siguen ahí, junto al teléfono por hilo de cobre o el telégrafo o las ondas
electromagnéticas. Solo algunas de esas tecnologías son desplazadas pero los productos y los usos que
consagraron encuentran nuevas formas de expresión: el libro electrónico, la televisión digital y por
cable, la radio digital, la música en CD Rom, la radio por Internet, el DVD.
Y es que las viejas industrias culturales, transformadas, van a seguir siendo mayoritarias durante
bastante tiempo, aunque a su lado aparezcan nuevas expresiones comunicativas que tienen su
importancia y la particularidad de servir no solo para la información y el entretenimiento, sino
también para múltiples finalidades.
Internet, la TV por satélite digital, el digital terrestre, el cable por fibra óptica, la telefonía móvil..
sobrepasan el campo de los media, para abarcar las telecomunicaciones, el acceso a las bases de datos,
las órdenes a distancia, la información continua, la información de servicios, los automatismos, el
comercio electrónico, el telepago51.
Todo esto entra en el terreno de las potencialidades, o mejor de las posibilidades, per desde las
potencialidades tecnológicas a los usos sociales suele haber un trecho, a veces abismal.
No todo esta escrito sobre las aplicaciones y usos tecnológicos que se vayan a imponer y como
terminarán por insertarse52. No es necesariamente la tecnología buena la que impone su ley sino que
son las leyes de las empresas mas fuertes e influyentes las que tienen más facilidades para imponer sus
modelos y formatos tecnológicos.
Los cambios sociales no son el mero resultado de las tecnologías sino de su dialogo con la economía,
el poder y la sociedad que son las que le indican su lugar social.
Las sociedades, y aún más las pequeñas, tienen mucho que decir aunque tienen que elegir entre tres
actitudes ante las tecnologías:
-el papanatismo tecnológico de quienes (“turiferarios” los llama Wolton, 2000) no se paran a mirar la
inserción y efectos sociales de cada una de las tecnologías y se convierten en meros acompañantes
propagandistas de los vendedores de aparatos y servicios. La nueva ideología tecnologista sustituye a
otros referentes históricos como el progreso, la religión o la política.
-el nihilismo de los apocalípticos en sus tres versiones: la de quienes se resignan ante la oleada
tecnologista y dicen que no hay nada que hacer; o los que piensan que no hay nada bueno que esperar
51 El reciente "Plan Edi en la SI" que ya es operativo indica multitud de usos como el acceso casi infinito a informaciones,
bases de datos, páginas web, descargas de música y -cuando se generalizan las redes de Banda Ancha y el cableado-,
imágenes en movimiento pudiendo verse el cine en casa por transmisión solicitada, en forma de vídeo a la demanda sobre un
banco de imágenes. Internet la comunicación punto a punto sin fronteras o los menús personalizados de informaciones
solicitadas. Con la combinación de ordenador con Televisor, DVD, telefonía móvil, cable e Internet las posibilidades son
inimaginables.
52 Incluso para dar servicio y confianza a las élites que puedan acceder a estas muestras sofisticadas, están pendientes
desarrollos múltiples vinculados a la compatibilización de intereses: patentes y formatos, tenencia de derechos audiovisuales,
derecho a la privacidad y el respecto a los derechos individuales, la fiabilidad del comercio electrónico, homogeneización
legislativa, sistema de precios racionales, salvaguarda de servicios públicos y universales vinculados a los derechos de acceso
o a los derecho reconocidos a la cultura y a la información.
31
y se refugian en la pura naturaleza; o la de quienes pueden estar tentados por el puro sabotaje de corte
luddita.
-la crítica que busca gestionar los nuevos media desde valores y fines sociales, y no al revés:
cambiando en lo necesario el sentido y no solo el uso de la tecnología; mirándola desde la libertad
pero preservando los espacios comunes ante el riesgo de individualización excesiva; propugnando el
derecho de acceso como un derecho universal; estableciendo obligaciones a los operadores;
generalizando la educación sobre el uso de las TIC para finalidades sociales; cuidando la calidad de
los contenidos para evitar que todo sea puro contacto sin contenidos de valor ni sentidos.
11.1. Tendencias sociales en los usos de los media
No somos ajenos a las tendencias sociales en los usos de los medios.
En primer lugar, la tendencia a la individualización comunicativa y cultural. Se tiende a ir desde la
comunicación indistinta generalista, para públicos anónimos de masas (prensa, radio y TV) a la
comunicación primero individualizada y, luego, tematizada o personalizada, que arriesga distanciar
modos de percepción y temáticas comunes. Los usuarios estarían desperdigados o agrupados
puntualmente en comunidades pequeñas de gustos acotados.
La comunicación anónima de los medios de masas, no desaparece ni mucho menos pero es, poco a
poco, desplazada aunque, puntualmente, puedan darse grandes aglomeraciones de masas sobre
programas de éxito en la radio y televisiones generalistas53.
Esa tendencia a la individualización plantea problemas respecto al viejo modelo. Los viejos medios
llegaban simultáneamente a millones de personas y eran una herramienta de socialización, de
imaginarios colectivos, de temas que estaban en boca de todos, de ideas dominantes. Si cada uno tiene,
ahora, su menú particular de medios ¿dónde queda lo colectivo o la identidad cultural o las pautas
desde las que mirar lo social?54. Esto es especialmente preocupante para una comunidad que tiene su
identidad colectiva por definir.
Una segunda tendencia es al pago antes circunscrito al mundo editorial a al cine en sala. Se da el salto
creciente del servicio público o de la programación inmediatamente gratuita (financiada con
publicidad) que continúan, a la comunicación de pago55 .
53 Los viejos creadores de opinión pública no abandonan el campo y para no perder influencia utilizan ya el método del
producto comunicativo único adaptado para una multioferta en los distintos formatos del sistema comunicativo, de tal
manera que, como especialistas en contenidos, toquen al usuario en algún moment. La prensa, las televisiones o la radio
están en Internet.
54 Los medios públicos resolvían en claves igualadoras bastante bien ese dilema, pero tampoco se camina necesariamente al
autismo social (ruptura con los valores colectivos). Internet, como red, permite la comunicación de muchos a muchos, en
tiempo escogido y a escala global, como dice Castells. Junto al caso de programas que concitan el fervor de masas, también
aparecen nuevas socialidades vinculadas a los media, con sus aspectos positivos (el contacto por la red no tiene las
restricciones del desplazamiento físico y de la necesaria cercanía) o más dudosos (cabe construirse personalidades ficticias y
no contrastables para los contactos en la red o dedicarse compulsivamente a comunicarse de modo intrascendente). También
aparecen intervenciones en la red (la huelga de los internautas por la tarifa plana barata o la queja colectiva por las
pretensiones de la SGAE) o intervenciones desde la red (las manifestaciones en Seatle o Génova o los encuentros mundiales
de Porto Alegre, no habrían sido posible sin la Red.
55 Primero por cuota de abono para el derecho de acceso como en el satélite digital y, luego, por taquilla (fútbol de pago) o
tiempo de uso (pago a las operadoras de telecomunicaciones por los minutos de acceso a la red) hasta llegar al Near Video on
Demand (emisión secuenciada cada 30 minutos, por ejemplo) o al VOD sobre un auténtico banco de imágenes, de "vídeo a la
demanda".
32
El resultado inmediato es la segmentación social, lo que tiene el lado positivo de la libertad y
elegibilidad pero estratifica crecientemente el acceso y el conocimiento en función de capacidades
económicas y destrezas comunicativas, desvalorizándose socialmente el gasto en servicios públicos de
uso colectivo que aseguren mínimos de calidad y de contenidos accesibles para todos56.
Una tercera tendencia, es que los monopolios públicos de RTV en los distintos países de Europa han
dejado paso en tan solo unos años a oligopolios público-privados con tendencia al predominio del
oligopolio privado en RTV, quedando en minoría la oferta pública. Y ese fenómeno ya se agiganta si
miramos a la televisión temática, a las producciones, a los operadores de servicios de
telecomunicaciones o a los portales centrales de la Red. Desde luego, el mejor modo de defender el
Servicio Público en los nuevos tiempos de condiciones de competencia, es definir su espacio propio y
diferenciado por sus misiones de interés colectivo en toda clase de géneros.
Una cuarta tendencia es que el viejo predominio comunicativo espacial del Estado-nación tiende a
ser, en partee, desplazado desde dos tendencias contrapuestas:
Por una parte, la regionalización y localización comunicativa, en prensa, radio, televisión. Por
ejemplo, la TV de proximidad aparece como un espacio relevante por su aprecio social. Es el caso de
las autonómicas o de la microtelevisión de las locales.
Por otra parte, el control transnacional cuando no planetario de productoras y distribuidoras
multinacionales de programas asi como de operadores de telecomunicaciones que además de
infraestructuras (redes, satélites) son gigantes de la informática o de la electrónica de consumo, y contra toda lógica de separación de actividades para evitar abusos de posición en los mercados- son, al
mismo tiempo, operadores de servicios y programas, ostentan derechos de explotación sobre
programas o controlan varios sistemas de medios, por ejemplo con cabeceras en prensa, radio, TV, TV
de pago, exhibidoras de cine…. A escala planetaria están ahí TimeWarner-AOL, Bertelsman,
Vodafone, Vivendi, Microsoft…
El peso que ostentan es muy preocupante por su influencia en: redes, acceso controlado, contenidos,
opinión pública, usos sesgados por intereses y organización de la vida social. Esos operadores
privilegian el inglés y la cultura y valores anglosajones.
Una quinta tendencia es que cambia el tipo de usuario. Aunque el usuario pasivo sigue estando ahí, ya
aparece un usuario más activo y selectivo, ganan en importancia su implicación y vigilancia, hasta el
punto de que ello anuncia el ámbito comunicativo como un ámbito de conflicto en relación a la
libertad de acceder, el coste, los valores de gestión de la red….. El espacio comunicativo es también
un espacio de conflicto por la libertad. Entre los usuarios globales que han creado la cultura de Internet
estarían como dice Castells no solo las empresas sino también la tecnoélite científica y académica, los
hacker, el comunitarismo virtual y la cultura emprendedora.
El mismo fenómeno ocurre desde el punto de vista de la creación. Del modelo tradicional de las elites
creativas pequeñas, especializadas y jerarquizadas por el prestigio, hoy la gran formación colectiva,
universitaria o no, facilita que se extienda enormemente la base, los viveros desde los que se nutre el
sistema, multiplicándose los contenidos hasta el punto de la polución y del exceso inabarcable,
haciendo que las guías para encontrar lo útil se conviertan en los nuevos canalizadores de las ofertas
56 El mismo fenómeno pero más acentuado por la intensa liberalización se produce en las telecomunicaciones. Del servicio
universal se pasa a las redes más caras de alta calidad (ADSL u otras), mientras que las obligaciones de los operadores se
remiten a un genérico servicio de interés general que tiende a referirse solo a la telefonía tradicional, entendiendo que ahí
acaban las obligaciones de servicio universal. Asistimos a una inmensa marea privatizadora en el acceso. Que ello no termine
de impedir el acceso colectivo a nuevos servicios dependerá de que en la paleta reivindicativa se llegue, también, en estos
temas propios de la SI a reclamar una sociedad igualitaria en información como parte de los derechos en las Sociedades del
Bienestar.
33
más ajustadas a las demandas, encareciendo los productos, sustituyéndose la navegación errática por la
petición de un encargo preciso.
Claro que si miramos a los países usuarios, la brecha también va a ser mucho más gigantesca que
antaño. Algunos países ni serán usuarios.
Una sexta tendencia es la difuminación entre trabajo, ocio e información como corresponde a una
sociedad productivista, basada en el trabajo muy cualificado y en formación continua.
Finalmente, de ser los intangibles un sector de relativa importancia pasa a ser un sector central que
redistribuye roles por todo el sistema productivo y está en la raíz de buena parte del PIB. Ello es
válido incluso para el pequeño sector de comunicación y cultura, que ya en el Estado español supone
un 4,5% del PIB. Si le sumáramos todas las actividades informacionales ….ese porcentaje sería
enorme.
11.2. Cambios y preguntas en las funciones de los medias
Revisando las cinco funciones tradicionales de los medios de comunicación se advierte que cambian
los acentos:
-La capacidad de estructuración y autorregulación del sistema va a dar un salto dada la potencia de los
dispositivos de la SI.
-Tendá efectos sociales importantes en el doble sentido de la ampliación de los referentes mentales y
de la segmentación y del fraccionamiento social, con riesgos de sociedades paralelas e incomunicadas
entre sí.
-El poder político y las transnacionales tendrán una poderosa herramienta de gestión social pero,
muchas veces, deberán pactar o pelearse con usuarios precavidos frente al control de la información.
-Es más una amenaza que una oportunidad para las pequeñas culturas que quedan mucho más
expuestas, pero no tienen más remedio que como el judoka servirse de la fuerza del oponente para
sostener su cultura.
-Económicamente la cultura y la comunicación se convierten en un sector estratégico de primera
importancia de la que cuelga casi todo el sistema y su adaptación a los cambios.
Visto todo este magma de tendencias bien distintas hay una serie de problemas centrales en el
contexto descrito:
-¿Cómo asegurar un lugar para una pequeña comunidad en construcción como la vasca en la SI?
-¿Cómo generar una cultura propia con eficacia?. ¿Especializándose en algunos tipos de contenidos?
-¿Cómo asegurar la democratización de la comunicación tanto en aparataje e infraestructuras como, en
lo posible, en los contenidos? ¿Cómo se formula hoy el derecho democrático de acceso?
-¿Y la apuesta por la calidad frente a la redundancia qué significa en recursos humanos?
-¿No tendríamos que reanimar la democracia interna en cada país y en las redes para configurar una O
Pública propia y autorreferenciada?
-¿No habrá que establecer herramientas limitativas o equilibradoras del control de los poderes
mediáticos excesivos?
Todas estas preguntas genéricas requieren respuestas concretas y cambios de rumbo. Se quiera o no la
SI no es una suma de cachivaches cada vez mas sofisticados y entrelazados, sino un nuevo y difícil
34
marco en el que reconducir y gestionar las cuestiones de siempre, pegadas a la naturaleza humana:
cultura, democracia, libertad, solidaridad, poder, igualdad….
12. Recentralización cultural e informacional en Madrid
Un economista gallego, Antón Costas57, indicaba que asistimos a un nuevo modelo de crecimiento,
con tendencia a la creación de un centro – región de Madrid- donde se concentran, cada vez más, las
sedes decisionales y fiscales de organismos y empresas estratégicas, así como los servicios de alto
valor añadido, y una periferia donde tenderían a localizarse solo empresas productoras y centros de
decisión intermedios. Llamaba la atención sobre la redistribución del poder económico que se está
produciendo en beneficio de la capital del Estado, y en perjuicio de hinterlands como los que nuclean
Barcelona, Sevilla o Bilbao.
En esa tendencia recentralizadora habrían influido poderosamente el modo en que se ha producido el
proceso de liberalización -en particular, los servicios públicos, como la telefonía, la electricidad, el gas
o los transportes- y la nueva economía de los servicios, de la que una parte decisiva son las
comunicaciones, las telecomunicaciones y los servicios financieros58.
Hasta aquí las acertadas tesis de Costas, corroboradas días después, por el informe del Ministerio de
Economía por el que, en el primer semestre del 2001, el 71,6 por ciento de las inversiones de empresas
extranjeras que no cotizan en Bolsa las absorbía Madrid, repartiéndose el otro 28,6 por ciento entre las
16 restantes CCAA59.
Cabe apuntar algunas interpretaciones complementarias. Estos procesos de recentralización o
desregionalización de las economías y del poder político toman impulso, fundamentalmente, desde
variables económicas, determinadas por los procesos de globalización y solo subordinadamente desde
decisiones de los poderes públicos que, en todo caso, las secundan o corrigen. En el caso español, las
secundan y reafirman.
Quizás haya una explicación de fondo para esta contratendencia respecto a las tendencias a la
descentralización que se había producido en los últimos 40 años mediante el impulso de los
desarrollos regionales. Posiblemente la configuración de unas pocas ciudades metropolitanas como
Nueva York, Los Angeles, Londres, Berlin, Tokio o Paris como nodos estratégicos centrales de la
mundialización, tienda a que otros centros –sean capitales de Estado o no- pretendan postularse como
polos de interlocución de cara a las economías nacionales y supranacionales (la UE por ejemplo) y
cuya importancia no cabe desdeñar60. O mejor, la mundialización por fuerza ha de contar con los
ámbitos articulados por los Estados soberanos. Quizás sea ese el nuevo papel que quiera jugar Madrid,
57 El País 10-1-02.
58 No serían las nuevas tecnologías, con su elevada capacidad descentralizadora y de flexibilidad, las que estarían en la base
de ese fenómeno, sino que serían las fuerzas económicas y tecnológicas que están detrás de la globalización y de la
integración de los mercados las que introducirían, ahora como hace un siglo, esta fuerte tendencia. Como no hay una mano
invisible ni un automatismo que hace que la tendencia a la concentración empresarial se traduzca en centralización espacial
del poder económico, se trata de la expresión de un modo de gestión del poder económico y político, y por ello, también,
estaría en manos de las Administraciones que se instrumenten políticas públicas para paliarlo.
59 El País 18-2-02.
60 En la época de la producción flexible, no teniendo tanta importancia las “economías de escala”, serían las economías de
innovación y de aglomeración de recursos y las sinergias comerciales, financieras y de lobbying, las que animarían a esa
centralización de recursos. La cercanía a otros poderes, las sinergias entre economía y política a través de las relaciones
públicas y la influencia, la información privilegiada… apuntarían en el mismo sentido recentralizador. La concentración
espacial tendería a dirigirse adonde se produce la aglomeración de sedes empresariales, constituidos en centros decisionales
estratégicos especialmente en ámbitos básicos de la Sociedad de la Información (finanzas, tecnologías, relaciones, saberes y
contenidos).
35
capital metropolitana, en el doble afán de gestionar los hilos estratégicos de la economía española y
contar en la europea, como fase transitoria hacia el objetivo de formar parte del G-8.
El Gobierno español, desde luego, colabora en la centralización económica con un triple impulso
político: con una liberalización controlada en las cúpulas resultantes; ayudando a los grandes Grupos
afines o disciplinando a los autónomos (caso BBV) y dando por finalizado el proceso de redistribución
del poder autonómico, tal y como lo explica Jordi Solé Tura61, con la vuelta a lo que llama las
“macroprovincias”.
Si para afrontar la crisis del industrialismo fue funcional la descentralización y la emergencia de
muchas PYMES y el crecimiento de las burguesías locales, en la nueva arquitectura del poder se
trataría de restablecer hegemonías claras tanto económicas como políticas, estableciendo una nueva
jerarquía entre burguesías globales, intermedias y locales, para lo que sería funcional un nuevo
centralismo.
Hay además un factor añadido de naturaleza más política. A medida que los Estados pierden soberanía
hacia arriba -hacia la UE en Europa- parecen pretender compensar esa pérdida, reasumiendo funciones
antes autonómicas y, desde luego, evitando la presencia regional en Europa.
Pero si ello es cierto con carácter general en los sectores estratégicos, lo es aún más en los campos
cultural e informacional.
En primer lugar, la gran concentración de recursos culturales sobre todo privados pero también
públicos que se produce en la Comunidad de Madrid, llega a suponer un 40 por ciento del total del PIB
cultural español –y sigue creciendo- cuando su participación en el PIB general es del 17,09 por ciento.
Se estiman en 251.000 los asalariados en el sector cultural madrileño62.
Por una parte, la concentración de recursos audiovisuales y telecomunicativos en Madrid es
descomunal, lo que le ha permitido un hiperdesarrollo del sector cultural industrial, una auténtica
especialización productiva regional63. Ya en 1997 se estimaba ese sector en el 11,5 por ciento del PIB
regional y el 17 por ciento de los asalariados de la región64.
Por otra parte, buena parte de la demanda intermedia o final se genera en la capital española:
televisiones, agencias publicitarias, la Administración central, la importante concentración –junto a
Barcelona– de sedes empresariales (potenciales demandantes de productos audiovisuales), la inmensa
mayoría de las distribuidoras cinematográficas extranjeras y españolas, gestoras de derechos, el 20 por
ciento de las salas de exhibición. Todo ello hace que absorba buena parte de la facturación del sector
audiovisual65.
61 El País 13-2-02
62 Ver Informe Gracia M.I. y otros Evolución de la industria de la cultura y el ocio en España por Comunidades Autónomas
(1993-1997). SGAE- Datautor Madrid 2001, pgs. 135 y ss.
63 En oferta, Madrid–región es la sede de la mayor televisión pública y de las tres privadas de ámbito estatal así como de una
autonómica, las de satélite digital y las digitales terrestres, lo que viene a suponer entre un 75 a 100 por ciento de la oferta
televisiva para algunas zonas del Estado. A ello hay que añadir la prensa central y revistas, la aglomeración editorial -junto
con Barcelona- y las grandes discográficas transnacionales; además acoge a numerosas productoras cinematográficas (60 por
ciento), una buena parte de empresas videográficas (800 empresas, lo que equivaldría según Arpegio al 60 por ciento del
subsector) así como de servicios a la producción en cine y vídeo (incluidos laboratorios y postproducción).
64 Ver Informe Gracia y otros. Ob. cit. pg. 135 y ss.; Marcos C. y Urraca A. 1992 y Quintana I, Martins C. A., 1992.
65Desde un principio los modelos de radio y televisión, públicos y privados, se configuraron con un concepto centralizador
de emisión. La región de Madrid contaba con todas las condiciones económicas, sociales y administrativas para un
hiperdesarrollo del sector cultural industrial. Además de formar parte del sistema europeo de metrópolis -lo que invita a un
36
El efecto de atracción que tiene sobre los recursos de todas las nacionalidades y regiones asi como que
esos recursos regionales de Madrid, por su ubicación, amplifican el poder del Estado como tal y de los
grupos privados centralizados.
En segundo lugar, el peso mayoritario y centralizador de recursos (casi dos tercios, el 63,4 por ciento
del total español) y de mano de obra (55 por ciento) culturales que se produce entre Madrid y
Barcelona, aunque Madrid tiende a despegarse al especializarse –por economías de aglomeración e
influencia- en producción cultural (nada menos que 11,5 por ciento de su PIB regional, el doble de lo
que el sector supone en Catalunya).
Con todo Catalunya suponía el 23 por ciento del PIB cultural español –17 puntos menos que Madridaunque solo el 5,5 por ciento de su propio PIB territorial –la mitad del de Madrid-. De todas formas,
concentra la cuarta parte (24 por ciento) de los asalariados en cultura en todo el Estado Español y su
empleo cultural es significativo en su territorio: el 11 por ciento del empleo catalán en 1997.
En tercer lugar, hay un dinamismo general en términos de crecimiento de la Tasa de Variación anual
media para el período 1993 a 1997 tanto en territorios potentes (Madrid) como menos desarrollados
(Andalucía y Extremadura) en la medida que es un nicho importante de nuevos empleos66.
Finalmente, están siendo muy explícitas las diferencias regionales. Mientras el PIB por habitante
conoce una variación máxima de 1 a 2 entre, por ejemplo, Madrid y Extremadura, en cambio las
diferencias son abismales en Ventas culturales por habitante (27 veces mas ventas a empresas,
particulares y sector público en Madrid que en Extremadura) y VAB cultural por habitante (13 veces
más). Quedan muy alejados de la media española productiva cultural (541 euros por habitante) incluso
territorios en claro desarrollo económico, como la Comunidad Valenciana.
Algunas consecuencias
Una primera consecuencia que se deriva de este comportamiento territorial es que, habida cuenta que
la cultura y la información son los recursos centrales de una sociedad avanzada, parece reproducirse de
forma muy ampliada la distancia de los territorios que ya tenían ventaja en el modelo fordista o
industrial. Llueve sobre mojado, porque los recursos inmateriales no son ajenos a los recursos e
infraestructuras materiales que les han servido de pista de despegue para el desarrollo y de aterrizaje
para la demanda cultural. Si en este ámbito hay mucha más desigualdad regional que en la renta,
quiere decir que a medio plazo se ampliará la brecha también en la renta per cápita.
Una segunda consecuencia es que si la función redistribuidora del parcial Estado del Bienestar español
ha tenido algún éxito en mantener las diferencias de renta por habitante más o menos controladas,
existen todos los indicios de que la especialización de algunos territorios en sectores punta de alto
valor añadido (cultural e informacional) ya está aumentando la brecha entre territorios en el acceso y
en la calidad de vida comunicacional.
Una tercera consecuencia es que el Estado de las Autonomías ha podido contribuir a paliar las
diferencias interterritoriales en el ámbito general para que no hubiera comunidades olvidadas pero,
flujo permanente con otras metrópolis y le configura como un polo atractivo- disponía de toda una batería de recursos
culturales que le situaban en un lugar preferencial.
Ya en 1990 se calculaba en 1.202 millones de euros los recursos audiovisuales de la región -4 por ciento del PIB madrileñoy en 12.000 los trabajadores audiovisuales en sentido estricto residentes en Madrid, lo que suponía el 43 por ciento del total
español, un 50 por ciento en TV y hasta un 62 por ciento en algunos subsectores (producción para cine y televisión) (Marcos
C., Urraca A.,1992; Quintana y Martins 1992).
66 Ya en el Plan Delors se reconocía este ámbito como un yacimiento importante de empleo, un importante foco de nuevos
empleos que se tejen alrededor de los media, las redes y la cultura.
37
curiosamente, la muy importante transferencia de competencias culturales no ha permitido que
también eso ocurra en el sector cultural. Probablemente por distintos motivos. Pero no serán los menos
importantes que la cultura de nuestro tiempo está condicionada por su grado de industrialización
previo y por las herramientas de desarrollo económico regional de que dispongan y, en este plano, ha
continuado una cierta centralización pública y privada hacia territorios exitosos. Por su parte las
CCAA han cuidado más la cultura tradicional (han restaurado los patrimonios y emprendido acciones
de prestigio) que emprendido una consideración de lo cultural e informacional como un sector
estratégico, cuestión ésta en la que los analistas ya insistíamos hace diez años.
En suma, los procesos de descentralización y regionalización pueden producir grandes efectos pero
también pueden quedar sobrepasados por otras tendencias que reubicarían algunos roles de los centros
decisionales regionales y que pueden convertir las autonomías en pálido reflejo de la estructura de
poderes reales. Todo ello es aún más patente en el caso comunicativo y cultural.
¿Y las políticas regionales de Sociedad de la Información?
¿Pueden las políticas regionales de SI contrarrestar los crecientes desequilibrios interregionales en
comunicación-cultura,?. No es posible saberlo, aunque hay indicios de que a pesar del esfuerzo de las
CCAA por avanzar en ese campo con importantes inversiones hay una tendencia a la aglomeración.
En Madrid tienen su sede el 41 por ciento de las empresas de tecnología de la información, se
concentra el 45 por ciento de los gastos en I+D, y el 65 por ciento de los gastos informacionales de la
Administración Central, según la D.G.de Investigación de la Comunidad de Madrid.
Es difícil pensar en que se vaya a dar un equilibrio en este ámbito, habida cuenta que las CCAA
tienden a repetir el modelo vigente, centrándose más en los continentes que en los contenidos.
No parece, que desde la construcción de la "SI para todos" pueda paliarse la distancia que se está
abriendo en cultura y comunicación entre los territorios, pero eso no debe desanimar la puesta en
marcha de políticas tecnológicas, infraestructurales y culturales (contenidos, el auténtico valor
añadido) para no perder, al menos, el tren que se perdería si no hubiera una apuesta consciente.
Aun previendo las limitaciones, es una necesidad obvia la reafirmación del espacio cultural,
tecnológico, económico y político propios, para configurar polos y redes relevantes hacia dentro y
hacia afuera, que compensen mínimamente las tendencias adversas dominantes.
13. Retos para Euskadi.
hubiera sido un proyecto estratégico de salto cualitativo en creatividad y producción de industrias
culturales, y en especial en el audiovisual y Sociedad de Información, como forma de inserción activa
y productiva, con mínimas garantías de éxito en la cultura mundo.
pero en cambio no hay normativa lingüística para las concesiones y la gestión del espectro en radio y
televisión local.
CUARTA PARTE
CUESTIONES DE POLITICA CULTURAL Y COMUNICATIVA
14. Evolución de los modelos dominantes en política cultural.
38
En la actualidad, se está produciendo un cambio en los modelos dominantes a lo largo de la breve
historia de las políticas culturales. Hay indicios para pensar que nos encontramos en una fase de
transición hacia un quinto modelo que, coexistiendo con los anteriores, empieza a apuntar algunos
perfiles propios.
En la historia de la intervención pública europea en la cultura se suelen reconocer siempre tres estadios
doctrinales con efectos más o menos significativos sobre las políticas culturales al uso.
Un primer estadio fue el mecenazgo -dominante desde el Renacimiento hasta el siglo XIX pasando por
la Ilustración-. En ese paradigma, la interrelación entre política global y la parcela destinada a la
cultura, más que una característica era una razón de ser. Había un vínculo directo entre el poder y los
creadores, a los que asignaba renta y facilitaba protección y seguridad a cambio de obras poco
problemáticas para el poder mismo. El mecenazgo moderno, con sus altibajos, hoy ha recuperado
impulso. Tiene carácter complementario y es ejercido desde fundaciones y patrocinadores.
El segundo modelo fue la democratización o extensión cultural que tenía como protagonista decisor al
Estado, en clave paternalista, y como destinatario a la sociedad, cuyo nivel cultural se pretendía elevar,
haciéndole accesibles tanto "las grandes obras de la humanidad" (Malraux) a traves de las grandes
instituciones culturales, la definición de la cultura nacional y los sistemas públicos de radio y
televisión para forjar una opinión pública, extender la cultura media y disponer de un instrumento de
mediación del poder .
Un tercer paradigma –nunca aplicado en puridad pero sí en parcelas y retazos– fue el de democracia
cultural de los años 70 y 80, y cuyos agentes eran fundamentalmente los grupos sociales. La cultura se
entiende como un "modo de vida". Se pretende modificar las pautas pasivas de consumo cultural de la
sociedad mediante la participación; se acepta la validez y diversidad de toda clase de actividades
creativas; y se busca el reconocimiento de la pluralidad de formas posibles de cultura y que cuenten
con la adecuada financiación pública para su mantenimiento. Interculturalidad y multiculturalidad
serían algunas de sus manifestaciones, así como el respeto y promoción de las identidades en un
mundo global.
Hoy está vigente un cuarto paradigma, el de la rentabilización de la cultura y que se deriva, como no
podía ser menos, de la lógica política y económica dominantes. Con carácter general, en Europa, la
crisis del Estado del bienestar ha afectado, en los años 90, al mundo de la cultura en forma de crisis
del servicio público cultural y en forma de deterioro de las políticas culturales. De ahí el enfoque
economicista.
Por ello, las políticas culturales territoriales y municipales reales se han dibujado desde nuevas
estrategias: políticas económicas regionales como vector orientador de la cultura y tendentes a la mera
diversificación de la estructura económica territorial; reconstrucción de la imagen en las regiones en
declive; consolidación de capitales culturales; política de prestigio de las ciudades para lograr un plus
de imagen que atraigan inversiones; competencia entre ciudades y territorios; desarrollo de sectores
económicos relacionados con la actividad cultural; nuevo urbanismo autoritario de valorización de
espacios urbanísticos privilegiados, acaparados por capitales comerciales y financieros de las
ciudades; o potenciación de los lazos entre las industrias culturales locales y la investigación avanzada
de productos industriales (parques tecnológico- culturales).
La cultura es entendida así de forma instrumental, como medio para la diversificación, reconstrucción,
mantenimiento, consolidación o desarrollo de las ciudades, incluyendo a las industrias culturales
locales. Claro está que esta aproximación no ha sido a contracorriente, habida cuenta que en la UE el
sector de la cultura y el espectáculo emplea a unos 3 millones de personas. Una de las consecuencias
de estos procesos ha sido la creciente importancia porcentual del gasto público cultural local y regional
39
en relación al gasto de las administraciones centrales, aunque ello no signifique necesariamente una
mayor democratización.
Este modelo, hoy vigente y predominante, se corresponde, por un lado, con el hecho de que los
Estados fueron reduciendo desde finales de los 80 a finales de los 90 su función impulsora de la
cultura sólo a la puesta en marcha de los grandes equipamientos –primero de las infraestructuras de
exhibición y, luego, de las redes de comunicación– y a la subsidiaridad del poco rentable y, no
obstante, imprescindible arte tradicional67. Y por otro lado, expresa la subordinación de las políticas
de democratización cultural a los imperativos de la reproducción económica y social, al sustituirse la
mirada hacia el lado cultural del desarrollo por la visión casi exclusiva del lado económico de la
cultura68.
El resultado de todo ello han sido algunos procesos indeseados en términos de reducción relativa,
hasta fechas recientes, del gasto cultural público, de desplazamiento y crisis de los servicios públicos y
de mayor estratificación cultural.
Sin embargo, estas últimas tendencias conviven con algunos desarrollos conceptuales interesantes que
parecen aflorar desde la sociedad civil, con nuevas exigencias hacia lo público, y que podrían dar lugar
a un quinto modelo, híbrido entre el tercero y cuarto, en la medida que se supere la visión instrumental
de la cultura que ha hecho furor en los 90 desde una visión más multidimensional.
Esa visión más amplia y equilibrada significa que, junto a los valores atribuibles a la cultura en sí y al
lado económico de la cultura, se le solapan otros puntos de vista: su carácter central para la identidad
de un país, nación o región; su prestigioso papel como factor de integración social; su factor de imagen
identificatoria en el ámbito internacional; y su combinación con políticas tecnológicas y de
telecomunicaciones para las que la cultura es no solo un contenido, un valor añadido, sino un factor
central para su propio desarrollo.
El concepto de cultura se va ampliando hasta una noción amplia de recursos culturales, entendidos
como tan escasos como los naturales y susceptibles de protección. La cultura ya no será una condición
de bienestar sino un recurso necesario para hacer frente a los retos de la modernidad, de la memoria y
de la experiencia popular.
Además en unas sociedades en las que, contrariamente a las previsiones, lejos de homogeneizarse se
complejizan, van ganando en importancia en la conciencia ciudadana, primero, la consideración de la
cultura como una expresión plural vivida en lo cotidiano y concebida como un derecho de los
ciudadanos concretos -que formaría parte de los así llamados derechos de tercera generación, junto a
los derechos humanos, políticos y sociales- y, segundo, como una oportunidad diferenciadora en el
concierto y pugna de las culturas en contacto.
Es por ello que se empiezan a reclamar políticas culturales y comunicativas globales, que enmienden
las políticas culturales al uso en un sentido democratizador, diversificador y de gestión mixta, con
amplia participación de distintos sectores de la sociedad civil, buscando una evolución desde el
modelo de subsidio al modelo de incitación y coparticipación. Paralelamente, se trataría de ayudar al
67 El quehacer unilateral de las administraciones en infraestructuras de exhibición en los primeros 90 (Grands Travaux, la
Expo de Sevilla, Guggenheim, Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia...) y de comunicación e informacionalización a
finales de los 90, han sido en perjuicio de la creación, producción o difusión, áreas cuya promoción y gestión se encomiendan
a los mercados.
68 Tiene un gran interés la percepción económica de la cultura y ha supuesto un innegable avance en la eficacia de la
intervención pública en la cultura. Lo chocante es que la ha sustituido, convirtiéndose la cultura en la excusa de una
intervención tendente a valorizar capitales o zonas.
40
espesor de la red comunicativa de la sociedad civil como condición misma para la asimilación
colectiva de los cambios.
También es llamativo que en los modelos más recientes, tanto de los 80 y 90 como en el que comienza
a barruntarse, la regionalización cultural en Europa haya sido un referente estable. Además de haber
constituido el espacio más innovador, ha sido y es una tendencia fuerte como la de la globalización,
además de su contrapunto.
En ese sentido, las comunidades territoriales parecen prepararse para una triple apuesta en tecnologías,
redes propias y contenidos, aunque en estos planos no vayan siempre en la dirección más adecuada a
las necesidades propias, al producirse en muchos casos un acrítico efecto imitación en lugar de una
reapropiación69.
Sin embargo, la liberalización iniciada a principios de los 90 en Europa, ha tenido una serie de rasgos
que dificultan enormemente el discurso vigente de la "SI para todos" y la regionalización
comunicativa, aspectos ambos que van juntos en un enfoque democratizador de las comunicaciones y
que, a pesar de todo, no han influido centralmente en las grandes decisiones. La deriva en Europa con
cargo a sus hipotéticos beneficios para la cultura, se ha instalado en un "determinismo económico
centrado en la dinámica y las fuerzas del mercado (..) y una ecuación central: convergencia + mercado
= cultura e identidad europeas"(Bustamante 1999).
En efecto, la privatización de las grandes operadoras de los sistemas públicos de telecomunicaciones,
la preeminencia del concepto de mercado único con competencia europea en el sector, la forma
acelerada de emergencia de un sector privado de telecomunicaciones controlado por grandes capitales,
el enfoque preferentemente mercantil de la liberalización aunque con obligaciones en lo relativo al
servicio universal…. responden a grandes intereses privados y, en su beneficio, a un desmantelamiento
parcial de lo público, sin que las obligaciones impuestas por los Estados o los organismos reguladores
hayan hecho otra cosa que paliar algunos efectos indeseados y fijar algunas reglas para la competencia
oligopólica70.
En ese proceso de liberalización ha sido rara y excepcional la emergencia de operadores regionales
integrales de telecomunicaciones, tipo Euskaltel. Bien al contrario, un modelo que se repite en Europa
es el de pocos y grandes grupos por países e incluso a escala continental, lo que supone un salto
cualitativo en los procesos de concentración privada. Se han generado así posiciones dominantes en
régimen oligopólico, frente a un mercado ingente y remunerador pero muy atomizado, y con usuarios
sin poder de mercado y en indefensión, que no tienen más remedio que asociarse ante la gran cantidad
de problemas no resueltos suficientemente por los organismos reguladores. De ahí que tengan gran
interés tanto las conformación de comunidades digitales como las propuestas de puesta en marcha de
organismos reguladores regionales (por ejemplo, lo apuntaba el viejo Plan Plantel de la Comunidad
Valenciana de 1996 o, más recientemente y para el campo de los dominios de Internet, Erik Iriarte,
2001).
La regionalización no ha sido uno de los criterios para la conformación del sectorde SI, pero resulta
imprescindible para la extensión de los mercados de las redes y servicios, tarea a la que se aplican las
69 Ver el concepto en Mattelart, 2002. Las regiones y países deben elegir entre la acumulación de tecnologías y redes, o su
selección en función de necesidades propias predefinidas, a las que se ajustarían los medios más adecuados y cuidando de
crear conexiones internas espesas y articuladoras, como condición de buen uso. En otro caso serán meras compradoras y
receptoras de comunicaciones ajenas y globalizadas.
70 Y ello a pesar de que han sido numerosas las directivas armonizadoras sobre licencias, entorno abierto de red,
reconocimiento mutuo de terminales, interconexión e interoperabilidad, definición del marco regulatorio en torno a los
criterios de objetividad, trasparencia y no discriminación o la obligación de los operadores existentes de facilitar el acceso a
terceros en condiciones aceptables. Ver Llorens 2001: 235 y ss.
41
autoridades comunitarias, gobiernos y regiones, procurando al mismo tiempo que, conforme a los
principios de la UE, no se abra más la "divisoria digital". La UE financia solicitudes regionales para la
implantación de la SI, ámbito que se privilegia, aun más apreciablemente, desde el Consejo Europeo
extraordinario de Lisboa (20/24-3-2000) en el que se aprobó la iniciativa "e-Europe -una SI para
todos". El despliegue de la SI en las regiones cuenta en la UE con numerosas organizaciones,
iniciativas y redes opcionales de cooperación (ELNET, IRISI, ERNACT…), además de conferencias
para la puesta en común y coordinación. Sin embargo la no intervención directa de la UE en las
regiones -que pueden llegar a acumular sobre su retraso cultural el de equipamiento tecnológico,
formación y uso de contenidos en el futuro– limita el alcance de las políticas de los Estados en la SI
para todos71.
Las nacionalidades y regiones deben elegir entre ser puro terminal en la red de los sistemas
comunicativos u organizar un sistema comunicativo propio, con suficiente potencia de conexión y
acceso a la red en busca de lo que interese y con capacidad de oferta de contenidos hacia dentro -y en
parte hacia fuera- buscando una parcial autosuficiencia en aspectos sensibles. En este aspecto, las
prioridades deberían dirigirse hacia la información estratégica, los informativos autocentrados y con
interpretación propia, la generación de una opinión pública comunitaria particular, la capacidad de
hacer alguna ficción, las series propias de televisión, algunas producciones en toda clase de géneros, el
fomento de bases de datos de la memoria histórica… Tampoco hay que olvidar que la diferencialidad
cultural es una ventaja comparativa de cada territorio, y que es reutilizable en los dispositivos de la SI.
En suma, generar desde un impulso político potente un tejido comunicativo que permita que las
comunidades -las naciones sin estado y las regiones- hagan su propia vida y escriban su propia
historia.
15. Políticas culturales territoriales en Europa: acentos72
El inexorable proceso de decentralización supone una redistribución de los recursos económicos y una
reasignación de funciones y responsabilidades en materia cultural que afectan a los Estados. Las
temáticas tratadas pueden ser las mismas o distintas que las estatales, pero se comprueba que su
incidencia en el desarrollo económico y en la cohesión social son más impactantes. En algunos países,
y por encima del ámbito local en sentido estricto, ya concentra la mayor parte del gasto cultural,
constituyendo un porcentaje significativo de los presupuestos públicos territoriales.
Los motivos para la intervención en las regiones pueden ser de lo más variado: por la consideración
objetiva de que la cultura se vive en territorios concretos; por la revalorización de lo local y regional,
por el resurgimiento de las culturas minorizadas o de las identidades; o por el interés del Estado en
distribuir competencias o de la ciudadanía en controlar la gestión de forma cercana (Bassand 1992).
Las ventajas de la territorialización decisional en el ámbito cultural son obvias desde el punto de vista
de los resultados y de la democracia. En principio crea más propensión a la eficacia ya que se conocen
mejor y se pueden tratar con más facilidad los problemas, además de darse más sinergias en tanto se
hacen más visibles y pueden valorizarse mejor las distintas energías territoriales. Por otra parte, es más
democrática (como resultado de mayorías de proximidad) y fiscalizable (hay conocimiento sobre el
terreno de la esfera pública, pudiendo ejercer una administración próxima al ciudadano que la
experimenta y puede controlarla).
71 Para una crítica de las contradicciones del proyecto desde el lado del acceso y de los límites de la convergencia ver
Becerra, 2001.
72 Se deja fuera de este resumen la política cultural y de SI regional de la UE, asi como las instituciones europeas con
acciones regionales. Ver R. Zallo Políticas culturales regionales en Europa en E. Bustamante (coord.) 2º Tomo sobre cultura
y comunicación internacional en la era digital. Sin título. Fundación Alternativas. Madrid, también a publicar en 2002.
42
Las contrapartidas pueden ser los clientelismos, las disparidades interterritoriales –según sea el nivel
de iniciativa, preferencias o disponibilidades económicas–, el exceso de gasto –en el caso de que se
dupliquen estructuras y el Estado no se descentralice de verdad– o la recentralización a pequeña escala
en beneficio de ciudades o determinadas comarcas (casos holandés, austríaco o de la federación rusa)
asfixiando las energías de base.
Las preguntas sobre qué deben privilegiar o acentuar las políticas culturales son reiterativas desde los
años 60, aunque las respuestas varíen por mor de los cambios en los Estados, la integración europea, la
digitalización en curso o el resurgimiento de lo territorial.
En la elección entre el presente y el pasado cultural: ¿hay que dar prioridad a la cultura patrimonio o a
la cultura "relación social"; a la modernidad o a la memoria?.
En la forma de construir la identidad: ¿se trata de reforzar las señas de identidad normalizadoras o los
marcos de expresión plural?. ¿Se ha de privilegiar la cultura simbólica nacional, o la creatividad o la
democratización?.
En el tipo de cultura: ¿ha de tener más peso la alta cultura, la producción, la difusión, la cultura
popular o la de los medios de comunicación?. Qué fase es la principal: ¿la creación, la producción o el
consumo?.
Las administraciones ¿sólo deben dedicarse a facilitar infraestructuras?. Desde qué concepto de
sociedad deben actuar: ¿desde la prioridad de la libre circulación o, también, desde la protección
sectorial en las culturas minorizadas?. ¿Qué mecanismos de protección y fomento hay que sostener y
qué medios para lograr el derecho de acceso73, la participación colectiva y la elevación del nivel
cultural?. Desde qué idea de Estado: ¿Con mucha o poca intervención pública; ¿desde qué enfoque e
instancias mediadoras?; ¿desde qué nivel de descentralización?
El libre juego de los mecanismos de mercado y las aportaciones fundacionales y de mecenazgo no
pueden preservar por si mismas buena parte de las capacidades culturales de un país. Se requiere el
concurso público para sostener la mayor parte de las infraestructuras de aprendizaje, animación,
representación, interpretación, exhibición y acceso (como casas de cultura, conservatorios, escuelas de
arte, auditorios, teatros, museos y bibliotecas) y el gasto corriente en ayudas y subvenciones para
creación, producción y difusión, así como los servicios públicos con su exigible papel de agente
orientador.
En la doctrina europea y en los argumentos legitimadores actuales de la acción pública cultural, se
advierten algunos acentos estratégicos.
a) Se da más impulso a la construcción de identidades culturales modernas y de futuro (políticas sobre
nuevas tecnologías o sobre el audiovisual, nuevos equipamientos públicos) que a otros objetivos, pero
sin establecer prioridades perennes, tal y como se apuntó en el Forum de Bruselas. Sin embargo, hay
un importante cuidado en la recuperación y recreación patrimonial y de legados históricos, entendidos
como herencias intergeneracionales irrepetibles y aplicando, en ocasiones, nuevas tecnologías
(restauración con nuevas técnicas, reconstrucción monumental con imágenes virtuales..).
b) Sin embargo la acelerada implicación privada en el ámbito industrial, ha ido restringiendo hasta
hace poco el ámbito público de actuación a lo artístico, mientras que dejaba lo comunicativo y masivo
a la industria cultural. Como si la Administración debía ocuparse del caro pasado y de las artes, y la
73 Rifkin (2000) emplea el término en otro sentido. La era del acceso sería más un modo de inserción económica y social que
una puerta, una barrera o un derecho vinculado al lugar social de las personas. De ahí que minusvalore la importancia de los
procesos de acumulación de la propiedad en beneficio del más contingente de disponibilidad o acceso.
43
industria privada del rentable presente. Una notable división de funciones que empieza a dejar paso,
ante la inmensidad de los retos, a una definición estratégica pilotada desde las instituciones públicas en
interés de la cultura colectiva (Libros Blanco, Planes estratégicos…).
c) Se considera a la cultura como un sector económico estratégico, con vocación territorialmente
abierta, con el objetivo de que la cultura propia, autóctona, se desarrolle de forma combinada y en
competencia para que esté a la altura de los retos del presente y de los gustos de la ciudadanía. Todo
ello invita a una política cultural de corresponsabilidad pública y privada, evaluable en sus resultados.
En la UE se entiende que se debe privilegiar a los operadores culturales en las acciones de ayuda por
su capacidad de crear sinergias y efectos multiplicadores.
d) Al menos retóricamente se resalta la expresión plural, la diversidad, frente a la normalización, la
estandarización o la repetición de hallazgos estéticos o productivos ajenos. Sin embargo, a pesar de
que la renovación de creaciones y producciones es la condición para la reproducción de los mercados,
el resultado es un mayor empuje en la producción (reproducción, oficios no culturales) que en la
creación74.
e) Se promueve el trabajo colectivo de artistas, profesionales y creadores, en pequeños equipos que
ponen en relación y en red sus saberes, especialmente en el campo de las industrias culturales. La
creación individual sigue siendo la expresión dominante en las artes tradicionales.
f) Se subraya la transversalidad, lo multimedia, la creación aplicada, el diseño, las nuevas formas de
percepción, frente a las tradicionales creaciones monoindustria, pero estas son aún muy mayoritarias.
En cualquier caso en el ámbito de la CE se entiende que los temas de cooperación cultural a privilegiar
por su valor añadido comunitario son: movilidad de personas, circulación de obras,
formación/perfeccionamiento, diálogo e intercambios interculturales hacia el interior y el exterior de la
UE (Van der Pas, 2001).
f)
Se pone el peso en lo icónico frente a lo escrito, aunque éste cuenta con la gigantesca vía de la
expresión informática. Lo escrito, aunque estancado (caso de la edición de ejemplares de libros aunque
no en número de títulos que sigue aumentando en Europa) o en retroceso (caso de la prensa europea)
es todavía un eje central de la cultura tanto en contenido como en valor económico.
16. Algunas tendencias en política cultural territorial en el Estado Español
El gasto es un indicador eficaz pero limitado de las políticas culturales y comunicativas. Además de
los gastos están las líneas preferentes de desarrollo que no son muy distintas de las predominantes en
Europa, si se exceptúan las exigidas por la magnitud del patrimonio histórico peninsular, por el retraso
en los equipamientos que supuso el franquismo y por el turismo.
Infraestructuras de alta inversión.
Una de las tendencias fuertes desde finales de los 80 fue la puesta en marcha de caras infraestructuras
culturales con vocación de impacto a lo largo de la década pasada. De todos modos, a partir de 1993
los efectos de la recesión económica aplazaron algunos proyectos, y se introdujeron a lo largo del
74 Uno de los pocos países con una estadística cultural rigurosa es Canadá. En 1994-95, de los 609.787 empleos directos del
sector cultural en sentido estricto sólo el 3,7% eran del ámbito creativo, mientras que el 79% eran de producción y 14,5% de
ventas, quedando un 3% para fabricación. Ello se corresponde con el escaso impacto que tenía la creación en la contribución
del sector de la cultura al PIB. Solo 0,68% de los 20.162 millones de dólares canadienses que suponía el sector de la cultura
procedía de la creación, a pesar de ser la condición para toda la cadena productiva cultural, hoy demasiado dirigida a
empaquetados múltiples. También indica el margen abierto a la mayor presencia de los oficios creativos y a su remuneración
satisfactoria, siendo ambas condiciones para el impulso a largo plazo de sectores culturales potentes (McPhie, 2001: 256 y
ss).
44
siguiente quinquenio reducciones de gasto público, criterios de gestión económica, búsqueda de
financiaciones privadas o cobro por servicios a los usuarios. Esa tendencia tomó el relevo, aunque solo
en parte, a la puesta en marcha de potentes sistemas de radiotelevisión autonómica que se produjo en
los 80, y que ha continuado en los 90 con el nacimiento de nuevos entes y segundos canales
autonómicos.
Las inversiones culturales que rodearon a las grandes apuestas socialistas (Expo de Sevilla,
Olimpíadas de Barcelona, Madrid Capital Cultural), tuvieron continuidad posterior en forma de gasto
en infraestructuras más vinculadas a objetivos concretos de equipamiento y urbanísticos -es el caso de
las grandes inversiones en equipamientos en Valencia que iniciadas por los socialistas continuó el PPy subieron un grado con la apuesta del Guggemheim Bilbao que, en lo museístico, se distanciaba del
modelo que habían supuesto el IVAM de Valencia (un museo moderno especializado y con criterio) o
el Reina Sofía de Madrid, para constituirse en equipamiento temático sucursalizado con fusión entre
singularidad arquitectónica, emblematismo urbanístico, franquicia y enfoque comercial de la
programación museística75.
Todo ello responde al proceso de espectacularización, monumentalización e inflación de proyectos y
macroproyectos de esa década76. En la actualidad afloran también proyectos con intenciones más
productivas (Ciudad del Cine de Alicante, Andalucía Digital, Distrito 22@ en Poble Nou de
Barcelona, Ciudad de la Cultura de Galicia).
El descubrimiento de una parte del arte tradicional
Hay un resurgimiento de la vocación pública por el arte tradicional en algunas administraciones77. La
inversión en museos no es ajena al nuevo concepto actual y más dinámico tanto de la gestión de las
colecciones propias como del acceso -mediante programaciones temporales- a colecciones ajenas o a
muestras temáticas, y que ha animado a una parte del público a su contemplación. Si a ello se le añade
el rescate del concepto de patrimonio cultural colectivo y la ubicación de los museos en circuitos
culturales turísticos más amplios, se explicará el indudable éxito de los mismos frente a la irresuelta
situación que adolecen otras infraestructuras tradicionales como son las bibliotecas y, parcialmente, el
teatro y la música.
Inversiones en nuevas tecnologías y su difusión
No hay Comunidad Autónoma sin plan tecnológico o de la Sociedad de la información. La Comunidad
del País Vasco un “Plan de Ciencia, Tecnología e Innovación” con 100.000 millones de ptas. (600
millones de euros) para el cuatrienio 2001–2004 –el peso de la inversión en I+D ya llega al 1,4 por
ciento del PIB- y otros 72.000 millones de ptas.78 (433 millones de euros) para el quinquenio 200275
Fue también una opción de inscripción en los circuitos de exhibición internacionales sobre obra
fundamentalmente ajena y universal; un punto de referencia en el selectivo circuito actual de la red global
cultural y un enclave exógeno en las condiciones de la problemática cultural en la que se insertaba .La apuesta
no fue por la producción cultural sino por los efectos inducidos del consumo de ciudad y cultural.
76 I. López de Aguileta, 2000, pgs 78 y ss., apunta como réplica, para una estrategia de acción cultural municipal otras metas
generales para un municipio medio: un plan estratégico orientado hacia la terciarización, la centralidad intracomarcal y la
imagen de la ciudad; la mejora de la oferta, servicios y demanda culturales; el estímulo de la creación cultural; la promoción
de la cultura local, la identidad colectiva y, en su caso, la normalización lingüística; el fortalecimiento del tejido
sociocultural; una red de infraestructuras y medios de comunicación locales suficientes; la igualación cultural social…
77 El gasto en Museos supone 30.000 millones de ptas. (180 millones de euros) -34 por ciento del gasto en cultura- del
Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, muy por encima de la asignación para el cine, que es de 6.764 millones (40,6
millones de euros).
78 La cuarta parte iba al programa de fuerte componente social “Internet para todos”, tras comprobar que el gasto público
anterior en ese sentido ha permitido que en dos años 2000-2001, se pasó de un 6,5 por ciento a un 29 por ciento de hogares
45
2006, del Plan “Euskadi en la SI” y con los que se espera atraer otros 130 millones de infraestructura
desde la iniciativa privada. También Navarra adoptaba el Plan Tecnológico 2000-2003 dotado con
20.000 millones de ptas., 120,2 millones de euros.
Las CCAA no pueden desentenderse del despliegue de la economía y la cultura informacional, desde
todos los puntos de vista: disposición de recursos culturales e informativos propios, acceso social,
comunicaciones, servicios a la ciudadanía, desarrollo de un sector innovador y generador de empleo en
la economía regional (CPLRE 1999), aunque sus resultados sean bien distintos, según se trate de zonas
desarrolladas o no79.
Tendencia al incremento presupuestario en Cultura
En el último período y al calor de la mejoría económica, la parte cultural del presupuesto del
Ministerio de Educación en el 2001 conoció un incremento del 11 por ciento Lo mismo ocurre en la
generalidad de las CCAA. El de Catalunya, un incremento del 16,5 por ciento respecto año anterior.
En el caso de la CA. del País Vasco en el 2000 el presupuesto cultural del Gobierno había crecido un
25 por ciento en dos años.
Apuestas preferentes por el audiovisual
De la apuesta de las Film Commissions informadoras o facilitadoras de rodajes en territorios dados
(Castilla-León, Andalucía, Galicia, Barcelona o Canarias), se está pasando a proyectos más complejos.
Así se advierte en los casos de la C. Valenciana (Instituto Valenciano de Cinematografía, Ciudad de la
Luz de Alacant), Andalucía (380 empresas con 3.259 empleos que significan un incremento del 41 por
ciento en tres años aunque muchos de ellos temporales) 80 o Galicia (Centro Galego de Arts da Imaxe,
Galicia Film Commission, una activa Asociación de Productores independientes que ha podido
concretar "100 medidas para el desarrollo del sector audiovisual", futuro Cluster - subsector- del
Audiovisual…).
Preocupaciones lingüísticas
En la legislación en los territorios con lengua propia se da un cuidado especial por las cuestiones
lingüísticas que se traduce en los canales televisivos o en el acceso a subvenciones complementarias al
cine autóctono o al doblaje.
En Galicia un 62 por ciento de las producciones se realizaba en gallego entre 1994 y 1996. En 1998
llegó al 70 por ciento. En la C.A. del País Vasco las ayudas al doblaje rondan los 100 millones de ptas.
(0,6 millones de euros) anuales,
En el caso de Catalunya, donde el uso sociolingüístico del catalán es bastante general, hay muchas
normativas al respecto. Por ejemplo, en las licencias de televisión local de 1996, luego congeladas, se
reservaban un 25 por ciento del tiempo de emisión a obras en catalán. En radio, y siguiendo el modelo
francés, el Decreto de 21-10-98 establece un mínimo del 50 por ciento del tiempo de emisión y un
mínimo del 25 por ciento de la programación musical. Asimismo, se estipularon –por Decreto de 27 de
conectados a Internet, o que se superara la media europea en 6 puntos en equipamiento de ordenador en los hogares hasta
llegar al 41,5 por ciento.
79 En efecto solo las primeras disponen de la capacidad de establecer relaciones sinérgicas -llámense "complementaridades
dinámicas" o "fertilización cruzada"- entre sus propios recursos internos y de éstos con los foráneos, mientras que la
segundas deben recurrir a soluciones imaginativas que mejoren sus servicios, sus recursos… lo que, por acumulación, podría
posibilitar un salto cualitativo en su desarrollo o, al menos, reducir la brecha respecto a otras regiones.
80 Según la Fundación Audiovisual de Andalucía y el Instituto de Desarrollo Regional de la Universidad de Sevilla, 2001.
46
julio de 1999 y por aplicación de la Ley de Política lingüística– condiciones para el doblaje o
subtitulación en catalán del 50 por ciento de los films distribuidos con más de 18 copias, debiendo
destinar las salas un 25 por ciento de días al cine en catalán (doblado, sobre todo) 81. Las ayudas para
el cine producido en catalán se han incrementado82.
17. Herramientas emergentes en políticas culturales
Los destinos y herramientas normales de aplicación del dinero público se suelen dirigir a cubrir
distintos y necesarios programas que responden a las funciones tradicionales de patrimonio, creación,
producción y difusión83 y a los que, en las comunidades con lengua propia, se le añade la política
lingüística no reglada, y en algunas comunidades la radiotelevisión pública autonómica.
En esas herramientas tradicionales los dilemas se sitúan, normalmente, en la proporción de la
financiación entre las actividades gestionadas por la propia administración y las ayudas destinadas a
los distintos agentes y su distribución; entre infraestructuras y servicios; entre la creación, la
producción y la difusión que subvencionan a distintos agentes de la cadena -artistas, grupos de
espectáculos y empresas– o a la demanda -e indirectamente a creación y producción-.
Asimismo, los distintos capítulos suelen ser reveladores del modo de hacer de cada Administración, ya
que en un extremo se privilegia en exceso el gasto propio de la Administración porque tiene bajo
sospecha a las iniciativas sociales o de agentes o, al contrario y en el otro extremo, cuando se inhibe de
orientar, conformándose –con criterios mas o menos objetivos–con subvencionar las solicitudes que le
lleguen84. De la misma forma, el peso del gasto público en el total de la Administración
correspondiente y su variación interanual relativa informa también sobre la importancia que se otorga
a la cultura.
Pero junto a las herramientas tradicionales de política cultural aparecen otras que tienden a adaptarse a
los requerimientos de la cultura en sociedades complejas, con la elaboración de Libros Blancos sobre
el sector audiovisual o la cultura para la definición de estrategias sectoriales (C.Valenciana, Galicia,
Catalunya) o más globales (C. del País Vasco), especialmente en comunidades que no han acumulado
un conocimiento exhaustivo y regular sobre su sector cultural y se ven obligadas a una rápida
definición de objetivos y estrategias85. Estos Libros Blancos serían el antecedente para la elaboración
81 La contestación que tuvo de las distribuidoras obligó a una cierta rectificación. El acuerdo entre Fedicine y Generalitat en
mayo del 2000 definió algunas cuotas limitadas de doblaje -20 en el 2001-. Pero mas recientemente -con el caso Harry
Potter- la Warner ha debido plegarse a las presiones de la sociedad catalana para que también pudiera visionarse dicha
película, al menos subtitulada en catalán, y con compromisos futuros de doblaje.
82 Se dirigieron a 19 largometrajes y por una cantidad de 580 millones de ptas. (3,5 millones de euros) en el cuatrienio 19972000. Cine por la red 22-11-2001.
83 Básicamente, los programas suelen ser de patrimonio (mueble e inmueble, archivos, museos, bibliotecas..), equipamientos
de infraestructuras e instalaciones (teatros, conservatorios, casas de cultura, locales varios..), ayudas para el aprendizaje
(becas) y la creación (premios y becas a artistas, encargos, concursos…) o la difusión (financiación de espectáculos, giras,
programas culturales, muestras, certámenes…), ayudas a fondo perdido o con reembolso o bonificaciones para préstamos
ventajosos para la producción y las empresas.
84 El tamaño del capítulo 1 indicará el peso de los costes fijos de la propia administración en el presupuesto; el capítulo 2,
nos hablará de los gastos corrientes de funcionamiento en forma de servicios estables también gestionados por la propia
administración; el capítulo 4, de las subvenciones y ayudas para gasto corriente a los agentes que conforman parte de la
sociedad civil (personas, familias o empresas) o a otras administraciones de inferior rango; el capítulo 6, indica las
inversiones en patrimonio e infraestructuras; y el 7 las subvenciones para inversiones de capital a través de entidades o
empresas de capital público o coparticipadas.
85 Catalunya y parcialmente Madrid, llevan un cierto adelanto al respecto. En efecto, Catalunya ya inició en los años 80 un
seguimiento analítico regular de su sistema cultural y mediático -desde un organismo dependiente de la Generalitat, el
CEDIC que dirigía W. Espina- lo que le ha permitido ser pionera en muchas cuestiones. Por su parte, la propia decisión de la
47
del Leyes sobre industrias culturales o sobre el Audiovisual, previstas en algunas CCAA. En algunos
casos (Galicia, Catalunya, Navarra y Madrid)86 el mecanismo ha sido al revés, y cuentan ya con leyes
sobre el Audiovisual o con un Consejo del Audiovisual.
Otras herramientas serían la aprobación de planes plurianuales de infraestructuras o reservas
presupuestarias para determinadas iniciativas culturales87, o la puesta en marcha de sociedades de
capital riesgo y de fondos de garantía -desplazan el sistema de ayudas por el de compartición de
riesgos- en el marco de una apuesta de amplio crédito para el audiovisual88, convenios de
instituciones financieras públicas autonómicas con asociaciones de productores, tal y como ya ocurre
en el ámbito español.
En suma, aparecen estrategias o acciones concretas en las CCAA con apertura a criterios como la
descentralización, el carácter mixto en la gestión o implementación de las decisiones, las llamadas a la
participación, las sinergias, la gestión orientada por planes y opciones asumidas colectivamente tras
debate, la interdepartamentalización de las decisiones de política cultural en lugar de la pura
especialización de un solo Departamento, la especialización de organismos y sociedades transversales
y ad hoc con capacidad decisional….
Aquí solo nos referiremos a unas pocas herramientas.
10.6.1 Planes estratégicos
Las razones para un plan estratégico pueden ser múltiples:
-El interés común en reforzar y modernizar la cultura de la nacionalidad o región en claves de
identidad cultural en unos casos, de implicación en la cultura nacional en otros casos, o equilibrando
en lo posible los intercambios y préstamos culturales, en cualquier caso.
-El estímulo y orientación tanto de las energías creativas –en la educación artística y en las
profesiones- como de las productivas del ámbito cultural.
-La promoción y fomento de un “sector cultural” con acento en lo productivo, en claves de
diversificación, integración y flexibilidad (industrial y tradicional) capaz de satisfacer demandas
culturales internas, generar empleo, exportar producción cultural, actualizarse y aprovechar los
cambios de la sociedad informacional.
Comunidad de Madrid a finales de los 80, de poner en marcha una futura Ciudad de la Imagen se basó en informes
sectoriales sobre las ventajas de la capital del Estado en el audiovisual.
86La Asamblea de Madrid, con los únicos votos del PP, aprobó el 5-4-01 la Ley de Contenidos Audiovisuales y Servicios
Adicionales, siendo de aplicación al ente RTVM, a los dos programas de digital terrena adjudicados en 1999 y a los
operadores de cable. La Ley incluye la puesta en marcha de un Consejo del Audiovisual con puras funciones de
asesoramiento y arbitraje.
87 En el caso de la C. A. del País Vasco está previsto un programa extraordinario de 11.000 millones de ptas. (66,1 millones
de euros) para el periodo 2000-2003 dentro del programa general “Euskadi 2000tres”. 42 millones de euros estarían
destinados a la digitalización de EITB, 16,8 millones de euros a infraestructuras culturales y 7,2 millones de euros a
introducir el euskera en el mundo de las tecnologías. Otra medida interesante es, por Decreto del 21-7-98 y orden del 19-299, la obligatoriedad de reserva presupuestaria del 1 por ciento en las obras públicas para Patrimonio cultural.
88 Artur Mas en el Festival de Sitges del 8-10-01 anunciaba que Catalunya abriría una línea de crédito para el audiovisual de
20.000 millones (120 millones de euros). Junto a los convenios con productoras con cargo al Institut Catalá de Finances
(ICF) y encargos de series desde la CCRTV y el nuevo ICIC, destacan dos nuevas fórmulas añadidas: una sociedad de capital
riesgo dotada con 2000 millones (12 millones de euros) y otra de garantía recíproca, a iniciativa de la ICF y el ICIC.
48
-La necesidad de orientar, con metas a largo plazo y concertadas, las políticas culturales del conjunto
de instituciones regionales y establecer pautas para el comportamiento seguro de los agentes sociales y
privados.
Así por ejemplo, el nuevo Consejo Vasco de Cultura es un foro de participación y cooperación
público-social-sectorial y de composición mixta89, que tiene como misión principal elaborar un plan
general de la cultura para afrontar los retos de la estructuración del espacio cultural vasco, el
enriquecimiento de la cultura desde la pluralidad, la adaptación a la era digital, la dinamización
cultural mediante la preservación de las señas e identidad, el impulso de la producción propia y la
incentivación de la demanda cultural; y, por último, la incorporación a las redes europeas e
internacionales. Se trata de elaborar un proyecto a largo plazo que oriente los programas culturales
más allá de las actuaciones a corto y de las coyunturas, en un horizonte de 10/15 años y que sea,
además, una guía para los agentes privados sobre los propósitos de la Administración90. Los
principios en que se basará, tal y como fueron definidos en el primer plenario del Consejo, serían: el
derecho a la memoria histórica, la socialización de la cultura, la democracia cultural, la "excepción
cultural", la interculturalidad y la vinculación entre cultura y desarrollo91.
10.6. 2. Organos globales mixtos
Frente al modelo de gestión politizada (políticos o profesionales propuestos por los partidos y en
proporción a su representatividad) y fiscalizada a posteriori, están apareciendo mecanismos de
coparticipación y cogestión de los interesados en la acción cultural, logrando así un plus de
legitimidad a las decisiones comunes, una orientación adecuada y sinérgica en tanto se aprovecha el
conocimiento de los representantes sectoriales y agentes sociales y una eficiencia en las decisiones
entendidas por todos como un marco común.
Se trata de órganos de composición mixta, pública-privada. En el Consejo General del Instituto
Catalán de Industrias Culturales, de un máximo de 25 miembros, 15 serían representantes públicos (los
ámbitos administrativos de cultura, presidencia, industria, economía, universidades y Sociedad de la
Información, CCRTV y entes locales), mientras que la representación privada sería de 10 (audiovisual,
libro, artes escénicas, música, galerías, prensa, fonografía, sindical). En el Consejo de Administración
la relación es peor: 10/3.
En el Consejo Vasco de la Cultura que, de todos modos, no ostenta funciones ejecutivas, tendrían
mayoría los representantes privados de las artes y de las industrias culturales (20 contra 15). Entre los
89 Decreto del Gobierno Vasco 219/2000 de 7 de noviembre del 2000. Un plan estratégico no puede ser sino concertado
mediante un amplio consenso de la sociedad política y, sobre todo, de la sociedad civil que habría de participar activamente
en la definición de criterios, objetivos y programas.
90 De hecho se trataría de elaborar tres subplanes o proyectos sectoriales para el medio plazo, elaborados desde comisiones
especiales del propio Consejo (Patrimonio cultural; creación y expresión artística e industrias culturales). Se realizarían a
través de distintas ponencias (política de apoyo a la cultura, cultura en la era digital, cultura en la educación y el euskera en la
producción cultural; patrimonio, museos, archivos y bibliotecas; literatura, teatro, música, danza y artes visuales; industria
audiovisual, industria discográfica, industria editorial, industrias multimedia e industrias artesanas). Unas serían transversales
(las cuatro primeras) y las otras corresponden a los tres subsistemas definidos (patrimonial, artístico e industrial).
91 Con todo, a la elaboración del plan le podrían ayudar otras herramientas: una encuesta a agentes públicos y privados; un
estudio bienal de actividades: cine, teatro, libro, disco, galerías, museos, prensa, radio, televisiones locales, bibliotecas,
salas…, con el objetivo de conocer cuestiones como asistencias, aforos, metros cuadrados, número, clase y origen de
producciones o espectáculos….; una encuesta esporádica de hábitos y prácticas culturales de la sociedad; un estudio
cuatrianual o quinquenal del gasto público cultural de todas las Administraciones con objeto de conocer cantidades, destinos
(programas), beneficiarios reales (administración, empresas, instituciones privadas prestigiosas o variadas, familias y
creadores) y epígrafes en contabilidad pública (gastos corrientes, personal, inversiones y subvenciones) para alcanzar una
evaluación interna y otra externa de la política cultural; un mapa de equipamientos, recursos y catálogo de agentes culturales;
un Observatorio que permita elaborar una Memoria Bienal que diera cuenta de evoluciones y grado de cumplimiento del Plan
Estratégico, operando como documento informativo cualitativo y como documento público de evaluación.
49
representantes públicos estarían las Consejerías de Cultura, Industria, Educación, Hacienda, las tres
diputaciones, los tres Ayuntamientos de capitales y una representación del conjunto de municipios92.
10.6. 3. Organos mixtos especializados, en el audiovisual
Es una herramienta especializada. La creación de un instituto o consorcio regional del audiovisual
supone su consideración como sector industrial emergente, susceptible de apoyos sectoriales y
horizontales, y que reclama la coordinación competencial de consejerías como Cultura, Industria,
Educación y, caso de existir, Tecnología y Comunicaciones. No hay que olvidar que el núcleo duro del
desarrollo industrial cultural lo conforman televisión, vídeo y nuevas tecnologías de productos
audiovisuales y multimedia.
Responde a una apuesta estratégica determinada, no siempre fácil de implementar, en tanto se requiere
un mercado suficiente, una base de experiencia y recursos creativos, artísticos y empresariales y un
grupo de empresas suficientes, activas y apoyadas, y una implicación institucional, de fundaciones y
entidades financieras. Eso significa un acuerdo lo más amplio posible de todas las partes interpeladas,
en forma de proyecto -abierto, flexible y adaptable- de política de articulación, lanzamiento y
promoción sectorial del audiovisual.
Hay varios casos. En abril del 2000 se aprobó el decreto andaluz de programa de apoyo al sector
audiovisual en Andalucía y la creación del Consejo Superior del Audiovisual93. Sin embargo, con una
composición mixta, con mayoría institucional (11 a 7), no pasa de ser un órgano consultivo, de estudio
y encuentro, sin funciones regulatorias ni ejecutivas. Es más interesante el detalle del sistema de
ayudas que consagra el decreto y cuya gestión corresponde a la Consejería. Básicamente se trata de
ayudas (desarrollo de proyectos, producción y bonificaciones de intereses), coordinación de
información, promoción, formación y acciones complementarias con carácter abierto94.
Otro modelo distinto es el de Galicia95. En el 2002 se pondrá en marcha el Consorcio del Audiovisual
de Galicia, a iniciativa de las Consejerías de Cultura y Economía de la Xunta, la Compañía de RTV de
Galicia y las cuatro diputaciones con objeto de fomentar el sector, la producción, la distribución y el
empleo y en el que participarían las organizaciones y entidades representativas del sector96.
10.6.4. Institutos o sociedades de apoyo a las industrias culturales territoriales
92Las funciones asignadas en esta fase son solo de asesoramiento, coordinación interinstitucional, evaluación, estudio y
emisión de informes y especialmente la elaboración del Plan General de la Cultura. Una incógnita de futuro es si, una vez
acabado su cometido, se convertiría en puro organismo asesor o caminaría en la dirección decisoria con recomendaciones de
obligada consideración.
93 Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (Boja) 28-4-2000. El organismo ha quedado muy por debajo del que se propuso
con ese mismo nombre en las conclusiones de "Andalucía nuevo siglo" (1998) en su interesante capítulo 5.2 "Los medios de
comunicación en la vertebración de Andalucía"(www.junta-andalucia.es).
94 Por otra parte, las resoluciones de ayudas para el desarrollo de proyectos, largometrajes, nuevos realizadores y
documentales (13 y 14-2-2001) siguen las pautas convencionales de otras CCAA.
95 Ya en 1993 M. González Alvarez reclamaba la consideración del audiovisual como sector industrial y unas herramientas
novedosas: infraestructuras de aprendizaje y promoción, talleres de imagen, convenios con empresas. Ver VVAA 1993, pg.
492.
96 Ello respondería a una dinámica ya abierta desde el sector. Según el Observatorio Do Audiovisual que dirige Margarita
Ledo, en el bienio 1999-2000 la producción del sector audiovisual gallego se incrementó notablemente. Loa 107 productos
producidos supusieron 45 millones de euros, con una inversión preferente en series de TV (68 por ciento del total). Las
ayudas en 1994 fueron de 140 millones de ptas. (Ledo M. y otros 1998: 96) y, en cambio, en 1999 y el 2000, fueron de 422
millones de ptas. (2,5 millones de euros). En la Guía Audiovisual gallego. Empresas y recursos 2001, se indica la existencia
de 233 empresas con 1.600 empleos, con una facturación en el 2000 de 10.000 millones, más del doble que 5 años antes.
50
Se trata de una herramienta intermedia entre la especialización sectorial (audiovisual..) y las más
globales. El precedente más importante es la SODEC (Societé de Développement des Entreprises
Culturelles) del Quebec, nacida en 1994 y que tiene como objeto promover y apoyar la implantación y
desarrollo de las industrias culturales, incluidos los medias, así como contribuir a la calidad de los
productos y servicios y su competitividad97.
Catalunya ha adoptado también este modelo, si bien bajo la modalidad de entidad de derecho público
aunque de composición mixta y con labores muy amplias de apoyo, fomento y promoción98, cuyo
futuro depende menos de la ley de 29 de diciembre del 2000 y decreto de 3 de abril del 2001, que de la
voluntad de la Generalitat por transferirle capacidad decisoria y medios propios. Además tendría que
elaborar un Libro Blanco sobre las Industrias Culturales. Conformado mediante la absorción de
servicios preexistentes y poco dotado con recursos propios -1.876 millones de ptas. para gestión (11,3
millones de euros)- dispuso, en cambio, de líneas de crédito por otros 8.325 millones (50 millones de
euros) para el 2001, y una intervención sobre un total de 20.000 millones de ptas. (120 millones de
euros) para 2002, incluido ahí el audiovisual. En todo caso, el instrumento legal tiene un contenido
muy abierto que permitiría convertirlo en un organismo motor y de coordinación de todo el sistema
cultural catalán.
La filosofía del ICIC se resumiría en "agilidad administrativa, financiación de nuevos proyectos y
ayuda a los que ya existen, promoción interior y exterior; alicientes para la competitividad,
panorámica internacional, renovación y mejora del mercado y de sus productos"99.
10.6.5. Parques de industrias y servicios culturales
Los parques industriales y de servicios culturales suponen nuevas experiencias de intervención pública
en el sector cultural, una nueva herramienta de política cultural, territorial e industrial por aplicación
de la teoría y práctica de los parques tecnológicos al ámbito cultural100.
Aunque en la teoría y en algunos casos de Europa, estarían centrados en la promoción de la
producción y el desarrollo de las actividades culturales y comunicativas industrializadas, lo cierto es
que la deriva preferente se mueve entre dos extremos: su conformación como meros parques
97 La SODEC acuerda las ayudas financieras en forma de préstamos, de garantías de reembolso total o parcial, de
inversiones, de subvenciones o ayudas reembolsables, pudiendo incluso excepcionalmente tomar acciones del capital de
determinadas empresas. Ostenta un tercio de un Fondo de Capital riesgo (FICC) y participa en una sociedad (FIDEC) que
ayuda a la financiación de productos para el mercado internacional (anticipos, adquisición de derechos, inversión en
proyectos). Las ayudas se aprueban en el cuadro del plan anual de actividades de la SODEC aprobado por el Ministerio y de
los programas de ayuda financiera de la propia SODEC. Esta tendrá en cuenta, las orientaciones y objetivos que la Ministra le
dé. De hecho, es uno de 13 organismos y sociedades de Estado, tutelados por el Ministerio de Cultura y de las
Comunicaciones. A su vez la SODEC cuenta con un Consejo de Administración, que aunque elegido por el Gobierno, es
representativo de instancias culturales y con capacidad de decisión presupuestaria. Ese Consejo cuenta con siete comisiones
nacionales consultivas (temáticas) y otras tantas direcciones generales de apoyo.
98 Las funciones de sus tres órganos, Consejo General, Consejo de Administración y Dirección serían (art. 3): establecer y
gestionar programas de apoyo técnico a los sectores; fomento y ayuda a la implantación de empresas culturales; apoyo a la
promoción empresarial de productos; facilitar la relación de empresas y administraciones e impulsar la colaboración con los
creadores; hacer estudios, difundir información sobre ayudas; fomentar la formación; cumplir la normativa sobre
normalización lingüística; promover la innovación creativa; promover cualquier actividad dirigida al desarrollo de las
industrias culturales. El art. 4 señala que el Instituto "puede": establecer convenios con entidades públicas o privadas;
constituir -con autorización- sociedades mercantiles para los fines del Instituto; participar en operaciones de capital riesgo;
conceder subvenciones y facilitar el acceso a líneas de crédito blando; establecer líneas de colaboración con todas las
administraciones.
99 Presentación del consejero Vilajoana el 21-12-2000.
100 Los proyectos europeos de los primeros 90 en Europa apuntaban a la constitución de áreas o centros de producción,
exhibición y consumo cultural, comunicativo y/o tecnológico, articulados de distintas formas (P. Azpillaga, J.C. de Miguel y
R. Zallo, 1995).
51
especializados en consumo cultural ya sea de atracciones (Port Aventura, Terra Mítica..) o temáticos, o
como mera aglomeración de servicios culturales (cines y diversiones) que, junto a centros comerciales,
se abren en muchas poblaciones cerca de núcleos urbanos importantes101.
Los parques más propiamente culturales significan una cierta imbricación entre la política cultural y
una política industrial y tecnológica, atenta sea a los problemas de la construcción de la identidad
nacional o regional y/o al impulso creativo de la producción y uso social de la cultura.
De todas formas la forma predominante de implantación en España está siendo cuádruple:
1
Un modelo más puro como el vigente de Ciudad de la Imagen de Madrid, o el aún más
especializado previsto en la Ciudad de la Luz102 de Alacant, o el del Distrito 22@ en Poble Nou
de Barcelona, como un distrito especializado en nuevas tecnologías y en el que están
comprometidas inversiones públicas y privadas por 240 millones de euros.
2
Un modelo más globalmente cultural como es el previsto en la Ciudad de la Cultura de Galicia
que, desde una arquitectura vanguardista y una inversión de 108 millones de euros, concentraría en
Santiago de Compostela, la Biblioteca y la Hemeroteca de Galicia, el museo de la Historia de
Galicia, un área de nuevas tecnologías, un Teatro de la Opera y un centro Multiusos.
C) Un modelo mixto, en el que junto a servicios (centro comercial, oficinas, hotel) se añaden
estructuras de exhibición y otras, como el previsto en Valladolid (proyección 3-D, Museo del cine,
sede de RTVE y otros).
A. Un modelo más convencional y modesto es la presencia de empresas audiovisuales o multimedias
en los parques tecnológicos al uso (Zamudio en Bizkaia, Miramón en Gipuzkoa…) o la presencia
de centros de producción y platós para grabación y rodajes (Media Park, o Estudios Gala en
Barcelona; Colormatic Cine y Estudios Concorde en Valencia; K 2000 y el futuro centro de
servicios para la producción audiovisual Zinealdea en Pasaia (Gipuzkoa) –proyecto del centro
público de producción y formación en artes escénicas de Urnieta, Sarobe- en el País Vasco,.
El parque pionero en España en los 90, La Ciudad de la Imagen de Madrid, se planteó como espacio
para la implantación de actividades de producción y postproducción audiovisuales, complementada
con áreas de servicios de oficinas, hotel y comercial, así como servicios institucionales, centro de
formación, salas de cine y área de rodaje de exteriores103. El objetivo de la Ciudad de la Imagen era
netamente industrial: la creación de un centro integrado de producción audiovisual en el que
101 Cada año nacen unos 20 centros de este tipo, promovidos por empresas como Riofisa, Chelverton, Assetalia, Eroski,
Leclerc…Se estima que de los 240 proyectos conocidos en el 2001 solo la cuarta parte se ejecutarán.
102 La Ciudad del Cine en el interior de la Ciudad de la Luz en Aguamarga (Alacant) y cuyo Consejo de Administración
preside Luis García Berlanga, es un proyecto en construcción que contará con un millón de metros cuadrados y cuatro
espacios: de producción (9 platós equipados para rodajes, además de postproducción y salas de visionado), un Centro de
Formación de Oficios Cinematográficos, un parque temático dedicado al cine y un museo de films, además de los consabidos
servicios.
103 En la época, La Ciudad de la Imagen era parte de una Política Regional del Audiovisual que incluía, además, un
programa de promoción de la industria audiovisual, la mejora de la imagen en el exterior ("Guía de recursos audiovisuales de
la Comunidad de Madrid", "Film Commission" Muestra Infográfica), una oferta educativa técnico-profesional, el impulso de
la difusión cultural mediante el apoyo a acontecimientos y festivales y Telemadrid. Ver Informe Arpegio 1991, Cohen
S.S.1990.
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convivieran el conjunto de fases del proceso productivo y reproductivo audiovisual, rompiendo así la
dinámica de localización dispersa del sector104.
Hoy aparecen sobre todo nuevos “parques de ocio” en forma de proliferación de centros comerciales
y de ocio, desvinculados de la producción o la formación, y orientados al consumo. Ahí aparecen tres
modalidades. 1) Parques temáticos vinculados a empresas USA, como Universal Port Aventura (con
un facturación de 100 millones de euros y pérdidas de 2 millones de euros en el 2000), Terra Mítica
(Paramount) y el proyecto Warner Bross Park Madrid, promovido por Arpegio en San Martín de la
Vega. 2) Centros comerciales y de ocio que incluyen complejos cinematográficos (47 por ciento del
total). 3) Centros de solo ocio (21 por ciento del total, según el informe Jones Lang La Salle)105.
10.6.6. Nuevas modalidades y misiones de las televisiones
Las virtualidades de una televisión regional, según un estudio europeo106, son muy variadas.
En el plano sociopolítico, permite presentar los acontecimientos de todo tipo desde claves propias de
interpretación, visibilizando las relaciones sociales y facilitando la construcción de herramientas
adecuadas para la participación política y la cohesión e integración social. En el plano cultural, permite
reforzar la propia identidad cultural, a lo que habría que añadir el apoyo a las industrias culturales del
entorno, configurando el ámbito cultural como un sector integrado, sinérgico, con potencialidad
propia. En el plano económico, una televisión propia ha de tener viabilidad en varios sentidos: sus
costes -siempre altos- deben ser realmente compensados por sus beneficios sociales y políticos. Ello
quiere decir que debe ser asumida como tal por el conjunto de una comunidad y debe ser capaz de
generar una dinamización económica regional. En el plano tecnológico, un espacio audiovisual propio
facilita la participación regional en el gran reto de la gestión de las telecomunicaciones –definición de
las redes, programas y contenidos- más adecuadas a las necesidades regionales. En otro caso, otros -las
grandes corporaciones- las definirán desde sus propias estrategias de expansión.
A todo ello habría que añadir dos cuestiones: su papel tractor sobre el audiovisual regional siguiendo
la estela de las grandes cadenas sobre la industria audiovisual en general107 ; y el cambio que se
producirá cuando las CCAA puedan concretar su acción sobre las televisiones locales -pendientes de
reglamento- incorporándolas a las directrices generales regionales sobre su propio sistema audiovisual
(público y privado). En este último aspecto quizás ya lleguen tarde por la ocupación que los grandes
grupos están haciendo del ámbito local.
En cualquier caso, hay nuevas misiones y funciones de las televisiones públicas 108; nuevas formas
de gestión109 y de conexión (acuerdo Extremadura–Andalucía de desconexión). También se dan
104 Este tipo de centros regionales con vocación centralizadora existen en otros países: Pinewood (Reino Unido), Billancort,
Quatre Vingt Onze o la Victorine (Francia), Cinecittá (Italia), Babelsberg (Alemania). En USA el fenómeno es al revés, un
proceso de descentralización desde la tradicional Los Angeles, eso sí en forma de proyectos regionales integrados. Es el caso
de Nueva York (Kaufman-Astoria, Silvercup), Estado de Florida (en Orlando y Miami, la Universal y Metro/Disney). Ver
Cohen S.S. 1992.
105 Cine por la red 4-4-01.
106 M. Moragas, C. Garitaonaindía y otros, 1994.
107 Por ejemplo, TVE tiene previsto invertir en el audiovisual unos 7000 millones de ptas. (42 millones de euros) cada año
entre 2001 a 2004.
108 Se trataría tanto de redefinir el servicio público como de ubicar los privados. Informe CAC (2001), y Moragas M y
Prado E., (2000). Por ejemplo, el Plan Estratégico de EITB aprobado en el año 2000, aunque plantea actualizaciones en el
terreno de los principios (servicio público, proximidad, calidad) que completarían las contenidas en la Ley de Creación del
Ente EITB de 1983 (promoción del euskera, pluralidad, participación, integración social, generalismo, producción propia y
vertebración comunitaria) se centra en los rasgos económicos empresariales: la consideración de Grupo -un concepto
empresarial y multiproducto-; la redefinición del concepto de servicio público en consonancia con el protocolo de
53
nuevas ofertas (la emisión para satélites internacionales, o de programas para las redes de cable o de
satélite digital, o la apuesta por abrir portales en Internet) y se utilizan como plataforma para irrumpir
en el campo de las telecomunicaciones110.
10.7. Por una política cultural vasca progresista y eficaz
Para los ideólogos liberales es el poder de mercado el que tiene la función de guiar los destinos
sociales. Quienes no pensamos igual tenemos poderosas razones para sostener lo contrario,
entendiendo que es la colectividad quien, desde el principio de libertad, debe enmarcar los destinos
sociales.
Los análisis por fuerza se suelen hacer desde algún referente. Los utilizados aquí se remiten a varias
vertientes: la democracia cultural; la concepción de la cultura como derecho cívico y social básico; la
dignificación de los servicios públicos; el impulso a la creatividad de los actores sociales; el estímulo
de la integración cultural o multicultural y de una vida cultural intensas; la descentralización de las
comunicaciones; la promoción de las culturas minoritarias; la fluidez comunicativa entre culturas; la
limitación a los procesos de concentración de capital; la autonomía de los creadores y comunicadores;
la autoorganización de los usuarios de la comunicación; la expresión regular de los disensos y de la
diversidad cultural social; la diferenciación entre servicio público y brazo informativo del Estado; la
consideración del sector cultural como un sector estratégico; la transferencia y experimentación con
tecnologías dúctiles; la educación social en el uso funcional de las nuevas tecnologías....
Estos objetivos loablemente sociales no pueden asegurarlos los mercados. En todo caso enmarcándolo
pueden contribuir a ellos.
Desde ese enfoque se requieren acciones y políticas culturales activas que puedan ir en múltiples
direcciones: definir prioridades para orientar a los agentes; corregir las tendencias no deseables del
mercado; facilitar el acceso a medios y servicios; la mejora de equipamientos históricos; asegurar las
producciones y valores culturales de mérito que siendo de interés el mercado no valora; educar y
ayudar a nuevos consumos culturales que no entran en el circuito de los consumos del “mínimo
cultural” (televisión, radio y revistas); promover la creación, la producción, la formación, y los
consumos propios; la dotación suficiente para unos medios públicos bien administrados; el impulso a
las pequeñas y medianas empresas creadoras y productoras; arbitrar en los conflictos de intereses;
Amsterdam; la autodefinición como “de proximidad”, por razones culturales y políticas; el propósito de ser el primer
referente y con agenda propia de la información de y sobre el País Vasco; el papel de catalizador y motor de la industria
audiovisual y la producción propia; la optimización de la difusión de la programación en claves de multioferta; una estrategia
internacional especializada y de coproducción; la presencia en los nuevos soportes y contenidos; la autoevaluación; la
polifuncionalidad profesional adaptada a cada medio del Grupo para lo que se habilitarían planes de formación (Plan
Estratégico de EITB 2000).
109 El Ente Público de RTV Canaria dio paso a una televisión con un "contrato de suministro con un operador privado" que
no funcionó bien, ni en calidad ni audiencia (7 por ciento en el 2000) y que se pretende enderezar sin cuestionar la fórmula
pero sí su orientación y coste. Para lograrlo se han redefinido los papeles de cada cual. En el futuro, "la parte pública es el
cliente, proyecta y encarga", y desde ese enfoque, "define los porcentajes de programación que deben dedicarse a
informativos, entretenimiento, divulgación y servicio público; en función de las disponibilidades presupuestarias y del rating,
cuantifica el coste de parrilla por franjas horarias. Así se establece una relación más adecuada entre coste y rentabilidad, y así
sabe la productora lo que puede gastar por franjas; coordina una estructura cruzada de responsabilidades mutuas que evite
duplicidades". En cambio, la parte privada sería el proveedor; adquiere, ejecuta y produce, teniendo las misiones de
"producción de contenidos, producción de ideas y formatos, adquisición de derechos y tenedor de bodega" (Presentación del
nuevo director).
110 Unas veces en calidad de agente de promoción de una variedad de servicios de telecomunicaciones adaptadas. Es el caso
de Sandetel de Andalucía. Otras veces en calidad de socio menor (EITB en la operadora de telecomunicaciones Euskaltel).
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asignar reglas de juego; acciones financieras compensatorias para corregir desigualdades en el acceso;
la promoción del turismo cultural; la mejora de la imagen de un territorio…111
El horizonte en que ha de moverse una política cultural es primero de modestia (sabiendo que los retos
de la digitalización hacen pequeños los marcos nacionales y hay límites para su eficacia) y, después,
de inteligencia, de aprovechamiento local aplicado y adaptativo de las nuevas tecnologías a la solución
de los problemas previamente detectados, y no una mera asimilación de toda clase de ofertas.
En el universo digital siguen siendo indispensables la regulación y la reglamentación. Apoyar y
regular en los niveles adecuados ayudará a que las oportunidades superen a los riesgos; proteger la
autoría, dictar reglas deontológicas (protección de consumidores, de menores, de valores…) y evitar
los abusos de posición dominante, facilitarán que no todo se deje al dictamen de mercados
controlados..
El horizonte en que ha de moverse una política cultural territorial es primero de modestia (sabiendo
que los retos de la digitalización hacen pequeños los marcos nacionales y hay límites para su eficacia)
y, después, de inteligencia, de aprovechamiento local aplicado y adaptativo de las nuevas tecnologías a
la solución de los problemas previamente detectados, y no una mera asimilación de toda clase de
ofertas.
En el universo digital siguen siendo indispensables la regulación y la reglamentación. Apoyar y
regular en los niveles adecuados ayudará a que las oportunidades superen a los riesgos; proteger la
autoría, dictar reglas deontológicas (protección de consumidores, de menores, de valores…) y evitar
los abusos de posición dominante, facilitarán que no todo se deje al dictamen de los mercados.
Para ello se deben diversificar los mecanismos de financiación al uso con nuevas fórmulas como, por
ejemplo, la aplicación de tasas o canon parafiscales sobre los nuevos modos de difusión digital, de tal
modo que los nuevos soportes contribuyan a la financiación de la producción; reformas legislativas
que orienten a los capitales operativos a la inversión en producción propia - un canon en taquilla sobre
toda la recaudación para dotar un fondo de inversión en el cine propio-; recurrir preferentemente a vías
de fomento a la producción mediante capital semilla y ayudas a la inversión, así como a los sistemas
de desgravación; poner un nuevo acento en las ayudas a la distribución y difusión; financiación
suficiente de los servicios públicos de televisión; fondos de capital riesgo para empresas de
contenidos; acento de la financiación más para las empresas que para los productos; sostenerlo
públicamente como sector estratégico sujeto a ayudas preferentes de tipo sectorial y horizontal,
organizando un cluster para un seguimiento participativo.
En suma, con las viejas y nuevas herramientas, las culturas regionales han de ser conscientes que su
futuro depende de su capacidad para representar y recrear con medios tecnológicos, industriales y
creativos su propio espacio. Y eso significa, ante todo, objetivos, inversión, formación, medios,
calidad, competitividad y producción propia, desde una política cultural definida con unas metas sobre
todo culturales precisas.
10.7. Retos e ideas estratégicas en el caso vasco
En el caso vasco el futuro está lleno de incertidumbres. En lo cultural lograremos crear un espacio
propio con suficiente inercia como para que se autodesarrolle?. Además de receptores ¿seremos
productores de cultura?. En lo económico ¿lograremos ser una euro-región o, sólo otra zona
111 Por su parte López de Aguileta (ob.cit. pg 53 y ss) sugiere algunas actitudes que las propias Administraciones deberían
exhibir: considerarse un agente entre otros; concebir su acción como subsidiaria pero relevante en las políticas públicas;
realizar una acción global; tener la libertad cultural como horizonte; fomentar la identidad y el mestizaje; el equilibrio entre
sectores culturales; la realización de una política cultural para todos, atractiva y mediante un trabajo de base.
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transformadora invertebrada más?. En lo político, y en la tensión entre lo deseable y lo posible ¿vamos
a un modelo federal asimétrico, confederal o a la independencia?. Lo que es seguro es que no nos
anclaremos en la autonomía. En cualquier caso deberemos aprender a movernos entre incertidumbres.
Ordenación integrada del territorio
La cultura ha estado ausente de la política de Ordenación Territorial como si la comunicación
intrarregional solo fuera posible físicamente, mediante carreteras y ferrocarriles. Y, sin embargo, una
pregunta básica es cómo favorecer la comunicación entre focos y ámbitos culturales más allá de esos
espacios estancos que son los "territorios históricos" (las provincias vascas), en suma, cómo integrar
de verdad el país112.
Sería conveniente apostar por un concepto de red cultural interterritorial en la formación artística,
cultural y comunicativa, por centros de creación especializados, por la producción horizontalizada de
PYMEs y por la investigación cultural, y todo ello comunicado con el conjunto de Casas de Cultura
municipales también vinculadas en red.
Los retos exigen abandonar la absurda competencia entre las ciudades por la capitalidad cultural -lo
que constituye un auténtico despilfarro- e iniciar una estrategia común en torno a iniciativas de
cofinanciación, de enganche con programas de la UE, de promoción de la creatividad. En este sentido
una red de parques de industrias y servicios culturales113 hubiera constituído un punto de partida,
coherente con un concepto globalizador e integrado.
Implicación social participativa
Especialmente en esta época de cambios es necesario un revulsivo que ponga encima de la mesa todos
los problemas con una convocatoria de unos Estados Generales de la Cultura Vasca que reúnan las
distintas disciplinas de la cultura, agentes, generaciones,... Se trataría de lograr una puesta en común,
un diagnóstico, unas ideas centrales de futuro para una estrategia cultural y el suficiente consenso
como para un redespegue cooperativo.
Política y mercado
Sería suicida para una cultura minoritaria -sin economías de escala, de tamaño, con un mercado
limitado y en un contexto de encarecimiento contínuo de la producción cultural- dejarlo todo a la
espontaneidad del mercado, aunque hayan de seguirse muchas de sus indicaciones.
112 Sería deseable que el vitalismo urbano del Bilbao metropolitano fuera capaz de compensar mediante un mayor contacto
con las comarcas vizcaínas los evidentes riesgos de uniformización transnacional inherentes a las metrópolis
hipercomunicadas; que el mayor equilibrio entre cultura moderna y cultura de raíz étnica de todas las comarcas guipuzcoanas
se irradie de forma activadora, incluyendo a su propia capital Donostia-San Sebastián; que la innovadora idea de lo cultural y
lo urbano de la capital alavesa, Vitoria-Gasteiz, se imite y comparta con redes suficientes como para desactivar la lógica del
distanciamiento cultural que algunas fuerzas alavesas propugnan sobre el resto de los territorios vascos; y que la polivalente y
desvertebrada -culturalmente- Navarra tienda puentes internos y hacia la CAPV sin el recurso victimista a la "invasión
vasca".
113 En algunos países, los parques de servicios e industrias culturales son un caso interesante de hibridación de la iniciativa
pública y privada. Es preferentemente el Estado (central, regional o local) quien cubre el capítulo de formación, una parte de
la infraestructura del polo de servicios, la mayor parte de laboratorios de investigación o experimentación, mientras que la
gestión del polo en su conjunto, de su identidad e imagen y sus servicios de apoyo (semilleros, relaciones externas) tiende a
ser mixta -Estado, empresas, entidades financieras-, y la propiedad y gestión de las empresas y de las transferencias
tecnológicas privadas. Para un análisis de los parques culturales ver P.Azpillaga, J.C. de Miguel y R Zallo "Los parques
culturales en Europa" Telos nº 41. Fundesco. Madrid, marzo -mayo 1995.
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Ello nos obliga a indagar en economías de especialización y experiencia y para mercados más grandes
que el nuestro; en economías de aglomeración, de concentración física o reticular de empresas e
iniciativas culturales; en economías de transversalización, de cruce de tecnologías y aplicaciones.
Cooperación pública y privada
Es decisivo el papel de la Administración en el ámbito cultural tanto en lo relativo a inversión y
planificación directas como en el apoyo y promoción de actividades creativas privadas. Ese papel
público no ha sido pequeño en la CAPV pero debiera reorientarse hacia la creación, producción y
difusión cultural, ejerciendo un papel de líder.
Abrirse a la iniciativa de la sociedad civil requiere un modelo de intermediación entre Administración
y sociedad, de tipo anglosajón, un Consejo Independiente de la Cultura Vasca, integrador, global sobre el conjunto de tramas de la cultura-, representativo, autónomo, decisorio y fiscalizable, sin
perjuicio de articularse con otros Consejos especializados114.
En ese plano y en el de la democracia participativa la televisión pública vasca tiene un papel central a
jugar de modo coordinado con todos los sectores de la cultura.
Las industrias culturales públicas y privadas vascas son parte de un patrimonio social. Una política de
servicio social y público que alcance a ambas, puede y debe huir tanto del dirigismo como de la mera
transferencia de fondos públicos para negocios privados. Asimismo, el apoyo decidido a las iniciativas
industriales privadas o mixtas debiera conllevar obligaciones rigurosas de los beneficiarios, acordes
con los vectores de desarrollo estratégicamente definidos, así como su evaluación regular. Las ayudas
a los creadores e instituciones sociales de creación y difusión cultural deben discriminarse en favor de
lo que la experiencia indique en calidades y eficiencias.
Apuesta audiovisual-informática, plástica y gestión de redes
No hay conciencia todavía del propio potencial económico de la cultura. Existe la oportunidad de
construir la cultura vasca, al mismo tiempo, que se diversifica la economía con producciones con
futuro. No hay más opción que producir hacia más allá de las imaginarias fronteras vascas, con niveles
de calidad aceptables, especializarse en cultura, desde la propia identidad. La industria cultural
deviene en sector estratégico desde el lado cultural y económico. No es posible generar cultura sólo
desde fondos públicos. Estos deben promover una estructura económica cultural lo más autosostenible
posible.
Pero un pequeño país difícilmente puede hacer una apuesta generalizada por el desarrollo del conjunto
de las industrias culturales y de todos sus segmentos. Aun abordando todas las industrias y artes y
cultivando una formación integral en todas las especialidades posibles, parecen necesarias algunas
prioridades. Por ejemplo la consideración de cluster para el ámbito audiovisual-informático, como un
"nuevo sector industrial" o un "sector estratégico emergente", particularmente cuando el
audiovisual115 entra de pleno dentro del concepto de tecnología de la información aplicada y de alto
114Por ejemplo, la definición de la programación de los entes de Radio y TV no tendría que ser objeto de decisión de un
director general o de un Consejo de Administración político sino de expertos y asociaciones ciudadanas -con la fiscalización
de la Administración- que definirían, en debate social, modelos de programación equilibrados entre lo lúdico y lo informativo
y cultural, entre lo propio y lo foráneo y sujetos al debate parlamentario anual. También sería necesaria una Alta Autoridad
vasca para el conjunto del Audiovisual, haciendo cumplir las misiones de servicio público y de dinamización e integración
del subsector en una política cultural, industrial y de comunicaciones global.
115 Sin perjuicio de hacer incursiones en el cine sobre productos bien meditados -y que tan buenos resultados creativos están
teniendo con los nuevos realizadores en los últimos años- una opción coherente de cara a un desarrollo industrial estable,
incluso para el propio cine, es la apuesta por el desarrollo de infraestructuras y capacidades técnicas videográficas y
57
valor añadido (creación, diseño de nuevos usos y aplicaciones de los programas..). Ello significa que
la cultura industrializada debe ser objeto de coordinación entre los distintos Departamentos implicados
(Cultura, Industria, Ordenación Territorial, Investigación y Hacienda) del Gobierno Vasco.
Asimismo y ya que se ha hecho una inversión dispendiosa en el Guggenheim Bilbao convendría
aprovechar ese escaparate para promover la valiosa nueva generación de nuestros artistas plásticos.
También se requiere avanzar en el diseño de implantación de las tecnologías, viejas y nuevas, tanto de
producción como de transmisión y difusión (cable, redes,..) y, particularmente, sobre su lugar social en
el mapa de las comunicaciones sociales. De lo contrario, ocurrirá que las necesidades de
rentabilización de los grandes grupos transnacionales y sus apéndices locales impongan sus modelos, y
la cultura propia no encuentre ámbito de aplicación.
Democratizar la política cultural
Sin perjuicio de entender que estratégicamente hay que generar una estructura de industrias y
equipamientos culturales lo más autosostenible posible, los retos culturales de una pequeña comunidad
en construcción como la vasca sólo pueden abordarse desde una imprescindible y orientativa política
cultural.
En los primeros años el gasto del Gobierno Vasco se dirigió a promover la difusión cultural, el apoyo
a las iniciativas sociales, la promoción industrial cultural (edición y cine), la euskaldunizacion y la
puesta en marcha de un sistema público de comunicación, EITB. Fue un acierto. Por su parte, las
Diputaciones además de hacerse cargo del patrimonio cultural heredado -y las plantillas- hicieron un
notable esfuerzo en promover circuitos de difusión cultural y se emprendió un proceso de apoyo a la
creación de Kultur Etxeak (Casas de Cultura) en municipios medianos y grandes o de equipamientos
ligeros en todos los más pequeños. Sin embargo, con los importantes costes funcionales de las Casas
de Cultura, se fueron reduciendo las ayudas de los Ayuntamientos a la cultura viva de los grupos
locales y a la difusión cultural mientras se hacían rutinarias muchas de sus programaciones.
En 1992 se dio un punto de inflexión en la política cultural del Gobierno Vasco y de las Diputaciones,
especialmente la de Bizkaia. Además de confirmarse la tendencia de la Administración a convertirse
en el agente decisorio y destinatario inmediato del gasto, la apuesta por las grandes obras e imagen de
ciudad, significó el sacrificio de los gastos antes destinados a difusión cultural, creadores o
mantenimiento del Patrimonio Histórico. Esa política agotadora de infraestructuras centrales y de
exhibición, y de gastos fijos en unos pocos programas (EITB, HABE, Orquesta, Euskal Media y
museos) alcanzó el 90% de los presupuestos culturales del Gobierno vasco, dejando poco margen para
una política cultural orientadora. En el caso de la Diputación vizcaína la caída de la difusión cultural su antes labor principal- fue espectacular mientras que en Patrimonio y Equipamientos -por el peso
especial del Guggenheim116 y el nuevo Palacio Euskalduna- han llegado al 75% del gasto cultural, lo
multimedia y, dentro de ambas, la opción por la especialización empresarial en producciones y servicios, en contenidos. Este
tipo de decisiones podrían generar sinergias importantes con la televisión, actividades sociales diversas (enseñanza, sanidad,
comunicaciones horizontales) así como con la industria en general, instituciones y publicidad, tanto vascas como foráneas.
Además, forman cantera para otras líneas: series de TV, animación, films, imágenes de síntesis, post-producción.
116 El Guggenheim es un edificio, un continente más que un museo, un contenido y un proyecto cultural. La genialidad de la
escultura arquitectónica de Gehry -y no el absurdo diseño cultural en el que se inscribía el museo/franquicia transnacional- es
el único factor que explica el éxito social, publicitario y económico del Guggenheim, un proyecto que hubiera sido una
catástrofe con un edificio un poco menos espectacular diseñado por alguno de los otros arquitectos concursantes. El proyecto
respondía a una política neoliberal de nuevo cuño que tomando como excusa a la cultura respondía a la única fe en el
marketing caro e infraestructural de ciudades para el puro desarrollo de la economía. Ese marketing lo suministrarían las
arcas públicas mientras que el espacio de negocio tanto urbanístico como de actividad inducida se apropiarían de forma
privada. Además se avalaba una concepción metropolitanista del territorio en perjuicio de la opción por los equilibrios
integradores territoriales. Jean Clair decía que "el aumento exponencial del número de museos parece no tanto un signo de
58
que significa una hiperespecialización institucional y el abandono de otros aspectos centrales de la
política cultural. Lo mismo está ocurriendo en Gipuzkoa.
El dirigismo cultural, la política de Grandes Obras a la francesa orientadas al campo de la exposición,
exhibición o servicios -y no a la producción o creación cultural- y que han condicionado los
presupuestos durante esta década, y la competencia interinstitucional han sido los pecados capitales de
la política cultural vasca.
A pesar de que la Consejería de Cultura del Gobierno Vasco puesta en marcha en 1995 inició otra
política (reordenación de la financiación infraestructural, acuerdo financiero con AEK, nuevo plan de
normalización lingüística, compromisos con Egunkaria, algún avance en audiovisual y teatro..)
reduciendo el arbitrismo anterior y compartiendo con los agentes sociales algunas decisiones, no ha
tocado los aspectos estratégicos de la política cultural del decenio anterior (EITB autonomizada
aunque algo más democratizada, continúan los grandes equipamientos de exhibición eso sí con cargo a
un presupuesto especial de infraestructuras que no es del Departamento de Cultura, la estructura
industrial cultural continúa al albur del mercado….).
Acción integral
El nivel de Gasto Público Cultural conjunto de Gobierno Vasco, Diputaciones y Ayuntamientos por
habitante en la CAPV posiblemente sea el mayor de todas las Comunidades Autónomas 117. Pero los
problemas están menos en el volumen como en los programas y capítulos y, sobre todo, en las
directrices y capacidad de liderazgo.
Una intervención pública requiere operar sobre todos los eslabones de la cadena cultural, sean públicos
o privados. Es necesario un equilibrio dinámico en el apoyo a cada una de las fases: creación,
producción, distribución y difusión, aunque con preferencia por los dos primeros. Ello significa un
estable apoyo público presupuestario a la cultura, entendiendo que la producción cultural es, además,
un vector de desarrollo.
Desarrollar la capacidad de producción cultural propia significa, por una parte, realizar productos
capaces de desbordar las propias fronteras y, por otra parte, explotar artísticamente las propias
identidades en lo que tienen de universal y de específico. Es más, la homologación en el exterior de la
producción propia es la condición misma para que ésta satisfaga los gustos de un país educado en
patrones internacionales de calidad.
En cualquier caso un Programa Estratégico para la Cultura Vasca, elaborado desde un estudio
exhaustivo previo de las estructuras, problemas y retos de la cultura vasca, y debatido socialmente, es
una necesidad actual insoslayable.
BILBLIOGRAFIA
realización como de decadencia espiritual, de la misma manera que la multiplicación de los templos romanos no marcó el
apogeo sino el fin de una gran civilización".
117 En la CAPV en 1992 era de 20.000 ptas. por habitante. Hoy rondará las 25.000 ptas. por habitante, doblando al de
Navarra-. El gasto del Gobierno Vasco tiene gran peso (37% del total de la CAPV). El resto corresponde a Ayuntamientos
(38%) y Diputaciones (24%).
59
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