pequeños espacios intercelulares, los elipsoides tienen una forma

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Rodríguez Risueño.—ESTUDIO DE LOS ALOES.
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pequeños espacios intercelulares, los elipsoides tienen u n a
forma bastante regular; pero si las celdas son algún tanto
cuadradas ó rectangulares (A. soccotrina), y por consiguiente
no dejan pequeños espacios intercelulares, las células clorofílicas no son de superficie completamente redondeada, sino
más bien prismática.
El cambio en la forma de las celdas es propiedad del mayor
número de especies, aunque en algunas se marca poco y no
existe en él A. frutescens, por ejemplo, cambio que cesa en la
proximidad de los haces fíbroso-vasculares cuando el parénquima clorofílico los envuelve, adquiriendo entonces u n a
forma distinta y un contenido más variado, como indicaremos á su tiempo.
En el A. sulcala (fig. 19) se observa con claridad el cambio
brusco en la figura del parénquima; á las células subepidérmicas elipsóideas y regulares en la colocación siguen las interiores, ofreciendo las formas más raras y sinuosas; así es que
los espacios intercelulares, grandes y numerosos á la vez,
están ocupados por muchas burbujas de aire que, cuando se
las mira en el microscopio, aparecen formando á la célula un
borde oscuro; esas burbujas son visibles á simple vista y tan
penetradas en el tejido, que aun después de permanecer u n a
sección muchos días en glicerina, no se la ve desprovista de
tal elemento.
Las células clorofílicas experimentan un cambio de forma
en la base de los tubérculos; en ese caso, saliendo las células
de la línea clorofílica subepidérmica, se alargan hacia fuera
y siguen la dirección del eje del tubérculo, si bien las básicas
pierden rápidamente la clorofila, y las superiores están privadas por completo de ese principio, con sus paredes más g r u e sas; por estas razones pueden considerarse como células de
refuerzo.
El tamaño no siempre es igual; llaman la atención por su
gran volumen las de A. soccotrina y A. latifolia; pequeñas y
de escaso contenido en el A. variegata; pequeñas y circulares
todas en los A. spiralis y tubercwlata; muy irregulares en el
A. distans, y la zona verde es muy estrecha en el A. plicatilis.
El núcleo es pocas veces perceptible en este tejido, á no ser
en aquellos casos (A. variegata) de granos clorofílicos peque-
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