1 Título: “Intoxicación por calamar. Controversia entre ciguatera o envenenamiento neurotóxico por mariscos. A propósito de un caso”. Autores: Dr. Reynaldo Bartolomé Hevia Pumariega. * Dra. Alida Olga Hernández Mullings. ** Dra. Luisa Marisela Hernández Alarcón. *** Dr. Raúl González Pérez. **** * Especialista de 1er Grado en Medicina Interna. Master en Toxicología Clínica. Centro Nacional de Toxicología (CENATOX). Ciudad Habana, Cuba. ** Especialista de 1er Grado en Pediatría. Hospital Pediátrico “Juan Manuel Marquez”. Ciudad Habana, Cuba. *** Especialista de 1er Grado en Medicina Interna. Master en Toxicología Clínica. Centro Comunitario de Salud Mental. Municipio Playa. Ciudad Habana. Cuba. **** Especialista de 1er Grado en Medicina General Integral. Centro Nacional de Toxicología (CENATOX). Ciudad Habana, Cuba. Dirección de la Institución: Centro Nacional de Toxicología (CENATOX). 114 y 31 Ciudad Habana. Cuba. Teléfono 260 – 32- 52. [email protected] 2 Resumen: Las intoxicaciones por ingestión de especies del mar son procesos patológicos causados por toxinas sintetizadas por plantas marinas (biotoxinas) y que llegan al hombre a través de la cadena alimentaria; entre las más frecuentes se encuentran: envenenamiento amnésico por mariscos, envenenamiento neurotóxico por mariscos, intoxicación paralítica por mariscos, envenenamiento diarreico por mariscos, biointoxicación por venepurinos, intoxicación por tetradotoxina y la más conocida de todas “la ciguatera”. Se presenta el caso de un paciente femenina de 29 años de edad que 30 minutos después de consumir grandes cantidades de calamar comienza a presentar polidipsia, parestesias en lengua y piel, náuseas y vómitos; posteriormente se añaden al cuadro clínico disestesias paradójicas, lagrimeo, escotomas visuales, caída del cabello e insomnio. La evolución se extendió por más de tres semanas. El diagnóstico se centró entre el envenenamiento neurotóxico por mariscos y la ciguatera, A pesar de no ser el calamar una de las especies característicamente relacionadas con estas enfermedades, se sugiere por el cuadro clínico, evolución prolongada y determinadas características de habitad y alimentación del calamar una posible transferencia al hombre de las toxinas productoras de ciguatera. Palabras claves: intoxicación, calamar, mariscos, ciguatera, pescado. 3 INTRODUCCIÓN: El conocimiento del hombre sobre intoxicaciones relacionadas con el consumo de pescado data de la antigüedad. En la actualidad constituyen uno de los mayores problemas de salud de los países de América Latina y el Caribe, teniendo además un enorme impacto económico derivado de perdidas millonarias por las grandes cantidades de alimentos que deben ser desechados cada año, así como limitaciones que provocan en la captura de peces y en la explotación del turismo (1). Estos son procesos patológicos relacionados con la ingestión de especies del mar que contienen en sus tejidos toxinas sintetizadas por plantas marinas (biotoxinas) y que llegan al hombre a través de la cadena alimentaria (2). Los mismos se diferencian de los producidos por: contaminación bacteriana o parasitaria, radioactividad o compuestos químicos y fenómenos de hipersensibilidad individual (2,3). Dentro de las intoxicaciones más frecuentes se encuentran: Envenenamiento amnésico por mariscos, Envenenamiento diarreico por mariscos, Intoxicación paralizante por mariscos, Envenenamiento neurotóxico por mariscos, Biointoxicación por venepurinos, Intoxicación por tetraodontes y la más conocida de todas “Ciguatera” (2,3). Cada una de ellas asociada con toxinas conocidas en su inmensa mayoría (2-4). Presentamos el caso de una paciente cubana en la que poco después de consumir calamar aparecieron síntomas y signos compatibles con una intoxicación. 4 Caso: Paciente A.P.L., femenina, raza blanca, 29 años de edad y antecedentes de hernia hiatal y sin exposición ambiental a sustancia tóxica alguna, ni ingestión de medicamentos o productos similares. Encontrándose en un restaurante de una provincia costera de Cuba ingirió una comida basada en carbohidratos y grandes cantidades de calamar; a los 30 minutos comenzó a presentar sed intensa (polidipsia) y sensación de pinchazos en piel y lengua, posteriormente refirió náuseas y vómitos en número de dos. A las 24 horas aquejó parestesias en miembros superiores, astenia definida como “flojera intermitente”, ardentía ocular, lagrimeo, escotomas visuales e insomnio; también notó que se le estaba cayendo el cabello, así como sensación de quemazón al aplicarse perfumes. Al sexto día de evolución ingirió bebidas alcohólicas con lo cual se intensificó el cuadro clínico descrito. Por todos los motivos anteriores, a la semana acudió a nuestro centro no encontrándose alteraciones al examen físico; se impuso tratamiento dietético y Amitriptilina 50 mg al día. Luego de 21 días de haberse producido la enfermedad mostraba ostensible mejoría, aunque en ocasiones presentaba episodios fugaces de parestesias en extremidades superiores y astenia. 5 Comentarios: Las intoxicaciones alimentarias por pescados se diferencian entre sí fundamentalmente por las toxinas que las producen, las cuales pueden ser aisladas en las especies asociadas con las enfermedades (2,3); desdichadamente no fue posible en este caso. Las manifestaciones clínicas de las mismas son muy similares, con algunas características distintivas entre ellas (3,4). El caso que nos ocupa recuerda fundamentalmente: la intoxicación paralítica por mariscos, el envenenamiento neurotóxico por mariscos y la ciguatera. La primera de ellas se distingue porque las alteraciones gastrointestinales son menos frecuentes, presencia de ataxia, disfonía y parálisis con intervención de los músculos respiratorios lo que le confiere severidad al cuadro pudiendo provocar la muerte tras una evolución media de 8 horas (2,3); lo cual no es compatible con la misma. El envenenamiento neurotóxico por mariscos es atribuido a brevetoxinas originadas del dinoflagelado Gymnodinium Breve, el hombre la adquiere al consumir moluscos bivalvos; los síntomas digestivos, las parestesias, disestesias paradójicas, mialgias, ataxia y vértigo son parecidos a los provocados por la Ciguatera (2,3). El cuadro clínico es más leve que en las intoxicaciones paralíticas, dura de horas a pocos días (2), algo diferente a lo ocurrido en la paciente, ya que la enfermedad se prolongó por varias semanas. La ciguatera es la más frecuente de las intoxicaciones por productos del mar, hasta el presente se ha vinculado con alrededor de 425 especies (5). En los últimos años se ha relacionado con peces que rara vez se 6 asocian a la enfermedad como: salmón, bacalao y pez conejo (1,6,7); lo cual demuestra que hay aspectos por esclarecer en esta intoxicación. Angibaud et al (8) informaron de un paciente con manifestaciones neurológicas múltiples poco después de consumir una variedad de marisco de Nueva Caledonia en el que se produjo la muerte, planteando la ciguatera como posible etiología; sin embargo, en nuestro centro a pesar de constituir esta enfermedad la primera causa de ingresos por intoxicación relacionada con el consumo de alimentos hechos como este no han sido observados. Todas las alteraciones presentes en la paciente están descritas en la intoxicación por ciguatoxina, algunas de ellas infrecuentes, pero muy características: caída del cabello, lagrimeo como expresión de la acción colinérgica de esta toxina y recaída con la ingestión de bebidas alcohólicas. Además es bien conocido que su evolución puede prolongarse por semanas, meses e incluso años a diferencia de las otras entidades mencionadas cuyo curso suele ser efímero. El calamar habita en la costa oriental y sur de Estados Unidos, Golfo de México, costa septentrional y oriental de Sur América y algunos como el Loligo Ruperi (calamar insular) son frecuentes en Cuba; en su alimentación incluyen especies juveniles de peces, almejas, poliquetos y hasta calamares jóvenes (9,10). Estas características podrían explicar la posible adquisición de las toxinas de la ciguatera por estas especies y su transferencia al hombre. De este interesante caso surge una interrogante. ¿Estamos en presencia de una intoxicación neurotóxica por mariscos o una ciguatera?. 7 Apoyados en el cuadro clínico, evolución y características del calamar nos inclinamos por la última. 8 Referencias Bibliográficas: 1. Cáceres Manso E, Hernández Alvarez AM. Ciguatera Resumed 1997; 1:41-8. 2. Camean A, Repetto M. Estado actual de la Toxicología alimentaria. En: Repetto M Toxicología de Avanzada. Ediciones Díaz de Santos, S.A. España:205-92. 3. Ellenhorns MJ, Barceloux DG. Marine foodborne illness. In Medical Toxicology: Diagnosis and treatment human poisoning. 2ª Ed. Ed. New York; Williams and Wilkins 1997:1062-7. 4. Swift AEB, Swift TR. Ciguatera. Clinical Toxicology 1993; 31(1):1-29. 5. Brusle J. Ciguatera fish poisoning: A review. Sanitary and economic aspects. Les editions INSERM, París 1997:147. 6. Di Nubile MJ, Hokama Y. The ciguatera poisoning syndrome from farm-raised salmon. Ann Intern 1995; 122(2):113-4. 7. Raikhlin-Eisenkraft B, Bentur Y. Rabbitfish (“aras”): an unusual source of ciguatera poisoning. Isr Med Assoc J 2002; 4(1):28-30. 8. Angibaud G, Leveque JM, Laurent D, Gaultier C. Neurological features after comsuption of a variety of neo-caledonian shellfish. Rev Neurol (París) 2000; 156(1):65-6. 9. Arnold GP. Squid a review of their biology and fisheries. Laboratory Leaflet 1979; 48:1-38. 10. Moncada FG, Frías MP, Font LF. Distribución y la abundancia de larvas y juveniles de calamar en la zona económica de Cuba. Revista cubana de Investigaciones Pesqueras 1988; 13(1-2): 46-77 9