La polaridad femenina en el hombre y la masculina en la mujer

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LA POLARIDAD FEMENINA EN EL HOMBRE Y LA
MASCULINA EN LA MUJER
por Francisco-Manuel Nácher
1.- Los medios de comunicación, con gran acierto, han puesto
últimamente el acento, y con ello están llamando la atención, sobre la
situación de la mujer en nuestra sociedad occidental y especialmente en
la española.
2.- No hace falta recordar que en Asia, África, Oceanía y América
Central y del Sur, es decir, en casi todo el mundo, su situación es mucho
peor, ya que se la mata al nacer, se la vende de niña, se la prostituye, se
la esclaviza, se la compra para convertirla en esposa, se la explota en
todos los sentidos, al tiempo que se le niegan la formación, la educación
y la cultura, y se la prohibe actuar como un miembro más de la
sociedad… en una palabra: se la priva de la libertad que, como ser
humano, le corresponde, y de todo tipo de derechos que supongan su
consideración como algo más que un instrumento de trabajo o de placer,
o una fábrica de hijos, a ser posible, varones.
3.- Esa situación de la mujer en el mundo de hoy no nos debe, sin
embargo, servir de consuelo a nosotros, sino hacernos pensar. Porque es
lógico que en los países más civilizados su situación sea mejor. Pero, si
reflexionamos, comprobaremos que el problema viene de antiguo, de tan
antiguo que se pierde en la noche de los tiempos. Y aún no se le ha
encontrado una justificación razonable.
4.- Desde el punto de vista oculto, sin embargo, podemos descubrir
esa explicación y, una vez descubierta, hacer lo que esté en nuestra mano
por que se la conozca y se rectifique.
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5.- Para hallar las causas de esta situación hemos de recordar que el
Espíritu Virginal que cada uno de nosotros somos, es bisexual y que, por
tanto, el sexo que poseamos en una vida determinada, no es más que la
manifestación de una de esas dos polaridades del espíritu uno.
6.- Dos polaridades aparentemente irreconciliables y que llamamos
masculina, positiva o activa y femenina, negativa o pasiva.
7.- Pero, ¿cuáles son las características diferenciales respectivas?
Según nuestra filosofía, ya desde la separación de los sexos, en la Época
Lemúrica, la polaridad masculina ha personalizado la voluntad, la
fuerza, la acción, la conquista, la posesión, la violencia, la venganza, el
odio… mientras que la femenina ha exteriorizado la imaginación, la
intuición, el amor desinteresado, la devoción, la piedad, el espíritu de
sacrificio, la entrega, la dedicación, la fidelidad, la tolerancia, la
comprensión, el perdón, la sensibilidad, la delicadeza…
8.- Pero - se me dirá - es que los sexos alternan, según sabemos,
generalmente, en cada renacimiento, por lo que, aparentemente, se
equilibra todo, de modo que cada cual recoge los efectos de su
actuación. Y yo diré: sí, cierto pero, a efectos de evolución equilibrada
de ambas polaridades, esa retribución deja mucho que desear.
9.- La justificación de ese “no”, por un lado, nos planteará un
nuevo problema y, por otro, nos aproximará a una explicación parcial
del mismo.
10.- El problema estriba en que, si alternamos los sexos, ¿por qué
la que ayer fue mujer y, como tal, objeto de toda serie de abusos, cuando
renace como hombre se convierte en explotador? Lo lógico sería que en
el período entre encarnaciones hubiera aprendido lo improcedente de esa
explotación del sexo femenino.
La respuesta hemos de encontrarla en dos planos.
a.- El primero es, lógicamente, el citado de la Ley de
Retribución: quien en una vida ha sido víctima, en su próxima
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encarnación siente la tendencia y la tentación, y suele caer en ella, de
vengarse, de devolver el mal que le hicieron y, a ser posible, a quien se
lo hizo. Y esa es la causa de que renazcamos casi siempre en el seno de
la misma familia, si bien intercambiando los papeles, con el fin de
pagarnos las deudas contraídas mediante el servicio a los nuestros, pero
también venciendo la tendencia a vengarnos, tentaciones que, como
todos sabemos a nivel individual y estamos comprobando a nivel
nacional, muchos no logran vencer.
De paso, conviene recordar que, desde el punto de vista oculto, ese
“deseo de venganza” es la causa fundamental de que tengamos que
renacer tantas veces y hayamos de vivir tantas vidas en las que seguimos
creando nuevo karma que nos hará seguir renaciendo.
Eso explicaría la cadena ininterrumpida de abusos a que hemos
hecho referencia: “hoy por ti y mañana por mí”. Por supuesto, no de
modo consciente, puesto que la mayor parte de la Humanidad ha
ignorado siempre, y sigue ignorando, no sólo la alternancia de los sexos,
sino el renacimiento, ignorancia que no cambia nada en cuanto a los
impulsos y tendencias innatos se refiere, aunque es un hecho.
b.- Pero hay otro aspecto a considerar, y es el segundo plano
de que hemos hablado, que nos puede dar más luz, y que ha estado
siempre a la vista, pero que no se ha percibido demasiado: cuando un
imán se divide en dos, cada una de las partes se convierte
automáticamente en un imán completo, con sus dos polaridades
irreconciliables. Por tanto, cuando el imán Espíritu Virginal se rompe
para manifestar una de sus polaridades, necesariamente le aparece la
opuesta pues, de otro modo, no sería un ser polarizado y no expresaría
esa polarización como sexo. De modo que cuando somos hombres,
poseemos también la polaridad femenina, aunque atenuada, y la prueba
está en que el embrión posee ambos sexos y sólo en un momento
determinado se desarrolla uno, a expensas del otro.
11.- Pues bien, si nos concentramos un poco para estudiar el asunto
de cerca, comprobaremos que, tanto en el caso de la mujer explotada por
el hombre, como en el de la siguiente encarnación, del hombre
explotando a la mujer, siempre ha sido el aspecto masculino, la polaridad
positiva, la que ha actuado y ha predominado en la sociedad y, por tanto,
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ha evolucionado y se ha desarrollado y fortalecido a lo largo de los
tiempos y, por supuesto, ha dejado su impronta en la historia de la
Humanidad; mientras que la polaridad femenina no ha tenido posibilidad
de hacerlo sino en la intimidad del hogar, sin dársele ocasión de ejercitar
sus aptitudes características abiertamente y con repercusión social, como
ha hecho la otra polaridad, la masculina.
12.- Es, sin embargo, paradójico y a la vez sintomático y
consolador el que, a lo largo de los tiempos, la enseñanza y educación de
los niños se haya dejado en manos de la madre, precisamente la parte
con menos educación, menos formación, menos derechos y menos
poder. Pero ha sido providencial. Porque, de otro modo, la Humanidad
actual sería mucho más cruel y agresiva de lo que ya es.
13.- Y uno se pregunta: ¿a qué pudo deberse ese predominio de la
polaridad masculina, ese considerar a la mujer como inferior? Aquí
llegamos, inevitablemente, a un origen religioso: el Pecado Original,
causa última, según las religiones - recordemos, entre otras, además del
Génesis, las escrituras sumeria, caldea y griega, ésta con su relato de
Epimeteo y Pandora - de todos los desastres que al hombre le acaecen a
lo largo de su vida. Porque fue Eva, la primera mujer y, por tanto, la
representante del sexo femenino, cuando se ignoraba que era sólo el polo
negativo del espíritu, la que, con su imaginación e intuición, vio a los
Luciferes y se dejó engañar por ellos e hizo caer al hombre, el polo
positivo. Eso ha calado en casi todos los pueblos, porque muchas
escrituras relatan el mismo suceso. Incluso se recoge, a su manera, en el
Popol Vu de los aztecas.
14.- Pero es que, además, como consecuencia de la influencia de
los Espíritus de Raza, verdaderos espíritus grupo de la Humanidad - que
Jehová, responsable de la evolución humana en el Período Terrestre,
puso al frente de los grupos humanos - que dieron a cada pueblo una
religión, apropiada a las capacidades emocionales e intelectivas de ese
pueblo, y los enfrentamientos religiosos consiguientes, así como de las
pasiones y violencias que desataron a lo largo de miles y miles de años,
la manera normal de convivir los pueblos consistió en hacer la guerra,
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pelear cuerpo a cuerpo, golpear, herir, matar… y los instrumentos para
ello utilizados eran pesados y poco manejables para las mujeres.
15.- Por otra parte, las características femeninas del amor, la
tolerancia y la comprensión, las han hecho tradicionalmente poco fiables
en las luchas y en las disputas entre hombres. Pocas mujeres envían a la
guerra a sus hijos sin encogérseles el corazón. Y pocas mujeres
declararían una guerra en la que supieran que sus hijos y sus esposos
iban a correr peligro de muerte. Recordemos algo tan antiguo y jocoso,
pero tan profundo y acertado como la célebre comedia Lisístrata, de
Aristófanes, en la que las mujeres de ambos bandos contendientes, hartas
de guerras, se ponen de acuerdo para negar el tálamo a sus maridos hasta
que firmen la paz. Y la firman. Esta comedia sería inconcebible con
protagonistas masculinos. Y recordemos, por otro lado, el Rapto de
las Sabinas por los romanos y cómo fueron ellas las que evitaron la
guerra entre los pueblos de sus padres y de sus maridos. En una palabra:
que la guerra, la destrucción, la violación, no van con el espíritu
femenino.
16.- Esos tres motivos: la responsabilidad del Pecado Original, su
incapacidad física y su amor innato, han llevado a la mujer, la polaridad
femenina del espíritu, a la situación de inferioridad que se ha dado en
todos los pueblos y civilizaciones. Acentuado aún porque, como
sabemos, la síntesis de la Época de Piscis, en que nos encontramos, se
expresó siempre, acertada y premonitoriamente, en ocultismo, con la
frase “la armonía a través del conflicto”. Y no cabe duda de que en estos
dos mil años últimos no ha dejado de haber conflictos entre los hombres
y entre los pueblos del mundo.
17.- Sin embargo, los Guías de la Humanidad., hace muchos
milenios que se dieron cuenta del problema y comenzaron a ponerle
remedio. ¿Cómo? Mediante las religiones mismas de los distintos
pueblos, a través de sus escrituras sagradas, que hoy llamamos
Mitologías, pero que para esos pueblos eran la clave de sus creencias. Lo
que ocurre es que esas “correcciones” que contenían, estuvieron sólo al
alcance de los Iniciados, que podían conocer el verdadero contenido de
sus escrituras. El pueblo quedó al margen de esos conocimientos, por no
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haber llegado en su evolución al momento en que los pudiesen
comprender, pero inconscientemente - como ocurre con las enseñanzas
contenidas en los mitos - el espíritu interno sí que fue percibiendo el
mensaje. ¿Y qué “corrección” fue ésa?
18.- El problema, como hemos visto, consiste en que, cuando se es
hombre, la subpolaridad femenina no se ejerce en absoluto, ocurriendo
otro tanto con la subpolaridad masculina, cuando se es mujer.
19.- La solución total no podía venir, pues, a través de la simple
inversión de los términos, o sea, mediante el protagonismo de la
polaridad femenina del mismo modo que se había dado el protagonismo
de la masculina, error en que inciden muchas feministas, porque eso no
sería ninguna solución definitiva, sino mediante el ejercicio y el
fomento, cada vez, en cada encarnación, de la polaridad que no se está
manifestando. Es decir, en que el hombre descubra y fomente y
desarrolle su subpolaridad femenina a la vez que la mujer haga lo propio
con su subpolaridad masculina. Y no bastará que el hombre despierte su
parte femenina, sino que será necesario, para una evolución equilibrada,
que la ejercite, que esa parte femenina trascienda a la sociedad y se
refleje en ella y la configure. Y que la mujer haga otro tanto con su
polaridad masculina, saliendo del hogar e interviniendo en el quehacer
social. Veamos sino unos cuantos ejemplos de cómo los Guías de la
Humanidad atacaron el problema ya desde antiguo:
a.- La Guerra de Troya, narrada en la Ilíada, uno de los libros
sagrados del pueblo griego, se declara para la reconquista de una mujer,
Helena, la más bella del mundo, esposa del rey Menelao. Y la guerra
sólo termina cuando Helena regresa con su marido.
b.- Teseo, hijo de rey, que va a Creta para vencer al
Minotauro, es incapaz de llevar a cabo su misión y salvar a los suyos (la
Humanidad) hasta que Ariadna, la hija del rey Minos, le entrega el
famoso Hilo que lleva su nombre (las enseñanzas), para que pueda salir
del Laberinto (la vida) una vez vencido el Minotauro (el desequilibrio,
las pasiones).
c.- La Odisea, otra escritura sagrada de los griegos, nos narra
las peripecias de Ulises, de regreso a su hogar, para llegar junto a su
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esposa Penélope que, entretanto, le ha permanecido fiel, a pesar del
acoso de todos los pretendientes que querían suplantar a su legítimo
esposo. ¿Y qué hace Penélope para vencer esos acosos y dar tiempo a
que su esposo llegue? Desteje por la noche (retrospección) lo que ha
tejido durante el día. La obra termina, claro, con la reunión de los
esposos.
d.- Otra escritura griega que contiene un gran objetivo
espiritual es la de la Expedición de los Argonautas en busca del
Vellocino de Oro. En ella se comprueba que la consecución del Cuerpo
Alma, sólo es posible culminarla mediante la ayuda que Medea, hija de
rey, le presta con su magia a Jasón, hijo de rey, y que dirige la
expedición.
e.- En la mitología - religión - egipcia, es Isis, la mujer, la que
reúne los pedazos en que el cuerpo de su marido Osiris ha sido dividido
y que han sido esparcidos por el mundo. Sin su ayuda, pues, Osiris no
hubiera podido resucitar.
f.- En todas las religiones hay un elemento femenino: Kali en
la India, Istar en Fenicia, Atenea en Grecia, etc.
g.- En el Génesis, tras la Caída de Adán y Eva, Jehová dice
explícitamente que la estirpe de la mujer vencerá a la de la serpiente.
20.- Pero la primera y la única religión que destaca la importancia
o, mejor, la necesidad de desarrollar el polo femenino del espíritu y lo
hace públicamente, en su doctrina, al equiparar a la mujer y al hombre,
es la religión de Cristo. Él ya no distingue entre hombres y mujeres. Sus
discípulos, aunque en los Evangelios no se diga, y sí en las Epístolas y,
por supuesto, se compruebe en la Memoria de la Naturaleza, eran de
ambos sexos, en plan de igualdad. Y fue su polaridad femenina la que le
impelió a hacer los milagros que hizo.
21.- El pasaje de las Bodas de Caná es simbólico del cambio que la
religión cristiana había de introducir: La Virgen María llama la atención
de su Hijo sobre el hecho de que a los anfitriones no les queda vino. Y,
ante Su protesta diciendo “¿y qué nos va a ti y a mí?”, toma ella la
iniciativa y ordena a los criados que hagan lo que Él les diga. Y le obliga
así a obrar Su primer milagro. Es ella la que actúa primero. Ésa es la
representación de la mujer del futuro. En completa igualdad con el
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hombre, llevando los dos la iniciativa, según convenga, pero al mismo
nivel.
22.- Cuando Cristo murió, según asegura Corinne Heline, que ha
investigado la Memoria de la Naturaleza muy intensamente en este
aspecto, fue María la que asumió la cabeza de la iglesia, asistida por
Pedro y Santiago, cosa que no se hizo figurar en los Evangelios porque
en aquella época y entre judíos - no olvidemos que todos los primeros
discípulos lo eran - hubiera resultado demasiado revolucionario, ya que
dos mil años después aún nos lo parece.
23.- De las cuatro personas que acompañaron a Cristo hasta el
Gólgota y permanecieron al pie de la cruz hasta el final, dando la cara,
tres fueron mujeres. Los demás, los hombres, huyeron o se escondieron
o negaron a su Maestro.
24.- La primera persona a la que Cristo se apareció tras su
Resurrección, según la Escritura, fue María Magdalena, aunque Corinne
Heline asegura que antes se había ya aparecido a Su madre y, por tanto,
a otra mujer.
25.- San Pablo ya habla de la mujer como compañera y no como
sierva, cosa que venía siendo costumbre y ley entre los judíos y entre los
romanos y, prácticamente en todos los pueblos entonces conocidos.
Recordemos, a estos efectos, sus palabras en I Corintios, 9:5:
“¿Acaso no tenemos derecho a viajar en compañía de una mujer
cristiana, como los demás apóstoles, incluyendo a los parientes del
Señor y a Pedro?”
26.- En la Edad Media, los Guías de la Humanidad hicieron
aparecer los trovadores, los juglares y los caballeros y, con ellos,
apuntaron a la polaridad femenina en el hombre. Y cantaron al amor
platónico y desinteresado y la compasión y la devoción y la piedad…
27.- Hagamos un inciso para estudiar, aunque sea someramente, el
amor en la literatura, a través de los tiempos:
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I.- Antes de Platón no se había planteado el tema del amor de
un modo, digamos, serio o científico o filosófico.
Generalmente, la relación hombre-mujer era de sometimiento de
ésta y de reclusión en el hogar, como hemos visto, dedicada a la casa y a
la educación de los hijos hasta cierta edad.
II.- Platón, en su diálogo El Banquete, poniendo sus propias
ideas en boca de Sócrates, estudia el tema. Resumiendo su idea del amor
allí expuesta, la podemos expresar así:
a.- Interrogando a Agatón, demuestra que el Amor no sólo es
bueno y bello, sino deseo de bondad y de belleza, cuya privación siente.
Es una especie de ser, engendrado por el Ingenio y la Pobreza, pobre por
parte de madre, pero filósofo por parte de padre, intermedio entre lo
divino y lo mortal, intérprete y mensajero entre los dioses y los hombres.
b.- Es, por tanto, la tendencia a la perpetua posesión del bien en
que consiste la felicidad que los hombres tratan de alcanzar, siempre por
medio de la procreación, pero unos según el cuerpo y otros según el
alma.
c.- Entre los segundos incluye a los poetas y los artistas, que
desean procrear con la inteligencia y participan de la moderación y de la
justicia.
d.- Buscan lo bello y, cuando encuentran un efebo - fijémonos en
la exclusión absoluta de las muchachas, típica a estos efectos, de la
época - de alma noble y rica en dotes, llenos de gozo, con sabios
discursos sobre la virtud y sobre la naturaleza del hombre justo, se
aplican a formar al muchacho.
e.- Surge así entre los dos amigos un vínculo más sólido que el que
une al hombre con la mujer, y engendrador de hijos infinitamente más
bellos e inmortales.
f.- Porque, si se procede rectamente, se pasa gradualmente, del
amor a las bellezas terrenas hasta el amor que nos impulsa a contemplar
y a conocer la Belleza en sí.
g.- Llegado ese momento de la vida, merecedor como ninguno de
ser vivido, el hombre podrá engendrar, no apariencias de virtud, sino
virtud verdadera, en cuanto alcanza la verdad, y hacerse inmortal.
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h.- Para llegar a ésta, la Verdad, que es la más alta conquista
humana, el hombre recibe eficaz ayuda del Amor que, precisamente por
esto, debe ser honrado.
Alcibíades, otro de los contertulios, que hace una apología de
Sócrates, termina admirando, aparte de su valentía como soldado, su
rectitud, energía, sabiduría y continencia.
Se percibe, a lo largo de todo el Diálogo platónico, la fascinación
del maestro, Sócrates, y su sereno dominio de sí mismo en toda
circunstancia.
Para cualquier estudiante de ocultismo resulta imposible no
percibir ese poso de espiritualidad, de conocimiento, de sabiduría, que
caracteriza a todo iniciado - y tanto Sócrates como Platón lo eran deseoso de comunicar pero limitado por el juramento de silencio y por la
necesidad de esperar a que el hombre madure y sea capaz de
comprender. De ahí su fruición cuando encuentra un alma preparada.
Eso es lo que da de sí el Amor platónico: una unión de almas, un
tender a la perfección, un irrefrenable deseo de conocer la Belleza
absoluta que, por serlo, se identifica con la Verdad absoluta y con el
Bien absoluto, es decir, con la divinidad.
Eso es lo que da de sí el Amor platónico, pero no su Idealismo, su
doctrina de las Ideas, que ha influido y sigue influyendo en todos los
movimientos culturales de todas las épocas.
No desciende, pues Platón, a estudiar el funcionamiento distinto
del hombre y la mujer. Plantea el problema desde un punto de vista ideal
y habla del ser humano.
III.- La caballería.
En este capítulo de la historia humana es donde, desde el punto de
vista literario, se inicia la observación de la diferencia entre el hombre y
la mujer y sus distintos niveles sociales.
Este movimiento tiene dos orígenes principales: Los Cantares de
Gesta, que eran loas a las hazañas guerreras y virtudes militares de
determinados héroes, y Los Cantos de Amor provenzales, ambos
pertenecientes a la alta Edad Media y que vamos a repasar someramente:
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a.- Los primeros nacieron y proliferaron por pura necesidad.
Inicialmente, la caballería no tenía reglas especiales ni los caballeros
eran más que simples guerreros a caballo. Los segundones de todas las
casas nobles, que sólo heredaban el derecho a ser dotados de los bienes
que les permitiesen adquirir un caballo y las armas correspondientes, se
convertían en aventureros y, frecuentemente en devastadores de tierras y
de vidas - Recordemos, aunque son muy posteriores (siglo XVI), a los
conquistadores de América, casi todos segundones - Poco a poco, tras la
invasión árabe (siglo VIII), cuyos ejércitos contaban con muy buenos
jinetes, los reyes y señores feudales se vieron en la necesidad de poseer
tropas de ese nivel y surgió el vasallaje de aquellos guerreros
indisciplinados a los señores feudales, a cambio de la liberalidad de
éstos para con ellos, además de la preparación de una caballería capaz de
hacer frente al enemigo. Esto exigió ya determinadas normas de
conducta, una disciplina y un código a seguir, que se fue convirtiendo en
ideal, aunque no escrito. Porque la formación de un caballero exigía
años de aprendizaje y práctica permanente. Téngase en cuenta que
guerreaban con armadura completa, tanto ellos como los caballos, y con
una lanza, una espada, un puñal y un hacha o una maza, armas y
utensilios todos de los que debían saber extraer el mejor partido posible,
so pena de perder la vida y, lo que para ellos era más grave, la batalla y,
con ello, el honor.
En esa transformación de los caballeros predadores en caballeros
civilizados jugó la iglesia un gran papel. Y, poco a poco, fue
introduciendo en sus normas de conducta elementos espirituales y
limitaciones morales y rituales que coartaban, por la vía de la fe, los
excesos.
Al caballero guerrero se le exigía, además de ser valeroso y fuerte,
que esa fuerza sirviese al derecho y que sus proezas fueran acompañadas
de la lealtad y la generosidad, regidas por la ley suprema del honor.
Aquella caballería tosca y cruel, pues, se fue convirtiendo en casi una
orden religiosa mientras transcurrían los siglos IX, X, y XI.
Y así, el aspirante a caballero debía ser primero palafrenero, paje y
escudero durante varios años, hasta llegar a ser digno de la caballería. La
noche anterior a su “toma de hábito” como caballero, debía pasarla en
oración y meditación, velando sus armas, sin comer ni beber. Sus armas
y vestiduras eran bendecidas. Antes de usarlas, debía tomar un baño
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purificador y ser instruido por caballeros ancianos sobre los nobles
deberes de su nuevo estado, confesar sus pecados, asistir a la misa,
comulgar y, tras el rito en el que era armado caballero, asistir a un
banquete en el que había de abstenerse de comer y beber y hasta de
mirar a ningún lado - como hacían las recién desposadas en el banquete
nupcial - y permanecer concentrado y absorto en la conciencia de la
nueva dignidad de que había sido investido.
Estos caballeros fueron los protagonistas de los Cantares de Gesta,
de los que son conocidos los de Roldán, Guillermo de Orange, Oliveros,
Otger, Reinaldo, etc. que dominaron el siglo XI.
El díscolo caballero de poco antes, se convirtió en “vasallo”.
Recordemos el célebre “Poema del mío Cid,” una joya de la literatura
española medieval, en el que se exalta la virtud del honor y el alcance
del vasallaje, al relatar que, tras exigir al rey que jure públicamente – y
tres veces seguidas - no haber tenido parte en la muerte de su hermano,
en la célebre “Jura de Santa Gadea”, y ser desterrado por ello por el rey,
Alfonso VI, salió del reino, conquistó Valencia y le faltó tiempo para
ofrecerla a su señor natural, el mismo rey que le había desterrado y al
que había jurado vasallaje. Ése era el sentido del honor de aquellos
caballeros. Y no faltan en el poema momentos que muestran ya ese
atisbo de manifestación de ternura en aquellos toscos guerreros, cuando
afirma que, al salir desterrado, se separó de su esposa e hijas “como la
uña de la carne.”
b.- Por otra parte, en la Povenza francesa, en una evolución
paralela, nacieron y proliferaron los romances corteses, que supusieron
el descubrimiento de la mujer como objeto de la literatura y que tuvieron
dos características principales:
Por un lado, estuvieron siempre compuestos por caballeros, es
decir, por personas pertenecientes al ambiente que describían.
Y, por otro, convirtieron el vasallaje, el servicio incondicional al
señor, que era su finalidad en la caballería, en el servicio, devoción y
dedicación a la señora de sus sueños.
En su fuero interno, no cantaban a una dama determinada, sino,
influidos precisamente por el Idealismo platónico, a la dama ideal. Como
tampoco servían, en su mismo fuero interno, como consecuencia de su
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formación, a un señor concreto, sino al señor ideal, portador de todas las
virtudes que a ellos se les exigían y, por tanto, merecedor de todos los
sacrificios que fuesen necesarios.
Y, en esa idealización de la mujer - siempre desde una postura
machista y protectora, claro - fueron profundizando en sus propios
sentimientos y fueron descubriendo que la mujer no era sólo un objeto a
admirar y a proteger, sino que comenzaron a vislumbrar que es un ser
humano, capaz de sentimientos paralelos a los del caballero.
Pero todo se desarrollaba en un mundo ideal. No se trataba de un
amor mundano, vulgar, de los cuerpos, sino de un amor puro, ideal “platónico” es la palabra - de una unión de almas, que nos hace recordar
las palabras de Sócrates en el Banquete.
Los caballeros juglares, pues, acabaron no siendo guerreros
adscritos a ningún ejército, sino que actuaban de modo individual e
independiente, dedicándose a la defensa de los débiles, de los
explotados, de las viudas y huérfanos, de las mujeres en peligro y de los
cristianos frente a sus enemigos. Siempre llevados por el valor, el arrojo,
la magnanimidad, la fe, la justicia y, sobre todo, el honor. Recordemos a
Don Quijote que, si bien nació ya tardíamente, a caballo entre los siglos
XVI y XVII - para dar fin a las novelas caballerescas, no dejaba de
encarnar las virtudes del caballero y su entrega total a la mujer de sus
sueños, al servicio de la justicia y a la preservación de su honor.
El gran impulso para la aparición y generalización de este tipo de
caballeros lo dio Leonor de Aquitania que, al contraer matrimonio con
Luis VII de Francia, llevó a su corte un séquito de estos cortesanos
trovadores, con sus ideas y sus canciones corteses. Y luego, al ser
repudiada por su marido y casarse con Enrique II de Inglaterra, trasladó
también aquel ambiente trovadoresco y caballeresco a su nueva corte,
donde proliferó, como había proliferado en la de Francia. El fenómeno
se vio incrementado por sus dos hijas, que contrajeron matrimonio con
los condes de Blois y de Troyes, lugar éste donde, bajo la protección
precisamente de la condesa María, vivió y trabajó Chrétien de Troyes en
pleno siglo XII, que pasa por ser el gran creador o consagrador
definitivo del “roman courtois” o novela cortesana, con grandes figuras
como Lanzarote, Galván e Ivain, hombres que encarnaban perfectamente
el “tipo” de caballero ideal. Esta literatura impregnó todo el siglo XII.
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Los trovadores tardíos son más explícitos y ya dicen, claramente,
que el amor no es pecado sino, por el contrario, causa de elevación
espiritual y fuente de virtud y hasta de castidad (Montanhagol, Sordel,
Lafranc Cigala, etc.)
Y surge aquí una interrogante curiosa: ¿fue la caballería la que dio
lugar a la literatura caballeresca o fue la literatura la que hizo
configurarse a la caballería y adoptar el código que la hizo inmortal?
Parece ser que ambas cosas ocurrieron en verdad. Pero para nosotros,
estudiantes de lo oculto, parece bastante verosímil que la mano de los
Dirigentes de la Humanidad, dieran en aquel siglo y en aquella sociedad
un paso más hacia la emancipación de la mujer.
IV.- Il dolce stil nuovo.Dante, en el capítulo XXIV del Purgatorio de su Divina Comedia por cierto, un libro de ocultismo que conviene estudiar - dialoga con el
poeta florentino y provenzalizante Bonagiunta degli Orbicciani da Luca
sobre la obra de ambos - Dante había publicado ya su Vita Nuova y, en
ella, un poema que comienza diciendo “Damas, que del amor tenéis
conocimiento” - y Dante le dice: “yo soy uno que escribo cuando amor
alienta, y de aquella manera que él dicta dentro, lo voy expresando”, lo
cual quiere decir que su palabra de poeta ha sido la fiel traducción de
una viva realidad sentimental y fantástica. Esa manera de concebir la
poesía es lo que se denominó el dolce stil nuovo.
En otro diálogo del Purgatorio, esta vez con el poeta Guido
Guinizelli, que - en una poesía titulada ”en corazón gentil se refugia
siempre el amor” - identifica el amor con la nobleza espiritual; y se
asimila a la noción de la mujer.
Una interpretación ya materialista y “descafeinada” del stil nuovo,
influenciada por el punto de vista moderno, dice que el amor es un
accidente y lo reconoce, cuando está “en potencia,” como pasión
permanente que reside en el “alma sensitiva”, como predisposición
predeterminada. Cuanto el amor está “en acto,” es deseo del ideal
femenino, como cada cual lo concibe subjetivamente. La mujer, pues, es
“la causa ocasional del amor”, sirve para “iluminar,” en quien la
contempla, el ideal, no universal, sino particular del amor, el ideal que
está en el alma intelectiva y resplandece perpetuo e inmóvil, suscitando
LA POLARIDAD FEMENINA EN EL HOMBRE Y LA MASCULINA EN LA MUJER.- Francisco-Manuel Nácher López
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intensísimo deseo de sí, que a cada cual entristece y atormenta. El
hombre ya no domina, ya no tiene libertad, ya no tiene sabiduría, se
torna esclavo de aquel deseo que lo arrastra y lo espolea a bucear, por
medio de formas contingentes y variables, su ideal. Recordemos, en este
sentido, la definición que del amor da Lope de vega:
Desmayarse, atreverse, esta rosado,
áspero, suave, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difundo, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso…
28.- A pesar de todo ello, la inercia de miles de años prevaleció, y
en la propia iglesia la mujer ha tenido un papel totalmente secundario,
no sólo en la jerarquía sino en cuanto a su formación se refiere, siendo
contadísimas las que se han distinguido por su capacidad intelectual o
por su elevación espiritual o misticismo y no han sido perseguidas o
acalladas. Y esa actitud de la iglesia, que a lo largo de la Edad Media
tuvo un protagonismo indiscutido, fue imitada o, podría decirse,
obedecida, por la sociedad civil. Y así se explica que, en los campos de
la investigación y la intelectualidad y las artes y el comercio y la
política, la mujer haya sido preterida, impidiéndosele el desarrollo de sus
capacidades salvo, y con limitaciones, en el seno del hogar.
29.- Eso no quiere decir que, a lo largo de la historia no haya
habido mujeres excepcionales que sí han sabido manifestar su parte
masculina y han dejado su impronta en la historia, aunque su número sea
bien exiguo frente a los hombres. Recordemos a Semíramis, fundadora
de Babilonia, con sus jardines colgantes, una de las siete maravillas de la
antigüedad, y de un gran imperio; a la faraona Hatshepsut, constructora
del grandioso templo de su nombre a orillas del Nilo; a Aspasia, la mujer
de Pericles, el paladín de la Grecia clásica, que luchó por sacar a la
mujer del gineceo, por educarla, por prepararla para influir en la
sociedad; a nuestra Isabel la Católica, que se atrevió a hacer constar en
sus escudos aquello de “tanto monta, monta tanto, Isabel como
Fernando”; a Juana de Arco, que dirigió ejércitos a la victoria, siendo
una doncella ignorante y pueblerina; a Teresa de Jesús, que transformó
la vida religiosa de su época; a Isabel Primera de Inglaterra, enemiga de
nuestro Felipe II, que convirtió a su país en una gran potencia; a Catalina
LA POLARIDAD FEMENINA EN EL HOMBRE Y LA MASCULINA EN LA MUJER.- Francisco-Manuel Nácher López
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de Rusia, que hizo lo propio con el suyo; a madame Curie, que
revolucionó la investigación científica obteniendo dos premios Nobel…
30.- Llegamos así a los movimientos sufraguistas de principios del
siglo pasado y a los feministas de nuestros días, tras los cuales están, sin
duda alguna, los conductores de la Humanidad. Y a la aceptación formal,
en las Constituciones y en las Leyes de la mayor parte de los países, de
la igualdad de ambos sexos en derechos y obligaciones.
31.- Y las mujeres se hacen médicos y policías y jueces y militares
y pilotos e investigadoras, y demuestran que tienen la misma capacidad
intelectual que el hombre y que, con las diferencias propias de sus
características diferenciales - embarazo, lactancia, etc. - desempeñan con
igual dignidad que el hombre cualquier actividad o función.
32.- También ha habido hombres, a lo largo de los siglos, que han
sabido manifestar su lado femenino. El primero, el propio Cristo, que
supo amar a todos, que supo comprender y disculpar a la mujer adúltera,
que supo perdonar a sus verdugos, que vino a salvar a todos, sin
distingos y al que la polaridad femenina le traicionó frecuentemente,
haciéndole curar a los enfermos. Muchos siglos antes hubo otro ser
excepcional, el faraón Akenatón, marido de la bellísima y conocida reina
Nefertiti, que vivió en el siglo XIV antes de Cristo, y cuya delicadeza y
elevación espiritual impregnaron su época. Son impresionantes por su
ternura y sencillez las escenas que, en bajorrelieves bellísimos, nos han
llegado, representando escenas de familia, así como su Himno al Sol,
precursor del que mucho después escribiría San Francisco de Asís, otro
hombre con el aspecto femenino desarrollado y que supo transformar el
mundo de entonces. Y, en este sentido, hay que considerar a los poetas.
Ellos son siempre los pioneros, los que otean el futuro y perciben de lo
alto todo lo que es elevado y puro y verdadero y bello y lo plasman en
sus obras, ya que han desarrollado la intuición y la sensibilidad de su
subpolaridad femenina.
33.- ¿Y ahora, qué? Pues ahora, estamos viendo que, a pesar de
todo, no se acaba de aceptar por la sociedad esa equiparación entre el
LA POLARIDAD FEMENINA EN EL HOMBRE Y LA MASCULINA EN LA MUJER.- Francisco-Manuel Nácher López
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hombre y la mujer. Ni por la española ni por la mundial. Recordemos
que un país tan avanzado como Suiza aún no ha otorgado a la mujer el
derecho al voto en determinados Cantones. ¿Qué pasa, pues? ¿Qué ha de
ocurrir? ¿Qué hemos de hacer? ¿Dónde está el fallo y dónde la solución?
34.- La solución está, como hemos dicho y como ha pretendido
siempre la Jerarquía conductora de la Humanidad, en el mensaje de
todas las religiones o mitologías citadas y, especialmente, en el de
Cristo, que pone de manifiesto el fallo: “Amaos los unos a los otros
como yo os he amado”. ¿Y qué tiene esto de particular? Pues tiene de
particular que el amor, el amor desinteresado, que es del que habla el
Señor, es, precisamente, una de las características distintivas de la
polaridad femenina. Y se plantea, claro, la cuestión: ¿entonces qué ha de
pasar? ¿que las mujeres han de seguir amando desinteresadamente como
hasta ahora? ¿qué cambia, entonces?
35.- No. Lo que quiere decir es que los hombres han de aprender a
amar desinteresadamente. Porque los hombres no se han considerado
obligados a amar a lo largo de la historia. Estaban demasiado ocupados
guerreando o intrigando o violando o asolando o destruyendo o
investigando o creando imperios o gobernando, para perder el tiempo
amando desinteresadamente. El amor era cosa de mujeres. Porque el
hombre ha llamado tradicionalmente amor - y sigue haciéndolo - a la
pasión, la posesión exclusiva, el abuso y la explotación en beneficio
propio. Y, si eso siguiera así, las mujeres seguirían amando
desinteresadamente y los hombres poseyendo interesadamente. Y no es
eso.
Fijémonos en los más recientes acontecimientos mundiales.
Recodemos las dictaduras de Chile, de Paraguay y de Argentina, las
guerras de Yogoslavia y de Afganistán y de Irak, y añadamos todos los
países
musulmanes...¿Cuántos
protagonistas
femeninos?
¡¡¡NINGUNO!!!
36.- Se trata de que los hombres, los Espíritus Virginales
encarnados como hombres, descubran dentro de sí, mientras lo son, su
otra polaridad, la femenina, que es tan suya como la masculina. Y sean
capaces de sentir ternura y amor desinteresado y cultiven el espíritu de
LA POLARIDAD FEMENINA EN EL HOMBRE Y LA MASCULINA EN LA MUJER.- Francisco-Manuel Nácher López
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sacrificio y de servicio sin reservas y la imaginación y la intuición y la
tolerancia y la delicadeza y la devoción y la piedad, virtudes que, hasta
ahora, esos mismos Espíritus Virginales sólo han podido manifestar
cuando han nacido con la polaridad femenina, aunque no se le han
dejado, ordinariamente, ejercer; al tiempo que las mujeres - ya lo están
haciendo en nuestros días - descubran dentro de sí, y fomenten, mientras
son mujeres, la polaridad masculina, que también es suya, y actúen y
luchen por la vida y desempeñen puestos de responsabilidad y estudien e
investiguen y compitan y se pongan al nivel de los hombres y sus obras
trasciendan y configuren la sociedad, es decir, hagan siendo mujeres lo
que hacen cuando nacen con la polaridad masculina.
37.- Sólo entonces, cuando el hombre y la mujer se completen a sí
mismos en la mitad que les falta, se pondrán en práctica esas leyes
igualitarias, tan bien intencionadas pero insuficientes por sí mismas.
38.- Esa igualdad de ambas polaridades, ese equilibrio perfecto es
el que, de un modo insuperablemente bello, expresa El Cantar de los
Cantares cuando la enamorada exclama (2:16). “mi amado es mío y yo
soy suya”.
39.- Y, ¿qué es lo que pretende nuestra filosofía, sino que
desarrollemos paralelamente ambas polaridades, sin distinguir entre una
y otra? Recordemos: “Una mente pura (polaridad masculina), un corazón
tierno (polaridad femenina) y un cuerpo sano (consecuencia de su
equilibrio)”. Pues eso mismo, pero en la sociedad. Hacia ahí va la
evolución.
En la Era de Acuario, que se aproxima, se alcanzarán la
equiparación total entre el hombre y la mujer y el equilibrio de ambas
polaridades en cada individuo. Y la entrada en el Templo de la
Iniciación ya no tendrá en su puerta una cruz, sino dos columnas, iguales
y paralelas, significando el equilibrio de ambas polaridades en el ser
humano y del hombre y la mujer en la sociedad..
40.- Y así lo vio Wagner, el gran iniciado musical, que hizo de ese
descubrimiento por el hombre de su polaridad femenina, y de su
LA POLARIDAD FEMENINA EN EL HOMBRE Y LA MASCULINA EN LA MUJER.- Francisco-Manuel Nácher López
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oportuno protagonismo, el hilo conductor de toda su obra operística. Y
así, Los Maestros Cantores de Nuremberg cantan al amor platónico, y
Senta, con su amor y su sacrificio, sabe efundir del Holandés Errante su
parte afectiva, y en Tanhäuser se canta al amor verdadero, capaz del
mayor sacrificio, y en su obra máxima en este sentido, los protagonistas
llegan a exclamar en un éxtasis de amor, de pura amistad espiritual, fruto
de sus desarrollos armónicos y equilibrados: “Ya no soy Tristán, soy
Isolda. Ya no soy Isolda, soy Tristán”. Y, por ello, concibió el amor, el
verdadero amor, como una sintonía profunda entre las dos almas que son
el hombre y la mujer, y no como la simple atracción temporal entre dos
cuerpos llamados a la decadencia física y a la consiguiente desaparición.
El verdadero amor es, pues, la atracción, la amistad, la unión entre dos
espíritus. Y es eterno e inagotable. Y sólo el día en que la Humanidad lo
conciba así y lo sienta así, desaparecerán todas las desigualdades que
ahora tanto nos abochornan y tanto nos hacen sufrir.
Y, en esa misma línea, el verdadero matrimonio, el matrimonio
perfecto, sólo se dará cuando el hombre haya desarrollado su polaridad
femenina al mismo nivel que la masculina, y la mujer haya hecho propio
con su polaridad masculina. Sólo así, el hombre podrá comprender a su
mujer, y la mujer podrá comprender a su marido. Y ambos,
perfectamente equilibradas sus dos polaridades respectivas, podrán
unirse en una unión total - de cuerpos físicos y etéricos, de cuerpos de
deseos, de mentes y de espíritus - que dará lugar a concepciones
inmaculadas.
En ese sentido también, al parecer, las Jerarquías están
relacionando los karmas de muchos iniciados a punto de nacer, para que,
encontrándose luego en la vida física y constituyendo matrimonios de
ese tipo, puedan dar lugar al nacimiento de almas verdaderamente
avanzadas, a grandes iniciados, que den un impulso importante a la
evolución común.
41.- La influencia de la Jerarquía que conduce a la Humanidad, sin
embargo, se está viendo también en un fenómeno inesperado y que está
afectando a todo el mundo. Me refiero al nacimiento y proliferación de
las ONGs. Supone, por un lado, el despertar del amor desinteresado e
indiscriminado, tanto en los hombres como en las mujeres. En los
primeros, haciéndoles descubrir su parte femenina, ejercitarla y producir
LA POLARIDAD FEMENINA EN EL HOMBRE Y LA MASCULINA EN LA MUJER.- Francisco-Manuel Nácher López
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efectos positivos en la sociedad, cosa que no había ocurrido nunca. Y, en
las mujeres, haciendo que los efectos de la actuación de su parte
femenina se reflejen en la sociedad, cosa que, como hemos visto,
tampoco jamás había sucedido.
Por otro lado, esa proliferación del amor desinteresado, supone que
los que reciben la ayuda, ven y toman ejemplo de esa completa igualdad
de los dos sexos, que tanto bien está haciendo entre sus auxiliadores.
Además de ello, esa oleada de amor, no sólo está afectando a los
miembros activos de las ONGs, sino a toda la sociedad - ¿quién no ha
aportado o aporta regularmente algo a una ONG? - que, día a día, se
conciencia, sin casi darse cuenta, de que todos somos un conjunto y de
que no podemos ser felices mientras uno de nosotros pase hambre o
necesidades de cualquier tipo; y nos empezamos a sentir culpables de las
injusticias sociales y las desigualdades consiguientes; y tratamos de
reparar, en la medida de nuestras fuerzas, la situación creada.
Y ese sentimiento va muy deprisa, impregnándonos. Todos lo
estamos viendo cada día. Y es un movimiento imparable y un fenómeno
curioso. Porque, cuando los sistemas de gobierno tradicionales y las
religiones ortodoxas y las estructuras financieras conocidas nos han
conducido a la actual situación mundial y, además, no tienen soluciones
para ella, son el pueblo de a pie, el hombre y la mujer de la calle, los que
cogen el testigo, aceptan el desafío y llenan las lagunas y corrigen los
errores que aquéllos han cometido. Es maravilloso comprobar cómo el
amor desinteresado prolifera. Y más maravilloso aún, ver cómo los
medios de comunicación, - sin los cuales todo este proceso fraternal
sería imposible - han aparecido y están protagonizando la vida mundial
en el momento oportuno, demostrándonos, una vez más, la ayuda
inteligente y justamente dosificada de la Jerarquía conductora de nuestra
evolución.
Paralelamente - y es otra muestra de dicha ayuda - están cobrando
importancia las escuelas esotéricas, con el fin de que, lo mismo que el
amor desinteresado e indiscriminado está pasando a formar parte de la
conciencia colectiva, lo haga también el conocimiento de las leyes
naturales del karma y el renacimiento, de la composición interna del
hombre, de los procesos post mortem y de la evolución, impartidos
siempre gratuitamente, en una muestra más del protagonismo que está
LA POLARIDAD FEMENINA EN EL HOMBRE Y LA MASCULINA EN LA MUJER.- Francisco-Manuel Nácher López
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cobrando el amor desinteresado e indiscriminado. Y es que, como dijo
claramente Cristo: “el amor es el cumplimiento de la Ley toda”.
Es éste que estamos viviendo, un momento maravilloso porque,
aunque todos lo veamos como una época oscura y hasta negra, también
sabemos todos que el momento más tenebroso precede siempre al de la
máxima luminosidad. Y ese momento luminoso se acerca a pasos
agigantados y, lo que es más importante, esta vez, gracias al esfuerzo de
todos.
42.- He dicho antes que los poetas son, con los místicos quienes,
ordinariamente desde la polaridad masculina, es decir, siendo hombres,
han sabido despertar su vertiente femenina. Para terminar, pues, esta
conferencia del modo más agradable posible, veamos algunos ejemplos:
a.- San Juan de la Cruz escribió, entre otros, estos versos:
¿Adónde te escondiste,
amado, y me dejaste con gemido?
Como el ciervo huiste;
habiéndome herido,
salí tras ti, clamando, y ya eras ido.
Y éstos:
En una noche oscura,
con ansias en amores inflamada,
¡oh dichosa ventura!
Salí sin ser notada,
estando ya mi casa sosegada.
……………………………
Quedéme y olvidéme,
el rostro recliné sobre el amado,
cesó todo, y dejéme,
dejando mi cuidado
entre las azucenas olvidado.
b.- Y, Fray Luís de León, entre otros, escribió estos versos a la
Ascensión del Señor:
¡Y dejas, Pastor Santo,
LA POLARIDAD FEMENINA EN EL HOMBRE Y LA MASCULINA EN LA MUJER.- Francisco-Manuel Nácher López
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tu grey en este valle hondo, oscuro,
con soledad y llanto
y tú, rompiendo el puro
aire, te vas al inmortal seguro!
Los antes bienhadados
y los agora tristes y afligidos,
a tus pechos criados,
de Ti desposeídos,
¿a do convertirán ya sus sentidos?
¿Qué mirarán los ojos
que vieron de tu rostro la hermosura,
que no les sea enojos?
Quien oyó tu dulzura,
¿qué no tendrá por sordo y desventura?
c.- Y Gutierre de Cetina:
Ojos claros, serenos,
si de un dulce mirar sois alabados
¿por qué, si me miráis, miráis airados?
Si, cuanto más piadosos,
más bellos parecéis a aquél que os mira,
no me miréis con ira
porque no parezcáis menos hermosos.
¡Ay tormentos rabiosos!
Ojos claros, serenos,
ya que así me miráis, miradme al menos.
d.- Y Gustavo Adolfo Bécquer que, entre otros versos, dijo:
Volverán del amor en tus oídos
las palabras ardientes a sonar;
tu corazón, de su profundo sueño,
tal vez despertará.
Pero mudo y absorto y de rodillas,
como se adora a Dios ante su altar,
como yo te he querido, desengáñate,
¡así no te querrán!
LA POLARIDAD FEMENINA EN EL HOMBRE Y LA MASCULINA EN LA MUJER.- Francisco-Manuel Nácher López
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e.- Y el contemporáneo Antonio Gala:
Ah, si la hubierais visto… si una tarde,
sentada en la ribera, la hubierais encontrado
ajena a su vibrante melodía
bajo la tarde, cerca de la acacia;
si, a los pies del muro
encalado y los zócalos azules,
os hubiese mirado de repente
a los ojos, si el portal y el arco,
la verde lluvia, el ánfora y la yerba,
indignos de ella os hubiesen parecido;
si hubieseis visto el tiempo
que sorbe el corazón a las toronjas
ceñirse, sin dañarla, a su cintura…
Ah, si la hubieseis visto,
quizá comprenderíais.
f.- Hace algún tiempo encontré, entre papeles olvidados y que han
sobrevivido a nueve traslados de casa, una serie de poemas que compuse
cuando aún no tenía veinte años, es decir, a esa edad en que el amor
empieza a tocar con sus alas nuestro corazón. Tuve la tentación de
destruirlos. Pero, al fin y al cabo, eran una parte de mí que, aunque
olvidada, no dejaba de tener interés. No recuerdo quién o quiénes los
inspiraron. Pero - casualidades de la vida - hoy me van a venir bien para,
reproduciendo algunos, ilustrar la posibilidad de la ternura en el corazón
de los hombres, sin dejar de serlo.
El primero se titula “Vivir y morir” y dice:
¡Qué anhelo se siente en el alma si está enamorada!
¡Qué ansia vehemente, qué peso, que fe, qué dolor!
¡Qué dicha al mirar a los ojos del alma adorada!
¡Qué angustia si el alma adorada no ve nuestro amor!
¿Por qué, si el amor es la vida, nos da antes la muerte
si siempre la muerte ha corrido de la vida en pos?
¿Por qué los proceso del mundo varían de esta suerte
y parece que vida y que muerte son una las dos?
LA POLARIDAD FEMENINA EN EL HOMBRE Y LA MASCULINA EN LA MUJER.- Francisco-Manuel Nácher López
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¿Por qué, si el amor nos completa y nos hace dichosos
sufrimos, si amor nuestros hombros se atreve a tocar?
¿Por qué, cuando amor nos domina, parecen hermosos
los montes, los campos, los bosques, los vientos y el mar?
¡Por qué, si los ojos amantes nos miran, lloramos?
¡Por qué, si ella llora amorosa, su llanto nos hace feliz?
¡Por qué, si queremos, ansiosos, un algo esperamos
si siempre, al llegar ese algo, se empieza a sufrir?
El siguiente poema expresa ya las luchas, las caídas y los
arrepentimientos, Se titula “Entonces” y es una especie de oración a la
Virgen (No olvidemos que yo me había educado en un colegio de
religiosos). Dice así:
Tú, que todo lo ves, desde allá arriba
sin que nuble tu vista la ficción,
tú, que todo lo ves, tal cual se siente
muy adentro, en el mismo corazón,
mírame una vez sólo, madre mía,
torna tus ojos dulces hacia mí:
verás qué pobre soy, mísero y ciego
y qué necesitado estoy de ti.
No es que quiera se malo, que no quiero.
Es que, en medio del mundo y del placer,
soy tan débil, tan frágil, tan ligero
que, Madre, ya me ves…
Yo soy, Madre, aquel niño que, otros tiempos,
de hinojos, muy cerquita de tu altar,
te contaba sus penas y sus sueños…
Soy aquél mas, mis sueños y mis penas
son tan distintos ya…
Si pudiera otra vez ser aquel niño
y postrarme ante ti
con la fe, la pureza y el cariño
que hace tiempo perdí…
Mírame, mírame porque tus ojos,
LA POLARIDAD FEMENINA EN EL HOMBRE Y LA MASCULINA EN LA MUJER.- Francisco-Manuel Nácher López
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yo lo sé con razón,
para el que ora ante ti, con fe, de hinojos,
significan perdón.
Mírame y yo podré, por tu cariño,
mi vida remontar
y acabar otra vez siendo aquel niño
que oraba muy cerquita de tu altar.
El siguiente se titula “Al alma enamorada”. Describe el rapto
de dicha que supone el estar enamorado:
¿No es más azul el cielo y más lindas las flores?
¿No es más dulce su aroma, más vivo su color?
¿No sientes que los mirlos entonan nuevos sones
y que parece el aura besar los corazones
y que todo respira felicidad y amor?
¿No te ocurre que escuchas lejanas melodías?
¿No te sientes dichosa? ¿No te embarga el placer?
¡Es amor que modula divinas armonías
y de dicha inefable viene a colmar tus días
y a hacer que ya no cuenten ni mañana ni ayer!
Este poema refleja el amor verdadero, desinteresado y ajeno al
amor posesivo. Se titula “Ayer”. Dice así:
Ayer la vi andando del brazo con otro;
marchaba contenta, risueña, feliz…
Al ver de mi pecho el dolor en mis ojos,
no quiso mirarme,
¡se alejó de mí!
Yo que fundé en ella todos mis ensueños,
yo que en ella puse toda mi ilusión,
ayer, al cruzarme en la calle con ellos,
creí que moría…
¡mi primer amor!
En ella soñaba, por ella vivía,
pensando yo en ella, gozaba al sufrir…
¡Y ayer encontré la mujer que era mía
LA POLARIDAD FEMENINA EN EL HOMBRE Y LA MASCULINA EN LA MUJER.- Francisco-Manuel Nácher López
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del brazo con otro,
dichosa sin mí!
Traté de engañarme creyéndome loco,
diciéndome que “ella” no es la que yo vi…
pero mi alma estaba segura de todo;
¡la conoce tanto!
¡y dijo que sí!
Mas, aunque te fuiste, te espero paciente,
tu amor me hace falta como al sol la luz;
aunque tú no quieras, yo te amaré siempre,
aunque nunca vuelvas, aunque me odies tú.
El siguiente que he seleccionado de aquella época juvenil, en la
que yo estaba ajeno a los conocimientos y las preocupaciones del
ocultismo, es éste, que discurre a la orilla del mar en una noche de luna
nueva y que titulé “El mensaje”:
Hermosa ola de leve espuma,
precioso rizo del ancho mar,
escucha, atenta, mis confidencias
y alivia un poco mi soledad:
En otro tiempo fui muy dichoso
al lado de ella, junto a mi amor;
jamás, estando con mi adorada,
sintió mi pecho el menor dolor.
Todas las noches, los dos, muy juntos,
salíamos solos a pasear
y nos jurábamos amor eterno
a las orillas de este ancho mar;
los dos mirábamos aquella estrella
que es “nuestra estrella”, nuestra ilusión;
ella decía que, en la otra vida,
allí estaría nuestra mansión;
desde allí arriba, los dos veríamos
al loco mundo correr veloz
y los dos juntos, juntos por siempre,
por siempre solos, solos los dos,
LA POLARIDAD FEMENINA EN EL HOMBRE Y LA MASCULINA EN LA MUJER.- Francisco-Manuel Nácher López
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embriagaríamos nuestras dos almas
con las delicias de nuestro amor…
Ella era hermosa como no hay otra,
tenía un alma cual no hubo dos,
era tan buena como ninguna,
era… una obra maestra de Dios.
Yo la quería más que a mi vida,
la idolatraba mi corazón;
era dichoso con sólo verla,
con recordarla, con oír su voz…
Pero Dios mismo, dueño de todo,
que la vio hermosa, cual yo la vi,
la llevó al cielo en Su compañía
¡y yo quedéme tan solo aquí!
Estoy seguro que me está viendo
desde esa estrella, cual prometió,
y está diciendo que me apresure
porque a su lado le falto yo.
Hermosa ola de leve espuma,
tú que vas lejos por este mar
y que te acercas a aquella estrella
y que reflejas su azul brillar,
dile a mi amada que espere un poco,
que ya muy pronto estaré a su lado
y, para siempre, tendrá a su amado
que, de no verla, se ha vuelto loco;
Tú, que te acercas a su morada,
no se te olvide decirle eso.
Y también dile, dile a mi amada
que, en tus espumas, le mando un beso.
El año 1999 convocó el Colegio de Abogados de Madrid, del que
soy miembro, un concurso de poesía de tema libre. Y me sentí tentado. Y
caí en la tentación. Y quise comprobarme a mí mismo si mi capacidad
para sentir el que llamamos amor mundano, que para mí nunca lo ha
sido, porque sólo he visto en él la parte elevada y anímica, seguía viva.
Y me presenté con un poema que, por supuesto, no ganó el premio - los
LA POLARIDAD FEMENINA EN EL HOMBRE Y LA MASCULINA EN LA MUJER.- Francisco-Manuel Nácher López
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colegios de abogados están bastante alejados del amor - pero que quiero
traeros hoy aquí para que lo juzguéis y, si vale la pena, lo disfrutéis. Lo
titulé “¿Quién ha puesto la rosa…? Y es éste:
¿Quién ha puesto la rosa en tus mejillas
y el carbón en tus ojos,
y ese coral, que a todos maravilla,
en tus labios tan rojos?
Y en tus cabellos,
¿quién colocó, con tino, ese azabache
y esos destellos?
¿Quién dibujó en tu faz esa sonrisa?
¿Quién trasladó a tu ser tanta belleza?
Y esos hoyuelos,
¿quién los bajó, atrevido, hasta tu rostro,
desde los cielos?
¿Quién pone las palabras en tu boca?
¿Quién controla la luz de tu mirada?
¿Quién modula, tan bien, tu risa loca
y te da ese perfume de alborada?
¿Quién soporta tu impacto, en lo profundo,
y resiste tenerte frente a frente,
si tú lo miras?
¿Quién no ve derrumbarse todo el mundo
y nublarse su vista, de repente,
si tú suspiras?
¿Quién es capaz de continuar viviendo
sin tu presencia?
¿Ni quién resiste en vida, presintiendo
tu sola ausencia?
Que estoy enamorándome de ti;
LA POLARIDAD FEMENINA EN EL HOMBRE Y LA MASCULINA EN LA MUJER.- Francisco-Manuel Nácher López
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que soy dichoso
y el mundo, sin sentirlo, para mí,
se ha vuelto hermoso;
y el cielo es más etéreo y más azul
y más brillante;
y puedo las estrellas alcanzar
en un instante;
y todos me sonríen y me ven
enamorado
y ya no hay más tristeza ni dolor
justo a mi lado.
¿Qué me has hecho, mi amor,
que, con tus artes
dulces, sutiles y sin curación,
me has aturdido
y me has dejado así, sin corazón,
sin fuerzas, sin defensas, sin razón,
y a ti rendido?
¡Bendita maldición!
¡filtro bendito!
Que no quiero alterar mi situación:
¡la necesito!
Aún me gustaría leeros un soneto sobre el amor profano, que creo
merece considerarse para comprender lo que he querido exponer arriba:
Los ojos más bellos
Ayer vi los ojos más bellos del mundo,
llenos de promesas, de luz e ilusión,
y me acariciaron, sinceros, profundos,
y se me clavaron en el corazón.
LA POLARIDAD FEMENINA EN EL HOMBRE Y LA MASCULINA EN LA MUJER.- Francisco-Manuel Nácher López
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Y pude asomarme por ellos a un alma
pura, limpia, hermosa, llena de candor,
de entrega, de ensueños, de lucha y de calma,
vibrando de vida y reclamando amor.
Y yo, sin defensas, y desprevenido,
me vi, subyugado y pillado a traición
y, en los infinitos verdes torbellinos
de aquellos dos mares, débil la razón,
sumergíme presto, perdido el sentido,
preso para siempre, ya sin remisión.
g.- Durante los últimos años – la anterior ha sido una incursión
excepcional, como he dicho, en el “amor profano” - con pocos menos y
con pocos más de setenta años, y habiendo dedicado muchos a la
meditación y al estudio, mis versos son otros, pero no dejan de expresar
mi parte femenina, de lo cual hoy me congratulo. Fijaos, de todos
modos, en la diferencia de contenido, de forma y hasta de madurez. Voy
a leeros algunos, aún no publicados:
“Eres un mar, Señor”
Eres un mar, Señor, do yo buceo
y, cuanto más profundo logro hallarme,
más Te alcanzo y aún más debo bajarme
para alcanzarte más, do más Te veo.
Que eres sin fin, Señor, y Tus profundos,
cada vez más brillantes y más claros,
se me hacen, por momentos, menos raros,
y en ellos vivo siglos en segundos.
“Te busqué sin saberlo”
Sintiéndome infeliz e insatisfecho,
Te busqué, sin saberlo, año tras año,
pues mi alma no encontró, para su daño,
el reposo en el fondo de mi pecho.
Las cosas todas que el mundo quería
LA POLARIDAD FEMENINA EN EL HOMBRE Y LA MASCULINA EN LA MUJER.- Francisco-Manuel Nácher López
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habían perdido todo su atractivo
y yo me hallaba muerto más que vivo,
sin ilusión, sin fe y sin alegría.
Y, en esa tesitura, ¡oh maravilla!,
se hizo la luz en mí y Te vi, Señor,
Te vi y Tú me miraste, y la semilla
sembraste en mí, indeleble, de Tu amor.
Desde entonces, mi vida es muy sencilla
pero es más rica y es todo esplendor.
“Al perro le gustaría”
Al perro le gustaría
que su dueño le ladrase
y, ladrando, dialogase,
y se bajase hasta él.
Pero le conviene más
conocer la voz del amo
y entender que es un humano,
y hacerse humano también:
y, una vez compenetrados,
una vez que se ha subido,
puede, feliz, desprendido,
abandonarse a él con fe,
porque sabe que ese amo,
al que comprende y respeta
y ama y sigue e interpreta,
sólo actúa por su bien.
Pues, ¿qué diferencia hay,
en cuanto a Dios, con el hombre,
si el hombre, que es inferior,
quisiera que su Creador
se bajase a su nivel,
cuando es mejor para él
subirse al nivel más alto
y comprender que ese salto
será sólo por su bien
ya que, una vez elevado,
LA POLARIDAD FEMENINA EN EL HOMBRE Y LA MASCULINA EN LA MUJER.- Francisco-Manuel Nácher López
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se identifican los dos
y surge una nueva vida
y el hombre, el alma transida,
se ve convertido en Dios?
“Cómo fue, mi Señor?”
¿Cómo fue, mi Señor, caber en mí,
una insignificante criaturilla,
y sembrar en mi pecho la semilla
que me hiciera tender recto hacia Ti?
¿Cómo lo hiciste para que Te viera,
si andaba distraído en tantas cosas
que entonces semejaban ser hermosas,
aunque ninguna fuese verdadera?
¿Y qué esperas de mi, de mi albedrío,
salvo rendirme a Ti y, en Tu presencia
refugiarme, incapaz de resistencia,
y feliz de ser Tuyo y que seas mío?
“¿Por qué será…?”
¿Por qué será, Señor, que no me sacio
de Tu presencia,
y, por sólo una cosa muero, despacio,
y es por Tu ausencia?
¿Por qué será, Señor que, si Te alejas
siento la muerte,
aunque sé, con Tu amor, que me manejas,
para mi suerte?
“Ayer era dichoso…”
Ayer era dichoso,
que Tú estabas conmigo y Te tenía;
pero, todo lo hermoso
que en mi pecho vivía
LA POLARIDAD FEMENINA EN EL HOMBRE Y LA MASCULINA EN LA MUJER.- Francisco-Manuel Nácher López
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se ha hecho tristeza y luto en este día.
Que Te has ido, mi Amado,
y me has dejado solo y sin aliento,
y hueco me he quedado
como palabra al viento;
que yo, sin Tu calor, morir me siento.
“Yo soy feliz y estoy enamorado”
Yo soy feliz y estoy enamorado.
Estoy enamorado de mi Dios.
¡Qué osadía tan grande, haber pensado
en algo tan inmenso y tan atroz!
Mas, fuiste Tú, Señor, quien me has llamado
con voz irresistible, en mi interior;
fue idea Tuya, y Tú el que me has quemado
con la llama sublime de Tu amor;
Y yo, pobre de mí, sin más camino
que entregarme en Tus brazos, deslumbrado,
Te abandoné mi alma, mi destino,
mi corazón, mi mente y, subyugado,
me enamoré a rabiar de mi asesino.
¡Dichosa sinrazón, que me ha salvado!
“Cada instante”
Cada instante del día pienso en Ti;
y es que Tu vibración me da la vida
y, cuando la percibo, tan querida,
un milagro de amor se opera en mí.
Que, desde el feliz día en que Te vi
por que Tú Te achicaste a mi medida,
no tengo otra ilusión que Tu venida
y todo se me antoja baladí.
¿Qué puedo hacer sino dejar, gozoso,
que desemboque en mí de amor Tu río?
¿Qué puedo imaginar más venturoso
que este maravilloso desvarío?
¿Imposible? ¿Increíble? ¿Pretencioso?
LA POLARIDAD FEMENINA EN EL HOMBRE Y LA MASCULINA EN LA MUJER.- Francisco-Manuel Nácher López
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¿Qué me importa, si sé que Tú eres mío?
Qué sorpresa me he llevado…
¡Qué sorpresa me he llevado
al comprobar que, ese Dios
al que tanto había buscado,
estaba ya cobijado
dentro de mi corazón!
¡Qué sorpresa me he llevado
al escucharle decir
que de mí se ha enamorado
y, de amor arrebatado,
se ha venido en mí a vivir
y, que esa voz que he escuchado
tantas veces, es Su voz,
que, a mi oído ha susurrado
y me ha inclinado del lado
de la luz y del amor!
¡Qué sorpresa me he llevado!
¡Qué sorpresa y qué ilusión!
***
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