El Milagro del Sol proclama el Reinado Universal de María por el Dr. Peter Chojnowski Nota del Editor: Este pasado 13 de octubre fue el 90º aniversario del Milagro del Sol en Fátima. He aquí una disertación fascinante sobre el tema, dada por el Dr. Peter Chojnowski en la conferencia Fátima: el único camino para la Paz Mundial en Brasil, en agosto de 2007. Agradezco la invitación para hablar sobre un evento que tiene gran significado para el mundo entero y para mí personalmente. Lo que siempre me sorprende de este gran milagro, tal vez el mayor milagro desde la Resurrección, es cuan poco conocido es en el mundo en general. Este milagro debería sacudir al mundo mismo. Debería sacudir a nuestros gobiernos; debería sacudir a nuestros medios de comunicación; debería sacudir a nuestras propias almas. Y, ¿para cuantos tiene este milagro un efecto profundo? Para citar al famoso racionalista y escéptico francés Renán, “Los milagros no ocurren donde deben ocurrir. Un milagro en París ante tantos cultos podría poner fin a tantas dudas. Pero ay, eso nunca ocurre. Ningún milagro jamás ocurrió ante aquellos que podrían discutirlo y hacer juicios críticos sobre él”. A ese desafío y a esa duda, podemos ofrecer el Milagro del Sol en Fátima el 13 de octubre de 1917. Es por eso que este milagro es tan importante. No solo este milagro refuta a Renán; también es una prueba absoluta de la autenticidad y de la importancia del Mensaje de Nuestra Señora de Fátima. Es en este punto que podemos mencionar nuestra tesis. Este milagro específico –Dios, por supuesto, no hace nada “en general”– está destinado únicamente para nuestros tiempos; para nuestros tiempos “modernos”. Este milagro es el único antídoto para la enfermedad intelectual específica de nuestros tiempos. Al fin de esta conferencia mencionaré las enfermedades intelectuales específicas para las que este milagro es el antídoto. Esas enfermedades son: el escepticismo filosófico, la ambigüedad teológica, y el secularismo político. No hay ninguna duda que este milagro fue destinado a ser una prueba absoluta del Reinado Universal de Nuestra Señora. Quiso ser la iniciación del Reinado Universal de Nuestra Señora como Reina de todo el mundo. Pero, como católicos que valoramos y comprendemos la validez de la razón y la evidencia, debemos preguntarnos, ¿qué otorga credibilidad a este Milagro del Sol? Cuando nos hacemos esta pregunta y comenzamos a hacer la investigación, quedamos asombrados ante cuanta evidencia hay para apoyar la validez de la significación de este milagro. Hay 1 http://www.fatima.org/span/peaceconf/brazil_2007/transcripts/pc3.pdf tantos testimonios contemporáneos. Puedo mencionar sólo algunas de las fuentes básicas que testifican la verdad de este milagro. La prensa contemporánea es la primera de estas fuentes. En realidad, fue la prensa anticlerical masónica de Portugal la primera en informar de este milagro. 1917: Relato periodístico sobre el Milagro del Sol La prensa masónica testifica a la autenticidad del milagro Cuando buscamos fuentes seguras respecto a eventos históricos, siempre es mejor consultar aquellas que no tienen “tendencias” o “intereses creados” en los hechos. Si estas testifican la verdad del hecho histórico, el hecho es inmensurablemente respaldado. Sin embargo, si los testigos son profesionalmente hostiles e incluso testifican la verdad de la pretensión de sus oponentes, el testimonio es de incalculable valor. Tenemos esa clase de testimonio en el relato de Avelino de Almeida, Editor en Jefe de O Seculo, un diario liberal, anti-clerical y masónico de Lisboa. El Señor de Almeida fue, de hecho, un testigo de los hechos en la Cova da Iria. 2 http://www.fatima.org/span/peaceconf/brazil_2007/transcripts/pc3.pdf A este testimonio de los anti-católicos, agregamos el testimonio de la Iglesia. La investigación oficial del milagro en si comenzó en noviembre de 1917. Monseñor Vidal, quien estaba a cargo de la diócesis de Lisboa, instruyó al párroco para que emprendiera una inmediata investigación sobre el caso. Así, la Iglesia desde el principio, estuvo investigando las declaraciones y entrevistó a los testigos. Esa investigación fructificó cuando el Obispo de Fátima, Mons. José Correia da Silva aprobó oficialmente las apariciones como dignas de fe. Eso no pudo resultar difícil, ya que, a diferencia de muchos hechos históricos, los hechos del 13 de octubre en Fátima tuvieron innumerables testigos, cuyos testimonios concordaron, y dejaron incontables documentos. Estos relatos innumerables de los hechos de ese día de octubre fueron meticulosamente documentados desde el principio hasta nuestro propio tiempo. Estos relatos de los hechos se reunieron en las décadas en que los testigos presenciales aún estaban vivos, dejando abierta la posibilidad que los relatos fueran refutados por los testigos presenciales. Ellos pudieron hacer objeciones cuando se conocieron los relatos, pero ninguno lo hizo. En realidad, en el 60º aniversario del Milagro del Sol aún había unos 30 testigos presenciales que entonces podían testificar sobre los hechos de ese día. Lo que también se agrega a la veracidad de la reivindicación del Milagro del Sol es el hecho que el milagro mismo fue presenciado ese día por unas 70.000 personas. Su testimonio es unánime. Sin embargo, ¿quienes fueron esos testigos, además de nuestro periodista masónico Avelino de Almeida? ¿Fueron solamente campesinos católicos portugueses que asistieron al milagro anticipado? He aquí la respuesta: por supuesto que no. El historiador portugués Leopoldo Nuñes, quien estuvo presente en el lugar el 13 de octubre dice, “En el momento del gran milagro estaban allí presentes algunos de los más ilustres hombres de las letras, de las artes y de las ciencias, y casi todos eran incrédulos que fueron por curiosidad, llevados por la predicción de los videntes. Aun estaba allí el Ministro de Educación del gobierno masónico”. Así, vemos aquí como queda refutado Renán, porque los hombres que él dijo que no están presentes en los milagros, estuvieron presentes en Fátima en el momento del milagro. Aquí tenemos a Nuestra Señora, a pedido de Lucía, que obró para probar la autenticidad de Su Mensaje de Fátima a los incrédulos. Otra vez, volvemos al relato de los sucesos milagrosos del día 13 de octubre que nos diera Avelino de Almeida, el testigo auto declarado anticatólico. Es digno de notar que los editores de los otros periódicos anticlericales atacaron a de Almeida por su informe. Pero incluso frente de tales críticas de sus camaradas, él no se retractó de su testimonio. En realidad, 15 días después de su relato original del milagro, él publicó otra historia sobre los hechos, esta vez ilustrándola con 12 fotografías tomadas de la multitud durante el Milagro del Sol. A lo largo de este artículo, de Almeida solo siguió repitiendo, “Yo vi... yo vi... yo vi”. 3 http://www.fatima.org/span/peaceconf/brazil_2007/transcripts/pc3.pdf Testimonio del Dr. Almeida Garret Sigamos el relato de Avelino de Almeida, agregándole el de otro testigo presencial, el Dr. Almeida Garret, profesor de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Coimbra, obtenido por el Canónigo Formigão. Para de Almeida, la historia comienza el 12 de octubre de 1917, cuando él llega a Fátima para “ver” el no cumplimiento de la profecía de un milagro. Aquí el incrédulo – quien, es obvio, quedó impresionado con la fe de los creyentes, dice, “En el camino, encontramos los primeros grupos que están en camino hacia el lugar santo, unas buenas 13 millas (20 km.)... Los hombres y las mujeres van descalzos en su mayor parte, estas últimas llevando sus zapatos en bolsas sobre la cabeza, mientras los hombres se apoyan en delgados palos y también están prudentemente armados de paraguas. Aparentemente indiferentes a lo que está ocurriendo a su alrededor, no parecen notar el paisaje ni a sus compañeros de viaje, pero murmuran el Rosario mientras van inmersos en sus pensamientos... Una mujer recita la primera parte del Ave María e inmediatamente sus compañeros continúan la segunda parte en coro. Ellos se mueven rítmica y rápidamente para alcanzar el lugar de las apariciones al anochecer. Aquí, ellos dormirán bajo las estrellas, guardando los primeros y mejores lugares cerca del pequeño árbol”. Qué relato conmovedor. El periodista ha sido profundamente tocado por lo que ve. Sólo podemos preguntarnos por su actitud. Tal vez era de compasión por lo que él pensó que eran patéticas esperanzas de la gente. Llovió toda la noche. Ese fue un cambio de tiempo de lo que solía ocurrir a principios de la estación del otoño. Fue como si Nuestra Señora estuviera manejando perfectamente la escena para enfatizar el milagro. La lluvia transformó los caminos polvorientos en cenagosos lodazales. ¿Qué dijo de Almeida sobre la respuesta de la gente a estas condiciones adversas? “Ellos no pierden la esperanza ni olvidan la causa por la que vienen”. Llegó el día 13 de octubre. De Almeida continúa, “A las 10 de la mañana el cielo estaba completamente oculto detrás de las nubes y la lluvia comenzó a caer en serio. Barrida por los fuertes vientos y golpeando los rostros de la gente, empapaba a los peregrinos, a menudo sin protección contra el agua, hasta la médula de los huesos... Pero ninguno se quejaba ni volvía atrás... Horas de espera... La gran masa de gente se congrega alrededor de la encina que, de acuerdo a los niños, es el pedestal de Nuestra Señora”. Lo que nos asombra del Milagro del Sol es la especificidad de Nuestra Señora, tal como Dios mismo es tan específico en todo lo que El hace. Dios no sólo crea, sostiene o guía en “lo general”. Nuestra Señora dijo en julio de 1917 que obraría un milagro a mediodía del 13 de octubre. Pero fue después del mediodía, ¿cómo podemos decir que la promesa de Nuestra Señora se estaba cumpliendo? Aquí es necesario decir que el gobierno 4 http://www.fatima.org/span/peaceconf/brazil_2007/transcripts/pc3.pdf portugués, debido a la beligerancia junto con Francia y Gran Bretaña durante la I Guerra Mundial, decidió que los relojes debían ser adelantados en 90 minutos para que Portugal pudiera estar en la misma zona de tiempo que sus pares beligerantes. El 13 de octubre de 1917, a la 1:30 p.m. era verdaderamente mediodía, hora solar. La hora del milagro se aproximaba. La presencia de los videntes es anunciada poco antes de la hora fijada para la aparición y el milagro; ellos llegaron aproximadamente media hora antes. Las pequeñas Jacinta y Lucía, coronadas de flores, fueron llevadas al lugar donde se había erigido una plataforma. Cuando Lucía les pidió, no, les ordenó que cerraran sus paraguas en medio de la lluvia que los empapaba, algo que va contra la intuición, la orden es transmitida y ejecutada de inmediato sin resistencia. Luego ellos esperan. ¿Qué ocurriría si no había ningún milagro? Pero lo hubo. Cerca de la 1:30 p.m., un sacerdote que estaba al lado de los niños y había estado esperando desde el atardecer, comenzó a ponerse impaciente. “Mirad, es mediodía. Nuestra Señora no miente. Bueno. Bueno”. Después de unos pocos minutos sin que nada ocurriera excepto la lluvia que caía a cántaros sobre los miles descubiertos, el sacerdote miró nuevamente su reloj y dijo, “Mirad, es mediodía. Nuestra Señora no miente. Es pasado el mediodía. Ustedes ven que esto es todo un engaño. Váyanse. Desaparezcan. Es un engaño.” En respuesta a este escepticismo y duda, Lucía rechazó irse. Era mediodía, así el sacerdote comenzó a empujar a los niños fuera del lugar. Entonces obró la fe simple de Lucía. Ella comenzó a llorar diciendo, “Si alguien quiere irse, yo me quedaré aquí donde estoy. Nuestra Señora dijo que vendría. Ella vino las otras veces y Ella vendrá también esta vez”. En ese momento, Lucía miró hacia el este y dijo a Jacinta, “Jacinta, arrodíllate. Nuestra Señora está viniendo. Yo vi el relámpago”. De acuerdo al relato de la Hermana Lucía, el sacerdote impaciente no dijo una palabra más y los niños nunca volvieron a verlo. Fue en ese momento que comenzó el milagro. Aquí están las etapas del Milagro del Sol: Para la lluvia Lo que es verdaderamente asombroso sobre este milagro es que Nuestra Señora “dirigió” todos los pasos del evento. Cada aspecto del milagro fue dirigido para acentuar la naturaleza milagrosa del fenómeno. El Dr. Almeida Garret relata, “El cielo, que había estado cubierto todo el día, aclara repentinamente, la lluvia para y luce como si el sol fuera a llenar con su luz el campo que la mañana invernal había puesto tan deprimente.” El cambio repentino del tiempo sorprendió a todos los asistentes. El Dr. Pereira Gens relata simplemente, “La lluvia paró repentinamente”; “paró repentinamente,” por supuesto, en el momento exacto que había sido predicho para que tuviera lugar el milagro. La visión del sol ¿Por qué “la visión del sol”? Porque en ese momento, contrariamente al fenómeno normal, todos, y este es un testimonio unánime, sin contradicción, pudieron mirar el sol 5 http://www.fatima.org/span/peaceconf/brazil_2007/transcripts/pc3.pdf claramente, directamente, y sin pestañear ni cerrar los ojos. Ninguno necesitó volver los ojos. Esto es lo que dice el editor de O Seculo, “Entonces ellos vieron un espectáculo único, [un] espectáculo increíble para ninguno que no lo presenciara. Desde el camino... uno pudo ver la inmensa multitud volverse hacia el sol, el cual apareció libre de nubes y en su zenit. Parece un disco de plata pálido, y es posible mirarlo sin la menor molestia”. El Dr. Garret, sin embargo, hizo esta observación, “Yo... lo vi [al sol] como un disco con el contorno recortado limpio, luminoso y brillante, pero que no lastimaba los ojos. No concuerdo con la comparación que escuché que se hizo en Fátima – la de un disco de plata pálido. Tenía un color claro, rico, brillante, teniendo algo del brillo de una perla... Lo sentí como si fuera un cuerpo viviente... Brillaba como una rueda de vidrio hecha de madreperla... Fue un hecho remarcable que uno pudiera fijar los ojos en este brasero de luz y calor sin ningún dolor en los ojos o ceguera de la retina”. La danza del sol Uno podría pensar que eso sería suficiente, poder mirar el sol sin necesidad de volverse, pero Nuestra Señora quiso demostrar su poder de una manera más convincente. Así, ese sol que todos los presentes pudieron observar sin irritación, “danzó”. Eso fue llamado por muchos del común de la gente presente, “La danza del sol”. De Almeida dice respecto a esta “danza”: El sol tembló, el sol hizo increíbles movimientos repentinos fuera de todas las leyes cósmicas – el sol “danzó de acuerdo a la expresión típica de la gente. Se sacudió y tembló, pareció como una rueda de fuego”. El Dr. Garrett agrega, “El disco del sol no permaneció inmóvil. No tenía la luz brillante de un cuerpo celestial pues daba vueltas sobre si mismo, como un torbellino”. También “giró como una rueda de fuego, tomando todos los colores del arco iris... Parecía una bola de nieve revolviéndose sobre si misma”. De acuerdo a Ti Marto, el padre de Francisco y Jacinta, “En un cierto momento el sol pareció detenerse y luego comenzó a moverse y a danzar... Sin embargo, el sol se detuvo, sólo para comenzar su extraña danza nuevamente después de una breve interrupción, girando sobre si mismo, dando la impresión de aproximarse o retroceder.” Esta “danza”, que fue vista por los 70.000 testigos, fue repetida tres veces durante el curso de los 10 minutos del largo milagro. Todos los colores del arco iris Con la danza del sol comenzó a ocurrir algo más. El paisaje, y todo en él, comenzó a tomar, en sucesión, todos los colores del arco iris. El Dr. Garrett testifica, “Durante el fenómeno solar...hubo cambios en el color de la atmósfera... Miré primero en los objetos más cercanos y luego extendí la mirada más allá, tan lejos como hasta el horizonte, y vi todo de color amatista. Los objetos a mi alrededor, el cielo y la atmósfera, estaban del mismo color... Pronto escuché a un campesino que estaba cerca gritar con tono de estupefacción: ¡MIRAD, ESA SEÑORA ESTA TODA AMARILLA! Y en realidad todo, lo cercano y lo lejano habían cambiado al amarillo. La gente pareció como si estuviera sufriendo de ictericia... Mi propia mano estaba del mismo color”. El mismo exacto informe 6 http://www.fatima.org/span/peaceconf/brazil_2007/transcripts/pc3.pdf vino de otro testigo. María do Carmo, “El sol tomó todos los colores del arco iris. Todo tomó esos mismos colores: nuestros rostros, nuestras ropas, la tierra misma”. La caída del sol Ahora vamos a una parte del milagro que hizo creer a muchos de los presentes en la escena de la Cova da Iria que el mundo se estaba terminando – tal fue el espanto de la experiencia. Esa fue claramente la advertencia de Nuestra Señora que el Mensaje de Fátima no era solo un “mensaje” sino también, una muy grave advertencia. Lo que ocurrió en esa etapa del milagro es llamada la “caída” del sol. “Luego, repentinamente, uno escuchó un clamor, un grito de angustia alzándose de toda la gente. El sol, girando frenéticamente, pareció desprenderse del firmamento y avanzar amenazadoramente sobre la tierra como si fuera a aplastarnos con su masa enorme y ardiente. La sensación durante esos momentos fue terrible”. Nuevamente, “El sol comenzó a moverse y a danzar hasta que pareció que iba a separarse del cielo y a caer sobre nosotros. ¡Fue un momento terrible! Pareció como una rueda de fuego que iba a caer sobre la gente”. Alfredo de Silva Santos informa, “El sol comenzó a moverse y en un cierto momento pareció que iba a desprenderse del cielo y a precipitarse sobre nosotros como una rueda de fuego”. Aunque muchos miles estaban esperando la muerte inminente haciendo sus últimos preparativos para ese caso, el milagro no fue el fin del mundo, sino una advertencia y una señal de la misericordia de Dios y del poder intercesor de la Madre de Dios – porque el sol volvió a los cielos. Las ropas de todos estaban secas Entonces el final del milagro; la última manifestación del íntimo conocimiento y del amor que Dios y Su Santísima Madre tienen por la humanidad y los fieles piadosos. Padre Lourenço: “Esa enorme multitud estaba empapada, pues había estado lloviendo incesantemente desde el amanecer. Pero –pienso que esto puede parecer increíble– después del gran milagro todos se sintieron cómodos, y encontraron sus ropas completamente secas, cuestión de general maravilla... La verdad de este hecho ha sido garantizada con la mayor sinceridad por docenas y docenas de personas de absoluta honradez, a quienes yo conocía íntimamente desde la niñez, y quienes están todavía vivas [1937]” También tenemos esto del Dr. Pereira Gens que, “Todavía recuerdo la deliciosa sensación que esta cálida caricia que el sol me daba... [Sentí] mis ropas casi secas ahora, cuando habían estado totalmente mojadas hacía unos pocos momentos”. 7 http://www.fatima.org/span/peaceconf/brazil_2007/transcripts/pc3.pdf Jacinta sacada del campo después del Milagro del Sol. Implicaciones para nuestras vidas y nuestros tiempos ¿Qué ganamos con estas grandes manifestaciones de Dios? ¿Qué debería decirnos este milagro? ¿Qué verdades básicas confirman para nuestras mentes “modernas”? Yo diría esto: En primer lugar, que el Dios verdadero, Señor del Cielo y de la Tierra, mostró Su poder sobre la naturaleza. Él presentó a la mente moderna la idea simple que Dios es omnipotente y sin embargo que Él está presente con nosotros de una manera íntima y personal. ¿Cuándo antes tuvimos un milagro que fue profetizado anticipadamente, hasta el detalle del mismo momento de su cumplimiento? Aun la Resurrección misma había sido profetizada, pero, tal vez sólo Nuestra Señora la estaba esperando. Con el Milagro del Sol, 70.000 personas estaban de alguna manera esperando el milagro, el cual había sido profetizado durante tres meses consecutivos, julio, agosto y setiembre de 1917. En respuesta a los simples pedidos de la sincera Lucía, Nuestra Señora dijo en julio, “En octubre obraré un milagro para que todos puedan ver y creer”. Aquí tenemos, para el fantasma de Renán y para todos los hombres “virtuales” modernos, un milagro que apela a nuestros sentidos. Están ocupados nuestros sentidos obrando con la razón; nuestros sentidos obrando con la razón y hablándonos de la actividad de la Causa Suprema. No fue, sin embargo, sólo una manifestación de la omnipotencia del mismo Dios. El Milagro del Sol ocurrió mientras Lucía y los otros niños estaban viendo la aparición. Lucía indicó que en la aparición, Nuestra Señora extendió Sus manos y fue la luz que venía de Sus propias manos la que se reflejó en el sol en el momento del milagro. El sol danzó para Nuestra Señora, el Arca de la Nueva Alianza, tal como David danzó frente al Arca de la Antigua Alianza. Este milagro habla de la intercesión todopoderosa de Nuestra Señora. La evidencia de este hecho es la razón por la que hay tal conmoción y abstracción cuando los testigos son interrogados “¿qué pensó usted en el momento del milagro?” Ti Marto contestó la interrogación diciendo, “¿Qué pienso yo? Que esto fue el poder de Dios. Y si usted me pregunta otra vez, ¿qué pienso ahora? Pienso lo mismo. ¡Cuan grande es Dios!” 8 http://www.fatima.org/span/peaceconf/brazil_2007/transcripts/pc3.pdf Otro aspecto asombroso de este milagro fue la respuesta de los fieles. Durante el milagro estuvieron rezando, repitiendo el Acto de Contrición, suplicando a Nuestro Señor y a Nuestra Señora misericordia por sus pecados, porque ellos creyeron, tal vez, que ese era el fin de sus vidas. Ellos lo vieron también, sin embargo, como un gran triunfo para ellos – un gran consuelo de Nuestra Señora. Frente a la persecución, frente a la burla de la prensa, del gobierno, de los intelectuales de la Fe Católica, que la Fe fue afirmada de una manera milagrosa que ninguno podría negar. Ésta fue la confirmación de todas sus esperanzas. Quedamos conmovidos cuando leemos de la conmoción que sintieron los fieles después que ocurriera el milagro, cuando vieron que algunos de los otros testigos tenían la cabeza cubierta con sus sombreros. Eso fue un acontecimiento sagrado; de allí el ultraje. Hubo un anciano quien pasó toda la aparición rezando el Credo. El se volvió hacia otro grupo de incrédulos que habían visto lo mismo que él había visto y protestó violentamente y les pidió que se sacaran sus sombreros ante tan extraordinaria manifestación de la existencia de Dios. Las mujeres creyentes respondieron en la misma forma a la sacrílega grosería de los incrédulos. Ellas gritaron, como si sofocadas con emoción, “que lástima, hay todavía hombres que no se descubren ante tan asombroso espectáculo”. Hasta nuestro amigo, Avelino de Almeida, editor de O Seculo se dejó sacudir en su incredulidad. El Milagro del Sol de Nuestra Señora en Fátima es una respuesta a los tres mayores errores de nuestros tiempos: escepticismo filosófico, ambigüedad teológica y secularismo político. 9 http://www.fatima.org/span/peaceconf/brazil_2007/transcripts/pc3.pdf Antídoto para nuestros tiempos ¿Cómo es este evento un antídoto para nuestros tiempos? a. Escepticismo filosófico: ninguno creyó, en el momento del milagro, en la mente autosuficiente de Emmanuel Kant. Todos reconocieron que podemos deducir de nuestra experiencia la realidad y la existencia de una causa trascendente. Para los nihilistas y los agnósticos, el Creador mostró que Él era todopoderoso y sin embargo estaba completamente presente para el hombre en sus cuerpos, en sus deseos y en sus esperanzas. b. Ambigüedad teológica: en el principio de un siglo conocido por su ambigüedad teológica, las doctrinas católicas fueron presentadas inequívocamente en Fátima. La necesidad de la gracia para obtener la salvación. La existencia de las cuatro Ultimas Cosas: el Cielo, el Infierno, la Muerte y el Juicio; la primacía del Papa; la existencia del Purgatorio; la necesidad de la conversión a la Fe Verdadera; la Transubstanciación y el papel de Nuestra Señora como Mediadora de Todas las Gracias. Nosotros también aprendimos que el propósito de la Revelación Divina no es mistificar sino dejar en claro al hombre la imagen completa del Orden de las cosas, la única en la que él vive, tanto en el Orden Creado como en el Increado, y para indicarle su verdadero camino hacia su último fin y su última perfección. c. Secularismo político: ¿Cómo se dirige este milagro al secularismo político? El Milagro del Sol fue destinado a dar fortaleza al Papa, quien fue instruido por Nuestra Señora y Nuestro Señor, a través de la Hermana Lucía, para entrar en los asuntos nacionales de un pueblo – Rusia. El debía usar un medio sobrenatural para entrar en la propia vida de esa nación, para que ésta pudiera alcanzar el rejuvenecimiento nacional por medio de la Consagración a los Sagrados Corazones de Jesús y de María. Esto traería la Paz, el Verdadero Orden, y la Estabilidad a todo el mundo. Esta consagración sería un gran triunfo para el papado, para Rusia y para la jurisdicción indirecta de la Iglesia en los asuntos de las naciones. Y el mundo se levantaría de asombro. Nuestra Señora estuvo allí. Recordemos Sus palabras. “En octubre obraré un milagro” Ella obró el milagro para proclamar el Reinado Universal de Nuestro Señor Jesucristo y Su propio Reinado Universal. En ese acto, para asombro de todos, Ella participó en la propia soberanía de Dios. El sol “volviéndose loco”, en humildad, danzó ante su Reina Soberana. 10 http://www.fatima.org/span/peaceconf/brazil_2007/transcripts/pc3.pdf