Avances en la búsqueda de antidepresivos con mayor rapidez de acción ■ Los estudios clínicos y preclínicos sobre el estrés y la de- presión han demostrado la presencia de un amplio rango de alteraciones neuroquímicas y morfológicas que pudiesen contribuir a la fisiopatología de los trastornos del estado de ánimo. Sin embargo, dada la complejidad y heterogeneidad de estos padecimientos, es difícil poder identificar una sola anormalidad subyacente. Por ello el consenso más aceptado es que en este grupo de patologías existe la participación de múltiples factores causales. Las investigaciones llevadas a cabo en los últimos años han encontrado de manera cada vez más consistente que tanto el estrés crónico como la depresión se asocian a atrofia y pérdida de neuronas y de glía, además de que generan una reducción en el volumen de estructuras límbicas y corticales que son elementos que participan en el desarrollo de estas condiciones. Los hallazgos de alteraciones a nivel estructural han dirigido las investigaciones a determinar qué alteraciones subyacentes en los sistemas de señalización están presentes y cuáles son los factores neurotróficos que contribuyen a los cambios morfológicos. La mayoría de los antidepresivos actuales requieren de tiempo para generar sus efectos y, además, su eficacia es limitada ya que no todos los pacientes responden igual. Esto implica entonces que se requieren nuevos medicamentos que sean más efectivos y que además tengan un inicio de acción más rápido. De acuerdo a los resultados de algunos reportes clínicos recientes, la ketamina (un antagonista del receptor NMDA) podría ser un buen candidato para lograr estos objetivos. Hay evidencia de que una dosis única de este fármaco produce una respuesta inmediata (horas después de administrada), particularmente en pacientes considerados como resistentes a los tratamientos. Ya se contaba con estudios preclínicos que habían demostrado que la ketamina incrementa las conexiones sinápticas, lo que revierte la atrofia neuronal causada por el estrés crónico, por lo que ahora ya se tienen evidencias sustentadas de cómo este tipo de agentes de acción clínica rápida generan estos cambios estructurales. Los estudios con imágenes cerebrales han producido evidencia de que en la depresión y en otros trastornos relacionados al estrés (como el de estrés postraumático) se reduce el volumen de algunas estructuras del cerebro como el hi- Vol. 25, Número 6, Junio 2014 pocampo, con lo cual hay una deficiencia de conectividad. Esta estructura es rica en receptores de glucocorticoides que proporcionan un mecanismo de regulación negativa sobre el eje hipotálamo-hipófisis-adrenal (HHA). La reducción volumétrica del hipocampo se asocia a la duración de la enfermedad y está inversamente relacionada con el tiempo de tratamiento. Además, la reducción se revierte cuando se proporciona un tratamiento antidepresivo exitoso. También hay evidencia de una reducción de volumen de zonas corticales que incluyen a la corteza subgenual y a la del cíngulo. Se ha identificado que la reducción del volumen de estas estructuras se debe a una reducción del tamaño de los cuerpos celulares y no a una reducción en sí de la población celular. Esto implica por consiguiente que el efecto produce alteraciones de los procesos neuronales y modificaciones de los contactos sinápticos. De hecho, un reciente trabajo demostró, en un grupo limitado de individuos con depresión, una reducción del número de sinapsis en la región dorso-lateral de la corteza prefrontal. En animales, el estrés crónico produce una disminución del número y longitud de las dendritas apicales de las neuronas piramidales, así como una reducción de las conexiones de las espinas sinápticas, tanto en la corteza prefrontal como en el hipocampo, por lo que es muy probable que estos mismos cambios se generen en los pacientes. Estas alteraciones contribuyen entonces a una desconexión funcional y a una pérdida (en el humano) del control de las emociones. También ha quedado demostrado que en estas reducciones de volumen participan de igual manera las células gliales. Por otra parte, hay evidencia preclínica de que los medicamentos con efecto antidepresivo revierten la pérdida de las conexiones sinápticas, siendo claro que el efecto únicamente se presenta en animales previamente expuestos al estrés y no en los que no recibieron la exposición. El proceso de reconexión requiere de varias semanas de tratamiento, lo cual concuerda con el tiempo requerido para que el efecto clínico se manifieste. También se ha demostrado que los tratamientos crónicos incrementan la neurogénesis en el hipocampo y favorecen el nacimiento de nuevas células gliales las cuales, como se sabe, aportan un efecto metabólico para las neuronas. Estos efectos y el mecanismo que los revierte con la utilización de fármacos del tipo de la ketamina, se pueden observar gráficamente en la figura 1. El descubrimiento de un medicamento que actúa rápidamente –y por medio de un mecanismo novedoso– ha tenido un gran impacto en el campo de la neurobiología de las depresiones y ha marcado nuevas vías para el desarrollo de compuestos innovadores. Ahora lo que se empieza a estudiar son las vías moleculares y de señalización celular que intervienen en estos procesos. De acuerdo a lo que se 55 Ánimo normal Depresión estabilidad sináptica desestabilización sináptica Efecto antidepresivo rápido formación sináptica NMDA Estrés Ketamina reducción de BDNF AMPA AMPA AMPA Enriquecimiento por superación y ejercicio; formación sináptica BDNF Impulso de glutamato GSK3 Recaída a depresión Falla del mantenimiento sináptico GSK3 Akt Akt mTOR Espina Figura 1. conocía sobre las modificaciones sinápticas que ocurren en las alteraciones de memoria y aprendizaje, se requiere la activación del glutamato para revertirlas, por lo que resulta intrigante que el efecto antidepresivo en este caso se genera con un mecanismo antagonista sobre el receptor NMDA. Una hipótesis que ha surgido para comprender esta contradicción es que es posible que lo que produzcan la ketamina y otros antagonistas de NMDA sean cambios de rango de los receptores, con lo cual aumenta la población del subtipo NMDA a partir de los del subtipo AMPA, con lo cual se contribuye a un incremento de la función sináptica. También se ha considerado la posibilidad de que al bloquear a los receptores NMDA se incremente la transmisión glutamatérgica. Además del bloqueo que la administración de ketamina genera sobre los receptores NMDA, el efecto incluye también un incremento de niveles extracelulares de glutamato, particularmente en la corteza prefrontal. Es posible que este efecto sea debido a que al bloquear a los receptores NMDA de las interneuronas gabaérgicas se inhiba su tono de disparo generando entonces una desinhibición de la transmisión glutamatérgica. El incremento de la actividad del glutamato generado por la ketamina lleva finalmente a la activación de la maquinaria de señalización responsable de estimular la formación de sinapsis. Esto incluye la activación de un factor de señalización específico, el mTORC1, que es el que controla la traslación de las proteínas sinápticas que se requieren para la formación de nuevas sinapsis. Esto también se presenta en la figura 1. Otro aspecto importante a resaltar es que, al parecer, para que se lleven a cabo todos estos efectos con la ketamina, se requiere de la intervención 56 del factor neurotrófico BDNF. Por ejemplo, se ha encontrado que los efectos agudos de la ketamina sobre la depresión se reducen en forma significativa en aquellos pacientes que son portadores de uno de los alelos que reduce la producción de este factor neurotrófico. Debido a que la ketamina tiene ciertos riesgos de administración, en la actualidad se están buscando otras opciones que, con menor riesgo, puedan generar el mismo efecto. Un hallazgo interesante en este sentido es el de la combinación de ketamina con litio. Los modelos en roedores muestran que su aplicación a dosis menores que las requeridas cuando su uso es individual, producen efectos antidepresivos a corto plazo como es el caso de la prueba del nado forzado. Los estudios in vitro con esta combinación muestran que ésta incrementa el número y funciones de las espinas sinápticas en la corteza prefrontal. En resumen, se puede decir, por consiguiente, que la combinación ketamina/litio a dosis bajas podría ser una interesante estrategia de tratamiento con características de mayor seguridad y de toxicidad reducida. En conclusión, los efectos antidepresivos de rápida instalación que produce la ketamina indican que es claro que existen diferentes mecanismos, aún no suficientemente identificados, que posiblemente estén involucrados en la fisiopatología de la depresión. La ketamina produce una rápida activación del glutamato y estimula a la cascada de señalización en la que participan el BDNF y el mTORC1, con lo cual se incrementan las conexiones sinápticas en la corteza prefrontal. Es importante señalar que los efectos agudos de la ketamina sobre el glutamato son transitorios, lo cual evita el fenómeno de excitotoxicidad, mientras que la respuesta sinaptogénica es más persistente (varios días). Vol. 25, Número 6, Junio 2014 Esta información está apoyada por los resultados que se Bibliografía están encontrando con el uso de otro fármaco: la escopolaDUMAN RS: Neurobiology of stress, depression, and rapid acting antimina. Se empieza a demostrar que este compuesto, que es depressants: remodeling synaptic connections. Depression and Anxiety, un antagonista del receptor muscarínico, tiene efectos anti- 31:291-296, 2014. depresivos agudos y pasajeros y que también induce la for- VOLETI B, NAVARRIA A, LIU RJ y cols.: Scopolamine rapidly increamación de sinapsis por medio de la inducción de mTORC1. ses mTORC1 signaling, synaptogenesis and antidepressant behavioral responses. Biol Psych, 74:742-749, 2013. El objetivo entonces, con esta información, será identificar CASTREN E: Neuronal network plasticity and recovery from depression. antidepresivos nuevos de más rápida acción que sean lo su- JAMA Psych, 70:983-989, 2013. ficientemente seguros. Vol. 25, Número 6, Junio 2014 57