LIGA ARABE BIMUN XIV LIGA ARABE GUIDE LIGA ARABE Tema 1: Conflicto entre las Sunnitas y Chiitas los genocidios en la región, y repercusión de esta situación en la violencia extremista y mundial. Contexto histórico: La historia de la división del islam entre sunitas y chiítas se inició tras la muerte del profeta Mahoma, en el año 632 después de Cristo, cuando sus seguidores empezaron a cuesSonarse quién sería su sucesor en el Gobierno del califato islámico. Algunos argumentaban que el poder debía designarse por gracia divina y que un parentesco familiar con Mahoma era más que una señal para elegir al futuro líder. En ese senSdo, ese pequeño grupo (CHIITAS, o 'parSdarios de Alí') creía que el mejor postor para el califato era Alí, primo y yerno de Mahoma. Otros expresaron su desacuerdo con el privilegio exclusivo de los sucesores de sangre del Profeta. Según ellos, la cabeza del Califato debía ser elegido por la mayoría de los miembros de la comunidad musulmana. Esta posición fue explicada con extractos de la Sunna, un libro que conSene las palabras del Profeta y sus seguidores. Por esta apelación a la Sunna, el bando fue nombrado "sunitas". Aunque el origen de la disputa entre las dos comunidades musulmanas es esencialmente sucesionista, en la actualidad hay otras razones por las que el pueblo iraquí es escenario de una guerra civil. El sucesor nombrado por Mahoma tuvo que esperar más de 30 años para converSrse en el cuarto Califa, ya que los hombres más poderosos de la Meca designaron a Abu Baker como el primer líder del Califato y, posteriormente, a otros dos califas. Sin embargo, el pueblo árabe se levantó y exigió que Alí fuera el cuarto califa, un honor que sólo duró cuatro años, al cabo de los cuales, el yerno de Mahoma fue asesinado. De acuerdo con el analista políSco Marcos Peckel, los orígenes de la tradición musulmana son bastante violentos y aunque esencialmente los chiitas y los sunitas comparten las mismas prácScas religiosas, rinden culto al mismo Dios y siguen las enseñanzas del Corán, existe entre esas dos corrientes de la religión islámica unas diferencias irreconciliables que durante siglos han perpetuado el odio y la división. Contexto actual: En la actualidad, la violencia fraScida entre los musulmanes no sólo está impregnada de Sntes mísScos si no que Sene muchísimas implicaciones de orden políSco y económico. En el fondo, existe un gran problema que Sene que ver con las relaciones entre el Gobierno y la religión en el mundo musulmán. “Para los chiitas es de vital importancia la figura del imán.Ellos consideran a sus doce imanes como las máximas autoridades del estado islámico, y como un líderes totalmente autónomos del Estado”, explica el Imán Julián Arturo Zapata del Cetro Cultural Islámico de Bogotá. LIGA ARABE “Los líderes chiitas son bastante independientes de los gobiernos, ellos mismos crean un tejido social a su alrededor y reciben el zakat, que es un diezmo de la gente. Son poderosos por sí mismos”, explica Zapata. Por el contrario, los sunitas dependen económicamente de la estructura estatal y de la opinión del Gobierno y su líder Sene muy poca injerencia en asuntos políScos, a menos que haga parte del poder de turno. El Medio Oriente confronta dos conflictos básicos y paralelos. Uno entre chiitas y sunitas. Otro entre estados y organizaciones islamistas para quienes dichos estados consStuyen una afrenta al Corán. Durante varios años dentro de las monarquías del Golfo, con parScular referencia a dos de ellas, se consideró que el conflicto fundamental era el primero y en tal senSdo se buscó instrumentalizar a las organizaciones islamistas para enfrentar a los chiitas y a sus aliados, entre los que destaca el régimen de Assad en Siria. La impresionante expansión de EIIL (Estado Islámico de Irak y del Levante) alteró radicalmente la ecuación anterior. Al proclamar un Califato Islámico esta organización se transformó en enemigo existencial de los estados de la región y, en parScular, de las monarquías del Golfo. En efecto, un Califato no está sujeto a fronteras y su objeSvo es el de expandir sus dominios y la pureza de su fe tan lejos como la fuerza de sus armas lo permita. No en balde las monarquías del Golfo han hecho causa común con Washington en una gran coalición internacional en contra de EIIL. Expanción Chiita: Antes de ser asesinado, Alí trasladó la capital de Medina hacia Kufa, una ciudad ubicada en Serras de Iraq, la anSgua Babilonia, que se había converSdo en un importante centro para la religión islámica. Ese importante antecedente histórico marcaría entonces el desarrollo de los acontecimientos en el país árabe. Tras la muerte de Alí, Iraq se convirSó en un territorio predominantemente chiita. Las mayorías chiitas comenzaron a expandir su influencia y a prepararse para la llegada del doceavo imán, aquel que salvaría a la humanidad. “Durante más de catorce siglos los chiitas se dedicaron a visitar las tumbas de sus imanes y a edificar construcciones alrededor de los mausoleos, una de las prácScas más criScadas por sus enemigos sunitas y que ha sido empleada como un argumento del wahabismo, una corriente minoritaria del islam, para radicalizar aún más las diferencias entre chiitas y sunitas”, asegura el imán Zapata. Según el analista Peckel, las fronteras del Iraq moderno fueron creadas de forma arSficial, como resultado de la reparSja colonial que hicieron los británicos y los franceses del Medio Oriente, A una comunidad divida, casi desde sus mismos orígenes, se le impuso además la obligación de convivir dentro de una nación que estaba muerta desde antes de nacer. LIGA ARABE “Musulmanes chiitas, sunitas y los mismos kurdos, fueron forzados a cohabitar un territorio común y a formar parte de una nación de la que no se senjan parjcipes. Por eso la única manera de mantener un país bajo control y un Gobierno central coherente era implementando un régimen déspota, cosa que Saddam Hussein entendió a la perfección”, explica Peckel. La era Hussein: Desde 1979, cuando Hussein asumió la Presidencia iraquí, la comunidad sunita de la que él hacía parte, concentró todo el poder, lo que por supuesto implicó la marginalidad absoluta para los chiitas y la agudización de la violencia sectaria en Iraq. Durante años, las milicias de ambos bandos han librado una guerra que nunca ha querido llamarse por su nombre, miles de iraquíes muertos en atentados en Iraq, se suman a las vícSmas de las batallas emprendidas por Hussein contra sus vecinos. “Iraq es un pueblo de odios, marcado por una historia que va más allá de la división religiosa entre chiitas y sunitas. El de Iraq es un pueblo desunido, de senSmientos más tribales que nacionalistas que sobrepasan las fronteras religiosas”, explica Zapata. Bajo este panorama, cabe pensar entonces que el futuro de Iraq no es nada alentador y que tras la ejecución de Hussein, la eterna disputa entre chiitas y sunitas, no sólo va a aumentar, sino que se va a recrudecer en proporciones dantescas. Las cosas empeoraron en Iraq cuando George W. Bush invadió el país árabe con el pretexto de enfrentar al terrorismo internacional y de buscar unas armas químicas que nunca aparecieron. Según el politólogo Eugenio Gómez Marjnez, la invasión estadounidense desencadenó muchos más conflictos al interior de Iraq, que por obvias razones se van a agravar con la caída del régimen de Hussein y su posterior su ejecución. “Sadam era el representante de una de las tres grandes comunidades que conforman el arSficial estado de Iraq y su derrocamiento y su ejecución lo transforman en un márSr de la causa sunita, lo que deriva en acciones violentas gravísimas de sunitas sobre todo contra chiitas, los más beneficiados con la caída del ex dictador”, asegura Gómez. En ese mismo senSdo, Peckel señala que toda la violencia represada y los senSmientos de odio van a soltarse, tras el final de la era Hussein. “En el nuevo Gobierno de Iraq hay mayoría chiita, y los sunitas están perdiendo todos los privilegios que tenían antes. Por eso están llevando a cabo una sangrienta escala insurgente especialmente contra los chiitas”. LIGA ARABE La realidad del país árabe está muy lejos de ser pacífica. Y es que en Iraq la insurgencia es muy compleja y no sólo se reduce a un grupo de chiitas contra sunitas, sino que implica unas comunidades divididas en clanes que Senen sus propias ideologías y que, poco a poco, han sido penetradas por las influencias de los yihadistas de Al qaeda y saqueadas por la invasión occidental que ahora Sene dos opciones: quedarse en Iraq y aumentar casi el triple su pie de fuerza o salir del país árabe y dejar que los iraquíes se las arreglen como puedan. “Pero es casi seguro que ninguno de los dos caminos permiSrá desarScular la insurgencia en Iraq”, concluye Peckel. Bajo el supuesto no comprobado de que Irak buscaba dotarse de armamento nuclear y de que ello colocaría el mismo a disposición de Al Qaeda, se introdujo a este país en una ecuación de la que no era parte. Esto implicó pasar por alto la histórica enemistad entre el islamismo y el parSdo Baath en el poder, que hacía tan poco plausible la asociación entre Al Qaeda y el Estado iraquí. A lo gratuito de la invasión a Irak vino a sumarse una cadena monumental de errores. El primero fue haber visualizado a la misma bajo la ópSca de la comunidad iraquí en el exilio, lo que proyectó un mundo de fantasías sobre la actuación de Washington. El segundo fue asumir una aventura de tal magnitud en medio de un desconocimiento flagrante de las complejidades religiosas y étnicas que se enfrentaban. El tercero fue acabar con el ejército iraquí, lanzando a la calle a cientos de miles de militares cuyo entrenamiento y resenSmiento sirvieron para alimentar a la insurgencia. El cuarto fue enfaSzar la democracia de los votos en un país en el cual ello inevitable significaba entregar el poder a los chiitas y converSr a los sunitas, hasta entonces gobernantes, en minoría sedienta de revancha. Las consecuencias de lo anterior alteraron por completo la faz del Medio Oriente. Se sacó a Irak de la esfera del poder sunita para colocarlo bajo la esfera de influencia iraní; se modificó la correlación regional de fuerzas entre chiitas y sunitas, echando por Serra los mecanismos de seguridad existentes; se energizó políSca, económica y culturalmente a los chiitas a expensas de la angusSa generada entre los sunitas; se promovió la vulnerabilidad políSca de los regímenes sunitas con importantes minorías chiitas. Baste citar, a jtulo de ejemplo, que desde 2003 cientos de miles de peregrinos de países de la región han visitado a Najab y a otras ciudades santas chiitas localizadas en Irak, dando nuevo ímpetu a una idenSdad políSco-­‐religiosa. El orden sunita liderado por Arabia Saudita e integrado por los estados del Golfo, Jordania y de manera más laxa Egipto (y manteniendo a la vez una cautelosa alianza con Turquía), pasó así a enfrentarse a un archipiélago de poder chiita en ascenso liderado por Irán. Este úlSmo abarcaba a Irak y Líbano e incluía a las milicias de Hézbola en Líbano y Hamas en Gaza (manteniendo una estrecha alianza con la Siria de Assad). Desde luego lo más preocupante para los regímenes sunitas era el porcentaje de población chiita al interior de sus propios estados: 75% en Bahréin, 30% en Kuwait, 16% en Qatar, 10% en Arabia Saudita y 6% en Emiratos Árabes Unidos. LIGA ARABE No en balde Siria se convirSó en la oportunidad perfecta para que ambos bandos midieran sus fuerzas, dando lugar a una suerte de guerra civil española en el Medio Oriente. Fue dentro de este contexto que el islamismo radical se convirSó en un instrumento úSl dentro de la confrontación sunita-­‐chiita. Ello hasta que la emergencia del monstruo del EIIL alarmó a chiitas y a sunitas por igual, generando una convergencia disímil de fuerzas con el objeSvo de poner freno a aquel. Es de esta manera que las monarquías del Golfo, y otros estados de la región que apoyaban la caída de Assad en Siria, se han integrado a una coalición de más de cuarenta países liderada por Estados Unidos que busca poner fin a la amenaza de EIIL. Aunque como precondición de esta coalición se sacó del poder a Al-­‐Maliki en Irak y no se incluyó en la misma a Irán y al gobierno de Assad, lo cierto es que en la prácSca Arabia Saudita y Hézbola, Qatar y las milicias chiitas de Irak, Emiratos Árabes y Assad estarán en el mismo bote, luchando contra el mismo enemigo. A pesar del temor a EIIL, el compromiso de los gobiernos sunitas que integran la coalición anterior, y de manera muy parScular el de las monarquías del Golfo, se verá limitado por varias razones. En primer lugar por la desconfianza hacia Washington. La misma deriva entre otras consideraciones de la mala experiencia derivada de la invasión a Irak, de su abandono a Mubarak y de su aceptación al gobierno de la Hermandad Musulmana en Egipto. En segundo lugar por la popularidad que genera la causa de EIIL en sectores importantes de su población (con especial referencia a Arabia Saudita) y por la dificultad de poder explicar a ésta el porqué de un esfuerzo cuyos mayores beneficiarios son los chiitas de Irak y el régimen de Assad. En tercer lugar por la imposibilidad de arScular una coalición estable, a parSr del laberinto de enemistades encontradas que confluye en la oposición a EIIL. Superioridad numérica en el mundo musulmán Sunitas: 87% de los musulmanes. Chiítas: 13% de los musulmanes. Países donde predominan en número Sunitas: Arabia Saudita, Afganistán, Pakistán, Jordania, Kuwait, Yemen, Emiratos Árabes Unidos, Egipto, Túnez, Catar, Libia, Turquía, Siria. Chiítas: Irán, Azerbaiyán, Bahréin, Irak, Líbano LIGA ARABE Países con predominio sunita y Gobierno chiíta Siria Países con el predominio chiíta y Gobierno sunita Bahréin Considerados líderes del islam Sunitas: Abu Bakr, el suegro de Mahoma, y los tres primeros califas justos: Umar, Uthman y Alí (Ali ibn Abi Talib). Chiítas: Ali ibn Abi Talib, el primo y yerno de Mahoma. No reconocen la legiSmidad del gobierno de los tres primeros califas justos. Subramas más importantes Sunitas: wahabitas (salafitas) Chiítas: imamíes, alauitas, ismaelitas, drusos, zaidíes Organizaciones Sunitas: Al Qaeda, Hamas, Talibán, Estado Islámico, Hermanos Musulmanes Chiítas: Hezbolá LIGA ARABE Principales piedras de tropiezo -­‐ Culto del imam. La doctrina del Imamato es una caracterísSca clave del chiismo y el principal desacuerdo con el sunismo. Así, los chiítas creen que los imames, líderes espirituales, son infalibles en todos los asuntos, actos, principios y creencias y que son los intermediarios entre el pueblo y Dios. Los chiítas esperan la llegada del duodécimo Imam que se converSrá en líder musulmán, el Mesías, capaz de instalar el Reino de Dios en esta Serra pecaminosa. Para los sunitas esta concepción es ajena, ya que sosSenen el concepto de adoración directa de Alá, sin intermediarios. El imam, desde su punto de vista, es una figura religiosa ordinaria. La importancia que los chiítas conceden al papel de los imames y Ali y pondría en duda el lugar del propio Profeta Mahoma. Por ello los sunitas creen que los chiítas se permiSeron introducir en el islam innovaciones "indebidas". -­‐ Relación hacia la sunna. Además del Corán, los sunitas reconocen la sunna (las tradiciones del Profeta), y los chiítas el Akhbar (noScia sobre el Profeta). -­‐ Matrimonio temporal (la muta). Es un concepto prohibido entre los sunitas y permiSdo entre los chiítas. -­‐ Lugares de peregrinación. La mezquita Masjid al-­‐Haram en la Meca, la mezquita del Profeta en Medina y la mezquita de Al-­‐Aqsa en la explanada de las mezquitas de Jerusalén son los tres desSnos sagrados de peregrinaje para los sunitas. Los chiítas, además de a estas tres mezquitas, peregrinan también al mausoleo del imam Hussein en la ciudad de Karbala, en Irak. Preguntas: ¿Qué origino este conflicto? ¿Qué países son afectados por este conflicto? ¿JusSfica el contexto histórico los problemas actuales? ¿En que beneficia este conflicto a los países occidentales? ¿Qué repercusiones tuvo la invasión americana a irak? ¿Necesitan los países árabes del apoyo global para tratar este tema? ¿Qué papel juega siria en este conflicto? Tema 2 Latente amenaza terrorista en Egipto por su apoyo a la causa palesSna y el establecimiento de un Estado Islámico. CONTEXTO HISTÓRICO Conflicto palesIno-­‐israelí Tras la guerra de 1948 el estado israelí fue consolidando su población e infraestructura económica. Los desplazados árabes por la guerra sencillamente no fueron admiSdos en el nuevo estado, en un claro intento de no caer en la descompensación demográfica. LIGA ARABE La guerra comenzó como un complot contra el Egipto de Nasser que se había converSdo en un peligroso líder del mundo árabe. El Banco Mundial le negó a Egipto los créditos necesarios y Nasser nacionalizó el Canal. El conflicto acabó con un despresSgio internacional de las potencias agresoras, Francia y Gran Bretaña, aunque el ganador fue Israel que consiguió el paso por los estrechos, protección de la ONU ante los guerrilleros palesSnos que operaban desde Egipto y apoyo económico francobritánico para contener a los árabes en el área. Los efectos de la 2ª derrota árabe de 1956 en la región aumentó de manera notable el ya grave problema de los refugiados tal y como lo reconocía la misma UNWRA, reparSéndose entre los países árabes vecinos, especialmente Jordania. En este caldo de culSvo comenzaron a forjarse diversas organizaciones palesSnas como el MNA de Georges Habache y Al Fatah de Yasser Arafat, entre otras, que trataban de romper la dinámica dependiente que los palesSnos habían mantenido hasta entonces de otras naciones árabes, especialmente de Jordania y de Egipto. As¡ se consStuyó en 1964 la OLP y se aprobó la Carta Nacional PalesSna con una estructura paraestatal y que se mostraba contraria a la parSción como estado. A pesar del opSmismo de Nasser y Chukeiri (OLP) que además era beligerante con Jordania por no aliarse esta vez con los palesSnos, durante la Guerra de los Seis Días de 1967, los israelíes hicieron gala de una elevada precisión en sus ataques, combinando el ataque aire-­‐Serra y consiguiendo conquistar la simbólica Jerusalén, la península del Sinai, Gaza y el Golán. La superioridad militar israelí, armado por EE.UU., una cierta descoordinación logísSca egipcio-­‐siria, y la voluntad de EE.UU. y la URSS que protegían a sus apadrinados pero que también estaban temerosos de¡ embargo de petróleo decretado por la OPER hicieron que el conflicto quedara en tablas. Sin embargo, la OPEP se fue convirSendo con el Sempo en una organización desigual, dominada por los países cada vez más pro-­‐occidentales como se verá posteriormente en la Guerra del Golfo. La negociación entre Egipto e Israel culminó en 1975 con los Acuerdos de Camp David y aunque despertó el repudio de los países árabes y la OLP, se fue perfilando cada vez más firmemente una salida negociada por parte de diferentes gobiernos, que buscaba formas de entendimiento con Occidente, rompiendo el frente común árabe. La Guerra del Líbano aparece como una faceta más del enfrentamiento que los israelíes sosSenen con sus vecinos árabes por su hegemonía en la zona. Su intromisión en Líbano se hace LIGA ARABE efecSva desde los años 70, en medio de la guerra civil que enfrenta al ejército libanés y las Falanges crisSanas contra los sectores musulmanes progresistas y palesSnos fuertemente implantados en el país, especialmente en los campos de refugiados como consecuencia de las guerras anteriores. En medio de este escenario además aparecerán el ejército sirio que llega con una supuesta pretensión de ejercer de árbitro neutral aunque con claros intereses estratégicos que refuercen su flanco en los altos del Golán en manos de los israelíes. La gran ofensiva israelí de 1978 que invade el sur del Líbano, crea un "cinturón de seguridad" que permite situar un pseudo estado a|n bajo la dirección de los paramilitares del Ejército del Sur del Líbano (ESL) del comandante Haddad y que consStuyó el "Líbano Libre" en 1979. La ONU apenas reaccionó interponiendo una fuerza (FINUL) que no fue capaz de evitar los conflictos futuros, ni actuó contra la invasión territorial "de facto" por parte de Israel. A parSr de los años 90 los sectores islamistas de Hezbolá han mantenido una lucha de hosSgamiento contra los israelíes y los hombres de Haddad, que han provocado reiterados ataques de casSgo israelíes, producto de los cuales han sido los miles de muertos y desplazados entre la población civil, a pesar de las moderadas amonestaciones internacionales. Esta políSca militarista de Israel bajo gobiernos del Likud y de los laboristas, muestra hasta qué punto el poder militar hebreo se ha converSdo en hegemónico en la zona. Prueba de ello es el arsenal atómico (el único consenSdo en el área) y una industria armamenSsta que no ha tenido problemas en vender armamento a países bajo dictaduras y que no respetaban los Derechos Humanos. Apoyo de Egipto a PalesSna El ministro de Relaciones Exteriores de Egipto, Mohamed Amr, dijo que Egipto nunca permiSrá que sus relaciones con Israel limiten el apoyo de su país al pueblo palesSno. Amr dijo en una declaración que durante contactos con sus homólogos de Túnez, Jordania y Reino Unido en relación con la situación ahora en curso en la Franja de Gaza y la agresión israelí en la franja, él resaltó que su país condena los actuales ataques israelíes contra civiles palesSnos inocentes. En la declaración se agregó que Egipto trabajará con sus socios internacionales para detener la agresión israelí y para proteger la vida del pueblo palesSno y señaló que el país convocó a una reunión de emergencia del consejo de ministros de Relaciones Exteriores árabes para discuSr los medios para apoyar a los palesSnos. El miércoles, el presidente de Egipto, Mohamed Morsi, decidió reSrar al embajador egipcio en Israel, mientras que el embajador israelí en Egipto volvió a su país con una carta del Ministerio de Relaciones Exteriores de Egipto dirigida a las autoridades israelíes en la cual condena la operación israelí en contra de Gaza LIGA ARABE La Liga Arabe tendrá el sábado una reunión de emergencia de ministros de Relaciones Exteriores con el fin de abordar la operación militar israelí en la Franja de Gaza. Terrorismo en Egipto 1. Los Hermanos Musulmanes La Hermandad Musulmana es un grupo religioso y políSco fundado en la creencia de que el Islam no solamente es una religión, sino una forma de vida. Aboga por un alejamiento de la laicidad y por un regreso a las reglas del Corán como base para la salud de las familias, comunidades y estados. El movimiento rechaza de manera oficial el uso de medios violentos para conseguir sus objeSvos. Sin embargo, anteriormente se relacionó a ciertas remificaciones del grupo con algunos ataques y los críScos culpan a la Hermandad de provocar problemas en otros lugares de Medio Oriente. Muchos lo consideran el precursor del islamismo militante moderno. Ha sido parte de la escena políSca egipcia durante más de 80 años. El grupo fue creado en Egipto por Hassan al-­‐Banna en 1928. El maestro Al-­‐Banna y sus seguidores en un principio se unieron por el deseo de arrebatar a los británicos el control de Egipto y para librar a su país de lo que para ellos eran influencias occidentales “corruptoras”. En sus primeros años, el grupo se concentró en los servicios religiosos, educaSvos y sociales, pero a medida que creció su número de afiliados, se trasladó a la esfera políSca y organizó protestas contra el gobierno egipcio.En la década de 1940, se acusó a un brazo armado de la Hermandad por una serie de actos violentos, entre ellos el asesinato del primer ministro egipcio, MahmudFahmi al Nuqrashi en 1948, poco después de que hubiera ordenado la disolución de la Hermandad Musulmana.El propio Al Banna fue asesinado poco después. Sus seguidores afirmaron que lo habían matado por órdenes del gobierno. El movimiento se hizo clandesSno en la década de 1950 y las décadas de opresión por parte de los sucesivos gobernantes de Egipto condujeron a muchos de integrantes de la Hermandad a huir al extranjero, mientras que otros fueron encarcelados.En la década de 1980, la Hermandad se alejó de la violencia e intentó unirse al proceso políSco, pero el gobierno del entonces presidente de Egipto, Hosni Mubarak, los vetó.No obstante, la Hermandad Musulmana creció durante esa década a causa de un creciente interés en el Islam y la invasión a Iraq encabezada por EU en 2003 provocó un repunte del número de afiliados. 2. Egipto y los Hermanos Musulmanes La Hermandad es el mayor grupo de oposición y más anSguo de Egipto. Cuentan con un amplio apoyo entre la clase media egipcia y sus integrantes controlan muchas de las organizaciones profesionales del país.Hasta 2011 estuvo fuera de la ley, ya que estaban prohibidos los parSdos con bases religiosas. Pero en diciembre de ese año, el ParSdo de la Libertad y la JusScia dominó las elecciones parlamentarias y consiguió casi la mitad de los escaños en disputa. LIGA ARABE La ideología de los Hermanos Musulmanes centra su visión en la creencia de que “el Islam es la solución” y con ello pretenden imponer una especie de orden mundial y un gobierno de la ley islámica o shaarya. Esta corriente ideológica que goza de gran apoyo por parte de los países árabes, y es criScada y rechazada en occidente, es considerada como la organización islamista más anSgua y con mayor número de miembros en el mundo árabe. El movimiento de los Hermanos Musulmanes (también llamados Al-­‐Ijwan al-­‐ Muslimun) fue fundado a inicios del Siglo XX en Egipto, por Hassan El-­‐Banna y se convirSó a principios del XXI en uno de las corrientes centrales del Islam políSco, la cual se ha consStuido como un verdadero desa|o para los dirigentes árabes. Los HHMM fomentan la imposición de un gobierno basado en la shaarya y un califato global, intentando –en primera instancia-­‐ lograr la expulsión de aquellos gobiernos árabes considerados corruptos y tras esto, concluyendo el proceso en el resto del mundo, sobre lo que serán según ellos “las ruinas del actual orden liberal de occidente”. Durante los úlSmos años, el movimiento de los Hermanos Musulmanes se ha visto afectado en Egipto por las múlSples divisiones ideológicas y políScas internas, mostrándose ante las generaciones más jóvenes poco atracSvo como ideología. Aunque el movimiento no ha sido protagonista en las revueltas de Egipto, sus miembros definen la revolución del mundo árabe como una oportunidad histórica para aumentar su fuerza políSca, con el fin de transformar a Egipto en un país islámico. El primer presidente egipcio elegido democráScamente fue Mohamed Morsi, tras ganar la primera elección presidencial que se realizó luego del derrocamiento del presidente Hosni Mubarak. Ello significó un cambió drásSco para la Hermandad Musulmana, que estuvo reprimida durante décadas bajo el régimen de Mubarak. Sin embargo Morsi, quien pertenece a la Hermandad Musulmana, fue acusado – junto con los Hermanos Musulmanes-­‐ por sectores liberales y laicos de intentar monopolizar el poder y restringir reformas de Spo social y económico. Además, su gobierno fue criScado por realizar una serie de acusaciones contra acSvistas, periodistas, entre otras personalidades de la televisión que se atrevieron a dar declaraciones en contra de Morsi y del Islam. El Establecimiento de un Califato El úlSmo califato que el mundo conoció fue el del Imperio Otomano, que se convirSó en historia tras concluir la Primera Guerra Mundial. Ahora el grupo Estado Islámico, que era hasta hace pocos días conocido como ISIS (Estado Islámico de Irak y el Levante, por su nombre en inglés) ha establecido unilateralmente un nuevo califato en las áreas que controla en Irak y Siria. LIGA ARABE En estricto rigor, el "califato" se refiere al proceso de elección del líder religioso y políSco de los musulmanes en el mundo, el califa ("sucesor"), pero también al sistema de gobierno establecido tras la muerte de Mahoma en 632. Debido a que el profeta de los musulmanes no dejó nombrado un sucesor, en aquellos primeros años del Islam se encuentra la raíz de la división que permanece hasta hoy entre sunitas y chiitas. El úlSmo califato, el del Imperio Otomano, que se extendía por todo Medio Oriente y el norte de África, fue abolido por el líder turco Kemal Ataturk en 1924, tras un proceso de decadencia que incluyó la modificación de las fronteras de los territorios que ocupaba por parte de las potencias imperiales europeas. Entre los límites que fueron redibujados estaban los de Irak y Siria, cuyas actuales fronteras fueron definidas por Reino Unido y Francia en 1916, mediante el acuerdo Sykes-­‐Picot (por los apellidos de los diplomáScos de ambos países que lo negociaron). Desde la disolución del Imperio Otomano el establecimiento de un califato gobernado por una estricta ley islámica ha sido el objeSvo de muchos yihadistas y grupos islamistas. Hassan al Banna, fundador de los Hermanos Musulmanes (ahora prohibidos en Egipto) en 1928, decía a sus seguidores que reunir a los musulmanes del mundo bajo un califato debía ser una prioridad. PREGUNTAS 1. ¿Qué consecuencias traería la creación de un califato? 2. ¿Qué incidencia Senen las diferencias entre sunitas y chiitas en la lucha contra ISIS y los Hermanos Musulmanes? 3. ¿Con qué apoyo cuentan los hermanos musulmanes? 4. ¿Por qué ha sido Egipto un punto clave de las discrepancias y conflictos en el Medio Oriente? 5. ¿Qué papel juegan los países no árabes en la solución o empeoramiento del conflicto? 6. ¿Cuál es la relación entre el terrorismo en Egipto y la organización pro palesSna Hamas? 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Su ámbito territorial crece en diversas zonas del planeta, parScularmente en el África Negra, y no se vislumbra que pueda entrar en retroceso en ninguna parte. La civilización occidental se encuentra también en clara expansión. Primero fue una expansión territorial, pero hoy es sobre todo una expansión cultural. Con sorprendente rapidez está asimilando y homogeneizando a todas las culturas del planeta. Impone su sistema económico, sus estructuras políScas, su manera de vesSr, sus deportes y sus esquemas mentales. Japón, China, África Negra parecen orientarse claramente hacia las formas de hacer de Occidente. Incluso la anSgua y profunda civilización hindú pudiera ser vícSma de esta tendencia homogeneizadora. Sólo el Islam parece inmune a esta asimilación. Se perfila como la gran alternaSva a Occidente en el futuro inmediato. Durante más de un milenio han sido culturas rivales profundamente enfrentadas. El Islam ha mantenido su superioridad durante muchos siglos y los musulmanes Senden a creer que esta hegemonía retornará algún día. Pero además las diferencias son profundas. En la manera de vivir occidental la religión consStuye una parte de la realidad, que coexiste con otras que Senen consistencia por sí mismas como la Ciencia, la PolíSca o el Arte. Estas áreas se influyen y se arSculan entre sí de diversos modos, pero son independientes. Domina una concepción fragmentada de la realidad. La religión se percibe como un asunto personal con cierta relevancia social. En el Islam en cambio todo gira en torno a la religión: individuo, sociedad, estructuras económicas o culturales. Los musulmanes perciben una realidad sacra, en la que la religión abarca y unifica todas las facetas de la vida. Para los occidentales en cambio la realidad es esencialmente material. Para un occidental la percepción cienjfica de la materia es esencial y si contradice algún planteamiento religioso éste debe ser revisado y adaptado. Los musulmanes creen que la religión siempre predomina frente a lo material, y además está ya perfeccionada, no cabe adaptación alguna. La asimilación -­‐o el diálogo entre culturas-­‐ es aún más di|cil porque los musulmanes idenSfican muchos aspectos de esta homogeneizadora cultura internacional con lo que su religión les presenta como signos de la proximidad de la Hora Final: pérdida de la honesSdad, acceso al poder de gente indigna, degradación de las costumbres, generalización de la usura, preponderancia de las mujeres sobre los hombres, revuelta de los jóvenes, debilitamiento de la devoción, retroceso del Verdadero Conocimiento. LIGA ARABE EVOLUCION DEL ISLAM El Islam, como todas las civilizaciones, está profundamente condicionado por su pasado. Desde finales de la Edad Media apenas se ha adaptado a los formidables cambios que el mundo ha conocido. Por ello muchos de sus conceptos son formulados igual que antaño, y muchos de los problemas quieren ser solucionados de la misma manera que en Sempos del Islam naciente. Desde sus comienzos, a principios del siglo VII, el Islam conoció una fulgurante expansión. Tras el primer siglo de su existencia se extendía ya desde la Península Ibérica hasta el norte de la India. En esta época se definen las principales variantes religiosas y filosóficas de la religión islámica, que han perdurado hasta nuestros días. En época de los cuatro primeros califas -­‐los "califas bien guiados" (632-­‐659)-­‐ se fija el definiSvo texto del Corán, poniéndose por escrito las revelaciones que Allah había transmiSdo a Mahoma y que hasta entonces se habían conservado fielmente en la memoria de los seguidores del Profeta. También entonces se realiza la primera redacción de la Sunna, recopilación de dichos y enseñanzas del Profeta. El Corán y la Sunna conSenen la ley islámica, la Sharía. En esta época inicial se desarrolla el concepto de Yihad (esfuerzo especial en favor del Islam, mal traducido como "guerra santa"). Esfuerzo dirigido tanto contra el enemigo interior, dentro de cada musulmán, como contra el enemigo exterior si resulta necesario, cuando el Islam se ve gravemente atacado. En torno a Alí, yerno de Mahoma y cuarto de los grandes califas, surgen las principales divisiones que aún perduran en la religión islámica. Depuesto por Muawiyya -­‐de la familia Omeya-­‐ el 659, muere asesinados dos años después. Surge entonces el parSdo de los seguidores de Alí -­‐la Chía-­‐, que considera ilegíSmos a los califas Omeyas gobernantes y defiende los derechos de los hijos de Alí -­‐Hussein y Hassan-­‐ y de sus descendientes. Estos chiíes respetan la Sunna, pero no aceptan su carácter sagrado como hacen el resto de los musulmanes, los sunníes. En su lugar atribuyen gran importancia al conocimiento que se habría transmiSdo oralmente entre los doce Imanes descendientes de Alí. Parte de esta sabiduría habría llegado el clero chií, los mullah. De entre ellos algunos muestran una capacidad especial para interpretar la Sharía, y se les reconoce como ayatollah. Según la tradición chií el duodécimo y úlSmo de los grandes Imanes -­‐el Mahdi, el "bien guíado"-­‐ no ha muerto, sino que es el Imán oculto que ha de volver y restablecer la JusScia Imán es el líder, aquel "que se manSene delante". Los sunníes uSlizan este nombre para referirse a ciertas autoridades religiosas que dirigen la plegaria colecSva y no le otorgan el carácter fundamental que Sene para los chiíes. Sus imanes no son descendientes de Alí ni poseen ninguna sabiduría secreta transmiSda por el Profeta. Entre los sunníes -­‐musulmanes ortodoxos-­‐ se desarrollaron pronto las cuatro grandes escuelas jurídicas de interpretación delCorán y la Sunna1. A mediados del siglo IX estaban ya definidas estas escuelas, consideradas aún hoy las únicas ortodoxas por la mayoría sunní. La cultura islámica tuvo al principio un carácter eclécSco. La propia religión musulmana deriva en gran parte del judaísmo y el crisSanismo. Los territorios conquistados a los bizanSnos y a los persas sasánidas pertenecían a dos de las culturas más desarrolladas de su época. LIGA ARABE Sus aportaciones se integraron con las tradiciones árabes dando lugar a lo que denominamos civilización islámica. Ésta fue -­‐al margen de la lejana civilización china-­‐ la más desarrollada del mundo durante la Edad Media. Tanto el Califato Omeya (659-­‐750), como el Abbasí (desde 750) conocieron un gran esplendor en una época de oscuridad cultural en Europa Occidental. Cuando la fragmentación políSca parece debilitar la pujanza de la civilización islámica surge en Al Andalus el brillante Califato de Córdoba (929-­‐1031), una de las cumbres culturales de toda la Edad Media. Desde el siglo XI la irrupción de los turcos -­‐ya converSdos al Islam-­‐ proporcionará fortaleza militar y políSca a diversos estados islámicos. Ellos son los que frenan la embesSda de las Cruzadas. Jerusalén permanecerá sólo algunos años en manos de los crisSanos. La emergencia de los turcos otomanos en el siglo XV abre un nuevo ciclo de expansión territorial de los musulmanes en Europa. Conquistan el imperio bizanSno (ConstanSnopla, 1453) y conSnuan su avance hacia Europa Central donde en el siglo XVII están por dos veces a punto de tomar la ciudad de Viena. Es el punto culminante de su expansión territorial en Europa. Durante siglos Europa se ha enriquecido con las aportaciones culturales -­‐Literatura, Ciencia, Filoso|a-­‐ que le llegaban de la civilización islámica. Sin embargo desde finales de la Edad Media en el Islam se produce unestancamiento cultural, que contrasta con la vitalidad de la cultura europea. A parSr del siglo XV la Europa crisSana conoce una fuerte expansión económica y comercial que acaba otorgándole una clara superioridad políSca y militar frente al Islam. Las revoluciones industriales y burguesa de los siglos XVIII y XIX consolidan y profundizan este proceso. Franceses e ingleses en el Norte de África desde el siglo XVIII; rusos ocupando el Asia Central en el XIX; reparto del Imperio Turco entre ingleses y franceses en el XX: El colonialismo europeo se abate bruscamente sobre los pueblos musulmanes, generando en ellos una profunda humillación. La religión islámica deja bien claro que los musulmanes (creyentes) son la punta de lanza, la Vanguardia de la Humanidad. Esto fue así durante muchos siglos. Pero cuando dejó de ser cierto, cuando se vieron atrasados y dominados por la civilización que siempre había sido su gran rival, se extendió entre ellos un terrible desconcierto, una profunda crisis religiosa derivada de la contradicción entre sus creencias y la realidad que contemplaban. CONTEXTO HISTORICO Los países árabes del Próximo Oriente consStuyen el núcleo fundamental de la civilazación islámica, pese a encontrarse en una zona de escasa densidad de población. En su territorio tradicional se encuentran La Meca, Medina y Jerusalén, principales lugares sagrados en la religión musulmana. Los árabes eran ya un grupo étnico con lengua y cultura propia antes de la predicación de Mahoma. La expansión del Islam permiSó que su lengua fuera adoptada también por pueblos de diferente orígen, parScularmente en el Norte de África. Aún hoy todo musulmán debe tener nociones de árabe pues es la lengua en la que realizan sus oraciones. En algunos momentos del siglo XX los pueblos que comparten esta lengua han desarrollado el senSmiento de pertenecer a una nación árabe, e incluso e|meros procesos integradores. LIGA ARABE En todo caso los árabes son conscientes de poseer una cultura propia y no se idenSfican excesivamente con pueblos, también musulmanes, que hablan otras lenguas como los turcos, iraníes, kurdos o bereberes. Descolonización Y fin del imperio otomano Al comenzar el siglo XX Turquía es el "hombre enfermo" de Europa. Un Imperio extenso pero absolutamente debilitado, que sólo se manSene en pie por los recelos mutuos entre las grandes potencias. Al estallar la Primera Guerra Mundial se alía con los Imperios Alemán y austro-­‐húngaro. Los pueblos árabes del Próximo Oriente padecían desde hacía siglos la dominación de los turcos otomanos. No resultó di|cil a los ingleses pactar con Hussein, jerife de la Meca, y provocar una amplia rebelión de las tribus árabes frente a los turcos a cambio de promesas de independencia. Pero al mismo Sempo franceses e ingleses acordaban secretamente un reparto de zonas de influencia (pacto Sykes-­‐Picot, 1916) con la mirada puesta en los recursos naturales de la zona. Estas zonas de influencia se concretaron tras la guerra en un conjunto de colonias y protectorados respaldados por la Sociedad de Naciones. Siria y Líbano quedaron bajo control francés. Los reinos de Feisal -­‐Irak-­‐ y Abdullah -­‐Jordania-­‐ quedaron junto a PalesSna y Egipto bajo la influencia británica. Hussein -­‐padre de ambos y jerife de la Meca-­‐ no logró nunca crear el gran reino árabe que se le había promeSdo. Cuando en 1924 intentó proclamarse califa, Ibn Saud -­‐emir del Nayed-­‐ invadió sus territorios y se proclama rey de toda Arabia. En 1923 el Movimiento Nacional Turco dirigido por Mustafá Kemal Ataturk, tras exterminar al pueblo armenio y aplastar a los kurdos, consigue expulsar a los ocupantes extranjeros y establecer una República dictatorial. Un régimen nacionalista y autoritario que impone una occidentalización forzosa, eliminando toda presencia islámica en la políSca o en la cultura. Siguiendo el modelo turco de Kemal, en 1925 el jefe cosaco Reza Khan se proclama Sha de Persia e inicia un amplio programa de reformas de corte occidental. Tras la Segunda Guerra Mundial, el proceso descolonizador obliga a Francia e Inglaterra a abandonar su presencia dominante en la zona. Un socialismo nacionalista y arabizante se impone en Siria e Irak -­‐ParSdo Baas-­‐ y en el Egipto de Nasser. Es el más serio intento de modernizar la sociedad árabe e impulsar el desarrollo económico sin renunciar a sus raíces culturales. El fracaso de estos proyectos deja sin alternaSvas a unas masas árabes cada vez más exasperadas por la pobreza y por la reiterada humillación derivada de la implantación del Estado de Israel. Durante el siglo XX se descubren inmensas reservas de petróleo en el Próximo Oriente. Se trata de una fantásSca riqueza natural que otorga una considerable influencia políSca a los países islámicos que la poseen. En 1973 el boicot decretado por la Organización de Países Árabes Exportadores de Petróleo obliga a los países occidentales a cambiar de acStud respecto al conflicto árabe-­‐israelí. Las masas musulmanas saben desde entonces que hay un instrumento poderoso que podría devolverles el protagonismo y la dignidad pérdidas, pero que sus dirigentes lo uSlizan básicamente en su propio provecho. LIGA ARABE PalesSna En el siglo XIX en algunos países europeos se asiste a un resurgimiento de acStudes anSsemitas. La situación resulta especialmente grave en Rusia donde en 1881 y 1882 tuvieron lugar terribles progroms. Los zares obligaban a los judíos a vivir en ghe•os y les impidían el acceso a la propiedad de la Serra y a la educación. Miles de judíos askenazis se vieron forzados a la emigración. Algunos de ellos se instalaron en PalesSna financiados por el banquero Rostchild. La moderada inmigración judía fue inicialmente bien recibida y sólo generó algún recelo cuando se hizo algo más intensa. Los judíos europeos eran en su mayoría parSdarios de la plena integración y asimilación en sus respecSvos países. Sin embargo el creciente anSsemiSsmo hizo que algunos se plantearan la necesidad de formar una nación diferenciada y asentarse en un territorio donde pudieran vivir con normalidad su idenSdad. Nace así a finales del siglo XIX -­‐el siglo de emergencia de los nacionalismos-­‐ el sionismo, un nacionalismo judío que aspira a converSr en realidad el viejo sueño del regreso a la Tierra PromeSda. En 1897 el primer Congreso Sionista reclama el derecho del pueblo judío a tener un hogar propio en PalesSna. En 1917 el ministro británico de Asuntos Exteriores Lord Balfour respaldó esta aspiración, sin perjuicio de los derechos de los habitantes palesSnos. Con esta declaración Lord Balfour obSene el respaldo de la influyente comunidad judía norteamericana a la intervención de EE.UU. en la Primera Guerra Mundial. Esta doctrina condiciona el reparto colonial del Imperio Turco: PalesSna se segrega de Siria y Líbano y queda bajo control británico. Desde entonces se acelera la inmigración judía y la compra masiva de Serras. Surgen los primeros conflictos y se llega en ocasiones a limitar la inmigración. Tras la Segunda Guerra Mundial el horror del Holocausto predispone a muchos gobiernos en favor de las aspiraciones judías. Gran Bretaña, donde se conocía mejor el problema, recomienda la creación de un único Estado interconfesional. Los sionistas radicales desatan entonces una oleada terrorista con el fin de desestabilizar y forzar una solución favorable. Ellos fueron los primeros en introducir el terrorismo en aquella parte del mundo2. Las Naciones Unidas acuerdan finalmente la creación de dos Estados independientes y el estatuto de ciudad internacional para Jerusalén. Ninguna de las partes aceptó el reparto territorial propuesto de modo que la proclamación del Estado de Israel en 1948 dio paso a un ataque mutuo y a un conflicto bélico. Los israelíes, menos numerosos pero mejor preparados, consiguieron inclinar la balanza a su favor. Se quedaron a las puertas de Jerusalén, pero evitaron la creación del Estado PalesSno. Los territorios que no lograron conquistar quedaron reparSdos entre Jordania y Egipto. En 1956 Israel invade la península del Sinaí como respuesta al bloqueo egipcio a su comercio con el Índico. La intervención de la ONU obliga a retornar a la situación inicial. Bajo el liderazgo del egipcio Nasser se desarrolla un creciente nacionalismo árabe que Sene como objeSvo fundamental la destrucción del recién nacido Estado de Israel. En 1967 un nuevo bloqueo da paso a un fulgurante ataque israelí. La llamada "Guerra de los Seis Días" termina con la ocupación israelí de Golán, Gaza, Sinaí y Cisjordania. La totalidad de los territorios palesSnos queda bajo su control. LIGA ARABE El canal de Suez quedó cerrado. La pérdida de Jerusalén -­‐tercera ciudad sagrada de los musulmanes por ser el lugar desde donde Mahoma había subido a los cielos-­‐ supuso una terrible humillación para los musulmanes del mundo entero. En 1973 son los sirios y los egipcios los que atacan con el respaldo del boicot petrolero internacional. El apoyo masivo de los EE.UU. salva a Israel de la derrota inicial, cuando buena parte de su aviación había resultado destruida. En 1979 la presión de los países árabes exportadores de petróleo fuerza a Israel a un acuerdo con Egipto que incluye la devolución del Sinaí y la reapertura del Canal de Suez. En 1982 Israel invade el Líbano para terminar con los focos de acSvidad guerrillera palesSna. Desde entonces manSenen el control de una franja al Sur del país. Desde 1964 los diferentes grupos palesSnos se encuentran agrupados en la OLP (Organización para la Liberación de PalesSna), dirigida desde 1969 por Y. Arafat, líder de Al Fatah, el más poderoso de los grupos guerrilleros. Hasta 1974 Arafat pracScó el terrorismo, pero desde esta fecha sus propuestas se han ido moderando. De la destrucción de Israel ha pasado a defender un único Estado mulSconfesional y ha acabado por aceptar la existencia del Estado de Israel junto al deseado Estado PalesSno. Los territorios palesSnos permanecían ocupados pese a las resoluciones de las Naciones Unidas que ordenan la reSrada isrelí. Cuando el extremista ParSdo Likkud -­‐ que defiende la anexión total de estos territorios-­‐ accede al gobierno, implanta en ellos numerosos asentamientos completamente ilegales según el Derecho Internacional. Los asentamientos se pueblan con inmigrantes judíos procedentes de Europa del Este. Estos asentamientos gozan de todas las comodidades propias de un país desarrollado. En contraste los palesSnos que habitan estas zonas carecen de cualquier servicio estatal, no pueden establecer una acSvidad económica normal y por supuesto no Senen derecho al voto3. El resultado es la miseria y la cólera ante la injusScia. En 1987 estalla la inSfada, una rebelión en la que niños y adultos se enfrentan con palos y piedras a los soldados israelíes. Promovida inicialmente por la OLP, pronto quedó en manos de grupos mucho más radicales. Las masas palesSnas percibieron que las propuestas moderadas de Arafat habían fracasado, de modo que grupos terroristas o islamistas obtuvieron una influencia creciente. La presión de la opinión pública mundial obligó en 1992 a Shamir -­‐primer ministro perteneciente a la coalición extremista Likkud-­‐ a iniciar unas negociaciones de paz que culminan 1993 con un acuerdo firmado por el líder palesSno Yasir Arafat y por el laborista y moderado Isaac Rabin. La fórmula era "paz por territorios": los palesSnos admijan la existencia del Estado de Israel a cambio de la concesión de autonomía en los territorios de Gaza y parte de Cisjordania. Jerusalén quedaba excluida de los acuerdos. La acción combinada del extremismo árabe y judío ha bloquedo este proceso. Isaac Rabin fue asesinado por un terrorista judío, sin que los eficientes servicios de seguridad israelíes fueran capaces de impedirlo. Las elecciones inmediatas dieron de nuevo el triunfo a los extremistas del Likkud. El nuevo primer ministro Netanyahu ha reanudado los ilegales asentamientos y en la prácSca ha bloqueado el proceso de paz. LIGA ARABE El pueblo árabe sabe que sólo el apoyo casi incondicional de los Estados Unidos ha permiSdo a un país tan pequeño mantener su superioridad militar sobre países incomparablemente más grandes. Israel recibe una importante ayuda anual que ha venido creciendo hasta alcanzar los 4.000 millones de dólares. Se trata de una donación, no un simple préstamo. Es mucho dinero para un país que comenzó con un millón de habitantes y ahora ronda los cinco millones. Israel Sene acceso a la mejor tecnología militar estadounidense y ni siquiera las consideraciones estratégicas permiten explicar este respaldo ilimitado. La comunidad judía americana -­‐muy sensible a todo lo relacionado con Israel-­‐ Sene gran influencia. Con su rechazo resulta muy di|cil que un candidato pueda ganar unas elecciones. El Congreso -­‐ habitualmente tan hosSl a cualquier gasto-­‐ acepta anualmente esas inmensas donaciones sin apenas discusión y casi por unanimidad. Los árabes conocen está situación mejor que la opinión pública de los países desarrollados. Se sienten agredidos por la crisSandad occidental, su rival histórico. Para ellos este acoso occidental es conSnuación de las Cruzadas, y lo relacionan también con el expolio del petróleo. Saben también que la solución militar hace Sempo que no es posible porque actualmente los israelíes poseen la bomba atómica y podrían uSlizarla si se vieran en peligro. No puede extrañar que las masas empobrecidas -­‐heridas en su dignidad y carentes de otra alternaSva-­‐ escuchen con simpaja el discurso de los fundamentalistas. Sociedad islámica: Los países musulmanes del Próximo Oriente y Norte de África presentan en general un grado medio de desarrollo. PrácScamente todos estos países se encuentran situados en la zona intermedia de la clasificación del Índice de Desarrollo Humano elaborado por las Naciones Unidas10. Sorprende este dato dada la pobreza de algunos países. La religión islámica promueve la ayuda a los más desfavorecidos y así atenúa algunos de los peores perfiles de la miseria. Sólo se advierte gran desigualdad cuando intervienen con fuerza otros elementos culturales o económicos, como sucede en los países musulmanes de África Negra, del Sudeste AsiáSco o en las monarquías del petróleo. En una comunidad islámica existen mecanismos de solidaridad que evitan la exclusión social de los más pobres. Todos, pero sobre todo los más ricos, deben atender con la limosna obligatoria -­‐zakat-­‐ a aquellos que menos Senen en su comunidad. La riqueza de unos pocos sólo es legíSma si revierte en parte en beneficio de los musulmanes menos afortunados. En el Próximo Oriente la sociedad no suele estar dominada por una minoría exageradamente enriquecida. La excepción la encontramos en las monarquías del Golfo donde -­‐como consecuencia del efecto distorsionante del petróleo-­‐ sí hay una élite muy enriquecida, próxima a la familia que detenta el poder. Sólo en los países con mayor tradición intelectual -­‐como Egipto, Irak, o Siria-­‐ se idenSfica claramente la presencia de unas clases medias cuya existencia se remonta a bastantes siglos atrás. Estas clases acogieron con entusiasmo las tendencias modernizadoras y la influencia occidental. Llegado el momento se idenSficaron también con el socialismo arabista, protagonizaron el movimiento nacionalista y anScolonial, y se convirSeron en los sectores dirigentes de los nuevos Estados. LIGA ARABE Sin embargo la mayor parte de la población de estos países suele estar formada por masas campesinas que se han visto duramente perjudicadas por las transformaciones y convulsiones del siglo XX. Las expectaSvas de mejora de la calidad de vida abiertas con la descolonización no se cumplieron. La población viene creciendo verSginosamente y la producción agraria -­‐con una tecnología muy tradicional-­‐ no se adapta al ritmo necesario. Muchos emigran a las grandes ciudades donde, ante la escasez de industria, suelen integrarse en la llamada economía informal. Culturalmente han sido golpeados por una civilización que les es extraña y que no enSenden. Además, como se ha señalado, se sienten profundamente humillados por Occidente, por su superioridad militar y económica, y por el trato injusto evidenciado en el conflicto de PalesSna. Decepcionadas, estas masas campesinas están volviendose hacia el islamismo, parScularmente los jóvenes, que -­‐debido al verSginoso crecimiento demográfico-­‐ consStuyen el 65% de la población. Encuentran que este movimiento les devuelve su dignidad y les aporta una nueva esperanza. Estas masas populares odian a las monarquías del Golfo, pues reprueban que su riqueza no revierta en beneficio de la Umma y de los pobres. Puesto que estas monarquías están respaldadas por Occidente, las masas musulmanas sospechan que en realidad defienden intereses ajenos a la comunidad islámica. En unos pocos países -­‐Túnez, Marruecos-­‐ hay unas clases medias en expansión debido al crecimiento económico y a una moderada modernización de sus estructuras producSvas. Estas clases se encuentran parScularmente desconcertadas: Conocen los aspectos posiSvos de la vida occidental -­‐a través del comercio, el turismo, la universidad o la emigración-­‐ pero temen perder su idenSdad. Y aún temen más el rechazo de las masas desposeídas. Por ello buscan algún Spo de compaSbilidad entre el Islam y la modernidad, y consStuyen la gran esperanza de evitar una confrontación aún más dura entre Occidente y el Islam. LINK: • h•p://www.nodo50.org/pretextos/islam.htm • h•p://www.historiasiglo20.org/HM/7-­‐5.htm Preguntas • ¿En que afectan a los países árabes la intervención de los occidentales? • ¿Por qué nace el senSmiento de odio según el contexto histórico? • ¿Que jusSfica la xenofobia por parte de los países árabes? • ¿Qué países de la liga árabe son los que están más en contra de las costumbres occidentales? ¿Cuáles están más relacionados con estas? • ¿Qué país es el que mayor amenaza ofrece a la preservación de las costumbres del islam? • ¿Qué papel juega la globalización en este problema?