La apasionada vitalidad del cine turco (...) Como queda de

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La apasionada vitalidad del cine turco
(...) Como queda de manifiesto en el ciclo cinematográfico que forma parte del programa de
actividades culturales Miradas turcas, el cine de ese país tiene una consolidada historia, ha
recibido los premios más prestigiosos del panorama de festivales europeos y se muestra en el
presente como uno de los más vigorosos del mundo. Más allá de las referencias folclóricas y de
los arquetipos que circulan al respecto, la cultura turca es hoy una de las más apasionantes del
mundo, porque en ella están germinando los frutos de las tensiones que suscita la situación
privilegiada de este país, donde desde hace décadas se vive en la vanguardia del diálogo entre
muchos polos diferentes: Occidente y Oriente; tradición y modernidad; universo urbano y alma
rural; pasado esplendoroso y presente dinámico. Turquía es en estos momentos un laboratorio
cultural donde se están generando iniciativas de gran interés, fruto del diálogo entre
civilizaciones. Y, como no podía ser de otra manera, es en el cine, allí donde se dan la mano la
narración y la mirada, donde cristaliza tal vez de manera más contundente o al menos más
aprehensible, este apasionante momento, lleno de retos y de tensiones, lleno de ecos y de
diálogos.
El ciclo propuesto por la Filmoteca Española en colaboración con la Embajada de Turquía en
España establece una primera cala en los años 60, con un nombre clásico del cine turco, Metin
Erksan, director que cuenta en su filmografía con más de cuarenta films. Su película "La
venganza de las serpientes" reflexiona con humor sobre la pobreza, y fue la antesala del gran
éxito de Erksan, que llegaría dos años después con Susz Yaz, Oso de Oro del Festival de Berlín
en 1964. De allí el programa salta a los años 80, cuando un director como Atif Yilmaz, uno de
los más veteranos creadores de la cinematografía turca, que combinó obras menores con otros
registros muy personales, sorprendió a los espectadores de todo el mundo con "¿Cómo salvar a
Asiye?", un peculiar musical basado en una obra de teatro épica. (...)
Los años noventa están representados por el director Erde Kiral y su película ‘El exilio azul’,
una sorprendente revisión del pasado turco a partir del exilio de un periodista. Kiral trabajó con
uno de los grandes nombres del cine turco, Yilmaz Güney, a quien ayudó en el rodaje de Yol,
película que consiguió la Palma de Oro en Cannes en 1982, uno de los más altos
reconocimientos que ha conseguido el cine turco, en un complicado contexto político.
Pero el ciclo se centra en algunas propuestas más recientes, que nos proporcionan un interesante
panorama de los caminos estéticos en los que se halla una de las cinematografías más
apasionantes de nuestro tiempo. ‘En ninguna parte’, es un drama dirigido por Tayfun
Pirselimoglu en 2001 que se adentra en la Turquía menos conocida, el país interior que existe
más allá de Estambul, y que fue reconocido con el Gran Premio del Jurado del Festival de
Montreal, una cita cada vez más prestigiosa.
De 2005 es uno de los últimos grandes éxitos internacionales del cine turco ‘Mi padre y mi
hijo’, del joven director Çagan Irmak, nacido en 1970, que también utiliza una trama familiar
para analizar las transformaciones de la sociedad turca a partir de la historia profundamente
emocionante de tres generaciones.
Esta mirada fresca de una nueva generación arrasó en el Festival Internacional de cine de
Estambul, donde fue reconocida con varios premios, y ha sido distribuida en todo el mundo. El
ciclo culmina en el tiempo con ‘Takva. El miedo de un hombre a Dios,’ recientísima película de
2006, del realizador Özer Kiziltan, una compleja historia en la que un musulmán de estrictas
convicciones religiosas tiene que enfrentarse a los retos que le plantea el mundo actual. Una
película perfecta para acabar este programa vinculado al diálogo de civilizaciones tanto por su
temática como por su espectacular trayectoria internacional (ha recibido quince premios,
algunos en Festivales tan prestigiosos como Berlín, donde recibió el premio de la FIPRESCI,
Toronto, Ginebra o Sarajevo), que avala la vitalidad de la cinematografía turca, en torno a la
cual se concita cada día mayor expectación.
José Antonio Gómez Municio, noviembre 2007.
El Festival ‘Miradas Turcas’ se desarrolla en Madrid del 10 al 20 de diciembre de 2007, y
está organizada por el Ministerio de Cultura, la Embajada de Turquía y Casa Árabe.
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