las estrategias en la seducción

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LAS ESTRATEGIAS EN LA SEDUCCIÓN
Manuel Martí Sánchez
Del latín SEDUCERE (‘llevar hacia sí mismo’), seducir es ‘engañar con arte y maña;
persuadir suavemente al mal’. Quien no desea ser seducido (lo que no siempre sucede) o
no quiere que las personas queridas lo sean (lo que casi siempre ocurre) necesita
conocer cómo puede producirse este hecho. La seducción es una acción bastante
elaborada, que persigue modificar una situación interna (las ideas, creencias y actitudes
personales) y externa (la conducta) en la persona objeto de seducción. Variante de los
actos persuasivos y buen ejemplo de manipulación, en la acción del seductor se han
destacados varios componentes: a) ocultar su verdadera personalidad y sus intenciones;
b) apartar para llevar a lo secreto, lo oscuro y lo marginal; c) acabar conduciendo a la
nada y la perdición; d) servirse del engaño (una falsa promesa), en el que son
fundamentales la fascinación por el momento (que se presenta como eterno), lo ilógico
y lo paradójico; y e) sembrar la desconfianza hacia lo que antes se creía seguro. Estos
componentes se enriquecerán con el examen que vamos a realizar de dos ejemplos.
En los cuentos infantiles se encuentran excelentes muestras de seducción, como
esta de Pinocho:
Y sacó las monedas que le había regalado Comefuego.
Al agradable sonido de las monedas, la Zorra, con un movimiento involuntario, alargó la pata
que parecía encogida, y al Gato se le desencajaron los ojos, que parecieron dos linternas verdes;
pero los volvió a cerrar con tanta rapidez que Pinocho no se dio cuenta de nada.
-Y ahora –le preguntó la Zorra-, ¿qué vas a hacer con esas monedas?
-Ante todo –respondió el muñeco- voy a comprar a mi padre una bonita chaqueta (…), y después
compraré una cartilla para mí.
-¿Para ti?
-Sí, porque quiero ir a la escuela y ponerme a estudiar en serio.
-Mírame –dijo la Zorra-: por la tonta pasión de estudiar he perdido una pata.
-Mírame –dijo el Gato-: por la tonta pasión de estudiar he perdido la vista de los dos ojos.
Mientras tanto, un Mirlo blanco que estaba posado en el seto del camino, cantó su trino
acostumbrado y dijo:
-¡Pinocho, no hagas caso a los consejos de los malos compañeros; si no, te arrepentirás de ello!
¡Pobre Mirlo, nunca lo hubiera comido! El Gato, dando un salto, se lanzó contra él, y sin ni
siquiera darle tiempo a decir ay, se lo comió de un bocado con pluma y todo.
Después de habérselo comido y limpiarse la boca, cerró otra vez los ojos y volvió a hacerse el
ciego, como antes.
-¡Pobre Mirlo! –dijo Pinocho al Gato- ¿Por qué lo has tratado tan mal?
- Lo he hecho para darle una lección. Así para otra vez aprenderá a no mezclarse en las
conversaciones de los demás.
Estaban a más de medio camino, cuando la Zorra, parándose de repente dijo al muñeco:
-¿Quieres doblar tus monedas de oro?
(…)
-¡Ojalá! Pero ¿cómo?
-El cómo es facilísimo. En lugar de irte a tu casa, tendrás que venir con nosotros.
-¿Y adónde me queréis llevar?
-Al país de los Bobalicones.
(C.Collodi: Las aventuras de Pinocho. Ed. de J. Sánchez López)
La seducción en estado puro se encuentra aquí. En la actuación de la Zorra y el Gato
(animales caracterizados en el imaginario popular por su astucia) se dan: a) el
alejamiento del padre y de la escuela; b) la falsa promesa de la obtención de una
ganancia inmediata y fácil, y falseamiento de la verdadera personalidad de los
seductores; c) la amabilidad extrema con el pobre muñeco; inmisericordia con el mirlo,
rival de los seductores; y d) el debilitamiento de su confianza en los beneficios de la
escuela. Una propiedad del seductor es su carácter incansable (mientras no ha
conseguido su objetivo).
La seducción se presenta en todos los órdenes de la vida donde existe algún
objetivo personal que pasa porque otro diga que sí, aunque sea en su perjuicio.
Querríamos terminar estos apuntes sobre la seducción con un campo tan representativo
como la publicidad. Para ello, hemos seleccionado este anuncio que se vale de recursos
propios de la seducción (relación con lo prohibido, con el inicio en determinados ritos
que dan miedo pero que atraen), donde dos chicas muy jóvenes e intrépidas aparecen
dispuestas a meterse en la boca del dragón… de un parque de atracciones (las
emociones del miedo y diversión están muy unidas). La lectura atenta del texto debajo
de la imagen es el mejor final de estas líneas.
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