¿Arte popular? Tradiciones sin tiempo. Instituto Cultural Peruano

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¿Arte popular? Tradiciones sin tiempo. Instituto
Cultural Peruano Norteamericano, Lima, 2015.
Sara Acevedo
Catálogo de la última exposición sobre arte popular presentada en la Galería Germán Krüger Espantoso del
Instituto Cultural Peruano Norteamericano (ICPNA) de Miraflores, entre el 15 de agosto y el 28 de setiembre
de 2014. Con esta publicación se cierra un importante proyecto de investigación y revaloración de las artes
tradicionales peruanas emprendido por el ICPNA, la Universidad Ricardo Palma (URP) y un comité de
coleccionistas integrado por John Alfredo Davis, Jaime Liébana y Mari Solari con la asesoría del historiador
del arte Alfonso Castrillón, quienes a lo largo de una década, entre el 2003 y 2014, pusieron atención a las
expresiones tradicionales de manera sostenida.
Ello significó compartir, perspectiva hoy incuestionada y de manera consecuente, el espacio artístico
citadino con las otras artes nacionales, examinando y recuperando temas monográficos poco atendidos y
divulgando las tradiciones regionales del país.
La muestra curada por dicho comité y dirigida por Davis, se organizó en secciones dedicadas al arte
etnográfico como al arte tradicional rural, al arte tradicional urbano y al arte tradicional aplicado, que dan
cuenta, como se indica en el catálogo (p.112), de los «entornos culturales, agentes, espacios de circulación,
mercado y otros fenómenos propios de un país complejo y diverso» como el Perú, «que ostenta sistemas
simbólicos y formas de expresión particulares». La edición, muy bien ilustrada con imágenes de una selección
de las piezas de objetos rituales, cotidianos, y de diseño contemporáneo invitan a observar y comprender con
una mirada más amplia y profunda aquello que alguna vez se llamó cosa de «indios».
El catálogo replica la organización de la muestra, y cuenta con la presentación de los directivos
de las instituciones convocantes quienes fundamentan el propósito del proyecto como respuesta a «[…]
la necesidad de registrar de manera sistemática la amplia diversidad del arte peruano» (p.13) desde sus
orígenes. Rodríguez considera el proyecto como una «serie excepcional» que ha contribuido a ampliar la
percepción que se tenía de las artes populares antes del otorgamiento del Premio Nacional de Cultura a
Joaquín López Antay, artesano y escultor huamanguino; señalando que la tradición del arte popular, en su
devenir, ha experimentado la pérdida de los valores simbólicos, míticos y cristianos que tenía hace unos
ochenta años, convirtiéndolos en objetos contemplativos por el contacto con los coleccionistas y artistas,
pero todavía vigentes en las nuevas generaciones. La edición reúne textos que buscan esclarecer, desde varios
puntos de vista, tanto los conceptos, como los cambios, la situación actual y las perspectivas de las llamadas
artes populares
En esta publicación se rinde homenaje a Jesús Urbano Rojas (ca.1925-2014); santoruraj importante
de la imaginería por su tesón, creatividad y aportes al arte del retablo en la segunda mitad del siglo pasado, a
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través de su biografía y entrevista realizadas por Davis. Ello motiva la inclusión de dos comentarios pioneros
a propósito de la exposición de sus retablos presentados en Lima en 1962. Uno, de José María Arguedas
quien expone una dura y radical crítica por la desacralización del sanmarkos y su camino hacia lo mercantil,
y la réplica de César Prado (1963) sobre la «rehabilitación y transformación que va sufriendo el arte popular
ayacuchano en sus retablos» en las manos de Urbano. Ambos son criterios que afrontan la transgresión
iconográfica tradicional y los cambios del retablo y, por extensión, de las artes tradicionales. Argumentos
que aún, cincuenta años después, son materia de reflexiones inacabadas en nuestro medio y motivación para
ser esclarecidas desde la historia del arte, las ciencias sociales y la política. Una polémica que cobró y cobra
efervescencia entre estudiosos, críticos y artistas para explicar aspectos de la cultura y la sociedad a partir del
retablo convertido en el objeto emblemático de las artes tradicionales contemporáneas en el ámbito urbano.
Por su parte Alfonso Castrillón (1996-97) trata sobre cómo abordar un juicio para dilucidar la diferencia entre
arte popular y artesanía y su nota de aclaración respecto al momento en que escribió y asumió una posición
diferenciada. Finalmente Giuliana Borea y Gabriela Germaná (2008) plantean desde el sistema de las artes
y desde la diversidad, la manera de entender el arte en un país pluricultural. En el que hay que «repensar lo
tradicional y conocer y resaltar, también, los aportes individuales de los artistas, que en muchos casos han
alimentado tradiciones artísticas e incluso han sido absorbidos por la producción artesanal» (p.320). Es decir,
una comunidad de artistas en sus diversas perspectivas.
Todos ellos inquieren, aún en estos tiempos, y buscan contribuir a aclarar los términos y conceptos
de la tal vez superada, aunque necesaria, polémica sobre las artes populares, las artes y las artesanías,
constituyéndose más en un debate de ilustrados, que en la preocupación de los propios actores culturales,
artesanos, artistas populares o tradicionales quienes, al decir de García Canclini, no tienen ningún
problema para entrar o salir de la modernidad. Habiendo que considerar que del anonimato han pasado a la
individualización y reconocimiento personal tanto local, como internacional.
Davis, como curador de la muestra ¿Arte Popular?, aborda, en su panorámico y puntual análisis el
arte tradicional y las artes aplicadas, desde la explicación terminológica de artesanía, artesanos y actividad
artesanal, pasando por la historia oficial e institucional de las artesanías en nuestro país y por los conceptos
vertidos por artistas e intelectuales como Sabogal, Valcárcel, Mendizábal, el tema del uso y/o la elección
correcta de los términos «artesano», «artista popular», «arte erudito» y «arte tradicional». Describe la
intervención del Estado en la institucionalización del tema y propone la creación de escuelas o talleres con
el fin de mantener los oficios artesanales y tradicionales en diferentes niveles desde una concepción de la
aplicación; como lo relata en su texto dedicado al sombrero de paja de Catacaos, ejemplificado en el Taller
Nacional de Artes Gráficas Aplicadas encargado a las hermanas Izcue. Dicho proyecto fue creado durante el
gobierno del presidente Manuel Prado (1940) y ejecutado a través de sus diversos organismos de fomento e
industria con el fin de elaborar nuevos productos que a partir de antiguas tecnologías se encaminaran hacia
nuevos mercados nacionales e internacionales, planteando así la «reinvención de la artesanía peruana». La
«rehabilitación económica y artística» de las artesanías fue apoyada en la misma década por la Comisión
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Interamericana de Desarrollo que luego fuera cancelada en el gobierno del general Odría. Avatares que
ocurrieron con otros programas estatales.
El libro, presenta finalmente una revisión de las historiadoras del arte Gabriela Germaná y María
Eugenia Yllia sobre los «nuevos enfoques en el estudio del arte tradicional peruano» planteados a través
de esta serie de Arte Popular acertadamente emprendida por el ICPNA y la URP en diez exposiciones y la
publicación de sus respectivos catálogos, que fueron dedicados a los sanmarkos, la loza de la tierra, el mate
burilado, los textiles, las devociones y la imaginería, la platería y a los focos regionales del arte popular como
Ayacucho, la Sierra Central, el Norte y el Cusco. Ejemplares dignos de consulta.
Queda aún le necesidad de una mayor atención y estudio sobre los temas de las artes tradicionales
como responsabilidad institucional y de los investigadores.
Sara Acevedo
Profesora Asociada de la Escuela Académico Profesional de Arte, Coordinadora de los Diplomados en
Museología y en Conservación Preventiva de Bienes Culturales Muebles de la Facultad de Letras y Ciencias
Humanas en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), y Directora de la Escuela Académico
Profesional de Danza. Ha realizado sus estudios de Artes Plásticas en la Pontificia Universidad Católica del
Perú, de Historia del Arte en la UNMSM y de Museología en Lima, Bogotá y Guatemala, además de una
pasantía en el Museo Nacional de Cerámica de Valencia y un curso de actualización de Fuentes para la
Historia del Arte Virreinal en Madrid. Se ha desempeñado en los cargos de Jefe del Departamento Académico
de Arte en la UNMSM, de Conservadora en el Museo de Arte y de Historia de la UNMSM y de Directora
del Museo Nacional de la Cultura Peruana del Instituto Nacional de Cultura (ahora Ministerio de Cultura).
Ha sido profesora visitante en el Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM de México y dedicado
investigaciones y artículos sobre arte popular peruano, cerámica colonial y textiles andinos.
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