Aporte de sodio por medicamentos Aporte de sodio por medicamentos -Su efecto sobre la presión arterialDr. Juan Pablo García Médico. Magister en Farmacología Clínica Docente Asistente de Farmacología. Facultad de Medicina CLAEH. Punta del Este, Uruguay. RESUMEN: El sodio ingerido a través de los alimentos y fármacos, con frecuencia supera ampliamente el aporte recomendado para la población general. Este hecho puede determinar un riesgo para la salud, dado que las dietas ricas en sal se relacionan con un elevado riesgo de desarrollar hipertensión arterial. Existe una gran variabilidad interpersonal en la relación sodio-hipertensión, por lo que existen individuos sensibles a la sal e individuos resistentes a la sal. Los productos medicinales contienen bajas dosis de sodio, excepto las formas farmacéuticas efervescentes y algunos medios de contraste, que presentan un contenido de sodio significativamente mayor. Dado el bajo contenido de los medicamentos en general, incluidos los AINE; resultan infundados los temores de que el aporte de sodio sea el causante de una potencial descompensación del paciente hipertenso. El contenido de sodio no sería un factor a considerar al momento de medicar pacientes hipertensos, siempre que no se abuse de las presentaciones efervescentes. ABSTRACT: Sodium ingested through food and drugs often exceeds the recommended allowance to the general population. This fact can determine a health risk, since the salt-rich diets are associated with an increased risk of developing hypertension. There is great interpersonal variability in the relationship sodium-hypertension, so there are saltsensitive individuals and salt-resistant individuals. Medicinal products contain low doses of sodium, except effervescent forms and some radiologic contrast media which exhibit a significantly higher sodium content. Given the low content of the overall medications, including the NSAIDs, are unfounded fears that sodium intake is the cause of a potential imbalance in hypertensive patients. The sodium content would not be a factor to consider when medicating hypertensive patients, when effervescent presentations are not abused. Palabras clave: Sal, sodio, medicamentos, formas efervescentes, hipertensión arterial, riesgo cardiovascular, enfermedad cardiovascular, antiinflamatorios, AINE. Key words: Salt, sodium, effervescent formulations, analgesic, hypertension, high blood pressure, cardiovascular risk, cardiovascular disease, NSAID. Introducción Para cualquier sujeto normal las necesidades fisiológicas de sodio, en condiciones basales, se estiman entre 184 y 230 mg diarios (8-10 mmol/día).(1) Se ha establecido como adecuado un consumo de sodio entre 460 y 920 mg diarios (20-40 mmol/día) o, en todo caso, por debajo de 1-1.5 g (43-65 mmol/día). Estas cifras de consumo recomendado corresponden aproximadamente a 2.5-3.8 g de cloruro de sodio (NaCl), sal común o de mesa.(1, 2) Como es sabido el sodio no se encuentra solamente en la sal común, sino también en una gran diversidad de productos, entre ellos, en muchos medicamentos. En los países industrializados el aporte dietético de sal proviene mayoritariamente (aproximadamente un 75%) de alimentos precocinados, embutidos o envasados, los 166 La Agencia Europea de Evaluación de Medicamentos requiere que se informe del contenido de sodio de todos los medicamentos, orales o inyectables, que contengan más de 23 mg/dosis (1 mmol/dosis).(11) La FDA obliga a advertir sobre el contenido de sodio en los medicamentos si este es superior a 5 mg (0.22 mmol) y colocar una advertencia si aportan más de 140 mg (6,09 mmol) de sodio en su dosis máxima diaria.(12) medio superior a 2.3 gramos diarios de sodio (100 mEq/ día). Cuando el consumo medio de sal es menor a 50 mEq/día (1.2 g de sodio) la incidencia de esta patología disminuye notoriamente.(4) En el ámbito terapéutico, la reducción de la ingesta de sal presente en la dieta constituye una intervención de suma importancia, la cual logra reducir los valores de presión arterial (PA), aumentar la eficacia del tratamiento antihipertensivo y reducir el riesgo global de enfermedad cardiovascular. Esto ha quedado demostrado tras un metanálisis de estudios en los que se investigó el efecto de la reducción de la ingesta de sal sobre la PA. Este estudio evidenció que una reducción del 50% de la ingesta diaria de sal (alrededor de 6 g) conseguiría una reducción de la PA sistólica de aproximadamente 5 mm de Hg; esto supondría una reducción del 24% en la incidencia de ictus y del 18% de la enfermedad coronaria.(5) Las recomendaciones de ingesta de sodio varían según el grupo etario. Para los mayores de 10 años la OMS recomienda que el consumo diario de sal sea menor a 5 g/día, lo que supondría un aporte de sodio en la dieta de 2 g/día. En España se recomienda reducir el consumo de sal, de cualquier procedencia, a menos de 5 g/día, en todas las edades.(3, 6) El aporte de sodio no debe pensarse únicamente en el agregado de sal en las comidas, sino que debe contabilizarse su contenido en todo aquello que se ingiere. Frecuentemente dentro de la información que se brinda a pacientes hipertensos, se los alerta sobre el cuidado que se debe tener al consumir conservas, alimentos ricos en sal, ciertas bebidas e incluso sobre el contenido de sodio de los medicamentos.(1) En la mayoría de los casos los medicamentos contienen como parte de sus excipientes pequeñas cantidades de sodio en su composición, aún cuando la sal que acompaña al fármaco no sea sódica. La cantidad de sodio contenida en cada “unidad de dosis” usualmente se encuentra entre los 2.5 y 20 mg. La excepción la conforman las formas farmacéuticas FANIO OMRON cuales contienen aditivos alimentarios como el glutamato o el benzoato sódico. El 25% restante procedería del sodio presente en los alimentos de forma natural, de la sal común, de algunas aguas minerales carbonatadas y de ciertos medicamentos. Por tanto, el sodio ingerido a través de los alimentos y medicamentos con frecuencia supera ampliamente el aporte recomendado para la población general, lo cual puede determinar un riesgo para la salud.(1, 3) Es sabido que las dietas ricas en sal se relacionan con un elevado riesgo de desarrollar hipertensión arterial (HTA) y con un incremento, superior al habitual, de la presión arterial en relación con la edad. El desarrollo de Hipertensión Arterial esencial está directamente vinculado a sociedades que presentan un consumo E-Mail: [email protected] en Medicina • Vol. 40 • Nº 1 • Mayo 2012 en Medicina • Vol. 40 • Nº 1 • Mayo 2012 167 GARCÍA JP Aporte de sodio por medicamentos Para llegar a tener un cierto efecto sobre la presión arterial sería necesario el aporte de dosis significativas no de sodio sino de cloruro sódico y la mayor parte de los medicamentos contienen otras sales de sodio distintas al cloruro por lo que la repercusión sobre la presión arterial es, en principio, poco relevante. efervescentes, las cuales presentan un contenido de sodio significativamente mayor. Con la administración de varias dosis al día de efervescentes se puede superar la ingesta diaria recomendada de sodio.(1, 7, 8) Aporte de NaCl e hipertensión Los aspectos íntimos que relacionan la ingesta de sal con el desarrollo de HTA aun no están del todo aclarados. Seguramente sean varios los mecanismos implicados que se conjugarían dependiendo de las características del paciente. Si bien no en todas las personas un aporte elevado de clo- ruro de sodio puede incrementar las cifras de presión arterial, esto sí puede constituir un serio problema en pacientes hipertensos o con insuficiencia cardíaca o renal.(4) Además, no todos los individuos responden de igual manera a la reducción del aporte diario de sodio, ya que se ha demostrado una gran variabilidad inter e intraindividual a esta medida. Por esta razón, aquellas personas normoten- sas pero sensibles a la sal poseen mayores chances de ser futuros hipertensos. Esto podría deberse a la incapacidad del riñón de corregir una sobrecarga de sal, especialmente en el adulto mayor.(4) Esta sensibilidad a la sal aumenta con la edad y con su ingesta excesiva durante muchos años. Este hecho resulta más marcado en afroamericanos, pacientes con síndrome metabólico, enfermedad renal crónica y en obesos.(1, 4) La disminución de la capacidad renal para eliminar la sobrecarga de sal conlleva a una retención de agua, y por tanto a un incremento del volumen sanguíneo. Este exceso de precarga incrementa el gasto cardíaco y como consecuencia eleva la presión arterial con el objetivo de mejorar la función renal y poder así eliminar el exceso de sodio. Si existe una alteración renal, este proceso de autorregulación puede perpetuarse, lo cual se traduciría en HTA y sobrecarga cardíaca.(4) El cloruro de sodio puede activar directamente al sistema nervioso simpático, o bien debido a un incremento de las concentraciones plasmáticas de hormona natriurética. Además, se han descripto incrementos paradójicos de neurotransmisores como respuesta a una sobrecarga salina.(9) Al menos en teoría, los pacientes hipertensos pueden ser clasificados como sal-sensibles o sal-resistentes, por lo que no todos los pacientes se beneficiarían de una reducción en la ingesta de sal. Los pacientes sensibles a la sal que desarrollan HTA son más susceptibles a presentar alteraciones renales, hemodinámicas o metabólicas, con el consiguiente incremento del riesgo cardiovascular y la morbilidad renal.(1, 4, 9) 168 Sodio y Cloruro de Sodio Clínicamente puede producirse una hipernatremia al utilizar sales sódicas en situaciones tan diversas como: infusión rápida de suero salino hipertónico, administración de bicarbonato de sodio durante RCP, ingesta de soluciones orales de rehidratación, ingestión accidental de soluciones hipertónicas de fosfato sódico o su administración en enemas, administración de sulfato sódico en crisis de hipercalcemia, empleo de citrato sódico como antiemético, o de cloruro de sodio como emético o bien la ingesta de antiácidos con alto contenido sódico (trisilicato magnésico). Las primeras observaciones que pusieron en evidencia la relación entre la ingesta de sal y el incremento de la presión arterial se realizaron en modelos experimentales y en humanos utilizando sal común, por lo que se supuso que el culpable de este efecto era el sodio.(9) Pero si la ingesta de igual cantidad de sodio se realiza, en vez de con sal (cloruro de sodio), con otro anión (como el citrato) o bien el cloruro con otro catión (como el amonio), los cambios fisiológicos descritos no ocurren. Por tanto, además del sodio, el cloruro (anión acompañante en la sal) parecería jugar un rol nada despreciable en la patogénesis de la hipertensión esencial. Por tanto, el responsable del incremento de la presión arterial no sería el sodio sino la sal de sodio que se ingiera, ya que el organismo no respondería de igual manera a la ingesta de cloruro de sodio que a otras sales del sodio. Se ha constatado que en pacientes hipertensos sensibles a la sal con dietas ricas en cloruro de sodio, el volumen plasmático es superior que cuando la ingesta elevada de sodio se hace en forma de citrato. Esto refuerza la hipótesis de que el ión ingerido junto con el sodio afecta su distribución entre los compartimentos extra e intracelular.(1, 9) En suma, tanto el sodio como el cloro son necesarios para determinar el alza de los valores de la presión arterial, este efecto no ocurre cuando estos iones se administran por separado o en forma de otras sales. sodio las cuales colaborarían para superar la ingesta diaria recomendada de este ion.(6, 7) Estos medicamentos con alto contenido en sodio (sales de sodio como bicarbonatos, fosfatos, bifosfatos, citratos, salicilatos, sulfatos) podrían determinar en pacientes ancianos o sal sensibles un efecto inotrópico negativo y así favorecer la retención de fluidos y, por consiguiente, la exacerbación de una insuficiencia cardíaca existente. En aquellos pacientes con restricciones en la ingesta de sodio, las formas farmacéuticas orales sólidas más seguras son las no efervescentes (comprimidos, cápsulas, sobres con polvo o granulado). Son realmente escasas las formulaciones efervescentes en las cuales la reacción de efervescencia implique a carbonatos o bicarbonatos de iones diferentes al sodio (como el potasio o el calcio) y en los cuales el aporte de sodio es prácticamente inexistente.(6) En muchos países existen formulaciones efervescentes de paracetamol, las cuales ante la toma reglada o reiterada pueden constituirse en un real riesgo en pacientes vulnerables.(7, 10) La administración de soluciones intravenosas no suele ser un aspecto relevante, salvo que se administren grandes cantidades o soluciones hipertónicas. En ocasiones, pacientes con enfermedad cardiovascular requieren, por diferentes circunstancias, la prescripción de analgésicos o antiinflamatorios no esteroideos (AINEs). El hecho más destacado es que a estos fármacos se los relaciona con la elevación de valores de presión arterial y, en ocasiones, con el agravamiento de patologías tales como insuficiencia renal crónica (IRC) o insuficiencia cardiaca congestiva (ICC). Tanto los AINE selectivos como los no selectivos inducen un aumento promedio de 3-6 mmHg de los valores de Presión Arterial.(7) En el paciente hipertenso, usualmente existe un aumento de la activación del sistema simpático y del sistema reninaangiotensina lo que conlleva a vasoconstricción y retención renal de sodio y agua. A este hecho el riñón responde aumentando la liberación de prostaglandinas intentado así favorecer la vasodilatación y excreción renal de sodio y agua. Los AINE inhiben esta respuesta compensatoria.(7, 9) Uno de los medicamentos a los cuales más resistencia tienen los pacientes a consumir es el diclofenac sódico por la supuesta sobrecarga de sodio que este generaría. El contenido de sodio en 50 mg de Diclofenac sódico es de 3.6 mg y el contenido total de un comprimido, sumando excipientes, es en promedio de 5 mg. El contenido en sodio de los diferentes AINE y analgésicos no efervescentes es normalmente reducido por unidad posológica. Las variaciones son debidas a las concentra- ciones de excipientes minoritarios, como por ejemplo la sacarina sódica. Por tanto, resultan infundados los temores de que el aporte de sodio sea el causante de una potencial descompensación del paciente hipertenso; la activación del sistema nervioso simpático a causa del dolor, o bien la retención de sodio y agua que puede generar el consumo de AINEs a largo plazo, pueden determinar más perjuicios que el aporte de unos pocos miligramos de sodio diarios. CELSIUS AMBIX / NEBIBLOC IMPAR arriba en lo posible Contenido de sodio en medicamentos En ocasiones, algunos fármacos o medicamentos pueden contener cantidades significativas de sodio en su composición o en su formulación. Esta información en nuestro medio suele ser difícil de conseguir ya que en términos generales, no se encuentra presente en la información brindada. Ciertos medicamentos, en especial las formulaciones efervescentes, pueden contener importantes cantidades de en Medicina • Vol. 40 • Nº 1 • Mayo 2012 en Medicina • Vol. 40 • Nº 1 • Mayo 2012 169 GARCÍA JP Tabla 1 Contenido de sodio en medicamentos Medios de contraste(13-d) • Diatrizoato Sódico y Meglumínico 76% (Urografina 76 %®)(13-d) - 0.10 g de sodio por mL. Dosis usual para adulto de 80 Kg: 20 mL (aporte de sodio : 2 g) • Urografina 60%® - 0.08 g de sodio por mL. Dosis usual para adulto de 80 kg: 50 mL (aporte de sodio: 4 g). En términos generales los medicamentos con un contenido inferior a 10 mg por unidad de dosis se consideran “esen- cialmente exentos de sodio”.(1) Entre los fármacos con un mayor contenido en sodio se encuentran las sales de intercambio iónico, el bicarbonato sódico, las sales sódicas de la penicilina y de sus derivados, las sulfamidas, algunos complejos polivitamínicos y antiácidos y analgésicos en formulación efervescente. Además de las soluciones de gran volumen, algunos medios de contraste pueden aportar cantidades importantes de sodio. Seguramente uno de los aportes más importantes de sodio esté dado por la administración del Poliestireno sulfonato de sodio (Kayexalate), una sal de intercambio iónico. Esta aporta aproximadamente 100 mg de sodio por cada gramo. La dosis habitual es de 15 a 60 gramos los cuales se administran de 1 a 4 veces por día, esto puede estar determinando, a dosis máxima de 240 g/día, un aporte de sodio de 24 g/día. Si bien resulta difícil saber cuánta sal se oculta en la polifarmacia de un paciente añoso o con múltiples patologías, la mayoría de los medicamentos contienen cantidades muy pequeñas de sodio en su formulación. Teniendo en cuenta las recomendaciones diarias de ingesta de sodio de la OMS, las cantidades de este que aportan los medicamentos son, en términos generales, realmente bajas incluso para pacientes polimedicados o con patologías de riesgo (HTA, ICC, IRC, etc.). En muchos casos los fármacos se administran en forma de sales sódicas, en otros el sodio forma parte de los excipientes. Pero en la gran mayoría de los preparados comerciales, el aporte de sodio no supone un aporte asociado de cloro. Las formulaciones efervescentes contienen fundamentalmente bicarbonato sódico, como principal origen del aporte de sodio.(1, 9) Son muy pocos los casos en los cuales aparece entre los excipientes la presencia de cloruro de sodio, siendo este el factor más importante a tener en cuenta. Por tanto, el aporte de sodio relacionado con la administración de fármacos por vía oral, sin que medie un uso muy importante de presentaciones efervescentes o la administración de soluciones intravenosas, no parecería ser un hecho excesivamente relevante en los pacientes con restricción dietética de sal. Para poder tener cierto efecto sobre los valores de presión sodio y fundamentalmente en otras sales distintas al cloruro, por lo que en principio el contenido de sodio no sería un factor a considerar al momento de medicar pacientes hipertensos, siempre que no se abuse de las presentaciones efervescentes. arterial sería necesario el aporte de dosis significativas de sodio y más específicamente de cloruro sódico. La mayor parte de los medicamentos contienen bajas cantidades de Recepción y aprobación del Artículo Fecha de recepción: 2 de marzo de 2012. Fecha de aprobación: 3 de mayo de 2012. (Ver tabla 1) Sales sódicas Heparina Sódica • Rhoneparina Sódica® (13-c): 13.5 mg de sodio por cada 10.000 UI, dosis promedio: 20.000 UI/día = 27 mg de sodio. Poliestireno sulfonato de sodio • Kayexalate®(13-f), (Resina de intercambio iónico): 100 mg de sodio/g. Dosis usual: 15-60 g 1 a 4 veces por día (dosis máx 240 g/día = 24 g de sodio/día). Picosulfato de sodio • Dulcolax Perlas®(13-h) (picosulfato de sodio 2.50 mg): 0.23 mg de sodio/cápsula blanda • Dulcolax solución®(13-h) (picosulfato de sodio 7.5 mg/mL): 0.96 mg de sodio/mL Diclofenac Sódico • Dioxaflex®(13-a) comprimidos, 50 mg: 5.2 mg de sodio/Comp • Voltaren®(13-b) 50 mg comprimido gastrorresistente: 4.7 mg de sodio/Comp • Voltaren SR®(13-b) 75 comprimido recubierto: 5.4 mg de sodio/Comp • Dioxaflex inyectable®(13-a): 75 mg/3 mL: 7.4 mg de sodio/amp • Voltaren 75 mg/3 mL®(13- b): 5.4 mg de sodio/amp • Dioxaflex retard 100 mg LP®(13-a): 7.4 mg de sodio/Comp • Voltaren retard 100 mg®(13-b): 7.2 mg de sodio/Comp • Voltaren oftálmico gotas®(13-b): 0.07 mg de sodio/mL Formulaciones efervescentes • Berocca Efervescente®(13-d): 40 mg de NaCl • Redoxon Efervescente Fuerte®(13-d): 1000 mg de bicarbonato sódico + 20 mg de sacarina sódica. Contenido total de sodio: 276 mg. • Supradyn Forte Naranja Efervescente®(13-d): 1100 mg de bicarbonato de sodio. Contenido total de sodio: 301.2 mg. • Redoxon Efervescente Naranja 1 G®(13-d): 900 mg de bicarbonato de sodio + 20 mg cloruro de sodio. Contenido total de sodio: 254.3 mg. • Abrilar Comprimidos Efervescentes®(13-e): 151 mg de sodio/comp, no contiene NaCl. • Yasta®(13-d), cantidad de sodio por sobre: bicarbonato de sodio: 2.690 g, carbonato de sodio: 0.040 g, citrato monosódico: 0.060 g. Contenido total de sodio: 770 mg. • Alikal®(13-g): bicarbonato de sodio 2.076 g, carbonato de sodio 0.45. Contenido total de sodio: 760 mg. Datos aportados por los fabricantes(13) 170 Aporte de sodio por medicamentos Bibliografía 1. Martínez-Pérez, S.; Coca, A.; Aranda, P. Influencia del consumo de sal y de analgésicos efervescentes con sodio en pacientes con hipertensión y riesgo vascular. Sodio y analgésicos efervescentes en hipertensión y riesgo vascular. Farmacéuticos comunitarios. 2010; 2(4):146-152. 2. Medicamentos desaconsejados en caso de dietas sin sal. 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Teniendo en cuenta que el responsable de los posibles efectos cardiovasculares no sería únicamente el sodio, sino su asociación con el cloro, los riesgos no estarían vinculados a la sal sódica de un determinado fármaco, sino a los excipientes contenidos en su formulación y especialmente cuando este sea cloruro de sodio. Por esta razón, sería conveniente que los prospectos de los medicamentos aportaran esta información. en Medicina • Vol. 40 • Nº 1 • Mayo 2012 en Medicina • Vol. 40 • Nº 1 • Mayo 2012 171