BRIDGED WORLD S.L. Los retos de la próxima 1ª potencia mundial China y su posición en el concierto económico internacional Ignacio Prieto Febrero 2011 ¿Disponer de una fuerza laboral competitiva, recursos financieros suficientes y adiestramiento tecnológico avanzado son elementos suficientes para llevar a China a la cúspide de la economía mundial? Los retos de la próxima 1ª potencia mundial Un país que crece a un ritmo del 10% anual, duplica su economía en poco más de siete años. Este es el caso de China. Cada año que pasa aparecen nuevas predicciones de expertos deslumbrados por la potencia de este país y lo sitúan como primera potencia del mundo (medido en paridad de poder de compra) tan cerca como en 2018. Figura 1: Diario Expansión. Las economías mundiales en 2009. Banco Mundial Es indudable que tener por encima de 1.300 millones de habitantes - más de cuatro veces la población de EEUU – soporta en gran medida la aspiración de convertirse en la primera potencia mundial. China considera que el tamaño es importante. Los países, como las empresas, ganan preponderancia cuando son grandes. Al igual que las multinacionales presentes en un gran número de países y con gran volumen de ventas, se convierten en competidores formidables que les permiten desarrollar fuertes economías de escala, mejorar sus costes, atraer talento, etc. El líder siempre tiene ventaja. Luxemburgo tiene la renta per cápita mas elevada del mundo pero, en el escenario internacional, su opinión no tiene una gran relevancia. Joseph Schumpeter y su destrucción creativa – “Capitalism, Socialism and Democracy”,1942 – ya describía el proceso endógeno que en las sociedades capitalistas surgía dando lugar a la sustitución de antiguos modelos de negocio por otros nuevos y donde el espíritu del libre emprendedor que tiene su origen en el pueblo llano, se abriría camino auspiciado por los intelectuales, una progresiva socialización hacia una “economía democrática”. Más adelante sin embargo el autor reconocería la importancia de las grandes corporaciones como generadores de la innovación y la consiguiente creación de monopolios. Sus multinacionales - en general fuertemente apoyadas a nivel estatal - operan en un amplio abanico de sectores: extracción de materias primas, bienes de equipo, bienes de consumo duradero, alimentación, bebidas y, cada vez más, en sectores de alta tecnología. Muchas de ellas se han convertido en conglomerados presentes en diversos sectores simultáneamente. Todas ellas tienen en común la necesidad de adquirir suficiente tamaño para competir en el mercado global y se expanden en nuevos países y sectores con velocidad vertiginosa. Su viabilidad a largo plazo depende de su capacidad de crecimiento para poder hacer frente a sus competidores. Ser líderes en sus países de origen no es suficiente. La cuota de mercado global es la clave. China lo sabe y lo planifica. Como economía comunista desde 1949, todas las decisiones responden a estrategias a largo plazo minuciosamente detalladas. Entramos en tiempos de enorme interés para los estudiosos de los ciclos económicos. China – y a continuación India y otros países de gran potencial – van a desplazar el centro de gravedad de las decisiones económicas, introduciendo nuevas formas de gobierno y Figura 2: Shanghai patrones de desarrollo empresarial y diríamos que humanos. El modo de ver la vida de los chinos es muy diferente de la cultura occidental. La influencia de Confucio en este país milenario es todavía hoy de gran importancia. El respeto por la obediencia y la autoridad ha propiciado un código de conducta que se asentado a lo largo de sus más de 2.000 años de historia. Cuanto más alta es la posición en el escalón jerárquico, mayor es la demanda para ajustarse a este código de conducta. China no es un país de individuos que compiten entre sí para alcanzar el éxito como se enseña en Occidente. Para ellos, este comportamiento es disruptivo. En su lugar se propicia en trabajo en equipo donde todos y cada uno debe cumplir una función perfectamente definida y cuyo éxito será atribuible al conjunto, nunca a uno de sus integrantes. La armonía en todas las estructuras y actuaciones es la base de las relaciones. La competencia china ha producido efectos destructivos en el tejido industrial occidental pero también ha beneficiado al consumidor. Gracias a China una gran masa de la población mundial puede disfrutar de productos sofisticados a los que antes no tenía acceso. La duración de esta fuerte competencia - se decía – se mantendría hasta que China fuera adquiriendo los patrones occidentales de calidad de vida. Sin embargo parece que se tratara de un proceso de convergencia más que de atracción. El estilo chino es muy posible que influencie el modo de vida occidental. China tiene más de 80 millones de miembros adscritos al Partido Comunista y probablemente cientos de millones de simpatizantes. El partido es algo más que una organización que gobierna el país. Es el Figura 3: Centro Televisión China patriarca que vela por el interés del pueblo y su prevalencia solo se ve superada por la el círculo más intimo de la familia. El sentido práctico de los chinos esta fuera de duda. Solo así se comprende que un país tan poblado y geográficamente extenso se haya mantenido unido. Lo han demostrado con la colonia de Hong Kong donde han cumplido su compromiso – expresado en el acuerdo del Hand Over - de respetar su sistema político acuñando la frase “un país, dos sistemas”. Este socialismo capitalista solo se puede gobernar mediante un estado muy fuerte como es evidente. Las grandes empresas están ligadas de muchas formas al gobierno y los propietarios de las mismas están integrados en las estructuras de poder del partido. Esto genera una simbiosis perfecta entre estado y grandes corporaciones que solo debe cumplir un requisito, proyectar sus efectos beneficiosos en el pueblo. Los ciudadanos chinos ven con admiración como se crean enormes campeones nacionales en la industria pero saben que su gobierno está vigilante y domina en última instancia todo ese poderío por mucho que se trate de corporaciones privadas. El éxito de las empresas chinas ha propiciado en creciente interés en la ciudadanía por la figura del empresario. El 78% de los chinos han pensado o emprendido un negocio en algún momento de su vida. Una cifra superior a la de la mayoría de los países del mundo y ciertamente superior a la española donde al 59% no se le ha pasado por la cabeza. China busca con empeño la posición de líder mundial pero divisa nubes en el horizonte. La capacidad de innovación se considera clave en el desarrollo de los países como ha enunciado Michael Porter en su libro “La ventaja competitiva de las naciones” 1990. En él se popularizan y describen los clúster como ecosistemas donde la interrelación entre sus integrantes genera redes de empresas que sustituyen a la antigua concepción del empresario heroico y promueve la especialización de las áreas geográficas en aquellos sectores donde generan valor como contraposición a la armonización y autosuficiencia de las regiones impulsada por Mao. China ha hecho suyo este razonamiento y ha impulsado la creación de clúster a lo largo de toda su geografía – aún cuando estos han tendido a situarse en la próspera costa Este del país. Hoy encontramos aglomeraciones industriales de electrónica de consumo en Dongguan, textil en Zhejiang, biotecnología y reconocimiento del habla en Beijing, tecnológicas en Chengdu y por supuesto la provincia de Guangdong y sus productos industriales por citar algunos de ellos. Pero también encontraremos a Intel en Chengdu o podríamos aprovechar para disfrutar de alguna de las sabrosas especialidades picantes de la provincia de Sichuan mientras compramos un par de medias de las más de 5 billones que se producen al año en esta región. Figura 4: Espíritu emprendedor en el mundo A nadie le pasa desapercibida la propensión de los chinos a concentrase en zonas que acaban haciendo suyas. En parte como mecanismo de autodefensa y desarrollo pero tambien para mantener sus profundas tradiciones, las aglomeraciones chinas son un fenómeno común en muchos países del mundo. Estos cluster espontaneos se forman por una amplia gama de sectores – los restaurantes chinos juegan un papel fundamental - que se relacionan de modo intenso favoreciendo primero el asentamiento y depués dinamizando el desarrollo económico. En su país, muchos de estos cluster estan impulsados por los gobiernos locales como ya ocurre en muchos países de Europa. La relación entre las empresas y el gobierno es muy próxima. Podría decirse qie China pone en juego la denominada “triple hélice” (Empresas/Universidades/Administración) de un modo natural. Y con una ventaja adicional: Estan pensados para alcanzar el liderazgo a largo plazo. ¿Disponer de una fuerza laboral competitiva, recursos financieros suficientes y adiestramiento tecnológico avanzado son elementos suficientes para llevar a China a la cúspide de la economia mundial? Los recursos financieros estan disponibles, bien como consecuencia de las politicas económicas de apoyo a la industria local, la financiación bancaria que no vé excesivo riesgo (en 2009 los bancos chinos prestaron 9.600 millardos de RMB, unos US$ 1.450 millardos, el doble que en el año anterior) o como la captación en los mercados internacionales – la bosa de Frankfurt ha sido testigo de un importante numero de IPOs de empresas chinas buscando financiación para su desarrollo – desde inicios de 2007, ha habido 25 empresas chinas que han decidido salir a bolsa en esta plaza. China forma a gran numero de sus estudiantes en el extranjero y luego les incentiva para que vuelvan a su pais - cada año se graduan casi 300.000 ingenieros comparado con 40.000 en EEUU. Las mejores escuelas de negocio del mundo tienen sedes o programas en el pais. Pero tambien los planes educativos en las escuelas estan disenados para situar a los estudiantes chinos entre los mejor preparados del mundo – el informe PISA 2010 coloca a Shanghai a la cabeza en todas las materias evaluadas. Los salarios chinos tienden a crecer como consecuencia del aumento del coste de la vida y la lógica del desarrollo de la nación – fenómeno bien conocido en la etapa de maduración de los cluster – y de hecho así está ocurriendo. Sobre todo en la coste Este, las empresas se están viendo obligadas a mejorar las condiciones salariales o sufrir una sangría de talento y efectivamente es notorio el aumento de la rotación de personal. Sin embargo, la importante reserva laboral de las regiones del interior aún los mantiene lejos de los estandares occidentales lo que les proporciona una importante ventaja en costes. Pero la competencia en el “low-cost” es enorme y otros países empiezan a asomarse. Thailandia, Indonesia, Vietnam o Mongolia se ofrecen como lugares para la relocalización productiva en Asia. Mucho más si finalmente las presiones para la revalorización de la moneda local hacen efecto – se considera que el RMB esta infravalorado en un 40%. China lo sabe y de ahí el enorme Figura 5: Evolución del cambio RMB/USD esfuerzo en modificar el posicionamiento desde “fábrica del mundo” – algo que por cierto ya fué desde el año 350 al 1850 - a un pais de tecnología avanzada con marcas propias. Pero para eso hace falta tener capacidad de innovacion y hace ya cuatro años que el gobierno tomo la decisión de seguir esta estrategia.. El país ha puesto en valor las enormes perspectivas de su mercado interno para “convencer” a grandes multinacionales occidentales para que constituyan Joint Ventures si quieren acceder a sectores estratégicos. La empresa extranjera entra en minoría (máximo 49% de la nueva sociedad) con cesión de know-how propietario, dado el requerimiento de que al menos el 70% tiene que ser fabricado localmente. Unos requisitos que han causado no pocos conflictos diplomáticos. Un ejemplo que ha sido profusamente comentado en los medios internacionales ha sido la obligada cesión de tecnología que Kawasaki – que habia desarrollado el tren bala en Japón – se vio obligada a ceder en su alianza con la empresa china CSR que finalmente se convirtió en rival en concursos internacionales arrebatándole contratos en Australia y Nueva Zelanda. Algo que no parece ocurrir en sentido contrario. A pesar de los consejos del representante chino en la Organización Mundial de Comercio (OMC), donde prevenía a las empresas chinas para aliarse con compañías locales en sus procesos de expansión internacional para facilitar la adaptación local y reducir los efectos en las diferencias culturales - cross-cultural differences – las multinacionales chinas parecen más inclinadas a acometer inversiones nuevas en solitario – Green Field Investments – en buena parte derivadas de sus pautas de comunicación. Aún cuando este tipo de situaciones se seguirá produciendo, se empiezan a oír voces que reclaman las reindustrialización de Occidente argumentando que, además de razones de índole social, no se puede deslocalizar todo el proceso productivo so pena de drenar ventajas competitivas. Como resultado de lo expuesto anteriormente, China a escalado puestos en el ranking de competitividad mundial que publica todos los años el prestigioso Institute for Management Development (IMD) de Suiza. Figura 6: Ranking mundial de competitividad - IMD En el correspondiente al 2010, China ya se sitúa en el puesto 18 de la tabla por delante de Francia, Inglaterra, Italia y España. Pero falta algo. Las ideas no son suficientes. De hecho el término innovación se diferencia de invención en que el primero traslada las ideas a realidades. También lo apuntaba Schumpeter cuando decía que las ideas son importantes pero sin empresarios que las convirtieran en realidad, su valor es nulo. Pero sin ideas, no hay innovación. Una buena idea no sustenta una ventaja competitiva sostenible porque la competencia la imitará a gran velocidad (algo que viene muy al caso). Solo la innovación cuando es continua se convierte en fuente de ventajas competitivas. Estas ideas se generan en espacios abiertos, sin fronteras, donde la comunicación fluye libremente, lugares donde no se ponen límites ni barreras a soñar, transgresores, no convencionales, en ocasiones insolentes, donde el conocimiento se construye y comparte en base a conversaciones multidireccionales, sin barreras de entrada, permitiendo la libre competencia y una cooperación espontanea – la “coopetencia”. Por definición, este networking no admite limitaciones y ello contradice la tradicional jerárquica arquitectura empresarial china. Las redes sociales van a jugar un papel fundamental en el proceso de cambio de las organizaciones que van a ver como sus esquemas se aplanan dando visibilidad a la opinión de todos los integrantes de la organización y aprovechando los recursos humanos en toda su extensión. Pero además, los procesos de innovación se aceleran cuando este networking incluye a los consumidores –“ prosumers” – favoreciendo la identificación de la demanda temprana y adaptabilidad de la oferta – otra vez la destrucción creativa de Schumpeter. La dimensión ya no es tan importante, por lo menos en los sectores más dinámicos. Asistimos a un cambio de paradigma, de las economías de escala a las economías de velocidad como afirmaba Alvin Tofler. Un proceso de enorme potencial que está costando asumir por los dirigentes de los países desarrollados - más habituados y proclives a su aceptación - y donde China se encuentra hoy en las antípodas. Figura 7: Índice de transparencia internacional China ha alcanzado una posición que hace solo una década no podía ni siquiera soñar pero hay una serie de asignaturas pendientes que debe aprobar. El mundo no va a permitir un liderazgo que no pueda hacer suyo. Para ello, la transparencia en sus actuaciones, la equidad de oportunidades, una legislación homologable por el resto de países y, sobre todo, una ciudadanía con capacidad y libertad para poner en cuestión unas leyes y normas establecidas de arriba a abajo, son características sine que non para lograr la posición que probablemente le corresponderá en un futuro cada vez más próximo. Hace ya más de quince años que llevo visitando China de modo continuado. Primero para vender, después para comprar y últimamente negociando acuerdos y alianzas. Durante estos años he observado algunos casos de éxito y gran número de fracasos, empresas que se han dejado mucho dinero por no haber sabido comprender la compleja cultura local. Errores de bulto por intentar acometer este mercado con demasiada prisa o con un carácter especulador a corto plazo. Yo mismo he cometido no pocos errores, pero no puedo dejar de reconocer que, a medida que me he ido metiendo en su cultura y tradiciones, me ha embargado la pasión por este país donde me precio de tener muy buenos amigos, de esos con los que se puede contar en cualquier circunstancia. Las oportunidades que China ofrece a Occidente son numerosas y en todos los sentidos. Pero para poder acceder a ellas, es necesario acercarnos a su cultura, del mismo modo que esperamos que ellos se acerquen a la nuestra. Desde Bridgedworld nos ponemos a su disposición para acompañarles en este viaje.